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EXAMEN FINAL

ANTROPOLOGÍA Y SOCIOLOGÍA JURÍDICA

ALUMNO: CHRISTIAN MOISES ESPINOZA HERRERA

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INTRODUCCIÓN

A través del tiempo, las personas, de generación en generación, han luchado por la igualdad de
todos sus derechos, el de aquellas personas olvidadas, minimizadas y vulnerables ante la
sociedad. Esta lucha ha marcado la historia a través de los acontecimientos memorables,
teniendo como consecuencia distintos logros, algunos considerables, tales como el derecho a no
ser sometido a la tortura, a la esclavitud, y la servidumbre; el derecho de las mujeres al voto, a
controlar sus asuntos económicos, a las diferentes oportunidades laborales, etc. Sin embargo,
enfocándonos en los progresos del siglo XXI, podemos observar los avances en distintos países
acerca de temas muy controversiales como el aborto, la eutanasia, la comunidad LGTBI, entre
otros; y por ello es importante mencionar que, en algunos Estados, quienes son parte de esta
población aún siguen siendo invisibles, lo que suscita a la vulneración de sus derechos como
ciudadanos o humanos.

Con respecto a esto, es importante recalcar que la Asamblea General de la Organización de los
Estados Americanos (OEA), mediante diversas resoluciones emitidas desde el 2008 ha ido
publicando información acerca de las diferentes formas de violencia y discriminación en contra
de la comunidad LGTBI, ello por razones de diferencia de orientación sexual, identificación o
expresión de género. Siendo así que, de esta manera la Asamblea expresa el rechazo y condena
cualquier tipo de acto de violencia contra las personas miembros del LGTBI (Corte IDH, 2020).

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CASO “AZUL ROJAS MARÍN Y OTRA VS. PERÚ

Las circunstancias bajo las cuales se encuentran los derechos de las personas LGTBI, son
distintas en cada país, la principal razón sería la falta de normatividad existente en algunas
regiones, y pese a que se observan avances en algunas naciones, en muchas otras, como
sucede en el caso del Perú, aún no tenemos esa realidad, por la que muchos están luchando día
a día. Por medio de una encuesta que se dio en el año 2017 se demostró la realidad peruana
existente frente a la gran violencia de las personas LGTBI, entendiéndose que los prejuicios son
significativos para quienes forman parte de esta comunidad.

Pienso que debemos rescatar la importancia de la igualdad entre las personas, no vulnerando
más sus derechos, incluso que están sujetos al Estado Peruano, a causa de que dentro del país
la legislación de derechos enfocados a su comunidad no brinda las mismas posibilidades que
poseen los demás ciudadanos, siendo discriminados, no considerados y en muchas ocasiones
violentados.

En cuanto a la arbitrariedad de la detención que se realizó por encontrarse “indocumentada y


sospechosa en una zona frecuentada por personas que se encuentran al margen de la ley” (Corte
IDH, 2020). La ley así mismo establece que ninguna persona puede ser detenida por causas
irrazonables, imprevistas o faltas de proporcionalidad, por lo cual analiza la legalidad y
arbitrariedad de la detención de la víctima. Analizando el articulado de la Constitución Política
del Perú, artículo 2 inciso 24 literal d y f, así como el artículo 205 del Código Procesal Penal, el
cual establece el control de Identidad Policial, se considera que la detención no cumplía con los
requisitos establecidos en la legislación interna, constituyendo una violación a esta y al artículo
7.2 de la Convención. Estos actos conjuntamente con la agresión verbal en base a ofensas
despectivas en torno a su orientación sexual determinan esta detención como privación de la
libertad por motivos discriminatorios, tal como señala el Grupo de Trabajo sobre la Detención
Arbitraria de la Corte IDH, la cual presenta que la privación de la libertad se dio en función a las
características distintivas de ciertos grupos, siendo el caso por pertenecer a la comunidad LGTBI.

Por otra parte, la Corte IDH constituye que la violación sexual referida por la demandante causa
daño y humillación física, psíquica y moral a la persona que, al ser afectada por un agente estatal,
encontrándose detenido, refleja una desventaja por su vulnerabilidad demostrando un abuso de
poder existente. Estos actos son estrictamente consagrados como tortura, manifestando que se

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realizó de manera intencional y deliberada por parte de los agentes estatales, produciendo un
sufrimiento físico y mental, debido a que es una acción congruente a cualquier tipo de violación
sexual, y fue cometido con el fin de degradar y humillar, siendo expresado como un castigo a la
víctima.

Por ello es por lo que la Corte IDH advierte que el caso califica como un “delito de odio” motivado
por la orientación sexual. Constituyendo un conjunto de abusos, agresiones y la violación sexual
como parte de un acto de tortura realizado por los agentes estatales. Adicional a ello menciona
que, según lo establecido en la CADH, los Estados se encuentran obligados a suministrar
recursos judiciales efectivos a las víctimas de violación de los derechos humanos, dichos
recursos deben de ser desarrollados en conformidad de las reglas del debido proceso legal,
garantizando el libre y pleno ejercicio de los derechos reconocidos por la convención a toda
persona que se encuentre bajo su jurisdicción.

La CIDH, además, señala que la investigación penal por violencia sexual debe ser manejado
según el Protocolo de Estambul y la Organización Mundial de la Salud para el cuidado médico
legal de víctimas de violencia sexual (Derechos Humanos C. I., 2020), donde se evidencie la
declaración de la víctima, se registre sin repeticiones, se brinde atención médica, sanitaria y
psicológica, un examen médico y psicológico inmediato, la documentación de los actos
investigativos y la asistencia gratuita a la víctima.

Demostrándose en el desarrollo del caso que no se realiza una investigación seria por parte del
Estado peruano, incurriendo en la demora de la investigación, en contra de los estándares
normativos establecidos, evidenciados a través de deterioro de los tiempos para la realización
de las pruebas consideradas fundamentales para el establecimiento y aclaración de los hechos,
concluyendo en su lugar afirmaciones irrelevantes sobre la vida privada de la víctima incluyendo
estereotipos de género ligadas a la actividad sexual que realizaba, lo cual lejos de poder
identificar el trauma ocasionado a la víctima, se le descalifica su credibilidad constituyendo una
forma adicional de revictimización, violando los derechos de los que buscan prevenir, sancionar,
y garantizar el acceso a la justicia en casos de tortura.

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CONCLUSIONES

Como seres humanos poseemos derechos nacionales e internacionales que se encuentran


normados y reconocidos en cada uno de los ordenamientos jurídicos; por ello, cada ciudadano,
en el caso que se vea ante una situación de vulneración de sus derechos, tiene la facultad de
exigir el hacerlos valer y prevalecer. Actualmente existen grupos como las feministas, comunidad
LGTBI, entre otros, que buscan y plantean que se instauren determinadas normativas que
consideran necesarias para los grupos sociales. No obstante, un gran grupo de la población en
general muchas veces se encuentra en contra del reclamo de los derechos de esta población, y
en el afán de hostigarlos para que dejen de lado sus ideales, violan derechos que como seres
humanos poseen al igual que ellos.

El Caso de Azul es el primer caso que llega a la CIDH alegando tortura en contra del Estado
peruano, pero no es el primer caso que se desarrolle a nivel nacional a los ciudadanos que
pertenecen a dicha comunidad. Muchas veces el maltrato hacia las mujeres y varones que se
desarrollan dentro del país son escasamente denunciados o resueltos por las autoridades, siendo
la resolución de los casos en contra de la comunidad LGTBI aún más escasa.

A través del análisis, se observa que, la vulneración de los derechos contra Azul y su mamá, se
deben a su pertenencia dentro de la comunidad LGTBI, por su orientación sexual y su identidad
de género; y en cuanto a esto, es importante hacer énfasis en que, Azul merece respeto por
quienes la rodean, sin importar sus características e ideologías, pues solo basta el hecho de que
es un ser humano como todas y todos. Las diferencias nos hacen únicos, mas no nos dan el
derecho de minimizar y denigrar a los demás. Este es el caso de una mujer que decide luchar
por buscar justicia por los maltratos sufridos por agentes estatales, declarándose responsable al
Estado peruano, por lo cual, desde este punto, puede considerarse al Perú como un país incapaz
de aceptar las diferencias existentes en su propio territorio. Ahora bien, no todas las personas
piensan y actúan de la misma manera; sin embargo, por las acciones de unos pocos se etiqueta
a los demás igualitariamente.

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BIBLIOGRAFIA

✓ Corte IDH, Caso Azul Rojas Marín y otra vs. Perú. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 12 de marzo de 2020.
https://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_402_esp.pdf
✓ Código Procesal Penal. [NCPP]. Decreto Legislativo 957. 22 de julio de 2004. (Perú)
✓ Constitución Política del Perú [CPP]. 29 de diciembre de 1993. (Perú)
✓ CONVENCION INTERAMERICANA PARA PREVENIR Y SANCIONAR LA TORTURA
https://www.oas.org/juridico/spanish/tratados/a-51.html
✓ Derechos Humanos, C. I. de. (2020). Caso Azul Rojas Marín y otra vs. Perú. Derecho
Global. Estudios Sobre Derecho Y Justicia, 5(15), 207-213. Recuperado a partir de
http://www.derechoglobal.cucsh.udg.mx/index.php/DG/article/view/386

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