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2018
19
Educación
El cambio es la única constante
Por desgracia, puesto que nadie sabe cómo será el mundo en 2050 (por
no mencionar el de 2100), no tenemos respuesta a estas preguntas.
Desde luego, los humanos nunca pudieron predecir el futuro con
exactitud. Pero hoy es más difícil de lo que ha sido jamás, porque una
vez que la tecnología nos permita modificar cuerpos, cerebros y mentes,
ya no podremos estar seguros de nada, ni siquiera de aquello que
parecía fijo y eterno.
Hace mil años, en 1018, la gente no sabía muchas cosas acerca del
futuro, pero no obstante estaba convencida de que las características
básicas de la sociedad humana no cambiarían. Si hubiéramos vivido en
China en 1018, sabríamos que hacia 1050 el Imperio Song podría
desmoronarse, que los kitanos podrían invadir desde el norte y que la
peste podría matar a millones de personas. Sin embargo, tendríamos
claro que incluso en 1050 la mayoría de la gente seguiría trabajando
como agricultores y tejedores, que los gobernantes todavía confiarían
en que los humanos dotaran de personal a sus ejércitos y burocracias,
que los hombres todavía dominarían a las mujeres, que la esperanza de
vida seguiría siendo de unos cuarenta años y que el cuerpo humano
sería exactamente el mismo. De modo que en 1018, los padres chinos
pobres enseñaban a sus hijos a plantar arroz o a tejer seda, y los
padres más ricos enseñaban a sus hijos a leer los clásicos confucianos,
a escribir caligrafía o a luchar a caballo, y a sus hijas a ser amas de
casa modestas y obedientes. Era evidente que tales habilidades todavía
se necesitarían en 1050.
HACKEAR A HUMANOS
De modo que el mejor consejo que puedo dar a un chico o a una chica
de quince años atascados en una escuela anticuada en algún lugar de
México, la India o Alabama es: no confíes demasiado en los adultos. La
mayoría tienen buenas intenciones, pero no acaban de entender el
mundo. En el pasado, seguir a los adultos era una apuesta segura,
porque conocían el mundo muy bien y el mundo cambiaba muy
despacio. Pero el siglo XXI va a ser diferente. Debido a la velocidad
creciente del cambio, nunca puedes estar seguro de si lo que te dicen
los adultos es sabiduría intemporal o prejuicio anticuado.
Para tener éxito en una tarea tan abrumadora deberás esforzarte mucho
en conocer mejor tu sistema operativo. Para saber qué eres y qué
quieres de la vida. Este es, desde luego, el consejo más antiguo del
libro: conócete a ti mismo. Durante miles de años, filósofos y profetas
han animado a la gente a que se conociera a sí misma. Pero este
consejo nunca fue más urgente que en el siglo XXI, porque, a diferencia
de lo que ocurría en la época de Lao-Tse o de Sócrates, ahora tienes
una competencia seria. Coca-Cola, Amazon, Baidu y el gobierno se
apresuran a piratearte, a hackearte. No a hackear tu teléfono inteligente,
ni tu ordenador ni tu cuenta bancaria: están inmersos en una carrera
para hackearte a ti y a tu sistema operativo orgánico. Quizá hayas oído
que vivimos en la época de hackear ordenadores, pero eso apenas es
una parte de la verdad. En realidad, vivimos en la época de hackear a
humanos.