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“PROCESOS DE IDENTIDAD EN LAS


PERSONAS TRANSGENERO”; ¿Qué tanto
afecta el proceso de transición y adaptación de
una persona transgénero en la sociedad?

DOCENTE:
Mg. Ivonne Antoneth Sullca Jaime

ASIGNATURA:
INVESTIGACION FORMATIVA

CICLO:
II D

AUTORES:
CHUQUILLANQUI JIMENEZ ANYELO

JAUREGUI JULCARIMA ANGELA

HUARCAYA TOSCANO EVA JIMENA


“PROCESOS DE IDENTIDAD EN LAS PERSONAS
TRANSGENERO”; ¿Qué tanto afecta el proceso de transición y
adaptación de una persona transgénero en la sociedad?

INTRODUCCION:

(TRINIDAD TORRES, 2021)Menciona que en este estudio se discuten las teorías más

comunes sobre el origen de la identidad de género y se propuso investigar las experiencias de

personas trans con el objetivo de explorar qué factores inciden en el desarrollo de la identidad

de género. Históricamente, han sobresalido dos teorías como las más comunes para explicar el

desarrollo de la identidad de género. Una se enfoca en la fisiología y la otra en lo social. En el

caso de las personas transgénero, activamente rechazan el sexo biológico y las expectativas

hacia ese sexo que les impone la sociedad, mientras que las personas intersexuales desafían lo

que la sociedad tradicionalmente considera “normal” en el cuerpo humano. Aunque no se pudo

reclutar personas intersexuales para la investigación, las personas transgéneros que

participaron indicaron sentir que hay elementos innatos sobre el género y que la identidad

interior de ser masculino o femenino surge de predisposiciones naturales que no pueden ser

cambiadas por la cultura o el medio ambiente.

(PLÁCIDO VILCACHAGUA , 2020)Se muestra el proceso que se viene produciendo en el

Perú, por el reconocimiento del derecho a la identidad de género. Su comienzo, que evidencia

una total desprotección, presenta una constante intolerancia, manifestada a través de actos

violencia hacia las personas LGBTI; sin que el Estado investigue y sancione dichas vulneraciones.

Ello ha quedado de manifiesto con la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos

Humanos recaída en el caso Azul Rojas Marín y otra vs. Perú; situación a la que no es ajena los

niños, niñas y adolescentes trans. Ahora, el accionar del Estado peruano se dirige hacia
evidenciar lo invisible, por un camino tortuoso que pretende salir de la desprotección y llegar al

pleno reconocimiento de la identidad de género como derecho.

DESARROLLO

Discriminación y Estigmatización en la Transexualidad

(Armando Juárez, 2015) “Nos dice que la transexualidad como fenómeno social hoy en

día, ha tomado mucha fuerza y se evidencia de que a pesar de ser a un minorías, siguen siendo

personas rechazadas y discriminadas socialmente, los transexuales son personas aceptadas en

las peluquerías y en ocasiones para servir a las mujeres en consejos de belleza, sin embargo no

existe ningún otro lugar donde puedan llevar a cabo sus labores como profesionales, o como

personas que se desempeñen en algún oficio, imaginar por un instante a un transexual

desempeñándose como docente de preescolar o como Psicólogo son escenarios impensables.

Cabe destacar que el transexual solo se puede desempeñar en lugares de trabajo como la

peluquería o en la prostitución. Sin embargo nos encontramos en el siglo XXI rodeados de tantos

avances tecnológicos y reflexiones científicas acerca de este tema a veces existe la sensación

que para este tipo de temas retrocedemos a la época de las cavernas o al Oscurantismo donde

el transexual debe estar escondiéndose en la mayoría de las veces, como aquel delincuente que

tiene una deuda con la sociedad, y solo sale por la noche que es el único momento en el que

puede debutar sin ser juzgados, discriminados y estigmatizados exponiéndose a un mundo de

peligro y quedando a la merced de la delincuencia y en ocasiones hasta apresurar el final de su

vida. ¿Cabe preguntarse no tanto como investigador, o como lector algunas preguntas quizás

como persona o ser humano de este plante tierra el cual habitamos, pero se ha detenido a

pensar que pasaría si en su hogar, su hijo o hija toma la decisión un día de manifestarle su deseo

de vestirse contrario a su sexo? ¿Qué pasaría si un día su papa quien se ha desempeñado como

un hombre masculino decide ser mujer? O ¿en el caso de mama que decida ser hombre? Sin

escaparnos de la posibilidad de que nuestros hermanos o hermanas decidan hacer lo mismo.


Son muchas las interrogantes sobre las cuales hay que reflexionar más allá del rol de

investigador, hay que reflexionar como personas que somos y no ver esta realidad desde afuera

sino desde adentro simplemente se investiga o se estudia desde lo que nos afecta como

sociedad, pero son muy pocas las personas que se detienen a reflexionar acerca lo que siente

un transexual.”

LA IDENTIDAD DE GENERO TRAS O TRANSEXUAL

(Macarena Espinoza, Olga María Fernández, Natividad Riquelme, & Matías Irarrázaval,

La Identidad Transgénero en la Adolescencia, 2019) Los paradigmas actuales acerca de la

sexualidad distinguen sexo, identidad de género y orientación sexual, siendo todas cualidades

distintas de una persona. Transgénero es un concepto utilizado para nombrar a las personas

que tienen un género distinto al que se les asigna socialmente al nacer, donde la cualidad

femenina o masculina de una persona va más allá de su cuerpo, pudiendo incluso sentir o no

disconformidad con este.

Diferentes autores han descrito modelos de construcción de identidad en personas

lesbianas, gais, bisexuales y transexuales (LGBT). Específicamente, sociólogo canadiense,

explora en adultos de forma retrospectiva el proceso de formación de la identidad trans y

plantea un modelo con 14 etapas. Inicialmente describe una ansiedad permanente (etapa 1)

causada por el propio sexo y género: se caracteriza por malestar con el rol social y cuerpo,

como también por incomodidad con los otros, sentimientos de no encajar o ser torpe

socialmente. Esta ansiedad es seguida de una confusión de identidad sobre el sexo y género

asignados (etapa 2). Incluso plantea que en esta etapa los niños y niñas pueden estar

convencidos de que pertenecen a otro género y verbalizarlo a su entorno, el que generalmente

se encarga de corregir estas ideas. Es común que en esta etapa de confusión las personas

intenten comportarse y verse como personas de su sexo asignado, aunque se sientan


diferentes. Posteriormente habría una comparación de identidad (etapa 3): el individuo

intenta mediar entre las expectativas sociales de género y sus propias necesidades y compara

sus sentimientos con otras formas de comportarse o identidades alternativas (marimacho,

afeminado) con las que se identifican. Luego de estas etapas iniciales hay un descubrimiento

del concepto trans (etapa 4), que para muchas personas sería una nueva forma de darle

sentido a la propia experiencia. Después emerge una etapa de confusión de identidad sobre lo

trans (etapa 5), en la que hay una búsqueda de información sobre lo que significa ser trans y

una comparación de identidad (etapa 6), donde lo central es la comparación que hace el

individuo de sí mismo con personas trans, de su sexo asignado al nacer y de su género

experimentado. Posterior a estas etapas, Devor (2004) identifica una tolerancia de la identidad

trans (etapa 7), donde el individuo comienza a aceptar que esta etiqueta describe quien es,

para luego pasar por un retraso previo a la aceptación de la identidad trans (etapa 8), donde

busca estar seguro de que hay una solución para su disconformidad de género. Es en esta

última etapa donde la validación de los otros y el sentirse reflejado por otras personas que ya

han aceptado su identidad trans toma gran relevancia para el proceso de aceptación de dicha

identidad (etapa 9). Este autor describe un retraso previo a la transición (etapa 10), debido a

los múltiples arreglos que debe hacer el sujeto previo a la transición, desde decidir qué

cambios necesita para sí mismo hasta ahorrar el dinero necesario para llevarlos a cabo.

Posteriormente ocurre la transición (etapa 11), que es seguida de una fase de aceptación de la

identidad trans, luego una postransición (etapa 12), en donde el individuo debe aceptarse a sí

mismo como perteneciente al género hacia el cual transitó, incluso si su cuerpo no muestra

esta realidad a los otros. La penúltima etapa es de integración (etapa 13), siendo fundamental

la integración social, el manejo del estigma y la creación de un estilo de vida que permita

integrar el pasado con la vida post transición. La última etapa es la del orgullo (etapa 14) de la

propia identidad trans, en la que las personas se muestran abiertas sobre su identidad de

género en situaciones relevantes y hablan en nombre de las personas trans cuando es


necesario defenderlas o apoyarlas. El autor aclara que el modelo propuesto no es aplicable a

todas las personas trans de la misma manera y que las etapas descritas no son obligatorias ni

rígidas en su secuencia y tiempo.

En un estudio cualitativo con población adulta, describen tres fenómenos centrales en

el proceso de desarrollo de una identidad transgénero. El primero es el sentimiento de ser

tratados como artículos dañados desde la infancia, en el que es central la presión percibida

desde múltiples fuentes para ajustarse a las expectativas de género. El segundo fenómeno que

describen es sobre el poder del lenguaje para fomentar la aceptación, describen cómo facilita

la exploración de la propia identidad de género conocer narraciones de otras personas trans,

tener espacios seguros para expresar su género, el lenguaje afirmativo y el apoyo social. Por

último, estos autores plantean que la formación de identidad sería un proceso continuo de

equilibrio entre el sentido de autenticidad de género y las necesidades del individuo

(seguridad, sociales, materiales, entre otros).

“IDENTIDAD DE GÉNERO”

La identidad de género reflejada en la sociedad peruana

De acuerdo a lo manifestado por la Defensoría del Pueblo(2016), son los estigmas,

prejuicios y estereotipos que tiene la sociedad respecto de la orientación sexual e identidad de

género no normativa lo que convierte a la población LGTBI en un blanco de violaciones a sus

derechos fundamentales, en clara alusión a su condición de minoría vulnerable lo cual se ve

reflejado en los insultos, agresiones y atentados que dichas personas sufren en la cotidianidad,

debido a que su condición no es comprendida y mucho menos aceptada por la sociedad. La

intolerancia por parte de la región no solo se ve reflejada en los ciudadanos, sino también en las

conductas que desvelan visiones investidas de prejuicios por parte de las autoridades judiciales
quienes, en teoría, se supone que son los máximos encargados de velar por la protección de los

derechos fundamentales de todas las personas integrantes de la nación.

Por otro lado, cabe resaltar que, de todos los actos de violencia o discriminación, los

afectados no suelen denunciarlos ante las autoridades; ello por temor a una mayor

discriminación o rechazo por parte de las entidades que supuestamente tienen como funciones

la protección de los derechos fundamentales de las minorías vulnerables. Asimismo, forman

parte de las razones respecto del bajo índice de denuncias el temor a las represalias, pues los

afectados han manifestado temer identificarse como personas LGTBI debido a la falta de

confianza en la policía o en el sistema judicial.

De la misma manera, es muy frecuente ver casos en los que víctimas, familiares o amigos

de las víctimas no denuncian los abusos de sus familiares o amistades LGTBI, debido a los altos

niveles de prejuicio y hostilidad contra las orientaciones sexuales e identidades de género no

normativas que despliegan las autoridades y otros miembros de las comunidades. Molina (2020)

Al respecto, resulta necesario acotar que dichos hechos ocurren en razón a la

insuficiente y precaria capacitación otorgada a los agentes policiales y autoridades en general,

así como la falta de promoción del reconocimiento de los derechos de la comunidad LGTBI y la

ambigüedad de la normativa nacional respecto de los temas relacionados a la diversidad sexual.

Asociación entre identidad de género y discriminación

según Vílchez (2019) las personas LGTBI son una de las poblaciones más discriminadas

a nivel mundial y dentro de ella la población trans, es la más vulnerable, esto debido a la

inexistencia de leyes que obliguen a respetar sus derechos humanos. tuvo como objetivo evaluar

la asociación entre la identidad de género y la discriminación en personas de la sociedad


a partir de la primera encuesta virtual LGTBI en el año 2017 se analizaron los datos de

la población menores de 18 años de edad, se definió como la vivencia intrínseca de cada

persona, la cual tendría concordancia o no con el sexo concedido al nacimiento, implicando la

vivencia individual del cuerpo. para la distribución de las variables evaluó las frecuencias y

porcentajes. llega a demostrar que a menor edad de las personas trans existe mayor

discriminación. también influye el no contar con un registro de salud en las personas trans las

predispone a mayor discriminación.

SITUACION DE LAS PERSONAS LGTBI Y CASOS EMBLEMATICOS DE PERSONAS LGBTI DURANTE EL

2021

ANALISIS NORMATIVO Y DE LA SITUACION DE CUMPLIMIENTO DE LAS OBLIGACIONES DEL

ESTADO PARA GARANTIZAR LOS DERECHOS HUMANOS DE LAS PERSONAS LGBTI

En este apartado vamos a analizar los avances y retrocesos en las políticas de nuestro

país respecto a la protección y garantía de los derechos humanos de las personas LGBTI. En

primer lugar, analizaremos las políticas de protección frente a la discriminación, a la salud y a la

educación. En segundo lugar, presentaremos dos problemas emblemáticos que han tenido

sentencias favorables durante el 2021, a fin de mostrar como la judaización de los actos de

discriminación contra la población LGBTI puede llegar hacer una herramienta muy poderosa en

favor de la igualdad. Finalmente, analizaremos el escenario de violencia en el que viven las

personas transgénero para identificar las barreras de acceso a la justicia en esta materia.

Antes de empezar, es importante señalar que las personas LGBTI fueron reconocidas,

por primera vez en nuestro país, como grupo de especial protección en el Plan Nacional de

Derechos Humanos 2018-2021 e incluyó 3 objetivos estratégicos respecto a esta población182:


1. Garantizar el goce de una vida sin discriminación y/o violencia de las personas

LGBTI.

2. Garantizar el reconocimiento de la identidad de género de las personas trans.

3. Garantizar el acceso a los servicios de salud de las personas LGBTI, priorizando

los principales problemas que les afectan.

De acuerdo al Anteproyecto del Tercer Informe sobre los Avances de Implementación

del Plan Nacional de Derechos Humanos 2018-2021, durante el 2020, el estado de cumplimiento

de los compromisos, para ese año, son los siguientes:

OBJETIVOS ESTRATEGICOS 1: FARANTIZAR EL GOCE DE UNA VIDA SIN DISCRIMINACION Y/O

VIOLENCIA DE LAS PERSONAS LGBTI.

1.- Se ha mejorado el sistema de registro por discriminación y violencia incluyendo la

que afecta a las personas LGBTI, por su identidad de género u orientación sexual. Así, la Policía

Nacional del Perú señaló que se reportó un total de 45 denuncias sobre discriminación por

identidad de género u orientación sexual durante el 2020183.

2.- El sistema de información del Poder Judicial no cuenta con la opción de consignar

datos que identifiquen a las personas LGBTI que forman parte de un proceso. Al respecto, se

señaló en el anteproyecto que la Secretaría General de la Corte Suprema de Justicia ha solicitado

a la Gerencia de Informática que informe sobre la viabilidad de implementar dicha opción.

4.- El Ministerio Público no brindó información sobre si sus registros cuentan con el

indicador de orientación sexual e identidad de género.

5.- Para el 2020, se asumió el compromiso de contar con un mapeo de registros

administrativos para la medición de discriminación y violencia por motivo de identidad de


género u orientación sexual en los registros administrativos de instituciones públicas que

integran la Comisión Multisectorial de Alto Nivel y la Comisión Nacional contra la Discriminación.

Se reportó que la Dirección de Promoción y Protección de los Derechos de las Mujeres, en

coordinación con la Dirección General Contra la Violencia de Género, a través del Observatorio

Nacional de la Violencia contra las Mujeres y los Integrantes del Grupo Familiar, elaboró un

instrumento de recojo de información y que se ha registrado información remitida por un

porcentaje de instituciones. No obstante, a la fecha están a la espera del detalle de la

información.

OBJETIVO ESTRATEGICO 2: GARANTIZAR EL RECONOCIMIENTO DE LA IDENTIDAD DE GENERO DE

LAS PERSONAS TRANS

• El registro Nacional de Identificación y Estado Civil (RENIEC) señalo que durante el

2020 no se registró inscripciones de ratificación de nombre y/o persona trans.

• Durante el 2019, se otorgó facultades a la Defensa Pública del Ministerio de Justicia

para que pueda brindar patrocino gratuito en materia de ratificación de partida y/o vulneración

del derecho a la identidad.

OBJETIVO ESTRATEGICO 3: GARANTIZAR EL ACCESO A LOS SERVICIOS DE LA SALUD DE LAS

PERSONAS LGBTI, PRIORIZANDO LOS PRINCIPALES PROBLEMAS QUE LOS/AS LES AFECTAN:

• No se brindó información. No obstante, en el Segundo Informe sobre los Avances de

Implementación del Plan Nacional de Derechos Humanos 2018-2021, se reportó que al 2019 el

23 % de la población de hombres gays y 16 % de mujeres trans accedieron a una atención

médico-preventiva de ITS y VIH. Asimismo, este segundo informe reportó que el ministerio de
salud (MINSA) no cumplió con la elaboración de un protocolo de atención en salud para mujeres

trans186.

Asimismo, se reportó que durante el 2020 no se logró fortalecer las capacidades de las

personas LGBTI para la defensa de sus derechos debido a las restricciones producidas por la

COVID-19.

JUDICIALIZACION COMO HERRAMIENTA PARA LOGRAR JUSTICIA E IGUALDAD

EL CASO DE DANIA CALDERON VERSUS EL REGISTRO NACIONAL DE IDENTIFICACION Y ESTADOI

CIVIL (RENIEC)

La identidad de género es uno de los derechos más vulnerados de la población trans.

Como hemos mencionado, a la fecha no existe una Ley de identidad de género en nuestro país,

por lo que las personas trans que buscan el reconocimiento de su nombre social y género en el

DNI tienen que recurrir a un proceso judicial en la vía civil, para así poder ejercer en igualdad de

condiciones sus demás derechos como la salud211, educación, trabajo, entre otros.

En el apartado 1.1 detallamos que el 87 % de las personas trans encuestadas para este

informe no cuentan con un DNI que represente su nombre social y han decidido no iniciar

ninguna acción legal. Ello se puede deber, principalmente, a que la judicialización de estos casos

conlleva afrontar una incertidumbre total al no existir reglas claras en el proceso, así como al

largo tiempo que toman estos procesos. En efecto, la Comisión Nacional contra la Discriminación

(CONACOD) reporto en 2019 que de un universo de 140 casos de reconocimiento de nombre

y/o sexo, solo 9 habían concluido su trámite, de los cuales solo 4 tuvieran una respuesta positiva

de parte del juzgado212.

En el apartado 1.1 detallamos que el 87 % de las personas trans encuestadas para este

informe no cuentan con un DNI que represente su nombre social y han decidido no iniciar

ninguna acción legal. Ello se puede deber, principalmente, a que la judicialización de estos casos
conlleva afrontar una incertidumbre total al no existir reglas claras en el proceso, así como al

largo tiempo que toman estos procesos. En efecto, la sentencia recaída en el expediente

N°06040-2015-PA/TC. Si bien este pronunciamiento señalo la existencia de una fuerte

“tendencia” que de reconocer el derecho a la identidad de género (fundamento 14) y

establecido el reconocimiento de nombre y/o sexo, solo 9 habían concluido su trámite, de los

cuales solo 4 tuvieran una respuesta positiva de parte del juzgado212.

En este escenario, la victoria de Dania Elizabeth Calderón García, quien se convirtió en

la primera mujer trans en obtener una sentencia favorable para la realización del cambio de

nombre y sexo en su DNI sin tener que realizarse una cirugía de afirmación de género, fue

aclamada por la población LGBTI y, a su vez, reflejo la carencia del sistema judicial para

garantizar el derecho a la identidad de género de las personas trans.

SITUACIÓN GENERAL DE VIOLENCIA Y DISCRIMINACIÓN HACIA LAS PERSONAS LGBTI.

En el presente capítulo desarrollaremos los aspectos generales sobre la realidad de las

personas LGBTI y, en particular, de las personas trans e intersex durante el 2021. Antes de

comenzar, es importante realizar dos precisiones. En primer lugar, la población LGBTI no es un

grupo homogéneo, por el contrario, las personas LGBTI pueden reunir otras características o

pertenencias que pueden impactar en el ejercicio de su derecho a la igualdad, así como en las

necesidades que requieren para garantizar el ejercicio de sus derechos en igualdad de

condiciones. Estas características o pertenencias pueden ser estar en una situación de

discapacidad, origen étnico, ser migrante, vivir con VIH, entre otras. Por ello, en el presente

informe si bien utilizamos el término «personas LGBTI», con este no pretendemos uniformizar

las experiencias de las personas al interior de este colectivo. Por el contrario, pretendemos

evidenciar que las situaciones de discriminación, violencia e incluso condiciones de

vulnerabilidad varían en función de otras características individuales y colectivas. (Rojas, 2020)


“diseñar e implementar un sistema de recopilación de datos y cifras con precisión y de

manera uniforme el tipo, la prevalencia, las tendencias y las pautas de la violencia y la

discriminación contra las personas LGBTI, desglosando los datos por comunidades, la raza, el

origen étnico, la religión o las creencias, el estado de salud, la edad, y la clase o la situación de

acusaciones, condenas y absoluciones. Esta información deberá ser difundida anualmente por

el Estado a través del informe correspondiente, garantizando su acceso a toda la población en

general, así como la reserva de la identidad de las víctimas”. (Rojas, 2020)

Existe una falta de información desagregada por otras variables, como la pertenencia

étnica, situación migratoria, condición de discapacidad, entre otras, lo cual impide

dimensionar adecuadamente la discriminación y violencia que experimentan las personas

LGBTI. Sin perjuicio de ello, y teniendo en cuenta las limitaciones detalladas en la metodología,

a continuación, buscaremos realizar una contextualización general de la situación de los

derechos de las personas LGBTI en nuestro país durante el 2021. (Rojas, 2020)

Contexto general y COVID-19

La llegada de la COVID-19 remeció a todo el mundo, afectando no solo el derecho a la

salud, sino el ejercicio de múltiples derechos de la población mundial, entre los que podemos

destacar el derecho al trabajo, educación, salud, entre otros. Situación que se ha encrudecido

en el caso de poblaciones en situación de vulnerabilidad, como las personas LGBTI, debido a

que antes de la pandemia ya existía un contexto de discriminación estructural contra esta

población, situación que se exacerbó en el contexto de la pandemia sanitaria por la COVID-19,

tal y como lo veremos en este apartado. (World, 2020).

La única información estadística compuesta por: la Primera Encuesta Virtual para

Personas LGBTI realizada en el año 2017 por el Instituto Nacional de Estadística e


Informática15 y la II Encuesta Nacional de Derechos Humanos realizada por el Ministerio de

Justicia junto a IPSOS16. (Gámez, 2020).

Asimismo, de acuerdo con ILGA World, durante el 2021 se siguieron produciendo a

nivel mundial detenciones y procesamientos por actos sexuales consensuadas entre personas

adultas del mismo sexo o por tener expresiones de género diversas, siendo que las nociones

binarias y esencialistas de género producen que las personas trans y de género diverso sean

procesadas sobre la base de leyes que criminalizan los actos sexuales del mismo sexo, la

igualdad y no discriminación y al ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos de las

personas con orientaciones o expresiones de género diversas. (Botha, 2020)

Esta misma organización mundial determinó que al 2019, 49 países no permitían que

las personas trans realicen el cambio del indicador «género» en sus documentos de identidad,

29 de estos países ni siquiera permiten que las personas trans tramiten el cambio de nombre

en sus documentos de identidad. Por lo que las personas trans, a nivel mundial, siguen sin

poder ejercer su derecho a la identidad de género, el cual les permite acceder a todos los

demás derechos. Asimismo, 13 países que sí permiten el cambio de nombre y/o indicador de

género, solicitan un diagnóstico psicológico o psiquiátrico. (Chiam, 2020)

Hecho que ha sido corroborado por el Experto Independiente sobre la protección

contra la violencia y discriminación o identidad de género de las Naciones Unidas24. Sumado a

ello, se reportó que algunas medidas de emergencia están estimulando las violaciones de

derechos humanos, por ejemplo, las medidas de restricción de salida por género impuestas en

América Latina. (Espino, Lazo, 2020)

DERECHO AL TRABAJO
El derecho al trabajo está reconocido a nivel internacional en el artículo 23 de la

Declaración Universal de Derechos Humanos, los artículos 6 al 10 Pacto Internacional de

Derechos Económicos, Sociales y Culturales, el derecho de toda persona a tener la oportunidad

de ganarse la vida mediante un trabajo libremente escogido o aceptado. Asimismo, a nivel

internacional existe la Organización Internacional del Trabajo respecto al derecho al trabajo.

(OIT, 2021)

Asimismo, ha establecido una lista de principios y derechos fundamentales en el

trabajo dentro de los cuales se encuentra la eliminación de toda forma de discriminación en

materia de empleo y ocupación45. Este principio-derecho está estrechamente ligado a la

garantía del derecho al trabajo de la población LGBTI pues, precisamente la barrera que

afronta esta población en la búsqueda de trabajo es ser víctimas de discriminación y violencia.

(OIT, 2021)

A nivel nacional, el artículo 22 de la Constitución Política del Perú reconoce al trabajo

como un deber y derecho, así como la base del bienestar social y un medio de realización de

las personas. Este derecho implica que la persona preste un servicio retribuido a cuenta

personal, el cual debe ser libremente escogido. (OIT, 2021)

En tal sentido, tanto a nivel internacional como nacional, el derecho al trabajo es un

derecho humano protegido y que debe ser garantizado por el Estado peruano y respetado por

todas las personas naturales y jurídicas que se encuentran en nuestro país. (INEI, 2021)

En cuanto a la realidad laboral general de nuestro país, el Instituto Nacional de

Estadística e Informática y trabajar que están trabajando o buscando un trabajo46- ascendió al

70.7 %47. De ese porcentaje, el 94.7 % general a 5.3 %. No obstante, del total de personas con

un empleo, sólo el 50 % recibía ingresos por encima del mínimo referencial y laboraba en una
jornada de 35 horas o más a la semana o una jornada menor, pero por decisión propia. (INEI,

2021)

Otro gran avance durante el 2021, la cual es una herramienta promovida por

Participaron 47 empresas y organización, 43 de ellas pertenecientes al sector privado, 3 al

sector público y 1 es una organización no gubernamental que cuentan con políticas inclusivas

hacia la diversidad LGBTI. Entre ellas podemos resaltar el recoger periódicamente información

sobre necesidades y expectativas de los trabajadores LGBTI, contar con un Comité de

Diversidad, brindar facilidades de pago para el acceso a tratamiento hormonal, contar con un

protocolo de capacitación al área pertinente en caso de transición de algún/a/e

trabajador/a/e, así como garantizar que la persona pueda hacer uso de servicios higiénicos del

género con el que se sientan. (IES, 2021)

Esto representan un avance en la inclusión laboral de las personas LGBTI al promover

la implementación de políticas laborales inclusivas, no obstante, aún falta un largo tramo por

recorrer, sobre todo en el caso de las personas trans, cuyo derecho al trabajo se sigue viendo

gravemente afectado al no contar con una ley de identidad que garantice, mediante un

procedimiento administrativo. (IES, 2021)

DERECHO A LA EDUCACIÓN

A nivel internacional, el derecho a la educación se encuentra reconocido en diversos

tratados, entre los cuales podemos resaltar el PIDESC que, además de reconocerla como un

derecho, señala que debe orientarse hacia el pleno desarrollo de la personalidad humana y del

sentido de su dignidad, así como debe la Convención sobre los Derechos del Niño reconoce el

derecho de toda niña y niño a la educación en igualdad de condiciones, la cual debe estar

encaminada a desarrollar la personalidad, aptitudes y capacidad mental y física del niño,

inculcarle el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales; así como
prepararlos para vivir una vida responsable, en igualdad de los sexos y amistad entre los

pueblos, líneas orientativas que el PIDESC. (IPE, 2020)

A nivel constitucional, la educación se encuentra regulada en los artículos 13 al 19 de

nuestra Constitución Política, los cuáles señalan, en consonancia con las normas

internacionales, que la educación tiene como; educación inicial, primaria y secundaria, la

gratuidad de esta educación en las instituciones estatales. (República Sociedad, 2021)

CASO DE DANIA

Dania es una mujer de 42 años que tuvo que librar una lucha de 6 años para poder

obtener una sentencia favorable que le permita contar con un DNI que la represente. Durante

una entrevista al Diario el Comercio, Dania señaló:

“Este proceso no ha sido nada fácil. Ha sido un proceso largo, tedioso, no solo

desgastante en lo económico, físico, si no también en lo mental. Ha sido, un proceso que

particularmente, me ah pasado factura en mi estado anímico (…)”

“En un momento del proceso había decidido dejarlo todo. Había tantas incongruencias

de la RENIEC acerca de mi demanda que influyó en el tema de la decisión, pero seguí firme.

Como tengo mis compañeras aquí en féminas, siempre ellas acompañaras, en las buenas y en

las malas, y es en ellas donde tuve el soporte de seguir adelante en este caso. A veces la

sociedad nos empuja a tomar decisiones equivocadas”

De acuerdo con la entrevista en referencia, el proceso se inició en el 2016 en la ciudad

de Huaraz y posteriormente fue trasladado a Lima. Johan Sotelo –abogada de Dania – declaró

que en nuestro país «no hay una aceptación a lo emitido por la Corte Interamericana de

Derechos Humanos, la cual señala que solo basta la voluntad de la persona para su

reconocimiento en sus documentos de identificación.


Es preciso recordar que los criterios establecidos por la Corte IDH respecto al

reconocimiento de la identidad de género como un derecho protegido por el artículo 1.1 de la

CADH, conforme se señaló en el capítulo 2 del presente informe, así como a la necesidad de

contar con procedimientos administrativos de cambio de datos en el DNI, céleres,

confidenciales, que tiendan la gratuidad, no estigmatizantes, que no exijan operaciones o

intervenciones quirúrgicas ni informes psiquiátricos y que, por el contrario, se encuentren

basados únicamente en el voluntad de la persona trans que decida realizar este cambio.

Sin embargo, como señala la abogada de Dania, en nuestro país no se reconocen ni

aplican estos criterios; por ello, la sentencia de Dania es un paso hacia el reconocimiento de la

identidad de género sin necesidad de una intervención quirúrgica. En efecto, la sentencia

realiza un recuento de la diferencia entre sexo y género, así como afirma que el sexo no es solo

biológico.

“(…) el sexo no se reduce al ámbito biológico, si no que para lograr una autentica

identidad sexual en las personas; en este sentido, el sexo de las personas también puede ser

de índole masculino femenino, sin interesar su órgano genital, sin embargo, cabe precisar que

su “sexo” será entendible desde un ámbito psicológico”

En base a la argumentación antes citada, el Segundo Civil de la Molina y Cieneguilla

afirma que en la demanda no se esta haciendo referencia a un cambio de sexo biológico y

cromosómico (teniendo en cuenta que Diana no se ah sometido a una intervención quirúrgica

de reasignación de sexo), sino a un “cambio de sexo en los documentales psicológico, cultural

y sociedad, pues alega que siempre ah asumido una identidad sexual femenina (…)”

Sumado a ello, el Juzgado reconoce que el derecho a la identidad de género implica el

derecho a solicitar el cambio de sexo en los documentos de identidad y que la negativa de

realizar este cambio, construiría un acto de discriminación. Esta afirmación es sustentada en


pronunciamientos de la corte IDH y de la CIDH lo cual se significa un avance en el

reconocimiento del marco normativo internacional en los juzgados de nuestro país.

El caso de Dania es una muestra de que la judicialización sí puede ser un aporte para la

garantía de los derechos como la identidad de género y la igualdad y no discriminación, no

obstante, es importante señalar que estos procesos no son fáciles, por el contrario, están

muchas veces plagados de obstáculos como los que señaló Dania, que incluso la tentaron a

abandonar el proceso, ello sumado a la carga emocional que implica enfrentarse a un sistema

judicial que aún no reconoce plenamente los derechos de las personas LGBTI. Por ello, el

apelar al respeto a las Reglas de Brasilia, así como de los criterios establecidos en la Corte IDH,

son vitales para continuar en esta lucha. Estos esfuerzos deben verse complementados con la

capacitación continua de los magistrados no solo en el enfoque de género sino también en el

enfoque LGBTI, obligación que ha sido establecida por la Corte IDH como una de las medidas

de reparación en el caso Azul Rojas y Otra vs. Perú216.

EL CASO DE JENNY TRUJILLO Y DARLING DELFIN PONCE, SENTENCIA HISTÓRICA DE DOS

MAMÁS

Las familias LGBTI se encuentran en pie de lucha en busca del reconocimiento de los

derechos derivados del vínculo que han decidido formar, tales como derechos sucesorios217,

de alimentos, de salud, etc., los cuales sí son reconocidos a familias heterosexuales o

cisgénero. Las personas LGBTI, al decidir formar una familia en nuestro país, se enfrentan a dos

grandes barreras: el reconocimiento legal de su unión y el reconocimiento legal de su unión y

el reconocimiento de su co-paternidad o co-maternidad respecto a sus hijos.

El caso que analizaremos en el presente apartado se enmarca en la segunda barrera.

Jenny y Darling son una pareja que, al no estar reconocido el matrimonio igualitario, se casó el

2012 en Perú de forma simbólica218, y de forma legal en México durante el mismo año. Dos
años después nació su hijo en México, país en el cual se le reconoció sin mayor inconveniente

de la co-maternidad, tal y como figura en su partida de nacimiento. En el año 2015, Jenny y

Darling decidieron volver al Perú junto a su hijo. Al regresar, se enfrentaron a una realidad

totalmente diferente a la de México pues, al momento de solicitar a RENIEC el registro de

emisión del DNI de su hijo, están institución se negó a reconocer a Jenny como su madre, a

pesar de contar con la partida de nacimiento donde figura a la co-maternidad por la

Superintendencia Nacional de Migraciones.

El marco legal peruano en materia de familia tiene una regulación basada en el

binarismo y en el hetero cisgenerismo. De acuerdo con el artículo 19 del Código Civil, toda

persona tiene el derecho y el deber de llevar un nombre el cual incluye los apellidos, los cuales

son reconocidos como el primer apellido del padre y el primer apellido de la madre. Con este

sentido, el artículo 21 del mismo Código, al regular la inscripción del nacimiento hace mención

únicamente a la posibilidad de registrar los apellidos del padre y de la madre, incluso señala

que cuando el padre o la madre efectúe separadamente la inscripción del nacimiento del

menor nacido fuera del vínculo matrimonial, podrá ser registrado por uno de ellos,

consignados el apellido de la madre y del presunto progenitor (presunto padre)

Por su parte, el artículo 32 del Reglamento de Inscripciones del RENIEC, aprobado

mediante Decreto Supremo N° 015-98-PCM, sigue la misma lógica al señalar que la inscripción

del nacimiento detallará la siguiente información:

1. Hora, fecha y lugar de nacimiento.

2. Sexo.

3. Nombre del inscrito (bebé).

4. El nombre, la edad, nacionalidad, y el número de documento de identificación

del padre y la madre, así como el domicilio de esta última.

5. Lugar y fecha de inscripción.


6. Nombre y firma de los declarantes.

7. Nombre y firma del registrador.

Este marco legal peruano es el que actualmente impide la posibilidad de reconocer la

co-maternidad, co-paternidad u homoparentalidad de las familias LGBTI, afectando el ejercicio

de todos los derechos derivados de un vínculo familiar. Es por ello que el caso de Jenny y

Darling representa una esperanza de cambio frente al sistema actual.

Luego de haber iniciado las acciones administrativas correspondientes, y tras haber

obtenido una respuesta negativa del reconocimiento de la co-maternidad, Jenny y Darling

decidieron iniciar un proceso judicial de amparo en junio de 2017, solicitando el

reconocimiento de la co-maternidad en el DNI de su hijo. En octubre de 202, 6 años después

de haber regresado a Perú y en 3 años después de haber iniciado el proceso de amparo, el

Segundo Juzgado Constitucional de Lima resolvió el caso declarando fundada en parte la

demanda, ordenando a RENIEC que proceda con la inscripción de ambas madres en el DNI de

su hijo. Esta decisión se sustentó en los siguientes argumentos.

Primero, el Juzgado señaló que el concepto de familia, siguiendo a la Corte IDH222, no

es un concepto cerrado ni estático, por lo que no existe un modelo especifico de familia. Así

mismo señaló que, de acuerdo a los Principios de Yogyakarta, toda persona tiene derecho a

formar una familia, independientemente de su orientación sexual o identidad de género.

Segundo, teniendo en cuenta la concepción abierta de familia, el juzgado señaló que el

deber de protección de la familia –recogido en el artículo 4 de la Constitución peruana– debe

ser entendido como el favorecer de la manera más amplia la protección familiar, su desarrollo

y fortaleza del núcleo familiar. Deber que no ha sido cumplido ni respetado por RENIEC al no

registrar la identidad de una de las madres y, por ende, omite parte de la identidad del niño.

Tercero, el juzgado determino que, para analizar la vulneración de los derechos del

hijo de Jenny y Darling, no solo se debe tener en cuenta las normas legales peruanas, sino
también las normas internacionales, a través del control de convencionalidad, tales como: la

CADH, los tratados regionales en materia de derechos humanos, así como la jurisprudencia de

la corte IDH. Por ello, para la interpretación y evaluación del concepto de familia, deber de

protección de familia e interés superior del niño, se han tomado en cuenta los

pronunciamientos de la Corte IDH y las normas internacionales.

Cuarto, el juzgado indicó que el denominado principio de interés superior del niño

implica tener en cuenta el impacto positivo y/o negativo que tendrá una decisión respecto a

los derechos del niño, considerándolo como sujeto de derecho y arribando la decisión que más

satisfaga de manera integral sus derechos. Así este principio debe ser utilizado y considerado

cada vez que se adopten decisiones que tengan como destinatarios a un niño, como en este

caso, obligando a instituciones privadas y públicas. No obstante, el cumplimiento del principio

de interés superior del niño no se da con la mera mención del mismo, como lo hizo RENIEC,

sino que se debe sustentar cómo la decisión tomada garantiza este principio y, en

consecuencia, los derechos del niño. En razón a ello, el juzgado señalo que RENIEC no cumplió

con el deber de aplicar este principio, pues no consta que se haya realizado una evaluación de

las repercusiones que tendría el negar la inscripción de sus dos madres en los derechos del

niño. Repercusiones que han sido perjudiciales, ya que se ha vulnerado su derecho a la familia,

negado parte de su identidad, vulnerado tanto los derechos conexos a la familia, como los

derechos sucesorios, de alimentos, etc., dejando al niño en una situación de extrema

vulnerabilidad.

De los argumentos antes reseñados, podemos destacar que el juzgado utilizó las

normas internacionales e hizo mención al control de convencionalidad, lo cual suele no ser

utilizado por los juzgados, tal y como lo señaló la abogada del caso Dania Calderón. Asimismo,

resaltamos la interpretación abierta que se ha utilizado del concepto de familia y sus

implicancias en el deber de protección de la familia reconocido en el artículo 4 de la


Constitución, así como la interpretación y aplicación del principio de interés superior del niño.

Si bien el juzgado no se pronunció sobre el derecho a no ser discriminado por orientación

sexual de las madres, constituye un avance jurisprudencial que podría ser utilizado en

próximos procesos judiciales que busquen el reconocimiento de matrimonios igualitarios

realizados en el exterior, así como el reconocimiento de la co-maternidad, co-paternidad u

homoparentalidad.

Ahora, al ser una sentencia de primera instancia, lamentablemente, no tiene una

fuerza vinculante respecto a otros jueces y juezas, así como todavía no es un pronunciamiento

firme, pero igual representa un avance hacia el reconocimiento de los derechos de las

personas LGBTI. Vemos que la lucha hacia la conquista de derechos LGBTI puede utilizar como

herramienta la judicialización de casos que vulneran estos derechos. Esta herramienta no es

perfecta y significa un desgaste emocional y económico tanto para las personas defensoras de

los derechos, como para las personas víctimas de los actos de discriminación y violencia; sin

embargo, a largo plazo, puede implicar la construcción de un camino hacia una sociedad más

igualitaria.

A la fecha de elaboración del presente informe, la sentencia que declaró fundada en

parte la solicitud de Jenny y Darling ha sido apelada por RENIEC y se encuentra pendiente de

resolución en segunda instancia.

VIOLENCIA CONTRA PERSONAS TRANS Y PERSONAS CON ORIENTACIONES SEXUALES

DISIDENTES: RECUENTO DE CASOS DE VIOLENCIA Y OBSTÁCULOS EN EL ACCESO A LA JUSTICIA

Actualmente, la normativa peruana contempla el delito de discriminación por

orientación sexual e identidad de género (artículo 323 del código penal). Asimismo, se ha

regulado la posibilidad de que otros delitos, como el homicidio o la violación sexual, pueden

ser calificados con agravante por discriminación, que pueden ser útiles para la protección
judicial de las personas LGBTI frente a la violencia por prejuicio (artículo 46.2 del código penal)

a sí mismo a la ley para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres y los

integrantes del grupo familiar, Ley 30364, incluye un enfoque interssecional de las mujeres

vistas en su diversidad225, que puede ser también utilizado para determinadas situaciones de

violencia de las que puedan ser víctimas las mujeres por su orientación sexual.

Lamentablemente esta norma no incluyó la identidad de género dentro del enfoque

interssecional. En el presente apartado, mencionaremos los casos de violencia contra personas

trans y personas con orientaciones sexuales disidentes reportados durante el 2021 y,

posteriormente, analizaremos los obstáculos existentes en el acceso a la justicia desde una

mirada normativa.

CASOS DE VIOLENCIA CONTRA PERSONAS TRANS Y PERSONAS CON ORIENTACIONES SEXUALES

DISIDENTES

La violencia por prejuicio es una problemática que mantiene en un estado de temor y

miedo a las personas LGBTI, no solo a sufrir estos actos, sino a denunciarlo debido a la

desconfianza existente en el sistema de justicia generada por las barras específicas que afronta

la población LGBTI al momento de intentar acceder a la justicia. Situaciones que deben ser

erradicadas y afrontadas mediante leyes, políticas públicas y acciones concretas de parte del

Estado y también de la sociedad, como agentes capaces de poder denunciar estos hechos y

oponerse frente a cualquier tipo de violencia y/o discriminación contra las personas LGBTI. En

nuestro país, cuando una persona LGBTI sufre un acto de violencia tiene dos posibilidades en

caso decida denunciar: en caso sea una mujer a la persona agresora sea parte de su grupo

familiar, puede acudir al Centro de Emergencia Mujer para denunciar estos hechos y obtener

medidas de protección; y denunciar penalmente la agresión en la comisaria, en el marco de


protección general del código penal frente a feminicidios, homicidios, lesiones físicas,

psicológicas y el delito y agravante de discriminación.

PROBLEMAS Y OBSTÁCULOS EN EL ACCESO AL SISTEMA DE JUSTICIA

Recordemos que cuando una persona LGBTI sufre un acto de violencia tiene dos

posibilidades en caso decida denunciar, en caso sea una mujer o la persona agresora sea parte

de su grupo familiar, puede acudir al Centro de Emergencia Mujer para denunciar estos hechos

y obtener medidas de protección; y denunciar penalmente la agresión en la comisaria, en el

marco de protección general del código frente a feminicidios, homicidios, lesiones físicas,

psicológicas y el delito y agravante de discriminación.

En este sentido, a fin de verificar los problemas y obstáculos en el acceso al sistema de

justicia vamos a realizar un análisis estadístico y normativo. El primer problema radica en que

ni el Poder Judicial, ni el Observatorio de Criminalidad, ni el SIECSC cuentan con información

desagregada por orientación sexual, identidad y/o expresión de género, variables que deben

ser complementadas con el origen étnico, situación migratoria, discapacidad, entre otros. Esta

falta de data es el primer problema que afrontan las personas LGBTI en el intento de acceder a

la justicia. La invisibilizacion sin data ni investigaciones oficiales que permitan, desde un

enfoque interssecional. Determinar las barras especificas a enfrentan al momento de acceder

a la justicia, resulta difícil diseñar, elaborar e implementar políticas públicas y medidas

coherentes y pertinentes para atacar el problema. El segundo problema que detectamos es

que los avances que existen en materia de protección de las personas LGBTI se concentran

únicamente en una parte de la normativa de protección frente a actos de violencia en el marco

de la Ley 30364, la parte que incluye la protección de actos de violencia contra la mujer y

contra el grupo familiar. Esto representa una problemática que impacta indefectiblemente a

las personas LGBTI, porque las acciones del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables
se concentran en la atención brindada en el marco de la Ley 30364, la cual regula los actos de

violencia sufridos por mujeres y miembros del grupo familiar. Es decir, un hombre trans

atacado en espacios públicos por una persona desconocida, no podría acceder a la protección

dispuesta en la Ley 30364, sino que debe recurrir a la vía penal general en la cual no se

cuentan con protocolos diferenciados. Lo mismo pasaría si una persona intersex o un hombre

gay sufre violencia por alguien ajeno a su familia. Incluso, mujeres lesbianas y trans pueden

encontrarse con barreras al momento de intentar acceder al marco de protección de la Ley

30364 en caso no se reconozca, por ejemplo, el vínculo sentimental entre una pareja de

mujeres lesbianas o no se reconozca la identidad de género de una mujer trans. Por ello, es

necesario que todas las instituciones involucradas con brindar atención en el sistema de

justicia cuenten con protocolos diferenciados para personas LGBTI que garanticen su derecho

al acceso a la justicia en igualdad de condiciones

CONCLUSIONES

Abordar el tema de las posibilidades de construir una ciudadanía sexual en, es una

tarea compleja. A través de este ensayo he anotado algunos aspectos que se podrían

considerar relevantes para analizar el tema con mayor profundidad. Las políticas del Gobierno

Local de Guayaquil limitan la posibilidad de construir una ciudadanía sexual trans, en este

sentido, es importante replantear cómo la identidad trans en el marco jurídico y constitucional

actual puede asumir la construcción del sujeto ciudadano. El abordaje del tema del trabajo

sexual implica un debate constante desde lo jurídico y lo social. En general la inconformidad

desde los Estados sobre el ejercicio del trabajo sexual no sólo de las personas trans sino de las

mujeres, parte de una mirada limitada sobre lo que implica realmente ser una persona

ciudadana sujeta de derechos. El trabajo sexual es y continuará siendo una forma más de

ejercer el derecho a la libertad corporal y sexual en un sistema que, aunque dice privilegiar

toda forma de trabajo que beneficie a una persona pero que sin embargo niega la posibilidad
de que el trabajo sexual sea ejercido en condiciones dignas y con todo el respeto necesario en

el marco del derecho y lo que implica poseer ciudadanía. El caso del trabajo sexual en el

plantea un debate que tendrá sus resistencias y aceptaciones en la medida en que la

ciudadanía sexual sea asimilada como una forma más de construirse como ciudadana o

ciudadano. El acercamiento realizado en este trabajo deja abierta la posibilidad de ampliar las

discusiones sobre cómo aun ejerciendo trabajo sexual se puede negociar la construcción y

reconocimiento de una ciudadanía sexual con plenos derechos.


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