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Lámparas Fluorescentes

Teoría de Funcionamiento

La luminaria fluorescente, también denominada tubo fluorescente, es una luminaria que cuenta
con una lámpara de vapor de mercurio a baja presión y que es utilizada normalmente para la
iluminación doméstica e industrial. Su gran ventaja frente a otro tipo de lámparas, como las
incandescentes, es su eficiencia energética.

Está formada por un tubo o bulbo fino de vidrio revestido interiormente con diversas sustancias
químicas compuestas llamadas fósforos, aunque generalmente no contienen el elemento químico
fósforo y no deben confundirse con él. Esos compuestos químicos emiten luz visible al recibir una
radiación ultravioleta. El tubo contiene además una pequeña cantidad de vapor de mercurio y un
gas inerte, habitualmente argón o neón, a una presión más baja que la presión atmosférica. En
cada extremo del tubo se encuentra un filamento hecho de tungsteno, que al calentarse al rojo
contribuye a la ionización de los gases.

Los elementos fundamentales son: el cebador (también llamado arrancador o partidor), los
filamentos de tungsteno y el balasto, que provee reactancia inductiva. En algunos países que
hablan español se emplean aún sus sinónimos ingleses starter y ballast.

     El cebador, partidor o arrancador está formado por una pequeña ampolla de cristal que contiene
gases a baja presión (neón, argón y gas de mercurio) y en cuyo interior se halla un contacto
formado por una lámina bimetálica doblada en "U". En paralelo con este contacto hay un
condensador destinado al doble efecto de actuar de amortiguador de chispa o apaga-chispas, y de
absorber la radiación de radiofrecuencias que pudiesen interferir con receptores de radio, TV o
comunicaciones. La presencia de este condensador no es imprescindible para el funcionamiento
del tubo fluorescente, pero ayuda bastante a aumentar la vida útil del contacto del par bimetálico
cuando es sometido a trabajar con altas corrientes y altas tensiones. Tanto el cebador como la
luminaria acortan su vida útil cuantas más veces se la enciende, por esta razón se recomienda
usar la iluminación fluorescente en regímenes continuos y no como iluminación intermitente.

     El elemento que provee reactancia inductiva se llama balasto o balastro, aunque en algunos
países se lo denomina incorrectamente reactancia, que en realidad es el nombre de la magnitud
eléctrica que provee, no del elemento. Técnicamente es un reactor que está constituido por una
bobina de alambre de cobre esmaltado, enrollada sobre un núcleo de chapas de hierro. El término
balasto no debe ser confundido con su homónimo, el material usado en la construcción de vías de
ferrocarril.

     Los electrodos de cada terminal en una lámpara fluorescente están generalmente realizados con
doble o triple filamento en tungsteno. Este filamento está revestido en un material emisor (Bario,
estroncio, y óxido de calcio), que desprende electrones cuando se calienta a una temperatura de
operación aproximada de 950º Celsius. A esa temperatura los electrones son emitidos libremente
con solo una pequeña caída de potencia en cada electrodo. Este proceso es denominado emisión
termoiónica, porque el calor es el principal responsable para la emisión de electrones.

Al aplicar la tensión de alimentación, los gases contenidos en la ampolla del cebador se ionizan,
con lo que aumenta su temperatura lo suficiente para que la lámina bimetálica se deforme, haga
contacto cerrando el circuito, lo que hará que los filamentos de los extremos del tubo se calienten
al rojo vivo, y esto comienza la ionización de los gases en la vecindad de los filamentos. Al cerrarse
el contacto el cebador se apaga y sus gases vuelven a enfriarse, por lo que un par de segundos
después el contacto se abre nuevamente. Esta apertura trae como consecuencia que el campo
magnético creado en la reactancia inductiva se "desmorone" o desaparezca bruscamente, lo que
trae como consecuencia, de acuerdo con la ley de inducción de Faraday, la generación de un pico
de alta tensión (autoinducción) que termina de ionizar los gases, se forma plasma conductor dentro
de todo el tubo fluorescente y por lo tanto lo atraviesa una corriente de electrones que irá a
interactuar con los átomos de Hg, Ar y Ne, los que entonces emitirán luz, principalmente en la
región del ultravioleta (UV). El voltaje aplicado a los filamentos y al tubo es pulsante, porque la
energía eléctrica que alimenta el circuito es de corriente alterna de 50 Hz (como en Europa) o de
60 Hz (por ejemplo en USA y Japón). Los filamentos tienen inercia térmica, pero el plasma no, lo
que produce un veloz parpadeo en la luz emitida, que puede molestar a algunas personas, producir
dolor de cabeza y hasta convulsiones a quienes sufren de epilepsia. Este fenómeno se minimiza al
disponer los tubos en grupos, alimentados cada tubo desde fases distintas y con rejillas de
dispersión estroboscópica.

Los filamentos, al calentarse, desprenden electrones que, junto con el pico de autoinducción,
ionizan los gases que llenan el tubo; se forma así un plasma que conduce la electricidad. Este
plasma excita los átomos del vapor de mercurio que, como consecuencia, emiten luz visible y
ultravioleta.
El revestimiento interior de la lámpara tiene la función de filtrar y convertir la luz ultravioleta en
visible. La coloración de la luz emitida por la lámpara depende del material de ese recubrimiento
interno. El material del tubo, vidrio común, contribuye a reducir la luz UV que pudiera escapar fuera
de la luminaria.

Las lámparas fluorescentes son dispositivos con pendiente negativa de su resistencia eléctrica,
respecto de la tensión eléctrica. Esto significa que cuanto mayor sea la corriente que las atraviesa,
mayor es el grado de ionización del gas y, por tanto, menor la resistencia que opone al paso de
dicha corriente. Así, si se conecta directamente la lámpara a una fuente de tensión prácticamente
constante, como la suministrada por la red eléctrica, la intensidad tenderá a valores muy elevados,
y la lámpara se destruirá en pocos segundos. Para evitar esto, siempre se la conecta a través de
un elemento limitador de corriente para mantenerla dentro de sus límites de trabajo. Este elemento
limitador, es el balasto que provee reactancia inductiva, la que absorberá la diferencia entre la
tensión de alimentación y la tensión de trabajo del tubo.

Finalmente, la disminución de la resistencia interna del tubo una vez encendido, hace que la
tensión entre los terminales del cebador sea insuficiente para ionizar el gas contenido en su
ampolla y por tanto el contacto bimetálico queda inactivo cuando el tubo está encendido.

Todos los balastos magnéticos producen sonidos propios denominados zumbidos. Este varía
desde un valor inaudible hasta un sonido notable. Los fabricantes de estos aparatos generalmente
los designan con letras de la A hasta la F. El designado por las letras A tiene el menor zumbido y
es usado en áreas no ruidosas; los designados con la letra F es de mayor zumbido y puede ser
usado satisfactoriamente en alumbrados o en áreas industriales ruidosas. Existe también un tipo de
balasto denominado de clase P que tiene incorporado un protector térmico, consiste en un
termostato que desconecta al balasto del circuito cuando su carcaza adopta una temperatura que
supera la de su normal funcionamiento.
Existe un tipo de balasto magnetico que es de arranque rapido:

Balasto Electromagnetico de Arranque Rapido Philips

También existe actualmente otro tipo de balasto o reactor, el balasto electrónico, que consta de un
circuito electrónico y una pequeña bobina con núcleo de ferrite. Este balasto, a diferencia del
balasto inductivo, se conecta al fluorescente sin cebador y logra arranques instantáneos de la
lámpara y sin parpadeos, o en otros modelos, arranques de una manera más suave. En realidad,
no se trata de un reactor en el sentido estricto del término, sino de un circuito electrónico con
semiconductores que genera a) dos bajas tensiones para encender los filamentos de los extremos,
y b) una alta tensión de alta frecuencia (decenas de kHz) aplicada entre los extremos. Ambos
procesos suman sus efectos para ionizar los gases y así producir el plasma conductor que
generará la radiación UV. Como regla general, los tubos que emplean el balasto electrónico tienen
un rendimiento lumínico notablemente superior, y una vida media mucho más larga que los que
usan el inductivo.

Sus conexiones son muy sencillas:

         El cable de fase y el neutro se conectan ambos directamente a las dos entradas del balasto.

         En este balasto hay dos pares de salidas, y cada par debe conectarse a cada filamento de la
lámpara.
Propiedades

Las lámparas fluorescentes tienen un rendimiento luminoso que puede estimarse entre 50 y 90
lúmenes por vatio (lm/W).

Una cuestión curiosa es que la luminosidad de la lámpara depende no solamente del revestimiento
luminescente, sino de la superficie emisora, de modo que al variar la potencia varía el tamaño, por
ejemplo, la de 20 W mide unos 60 cm, la de 40 W, 1,20 m y la de 60 W 1,50 m (realmente serían
de 18, 36 y 58 W respectivamente).

Su vida útil es también mucho mayor que la de las lámparas de incandescencia, pudiendo variar
con facilidad entre 5000 h y más de 15000 h (entre 5 y 15 veces más), lo que depende de diversos
factores, tales como el tipo de lámpara fluorescente o el equipo complementario que se utilice con
ella.

Hay en el mercado distintos modelos con diferentes temperaturas de color. Su temperatura de


color está comprendida generalmente entre los 3000 K y los 6500 K (del Blanco Cálido a Luz Día
Frío). Sin embargo, en la actualidad se pueden conseguir tubos con una amplia gama de
temperatura de color, lo que permite encontrar con relativa facilidad modelos que van desde los
2700 K hasta los 8000 K.

Su índice de rendimiento de color habitualmente va de 62 a 93, siendo el valor de 100 la


representación correcta de colores en los objetos iluminados y 70 un valor considerado aceptable.

Desventajas
Las lámparas fluorescentes no dan una luz continua, sino que muestran un parpadeo que depende
de la frecuencia de la corriente eléctrica aplicada (por ejemplo: en España, 50 Hz para corriente
alterna). Esto no se nota mucho a simple vista, pero una exposición continua a esta luz puede dar
dolor de cabeza. El efecto es el mismo que si se configura una pantalla de ordenador a 50 Hz.

Este parpadeo puede causar el efecto estroboscópico, de forma que un objeto que gire a cierta
velocidad podría verse estático bajo una luz fluorescente. Por tanto, en algunos lugares (como
talleres con maquinaria) podría no ser recomendable esta luz.

El fickering o parpadeo, aunque imperceptible, afecta severamente la salud de algunas personas


con algunos tipos migrañas, epilepsia y en algunos casos su efecto es tan devastador para la salud
que hay quienes que con esta luz quedan excluidos completamente de todo ambito de
socializacion (estudio, trabajo, deportes).

El parpadeo también causa problemas con las cámaras de vídeo, ya que la frecuencia a la que lee
la imagen del sensor puede coincidir con las fluctuaciones (oscilaciones) en intensidad de la
lámpara fluorescente.

Las lámparas fluorescentes consumen más electricidad y ven reducida su vida útil si son
encendidas y apagadas de manera continuada, visto que su acción de encender les cuesta mucho
más trabajo que mantenerse encendidas.

Las lámparas fluorescentes con balasto antiguo no pueden conectarse a un atenuador normal o
dimmer (un regulador para controlar el brillo). Hay lámparas especiales (de 4 contactos) y
controladores especiales que permiten usar un interruptor con regulador de intensidad.

Desde mediados de la década de los 80, hay una solución para evitar estos inconvenientes, que es
el balasto electrónico, que ha cobrado gran importancia a partir de mediados de los 90. En este
sistema se hace funcionar al tubo de la misma manera que en la forma tradicional pero esta vez en
una frecuencia de más de 20 kHz con lo que se evita completamente el efecto estroboscópico,
logra que el parpadeo sea invisible para el ojo humano (y a su vez que las cámaras de vídeo
difícilmente logren captarlo), y que desaparezcan ruidos por trabajar por encima del espectro
audible. En definitiva se obtiene una mejora del 10% en el rendimiento de la lámpara, un menor
consumo, menor calor disipado, silencio absoluto de la reactancia y mayor vida útil a los tubos

Cabe anotar que este tipo de luz, que es difusa, no es aconsejable para la lectura (lo que incluye
las tareas o trabajos escolares) u otro tipo de trabajos "finos" debido a que impide una apropiada
fijación de la vista sobre el objeto. El efecto difuso de la luz fluorescente hace que los contornos de
elementos mínimos o "finos" tiendan a desaparecer impidiendo su enfoque adecuado, lo cual
genera fatiga visual que podría ocasionar malestar y un rendimiento deficiente en la labor
emprendida.

Para evitar estas circunstancias adversas es aconsejable utilizar, para la lectura y labores
similares, bombillas o focos de luz de tungsteno (lámparas incandescentes) que resultan ser los
más apropiados para estos efectos.

Las lámparas halógenas también emiten radiación ultravioleta que es filtrada por la ampolla de
cuarzo que las conforma. Se recomienda comprar lámparas y tubos de calidad y a ser posible de
marcas conocidas o fiables.
Se debe tener en cuenta que este tipo de lámparas (fluorescentes) son consideradas residuos
peligrosos debido a su contenido de vapor de mercurio, por lo cual se debe disponer
adecuadamente para evitar efectos ambientales negativos.

Encendido

Las lámparas fluorescentes necesitan de unos momentos de calentamiento antes de alcanzar su


flujo luminoso normal, por lo que es aconsejable utilizarlas en lugares donde no se están
encendiendo y apagando continuamente (como pasillos y escaleras). Por otro lado, como se ha
dicho, los encendidos y apagados constantes acortan notablemente su vida útil.

La condición de la vida útil de la lámpara fluorescente puede variar según su uso y las condiciones
ambientales en que se encuentra que puede variar a 5000 h.

Con el balasto o reactancia electrónica antes nombrado, sustituyendo a la reactancia tradicional y


al cebador, el encendido del tubo es instantáneo alargando de esta manera la vida útil. De todos
modos, siempre tarda un tiempo en llegar a su luminosidad normal.

Lámparas Ahorradoras de energía CFL

Las lámparas fluorescentes CFL constan de las siguientes partes:

Tubos Fluorescentes
Se componen de un tubo de unos 6 mm de diámetro aproximadamente, doblados en forma de “U”
invertida, cuya longitud depende de la potencia en watt que tenga la lámpara. En todas las
lámparas CFL existen siempre dos filamentos de tungsteno o wolframio (W) alojados en los
extremos libres del tubo con el propósito de calentar los gases inertes, como el neón (Ne), el
kriptón (Kr) o el argón (Ar), que se encuentran alojados en su interior. Junto con los gases inertes,
el tubo también contiene vapor de mercurio (Hg). Las paredes del tubo se encuentran recubiertas
por dentro con una fina capa de fósforo.

Balasto Electronico

Las lámparas CFL son de encendido rápido, por tanto no requieren cebador (encendedor, starter)
para encender el filamento, sino que emplean un balasto electrónico en miniatura, encerrado en la
base que separa la rosca del tubo de la lámpara. Ese balasto suministra la tensión o voltaje
necesario para encender el tubo de la lámpara y regular, posteriormente, la intensidad de corriente
que circula por dentro del propio tubo después de encendido.

El balasto electrónico se compone, fundamentalmente, de un circuito rectificador diodo de onda


completa y un oscilador, encargado de elevar la frecuencia de la corriente de trabajo de la lámpara
entre 20 000 y 60 000 hertz aproximadamente, en lugar de los 50 ó 60 hertz con los que operan los
balastos electromagnéticos e híbridos que emplean los tubos rectos y circulares de las lámparas
fluorescentes comunes antiguas.
Base

La base de la lámpara ahorradora CFL se compone de un receptáculo de material plástico, en cuyo


interior hueco se aloja el balasto electrónico. Unido a la base se encuentra un casquillo con rosca
normal E-27 (conocida también como rosca Edison), la misma que utilizan la mayoría de las
bombillas o lámparas incandescentes. Se pueden encontrar también lámparas CFL con rosca E-14
de menor diámetro (conocida como rosca candelabro). No obstante, existen variantes con otros
tipos de conectores, de presión o bayoneta, en lugar de casquillos con rosca, que funcionan con un
balasto electrónico externo, que no forma parte del cuerpo la lámpara.

Funcionamiento

El funcionamiento de una lámpara fluorescente ahorradora de energía CFL es el mismo que el de


un tubo fluorescente común, excepto que es mucho más pequeña y manuable.

Cuando enroscamos la lámpara CFL en un portalámpara  (igual al que utilizan la mayoría de las
lámparas incandescentes) y accionamos el interruptor de encendido, la corriente eléctrica alterna
fluye hacia el balasto electrónico, donde un rectificador diodo de onda completa se encarga de
convertirla en corriente directa y mejorar, a su vez, el factor de potencia de la lámpara. A
continuación un circuito oscilador, compuesto fundamentalmente por un circuito transistorizado en
función de amplificador de corriente, un enrollado o transformador (reactancia inductiva) y un
capacitor o condensador (reactancia capacitiva), se encarga de originar una corriente alterna con
una frecuencia, que llega a alcanzar entre 20 mil y 60 mil ciclos o hertz por segundo.

La función de esa frecuencia tan elevada es disminuir el parpadeo que provoca el arco eléctrico
que se crea dentro de las lámparas fluorescentes cuando se encuentran encendidas. De esa forma
se anula el efecto estroboscópico que normalmente se crea en las antiguas lámparas 
fluorescentes de tubo recto que funcionan con balastos electromagnéticos (no electrónicos). En las
lámparas fluorescentes antiguas el arco que se origina posee una frecuencia de sólo 50 ó 60 hertz,
la misma que le proporciona la red eléctrica doméstica a la que están conectadas.
Para el alumbrado general el efecto estroboscópico es prácticamente imperceptible, pero en una
industria donde existe maquinaria funcionando, impulsadas por motores eléctricos, puede resultar
peligroso debido a que la frecuencia del parpadeo de la lámpara fluorescente se puede sincronizar
con la velocidad de giro de las partes móviles de las máquinas, creando la ilusión óptica de que no
están funcionando, cuando en realidad se están moviendo.

En las lámparas CFL no se manifiesta ese fenómeno, pues al ser mucho más alta la frecuencia del
parpadeo del arco eléctrico en comparación con la velocidad de giro de los motores, nunca llegan a
sincronizarse ni a crear efecto estroboscópico.

Desde el mismo momento en que los filamentos de una lámpara CFL se encienden, el calor que
producen ioniza el gas inerte que contiene el tubo en su interior, creando un puente de plasma
entre los dos filamentos. A través de ese puente se origina un flujo de electrones, que proporcionan
las condiciones necesarias para que el balasto electrónico genere una chispa y se encienda un
arco eléctrico entre los dos filamentos. En este punto del proceso los filamentos se apagan y se
convierten en dos electrodos, cuya misión será la de  mantener el arco eléctrico durante todo el
tiempo que permanezca encendida la lámpara. El arco eléctrico no es precisamente el que produce
directamente la luz en estas lámparas, pero su existencia es fundamental para que se produzca
ese fenómeno.

A partir de que los filamentos de la lámpara se apagan, la única misión del arco eléctrico será
continuar y mantener el proceso de ionización del gas inerte. De esa forma los iones desprendidos
del gas inerte al chocar contra los átomos del vapor de mercurio contenido también dentro de tubo,
provocan que los electrones del mercurio se exciten y comiencen a emitir fotones de luz
ultravioleta. Dichos fotones, cuya luz no es visible para el ojo humano, al salir despedidos chocan
contra las paredes de cristal del tubo recubierto con la capa fluorescente. Este choque de fotones
ultravioletas contra la capa fluorescente provoca que los átomos de flúor se exciten también y
emitan fotones de luz blanca, que sí son visibles para el ojo humano, haciendo que la lámpara se
encienda. 
Instalacion de tubos Fluorescentes

Causas frecuentes en las averías de los tubos fluorescentes.

         Efecto estroboscópico: la luz se “enciende y apaga” 50 veces por segundo (frecuencia), y
durante ese momento no hay luz, pero es inapreciable para el ojo humano. Pero a veces ocurre
que la frecuencia varía en el tubo por estar estropeado, y los objetos en movimiento parecen que
no se mueven o lo hacen intermitentemente.
         Ennegrecimiento paulatino en ambos extremos: es debido al envejecimiento del tubo, lo
provocan las partículas del cátodo.
         Anillos en uno o ambos extremos (rojo castaño): es debido al desgaste y arranque
inadecuado.
         Rayas oscuras longitudinales: es debido a glóbulos de mercurio condensados. (Solución: girar
el tubo media vuelta).
         Manchas densas en los extremos: el material de los cátodos se desprenden rápidamente.
Pueden ser debidos a: 1º) cebador defectuoso o inapropiado (parpadea), 2º) filamentos encendidos
(contactos del cebador soldados).
         Nota. A veces la intermitencia de encendido se debe al mal contacto del tubo con su porta-tubo
(revisar conexiones y contactos).
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Riesgo Eléctrico
QUÉ ES EL RIESGO ELÉCTRICO O DE ELECTROCUCIÓN

El riesgo de electrocución para las personas se puede definir como la "posibilidad de circulación
de una corriente eléctrica a través del cuerpo humano". Así, se pueden considerar los siguientes
aspectos:
a. Para que exista posibilidad de circulación de corriente eléctrica es necesario:
         Que exista un circuito eléctrico formado por elementos conductores
         Que el circuito esté cerrado o pueda cerrarse
         Que en el circuito exista una diferencia de potencial mayor que cero

b. Para que exista posibilidad de circulación de corriente por el cuerpo humano es necesario:
      Que el cuerpo humano sea conductor. El cuerpo humano, si no está aislado, es conductor debido
a los líquidos que contiene (sangre, linfa, etc.)
      Que el cuerpo humano forme parte del circuito.
      Que exista entre los puntos de "entrada" y "salida" del cuerpo humano una diferencia de potencial
mayor que cero.
Cuando estos requisitos se cumplan, se podrá afirmar que existe o puede existir riesgo de
electrocución.

ELECTROCUCIÓN
      Cualquier lesión debida a la electricidad es potencialmente grave, tanto si se ha producido por alta
tensión como por la tensión doméstica de 110 o 220 voltios.
      El cuerpo actúa como intermediario entre el conductor eléctrico y la tierra, pasando la corriente por
todos los tejidos y causando las lesiones a los mismos, pudiendo llegar a ocasionar la muerte por
paro cardio-respiratorio.
      El shock que produce en el individuo la corriente eléctrica, que entra y sale del cuerpo, puede
derribarlo, provocarle la pérdida de conciencia o incluso cortarle la respiración e interrumpir los
latidos cardíacos.
      La electricidad se extiende a todos los tejidos del cuerpo y llega a causar daños profundos y
generalizados, aun cuando exteriormente la piel no muestre más que una pequeña señal en el
punto de contacto con la corriente.
      Si la electrocución se da por baja tensión (110-220 volts) es necesario que la victima toque al
conductor para que se genere el daño.
      Si es de alta tensión (más de 1000 volts), no es necesario el contacto directo, ya que antes de que
llegue a tocarlo, salta espontáneamente un arco eléctrico y se produce la electrocución. (por ej. En
tubos de imagen presentes en televisores, monitores de PC, carteles luminosos, luces de neón,
todos estos a su vez pueden mantener tensiones entre los 4000 y 17000 volts, aun luego de
desconectados).

TIPOS DE ACCIDENTES ELÉCTRICOS


Los accidentes eléctricos se clasifican en:
Directos: Provocados por la corriente derivada de su trayectoria normal al circular por el cuerpo, es
decir, es el choque eléctrico y sus consecuencias inmediatas. Puede producir las siguientes
alteraciones funcionales:
         Fibrilación ventricular- paro cardíaco.
         Asfixia- paro respiratorio.
         Tetanización muscular.
Indirectos: No son provocados por la propia corriente, sino que son debidos a:
      Afectados por golpes contra objetos, caídas, etc., ocasionados tras el contacto con la corriente,
que si bien por él mismo a veces no pasa de ocasionar un susto o una sensación desagradable, sin
embargo sí puede producir una pérdida de equilibrio con la consiguiente caída al mismo nivel o a
distinto nivel y el peligro de lesiones, fracturas o golpes con objetos móviles o inmóviles que
pueden incluso llegar a producir la muerte.
      Quemaduras de la víctima debidas al arco eléctrico. La gravedad de las mismas puede abarcar la
gama del primer al tercer grado y viene condicionada por los dos factores siguientes:
a) La superficie corporal afectada
b) La profundidad de las lesiones

EFECTOS FÍSICOS DEL CHOQUE ELÉCTRICO

Efectos físicos inmediatos


Según el tiempo de exposición y la dirección de paso de la corriente eléctrica para una misma
intensidad pueden producirse lesiones graves, tales como: asfixia, fibrilación ventricular,
quemaduras, paro cardíaco: se produce cuando la corriente pasa por el corazón y su efecto en el
organismo se traduce en un paro circulatorio por parada cardíaca, etc. Lesiones secundarias a
consecuencia del choque eléctrico, tales como caídas de altura, golpes, etc.
Asfixia: Se produce cuando la corriente eléctrica atraviesa el tórax. El choque eléctrico tetaniza el
diafragma torácico y como consecuencia de ello los pulmones no tienen capacidad para aceptar
aire ni para expulsarlo.
Quemaduras: Internas o externas por el paso de la intensidad de corriente a través del cuerpo por
Efecto Joule o por la proximidad al arco eléctrico. Se producen zonas de necrosis (tejidos muertos),
y las quemaduras pueden llegar a alcanzar órganos vecinos profundos, músculos, nervios e incluso
a los huesos. La considerable energía disipada por efecto Joule, puede provocar la coagulación
irreversible de las células de los músculos estriados e incluso la carbonización de las mismas.
Tetanización: O contracción muscular. Consiste en la anulación de la capacidad de reacción
muscular que impide la separación voluntaria del punto de contacto (los músculos de las manos y
los brazos se contraen sin poder relajarse).
Fibrilación ventricular: Se produce cuando la corriente pasa por el corazón y su efecto en el
organismo se traduce en un paro circulatorio por rotura del ritmo cardíaco. El corazón, al funcionar
incoordinadamente, no puede bombear sangre a los diferentes tejidos del cuerpo humano. Ello es
particularmente grave en los tejidos del cerebro donde es imprescindible una oxigenación continua
de los mismos por la sangre. Si el corazón fibrila el cerebro no puede mandar las acciones
directoras sobre órganos vitales del cuerpo, produciéndose unas lesiones que pueden llegar a ser
irreversibles, dependiendo del tiempo que esté el corazón fibrilando. Si se logra la recuperación del
individuo lesionado, no suelen quedar secuelas permanentes.
Para lograr dicha recuperación, hay que conseguir la reanimación cardíaca y respiratoria del
afectado en los primeros minutos posteriores al accidente. Se presenta con intensidades del orden
de 100 mA y es reversible si el tiempo es contacto es inferior a 0.1 segundo
La fibrilación se produce cuando el choque eléctrico tiene una duración superior a 0.15 segundos,
el 20% de la duración total del ciclo cardíaco medio del hombre, que es de 0.75 segundos.
Lesiones permanentes: Producidas por destrucción de la parte afectada del sistema nervioso
(parálisis, contracturas permanentes, etc.)
Las altas intensidades de corriente a través del cuerpo son muy peligrosas, pues originan la
destrucción de alúmina, así como la evaporación por cocción de la fluidez de los tejidos del cuerpo.
Ello conduce frecuentemente, después de algunos días, a la amputación de órganos hasta la
muerte de la persona afectada, debido a que el cuerpo no puede eliminar y transformar los
productos de la calcinación y, por tanto se presenta un cuadro de envenenamiento en donde
generalmente aparece la gangrena.

Efectos físicos no inmediatos


Se manifiestan pasado un cierto tiempo después del accidente. Los más habituales son:
Manifestaciones renales: Los riñones pueden quedar bloqueados como consecuencia de las
quemaduras debido a que se ven obligados a eliminar la gran cantidad de mioglobina y
hemoglobina que les invade después de abandonar los músculos afectados, así como las
sustancias tóxicas que resultan de la descomposición de los tejidos destruidos por las quemaduras.
Trastornos cardiovasculares: La descarga eléctrica es susceptible de provocar pérdida del ritmo
cardíaco y de la conducción aurículo-ventricular e intraventricular, manifestaciones de
insuficiencias coronarias agudas que pueden llegar hasta el infarto de miocardio, además de
trastornos únicamente subjetivos como taquicardias, sensaciones vertiginosas, cefaleas rebeldes,
etc.
Trastornos nerviosos: La víctima de un choque eléctrico sufre frecuentemente trastornos
nerviosos relacionados con pequeñas hemorragias fruto de la desintegración de la sustancia
nerviosa ya sea central o medular. Normalmente el choque eléctrico no hace más que poner de
manifiesto un estado patológico anterior. Por otra parte, es muy frecuente también la aparición de
neurosis de tipo funcional más o menos graves, pudiendo ser transitorias o permanentes.
Trastornos sensoriales, oculares y auditivos: Los trastornos oculares observados a
continuación de la descarga eléctrica son debidos a los efectos luminosos y caloríficos del arco
eléctrico producido. En la mayoría de los casos se traducen en manifestaciones inflamatorias del
fondo y segmento anterior del ojo. Los trastornos auditivos comprobados pueden llegar hasta la
sordera total y se deben generalmente a un traumatismo craneal, a una quemadura grave de
alguna parte del cráneo o a trastornos nerviosos.

EFECTOS DE LA ELECTRICIDAD EN FUNCIÓN DE LA INTENSIDAD DE LA CORRIENTE


      Al suponer la resistencia del cuerpo constante la corriente aumenta al aumentar la tensión (Ley de
Ohm). Si la resistencia del cuerpo se supone variable la corriente aumenta con la humedad del
terreno.
      Valores de corriente entre 1 a 3 miliamperio, no ofrece peligro de mantener el contacto
permanentemente. Ninguna sensación o efecto, umbral de sensación.
      Valores de corriente de 8 miliamperios, aparecen hormigueo desagradable, choque indoloro y un
individuo puede soltar el conductor ya que no pierde control de sus músculos. Efecto de
electrización.
      Valores mayores de 10 miliamperios, el paso de corriente provoca contracción muscular en manos
y brazos, efectos de choque doloroso pero sin pérdida del control muscular, pueden aparecer
quemaduras. Efectos de tetanización. Entre 15 a 20 miliamperios este efecto se agrava.
      Valores entre 25 a 30 miliamperios la tetanización afecta los músculos del tórax provocando
asfixia.
      Valores mayores de miliamperios con menor o mayor tiempo de contacto aparece la fibrilación
cardiaca la cual es mortal. Son contracciones anárquicas del corazón.

La variabilidad de la resistencia del cuerpo humano


La corriente eléctrica que atraviese al cuerpo humano, se puede calcular por medio de la expresión
ya conocida en electrotecnia: I=V / R, o ley de Ohm.
Ic=Vc /Rc
En principio, la corriente en el cuerpo se podría limitar para que no llegase a valores peligrosos
para la salud y/o la vida de los seres vivos, controlando los valores del voltaje aplicado y de la
resistencia de cuerpo. Sin embargo, la resistencia del cuerpo no se puede controlar con certeza, ya
que es sumamente variable. Enseguida se presenta un pequeño resumen de una larga serie de
experimentos realizados por un grupo de investigadores de diferentes nacionalidades.
· De la medición de la resistencia de cuerpo en varios grupos de individuos se ha encontrado una
gran variabilidad en ella. Por ejemplo, personas con valor de resistencia de cuerpo de cien mil
ohms e individuos con resistencia menor a los mil ohms. Tal variación repercute en el valor de la
corriente del cuerpo para personas con alta o baja resistencia siendo por supuesto, mayor en el
individuo con menor resistencia; este hecho explica algunos accidentes mortales que han sucedido
con solo 80 volts en corriente continua.
· La resistencia del cuerpo es inversamente proporcional a la humedad relativa del aire y la
temperatura ambiente. Así, por ejemplo, según se reportó en un congreso, en una serie de
experimentos sobre docenas de individuos con una resistencia de cuerpo de 25000 Ω a una
temperatura de 20°C y una humedad relativa de 50%, al cambiar la temperatura ambiente a 35°C y
la humedad a 95%, el valor de la resistencia de cuerpo se desplomó a valores entre 15000 y 20000
Ω. Este hecho es sin duda muy significativo para el personal que trabaja en climas tropicales.
La resistencia del cuerpo está también muy relacionada con la condición física de la persona, es
decir, si se encuentra seca, húmeda, mojada, etc.; la resistencia disminuye en ese orden.
· La resistencia varía de acuerdo con el modo o circunstancia del contacto, una variación notable
se tiene según las condiciones del punto de contacto, es decir, según las condiciones físicas de la
piel, por ejemplo, piel sana, piel cortada, etc.
· La resistencia del cuerpo varía de manera inversa con la corriente circulante.
· La resistencia cambia en función de la clase de corriente aplicada
· La resistencia varía también en función de la tensión aplicada.
Es evidente que toda esa gama de posibilidades de variación de la resistencia del cuerpo humano
plantea un buen problema para la determinación exacta de la corriente que recorra el cuerpo de la
persona en una situación práctica. Posibles formas de contacto de personas con los medios
eléctricos de servicio y valor aproximado de las resistencias de cuerpo.

Contacto con una mano, estando la persona parada sobre suelo conductor; circulación de corriente
longitudinal de manos a pies: Rc ≈ 750 Ω 
Contacto con las dos manos para la persona sobre suelo conductor; circulación de corriente
longitudinal, de manos a pies: Rc ≈ 500 Ω

 Contacto con una mano, la persona parada con un pie sobre suelo aislante y con el otro sobre
piso conductor; Circulación de corriente longitudinal, de la mano al pie. Rc ≈ 1000 Ω

 Contacto con una mano y con la otra tocando un muro conductor (columna, etc.), la persona,
parada en un piso aislante; Circulación de corriente transversal de mano a mano Rc ≈ 1000 Ω
 Contacto de mano a cadera, la persona parada sobre piso aislante; circulación de corriente parcial
de mano a cadera; Rc ≈ 500 Ω

Contacto de manos a cadera, la persona parada sobre suelo aislante; circulación de corriente
parcial de manos a cadera; Rc ≈ 250 Ω

LOS EFECTOS QUE PUEDEN PRODUCIR LOS ACCIDENTES DE ORIGEN ELÉCTRICO


DEPENDEN DE:
         Intensidad de la corriente.
         Resistencia eléctrica del cuerpo humano.
         Tensión de la corriente.
         Frecuencia y forma del accidente.
         Tiempo de contacto.
         Trayectoria de la corriente en el cuerpo.
Todo accidente eléctrico tiene origen en un defecto de aislamiento y la persona se transforma en
una vía de descarga a tierra.
PRINCIPALES PELIGROS DE LA ELECTRICIDAD
         No es perceptible por los sentidos del humano.
         No tiene olor, solo es detectada cuando en un corto circuito se descompone el aire apareciendo
Ozono.
         No es detectado por la vista.
         No se detecta al gusto ni al oído.
         Al tacto puede ser mortal si no se está debidamente aislado. El cuerpo humano actúa como
circuito entre dos puntos de diferente potencial. No es la tensión la que provoca los efectos
fisiológicos sino la corriente que atraviesa el cuerpo humano.

PREVENCIÓN DE RIESGOS ELÉCTRICOS


         Considerar que todos los circuitos llevan corriente hasta que se demuestre lo contrario
         Evitar el acceso de personal no autorizado a zonas de tablero eléctrico
         Uso de equipo protector apropiado (guantes, protectores visuales y ropa especifica)
         No trabajar en líneas con tensión
         Colocar vallas y señales en zonas peligrosas
         Protegerse contra el contacto con equipos energizados
         Adecuado toma a tierra del sistema eléctrico y de equipos eléctricos
         No dejar conductores desnudos en las instalaciones. evitar empalmes. de existir aislarlos
debidamente
         No dejar en contacto cables con aceites o grases que deterioren su aislación
         Mantener en buen estado interruptores y tomas
         Uso de disyuntores diferenciales y llaves térmicas combinadas
         Mantener las instalaciones siempre limpias y con sus medios de protección
         No utilizar escaleras metálicas cerca de equipos energizados
         Nunca trabajar en un circuito eléctrico sin ayudante capacitación específica

NORMAS DE MANTENIMIENTO ELÉCTRICO


Normas Generales
      Toda persona debe dar cuenta al correspondiente supervisor de los trabajos a realizar y debe
obtener el permiso correspondiente.
      Debe avisar de cualquier condición insegura que observe en su trabajo y advertir de cualquier
defecto en los materiales o herramientas a utilizar.
      Quedan prohibido las acciones temerarias, que suponen actuar sin cumplir con las
Reglamentaciones de Seguridad.
      No hacer bromas, juegos o cualquier acción que pudiera distraer a los operarios.
      Cuando se efectúen trabajos en instalaciones de Baja Tensión, no podrá considerarse la misma
sin tensión si no se ha verificado la ausencia de la misma.
Normas antes de la operación
      A nivel del suelo ubicarse sobre los elementos aislantes correspondientes.
      Utilizar casco (el cabello debe estar contenido dentro del mismo), calzado de seguridad dieléctrico,
guantes aislantes y anteojos de seguridad.
     Utilizar herramientas o equipos aislantes. Revisar antes de su uso el perfecto estado de
conservación y aislamiento de los mismos.
      Desprenderse de todo objeto metálico de uso personal. Quitarse anillos, relojes o cualquier
elemento que pudiera dañar los guantes.
       Utilizar máscaras de protección facial y/o protectores de brazos para proteger las partes del
cuerpo.
       Aislar los conductores o partes desnudas que estén con tensión, próximos al lugar de trabajo.
       La ropa no debe tener partes conductoras y cubrirá totalmente los brazos, las piernas y pecho.

Normas durante la operación


         Abrir los circuitos con el fin de aislar todas las fuentes de tensión que pueden alimentar la
instalación en la que se va a trabajar. Esta apertura debe realizarse en cada uno de los
conductores que alimentan la instalación, exceptuando el neutro.
         Bloquear todos los equipos de corte en posición de apertura. Colocar en el mando o en el mismo
dispositivo la señalización de prohibido de maniobra.
         Verificar la ausencia de tensión. Comprobar si el detector funciona antes y después de realizado
el trabajo.
         Puesta a tierra y la puesta en cortocircuito de cada uno de los conductores sin tensión incluyendo
el neutro.
         Delimitar la zona de trabajo señalizándola adecuadamente.

Normas posteriores a la operación


Reunir a todas las personas que participaron en el trabajo para notificar la reposición de la tensión.
         Verificar visualmente que no hayan quedado en el sitio de trabajo herramientas u otros
elementos.
         Se retirará la señalización y luego el bloqueo.
         Se cerrarán los circuitos.

PRIMEROS AUXILIOS

Interrumpir de inmediato el paso de la corriente


         Desconectar la corriente, maniobrando en los interruptores de la sección o en los generales.
         Si no se puede actuar sobre los interruptores, aislarse debidamente (usando calzado y guantes
de goma, o subiéndose sobre una tabla).
         Si el accidentado queda unido al conductor eléctrico, actuar sobre este último, separándole la
víctima por medio de una pértiga aislante. Si no tiene una a mano, utilizar un palo o bastón de
madera seca.
         Cuando el lesionado quede tendido encima del conductor, envolverle los pies con ropa o tela
seca, tirar de la víctima por los pies con la pértiga o el palo, cuidando que el conductor de corriente
no sea arrastrado también.
         Para actuar con mayor rapidez, cortar el conductor eléctrico a ambos lados de la víctima,
utilizando un hacha provista de mango de madera.
         En alta tensión, suprimir la corriente a ambos lados de la víctima, pues si no, su salvación será
muy peligrosa. En estos casos, lo indicado es pedir ayuda a los servicios de socorro y solicitar a la
compañía que corte el fluido eléctrico.
         Si el accidentado hubiera quedado suspendido a cierta altura del suelo, prever su caída,
colocando debajo colchones, mantas, montones de paja o una lona.
         Tener presente que el electrocutado es un conductor eléctrico mientras a través de él pase la
corriente.

Tratamiento
         Una vez rescatada la víctima, atender rápidamente a su reanimación.
         Por lo general, el paciente sufre una repentina pérdida de conocimiento al recibir la descarga, el
pulso es muy débil y probablemente sufra quemaduras.
         El cuerpo permanece rígido. Si no respira, practicarle la respiración artificial rápidamente y sin
desmayo. Seguramente sea necesario aplicarle un masaje cardíaco, pues el efecto del “shock”
suele paralizar el corazón o descompasar su ritmo.

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