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Madrid,
Universidad Europea de Madrid, 2008
Capítulo 02: Dioses y Faraones
Netcheru: los dioses del Antiguo Egipto 78
Mercedes Murillo
El simbolismo de la pirámide en el Egipto de los faraones 90
Esther Maldonado
Una casa para el alma 100
Fernando Espuelas
El perrito de Zoser 106
Agustín Legaz
Imhotep, genial arquitecto 116
Sara Moreno
De Saqqara a Guiza: la dualidad del Antiguo Egipto evocada 118
desde los comienzos de su arquitectura monumental en piedra
Lourdes Diego
Heb Sed. Una célebre fiesta del Antiguo Egipto 128
Victoria Durán
El pectoral de la reina Mereret 132
Álvaro Castanho
Caminos procesionales y zonas de paso 136
en la arquitectura del Antiguo Egipto
José Miguel Muñoz
Sen-en-Mut, arquitecto real 146
Julio Carlos Morales
Dioses y Faraones
Leyendo a Hermes Trismegisto se deduce que los antiguos formas, perfectamente compatibles, de explicar los hechos. “¿Ignoras pues, Asclepius,
egipcios no tuvieron prácticamente más opción que ser tan Como ejemplo, sus diversas tradiciones sobre la creación que Egipto es la copia
religiosos como Herodoto nos transmitió. Tampoco hace del mundo. En realidad casi todas resultan variaciones de del cielo, o para decirlo
falta demasiada justificación para comprender la importan- un mismo tema, que es el del cosmos creado a partir de un mejor, el lugar donde se
cia de un mínimo conocimiento de su cultura mítica para demiurgo (que puede ser el Ra de Heliópolis, la Neith de transfieren y se proyectan
aquí abajo todas las ope-
acercarnos a cualquier aspecto de la vida cotidiana de los Sais… ya que es un papel que recae en la respectiva divini- raciones que gobiernan
habitantes del Nilo. Difícilmente podemos comprender dad principal local), y de un elemento liquido preexistente y ponen en práctica las
realmente sus construcciones si no conocemos las ideas (el Nun) entendido como unas aguas abismales o como una fuerzas celestes? Más
que las motivaron. A través de los mitos no sólo conoce- especie de líquido amniótico. En Menfis, donde se elaboró aún, para decir la verdad,
mos las creencias religiosas, sino las leyes, la moralidad, las quizá una de las más antiguas cosmogonías, el origen sin nuestra tierra es el templo
del mundo entero”.
costumbres vitales o la estructura social de cualquier cultura. embargo no estaba en los elementos, sino en el pensamien-
Hermes Trismegisto,
Para conocer Egipto hay que familiarizarse con sus leyendas. to y en el poder mágico (por creador) de la palabra que lo Corpus Hermeticum.
expresa. Algo así como: lo pienso, lo expreso, luego es.
En un principio, la mitología egipcia puede resultar descon-
certante, pero a la vez hay mucho de familiar en ella. ¿Nos Y si la creación del mundo es variada, podemos imaginar
resultan realmente tan extraños unos dioses con trifulcas todo lo demás, incluido el hombre, que nace de una lágri-
familiares, que crean del barro, que dan vida mediante la pala- ma de Ra… pero también es modelado por Cnum en su
bra o la rebeldía de la humanidad enfrentada al creador y la alfar. Las representaciones y documentos de cada zona
piedad de éste hacia su más preciada obra? Pero al mismo (y época) son los que nos ayudan a la hora de componer el
tiempo no podemos olvidar algo muy básico: estamos ante bello puzzle religioso egipcio y a interpretar lo que vemos
un pensamiento definido como prefilosófico, lo que conlle- en nuestras visitas. pág. izquierda
va ir dejando aparcado el racionalismo. Estamos ante una Madrid.
Templo de Debod.
forma de pensar diferente. Así, los egipcios nunca perci- La religión egipcia fue muy tradicional, en el sentido de El faraón Adijalamani
bieron sus mitos de forma unitaria y exclusiva. Nosotros, no abandonar fórmulas, ritos o costumbres antiguas, lo presentando ofrendas
a Osiris e Isis.
los “lógico-racionales”, hablamos ante esto de embro- que explica también tal acumulación de concepciones: Fotografía de
llo, inverosimilitud e inconsecuencia; ellos, de múltiples lo sagrado continúa siéndolo siempre. Estatuas enterradas, Manuel Ramos.
80 Dioses y Faraones
El Cairo.
Museo de Antigüedades
Egipcias. Ajuar
del faraón Tutankamón.
Ureus real y Anubis.
Acuarela de
Adela Acitores.
Netcheru: los dioses del Antiguo Egipto 89
Bibliografía
E. CASTEL, Diccionario de mitología egipcia, tr. e., Madrid, Historia del Egipto faraónico, Madrid, Alianza Editorial, 2003; izquierda
Aldebarán, 1999; M. ELIADE, Historia de las creencias y de las F. J. PRESEDO VELO y J. M. SERRANO DELGADO, La “La importancia
de la palabra”.
ideas religiosas I, tr. e., Barcelona, RBA, 2004; A. GRINGO- religión egipcia, Historias del Mundo Antiguo, nº 12, Oriente, El Cairo. Museo de
LA, Miti dell’Antico Egipto, Bussolengo, Demetra SLR, 1996; Madrid, Akal, 1989; y J. YOYOTTE, El pensamiento prefilo- Antigüedades Egipcias.
El escriba sentado.
D. MEEKS y CH. FAVARD-MEEKS, La vida cotidiana de los sófico de Egipto. El pensamiento prefilosófico y oriental, tr. e., Fotografía de
dioses egipcios, tr. e., Madrid, Temas de Hoy, 1994; J. PADRÓ, Madrid, Siglo XXI, 2000. Lourdes Diego.
90 Dioses y Faraones
Dioses y Faraones
Las primeras grandes culturas construyeron su ciudad a modo do, luego era necesario prepararse para la vida ultraterrena. “El hombre teme al
de imagen del orden cósmico; en terminología platónica, la El ka es el nombre egipcio para el espíritu, que no era sino un tiempo, pero el tiempo
ciudad terrestre era una metáfora de la ciudad celeste y su clon invisible del cuerpo en vida, pero la supervivencia del ka teme a las pirámides”.
estructura estaba tomada del arquetipo eterno. La ciudad de dependía de que el cuerpo terrenal estuviera en buen estado Proverbio árabe
los hombres tenía que ser una copia en número y metro de y para eso los egipcios desarrollaron técnicas de embalsa-
aquellos que rigen el universo y una suerte de repetición ritual mamiento y, junto al cuerpo sin vida, se depositaban comida
de la morada de los dioses. La religión operaba como elemen- y utensilios para la vida diaria. Independientemente de toda
to regulador de esta comunicación entre lo que aquí abajo se la liturgia funeraria y del complicado ritual religioso hasta el
testimonia de lo de allí arriba. En la civilización egipcia, igual que juicio final de Osiris, la tumba de los muertos egipcios era un
en la América precolombina, la pirámide se constituye en el elemento esencial en esta mezcla de lo corporal y lo espiritual,
eje que une los dos mundos e introduce la verticalidad. de lo terrenal y lo sagrado.
Las pirámides egipcias son manifestaciones de un poder diri- La principal función de la tumba de los faraones era albergar
gente absoluto en el ámbito político, social y económico, pero el ka del faraón y proteger el cadáver y los bienes depositados
además son el símbolo de las fuerzas sobrehumanas, de los en ella de los saqueadores, puesto que junto al pueblo creyen-
dioses. Los faraones de la IV dinastía se convierten en dioses te, los fuera de la ley, que no compartían las creencias religiosas,
y como tales tienen que expresar su inhumanidad a través de buscaban denodadamente el expolio de las tumbas. Pero las
una construcción cuyo impacto simbólico sea determinante, y pirámides, reservadas a las clases dirigentes, eran el símbolo
la forma piramidal, remedo geométrico de la montaña sagra- del poder y la riqueza de los faraones, que se llevaban a la otra
da, permite trascender la forma en un sentido muy amplio. vida tesoros fabulosos, puesto que creían en su vida eterna, y
La pirámide es una tumba y también una estructura geométri- el pueblo egipcio (aunque también los esclavos) trabajaba en
ca, pero su significado es más complejo. la construcción de las pirámides con la convicción de estar
erigiendo una casa para un dios, una casa de la eternidad. pág. izquierda
La pirámide está relacionada con el culto solar, en el cual se Dahshur.
Pirámide romboidal.
produce una fusión del dios, el faraón y el ka. Los egipcios La pirámide clásica está construida a partir de formas geomé- Acrílico de
creían que tras la muerte los espíritus continuaban vivien- tricas simples: la base es un polígono regular de cuatro lados, Jorge Hernández.
92 Dioses y Faraones
pero además la forma triangular simbolizaba la triada mundo- del objeto. Signo, analogía, representación, imagen, fantas-
dios-hombre, lo que siglos más tarde se llamaría ontoteología ma o señal, la pirámide trasciende a su forma geométrica.
(ontos-theos-logos), esta fusión del cuadrado y los cuatro trián- Cuando en el horizonte vemos unas llamaradas rojas pode-
gulos isósceles en una figura geométrica cuya cúspide se dirigía mos considerar bien que es una señal de un incendio o bien
hacia lo sobrenatural y cuya forma era una abstracción de la que es un símbolo del fuego eterno; del mismo modo, la pirá-
montaña primordial, resultaba por lógica una hierofanía según mide egipcia es señal de un gusto por la abstracción en el
las convicciones religiosas del egipcio. uso de formas constructivas y remite a una figura geométrica
concreta, pero también símbolo de lo eterno.
Las pirámides conservan en reminiscencias la representación
de la tierra en su aspecto materno y el vértice se convierte El triunfo de la forma abstracta pura no es función simbólica, izquierda
en centro místico, en punto de máxima energía, en verdadero sino función estética que en ocasiones es utilizada de manera Dahshur. Pirámide roja.
elemento crucial, en la tangente al mundo sobrenatural. En el trivial en la edificación moderna donde el carácter sagrado se Bóveda. Fotografía de
Talía Bordalló.
simbolismo egipcio, la pirámide se representaba emergiendo circunscribe a los templos, aunque se produzca una trasgre-
de las aguas primordiales, como imago mundi. Pero lo que se sión al concepto de lo sagrado fruto de la posmodernidad. derecha
nos escapa es la función de los símbolos como signos repre- No obstante, las pirámides egipcias, son también manifestacio- Guiza.
Pirámide de Kéops.
sentativos de realidades no accesibles por medio de la razón nes del poder político y económico del faraón y de las clases Fotografía de
teórica, o como, more kantiano, manifestaciones analógicas dirigentes, esto es, manifestaciones del poder humano que Talía Bordalló.
94 Dioses y Faraones
Guiza. Pirámides
de Kefrén y Kéops.
Fotografía de
Jaime Salazar.
El simbolismo de la pirámide en el Egipto de los faraones 95
Guiza. Pirámide
de Kefrén.
Fotografía de
Mª Eugenia Cerón.
96 Dioses y Faraones
Los arquitectos de las pirámides de Kefrén y de Micerinos La islamización de Egipto supuso la desaparición de la pirámi-
establecieron la distancia idónea para el equilibrio de las de como forma integral del edificio. El Islam llevó a Egipto sus
fuerzas entre los edificios (ARNHEIM, 1978, p. 20). En este propias formas arquitectónicas para los templos sagrados; en
respecto, conviene rendir homenaje a los faraones posteriores las mezquitas no quedan reminiscencias de la montaña sagra-
que no ordenaron nuevas construcciones allí y a las fuerzas de da. Por otra parte, la cultura occidental se asienta en bases
la naturaleza que destruyeron cualquier otro vestigio; resulta grecorromanas donde la pirámide nunca tuvo cabida.
inconcebible la llanura de Guiza con una cuarta gran pirámide.
El hecho de que las caras de las pirámides formen con el suelo
ángulos superiores a 90º y que los tres sólidos se necesiten
para completarse entre sí, permite llenar el intervalo espacial
aunque sin incorporar densidad, como si las fuerzas que unen
los edificios fueran autóctonas y tendieran hacia arriba conso-
lidando nuestra visión que asume la verticalidad al contemplar
las construcciones (ARNHEIM, 1978, p. 33).
pág. izquierda
Bibliografía Guiza. Esfinge.
Fotografía de
Álvaro López.
R. ARNHEIM, La forma visual de la arquitectura, Barcelona, 1986; A. POCHAN, El enigma de la Gran Pirámide, Barcelona,
1978; H. y H. A. FRANKFORT, J. A. WILSON y T. JACOBSEN, 1971; y J. A. SOSA DÍAZ-SAAVEDRA, Conceptualismo y Complejo monumental
de una pirámide.
El pensamiento prefilosófico, Madrid, 1954; S. GIEDION, Abstracción. Interrelaciones entre suelo, paisaje y arquitectura, Acuarela de
El presente eterno: los comienzos de la arquitectura, Madrid, Las Palmas de Gran Canaria, 1995. Enrique Castaño.
Dioses y Faraones
Tanto las cámaras prehistóricas como los tholoi prehelé- cuales los difuntos eran enterrados encogidos, exactamente
nicos estaban recubiertos de tierra. Estos recubrimientos como fueron enterrados en largos períodos prehistóricos (...).
tienen un primer fin estructural (colaborar en la estabilidad A esa subestructura se añadió otra superestructura sobre
de la falsa bóveda); el segundo objetivo es la ocultación tierra. Su forma era distinta en el Alto y el Bajo Egipto.
en la subterraneidad (propia del hecho de sepultar); y, Herbert Ricke explica esta diferencia como consecuencia
por último, el tercer fin, éste de naturaleza simbólica, es de dos diferentes modos de vida. En la fértil zona del delta
el de evidenciar la protuberancia del embarazo terráqueo del norte (Bajo Egipto), los primeros agricultores vivían en
(entendiendo la muerte como nacimiento inverso). En cual- pequeños poblados (Fayum, Merimde). Sus difuntos eran
quier caso, los montículos que ocultan este tipo de tumbas enterrados bajo el suelo de las viviendas o en tumbas
tienen la vocación de integrarse en el paisaje. Parece que modeladas como las casas de los vivos. En el sur (Alto
no se quisiera descubrir el truco de que no se ha excavado Egipto) habitaban pastores nómadas que enterraban a sus
sino que se ha construido el terreno envolvente. difuntos en la grava, colocando encima un pequeño montón
de piedras o túmulo” (GIEDION, 1981, p. 586).
Al mirar a Egipto se encuentra una sustancial diferencia.
La tumba emerge explícitamente. Encontramos de manera El proceso de monumentalización seguido por la tumba
manifiesta las dos facetas: interior y exterior. El interior, el en Egipto, que arrancando de las limitadas mastabas de la
hueco en lo recóndito de una masa fabulosa, es el lugar de I dinastía, pasa por la pirámide escalonada de Saqqara para
la intimidad, donde se recrean las habitaciones y los objetos culminar en las pirámides clásicas de la IV dinastía, es mucho
queridos del difunto. El exterior, irguiéndose hacia el cielo, más acusado en el crecimiento del volumen exterior que en
mirando la fuente de vida que es el Nilo, es monumental, el agrandamiento de los alveolos interiores. La gran galería
abstracto y simbólico. Sigfried Giedion explica el origen de de la pirámide de Kéops (Khufu) tiene 51 m de largo por pág. izquierda
la mastaba y de la pirámide como confluencia de las formas 9 m de altura, pero sumando su volumen a los de la cáma- Guiza. Pirámides de
de enterramiento del Alto y Bajo Egipto. “Hasta el final del ra regia, cámara secundaria, cámara enterrada y resto de Kéops, Kefrén
y Micerinos.
periodo predinástico, las tumbas egipcias eran simplemente pasadizos no se alcanzan los 2.200 m³ de espacio interior. Fotografía de
hoyos o pozos circulares u ovalados poco profundos, en los El volumen emergente de la pirámide es, sin embargo de Mónica Zofío.
102 Dioses y faraones
izquierda
Guiza. Pirámide
de Kéops.
Maqueta de
Ignacio Lara.
derecha
Guiza. Pirámide de
Kéops. Interior.
Fotografía de
Adela Acitores.
Una casa para el alma 105
Bibliografía izquierda
Guiza. Pirámide de
S. GIEDION, El presente eterno: Los comienzos de la arquitectu- Kéops. Entrada a la
pirámide.
ra, Madrid, 1981; y M. YOURCENAR, Memorias de Adriano, tr. Fotografía de
e. de Julio Cortázar, Barcelona, 1982. Ignacio Cetina.
Dioses y Faraones
El perrito de Zoser
Agustín Legaz
Arquitecto
La noche anterior casi no pude conciliar el sueño. Estaba Recuerdo que mis expectativas me llevaron a descender del
inquieto como el amante que planea un encuentro furtivo con vehículo con rapidez. Mientras miraba absorto el paisaje que
su amada. Intuía que a la mañana siguiente, a nuestra llegada al se me ofrecía, me sentí afortunado.
recinto funerario, iba a suceder algún hecho que relanzara mis
investigaciones sobre la Atlántida. De repente, dos suaves ladridos me rescataron de inmediato a
la Tierra. Un pequeño perrito blanco, de raza incierta y hocico
Los estudios que últimamente venía realizando no se enca- prominente, se me acercó cabizbajo y con el rabo entre las
minaban hacia la posible existencia en tiempos remotos de piernas. Pensé que se lavaba con la lluvia y se alimentaba de
la mítica isla descrita por Platón*. Mi interés actual sobre el compañía. Le di una galleta y ya no se separó de mí.
tema giraba en torno a si el filósofo griego pudo tener algún
referente histórico-arquitectónico relacionado con el alma de Me alejé un poco del grupo y le seguí. ¡Que suerte! –pensé–.
los difuntos y que le sirviera de base para la creación de su ¡Tengo guía propio! Como si le hubiera dado una generosa
relato. propina, se puso rápidamente en marcha y comenzó a rastrear
mis dudas con olfato de buen sabueso.
Ahora esa búsqueda me había llevado a Egipto¹, concreta-
mente a la necrópolis de Saqqara, situada a unos cuarenta Se detuvo ante la única puerta existente en la actualidad y que
Kilómetros de El Cairo. da acceso al recinto, se sentó sobre sus cuartos traseros y sus
ojos nubios comenzaron a preguntarme:
Poco después del amanecer, el autobús se aproximaba a la
entrada del conjunto monumental que el faraón Zoser hizo ¿Recuerdas que la muralla que rodea todo el conjunto monumental
pág. izquierda
construir en Saqqara. Tuve la tentación de no mirar hacia la tenía quince puertas, de las cuales catorce eran falsas?
Saqqara.
pirámide que se adivinaba en su interior, temiendo que la Conjunto funerario
decepción superara mi sorpresa; pero no fue así. Pese a que ¿A que no sabías que la puerta que tenemos delante y situada en del faraón Zoser y
pirámide de Userkaf.
el día estaba frío y gris, las nubes no conseguían confundir su la esquina sureste del conjunto es la única que permite el acceso Fotografía de
magnífico perfil. al interior del recinto? Adela Acitores.
108 Dioses y Faraones
Saqqara.
Conjunto funerario
del faraón Zoser.
Muralla del recinto.
Acuarela de
Ana López
Sánchez-Vegazo.
El perrito de Zoser 109
Saqqara.
Conjunto funerario
del faraón Zoser.
Interior del serdab
con la copia de la
estatua de Zoser.
Fotografía de
Jorge Rivas.
pág. derecha
Saqqara.
Conjunto funerario
del faraón Zoser.
Vendedor en
el patio sur.
Acuarela de
Adela Acitores.
El perrito de Zoser 111
¿Te has fijado que a Imhotep no le interesaba la organización de Ahora no lo puedes apreciar pero ¿sabías que el sólido interior
los espacios interiores sino la colocación de los volúmenes frente a de la pirámide está formado por bloques de piedra traída de las
la luz del sol? proximidades y el exterior de fina caliza blanca procedente de las
canteras de Tura?
¿Recuerdas que en el Antiguo Egipto el hombre se componía de
6 elementos distintos, de los cuales tres estaban relacionados con Y ¿sabías que en la Atlántida también se describen casas adosadas
la materia y tres con el alma? a las murallas, vivos colores en los revestimientos de las construc-
ciones, accesos con barreras sucesivas, laberintos tridimensionales y
¿Y que cuando el sol proyecta sus rayos perpendicularmente, el una división social trasladada al diseño de la ciudad?
cuerpo de la pirámide, su sombra y su nombre se funden con el
desierto y es entonces cuando aparece el alma perdurable (Ka) de Las nubes regresaron para llevarse las sombras de las piedras.
mi faraón, en continuo movimiento (ba) y eterna (akh)?
Cuando ya me alejaba del recinto para incorporarme al grupo
¿Crees que el arquitecto, como producto de la división social que me esperaba impaciente para seguir nuestra ruta me pare-
del trabajo, pudo simbolizar en Saqqara a la sociedad egipcia ció divisar a lo lejos un perrito que tumbado sobre su regazo
como una sólida pirámide en la que cada escalón cumplía su me miraba atento y vigilante, mientras su figura se transforma- pág. izquierda
respectiva función jerárquica con el faraón en la cima de la torre ba en la de un chacal negro. Esa noche soñé con Anubis. Saqqara.
como jefe supremo? Conjunto funerario
del faraón Zoser.
Pirámide escalonada.
Fotografía de
Lourdes Diego.
izquierda
Saqqara
Conjunto funerario
del faraón Zoser.
Detalle de la cara este de
la pirámide escalonada.
Fotografía de
Adela Acitores.
derecha
Saqqara
Conjunto funerario
del faraón Zoser.
Detalle del templo
junto al serdab.
Fotografía de
Lourdes Diego.
Planta del conjunto
funerario del faraón Zoser
en Saqqara y planta
de la ciudadela de la
Atlántida de Platón.
Autor:
Agustín Legaz.
El perrito de Zoser 115
¹ La conexión egipcia con la Atlántida la encontré en diferen- quiso someter a su poderío a todos los territorios griegos y
tes pasajes de la obra de Platón (427–347 a. C.): en el diálogo egipcios, y a todos los países libres que quedaban en el área del
Timeo o de la naturaleza y en el diálogo Critias o de la Atlánti- Mediterráneo. La ciudad de Atenas supo dar una extraordina-
da. En estos diálogos se dice que Solón (640–559 a. C.), uno de ria muestra de valor y tenacidad, colocándose a la cabeza de
los siete sabios y legisladores de Atenas, realizó un viaje a Sais, todos los Estados griegos amenazados y rechazar la agresión
ciudad situada en la desembocadura del Nilo, para “recoger extranjera de los reyes de la Atlántida.
conocimientos de los tiempos pasados” –la visita de Solón a
Egipto suele fecharse alrededor del 590 a. C.–. Allí fue acogido El informador de Solón, el sacerdote de Sais, añadió que si
con muestras de amistad y respeto por los sacerdotes de la bien esta leyenda parecía tener todos los visos de una fábu-
ciudad, los cuales además se ofrecieron a revelarle la historia la, contaba con un gran fondo de verdad, pues algo por el
de los tiempos pasados que guardaban en papiros, así como un estilo era lo que realmente había sucedido en tiempos pasa-
magnífico archivo de inscripciones y documentos recogidos a dos. Solón transmitió la epopeya a sus compatriotas griegos,
lo largo del tiempo. entre los que se encontraba el bisabuelo de Critias el Joven.
Este último fue el que finalmente explicó a Platón todo lo que
Platón nos cuenta que, fundándose en un antiguo escrito egip- su memoria había retenido.
cio, un anciano sacerdote de Sais explicó a Solón que hubo
un tiempo en que una gran potencia marítima (los atlantes) ² Un codo real equivalía a 0,524 metros.
Bibliografía
PLATÓN, Diálogos: Filebo, Timeo, Critias, Madrid, Gredos, 1997; Barcelona, Labor, 1993; R. ELLIS, En busca de la Atlántida,
T. CALVO, De los sofistas a Platón: Política y pensamiento, Madrid, Barcelona, Grijalbo, 2000; M. GHYKA, Estética de las propor-
Ediciones Pedagógicas, 1995; R. DAHLKE, Mandalas, Barcelona, ciones en la naturaleza y en las artes, Barcelona, Poseidón, 1983;
Ediciones Robin Book, 1997; G. DROZ, Los mitos platónicos, y L. LAMY, Misterios egipcios, Madrid, Debate, 1981.
116 Dioses y Faraones
Dioses y Faraones
Imhotep, visir del faraón Zoser, fue un gran sabio que desta- templo de la pirámide, además de la gran estatua de Zoser y,
có sobre todo en los campos de la medicina y la arquitectura. probablemente, una galería recubierta de cerámica esmalta-
Fue considerado hijo de Ptah, dios de los artesanos, y se le da que se abre en un ángulo de la cámara de la pirámide.
adoró como dios de la medicina a partir del período saíta.
Con él, el sepulcro pasó de ser un antro subterráneo a
convertirse en el eje de un conjunto funerario al aire libre pág. izquierda
en el que destaca la pirámide como elemento esencial. Madrid. Museo
Arqueológico Nacional.
Fue el arquitecto del conjunto funerario del faraón Zoser Estatua en bronce del
arquitecto Imhotep.
en Saqqara, localidad situada al oeste de Menfis, capital del Archivo fotográfico:
Egipto faraónico durante el Imperio Antiguo. El vestíbulo de M.A.N.
entrada al mismo está inspirado en la arquitectura de los izquierda
palacios y tenía un techo de piedra cilíndrica que se sostenía Saqqara. Conjunto
por columnas acanaladas, imitando los haces de troncos de funerario del faraón
palmeras, rematadas por capiteles papiriformes y reforzadas Zoser. Galería de acceso.
Columnas fasciculadas
con contrafuertes. Dichas columnas tienen una altura consi- y techo de piedra
derable; Imhotep pensaba que no resistirían por sí solas, de cilíndrica.
Fotografía de
ahí que fueran diseñadas para quedar adosadas a muros de Lourdes Diego.
piedra. Se trata de las primeras columnas fasciculadas (proto-
dóricas) conocidas de la historia. derecha
Saqqara. Conjunto
funerario del faraón
Los calificativos de carpintero y escultor que acompañan a Zoser. Galería de acceso.
veces al nombre de Imhotep nos dan también idea de su acti- Imitación de gozne de
puerta de madera.
vidad interdisciplinar. Diseñó muros y puertas de piedra que Fotografía de
imitaban las de madera de la época, un altar con leones en el Lourdes Diego.
118 Dioses y Faraones
Dioses y Faraones
Fascina comprobar, visitando el conjunto de Zoser (Djoser) del Bajo Egipto– y lotiformes –el loto es la flor que represen- “Hemos venido a ver el
en Saqqara, cómo la arquitectura del Antiguo Egipto reflejó, ta al Alto Egipto– y donde el faraón habría recibido, de una templo de Djoser y lo
desde sus inicios y de manera constante, a lo largo del tiem- manera simbólica, tributos procedentes de ambos reinos tras encontramos como si el
cielo estuviera en
po la dualidad del país. El Alto y el Bajo Egipto, hermanados su doble coronación (SILIOTTI, 2005, p. 108). A la existencia su interior y como si Ra
y unificados desde fines del cuarto milenio a. C. Y es en el del doble enterramiento y de las dos casas se suman los dos brillara dentro de él”.
primer complejo faraónico atribuido a Zoser –que reinó en patios, el del Heb Sed y el patio sur –cuyos edículos debía Grafito de Iahmose y
la III dinastía y recibió el apodo de Horus Netjerikhet–, consi- superar Zoser durante la habitual carrera ritual del jubileo Setemheb, “turistas”
derado justamente el referente arquitectónico del Imperio real de regeneración del faraón–, y las dos murallas del recinto, de época faraónica.
Antiguo y el lugar donde se materializó la primera arquitectu- una rodeando su perímetro de quince hectáreas y otra circun-
ra monumental pétrea de la Historia, donde dicha evocación dando originalmente el patio sur.
adquiere altas cotas de credibilidad.
Las construcciones referidas forman parte de un fantástico
El primer testimonio es la existencia dentro del complejo fune- complejo, que es considerado la imitación en piedra caliza,
rario, a cuyos trabajos de anastilosis dedicó tantos esfuerzos a procedente de las canteras de Tura, de la residencia que el
lo largo de su vida Jean-Philippe Lauer (LAUER, 1962, 1974 y faraón tenía en Menfis, la capital del Antiguo Egipto. El gran
1977), de un doble enterramiento. Por un lado, la tumba norte Zoser disponía, por tanto, de dos residencias, ésta última
o pirámide escalonada habría servido para contener el cuer- producto de la ‘arquitectura efímera de los vivos’, realizada
po eviscerado del faraón; por otro, la tumba sur habría dado con materiales perecederos (adobe y junco), y aquélla, de la
probablemente acogida a los vasos canopos o contenedores de ‘arquitectura de los muertos’, cuyas estructuras pétreas y sus
Edfú.
sus vísceras. A éste se une la existencia de las casas norte y sur, habitaciones confortables y decoradas exquisitamente asegu- Templo de Horus.
que encarnan a las capillas de las antiguas capitales de Buto e raban al faraón un tránsito feliz a la vida en el más allá y su Panel de
la doble coronación.
Hieracómpolis y cuyos respectivos fustes de columnas sopor- perdurabilidad eterna. Fotografía de
tan capiteles papiriformes –el papiro es la flor emblemática Lourdes Diego.
120 Dioses y Faraones
para la gloria perenne del faraón al que sirvió en vida. Imhotep desarrollo norte-sur –a modo de eje nilótico– las dos tumbas.
demostró en su diseño ser sensible a los deseos del monarca Sin embargo, Imhotep no olvidó la proyección vertical desde
de evocar los testimonios más antiguos y significativos de la el centro y eje centrípeto del complejo ni tampoco el valor
civilización egipcia con el fin de conseguir la legitimación de de la pirámide, máxima expresión de la colina primigenia que
su reinado y la consolidación perpetua de la realeza. Imhotep emerge de Nun (o aguas abismales, origen de toda la vida y de
reflejó en su complejo la simetría que los egipcios conocían donde fluye el Nilo) y símbolo de la centralización del poder izquierda
por las condiciones geográficas de su propio país; de ahí que en la figura del faraón. La pirámide escalonada, anclada firme- Saqqara.
Conjunto funerario
se mantuvieran escrupulosamente las coordenadas norte-sur mente en el suelo y con una cimentación muy sólida bajo la del faraón Zoser.
para la disposición de los dos enterramientos y este-oeste para cual se da cobijo a las distintas cámaras funerarias destinadas El patio sur y
la pirámide escalonada.
la localización de las dependencias, de las cuales las destinadas al faraón y a miembros de su familia, se eleva con sus seis esca- Fotografía de
a fortalecer la monarquía gracias a la rendición de tributos al lones hasta 60 metros hacia el cielo cual verdadera escalera, Lourdes Diego.
faraón y a la renovación de sus fuerzas y juventud por toda la que permitía al alma del faraón alcanzar el firmamento donde
derecha
eternidad estaban situadas en el lado del sol naciente. se encontraban las estrellas imperecederas y posicionarse
Saqqara.
sobre el cerro en tanto que encarnación del dios Amón, el Conjunto funerario
La geografía del país queda de manifiesto en la secuencia hori- creador (HAWASS, 2005, p. 19). Las cámaras funerarias fueron del faraón Zoser.
La casa norte.
zontal de las distintas estructuras conectadas entre sí tanto decoradas con cerámica vidriada y con representaciones del Fotografía de
en superficie como en profundidad, manteniendo como eje de faraón cumpliendo el ritual de la fiesta Sed. Lourdes Diego.
122 Dioses y Faraones
El pueblo egipcio vivió siempre abocado al más allá. Su insisten- bas de Saqqara y que, en el conjunto de Zoser, contuvo la
te religiosidad le hizo reproducir, en la arquitectura destinada estatua del difunto (el Ka) destinada a servir de apoyo al
a los muertos, las mismas estructuras religiosas que disfruta- alma desencarnada. No en vano, siguiendo la forma tradi-
ba en vida. De ahí que en los grandes conjuntos sepulcrales cional de las sepulturas de dicha localidad, la primera forma
se mantuviera el protagonismo del templo, ahora funerario de dicha pirámide que diseñó Imhotep fue una mastaba de
izquierda aunque resultaba ser la imitación en menor escala de los de 8 m de altura. Los grandes arquitectos reales del Antiguo
El Cairo. Museo de culto diario. No debían faltar tampoco las capillas. Varias de Egipto siguieron las directrices del genial Imhotep, que fue
Antigüedades egipcias.
Paleta del rey Narmer. éstas quedaron dispuestas en el patio del Heb Sed, unas con aclamado a lo largo de los distintos Imperios y divinizado
Acuarela de la techumbre curva simbolizaban las capillas de los dioses del a partir de la época saíta, durante la cual fueron numerosas
Talía Bordalló.
Bajo Egipto, otras con la techumbre adintelada evocaban las las estatuas en bronce a modo de exvotos a él dedicadas.
derecha capillas de los dioses del Alto Egipto. Y para resaltar los deseos de ‘continuidad’ de los faraones
Saqqara. que sucedieron a Zoser en el poder conviene fijarnos en
Conjunto funerario Resulta no menos interesante tomar en consideración la Kéops (Khufu) quien, cien años después, trasladó a su pirámi-
del faraón Zoser.
El patio sur y existencia, en la cara norte de la pirámide escalonada y junto de esa cella o sótano, embutido ahora en la cimentación de
la pirámide escalonada. al templo –edificio religioso vinculado estrechamente a la la misma y en una secuencia prácticamente vertical con rela-
Acuarela de
María González tumba en los conjuntos funerarios del Imperio Antiguo–, del ción a las cámaras reales. La axialidad y la simetría, presentes
Aranguren. serdad, una constante en la superestructura de las masta- en todas las estructuras del conjunto funerario de Zoser,
De Saqqara a Guiza 123
se empezaban a perfilar de manera evidente ya en las prime- El logro técnico de situar la cámara regia en el corazón de la
ras dinastías del Egipto faraónico, reforzando la idea de que pirámide tuvo sus días contados, pues a partir de los siguientes
las grandes pirámides de la explanada de Guiza eran, al igual faraones de la IV dinastía dicha cámara fue descendiendo de
que la de Zoser, magnas proyecciones pétreas cuyas caras nuevo hasta el subsuelo, generalizándose este hecho durante
simbolizaban la prolongación hasta la tierra de los rayos sola- el Imperio Medio y en el Bajo Egipto, zona donde se continuó
res. El faraón, que se constituye en divinidad terrenal, ostenta utilizando un tipo de pirámide más modesta y realizada en
el poder absoluto y garantiza el orden y el equilibrio del país, ladrillo, perdurando este tipo de enterramiento hasta la dinastía
es el centro neurálgico de la sociedad como también lo es XII. El faraón Amenemhet III fue el último en hacerse construir
la cámara regia de su pirámide con relación al volumen total dos pirámides, una –la pirámide negra– al sur de Dahshur y
que la envuelve. Sin embargo, la referencia constante a la otra en Hawara, destinada a convertirse en su sepulcro. Lejos
dualidad, en el sentido de la complementariedad (CASTEL, quedaban los alardes técnicos del arquitecto del faraón Snefru
1999, p. 149), presente igualmente en las construcciones (Sneferu), padre de Kéops, que construyó, entre otras, dos
de los faraones de la IV dinastía, y los deseos de Kéops de pirámides en Dahshur. Sus pirámides romboidal y roja, últi-
reflejar una continuidad en las obras faraónicas le llevó a mos eslabones hacia la constitución de la pirámide perfecta de Meidum.
mantener la cámara subterránea de acogida del ka a modo gran elevación, constituyeron los centros de sendos comple- Pirámide atribuída
al faraón Snefru.
de antiguo serdab. jos funerarios, compuestos ambos por templos del valle y Acuarela de
templos altos además de calzada procesional (en el caso de Enrique Castaño.
Dahshur. Pirámide
romboidal atribuída
al faraón Snefru.
Fotografía de
Lourdes Diego.
126 Dioses y Faraones
que, tanto en Saqqara como en Dahshur, la serie de estruc- reales para la vida de ultratumba o casas grandes que les habían
turas dobles, complementarias y entre sí conectadas de los de suceder en el tiempo. Per-aa, casa grande, era el término
conjuntos funerarios referidos son el reflejo de las estructuras egipcio de donde proviene el de faraón. Elementos, pues, de
de los primeros edificios religiosos egipcios y establecen las continuidad en una civilización con personalidad propia, en una
directrices –haciendo uso de un nuevo material, la piedra– de cultura y en un estilo artístico destinados a ser eternamente
los complejos funerarios, considerados verdaderos palacios celebrados por las sucesivas culturas de la humanidad.
Bibliografía
E. CASTEL, Egipto. Signos y símbolos de lo sagrado, Madrid, reed., 1974; Idem y A. SHOUCAIR, Saqqarah, la nécropole roya-
Aldebarán, 1999; Z. HAWASS, “Un imperio de piedra. Los cons- le de Memphis, quarante siècles d’histoire, cent vingt-cinq ans de Vista desde Saqqara
hacia Dahshur.
tructores de pirámides del Imperio Antiguo”, en Faraón. Catálogo recherches, París, 1977; J.-Ph. LAUER, Le mystère des pyramides Pirámides romboidal
de la exposición, Madrid, Canal de Isabel II (diciembre 2005- d’Égypte, París, reed., 1988; M. A. PARRA ORTIZ, Historia de y roja, atribuídas
al faraón Snefru,
mayo 2006), Madrid, 2005, pp. 17-29; J.-Ph. LAUER, Histoire las pirámides de Egipto, Madrid, 1997; Idem, Los Constructores y pirámide de Pepi II.
monumentale des pyramides d’Égypte. I. Les pyramides à degrés, de las Grandes Pirámides, Madrid, 1998; y A. SILIOTTI, Pirámi- Fotografía de
El Cairo, 1962; Idem, Le problème des pyramides d’Égypte, París, des de Egipto, en Guía de Arqueología, tr. e., Madrid, 2005. Fernando Galtier.
Dioses y Faraones
Heb Sed.
Una célebre fiesta del Antiguo Egipto
Victoria Durán
Alumna de primer curso de la licenciatura en Arquitectura
(Escuela Superior de Arte y Arquitectura, Universidad Europea de Madrid)
El Heb Sed o jubileo real fue quizás la más importante fiesta que transcurrieran esos treinta largos años de reinado.
de los soberanos del Antiguo Egipto. De origen prehis- Cabe la posibilidad de que el jubileo tuviera lugar cada treinta
tórico, dicha celebración ritual está documentada desde años independientemente de la fecha de la subida al trono
tiempos de la primera dinastía hasta el periodo ptolemaico, del faraón reinante. También puede que en caso de que el
durante el cual fue traducida al griego como fiesta de los faraón enfermara o de que el Nilo no creciera lo suficien-
treinta años, y tenía por finalidad que el faraón demostrara te se preparara una fiesta Sed como rito de regeneración
con ella su vitalidad y presteza ante su pueblo, pues suponía y de rejuvenecimiento. Por último, otra posibilidad era que
una renovación de la fuerza física, la juventud y la energía los faraones se mandaran representar en las paredes de sus
sobrenatural del mismo. cámaras funerarias participando en festivales que nunca exis-
tieron. No tenemos constancia de dicha fiesta a través de
Esta celebración comenzó realizándose a los treinta años documentos manuscritos; y entre los testimonios supérstites,
del ascenso al poder del faraón pero, con el tiempo, es muy imágenes que representan al faraón durante la carrera ritual,
probable que este período de tiempo fuera reduciéndo- como así sucede en la cámara funeraria del faraón Zoser
se, pues, de lo contrario ¿cómo hubiera sido posible que (Djeser) en su complejo funerario de Saqqara.
faraones que no alcanzaron los años marcados de reinado
hubieran celebrado jubileos? En el caso del faraón Ramsés II La celebración de un jubileo real exigía una gran prepara-
(Rameses II), éste realizó su primer jubileo a los treinta ción previa que podía durar años. Era necesario construir,
años de reinado y posteriores jubileos en intervalos de tres para la misma, verdaderos complejos que incluyeran varios pág. izquierda
años cada uno llegando a celebrar a lo largo de su vida un patios y numerosas capillas donde el rey pudiera realizar Saqqara.
Conjunto funerario del
total de catorce. la carrera ritual, descansar y cambiarse. Diversas estatuas faraón Zoser. Patio del
adornaban dichos complejos e, igualmente, se enviaban Heb Sed. Estatua del
faraón Zoser.
Distintas teorías intentan explicar la causa por la cual otras semejantes a varias localidades del país con el fin de Fotografía de
en ocasiones se realizaban estos jubileos reales antes de confirmar la regeneración real. Lourdes Diego.
Heb Sed. Una célebre fiesta del Antiguo Egipto 131
La fiesta Sed tenía lugar el primer día del mes de Tybi en la remo eran otros símbolos que podía llevar el faraón. Éste debía
estación de Peret, más o menos el primer mes de invierno. proceder a la erección de un pilar djed como símbolo osiríaco
Todos los dioses se desplazaban al lugar donde tenía lugar de estabilidad. Todas estas ceremonias estaban presididas por
la celebración, que duraba en torno a 10 días y que consi- cuatro estandartes con un halcón (Horus), un ibis (Thot), un
tía en una serie de ritos y ceremonias, de las cuales las más chacal (Upuaut,” El Abridor de Caminos”) y la placenta real.
importantes eran una carrera ritual y el lanzamiento de cuatro
flechas a cada uno de los puntos cardinales. Los ejemplos conservados que permiten un mejor cono-
cimiento de esta festividad se encuentran en el complejo
El festival se representa mediante tres medias lunas, que indi- funerario de Saqqara, donde hallamos el mejor “circuito” físi-
can las colinas paralelas a lo largo del Nilo. Durante la carrera co para el festival así como una representación del rey Zoser
ritual, el rey portaba diversos símbolos como el flabelo y un en plena carrera ritual; en el complejo de Niuserre en Abu
rollo de papiro, considerados testimonios de la legitimación Ghurab; en el Templo de Amenofis III en Soleb; y en el patio del
por parte de los dioses para gobernar las Dos Tierras: el Alto festival de Osorkón II en el templo de Bastet en Bubastis.
y el Bajo Egipto. Los vasos con agua del Nilo e, inclusive, un
pág. izquierda
Saqqara.
Conjunto funerario
del faraón Zoser.
Estatua del faraón Zoser
y carrera ritual del
Heb Sed, representada
en su cámara funeraria.
Dibujo de
Javier Chavarría.
Saqqara.
Conjunto funerario
del faraón Zoser.
Patio sur.
Muro de las cobras.
Fotografía de
Lourdes Diego.
Dioses y Faraones
Se considera a Mereret hija de Sesostris III y esposa de su sobre una superficie blanda, realizando el diseño (repujado).
hermano Amenenhat III. A su muerte, la reina fue sepultada en Posteriormente se recortaban cuidadosamente láminas de
una tumba cerca de la pirámide de su padre y allí permaneció entre 2 y 3 mm de espesor y se soldaban por su base al
durante casi tres mil años, siendo una de las pocas tumbas dibujo, creando huecos para depositar las piedras a engastar
reales que ha llegado hasta nosotros casi intacta. (cloisonné). Una vez colocadas éstas, se grababan con el buril
los detalles que aparecen en el reverso de la joya (burilado).
El pectoral es una tipología que surgió a mediados de la dinas- Por fin, se pulía la totalidad de la pieza con piedras abrasivas
tía XII (1878-1841 a. C.), alcanzando ya entonces su grado para darle un aspecto brillante y atractivo.
máximo de refinamiento, y fue utilizado hasta fines de la época
faraónica. Durante el Imperio Medio era de uso exclusiva- Para los antiguos egipcios, el oro era el material divino del
mente femenino, como se puede apreciar en los relieves y que estaba hecha la carne de los dioses. Dentro del territorio
estatuaria de la época y en los ajuares funerarios. Aunque los egipcio, el oro aparece con abundancia en el desierto oriental
El Cairo.
motivos decorativos varían en cada pectoral, todos tienen la del Alto Egipto y en las formaciones rocosas paralelas al mar Museo de
función propagandística de recordar el origen divino de los Rojo, pero de donde provenía en cantidades colosales era de Antigüedades
faraones y de su estirpe. Nubia (llamada la tierra del oro). En Egipto se utilizaba la pala- Egipcias.
Pectoral de la reina
bra “nub” para referirse al oro y no se distinguía del nombre Mereret con el nombre
Estas obras de arte eran, además de adornos, amuletos Nubia (actual Etiopía), que pagaba, desde el Imperio Antiguo, de Sesostris III.
con propiedades mágicas; así, tanto las representaciones tributo en oro a los faraones. Oro, cornalina, turquesa,
como el metal (oro) y gemas utilizadas (cornalina, turquesa, lapislázuli y amatista.
Repujado, cloisonné
lapislázuli y amatista) están íntimamente relacionados con La cornalina evoca a la diosa Isis, pues su tyet –nudo de y burilado.
la cosmogonía egipcia. Isis– se realizaba siempre con una gema roja (jaspe o corna- 6.1cm de altura
lina) y era uno de los amuletos que servía para proteger a y 8.6 cm de anchura.
Dahshur, tumba
La elaboración y decoración del pectoral se ejecutaron los muertos en su viaje hacia el Ka universal; se extraía en de la Reina Mereret
siguiendo las técnicas del repujado, cloisonné y burilado. los desiertos orientales y occidentales aunque es probable (Imperio Medio,
En primer lugar se trabajaba una lámina de oro, dispuesta que llegara también a través del comercio con Sumer. dinastía XII).
134 Dioses y Faraones
El Cairo.
Bibliografía Museo de
Antigüedades
Egipcias.
C. ANDREWS, Ancient jewellery, Londres, 1990; Ramses le los Faraones, Madrid, 2001; F. TIRADRITTI y A. DE LUCA, Teso- Pectoral encontrado
en una tumba en Tanis.
Grand. Catálogo de la exposición, París, Galérie Nationale du ros De Egipto, El Museo Egipcio de El Cairo, Madrid, 2006; y R. H. Acuarela de
Grand Palais, París, 1976; H. W. MULLER y E. THIEM, El Oro de WILKINSON, Todos los dioses del Antiguo Egipto, Madrid, 2003. Javier Chavarría.
136 Dioses y Faraones
Dioses y Faraones
Una arquitectura pre-espacial Como estas constantes se mantienen en los famosos templos “La imaginación que en
del Imperio Nuevo, y en las mejores construcciones del Europa se alza muy por
Me gustaría hacer una breve reflexión sobre urbanismo Imperio Medio, donde toda la composición arquitectónica encima de nuestros pór-
ticos tiene que rendirse,
y arquitectura sagrada en el Antiguo Egipto, a partir de la se estructura a lo largo de un prolongado y estrecho pasillo impotente, a los pies de
sorprendente impresión que me causó percibir el fuerte central que se dirige directamente a la cella del santuario, las 134 columnas de la
contraste existente entre el colosalismo de sus construc- cabría concluir con Sigfried Giedion que en Egipto todo es un sala hipóstila de Karnak”.
ciones y el acusado desinterés por los espacios interiores, camino sagrado de paso, de índole procesional, que sirve de J. F. Champollion
que se aprecia especialmente en la arquitectura funeraria, sede del eterno vagar sin duda originado en el diario periplo
pero también en los templos. solar, que da lugar a la sucesión infinita de días y noches.
Representación itinerante que se acompaña del menos-
Ello es perceptible, como se sabe, desde las primera precio hacia el espacio interior –en el que no se pretendía
mastabas del Período Dinástico Temprano (dinastías I y II), acoger más allá de la sala hípetra a multitud alguna–, y de la
así como en el conjunto de Zoser en Saqqara, donde las virtual recomposición perpetua de aquellas construcciones,
capillas del patio del Heb Sed presentan un estrechísimo que hoy vemos congeladas por el paso del tiempo post-
interior con acceso acodado, en contraste con la magnifi- histórico egipcio.
cencia de su fachada –lo que todavía se extrema más en los
hastiales de los edificios del norte y del sur, que reprodu- Más adelante insistiremos en esta cuestión. Pero antes convie-
cen los palacios entoldados con esteras del Bajo y del Alto ne recordar de qué manera el medio geográfico egipcio, con
Egipto, y que no tienen espacio interior alguno, sino que son el eje norte-sur del río que es cruzado por el camino solar
solamente una especie de decorados o telones de fondo–, este-oeste entre los dos laterales del desierto –véase el jero-
y en las pirámides de la IV dinastía, en las que sorprende glífico de “el sol en su horizonte”–, explica fácilmente que sus pág. izquierda
la estrechez de sus muy reducidas cámaras y galerías pobladores fueran los primeros en superar la concepción Edfú.
interiores, como si el increíble esfuerzo de levantarlas se espacial primitiva de la libre indeterminación de direcciones, Templo de Horus.
Exterior.
derrochara en un exceso de macizo sobre hueco. para encontrar con toda exactitud la orientación hacia los Fotografía de
cuatro lados. Por esto –junto con aquel rasgo del desprecio Lourdes Castillejo.
138 Dioses y Faraones
Guiza.
Vista desde el templo
del valle del conjunto de
Kefrén hacia las pirámi-
des de Kefrén y Kéops.
Acuarela de
Javier Chavarría.
140 Dioses y Faraones
izquierda
Luxor.
Complejo de Karnak.
Templo de Amón.
Sala hipóstila.
Espacios entre columnas.
Dibujo de José Luis
Esteban Penelas.
derecha
Luxor.
Complejo de Karnak.
Templo de Amón. Sala
hipóstila. Fotografía de
Iris Domínguez.
142 Dioses y Faraones
izquierda
Kom Ombo.
Templo dedicado a
Sobek y Haroeris.
Acuarela de
Ana López
Sánchez-Vegazo.
derecha
Abu Simbel.
Gran speo. Interior.
Fotografía de
Lourdes Diego.
Caminos procesionales y zonas de paso en la arquitectura del Antiguo Egipto 143
Edfú.
Templo de Horus.
Primera sala hipóstila.
Fotografía
de Alvaro López.
Caminos procesionales y zonas de paso en la arquitectura del Antiguo Egipto 145
Bibliografía
L. BORCHARDT, Das Re-Heiligtum des Königs Ne-woser-re, ed. ration Fund), Londres, Part IV, 1901; Idem, The Xith Dynasty at
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Templo de Horus.
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Dioses y Faraones
La historia del Antiguo Egipto nos ha dejado un legado de raba, eran obra de seres con unos conocimientos de cálculo,
personajes que, en la actualidad, siguen despertando interés. materiales y leyes profundas, es decir, no eran, el simple
Uno de ellos es el arquitecto Sen-en-Mut. resultado de la combinación ingenio-ejecución, sino que
se debían regir por un auténtico “lenguaje arquitectónico”.
Aunque de origen humilde, supo ascender hasta tener Paralelamente, los conocimientos que había ido adquirien-
derechos de poder sobre la nación más importante de la do de astronomía le fueron muy útiles en la construcción
época. El propio faraón Tutmosis I le nombró preceptor de de templos.
su hija Hatshepsut (igual que la reina haría más adelante de
su hija Neferu-Ra) y se convirtió en uno de los hombres El templo de Hatshepsut es el más importante de los cons-
más influyentes y poderosos de Egipto durante los reinados truidos en el acantilado rocoso de Deir el-Bahari. Se trata
de Hatshepsut y de Tutmosis III, en la dinastía XVIII. de una construcción donde la tumba se encuentra excavada
en la roca y el templo sale al exterior (hemispeo).
Ostentó más de noventa cargos administrativos, políticos
y religiosos. Fue el encargado de los diseños urbanísti- Tras la entrada se accede a la primera terraza, un gran patio
cos en la región de Tebas y autor de monumentos como rodeado de bajos muros con un doble pórtico de cierre en
los templos a Cnum y Satis en Elefantina y, sobre todo, el el que existían dos figuras osiríacas y de las que actualmente
templo funerario de Deir el-Bahari, en la zona occidental de sólo queda una. Una rampa ascendente da acceso al segun-
la actual ciudad de Luxor. En el año dieciséis del reinado de do nivel, en el que existe un pórtico formado por 2 filas de
Hatshepsut, Sen-en-Mut comenzó un proyecto construc- 22 pilares cuadrados con representaciones del nacimiento, pág. izquierda
tivo que cambió radicalmente la región de Tebas, antigua educación y coronación de la reina. En la parte izquier- Deir el-Bahari.
Templo de Hatshepsut.
capital de Egipto durante el Imperio Nuevo. da de esta terraza se encuentra la capilla de Hathor, que Fotografía de
consta de 2 salas hipóstilas, hallándose en el lado derecho Patricio Guzmán.
Sen-en-Mut comprendió, en su proceso de formación como la capilla de Anubis. Por último, la tercera terraza conte- Deir el-Bahari.
arquitecto, que la perfección de las construcciones que admi- nía 22 columnas precedidas de pilares osiríacos que fueron Sen-en-Mut y Nefrure.
148 Dioses y Faraones
Deir el-Bahari.
Templo de Hatshepsut.
Fotografía de
Lourdes Diego.
Sen-en-Mut, arquitecto real 149
Bibliografía
Deir el-Bahari.
T. BEDMAN y J. M VALENTÍN, Sen-en-Mut, El hombre Templo de Hatshepsut.
que pudo llegar a ser rey de Egipto, Madrid, Oberón, 2004; Capilla de Anubis frente
a múltiples ofrendas.
y P. F. DORMAN, “Senmout un homme d´état hors du Acuarela de
commun”, Les Dossiers d’Archéologie, 187 (1993), pp. 110-115. Elena Valero.