Nuestro Instituto Superior de Formación Masónica,

en un esfuerzo por dar cuerpo a los lineamientos

centrales emanados de nuestra Gran Maestría en
relación a la formación masónica de cada uno de
nuestros Queridos Hermanos, pone a vuestra dispo-
sición estos fascículos, en un primer momento pen-
sados para uso restringido y exclusivo de quienes se
encuentran cursando los diferentes niveles de for-
mación en nuestro instituto y sus plataformas, com-
prendiendo que es un material indispensable, tan-
ATHYR ©
to para los alumnos de los diferentes cursos como
FASCÍCULOS DOCENTES © para todo el cuerpo masónico que compone nuestra
Fascículo 07/ 03 Gran Logia Nacional, con el fin de reforzar el cono-
cimiento, los orígenes, los fundamentos simbólicos
Curso anual fundamental y rituales de nuestra obediencia, lo que es en sí
Área simbólica uno de los objetivos estratégicos para este periodo
administrativo.
Introduccion a la Masonería Egipcia
y Rito de Menfis Dejamos a continuación estos contenidos, por esta
vez de manera única y excepcional correspondien-
UNIDAD 02: ESPIRITUALIDAD tes solo a la segunda unidad del curso de Introduc-
MÓDULOS: ción a la Masonería Egipcia y Rito de Menfis enfo-
cado en la Espiritualidad Egipcia, que actualmente
COSMOGONÍAS está siendo impartido en su primera versión desde
PANTEON hace algunos meses.
EL HOMBRE Y LOS CUERPOS DEL HOMBRE
LIBRO DE LOS MUERTOS
RITOS FUNERARIOS
SÍMBOLOGÍA ESPIRITUAL G .·. M .·. Angelo Cares R.
SACERDOCIO Gran Logia Nacional de Chile
REFLEXIÓN 2021
COORDINACIÓN EDITORIAL
Y GESTIÓN DE CONTENIDOS:
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COMPILACIÓN Y EDICIÓN
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Instituto Superior de Formación Masónica

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BREVE APROXIMACIÓN A LA FUNCIÓN CREA-
DORA DEL DIOS PTAH
Lic. Brais Louzao Recarey
La creación del mundo es, habitualmente,
un acontecimiento fundamental en el pen-
samiento de una cultura antigua (y no única-
mente las de la Antigüedad), no solamente
desde el punto de vista meramente religio-
so, sino desde el punto de vista social y cul-
tural.
El conocimiento de cómo surge el cosmos,
los dioses que lo dirigen y cuál es el papel
de esa cultura en ese contexto es imprescin-
dible para dar algunas de las respuestas que
demanda el individuo sobre la existencia. En
cierto modo, condicionan su modo de pen-
sar, su modo de comprender cómo funciona
lo que le rodea y por qué es así (ya que fue
establecido desde el principio de los tiem-
pos, o desde unos acontecimientos que se
desencadenaron en el principio de los tiem-
pos). También es uno de los factores que
Unidad de Formación Continua
ayudan a crear una conciencia de identidad,
de pertenencia a un mismo grupo, una co-
lectividad que se siente vinculada por unos
orígenes comunes, o que como mínimo reco-
nocen como no ajena una determinada con-
cepción del origen del universo conocido.
Esto funciona así en el mundo egipcio anti-
guo, con la particularidad de que no existía
una única respuesta a cómo se había origi-
nado el mundo. Diversas cosmogonías fue-
ron desarrolladas en diferentes lugares a lo
largo de todo el extenso país del Nilo, cos-
mogonías que de ningún modo fueron ex-
cluyentes unas con otras, una prueba más
de que los egipcios no entendían la realidad
como única e inmutable, sino entendible
desde muy diversos puntos de vista y con
una gran variedad de respuestas que eran
perfectamente compatibles entre sí. Aque-
llo que es denominado por los investigadores
como “multiplicidad de aproximaciones”. El
objetivo de este trabajo es contemplar, muy
brevemente, una de estas concepciones so-
bre la creación en concreto: observar al dios Pág.
Ptah en su papel en el origen del universo 5
egipcio.
El marco cronológico es muy difícil de pre-
cisar. La religión es una realidad cambiante,
que se desarrolla y evoluciona lentamente
a lo largo de los años, los siglos y los mi-
lenios. Tratar de estudiar el desarrollo de
FD-07: Cosmogonía Menfita:III Función creadora
 Gran Logia Nacional de Chile
este tema a lo largo de toda la historia del
Antiguo Egipto sería una tarea titánica, a la
par que imposible, ya que la gran escasez de
fuentes lo impide. Sólo conocemos algunos
testimonios puntuales de épocas también
puntuales sobre Ptah y su papel en la crea-
ción, y la datación de algunos de ellos ha
sido ampliamente discutida y no es al cien
por cien segura. Este trabajo debe ceñirse
a esos testimonios, y su cronología es, por
ello, extensa e imprecisa. En cuanto al mar-
co temático, me centraré sobre todo en las
tradiciones propiamente menfitas.
Antes de entrar en materia conviene pre-
sentar un poco al protagonista. A lo largo de
la historia de Egipto, Ptah, el dios venerado
sobre todo en la ciudad de Menfis (sede de
la realeza muy a menudo), fue uno de los
dioses más importantes de la religión egip-
cia. Se sabe poco de su historia temprana.
Con pocas excepciones, las fuentes textua-
les datan del Reino Nuevo o más adelante.
Pero se sabe que Ptah fue adorado al me-
Pág.
nos desde el período Dinástico Temprano. La
6 evidencia del Reino Antiguo es muy escasa,
y consiste principalmente en nombres per-
sonales y algunos títulos de individuos. Los
teóforos compuestos con el nombre de Ptah
aparecen al final de la IV Dinastía y parecen
volverse populares durante la V, sugiriendo
que el dios había empezado a jugar un des-
empeñar un papel importante en el marco
Instituto Superior de Formación Masónica
de la piedad personal, aunque en contraste,
Ptah aparece bastante ausente de los nom-
bres e inscripciones reales del mismo perío-
do. En los Textos de las Pirámides, Ptah sólo
aparece dos o tres veces, siempre en cone-
xión con la provisión de alimentos para el
rey difunto. Desde finales de la IV Dinastía,
los títulos referidos al sacerdocio de Ptah
confirman la existencia de un templo bajo
su advocación en la capital, Menfis. Muchos
de los portadores de estos títulos estaban
también conectados con los talleres reales,
particularmente los de orfebrería (Van Dijk,
2001, p. 74, 2003, p. 244).
Al igual que muchos otros dioses “locales”,
Ptah era un dios creador, pero no en un sen-
tido verbal o sexual, originalmente. Él era
el artista o artesano divino, que podía hacer
un cuerpo nuevo para una persona muerta,
y así aparece en muchos textos desde el Rei-
no Medio. Su papel como artesano también
puede deducirse del título de su sumo sacer-
dote: “Inspector Jefe de Artesanos”.
Ptah también tiene una estrecha relación
con la realeza. Desde el Reino Medio Ptah
es llamado “Rey de las Dos Tierras”. Ptah
es “quien conduce al rey a su Gran Trono”,
es el dios principal de la ciudad real, y por
ello su nombre es puesto al principio de la
lista de reyes1. Otro frecuente epíteto suyo
es “el que está sobre el Gran Trono”, que
 Unidad de Formación Continua

hace pensar en el templo de Ptah en Menfis, y deificado arquitecto Imhotep también fue
donde los reyes eran coronados. asociado a Ptah como hijo en la Baja Época.
También estaba profundamente relacionado
El epíteto “Sur de su Muro” se refiere preci- con la divinidad terrestre Tatenen, la Colina
samente a este templo, situado al sur de la Primigenia. Como dios creador primigenio,
ciudad. Ptah también tuvo una importante Ptah (o Ptah-Tatenen) se convierte en uno
función como dios del destino. Varias can- de los tres dioses estatales de Egipto, junto
ciones y oraciones muestran que la gente con Amón y Ra (Helck y Westendorf, 1982,
experimentaba una devoción personal hacia 1179-1180; Van Dijk, 2001, pp. 74-75, 2003,
Ptah como “el que escucha las plegarias”. p. 245).
Otro de sus epítetos
En textos tardíos incluso es presentado como
Ptah, por supuesto, fue relacionado con el padre de la Ogdóada de Hermópolis, los
otros dioses. Desde el Reino Antiguo fue elementos primarios a partir de los cuales
asociado con Sokar, también de Menfis, que se desarrolló el universo ordenado.
principalmente era un dios de los muertos,
y desde el Reino Medio Ptah, Sokar y Osiris Como dios primigenio él abarcaba el mundo
fueron unidos. entero: sus pies estaban en la tierra, su ca-
beza estaba en el cielo, sus ojos eran el sol y
Este grupo divino ha sido interpretado como la luna, su aliento era el aire, y el líquido de
símbolo del ciclo de la regeneración, con su cuerpo era el agua (Van Dijk, 2001, p. 76;
Ptah como creación, Sokar como muerte y Pinch, 2002, pp. 181-182; Van Dijk, 2003, p.
metamorfosis y Osiris como renacimiento. 245).
Desde el Reino Nuevo lo encontramos en co-
nexión con varias diosas, particularmente Ptah no fue adorado únicamente en Menfis. Pág.
Sekhmet. Junto con Sekhmet y Nefertum, Además de en esta ciudad, era venerado 7
Ptah forma la tríada menfita de madre, pa- en muchos lugares allá donde los artistas y
dre e hijo. También se le asoció con la ma- los artesanos llevaban a cabo su actividad,
nifestación menfita de Hathor, la “Dama del como por ejemplo, Deir el-Medina y el Sinaí.
Sicomoro del Sur”. Desde la XVIII Dinastía, el Tenía cultos en todos los templos importan-
toro sagrado Apis de Menfis, originalmente tes de Egipto, entre ellos los de Karnak, Te-
una deidad independiente, fue visto como bas Occidental, Abidos, Per-Ramsés y Nubia
la manifestación viviente de Ptah. El famoso (Van Dijk, 2001, p. 76, 2003, p. 245).

FD-07: Cosmogonía Menfita:III Función creadora

 Gran Logia Nacional de Chile
De entrada se ve que Ptah era un dios anti-
guo, complejo e importante. Pese a su rela-
tivamente reducido marco de adoración era
una de las deidades estatales relacionado
con divinidades trascendentales en Egipto y
tenía un papel en la creación del mundo en
relación con otros dioses.
EL PAPEL DE PTAH COMO CREADOR
Fuentes
El rol de Ptah en la creación es ya aludido en
los Textos de los Sarcógafos, pero se en en-
cuentra mucho más desarrollado en textos
del período ramésida. De los Textos de los
Sarcófagos se puede destacar el CT 647, un
largo hechizo titulado “Protección de Ptah”.
Solamente ha sobrevivido una copia, en un
ataúd del Reino Medio de Gebelein. Entre
los textos ramésidas hay un elocuente testi-
monio del rol creador de Ptah en una estela
privada de la época de Ramsés II, ahora en
Copenhague. El “tratado” más extenso so-
Pág.
bre el dios se conserva en un papiro de la
8 XXII Dinastía (actualmente en Berlín), par-
tes del cual podrían ser de origen ramésida
(Allen, 1988, p. 38).
El sistema cosmogónico de Menfis es prin- 470; Pinch, 2002, pp. 32-34; Ockinga, 2010,
cipalmente conocido por la estela inscrita pp. 99-100; McClain, 2011, p. 3).
durante el reinado de Shabaka durante la
XXV Dinastía, en el siglo VIII a. C. (hoy en el A mayores, ciertos documentos y represen-
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British Museum), y basada, según la sección
introductoria del texto, en un documento
“comido por los gusanos”, supuestamente
encontrado en el templo de Ptah. El rey ha-
bría mandado copiar tal documento (por ser
una “obra de los ancestros”) en el gran blo-
que de granito negro y lo habría colocado en
el susodicho templo. Está escrita en un egip-
cio aparentemente antiguo. Anteriormente
se consideró una copia de un documento del
Reino Antiguo (véase por ejemplo Sauneron
y Yoyotte, 1959, p. 62), pero se acepta ge-
neralmente que es de una fecha más tardía
y que fue compuesto en un estilo delibera-
damente arcaizante. En cuanto a la data-
ción concreta de la composición del texto,
algunos autores han defendido su redacción
en la XXV Dinastía, y otros creen que fue en
época ramésida. La fecha más temprana que
se le podría dar se remonta al reinado de
Ramsés II.
La Piedra contiene una sección que cuenta
cómo Ptah llevó a la existencia a Atum, Shu,
Tefnut y el resto de la Enéada heliopolita-
na junto con todos los elementos de la exis-
tencia divina y humana (Bjerre Finnestad,
1976, pp. 81-83; Allen,1988, pp. 42-43; To-
bin, 2001a, p. 462, 2001b, p. 465, 2001c, p.

taciones (el Libro de la Vaca Celeste y las
imágenes de los hipogeos reales) desde el
Reino Nuevo (seguramente desde la XVIII Di-
nastía) hasta el período Ptolemaico también
indican que entre los actos creativos inicia-
les de Ptah estaba la elevación de los cielos,
un evento conmemorado por rituales lleva-
dos a cabo en Menfis el primer día del mes
Phamenoth.
A partir del Reino Nuevo, las elaboraciones
eruditas de los teólogos se inscriben en el
cuadro de la promoción de
Ptah al estatuto de dios supremo. Ricas fuen-
tes textuales lo atestiguan, como el Papiro
Harris I, el mencionado himno a Ptah-Tate-
nen del Papiro de Berlín 3048 o inscripcio-
nes ptolemaicas (sobre todo de Esna y Edfú).
Durante el período Ptolemaico, Ptah-Tate-
nen fue venerado como creador del cosmos
y “padre de los dioses y diosas” en muchos
otros centros de culto, especialmente la
Tebaida. Un fragmentario tratado en de-
mótico también atestigua la transmisión
textual de elementos de la teología menfita
en época tardía (Berlandini, 1995, pp. 14 y
40; McClain, 2011, p. 3).
Siendo la Piedra de Shabaka el documento
más importante para el conocimiento de la
creación de los dioses y del mundo por la
obra de Ptah, será el principal documen-
Unidad de Formación Continua
to a examinar en este trabajo, y una de las
preguntas a realizar es por qué el rey nubio
mandó poner por escrito este texto, una
cuestión que está íntimamente relaciona-
da con el problema sobre la cronología y la
intención de su redacción. Muchos autores
defienden que el contenido fue compuesto
en la XXV dinastía, y que tanto la redacción
como la plasmación del escrito tienen una
clara voluntad política: por un lado, afirmar
la supremacía política y religiosa de Menfis,
y por otro, respaldar el ascenso al trono Sha-
baka, presentándolo como un continuador
de las antiguas tradiciones egipcias (Tobin,
2001a, p. 462, 2001b, p. 465, 2001c, p. 470;
Ockinga, 2010, pp. 99-117).
Esta intención estaría más clara, si cabe, en
caso de que efectivamente fuese este mismo
rey el que hizo escribir el texto. El faraón
de la dinastía kushita se había hecho con el
poder tras acabar con la dinastía saíta y se
había establecido en Menfis. La erección de
un testimonio semejante habría supuesto un
gran apoyo al recalcar la preeminencia de Pág.
Menfis (ya prestigiosa de por sí al ser sede de 9
la realeza a lo largo de mucho tiempo de la
historia de Egipto) a través de su dios princi-
pal, Ptah, convertido así en un dios creador
más importante que Atum (y situando la cos-
mogonía menfita por encima de la heliopo-
litana) o que Amón, lo cual aumentaría la
importancia simbólica de Menfis y la pondría
FD-07: Cosmogonía Menfita:III Función creadora
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en una posición favorable respecto a otras
urbes de gran relevancia política, como Te-
bas. Se acentúa el papel de Menfis en rela-
ción con la realeza, se afirma la legitimidad
divina de la misma y se intenta restablecer
la unidad de las Dos Tierras.
No obstante, hay investigadores que no es-
tán del todo de acuerdo con estas ideas.
James P. Allen indicaba que ciertos rasgos
internos en la composición sugerían un ori-
ginal anterior al momento de su plasmación
sobre piedra (1988, p. 43). Da la impresión
de que Ragnhild Bjerre Finnestad (1976, pp.
82-113) considera que el texto no es ante-
rior a Shabaka, pero para él, el propósito de
la inscripción no es político, sino religioso,
probablemente de tipo cultual y teológi-
co (y de hecho el texto es habitualmente
conocido como Teología Menfita), y que
ni siquiera hay una competitividad con la
cosmogonía heliopolitana, sino más bien lo
opuesto.
Pág.
Boyo G. Ockinga (2010, pp. 99-117) es con-
10 trario tanto a la idea de que el texto sea del
siglo VIII a. C. como al motivo original de
su construcción. En su opinión, si realmente
Shabaka hubiese ordenado escribir el texto
ex novo, habría pedido una narración más
ajustada a sus necesidades; el único tema
que claramente encajaba con su situación y
sus intereses era el referido a la realeza: la En cualquier caso, considero que las opcio-
Instituto Superior de Formación Masónica
unión de la tierra bajo Horus y su reconci-
liación con Seth. Pero el rango diverso de
temas que trata la piedra abarca todas las
grandes tradiciones religiosas de Egipto y se
centra claramente no en el rey, sino en Ptah:
Shabaka no es el que sale más beneficiado.
Ockinga piensa que, en cambio, un escena-
rio más plausible es el período inmediata-
mente posterior la época de Amarna, cuan-
do los teólogos menfitas (y sus equivalentes
en otros grandes centros religiosos) habrían
hecho un elaborado trabajo para devolver
las aguas a su cauce tras el revuelo originado
por la orientación religiosa que tomó Egipto
bajo Akhenatón.
Personalmente, creo que todas las posibi-
lidades son bastante válidas. Los motivos
políticos de Shabaka encajan muy bien con
la redacción, incluso teniendo en cuenta la
puntualización hecha por Ockinga. Por otra
parte, tampoco es nada descabellado pensar
en una “restauración del orden”: un regreso
a las tradiciones y un ahondamiento y ma-
yor desarrollo de las mismas en respuesta al
llamado “cisma amarniense”. También po-
dría tratarse de un simple intento de Menfis
de recuperar terreno frente al gran poder
de Tebas y del clero de Amón. Y tampoco se
puede descartar que simplemente fuese un
texto de intención teológica.

nes no son excluyentes. La intencionalidad
política es compatible con la religiosa. Si
el texto fue compuesto tras la muerte de
Amenhotep IV, o en cualquier otro momen-
to del Reino Nuevo, Shabaka pudo querer
aprovecharlo tanto para sus intereses de
legitimación o de apoyo a la ciudad de
Menfis (al fin y al cabo, aunque no sea un
recurso perfecto, contenía elementos que
le servían) como por simple voluntad de
recuperación y respeto al pasado egipcio.
Y si fue escrito por primera vez a petición
de Shabaka, el hecho de que el aspecto
monárquico aparezca en menor medida no
quiere decir que no esté ahí, y además, la
reafirmación de la ciudad de Menfis y de su
dios principal también le resultaba de gran
utilidad.
Pero lo importante de todo esto no son las
circunstancias concretas, sino su reflejo en
cómo nosotros percibimos a Ptah y su papel
en la religión egipcia. Da igual que la Pie-
dra fuese una suerte de panfleto político o
un ejercicio intelectual sobre los dioses y
la creación del mundo, o ambas cosas. Lo
que importa es que en un momento dado,
por las razones que sean, se plasmó por
escrito toda una compleja reflexión que
condiciona en gran medida nuestra forma
de ver a esta divinidad y otras cuestiones
del imaginario religioso egipcio, sobre todo
porque apenas tenemos más fuentes.
Unidad de Formación Continua
Es importante, en definitiva, tener en cuen-
ta que posiblemente había un interés espe-
cial en plasmar esto por escrito, y que tal
vez la mano del autor (o autores) redac-
tase deliberadamente algunos aspectos,
ocultase otros, mezclase realidades o
crease otras nuevas. Es un trabajo “de escri-
torio” muy complejo que tendría su reflejo
en algunos círculos de la élite. Posiblemen-
te nunca lleguemos a conocer cómo se vivía
en realidad la religiosidad en torno a Ptah
en todo Egipto y entre todas las capas de
población egipcia. Pero algo que sí es positi-
vo es que este testimonio, contrastado con
fuentes de otras épocas que nos ofrecen da-
tos distintos, sirve para ilustrar estupenda-
mente que una religión es un elemento vivo,
que se transforma con el tiempo, bien por su
propio pie, bien por una evolución dirigida e
intencionada. Ambas eventualidades forman
parte de la Historia.
CARACTERÍSTICAS Y SINGULARIDADES
Pág.
Para entender el poder creador de Ptah en 11
su expresión más sofisticada, por así decir-
lo, que es la que lo coloca en un lugar fun-
damental en el proceso de génesis del cos-
mos junto con otras potencias primigenias,
es importante comprender uno de los me-
dios a través de los cuales se lleva a cabo la
creación en el mundo egipcio: el poder de
FD-07: Cosmogonía Menfita:III Función creadora
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la “Magia”2 (heka). La “Magia” es el princi-
pio a través del cual una orden vocalizada se
convierte en realidad. Es el principio de la
palabra creativa, que forma una pareja con-
ceptual con el principio de “percepción”,
al cual está habitualmente unido, y al cual
de forma lógica sigue. En el mundo creado,
“percepción” y “anunciación” son los me-
dios a través de los cuales las fuerzas de la
naturaleza -los dioses y el rey- perciben lo
que debe ser hecho y hacen que ocurra. La
función por excelencia de estos principios,
sin embargo, ocurre durante la creación del
cosmos. El creador primero percibe el uni-
verso como un concepto, lo aprehende en su
corazón (en su pensamiento) y da realidad
a dicha percepción a través de la palabra
creativa. Ptah está profundamente relacio-
nado con todo ello (Allen, 1988, pp. 36-38).
Véanse tres ejemplos extraídos de 2 Sigo la
traducción que hace Allen del término, aun
siendo consciente de que tiene problemas.
Fuentes antes mencionadas (del texto CT 647
Pág.
[1], de una estela ramésida [2] y del himno a
12 Ptah de Berlín [3]) (Allen, 1988, pp. 39-40):
1. I am the one who makes vegetation
grow3, who makes green the banks of
the Nile Valley, lord of the highlands,
who makes green the wadis; he who is
over the Nubians, Asiatics, and Libyans,
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for the Nine Bows have been gathered
for me, and totality has been given to
me by the Sun, Lord to the Limit. I am
South of His Wall, sovereign of the gods.
I am King of the sky, Distributor of kas,
who officiates over the Two Lands;
Distributor of kas, who gives bas, ma-
nifestations, kas and beginnings. I am
Distributor of kas, and they live accor-
ding to my action:
when I wish, I make it possible for them
to live, there being none of them who
can speak to me except for the one who
made that unique identity of mine, be-
cause I am Annunciation in his mouth
and Perception in his belly.
2.
Yours truly is praising your perfection,
Ptah the great, South of His Wall;
Ta-tenen in the midst of Memphis. No-
ble god of the first occasion,
who built people and gave birth to the
gods, original one who made it possible
for all to live;
in whose heart it was spoken, who saw
them develop, who foretold what was
not and thought of what is. There is no-

thing that has developed without him,
he whose development is their develo-
pment in the course of each day, ante-
cedent of what he has determined.
You have set the world to its laws like
you made it, and the Black Land is fixed
under your command, like the first oc-
casion.
3.
Worshipping Ptah, father of the gods,
Ta-tenen, eldest of the originals, at
daybreak. Recitation:
Greetings, Ptah, father of the gods,
Ta-tenen, eldest of the originals,
… your development of Combiner of the
who begot himself by himself, without
any developing having developed; who
crafted the world in the design of his
heart, when his development develo-
ped.
Model who gave birth to all that is, be-
getter who created what exists.
… …
Greetings before your originals, whom
you made after you developed in the
god’s body. Who built his body by him-
self, without the earth having develo-
Unidad de Formación Continua
ped, without the sky having developed,
without the waters having been intro-
duced.
You tied together the world, you to-
taled your flesh, you took account of
your parts and found yourself alone,
place-maker, god who smelted the Two
Lands.
There is no father of yours who begot
you in your developing, no mother of
yours who gave you birth: your own Uni-
ter, active one who came forth active.
When you stood up on the land in its
inertness, it drew together thereafter,
you being in your form of Ta-tenen, in
Two Lands.
The one whom your mouth begot and
your arms have created- you took him
from the Waters, your action copying
your perfection: your son, distingui-
shed in his developing, who dispels for Pág.
you the uniform darkness with the ra- 13
diance of his two eyes.
Be fearful of him, be afraid of him- this
god who made your needs. Give adula-
tion to his might and become content
through his two sound eyes. His words
FD-07: Cosmogonía Menfita:III Función creadora
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will be the balance of the Two Lands,
with no bypassing the utterance he has
made. The great name that lays storms,
which everyone fears when his ba de-
velops- Magic, that has control of the
gods, whose respect is great in the En-
nead: the reckoning of him is in what
he has begun, his control is among that
which he has made.
Estos ejemplos sirven para ilustrar los po-
deres creadores del dios. CT 647 describe
tres de sus funciones: Ptah es el poder del
crecimiento en la tierra, un medio a través
del cual la vida se transmite y el poder de
la palabra creativa que surge de la percep-
ción. Éstas están vinculadas al papel de Ptah
como rey del mundo, un rol paralelo y a la
vez antecedente al del faraón humano. Al
igual que éste, Ptah controla los recursos de
la agricultura, es el conducto a través del
cual la energía vital (ka) llega a todas las
cosas vivas, y opera percibiendo lo que debe
ser hecho y efectuándolo a través de su or-
Pág.
den (Allen, 1988, p. 41).
14
Todo esto es muy importante tenerlo en
cuenta, porque nos pone en relación con un
elemento fundamental de la religión egip-
cia y de las religiones antiguas en general:
Ptah no solamente desempeña un papel en
la creación para después desentenderse del En los textos, desde el Reino Medio hasta el
mundo, sino que, al igual que el rey y que período ramésida, el tema que permanece,
Instituto Superior de Formación Masónica
el resto de los dioses, tiene un papel activo
continuo y cíclico, en todo momento.
No hay que olvidar que los rituales, las
ceremonias, etc., no son más que la actua-
lización del pasado, la recreación del mito,
hacer válido en el presente lo que fue en el
pasado primigenio para que el mundo conti-
núe funcionando correctamente: es una re-
novación constante del cosmos.
A pesar de lo dicho, el Ptah de CT 647 toda-
vía no es creador. Es señor, pero no poten-
cia primigenia. A pesar de ser “soberano de
los dioses”, su dominio le es dado por “el
Sol”. Su relación con este poder más eleva-
do es también la base de su dominio sobre la
creación: Ptah es el principio de pensamien-
to y palabra creativos a través del cual ac-
tuó el creador, y éste es el mismo principio
que continúa operando en el mundo crea-
do. Pero en los otros dos ejemplos Ptah ya
ha sido elevado de medio a creador. Al igual
que Atum, Ptah es descrito como auto-ge-
nerado, antecedente de toda la existencia y
origen del sol. Sin embargo, no indica nece-
sariamente un cambio histórico en el rol del
dios. Al igual que Shu, Ptah podía ser indu-
dablemente entendido por los egipcios como
creado y creador simultáneamente (Allen,
1988, pp. 41-42).

que aparece constantemente, es la asocia-
ción de Ptah con el principio de pensamien-
to y palabra creativos. Como conceptualiza-
ción de este principio, el papel de Ptah en
la creación es análogo al de Shu. Shu es un
principio físico, el primer material “genera-
do” por el creador. Ptah es un principio inte-
lectual, el primer caso de la mente y la vo-
luntad del creador en acción. Aunque cada
uno puede ser pensado como causativo en la
creación, lo físico y lo intelectual son prin-
cipios complementarios, no opuestos (Allen,
1988, p. 42).
Paso ahora a comentar parte del conteni-
do de la Piedra de Shabaka, que como ya
se ha visto, es el testimonio más famoso y
que más información aporta sobre el papel
creador de Ptah. la Piedra está organizado
en 63 columnas verticales bajo dos líneas de
una inscripción dedicatoria en horizontal, y
se lee desde la izquierda. Partes de ella (40
de las 63 columnas) son de lectura difícil o
imposible debido al desgaste producido por
el uso doméstico del bloque de granito como
piedra de molino.
La sección de la izquierda de la estela trata,
como mencioné más arriba, sobre la mítica
paz alcanzada entre Seth y Horus por media-
ción de Geb y la unificación de los dos países
bajo Horus. El texto incide en el hecho de
Menfis es la escena de estos sucesos.
Unidad de Formación Continua
A la ciudad se le asocia también otro evento
mítico: la llegada del cuerpo de Osiris, aquí
enterrado en Menfis, y cómo se convierte en
señor del inframundo (Sauneron y Yoyotte,
1959, p. 62; Bjerre Finnestadd, 1976, p. 81;
Allen, 1988, p. 42; Pinch, 2002, p. 32).
Las doce columnas finales de la Piedra han
sido generalmente reconocidas como una
“mitología” o “cosmogonía” que en gran
medida es independiente del texto prece-
dente, a pesar de estar relacionada con él.
El texto de estas columnas consta de tres
secciones, cada una con un tema diferente.
Las dos primeras hablan sobre el rol creador
de Ptah como “corazón y lengua” y como
Tatenen. La sección final reitera los temas
principales del texto anterior y conecta la
“mitología” de Ptah con el ciclo de la reale-
za (Allen, 1988, pp. 44-45). He aquí una
parte de las dos primeras secciones de la
“mitología”4 de Ptah (Allen, 1988, pp. 43-
44):
Through the heart and through the ton- Pág.
gue something developed into Atum’s 15
image. And great and important is Ptah,
who gave life to all the gods and their
kas as well through this heart and this
tongue through which Horus and Thoth
both became Ptah.
It has developed that the heart and ton-
FD-07: Cosmogonía Menfita:III Función creadora
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Pág.

16

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 Unidad de Formación Continua

Pág.

17

FD-07: Cosmogonía Menfita:III Función creadora

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gue have control of all limbs, showing
that he is preeminent in every body and
in every mouth-
of all the gods, and all people, all ani-
mals, and all crawling things that live-
planning and governing everything he
wishes.
His Ennead is before him, in teeth and
lips- that seed and those hands of Atum:
for it is through his seed and his fingers
that Atum’s Ennead developed, but the
Ennead is teeth and lips in this mouth
that pronounced the identity of
everything, and from which Shu and
Tefnut emerged and gave birth to the
Ennead.
The eyes’ seeing, the ears’ hearing, the
noses’ breathing of air send up to the
heart, and it is what causes every con-
clusion to emerge;
it is the tongue that repeats what the
heart plans. So were all the gods born,
Pág.
Atum and his Ennead as well,
18 for it is through what the heart plans
and the tongue commands that every
divine speech
[has developed.
...
“The author presents Ptah as the crea-
Instituto Superior de Formación Masónica
tor of the life of the gods. The theo-
gony is seen forma cultic point of view,
everything that Ptah creates is associa-
ted with the cultic life of the gods”.
En mi opinión, ello no afecta a este trabajo,
pues lo que pretendo estudiar es el papel de
Ptah como creador, sea del cosmos o sea de
los dioses, y además, creo que cosmogonía
y teogonía están profundamente relaciona-
das, ya que no dejan de ser los dioses los
que constituyen el universo. El mismo Bjerre
Finnestad reconoce esto (1976, p. 95).
So were the male life-principles made
and the female life-principles set in
place-they who make all sustenance and
every offering- through that word that
makes what is loved and what is hated.
So has life been given to him who has
calm and death given to him who was
wrongdoing. So was made all construc-
tion and all craft, the hands’ doing,
the feets’ going, and every limb’s mo-
vement, according as he governs that
which the heart thinks, which emerges
through the tongue, and which facilita-
tes everything.
It has developed that Ptah is called “He
who made all and caused the gods to
develop”, since he is Ta-tenen, who
gave birth to the gods,from whom

everything has emerged- food-offerings
and sustenance, gods’ offerings, and
every perfect thing.
So is it found and recognized that his
physical strength is greater than the
gods’.
So has Ptah come to rest after his ma-
king everything and every divine speech
as well, having given birth to the gods,
having made their villages, having foun-
ded their nomes, having set the gods
in their cult-places, having made sure
their bread-offerings, having founded
their shrines,having made their bodies
resemble what contents them. So have
the gods entered their bodies-
Of every kind of wood, every kind of
mineral, every kind of frit, everything
that grows all over him, in which they
have developed. So were gathered to
him all the gods and their kas as well,
content and combined in the lord of the
Two Lands.
Una lectura atenta muestra que el texto es
una razonada exposición del papel de Ptah
como puente entre el principio intelectual
de creación y su realización material en la
sustancia del mundo creado. En el proceso
de creación, el pensamiento (“corazón”) y
la orden (“lengua”) del creador actúan so-
Unidad de Formación Continua
bre la Mónada primordial para producir de
ella las fuerzas y elementos del mundo, pro-
ductos que “reflejan” las características y la
sustancia de aquello de lo que derivan. Este
principio creativo intelectual es Ptah, aun-
que sus componentes pueden ser identifica-
dos por separado como las fuerzas hechas
cuerpo en los dioses Horus (orden) y Thot
(percepción).
La actuación de este principio en la crea-
ción es exactamente análoga al modo en
que continúa operando sobre los seres vivos,
a través de la conceptualización y la acción.
Estos conceptos y otros similares son la tó-
nica que articula el resto del texto. Toda la
creación es, en cierto modo, un texto jero-
glífico del concepto original del creador. Y
este “texto” incluye no solamente los ele-
mentos estáticos de la existencia, sino tam-
bién los principios dinámicos de vida, com-
portamiento social y toda actividad. Y todo
es gobernado por el mismo principio inte-
lectual: la labor de la mente trasladada a la
acción (Allen, 1988, pp. 45-46). Pág.
19
Pero Ptah tiene también otro aspecto -un
principio físico que es la fuente de toda ma-
teria-, conceptualizado en su identificación
con Tatenen, la Colina Primigenia. No sólo su
poder no material antecede a todas las co-
sas, sino que su poder material también las
precede. Esta combinación de lo material y
FD-07: Cosmogonía Menfita:III Función creadora
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lo no material se ve muy bien en el aspecto al crear la dinastía de dioses de la que él

de Ptah como patrón de los artesanos. La desciende) (Tobin, 2001a, p. 462, 2001b, p.
construcción de un edificio o de una esta- 465, 2001c, pp. 470-471).
tua conlleva un primer proceso intelectual
en el cual el concepto original está presente
Pero las implicaciones “filosóficas” de este
sólo en la mente del artesano, y un segundo génesis de los dioses son incluso más ricas y
proceso material en que se lleva a cabo la complejas. Todos los dioses llegan a la vida a
plasmación de esa idea. Cuando un bloque través de Ptah, a través del principio intelec-
de piedra es convertido en una estatua, por tual de creación basado en el pensamiento
ejemplo, materialmente sigue siendo lo mis- y la orden, que se lleva a cabo mediante el
mo tras el proceso, pero también ha tras- corazón y la lengua. El corazón y la lengua,
cendido su estado original: es algo que no pues, serían órganos creativos de Ptah. Pero
era antes, la representación de otra reali- en la inscripción también son mencionados
dad. Y lo que ha supuesto la diferencia entre
los dientes y los labios. Es todo un campo
ambos estados ha sido la acción desarrolla- semántico que gira alrededor de la boca,
da a partir del concepto del escultor (Allen,
que es el elemento que sirve para equipa-
1988, p. 46). rar ambos modos de creación (Bjerre Finnes-
tad, 1976, pp. 89-90): el de Atum (“físico”,
De esta forma, este concepto de creación va por así decirlo) y el de Ptah (principalmente
más allá de lo únicamente mítico y entra en “intelectual”, aunque no exclusivamente,
el terreno de la teología abstracta. como hemos visto).

Es ciertamente una de las más sofisticadas
cosmogonías egipcias. No intenta desarrollar
Pág.
extensamente una narración mitológica de
20 la creación (al menos no sólo eso), sino que
más bien presenta una declaración teológi-
ca de la naturaleza de Ptah, su relación con
otros dioses y su rol como creador. Teología,
filosofía y política se mezclan: Ptah no sólo
es creador del universo y su orden natural,
sino también del orden ético, social, religio-
so y político (él funda la realeza de Horus,
En el caso de Atum, la boca funciona como
un útero (Atum se masturba y escupe el se-
men de su boca en forma de Shu y Tefnut).
Pero además, la boca, los dientes, los labios,
la lengua, son lo que permite la articulación
de la palabra, que es uno de los elementos
fundamentales de la creación (en el mun-
do egipcio, pronunciar el nombre de algo es
darle entidad, darle vida, existencia, por
ello conocer el verdadero nombre de alguien
es tener poder sobre él).

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Ambos procesos creativos se adecúan al co-
rresponderse los dientes y los labios con el
semen y las manos, mientras que la pronun-
ciación de la palabra se corresponde con la
expulsión del semen (la imagen es muy vívi-
da, ambos salen de la boca).
Así, también son equivalentes los órganos
creativos de Atum con los de Ptah: las manos
y el pene de Atum son los dientes y los labios
de Ptah, y la boca de Atum es la de Ptah
(Bjerre Finnestad, 1976, pp. 89-91).
Por otra parte, está la identificación de Ptah
con Tatenen. Esta identificación designa a
Ptah como el productor de las cosechas, o,
si se prefiere: Ptah como dios de la tierra.
Tatenen es tierra que surge de las aguas pri-
mordiales, fenómeno que se repite cada año
cuando, tras la inundación, las aguas del
Nilo se retiran y surge la tierra fértil en la
que se puede cultivar (recordemos la con-
tinuidad de la validez del mito). El autor (o
autores) del texto presentan a Ptah como
Tatenen porque quiere conectar las ideas de
originador de los dioses y originador de las
cosechas.
Se está incidiendo en la idea de Ptah como
teógono subrayando la idea de la importan-
cia del dios para el mantenimiento de la
vida divina, esto es, el culto. Así, Ptah es el
proveedor de las ofrendas, la fuente última
Unidad de Formación Continua
de la que emana el sostén de los dioses y el
organizador de los cultos egipcios.
Además, es también el creador de los dioses
en el sentido de que él crea sus cuerpos5
(en el pensamiento egipcio la existencia no
es posible sin un cuerpo). Él ejerce esab 5 Se
dice de Ptah el haber creado para los reyes
cuerpos a partir de electro, cobre y hierro
(Pinch, 2002, pp. 62-63), el haber “modela-
do” a las personas y el haber confeccionado
las formas físicas de los dioses (Pinch, 2002,
pp. 67-68).
función en su capacidad de Tatenen, ya que
es también la fuente de los materiales de los
que están hechos los cuerpos de los dioses
(Bjerre Finnestad, 1976, pp. 92-94).
Esto nos conduce hacia algo muy importante:
el establecimiento del culto está íntimamen-
te ligado con el tema mítico de la teogonía.
La teogonía en un momento determinado da
un giro y se centra en el asunto de los ma-
teriales que hacen falta para la adoración a Pág.
los dioses. Este giro no es simplemente un 21
cambio de tema: el autor (o autores) del
texto no considera el origen trascendental
de los dioses y su estructura ritual como dos
cosas distintas, sino como dos aspectos del
mismo tema; el génesis de los dioses es un
fenómeno tan ritual y empírico como mítico
y especulativo. Esto se debe a la idea egip-
FD-07: Cosmogonía Menfita:III Función creadora
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cia de dios: para los egipcios los dioses no
eran seres míticos abstractos, sino un po-
der manifiesto en la vida social, real, de los
hombres, y sin duda éste es el clímax y la
aspiración de la teología (Bjerre Finnestad,
1976, p. 98).
Ptah tiene todavía más dimensiones crea-
doras. La creación, es, en cierto modo, una
transferencia de kas. El ka es la fuerza vi-
tal, la capacidad de vivir. Este poder vital
se manifiesta ante todo en el aspecto físico,
en la vida corpórea dada al individuo en su
nacimiento, y está íntimamente relacionado
con la más importante representación del
cuerpo: la estatua. La vida física presenta
diversos aspectos, entre ellos, la ingesta de
alimentos para la manutención del cuerpo.
Los dioses reciben su ka de otro dios, en este
caso Ptah, y el ka les otorga las funciones
vitales, la capacidad cognitiva… Pero la vida
requiere de alimentos para ser sostenida.
Como se ha visto, el culto, a través de las
ofrendas, aporta la comida, pero además,
Pág.
provee también del elemento que se necesi-
22 ta para que los dioses puedan recibir las
ofrendas: las estatuas. Las estatuas que
representan a los dioses en la tierra, que les
sirven para manifestarse en el mundo de los
mortales y así recibir las ofrendas debidas.
Estatuas que también se construyen con los
materiales proporcionados por Ptah (Bjerre
Finnestad, 1976, pp. 100-102).
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Ptah es identificado con el corazón y la len-
gua, los órganos a través de los que la crea-
ción es efectuada. Pero la idea de que Ptah
es él mismo el corazón y la lengua evolu-
ciona: Ptah está él mismo en todo aquello
que él ha creado como su corazón y su len-
gua (por esto Ptah está en todos los dioses,
por eso no hay contradicción en que primero
sea identificado con Nun 6 y después con
Atum: él está en todas las generaciones
divinas porque él la capacidad creadora, el
poder teogónico, y va más allá, se encuentra
en todo aquello que posea corazón y lengua).
En esta conexión, el corazón y la lengua re-
presentan el poder divino impregnando to-
das las criaturas vivientes, y probablemente
es el mismo poder motriz de la vida. A través
del corazón y la lengua, todos los seres es-
tán conectados con el creador. Además, co-
razón (pensamiento) y lengua tienen un pa-
pel fundamental en la capacidad cognitiva
e intelectual, de modo que se puede pensar
en Ptah también como el que capacita la ac-
tividad mental (Bjerre Finnestad, 1976, pp.
88, 92, 99-100 y 102-104).
En esta teogonía o cosmogonía tienen un pa-
pel central el corazón, la lengua y la palabra.
Pero, ¿a qué se debe? Ptah es, en principio,
un dios que tiene como su más prominente
criterio de creación sus manos: Ptah es el ar-
tesano divino. Y sin embargo, crea a través
de la palabra. En este sentido, tal vez habría
 Unidad de Formación Continua

que entender que la noción de crear vida di- ción de la estatua mediante la transferen-
vina a través de la palabra no era evidente cia del ka. Si Ptah es representado como un
para los egipcios, por lo que se necesitaría artesano durante la construcción de la es-
una desarrollada argumentación teológica tatua, en el momento del rito es presenta-
para darle sentido. No es difícil determinar do como un sacerdote: éste lleva a cabo la
el marco de referencia, pues solamente hay transferencia ritual del ka del dios a la es-
un contexto en que la palabra pueda crear: tatua en nombre de Ptah (Bjerre Finnestad,
el contexto ritual. Ptah crea los rituales al 1976, pp. 107-108).
mismo tiempo que nacen los dioses. No sería
fácil explicar este concepto de creación sin En ese momento, la palabra es el elemento
insertarla en un marco cultual (Bjerre Fin- creativo. La animación de la estatua se lle-
nestad, 1976, pp. 104 y 106-107). va a cabo mediante fórmulas, a través de
“palabras divinas”, y representan la propia
Y por último, en conexión con este marco orden de Ptah. He ahí la explicación para la
cultual, y poniendo en relación varias de función teogónica de estas palabras:
los elementos que he estado refiriendo, se
encuentra la última función generadora de
Ptah. La vida de los dioses está ligada a las SU RELACIÓN CON OTRAS FUERZAS CREA-
estatuas, ya que a través de ellas reciben las DORAS EN LAS COSMOGONÍAS
ofrendas. En este caso, el aspecto en el que
hay que centrarse es en la creación de las La habitual tendencia en el mundo egipcio a
mismas estatuas. Ptah es un artesano, es su sincretizar una gran variedad de elementos
función primaria. Desde este punto de vista, en religión (sobre todo en Baja Época) no se
sí crea con las manos, y en este tipo de crea- limita a la relación o identificación de dioses
ción no son necesarias las palabras (aunque unos con otros, sino que también abarca los Pág.
sí el pensamiento, ya lo hemos visto). Pero, sistemas cosmogónicos, donde vemos a va- 23
según el pensamiento egipcio, el producto rias divinidades (no solamente las “locales”)
final, la estatua, no puede funcionar como cooperando en el génesis de otras deidades
el cuerpo de un dios si no ha recibido su ka o de los elementos del mundo. Uno de los
a través de una ceremonia ritual. En esta ejemplos más claro lo acabamos de ver: la
ceremonia, Ptah, el hacedor de la estatua, síntesis de elementos heliopolitanos y men-
tiene su lugar natural, y así él está también fitas en la creación del mundo.
tras el “toque final” del trabajo: la anima- En Baja Época, como ya mencioné, Ptah fue

FD-07: Cosmogonía Menfita:III Función creadora

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relacionado con la Ogdóada hermopolita-
na. En las típicas versiones tardías del mito,
Ptah-Tatenen -que surge del Nun y toma
cuerpo en las tinieblas- es el creador de los
Ocho, cuyo génesis tiene lugar en las aguas
primigenias de Nun. Los miembros masculi-
nos y femeninos de la Ogdóada entonces se
unen para formar a Ra, que emerge de una
flor de loto, o (en versiones de inspiración
tebana) Amón, que aparece como un toro.
Otra versión es el la del huevo primordial,
creado por Ptah, del cual las ocho deidades
demiúrgicas emergen. Pese a que esto pare-
ce de origen hermopolitano, también apa-
rece en textos tebanos (en los cuales Ptah a
veces aparece identificado con Amón) (Sau-
neron y Yoyotte, 1959, pp. 33, 53, 58 y 60;
McClain, 2011, p. 3).
Otro significativo tratado cosmogónico fue
grabado en el período Ptolemaico en el tem-
plo de Khonsu en el recinto de Karnak. La
“cosmogonía de Khonsu” identifica a Amón
como demiurgo explícitamente con Ptah-Ta-
Pág.
tenen, que es quien creó el huevo que salió
24 de Nun, quien creó el cielo y la tierra, y a
partir de quien la Ogdóada llegó a la exis-
tencia. Junto con Amón, Ptah y otras gran-
des divinidades representan la Ogdóada en
compañía de un grupo de otros doce dioses,
representando las fuerzas activas a través
de las cuales el creador crea el cosmos (Mc-
Clain, 2011, p. 5).
Instituto Superior de Formación Masónica
Los poderes intelectuales que permitieron al
creador llevarse a sí mismo/a sí misma a la
existencia y crear a otros seres a veces eran
conceptualizados como divinidades. Las más
importantes de éstas eran los dioses Sia, Hu
y Heka. Sia era el poder de la percepción o
entendimiento, que permitía al creador vi-
sualizar otras formas. Hu era el poder de la
palabra autorizadora, que permitía al crea-
dor dar realidad a las cosas al nombrarlas.
En el hechizo 355 de los Textos de los Sarcó-
gafos, se dice que Hu y Sia están con su “pa-
dre” Atum cada día. En los Libros del Infra-
mundo ilustrados del Reino Nuevo, estas dos
deidades eran a menudo mostradas acom-
pañando al dios sol creador. El poder por el
cual los pensamientos y órdenes del creador
se hacían realidad era Heka (“Magia”, ya lo
hemos visto más arriba). En el hechizo 261
de los Textos de los Sarcófagos, este dios cla-
ma haber estado con el creador incluso en la
era primigenia. Pues bien, al menos desde el
Reino Nuevo, como hemos visto, Ptah repre-
senta también la mente creativa, por lo que
Sia y Hu fueron identificados con el corazón
y la lengua de Ptah (Pinch, 2002, p. 62).
También podemos ver a Ptah en asociación o
en sustitución de otros dioses, no solamente
en el génesis primario del mundo, sino en
la configuración de elementos concretos del
cosmos o la actuación de fuerzas regenera-
doras de la naturaleza (que también evocan

los momentos primigenios). Es el caso (ya
mencionado), por ejemplo, de Ptah toman-
do el papel de Shu en la creación y elevación
del cielo. A través de su esfuerzo permanen-
te, el dios se convierte en el garante de un
mundo organizado y dispensador de favores
esenciales para dioses y para hombres, al-
canzando la posición estatal de un demiurgo
universal, fuente de creación y evolución y
asegurador del equilibrio cósmico. Esto se
refuerza con la dimensión cósmica de Ptah,
espacial y temporal, que adquiere a través
de sus símbolos, djed, ankh y was: el djed
simboliza su labor como atlante, el pilar que
da estabilidad al mundo, y el ankh y el was
representan, respectivamente, a Shu y a Te-
fnut, los cielos superior e inferior, por los que
transitan los astros (Berlandini, 1995, pp. 14
y 37-39; Pinch, 2002, p. 182). O el caso tam-
bién de su relación con el gran Hapy, la Gran
Inundación, que evoca las aguas primordia-
les del Nun (Sauneron y Yoyotte, 1959, p. 62;
Berlandini, 1995, pp. 28-29).
Pero nuevamente voy a volver a la relación
entre la cosmogonía menfita y la heliopoli-
tana, pues sobre este tema todavía quedan
cosas por decir. Henri Frankfort dijo que
“la Teología Menfita no llega a una sínte-
sis, puesto que se limitó a seleccionar algu-
nos elementos de la mitología solar” (1998,
p.103), pero yo considero que la imbricación
de ambas va más allá de unos pocos rasgos,
Unidad de Formación Continua
ambas aportan muchas características pro-
pias y están fundidas en un alto grado. Auto-
res posteriores parecen dar a entender que
consideran que sí se produjo esta síntesis
(por ejemplo, Sauneron y Yoyotte, 1959, p.
33).
El tema principal que pretendo abordar aquí,
sin embargo, es el de la supuesta pretensión
de preeminencia de la cosmogonía menfita
sobre la heliopolitana mostrada en la Piedra
de Shabaka. Aunque ya he dicho que las va-
rias posibilidades me parecían plausibles, y
en todo caso no incompatibles, me interesa
tratar de comprobar (en lo posible) si real-
mente se percibe un clarísimo intento de su-
peditar el papel creador de Atum al de Ptah.
Hay muchos autores que ven un intento cla-
ro de mostrar la superioridad de Ptah sobre
otros dioses y de presentarlo como dios su-
premo. Pero para empezar, hay que tener en
cuenta que enaltecer a un dios como supre-
mo, como padre y creador de todos los dio-
ses, etc., no quiere decir que esa deidad sea
realmente superior a todas las demás. No Pág.
hay un dios por encima de todos los demás 25
en todo Egipto (salvo quizás el intento de
Akhenatón con Atón). Tal vez haya momen-
tos en que algunos dioses tengan una espe-
cial preeminencia, por ser encumbrados por
el estado o los centros de poder (los dioses
solares, Amón…), pero no se ve claramente
el predominio de uno, y siempre hay fuertes
FD-07: Cosmogonía Menfita:III Función creadora
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tradiciones locales y una gran tendencia a
la sincretización y asociación de unos dioses
unos con otros: llega un momento en el Reino
Nuevo, como ya dije, en que hay una “tría-
da estatal”: Amón-Ptah-Ra (Hornung, 1999,
pp. 203-204; Van Dijk, 2001, p. 75, 2003, p.
245). Hay más de un dios “supremo”.
Existe una idea de un “padre de los dioses”
al que todas las divinidades deben su crea-
ción. En el Reino Nuevo parece surgir la ex-
tendida fórmula que designa primeramente
al dios Amón, luego también a otros dioses,
como Ptah y Horus, como “padre de los pa-
dres de todos los dioses”. Más extendido aún
que esta fórmula superlativa es el epíteto
“padre de los dioses”, que además de los
dioses mencionados llevan Atum, Geb y Shu.
Pero este dios creador de dioses, al que todo
el cosmos debe su existencia, no es un dios
concreto por encima de todos los dioses,
sino en cada caso el dios creador correspon-
diente; puede ser Ptah, puede ser Ra, Amón
o Atón -en el fondo cualquier dios que sea
venerado como creador-.
Pág.
26 Una interpretación demasiado superficial
de los distintos ejemplos tendría que des-
embocar en la aporía de que los dioses se
hubieran creado mutuamente, pero los egip-
cios no pensaban en límites tan estrechos.
Según su convicción, es parte del ser de un
dios creador, quienquiera que sea, haber
creado todo lo existente, y por tanto tenía
Instituto Superior de Formación Masónica
que haber creado también a los dioses, que
según la ontología egipcia son fuerzas del
ser.
El que haya creado a todos los dioses es un
predicado que corresponde al dios creador
por naturaleza y que, al mismo tiempo, con-
tiene una importante afirmación ontológica
acerca de los dioses: tienen un principio que
coincide con el inicio del mundo ordenado
(Hornung, 1999, pp. 137 y 140).
A pesar de esto, la lectura de algunos inves-
tigadores da la sensación de que existe una
cierta “competitividad” entre las divinida-
des de Heliópolis y Menfis en su papel crea-
dor, o que al menos así lo deja sentir la Pie-
dra de Shabaka. Tobin (2001c, p.471) dice,
por ejemplo, que “el corazón y la lengua de
Ptah, según la tradición menfita, eran Atum,
y así, Atum era visto como una manifesta-
ción de estos aspectos específicos de Ptah.
Atum era, en efecto, el instrumento de la
voluntad divina de Ptah”. Da la impresión
de que la imagen que se hace este autor es
la de que Ptah está indiscutiblemente por
encima y que Atum no es más que un medio
para su obra. McClain (2011, p. 3), siguien-
do a Miriam Lichtheim, también dice que el
texto era en parte un intento de aseverar
la supremacía de Ptah sobre Atum como
demiurgo. Ockinga, pese a que ya sabemos
cuál era su opinión, también demuestra que

las consideraciones de otros investigadores
también se inclinaban en este sentido (2010,
pp.99-100), y esto también lo hace ver Bje-
rre Finnestad (1976, pp. 109-111).
No pretendo negar que se intentase dar a
Ptah un papel destacado en la Piedra de Sha-
baka, porque ciertamente se percibe. Tam-
poco podría negar que en parte tuviese una
intención “política”, de reclamar y reivindi-
car el lugar Menfis entre las grandes urbes
de Egipto, como correspondía a su antiquí-
sima historia y papel en la realeza. Ya dije
que había muchas opciones posibles. Pero no
estoy de acuerdo con la impresión que se
tiene de una absoluta superioridad de Ptah.
Mi opinión se encuentra en la línea propues-
ta por Ragnhild Bjerre Finnestad y Boyo G.
Ockinga.
Bjerre Finnestad (1976, pp. 111-112) obser-
va que el propósito no parece ser disminuir
el poder y la gloria de Heliópolis o de Atum,
sino que más bien, ocurre lo contrario: hay
una influencia heliopolitana que el autor (o
autores) del texto ha decidido no eliminar,
aceptándola como parte inseparable del
pensamiento religioso global egipcio. En un
sistema religioso plural y receptivo las in-
fluencias están a la orden del día, y algunas
son tan importantes que no es posible bo-
rrarlas sin más. Además, está la identifica-
ción de Ptah con Atum y los demás dioses.
Unidad de Formación Continua
Ptah toma los nombres y funciones de varias
divinidades que son todas deidades origina-
rias, pero de diferentes categorías: Tatenen
da origen a todo lo que crece sobre la tierra;
Atum da origen a la Enéada; Nun y Nunet
son la fuente última de todo. Al identificar
a Ptah con estos poderes, se está diciendo
que él da origen a todo lo que crece sobre la
tierra, a la Enéada y a los dioses.
Pero, ¿por qué se dice de esta manera? ¿Por
qué no simplemente afirmar que Ptah es el
creador único de todo? ¿Por qué los otros
dioses? La respuesta es que su asociación
con Ptah está condicionada por una nece-
sidad funcional: Ptah no posee tradicional-
mente las cualidades que sí poseían el resto
de dioses del génesis; Ptah es identificado
con ellos porque en el momento requerido él
necesita reunir en sí esas capacidades. Ptah
no es Nun/Nunet, Atum y Tatenen en todos
los contextos, él no funciona como los pode-
res primarios, creador de la Enéada y tierra
productiva en todas las circunstancias: lo
hace entrando en relación, identificándose, Pág.
con los demás dioses. Si el texto realmente 27
hubiese sido, ante todo, un “panfleto pro-
pagandístico”, habría fracasado estrepitosa-
mente al tener que depender de la asocia-
ción con otros dioses para presentar a Ptah
como un dios supremo. Aquí, en cambio, se
enfatiza la cooperación. Ptah es fundamen-
tal para la creación, nadie puede negarlo,
FD-07: Cosmogonía Menfita:III Función creadora
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sin él no habría sido posible; pero tampoco tal vez indicio de que no había problema en
habría sido posible sin los demás. Cada uno aceptar elementos externos.
de estos dioses es condición necesaria, pero
no suficiente. Ninguno tiene un poder total
por sí solo.
Ockinga (2010, pp. 100-107), al igual que
Bjerre Finnestad, opina que ver una rivali-
dad es erróneo desde el momento en que la
tradición incorpora elementos de la heliopo-
litana. Los teólogos de Ptah no necesitaban
refutar la teología heliopolitana.
Como una de las “grandes tradiciones” del
Antiguo Egipto, la atestiguada más tempra-
namente, la tradición de Heliópolis forma-
ba una “cosmogonía egipcia” interregional,
desde el Reino Antiguo hasta los sistemas
teológicos de los textos templarios greco-
rromanos. Cada cosmogonía local tenía que
incorporar esta enseñanza clásica y general-
mente válida. Y eso es precisamente lo que
hace la teología menfita: incorporar dicha
referencia en su propio sistema, sin ninguna
Pág.
intención de denigrarla. Al hacerlo, recono-
30 cía el gran peso y autoridad de que goza-
ba la tradición heliopolitana en Egipto. Sin
duda son esa fuerza, esa posición dominan-
te y esa aceptación las razones de que los
autores menfitas no tuviesen problema en
acogerla. Pero además, la teología menfita
incluye muchas otras tradiciones (el ciclo de
Osiris, la contienda entre Horus y Seth…),
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CONCLUSIONES
Como hemos podido ver, Ptah era un dios de
múltiples y muy variadas facetas, un dios
bastante importante en todo Egipto, sobre
todo a partir del Reino Nuevo, cuando llegó
a ser una de las deidades principales. Dios
principal de una de las más antiguas e impor-
tantes de las tradiciones religiosas egipcias,
evolucionó de un papel más bien sencillo a
uno increíblemente complejo y rico. Ptah
llegó a ser considerado un dios creador en
el origen del mundo: junto con otras fuerzas
primigenias, creó los dioses y creó el cos-
mos. Pero su labor creativa no cesó ahí. Ptah
era un creador constante, en algunas de sus
manifestaciones actuaba como potencia que
regeneraba el mundo y la naturaleza cíclica-
mente, y en otras, actuaba como garante de
la estabilidad del universo.
La dimensión creativa otorgada a Ptah era,
además, de una originalidad sorprendente.
Esta singularidad residía en creación a
través del pensamiento y la palabra, un
proceso análogo al funcionamiento de los ri-
tuales, en los que las palabras crean el am-
biente sagrado necesario para la realización
de la ceremonia. La acción es vista necesa-

riamente como fruto de un primer concepto
originado en el corazón (el pensamiento).
Ptah encarna él mismo este principio inte-
lectual, convirtiéndose en el impulso crea-
dor generado en el intelecto de los dioses
primigenios, participando así, como parte
fundamental, en la creación. La cosmogonía
no es un suceso aislado, sino un proceso en
el que tienen lugar la integración, la inte-
rrelación, la complementación. Ptah es un
puente entre el principio físico y el principio
intelectual de la creación, aunque él mismo
reúne también en sí ambos principios.
El texto en el que se desarrollan todas es-
tas ideas, la llamada “teología menfita” (sea
una cosmogonía, una teogonía o lo que se
quiera considerar), es una asombrosa ela-
boración intelectual, una auténtica filosofía
sobre los dioses, sobre el mundo y sobre el
ser humano, y es asimismo una gran labor
de asimilación y adaptación de tradiciones
religiosas diferentes, y vincula distintas cos-
mogonías y distintos procesos de creación.
Ciertamente tiene un alto valor teológico en
el sentido de que va más allá de ofrecer una
explicación de cómo se originan los dioses
y el cosmos: vincula ese origen con el fun-
cionamiento político, social y religioso del
mundo, especialmente a través del ritual,
que es el enlace que vincula el mundo mí-
tico con el mundo “histórico”. Explica qué
sentido tienen los rituales para la vida del
Unidad de Formación Continua
hombre y cómo éstos se relacionan con el
origen del mundo. Así, el ritual adquiere la
plenitud de su valor al ser una recreación de
los momentos primigenios: el mundo se re-
nueva una y otra vez, de la misma forma que
el sol, en el pensamiento religioso egipcio,
nace y muere cada día.
Pero además, la teología menfita está crean-
do una conexión entre todos los seres vivos y
el creador, porque Ptah está en todo aquello
que tenga corazón y lengua, en todo aquello
a lo que él dio vida a través de su percep-
ción y su orden. Así, en cierto modo, todos
los seres están vinculados entre sí y a Ptah.
En este sentido (viendo que Ptah vertebra
el cosmos, las fuerzas naturales y conec-
ta a los seres vivos), casi resulta tentador
aceptar la afirmación de Ockinga de que la
teología menfita es una redefinición de la
divinidad desde un punto de vista panteísta
desarrollado para reemplazar el “inacepta-
ble monoteísmo de Akhenatón” (2010, pp.
112-113). No obstante, este tema me parece
algo traicionero, y prefiero mantenerme al Pág.
margen. 31
Para acabar otro aspecto muy importan-
te del dios Ptah y de la teología menfita es
que ofrecen una visión magnífica del funcio-
namiento de la religión egipcia: la religión
egipcia es evolución, adaptación, cambio,
construcción, multiplicidad de aproximacio-
FD-07: Cosmogonía Menfita:III Función creadora
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nes, pluralidad, interconexión… y ante todo,
tiene una dimensión real para el egipcio: los
dioses y los rituales son una parte funda-
mental del mundo y de la realidad, no son
concebidos como algo teórico, que se queda
solamente en el plano mítico e ideológico.
Todo tiene su aplicación en la vida diaria, la
cotidiana y la oficial, en el mundo real, en el NOTAS
mundo humano.
En definitiva, Ptah fue uno de los dioses más
importantes de Egipto. Echando la vista ha-
cia atrás y viendo todas sus implicaciones,
toda su dimensión, no resulta extraño que
la etimología del país del Nilo derive de la
frase “templo del ka de Ptah” (la denomi-
nación del mismo templo del dios en Menfis)
(Van Dijk, 2001, p. 74: Pinch, 2002, p. 181;
Van Dijk, 2003, p. 244). Ciertamente, fue un
dios tan relevante que casi se podría pensar
en toda la tierra de los faraones como su
templo, en cierto modo (y un templo egip-
cio es una imagen del cosmos en miniatura,
Pág.
y para los egipcios, Egipto era el centro del
32 mundo). Parece lógico que los griegos die-
sen tal nombre a esa tierra, impresionados
por la inmensa importancia del dios. Un
ejemplo simbólico de la inmensa relevan-
cia de Ptah en el mundo egipcio.
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1 Otras interpretaciones, en cambio,
parecen entender que los egipcios sí ha-
brían considerado que Ptah Reinó en la
tierra (véase por ejemplo Allen, 1988,
p. 41, y Hornung, 1999, pp. 144 y 214).
2 Sigo la traducción que hace Allen del
término, aun siendo consciente de que
tiene problemas.
3 No me he atrevido a traducir los tex-
tos porque, si ya de por sí toda traduc-
ción es imperfecta, una traducción de
una traducción podría deformar toda-
vía más el sentido de los originales, en
egipcio.
4 Ragnhild Bjerre Finnestad (1976, p.
82) considera que el texto sobre Ptah,
habitualmente entendido como una cos-
mogonía, es en realidad una teogonía:
“The author presents Ptah as the crea-
tor of the life of the gods. The theo-
gony is seen forma cultic point of view,
everything that Ptah creates is associa-

ted with the cultic life of the gods”. En
mi opinión, ello no afecta a este tra-
bajo, pues lo que pretendo estudiar es
el papel de Ptah como creador, sea del
cosmos o sea de los dioses, y además,
creo que cosmogonía y teogonía están
profundamente relacionadas, ya que no
dejan de ser los dioses los que constitu-
yen eluniverso. El mismo Bjerre Finnes-
tad reconoce esto (1976, p. 95).
5 Se dice de Ptah el haber creado para
los reyes cuerpos a partir de electro,
cobre y hierro (Pinch, 2002,pp. 62-63),
el haber “modelado” a las personas y el
haber confeccionado las formas físicas
de los dioses (Pinch, 2002, pp. 67-68).
6 La identificación de Ptah con Nun, que
no aparece en el fragmento de Allen, sí
es recogida por Finnestad (1976, p. 83),
y es corroborada por otros autores (To-
bin, 2001c, p. 471; Pinch, 2002, pp. 173
y 182). Ptah es vinculado a Nun y Nunet,
las deidades de las aguas primordiales
que dieron vida a Atum. Ptah, así, reú-
ne en sí mismo los principios masculino
y femenino propios de un demiurgo o
dios creador.
7 El hecho de que fuese Ptah el inventor
de este ritual lo recoge, por ejemplo,
Pinch (2002, pp. 62 y 182).
Unidad de Formación Continua
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