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HECHOS E INTERPRETACIONES

“A los seres humanos las cosas no nos afectan por sí mismas, sino por cómo las
interpretamos”
Epicuro

CONCEPTO

Cuando los seres humanos hablamos, en nuestra cotidianeidad, nos referimos a las cosas como si fueran
verdad. Las personas tenemos la sensación de estar percibiendo la realidad tal cual es, y que eso que
percibimos “es así” para todos.
Sin embargo, dentro de lo que llamamos realidad, existe algo que denominamos “hechos” y algo a lo que
llamamos “interpretaciones”.

Las personas construimos nuestra realidad a partir de una conjunción de estos dos conceptos y en general
solemos confundirlos.
De todo lo que describimos diariamente, todo sobre lo cual conversamos, con otros como en nuestra
conversación interna y lo damos como “real”, un bajísimo porcentaje son hechos, el resto son opiniones,
convicciones, punto de vista.

Los seres humanos vivimos, casi todo el tiempo, calificando y emitiendo juicios a todas las cosas que
nos rodean. Lo hacemos de forma automática. Percibimos del afuera y le damos un sentido, lo
calificamos, emitimos una opinión, tanto de nosotros mismos y como de los demás.

Las valoraciones o lo que pensamos del afuera, de una situación, de otras personas o de nosotros mismos,
pueden impactar en nosotros de una manera positiva, es decir abriendo posibilidades de acción, o de
manera negativa, es decir cerrando posibilidades en base a lo que queremos lograr.

Muchas veces, como decíamos anteriormente, los seres humanos en nuestro hablar no podemos distinguir
si estamos mencionando hechos o si lo que estamos enunciando son interpretaciones.
Esto pasa habitualmente, por ejemplo, si emitimos el enunciado “Nicolás es un buen empleado”, nos
parece similar en estructura a decir “Nicolás es mi hermano”, y no notamos qué pudiera ser distinto entre
ambas oraciones, sin embargo existe una diferencia.

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En el primer enunciado estamos dando un juicio de valor sobre lo que pensamos de Nicolás, y al ser un
juicio de valor, es algo que deviene de una opinión en tanto somos seres interpretativos. Tiene que ver
con lo que yo entiendo de ser un buen empleado y con lo que yo creo que son las características que
implican ser un buen empleado y que Nicolás tiene.

Aunque muchos pensemos lo mismo de Nicolás, y esa opinión o juicio sea compartido por varios de
nosotros o por todos los que trabajamos en la misma empresa de Nicolás, esto no lo vuelve un hecho,
sigue siendo una interpretación, en este caso compartida por varios, y esta es una observación muy
importante para tener en cuenta.

Si en cambio nos detenemos en la segunda oración, podemos observar que se trata de un hecho, es decir
una convención social a través de la cual en algún momento, nos hemos puesto como sociedad de acuerdo
en llamar hermanos a los hijos de los mismos padres. Que sea mi hermano no es una opinión, es algo
dado, es algo que no depende de un parecer.

Resumiendo estos dos conceptos: una “opinión”, existe a través de mí, un “hecho” existe a pesar de mí.

Clave: Hechos e Interpretaciones son dos conceptos distintos.

Los hechos están y son fuera de nosotros, no tenemos control ni incidencia en el mismo, sucede y es,
independientemente de mí como ser humano.
Distinguir la posibilidad de hablar desde los hechos, nos permite poder partir de un mismo lugar de puesta
en común. Como seres humanos percibimos hechos de nuestros entorno (interno y externo), que luego
interpretamos acorde a nuestras experiencias, nuestros condicionantes del pasado. Por lo tanto, desde las
interpretaciones pueden existir tantas realidades como personas somos.
Las interpretaciones son las explicaciones que le damos a los hechos. Nuestras interpretaciones hablan
de nuestra manera particular de estar siendo.
La forma de interpretar cada hecho depende de cada uno de nosotros, depende del observador que
estamos siendo en ese momento particular.

Cómo se construye la realidad en cada individuo:

Desde que nos levantamos, cada mañana y en el resto de nuestro día, ocurren una serie de sucesos
(hechos) que acorde cómo elijamos verlos (interpretaciones), van marcando el acontecer de la jornada.
Frente a cada acontecimiento, podemos realizar diferentes interpretaciones.
Una cosa es la que sucede (hecho), y otra muy distinta es lo que interpretamos de lo que sucede (juicio).

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Las personas seleccionamos hechos (datos) de nuestro entorno y luego efectuamos interpretaciones sobre
los mismos. Tendemos a creer que la “realidad” es lo que interpretamos, sin ser conscientes de cómo a
través del lenguaje, calificamos e interpretamos esa experiencia. Nuestros comportamientos y emociones
están determinadas por la forma en que percibimos, y al mismo tiempo, aquello que elijamos interpretar,
va a incidir en las emociones que tengamos y en las decisiones que tomemos para actuar en nuestras
vidas.

Clave: No sabemos cómo las cosas son, sino cómo las interpretamos.

Desde la mirada tradicional que hemos aprendido hasta ahora, la realidad es de determinada manera, es
algo completamente independiente de mí, algo que sucede fuera de mí y en la cual yo como ser humano
no tengo incidencia ni posibilidad de acción. Cuando en nuestra vida cotidiana decimos “qué difícil esta
situación” o “mi jefe es complicado”, estamos viendo la realidad de esta forma, es decir fuera de mí, las
cosas “son” de determinada manera. Desde este pensamiento, si la realidad “es asi”, no hay manera
posible de que pueda ser modificada, por lo tanto nuestro campo de acción se limita y está condicionado.

Desde la mirada del coaching, lo que proponemos es un nuevo paradigma, en donde la realidad no está
dada, sino que está conformada por una parte que no podemos cambiar porque no depende de nosotros
y son aquellos a lo que llamamos hechos, y adicionalmente existe otro componente que son las
interpretaciones, que sí dependen de nosotros.
Consideramos entonces que somos responsables de generar nuestra propia realidad y podemos cambiarla
por un lado cambiando nuestra interpretación de los hechos y por otro lado, sumando más datos que nos
permitan cambiar lo que estamos interpretando por ejemplo de alguna situación particular.

La fórmula de la realidad es, desde el coaching, la suma de hechos más interpretaciones.

“Realidad” = Hechos + Interpretaciones

Clave: Conocer esta distinción entre hechos e interpretaciones es estratégico para nuestras vidas.

Los hechos son la parte objetiva de la realidad, son las convenciones que nos permiten relacionarnos con
otros. Para que pueda existir la sociedad, necesitamos poniendo de acuerdo en cómo nombrar a las cosas.
Los hechos o convenciones son las cosas que no podemos cambiar y esa es su característica principal.

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Como ejemplos de hechos podemos decir que si está lloviendo es un hecho, que tengo un horario laboral
de 9 a 18 es un hecho, que mi estatura es de 1, 63 cm es un hecho.

Las interpretaciones, en cambio, son lo que llamamos la parte subjetiva de la realidad.


A diferencia de los hechos, las interpretaciones sí pueden cambiar, sí dependen de nosotros, de la mirada
que cada uno tenga como observador que está siendo en determinado momento y esto es lo que puede
ser modificable.

Aprender a distinguir esto, poder saber que lo que interpretamos de aquello que nos sucede, de las
situaciones, de un otro y de nosotros mismos depende del tipo de observador que estamos siendo, nos da
la posibilidad de que el cambio de nuestra realidad también depende de nosotros.

Tomando como ejemplos los citados en el párrafo anterior, si está lloviendo y yo interpreto “qué feo día”
eso es un juicio que emito de ese hecho que estoy observando. Si digo que mi trabajo “es muy esclavo”
es mi interpretación del hecho que es mi horario laboral. Si digo que por ser mujer mi estatura “es
normal”, me estoy refiriendo a lo que pienso del hecho de medir 1.63 cm.

Un despido, un divorcio, una pelea, un accidente (hechos), puede ser visto como una desgracia o como
una posibilidad, puedo paralizarme o ver una posibilidad de avance. Todo depende de la manera en la
que elija interpretarlos.
De esta elección va a derivar la forma en la que viva mi vida y cada acontecimiento que atraviese. Cada
uno de nosotros tiene la posibilidad de elegir qué interpretar, qué juicios tener, qué elegir ver de cada una
de las cosas de su presencia en este mundo.

Cada ser humano vive su propia realidad, existen tantas realidades como personas hay y esto es así porque
cada uno de nosotros, frente a un mismo hecho, puede elegir innumerables y distintas interpretaciones.
Incluso si muchos de nosotros consideramos el mismo juicio frente a un hecho, ese juicio en sí mismo
va a ser también diferente dada la subjetividad de cada persona.
Por ejemplo, si decimos que el día de hoy “es un lindo día” y varios coincidimos en ese juicio,
necesitamos saber que la interpretación de “lindo” es muy distinta para cada uno de nosotros como sujetos
que somos.

Es estratégico para nuestras vidas, conocer y saber que en todos los ámbitos en los que nos relacionemos
con otras personas, cada persona vive su propia realidad. Esta distinción nos permite darnos cuenta que
la verdad no existe como tal, sino que la realidad depende de cada observador y, como ya hemos
mencionado, existen tantas realidades como seres humanos hay.

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“La realidad nunca es conflictiva, lo conflictivo es nuestro pensamiento sobre la
realidad”
Krishnamurti

Nuestra mirada, nuestra experiencia, nuestros conocimientos, las vivencias, nuestras emociones, son los
que condicionan los datos del entorno que vamos a seleccionar (hechos) y la interpretación (juicios) que
vamos a tener de los mismos.

Clave: seleccionamos hechos y emitimos juicios, acorde nuestras experiencias de vida, lo que
aprendimos hasta ahora, la forma que tenemos de mirar lo que nos pasa. .

Hechos e interpretaciones se definen por características diferentes:

HECHOS INTERPRETACIONES (juicios)


* Son objetivos, son convenciones interpretativas
sostenidas por una comunidad durante determinado * Son subjetivas/os. Depende del individuo que las/los
período de tiempo. emite.
* Son demostrables, verificable, corroborables. * Modificables.
* No son modificables.
* Pueden ser verdaderos, falsos o inciertos. * Pueden ser válidas/os o inválidas/os.

Ejemplo:
 Si decimos: “Julián es suizo” es un hecho dado que es corroborable y verificable que nació en
Suiza. Adicionalmente existe una convención social en la que a las personas nacidas en Suiza se
les dice que son de nacionalidad suiza.
 Si decimos: “Julián es un ejecutivo eficiente” es un juicio dado que implica un juicio de valor,
una opinión y es esperable que no exista el mismo nivel de concordancia, puede ser que no todos
los opinemos lo mismo de Julián y aunque si lo hagamos, sigue siendo una interpretación, no se
vuelve un hecho. Como mencionábamos en párrafos anteriores, cada uno de nosotros tendrá una
interpretación diferente de las condiciones que un ejecutivo debe cumplir para ser “eficiente”.

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Dentro de nuestra comunicación, utilizamos los juicios para referirnos y calificar a los hechos. Lo que
sucede cuando las personas confunden ambos conceptos es que perdemos de vista la posibilidad de poder
cambiar nuestra interpretación, es decir se cierran posibilidades. Damos por ciertas las interpretaciones
como si fueran hechos inmodificables.

Ejemplo: “Es difícil aumentar las ventas en este contexto de país que estamos viviendo”

Si consideramos a esta oración como un hecho, como algo que no es modificable, algo dado, perdemos
de vista la posibilidad de que cambie para nosotros. Decimos que esto “es” así y por lo tanto no va a
cambiar.

Desde esta nueva mirada, si somos conscientes de que en nuestra realidad hay un componente que sí
depende de nosotros y que no está dado sino que es modificable, se abre un mundo de posibilidades,
teniendo la certeza de que podemos cambiar la realidad cambiando nuestra interpretación.
La parte objetiva de la realidad no cambia (hechos), y es posible modificar la parte subjetiva
(interpretaciones).

Clave: lo que decimos, el uso de las palabras en nuestro lenguaje nos generan distintas
emocionalidades.

En las conversaciones que tenemos las personas, en los diferentes ámbitos en los que interactuamos,
muchas discusiones y malentendidos radican en no diferenciar hechos de interpretaciones, por
desconocimiento de esta diferencia que existe entre ambos y que hemos mencionado anteriormente en
este texto.

Como es a través de nuestro lenguaje que se manifiesta la mirada que cada uno de nosotros tiene de la
realidad, todo depende de cómo nos comuniquemos. Esta comunicación no sólo es hacia los demás, sino
también en cómo conversemos con nosotros mismos (diálogo interior).
Hacernos cargo de nuestras interpretaciones nos permite poder exponer nuestro punto de vista,
entendiendo que puede ser diferente a lo que otros puedan ver, percibir, sentir.

Ejemplo:

•‘Esta situación es así’ (muestra que pensamos que la realidad es independiente de nosotros).

•‘Esta situación la veo así’ (muestra que pensamos que la realidad depende de nosotros).
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Hablar desde “mi” mirada, marca una diferencia importante que permite que me comunique con los
demás dejando en claro que esa es mi forma de ver las cosas y que eso no es absoluto ni dictatorial, es
simplemente eso, una mirada.

Un cambio en nuestro lenguaje hace una enorme distinción. La propuesta es entonces, a partir de este
concepto, que podamos implementar en nuestra manera de dirigirnos a los demás desde hacernos cargo,
de la siguiente manera:
En vez de “esto es así”, decir “esto yo lo veo así”.
En vez de “la situación es mala”, decir “yo observo tal cosa de esta situación”
En vez de “eso no es así”, decir “mi opinión sobre tal cosa es lo siguiente”

Verbos como: “observo, veo, interpreto, juzgo, opino, considero” y expresiones como “me parece, en mi
opinión, a mi juicio, acorde mi manera de ver”, son ejemplos de los que proponemos comenzar a utilizar
a partir de ahora en nuestras conversaciones con los demás.

“Aunque la verdad de los hechos resplandezca, siempre se batirán los hombres en la


trinchera sutil de las interpretaciones.”

Gregorio Marañón

Cómo percibimos los seres humanos:

Hemos hablado en base a este nuevo paradigma, sobre la forma en la que como individuos, somos los
responsables de generar nuestra propia realidad.
Mencionamos también que todo el tiempo los seres humanos tomamos hechos y sobre los mismos
generamos interpretaciones.
Esos hechos son percibidos por cada uno de nosotros a través de nuestros sentidos.

Los estímulos tanto internos como externos son captados por nosotros a través de nuestro tacto, vista,
oído, olfato, gusto, sin embargo, en el mundo suceden muchas cosas que el ser humano no puede percibir,
dada su condición y conformación fisiológica.

Pensar en las limitaciones de nuestros sentidos nos puede hacer tomar consciencia de que todo aquello
que percibimos no es más que una pequeña porción del entramado de materia, fuerzas, energía, espacio
y tiempo que da forma a todo lo que nos rodea.

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Nuestro sistema sensorial no registra todo lo que existe, sino que realiza una selección. Y con esa
información realiza una representación del mundo. Cuando registra un estímulo del ambiente, lo capta y
para poder enviarlo al cerebro lo traduce en una señal eléctrica. Una vez allí nuestro cerebro se encarga
de organizarla y darle un significado mediante el proceso que denominamos percepción.

Los seres humanos compartimos muchas de las percepciones porque muchas de ellas son innatas.
Tenemos el mismo sistema fisiológico, de todas formas esto no quiere decir que percibamos del mismo
modo.

George Miller (psicólogo estadounidense pionero en el campo de la psicología congnitiva), realizó y


publicó un ensayo en el cual afirma que los límites de la capacidad del ser humano para procesar
información (su memoria a corto plazo) que viene de nuestro sistema sensorial son breves, es decir entre
5 y 9 datos. Según Miller, todos estos procesos se encuentran proporcionados por nuestras limitaciones
biológicas que nos entrega nuestro sistema nervioso característico de cada ser humano, debido a que cada
ser humano procesa de distinta manera la información.

Miller aclara que durante el procesamiento o de codificación (proceso de preparación de la información


para el almacenaje) de los sujetos en función de su capacidad de atención, importancia y comprensión de
lo que se habla, observa, o escucha es posible aumentar el número de elementos que procesa, al contrario
si no es de su interés, no quedará almacenado en su memoria.

De los infinitos estímulos internos y externos a los que estamos sometidos en cada momento, solamente
podemos captar en un momento determinado…

7 +/- 2 elementos

En conclusión, cada uno de nosotros, en un mismo ambiente, puede seleccionar de forma inconsciente,
distintos estímulos, datos, hechos. En base a esta afirmación, nuestra interpretación de la realidad no sólo
puede ser diferente por los juicios que hacemos sobre los datos que tomamos, sino que incluso podemos
estar tomando datos diferentes a otro individuo que comparte un determinado momento y lugar.

Tener esta información nos permite ampliar aún más nuestro conocimiento. Dado que somos seres
humanos con características similares y modelos mentales diferentes, cada uno de nosotros conforma su
realidad en base a los datos que selecciona y la interpretación que realiza de cada uno de ellos. Esto nos
hace comprender que es posible en nuestras vidas cambiar la realidad tal como la estamos percibiendo.

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Cómo cambiar nuestra realidad:

Dado lo mencionado hasta aquí en este documento, desde la mirada del coaching cambiamos nuestra
realidad cambiando nuestra interpretación y también pudiendo sumas otros hechos que nos den más
información y nos permitan cambiar nuestra mirada.
La interpretación nos otorga poder para actuar y hacernos cargo de esa realidad, entendiendo el concepto
de poder como la capacidad de acción efectiva.

Lo que necesitamos hacer es reconocer e identificar qué es lo que estamos interpretando de lo que sucede
y evaluar si eso que estamos interpretando nos abre o cierra posibilidades en base a lo que queremos
lograr en nuestra vida.

Si detectamos que la manera en la que estamos interpretando cierta situación nos limita, tenemos la
posibilidad de poder cambiar esa interpretación y existen dos maneras de hacerlo:

1) Sumar más datos de los que estamos tomando del entorno (o situación)
2) Encontrar más valor en la nueva interpretación

Muchas veces nos sesgamos frente a ciertas situaciones y perdemos de vista la posibilidad de
preguntarnos si pudieran existir datos adicionales que no estamos viendo. Tener la capacidad de darnos
cuenta de eso nos podrá permitir hacernos este cuestionamiento y buscar conscientemente nuevos datos
que nos ayuden a cambiar nuestra mirada acerca de lo que está aconteciendo.

Clave: La capacidad de transformación del mundo, está asociada al poder de nuestros juicios
(interpretaciones). Cuando hablamos modelamos nuestra identidad y el mundo en que vivimos.

Fórmula de la realidad. Presente, futuro, y pasado?:

Acorde el camino que hemos recorrido en este texto, pudimos aprender que desde la mirada del coaching,
la realidad depende de cada individuo y de su capacidad para crearla en un presente y en un futuro.
Ahora bien, repasando la fórmula de la realidad: Realidad = Hechos + Interpretaciones, no hay ningún
factor que se refiera al tiempo ni que lo limite.

Podemos afirmar entonces que esta fórmula es tan válida para el presente, el futuro como así también
para el pasado. Aunque nos parezca desafiante, si hablamos de interpretación de los hechos, como aquello

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que acontece o ha acontecido, es certero pensar que también tenemos la enorme posibilidad de cambiar
nuestro pasado.

Durante el transcurso de nuestra vida hemos juzgado los hechos y acontecimientos que atravesamos de
tal forma que eso da sentido y forma a nuestra realidad. Si tenemos el poder de cambiar las
interpretaciones que realizamos de esos hechos del pasado que no podemos cambiar, nuestra realidad es
plausible de cambio.

Los hechos como tales, son facticidades, por lo tanto no pueden cambiar, sin embargo nuestras
interpretaciones o juicios sobre esos hechos sí pueden ser cambiadas por nosotros. Distinguiendo esto
también se abre un mundo de posibilidades en donde podemos replantearnos que incluso aquello que
veíamos como “ya dado” de nuestro pasado puede cambiar y con ello, nuestras experiencias de vida.
Permitir cambiar las interpretaciones de hechos de nuestro pasado nos va a llevar también la posibilidad
de experimentar nuevas emociones diferentes a las que sentimos hasta ahora en referencia a estos hechos.

Clave: Los hechos ya ocurrieron, es no cambiará, lo que sí puede cambiar es lo que interpretamos hoy
de esos hechos.

Conceptos importantes a tener en cuenta:

 Es necesario distinguir dentro de nuestro lenguaje, de la forma en la que hablamos y en la que


escuchamos, si nos estamos refiriendo a hechos o a interpretaciones. (opiniones)

 Cuando nos referimos a “hechos” estamos hablando de facticidades, sucesos, datos que no
podemos cambiar.

 Estos hechos o afirmaciones pueden ser verdaderos, falsos o inciertos. Estas características son
dadas acorde a las convenciones por las cuales nos regimos como seres humanos dentro de
determinado tiempo y lugar. Si decimos que “hoy es martes”, será un hecho verdadero si al ir al
calendario podemos corroborarlo como tal, es el día posterior al lunes y anterior al miércoles,
corresponde al nombre que tras una convención hemos dado a ese día en el idioma castellano. Si
decimos “nací el 22 de abril” podrá ser un hecho falso si en mi documento, partida de nacimiento
y/o cualquier otra documentación que acredite mi día de nacimiento dice que nací el 23 de mayo.
Un hecho puede ser incierto, cuando se trata de algo que ha sucedido, pero no tengo manera de
probar su veracidad o falsedad, por ejemplo si digo “el día en que nací también nacieron en el
mundo un millón de mujeres y un millón de hombres” no tengo la certeza de que eso haya sido
así porque no tengo a mi alcance la posibilidad de probarlo.
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 Los hechos, afirmaciones, operan dentro de un consenso social. Estos consensos se alcanzan por
acuerdo o ser el resultado de una tradición (comunidades científicas o profesionales, etc).

 Dentro de esta categorización de hechos, existe lo que denominamos “facticidades históricas”,


esta denominación se refiere a hechos que han sido tales en un momento histórico determinado y
luego dejaron de serlo. Por ejemplo, en el siglo V era un hecho que no podíamos viajar por aire
o hablar con alguien en simultáneo, o curar determinadas enfermedades.

 Cuando nos referimos a “interpretaciones”, hablamos de juicios. Como tales estos no son
verdaderos ni falsos, sino que nos referimos a ellos como válidos o inválidos para cada uno de
nosotros acorde a la autoridad y a la fundamentación (estos conceptos serán ampliados en la
Bibliografía sobre Fundamentación de Juicio y Autoridad).

 Los juicios o interpretaciones son una facultad del entendimiento que nos permite valorar y opinar
Todo juicio, abre y cierra determinadas posibilidades en la vida, habilita o inhibe determinados
cursos de acción. Observamos y evaluamos nuestra existencia a partir de nuestro lenguaje.

 Una de las preguntas que hacemos los coaches es “cuál es tu mirada sobre este hecho”? De esta
forma acompañamos al coachee para que distinga que lo que enuncia como su “realidad”, está
constituida por hechos e interpretaciones, de las cuales se genera cierta emocionalidad y ciertas
posibilidades de acción determinada.

 La realidad es dependiente del observador que somos.

 Recordando uno de los principios de la Ontología del Lenguaje…No sabemos cómo las cosas son
(hechos)…Sólo sabemos cómo las interpretamos.

 Es posible cambiar nuestra realidad, cambiando nuestra interpretación. Adicionalmente, puedo


hacerlo buscando información adicional (hechos).

 Aprender es permitirnos desafiar aquellos juicios respecto a nosotros mismos y estar abiertos
respecto a revisar los juicios sobre los demás, dado que acorde lo que hayamos vivido en el pasado
podemos modificar nuestro comportamiento si eso es más habilitante para nosotros en base a lo
que queremos lograr en nuestras vidas.

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Algunos efectos de no distinguir hechos de interpretaciones:

 Considerar que mi decir es “la verdad” significa no ver la posibilidad de que puede haber tantas
opiniones como sujetos hay. Distinguir la diferencia entre hechos e interpretaciones brinda la
opción de enriquecerse de otros juicios y evitar que un juicio diferente pueda ser tratado como
error. No separar estos conceptos hace que se permanezca en un legítimo estado de discrepancia,
se vive como confrontación y se crea el terreno para el fundamentalismo y la intolerancia.

 Ver algo como inamovible (confundir una interpretación con un hecho), nos cierra posibilidades
de acción para la transformación.

Un cuento para reflexionar:

“Un hombre, cuya hacha había desaparecido, sospechaba del hijo de su vecino.
El muchacho caminaba como un ladrón, vestía como un ladrón y hablaba como un ladrón.
Pero el hombre encontró su hacha mientras cavaba una fosa en el valle y la siguiente vez que vio al hijo
de su vecino, el muchacho caminaba, vestía y hablaba como cualquier muchacho”
Cuento Tradicional Alemán.

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Bibliografía:

 Libro “Ontología del Lenguaje” de Rafael Echeverría

 Libro “Sentido de Líder” de Alberto Fernández Sanjurjo

 Artículo lavanguardia.com: “Las percepciones sensoriales”

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ANEXO A LA MATERIA

Recapitulación sobre las afirmaciones

Como sabemos, las afirmaciones pueden ser verdaderas o falsas. Las afirmaciones son, por lo tanto,
aquellos actos lingüísticos mediante los cuales nos comprometemos a proporcionar evidencia de lo que
estamos diciendo, si ésta se nos solicita. Nos comprometemos a que, si alguien estuvo en ese lugar en
ese momento, tal persona podrá teóricamente corroborar lo que estamos diciendo. Es lo que llamamos
un testigo. Sí decimos «El producto le fue despachado el viernes pasado» y se nos pregunta « ¿Por qué
dice usted eso?» no podemos responder «Porque yo lo digo». Cuando hacemos una afirmación, se espera
que podamos proporcionar evidencia de que lo que decimos es verdadero.

Las afirmaciones operan dentro de un determinado espacio de consenso social. Acordamos, por ejemplo,
hablar del tiempo utilizando las mismas distinciones — años, meses, semanas, días, horas, etcétera— o
hablar de altura basándonos en una escala de medida compartida. Decir «seis pies de altura» es una
medida clara dentro de una determinada comunidad. Pero hablar de altura en términos de pies no es nada
de claro en comunidades que usan el sistema métrico.

Las diferentes comunidades desarrollan diferentes consensos sociales mediante los cuales aceptan algo
como verdadero o falso. Estos consensos son obligatorios para todos los miembros de la comunidad.
Toda comunidad crea un «espacio declarativo» consensual en el cual sus miembros pueden formular
afirmaciones. Estos consensos pueden alcanzarse por acuerdo o ser el resultado de una tradición.

Consensos típicos son aquellos que se pueden observar, por ejemplo, en las comunidades científicas o
profesionales. Dentro de la comunidad científica, una afirmación es aceptada como verdadera si cumple
con las reglas y procedimientos definidos por los métodos científicos compartidos. Dentro de la
comunidad legal, lo que es aceptado como evidencia puede variar de un país a otro o, incluso, de un
estado a otro dentro de un mismo país, como acontece en los Estados Unidos.

Por lo tanto, lo que se considera verdadero en una comunidad puede cambiar según el consenso social
vigente. Lo que es verdadero o falso, por lo tanto, es siempre un asunto de consenso social. En la medida
en que esos consensos cambian con el tiempo, así también cambia lo que la gente considera verdadero o
falso. Una afirmación es siempre una afirmación dentro de, y para, una determinada comunidad en un
momento histórico dado.

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Los juicios

Si miramos la lista de aseveraciones utilizadas como ejemplos, comprobamos que todas los que están en
segundo lugar pertenecen a un tipo de acción muy diferente de las afirmaciones. Aquí el compromiso del
orador no es proporcionar evidencia. La formulación de este tipo de enunciados no implica que cualquiera
que hubiese estado allí en ese momento coincida necesariamente con nosotros. Aquí aceptamos que se
puede discrepar de lo que estamos diciendo.

Volvamos a los ejemplos anteriores. Cada una de las aseveraciones «IBM es la compañía de mayor
prestigio en la industria de la computación», «Isabel es una ejecutiva muy eficiente», «Juan es bueno»,
«Carolina es incompetente para dirigir reuniones», «Carlos no es de fiar» y «David maneja mal» pueden
ser legítimamente impugnadas. Hay espacio para que alguien diga «Yo considero que Apple es la firma
más prestigiosa en la industria computacional» o «Isabel es sólo un ejecutiva promedio» o «Creo que
Juan es verdaderamente muy despreciable»/ etcétera. Por lo tanto, el compromiso social que contraemos
al hacer esas aseveraciones es muy diferente del contraído en las afirmaciones.

De la misma manera, la eficacia práctica de la palabra es muy diferente en uno y otro caso. La institución
de los premios nos ofrece un buen ejemplo de lo que estamos señalando. Cuando se anuncia que Miss
Venezuela es la más bella de las concursantes y se le confiere el título de Miss Universo, ¿cuándo fue la
más bella? ¿Lo fue cuando se la pronunció como tal, nombrándola Miss Universo? ¿O lo era antes de
que este juicio fuera emitido? Debemos reconocer que desde el punto de vista de las propiedades físicas
de las concursantes, no hay mayores cambios en ellas antes y después del pronunciamiento. Sin embargo,
antes de que se emitiera este pronunciamiento Miss Venezuela siendo lo que era, no era la más bella de
las concursantes. Sólo llega a serlo cuando alguien emite el juicio de que lo es. Y a raíz de este juicio el
mundo cambia; cambia para quienes aceptan el juicio emitido y obviamente cambia para Miss Venezuela.
De allí en adelante su identidad, tanto para sí misma como para los demás, es otra. Lo que hemos visto
en este ejemplo es exactamente lo mismo que pasa con todas aquellas aseveraciones que hemos colocado
en segundo lugar.

A estas segundas aseveraciones las llamamos juicios.


Los juicios son otro ejemplo importante de la capacidad generativa del lenguaje. No describen algo que
existiera ya antes de ser formulados. No apuntan hacia cualidades, propiedades, atributos, etcétera, de
algún sujeto u objeto determinado. La realidad que generan reside totalmente en la interpretación que
proveen. Ellos son enteramente lingüísticos.
Cuando decimos, por ejemplo, «Esta reunión es aburrida», ¿dónde habita «aburrido»? Comparemos estos
dos enunciados: «Alejandra es perseverante» y «Alejandra tiene el pelo castaño». ¿Podríamos decir que

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la perseverancia es algo que pertenece a Alejandra de la misma forma que le pertenece el pelo castaño?
Lo que una afirmación dice acerca de alguien es diferente a lo que dice un juicio.
El juicio siempre vive en la persona que lo formula. Si una comunidad ha otorgado autoridad a alguien
para emitir un juicio, éste puede ser considerado como un juicio válido para esa comunidad. Sin embargo,
aun cuando suceda eso, aun si hemos otorgado autoridad a alguien, siempre podemos tener una opinión
diferente. Podemos inclinarnos ante el juicio de esa persona. Podemos, incluso, decidir dejar a un lado
nuestro propio juicio por razones prácticas. Pero, de todos modos, va a existir. Los juicios no nos atan
como las afirmaciones — siempre hay un lugar para la discrepancia.

Fuente: Ontología del Lenguaje (Rafael Echeverría)

Transformando nuestro pasado

Hasta este punto, ya ha quedado claro que, si consideramos a la realidad como un factor que depende de
nosotros, podemos cambiar nuestro presente y nuestro futuro. Avancemos ahora un paso más con una
provocación: También podemos cambiar nuestro pasado!

Cada vez que arrojo este desafío en mis clases, recibo miradas de desconfianza del público (y tal vez
alguna broma sobre la máquina del tiempo). En efecto, uno de los postulados básicos sobre los que se
construye nuestra percepción de la realidad es que el pasado pasó, y es irreversible: “ Lo pasado, pisado”.
Es así? Antes de responder, volvamos a analizar la fórmula con la que hemos definido la realidad.
Realidad = Hechos + Interpretaciones.
Aquí no dice nada sobre el tiempo. La fórmula es tan válida para el futuro como para el pasado. Cuando
hablamos acerca de una situación del pasado (ya sea de nuestra infancia o de algo que ocurrió pocos
minutos atrás), sólo podemos identificarlo dentro del lenguaje que tenemos, y sólo a través de la
utilización de palabras. El pasado sólo existe en nuestras vidas dentro de una conversación que tenemos
en el presente, en la cual sólo podemos referirnos al pasado a través de hechos e interpretaciones.

Ahora bien, es cierto que no podemos cambiar los hechos de nuestro pasado. Esa es la parte irreversible
de nuestra historia. Tuve un 7 en un examen de geografía en tercer año de la secundaria, conocí a mi
esposa a los 22 años, ayer fui al cine….Estos son los hechos que ya ocurrieron y eso no cambiará. Lo
que sí podemos es cambiar la interpretación de que hacemos hoy de esos sucesos. Al cambiar las
interpretaciones de los hechos que sucedieron ¡estamos cambiando nuestro pasado!

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Tan extraordinario es el poder del lenguaje, que nos permite cambiar lo que pasó. Dado que las
interpretaciones pueden modificarse, podemos identificar las interpretaciones que nos cierran
posibilidades acerca de una situación pasada. ¿Demasiado abstracto? Veamos un ejemplo….
Pensemos en la siguiente interpretación: “He tenido un 3 en un examen. ¡Soy un imbécil!.” No parece
demasiado alentadora. De hecho podría socavar nuestra autoconfianza hasta el punto de convencernos
de abandonar los estudios: “¿Qué sentido tiene insistir? Nunca lo lograré. ¡No soy lo bastante
inteligente!”. Ahora intentaremos interpretar ese mismo hecho de una manera diferente: “He tenido un
3 en el examen. Claramente, me faltó prepararme mejor”. La diferencia entre estas interpretaciones no
es tan relevante sobre el pasado. Nada nos permitirá modificar el hecho de que hemos tenido un 3. Pero
la interpretación que elijamos nos abrirá o nos cerrará posibilidades a futuro. Veamos esto mismo en la
fórmula.
Bajo la primera interpretación, el pasado quedaría definido de la manera siguiente:
Pasado= Nota 3 (hecho) + “soy un imbécil” (interpretación)
Con esta interpretación, el resultado de la fórmula del pasado es negativo: nos cierra posibilidades.

Bajo la segunda interpretación, el pasado quedaría definido de la manera siguiente:


Pasado= Nota 3 (hecho) + “me faltó prepararme mejor” (interpretación)

Con esta nueva interpretación, el resultado de la fórmula es positivo: nos abre posibilidades.

Es matemática elemental pura, que todos pueden comprobar.


Cuando modificamos la variable interpretación (que es la única que podamos controlar), dado un mismo
hecho, la realidad se modifica. Por eso, cambia el pasado. Nuevamente, ante los hechos del pasado dado,
podemos sostener las interpretaciones que nos abran posibilidades, e identificar las que nos cierren para
reemplazarlas por otras.

Fuente: Sentido de Líder (Alberto Fernández Sanjurjo)

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