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CUESTIONARIO PARA LA VINCULAR.

1- bs as. 07-05-2022
2-Nombre completo: Sandra
3-Edad:
4- Nivel educativo:
5- Mail y celular:
6- Nombre de la pareja:
7- Tiempo de convivencia:

8- Razones por la que busca ayuda profesional (Explique


detalladamente):
9- Los 3 comportamientos que más me molestan o me disgustan de
mi pareja:
10- Los 3 comportamientos míos que más le agradan a mi pareja:
11- ¿Quién suele iniciar las discusiones o peleas?.¿Por qué?
12- ¿Cuándo discuten levantan la voz, o se gritan? ¿Se insulta? ¿Se
golpean?
13- ¿Cuándo discuten tratar de echarle la culpa al otro?
14- ¿Cuándo discuten frecuentemente traen otros temas del pasado?
15- ¿Cuándo discuten llegan a una solución que los deje tranquilos a
ambos y eviten que la pelea o discusión se vuelva a presentar?
16- ¿Cuáles son los temas sobre los que más discuten ustedes dos?
(Ejemplo: Celos, dinero, vida social, expresiones de cariño,
infidelidad, sexo, etc.)
17- Usted considera que la vida sexual con su pareja es: - Muy
buena - Buena -Regular - Mala - Muy mala
18- Lo mejor de nuestra vida sexual es:
19- Lo peor de nuestra vida sexual es:
20- ¿Usted cree que otras personas están interfiriendo en su vida de
pareja? ¿Quienes?
21- ¿Está usted de acuerdo con la forma como se maneja y utiliza el
dinero en su pareja? ¿Por qué?
22- ¿Está usted de acuerdo con la forma como se maneja en su
pareja la disciplina, el tiempo para compartir y el amor con sus
hijos? ¿Por qué?
23- ¿Está usted de acuerdo con la forma como se toman las
decisiones en su relación de pareja? ¿Por qué?
24- ¿Está usted de acuerdo con la forma como se maneja el tiempo
libre y las desviaciones en su relación de pareja? ¿Por qué?
25- ¿Qué cree usted que debe modificarse para que su pareja sea
armoniosa y feliz?

Juegos y ejercicios para terapia de parejas

La terapia de parejas puede ayudar a que dos personas fortalezcan su


relación y atraviesen situaciones difíciles. Además, discutir a través
de terapia, juegos y ejercicios puede ser útil para promover la
comunicación significativa sin la necesidad de tener que discutir.
Las parejas pueden practicar juegos y ejercicios durante las sesiones
de terapia o en casa, entre cada sesión.
Positividad Cuando una relación está en problemas, es común que
la pareja se olvide de los rasgos y las cualidades positivas que la
unió en un principio.
1.Los miembros de la pareja deberían ser alentados a hacer una
lista enumerando todo lo que aprecien del otro y luego
intercambiarlas.
Debido a que posiblemente haya pasado algún tiempo desde la
última vez que se transmitieron pensamientos de aprecio, esto puede
ayudarlos a enfocarse en la positividad.
Intercambio de roles. Es común que los miembros de la pareja
sientan que el otro no lo escucha. Los juegos de intercambio de
roles, en los cuales un miembro cumple el rol del otro, puede darles
una perspectiva acerca de cómo un aspecto de la situación de uno de
los miembros es percibido por el otro miembro.
2.Elige una asunto de discusión específico y que cada miembro
intente hablar desde el punto de vista del otro.
Discusión temporizada En el clímax de una discusión, los miembros
de la pareja se interrumpen entre sí, suben el tono de voz o empiezan
a gritarse. Para evitar esto, usa un temporizador de cocina o un reloj
despertador para darle a cada miembro de la pareja cantidades de
tiempo equivalentes para hablar. Durante un período de tres
minutos, digamos, uno de los miembros puede hablar y el otro, no.
Luego de los tres minutos, el otro miembro puede hablar. Continúa
con esta metodología hasta que se termine el tema de discusión.
Compartir. A veces, una relación está en problemas debido a que
los miembros no se han tomado el tiempo necesario para conocerse
bien. Así que en las sesiones de terapia cada miembro debería
compartir alguna curiosidad que el otro no conozca.
3.Cada uno debería empezar diciendo: "Apuesto a que no
sabías..."
Entonces la conversación se puede desarrollar en torno a esta
curiosidad. El ejercicio puede dar una idea del pasado de la pareja.
Sonido del silencio. Entre las sesiones de terapia, las parejas
deberían encontrar un momento para disfrutar, en silencio, de la
compañía del otro.
4.Ya sea escuchar música o sentarse bajo el sol, la pareja
debería pasar tiempo juntos sin hablar, disfrutando del silencio
y de la ausencia de discusiones.
Ejercicio para parejas. Ejercicio para mejorar la relación de
pareja intercambiando conductas positivas.

Objetivo del ejercicio Es la mejora de la relación de pareja por


medio del intercambio de conductas positivas, sin que llegue a ser
un intercambio comercial del tipo "tu me das y por tanto yo te doy".
Evita llegar a afirmar cosas tan dañinas en una relación como: "Yo
doy mucho más que tú".

Reglas del ejercicio


1. Haz una lista de las cosas que tu crees que mejorarían la relación.
No tienes que comprometerte a hacerlas solamente tienes que
listarlas. Haz la lista en solitario no las comentes ni se la enseñes a la
pareja. Han de ser operativas, es decir, tienen que notarse y un
observador imparcial tiene que poder decir si la has hecho o no.
2.Luego las comentarás con el terapeuta en la sesión solamente para
puntualizarlas y completar la lista.
3.La lista elaborada se la das a tu pareja, pero sin comentarios.
4.Luego, eliges algo de la lista y lo haces, sin avisar y sin
compromiso. Tomas nota de lo que haces, del resultado obtenido y
de la dificultad que has encontrado.
5.Después se comenta con la pareja y se perfecciona lo que merece
la pena. Hay que tener en cuenta que se ha hecho porque se ha
querido y no porque se ha exigido, ni el terapeuta ni la pareja. En
esta sesión se pueden hacer sugerencias a la pareja sobre cosas que
le gustaría hacer, pero no son peticiones ni prescripciones.

6.Puede haber conductas que solamente se hagan una vez. Hay que
puntualizarlo; por ejemplo, iniciar de nuevo una luna de miel.
Comunicación: la escucha activa
Da las normas a seguir para mejorar la comunicación entre dos
personas aumentando la capacidad de escuchar al otro con la
escucha activa.
Comunicación: la escucha activa La escucha activa consiste en una
forma de comunicación que demuestra al hablante que el oyente le
ha entendido. Existen varios niveles de escucha que se pueden
emplear dependiendo de que del nivel de entendimiento que se
alcanza en cada caso
caso: 1.
2.Parafrasear, es decir, resumir lo que ha dicho. Si alguna parte nos
ha llamado la atención, podemos resaltar las palabras que más nos
han impactado. Es una forma de dirigir la conversación, porque el
hablante va a ampliar la información sobre lo que hemos subrayado.
Reflejar el estado emocional. Además de que se le ha entendido, se
le muestra que se sabe como se siente. Ayuda; pero no basta con
decir: “sé como te sientes” o “te entiendo”.
3.Validar: mostrar que se acepta lo que dice aunque no se esté de
acuerdo. Es aceptable lo que se dice, se entiende; aunque no se esté
totalmente de acuerdo.
4.Estar completamente de acuerdo. Hay gente que la única forma
que tiene de aceptar la empatía del otro es a través del acuerdo
completo de la otra persona.
5.En cualquier caso se puede cualificar lo que se dice como una
opinión propia y no como una afirmación indiscutible. Se hace
introduciendo un tono en la expresión que relativice lo que se dice o
utilizando frases como: desde mi punto de vista, en mi opinión, etc.

Hay que tener en cuenta que no se puede aceptar aquello con lo que
no se está de acuerdo; pero se puede validar lo que se oye y mostrar
la discrepancia como una opinión propia. Hay veces en las que la
opinión de uno no puede ser de ninguna forma aceptada, aunque sí
oída.
Los ejercicios para comunicarse activamente dan resultado si los que
hablan tienen algún punto en común en el que estén de acuerdo. Si
no es así, hacer ejercicios de comunicación puede llevar a un
distanciamiento entre los que lo hagan en lugar de acercarlos. Para
una mejor comunicación es necesario también:
Tener habilidades expresivas Encontrar formas no defensivas de
expresarse
1-Qué no hacer en la escucha activa A continuación enunciamos
algunos fallos en los que puedes caer cuando pretendes realizar una
escucha activa.
2.No rechazar las emociones que el otro manifiesta. Las emociones
son reacciones automáticas que frecuentemente se dan en
determinadas circunstancias; pero que no son obligatorias y no las
controlamos. Por eso, decir a una persona que no debería sentir lo
que siente implica un reproche sobre una conducta sobre la que la
persona no tiene control. Hay que tener en cuenta que no está en su
mano modificar ese sentimiento. No juzgar. Recuerda el dicho
bíblico: no juzgues y no serás juzgado.
3.No solucionar el problema. Quien te lo está planteando quiere
compartirlo contigo, pero él (ella) es la responsable de solucionarlo.
Tú solamente puedes escuchar y dar tu opinión.
4.No interrumpir. Espera a que la otra persona te dé paso, aunque no
estés de acuerdo con lo que dice.
5.No cuentes tu propia historia. Recuerda que nadie escarmienta en
cabeza ajena. Además, si te está contando algo es para que entiendas
su problema y, si cuentas tu historia estaréis centrándoos en la tuya.
6.No des un consejo que no te hayan pedido.
7.No descalifiques cuando des tus opiniones.
Solución de problemas en la pareja. La colaboración de la pareja en
la toma de decisiones que permite resolver los problemas que se
presentan en la vida cotidiana y en la relación, es muy difícil.
Algunos consejos para ayudar a resolver los problemas de pareja
Los problemas de pareja se presenta generalmente en la forma de
que un los miembros hace una conducta que no le gusta a la otra.
Otras veces la queja es mutua. En esta página se presenta un método
que consiste en una interacción estructurada entre dos personas
diseñada para resolver una disputa concreta entre ellos. No todos los
problemas son solucionables. Por ejemplo, aquellos que están fuera
del control del responsable. Otros consisten en una elección entre
dos valores de las personas que pueden no ser negociables, por
ejemplo, tener o no tener un hijo.
Los problemas más idóneos para las técnicas que aquí se explican
son problemas que están sujetos a negociación, a buscar soluciones
creativas y a valorar la relación coste beneficio.
Preliminares en el método de resolución de problemas • •
Hay que dedicar un tiempo y un espacio concreto y establecido a la
resolución de problemas. La actitud que hay que tener es de mejorar
la relación y que es un problema mutuo que afecta a las dos partes y
en el que las dos partes tienen algo que decir. Si se va con la idea de
que el otro tiene que hacer un cambio y uno solamente presionar
para que se haga, el fracaso es muy probable.

La colaboración es la esencia de la resolución de problemas.


La disposición a cambiar para hacer al otro más feliz es fundamental
para tener éxito.
1.La definición del problema En la definición del problema se trata
de identificar el objetivo de cada miembro de la pareja. Se excluyen
objetivos que enfrentan tales como ganar, vengarse, o hacer daño.
Hay que separar de forma nítida dos fases: la fase de definición y la
de solución y realizarlas sucesivamente sin mezclarlas. Cuando se
define no se intenta dar solución ni viceversa. Hay que tener muy en
cuenta que no se trata de volver al pasado o de quejarse sino de
definir el problema. Definir el problema de forma adecuada incluye
los siguientes elementos
2.Una frase positiva indicando que hay facetas o momentos en los
que la relación funciona y el problema no tiene importancia. Una
descripción de la conducta indeseable. Hay que ser específico y
llegar a conductas concretas evitando en todo momento la
descalificación de la persona, sino centrarse en la evaluación de la
conducta. Se trata también de evitar palabras como “siempre” o
“todo” que son falsas y descalifican a quien las usa.
3.Una especificación de las situaciones en las que ocurre la conducta
problema que se ha definido.
4.Las consecuencias que esa conducta tiene para el componente que
la sufre, incluyendo los sentimientos que el provocan. Es importante
que los sentimientos se refieran exclusivamente a la conducta y sus
consecuencias y no lleve a descalificaciones o menos precios del
otro.
5.Es necesario ser breve. Por ejemplo, hay que evitar poner
demasiados ejemplos, preguntarse por las causas y emplear los “¿por
qués?” que siempre implican un reproche y no llevan a resolver el
problema.
6.Ambos miembros de la pareja tienen que estar de acuerdo en que
se ha definido el problema y para ello AMBOS han de reconocer la
parte de su responsabilidad en la generación o mantenimiento del
problema. Si no se llega al acuerdo básico de quien ha de cambiar
para que se dé la solución, se puede hacer una definición bilateral
del conflicto. En la que se incluyen las conductas de ambos
miembros, dentro de la regla de tratar un solo problema a la vez.
Reglas generales en la fase de definición del problema

1.No discutir más de un problema a la vez.


2.Practicar ambos la escucha activa resumiendo lo que el otro dice
antes de intervenir.
3.No hacer inferencias, hablar solamente de lo que se observa. Esto
incluye no hacer juicios de intenciones suponiendo que el otro
intenta conseguir algo que no es observable.
4.Evitar el conflicto siendo neutral y evitando la negatividad o la
lucha por el poder.
Fase de solución
1.Una vez que se está de acuerdo en la definición del problema, se
pasa a la fase de solución.
2.En esta fase hay que.
Centrarse en la solución y no volver al planteamiento una y otra vez.
La mejor forma de mantenerse en la solución es emplear las reglas
del brainstorming o tormenta de ideas. Las soluciones han de
centrarse en definir cambios en las conductas de ambos y no
solamente en la del que causa el problema. Hay una máxima que
dice: “si quieres que alguien cambie, empieza cambiando tú”. El
cambio de uno ha de conllevar consecuencias positivas para él, lo
que implica un cambio en el otro.
3.Un entrenamiento en asertividad puede ser una buena forma de
consensuar la solución.
Sobre la lista de soluciones alternativas que se ha generado se
realiza un análisis de los pros y los contras de cada una de ellas. De
esa evaluación ha de derivarse un consenso en la solución del
problema. Es conveniente que el acuerdo se haga por escrito, porque
obliga a una concreción mayor.
4.A veces, si el cambio que se plantea es complicado, es conveniente
planificarlo.
5.Es preciso hacer un seguimiento de lo pactado para evaluar si se
ha logrado la solución adecuada o es preciso hacer algún ajuste.
Ideas irracionales y mitos sobre la relación de pareja.
En esta página se muestran creencias que se dan de forma muy
generalizada sobre la relación de pareja y que en realidad suponen
errores de concepción que pueden ser obstáculos para su felicidad.
Está basado en el libro del profesor Arnold Lazarus:
Mitos maritales, editorial, Hablamos de matrimonio para facilitar la
comprensión pero es igualmente aplicable a parejas que viven juntas
con un proyecto vital común
Mitos que se explican a continuación con detalle Puedes pinchar en
el que te llame la atención para ver por qué el mito no es más que un
mito.

1.Las parejas deben ser los mejores amigos"


2.“El amor romántico crea un buen matrimonio.
3.“Una relación extramatrimonial se da solamente en matrimonios
que tienen problemas”
4.“Si te sientes culpable, confiesa”
5.“Las parejas deberían hacer todo juntos”
6.“Hay que luchar a toda costa por la pareja”
7.“Una buena pareja se fía absolutamente”
8.“Debes hacer feliz a tu pareja”
9.“Las buena parejas permiten toda la descarga emocional”
10. “Los buenos maridos arreglan enchufes, las buenas esposas
ponen la lavadora”
11. “Tener un hijo mejora un mal matrimonio”
12. “El matrimonio debería ser una sociedad 50/50”
13. “El matrimonio puede realizar todos nuestros sueños”
14. “Los que aman de verdad adivinan lo que el otro piensa y siente”
15. “Un matrimonio infeliz es mejor que un hogar roto”
16. “Las aspiraciones laborales del marido están por encima de las
de la mujer”
17. “Si tu pareja te quiere dejar, agarrate y lucha”
18. “Un amor muerto se puede revivir a veces”
19. “La competencia estimula el matrimonio”
20. “Debes transformar a tu pareja en alguien mejor”
21. “Los opuestos se atraen y se complementan”
22. “Las parejas no deben revelar sus problemas a extraños”
23. “No tenga sexo estando enfadado”
24. “Confórmese con lo que tenga”
25. Valoración de ideas irracionales acerca de la relación de pareja.
MITO 1: Marido y mujer deben ser los mejores amigos El
matrimonio es compartir íntimamente, la amistad es compartir la
intimidad. La amistad pone el énfasis en las necesidades e intereses
de dos personas independientes, mientras que el matrimonio lo pone
en la familia (en general).
La amistad supone un clima en el cual todos los sentimientos y
emociones se pueden expresar con total libertad, no afecta a la vida
del otro lo que uno opine o sienta sobre temas importantes. En el
matrimonio la proximidad física constante y las responsabilidades
compartidas dictan la necesidad de algún grado de reserva
emocional. Si la amistad es una relación en la cual lo que se puede
comunicar va de “A a Z”, en el matrimonio sería más conveniente
que fuera de “A a W”. Por ejemplo, comentar fantasías sexuales con
amigos íntimos de ambos puede perjudicar la relación. Comentarlas
con otros amigos no tendría impacto en la relación en la relación de
amistad. El mismo comentario con un amigo no tendría repercusión
en la relación. .( Volver arriba.)
MITO 2. “El amor romántico crea un buen matrimonio” El
matrimonio no es un tiempo romántico, es una relación práctica y
seria. Quererse puede aprenderse y ponerse en práctica durante el
matrimonio. Aunque la educación romántica de la sociedad
occidental suponga que es una química que “aparece” y no se puede
hacer nada para que prospere y se mantenga en el tiempo. Las
diferencias económicas, de status social, de educación son
importantes a la larga, aunque en un primer momento de
enamoramiento se crea que pueden ser eliminadas o al menos
superadas. Cuando la pasión decrece pueden convertirse en fuente
de conflictos y desamor. Una relación feliz se basa en conductas
como: bondad, amabilidad, consideración, comunicación, ajuste de
los hábitos de cada uno, participación conjunta en varias actividades,
consenso en valores, reciprocidad, respeto muto. Volver arriba
MITO 3. “Una relación extramatrimonial se da solamente en
matrimonios que tienen problemas” Que uno de los miembros tenga
una aventura no es algo que sólo ocurre cuando hay problemas en la
pareja. Hay muchas razones y sólo algunas son reflejo de conflicto o
fallos en la pareja. Puede que haya falta de afectividad o deficiencias
en las relaciones sexuales que hagan más probable la infidelidad;
pero hay otras como la curiosidad, o simplemente que se dé la
oportunidad y no se dice que no, que no tienen que ver con fallos en
la pareja. Otras veces son causas individuales las que llevan a uno de
los miembros de la pareja a engañar al otro. Por ejemplo querer
demostrarse a uno mismo que se sigue siendo atractivo y deseable.
El sexo fuera de la pareja afecta siempre a la relación y es la primera
causa de divorcio; pero no siempre significa el fin de la misma, sin
ayuda terapéutica continúan unidas el 35% de las parejas. Volver
arriba
MITO 4. “Si te sientes culpable, confiesa” La “sinceridad total” en
una pareja puede ser mortal a veces. Por ejemplo, aunque hay una
gran variedad en la forma en como se relacionan las parejas, no
suele aceptarse con serenidad el hecho de que la pareja informe de
una infidelidad. Confesar puede ayudar al infiel a encontrarse mejor
y a poder
perdonarse a sí mismo, y suele sorprenderse mucho de que su pareja
no valore su “sinceridad y honestidad” y le eche en cara el engaño,
reaccionando con mucha emotividad. Tampoco es tan raro que
ocurra lo que recoge el tópico de que “el interesado/a” es el último
en enterarse. Si la persona confía realmente en su pareja y piensa
que él/ella no le engañaría es frecuente que no se dé cuenta de lo que
ocurre, aunque todos los que les rodean estén enterados. Decir todo
lo que le pasa a uno por la cabeza tampoco tiene mucho sentido. Por
ejemplo, si se ve a una mujer muy atractiva y el marido le dice a la
esposa que piensa que le apetecería acostarse con ella, posiblemente
reciba un buen rapapolvo, por un pensamiento que en ningún
momento ha creído que tuviera trascendencia. Volver arriba
MITO 5. “Marido y mujer deberían hacer todo juntos” Este mito
surge de la falacia romántica que supone que la pareja ideal consiste
en una fusión total, dos convertidos en uno solo, todo lo hacen
juntos y van juntos a todas partes.
El dibujo representa una relación de pareja con pocas áreas
compartidas, hay poco espacio común.
Puede representar una pareja ideal, hay mucha zona de actividades
compartidas, pero también hay una parte individual de cada
miembro de la pareja.
El ideal romántico, dos fusionados en uno, si fuera posible podría
suponer una sobrecarga intolerable para la relación.
Se trata de decidir individualmente pensando conjuntamente, no se
es que haya que pedir permiso para una actividad individual, pero
hay que tener en cuenta los compromisos previos de la pareja y darle
prioridad, ya que hay una responsabilidad con esa persona con la
que se convive y a la que afectan las decisiones que uno tome.
Insistir en hacer todo juntos supone una presión perjudicial sobre
ambos componentes de la pareja y sobre la relación. No tener
actividades compartidas es negativo para la cohesión. Volver arriba
MITO 6. “Hay que luchar a toda costa por el matrimonio” El
matrimonio requiere adaptarse y ceder, también es necesaria la
dedicación, ser buen negociador y compartir los intereses del otro.
Pero “esforzarse” constantemente y a toda costa para que la relación
funcione lleva al agotamiento y a distanciarse del objeto de nuestro
duro trabajo. Debe resultar gratificante el hacer cosas por la otra
persona, si no apetece nunca compartir su tiempo y sus intereses, y
si nada de lo que el otro haga por uno se aprecia o resulta placentero.
por mucho esfuerzo que se ponga al final se pasará factura por el
trabajo realizado, y será la relación la que salga perjudicada. Volver
arriba
MITO 7. “Una buena pareja se fía absolutamente” Estar
absolutamente seguro de la devoción de la pareja puede llevar a una
sutil falta de respeto, si se piensa que no es necesario hacer nada
para seguir conquistando al otro. Si se considerase que el cónyuge
puede atraer a otras personas seguramente se aumentarán las
muestras de interés y afecto para que eso no suceda. Una ligera
“inseguridad” ayuda a mantenerse más cuidadoso del aspecto físico,
más atento y respetuoso con el otro. (Volver arriba)
MITO 8. “Debes hacer feliz a tu pareja” No es responsabilidad del
cónyuge hacer feliz a su pareja, porque ni siquiera uno mismo es
responsable de su propia felicidad. Por ejemplo, dejar que el disfrute
sexual sea solamente responsabilidad del hombre es un error que
carga a uno con una tarea que depende de los dos. Por otro lado, si
uno tiene la idea de que el otro debe hacerle feliz su actitud será
sentarse y esperar. La felicidad es un producto que surge de la
actividad que uno hace, aunque no siempre la misma actividad
produce el mismo efecto, porque depende de muchos factores. La
persona que quiere sentirse feliz se hace responsable de sus propios
sentimientos y de la búsqueda de actividades placenteras. Hacerse
cargo de la propia felicidad incrementa las posibilidades de lograr
que la vida y el matrimonio sean satisfactorios. Volver arriba
MITO 9. “Las buena parejas permiten toda la descarga emocional”
Suponer que el hogar es lugar idóneo para liberar las emociones
contenidas es un grave error. Según algunas personas sólo están
siendo “ellos mismos” o “desahogándose”, cuando en realidad están
maltratando de palabra (y a veces de obra) a su pareja y/o su familia.

Hay graves consecuencias por este comportamiento (aparte de las


legales), tales como revanchas por parte del otro cónyuge e incluso
el divorcio. Unido a este está el mito de “un buen matrimonio se
basa en el amor incondicional”, da igual cómo uno se comporte el
otro debe amarle por “sí mismo”. Pero las relaciones de pareja,
como cualquier otra, requieren educación y respeto. También el mito
de “amar es no tener que decir nunca lo siento” es un subproducto
de estos otros, pero es falso, si se cometen errores hay que pedir
perdón, es la única forma de que le perdonen y humano es errar.
Volver arriba
MITO 10. “Los buenos maridos arreglan enchufes, las buenas
esposas ponen la lavadora” Aunque, en cuanto a tareas domésticas
se refiere, han caído muchos estereotipos sobre lo que es
“masculino” y “femenino”; aún hay algunos hombres que suponen
que poner la lavadora excede de sus competencias, y algunas
mujeres para las que programar el vídeo es algo impensable. Como
siempre el problema no es saber hacer o no, sino estar o no de
acuerdo con lo que se hace. Por eso, es conveniente hablar de qué
sabe hacer cada uno y lo que está dispuesto a aprender y si es
necesario qué se puede encargar a personas de fuera para no
enredarse en discusiones absurdas sobre lo que uno tiene o no tiene
que hacer según su sexo. Volver arriba
MITO 11. “Tener un hijo mejora un mal matrimonio” Aunque los
hijos suelen suponer una fuente de gran satisfacción para un
matrimonio bien avenido; las responsabilidades de educar y criar un
hijo aumentan la presión sobre la pareja. Si la pareja tiene
problemas, la falta de sueño y de tiempo para el trabajo o el ocio
sólo empeorarán una relación ya debilitada. Suponer que la pareja
puede sentirse más unida por tener un hijo es un gran error. Volver
arriba

MITO 12. “El matrimonio debería ser una sociedad 50/50” El


mismo sueldo por el mismo trabajo, las mismas oportunidades para
todos, son ideas democráticas muy razonables; pero intentar llevar a
la pareja (o familia) a un reparto totalmente equitativo de tareas y
responsabilidades es un error. En la vida real los componentes de la
pareja pueden aportar diferentes capacidades o conocimientos sin
que ello suponga un perjuicio para el otro. El hecho de intercambiar
tareas, “si tú cocinas, yo paso la aspiradora”, no debe convertirse en
una lucha por la absoluta equidad. Si uno realmente ama a otra
persona disfruta haciendo algo por ella, sin necesidad de estar
constantemente recordando lo mucho que se “sacrifica” y lo poco
que es correspondida. El matrimonio ideal sería una sociedad
comunista en la que cada uno da según sus capacidades y recibe
según sus necesidades. Volver arriba
MITO 13. “El matrimonio puede realizar todos nuestros sueños”
Este mito está relacionado con el mito del amor romántico, pero
además le añade la “necesidad” del otro, si no se vive en pareja no
valen de nada el resto de los éxitos profesionales y personales, u
otras relaciones importantes. Un buen matrimonio es muy deseable y
ayuda a tener una vida plena, pero no es imprescindible. La idea de
que el matrimonio lo es “todo” genera mucho sufrimiento
innecesario. Volver arriba
MITO 14. “Los que aman de verdad adivinan lo que el otro piensa y
siente” Nuevamente este mito se relaciona con el del “amor
romántico”. Da por hecho que la compatibilidad supone “compartir
una sola mente”, “estar en la misma onda”. Hay algo de verdad en
que las personas que comparten algún tipo de intimidad (pareja,
amigos, colegas) a veces se entienden sin palabras y perciben los
pensamientos y sentimientos del otro, la palabra clave es “a veces”.
Esto sirve también para el matrimonio, es necesario comunicar con
sensibilidad lo que quiero, lo que me gusta y lo que creo que el otro
piensa para poder tener una buena relación. No leer la mente ni
esperar que el otro nos la lea nos da una gran claridad y respeto en la
relación. Volver arriba
MITO 15. “Un matrimonio infeliz es mejor que un hogar roto” Un
matrimonio infeliz es una dura prueba que a veces se mantiene por
razones que nada tienen que ver con el amor y el cuidado que se
encuentran en una buena pareja. Hay muchos motivos de tipo
económico, social, religioso, o por miedo a la soledad, por los hijos,
etc. por los que puede merecer la pena mantener un pareja
relativamente infeliz. Para ello, rebajar expectativas y exigencias
exageradas sobre la pareja puede ayudar a reparar una relación
deteriorada, pero hay que considerar que, a veces, es mejor una
buena separación que una mala vida en común. Considerar la
felicidad personal por encima de otros aspectos y separarse
solamente porque “no se siente lo mismo” puede ser un error; pero
seguir en una relación de sufrimiento o pelea constante, es también
un error. Lo que hace más desgraciados a los hijos no es el hecho de
que sus padres estén juntos o no, sino las peleas y discusiones que
tienen. Cuando se piensa en el divorcio, hay que tener en cuenta que,
a veces, las peleas se prolongan más allá de la separación y se
pueden hacer más duras, con lo que el perjuicio a los hijos continúa
y se puede incrementar. Volver arriba
MITO 16. “Las aspiraciones laborales del marido están por encima
de las de la mujer” Es asunto de cada pareja valorar qué prioridad se
le asignan a las exigencias del trabajo de cada uno de ellos, no se
trata de imponer sino de negociar teniendo en cuenta las necesidades
individuales y las de la familia. Si una pareja funciona bien y ambos
están de acuerdo en posiciones desiguales, tampoco hay que cambiar
en aras de una igualdad mal entendida. Volver arriba
MITO 17. "Si tu pareja te quiere dejar, agárrate y lucha" Si uno de
los miembros de la pareja quiere dejarlo pero se queda por temor,
lástima, dinero o culpa ¿qué clase de relación queda? La resistencia
a dejar que la pareja se vaya puede impedir que lo haga pero es una
victoria envenenada. Aunque es valiente luchar por la pareja esto
sólo compensa cuando hay dos para hacerlo. No es conveniente
permanecer en un lugar donde uno solamente es tolerado o
soportado. Volver arriba
MITO 18. “Un amor muerto se puede revivir a veces” Si queda algo
de afecto o comprensión, o al menos un rastro de compañerismo es
lógico que se intente evitar el divorcio. Sin embargo, si hay
desprecio y todo lo que hace el otro causa enfado, permanecer en la
relación sólo acarreará dolor Muchas relaciones desapacibles se
mantienen porque sus miembros se apegan por razones que no
tienen nada que ver con el amor y la buena comunicación. Por
ejemplo, miedo a la opinión de familiares y amigos, presiones
económicas, miedo a la soledad, etc. Es preciso analizar si estas
razones son suficientes para mantener una relación en la que no hay
amor. Volver arriba
MITO 19. “La competencia estimula el matrimonio” La
competencia disminuye la reciprocidad, los esfuerzos conjuntos y
las metas comunes que son la base de un matrimonio. En las
relaciones competitivas se lucha por el liderazgo y entonces
desaparece el compañerismo. Si hay competencia, cada uno trata de
demostrar al otro que es mejor en el trabajo, con los amigos, e
incluso que le supera en el cariño de los hijos. La pelea es continua y
cada uno insiste en sus derechos, con lo cual no hay coalición ni se
buscan soluciones cooperativas cuando surgen desacuerdos, cada
uno intenta ganar en todas las situaciones. Volver arriba
MITO 20. “Debes transformar a tu pareja en alguien mejor” Si a uno
no le gusta la persona con la que va a casarse, es poco probable que
le guste después de hacerlo. Y, aún peor, si se consigue que el otro
cambie a la fuerza, surgirá el rencor asociado a la presión para un
cambio que no se desea. Una cosa son los reajustes y adaptaciones
necesarias en toda vida de pareja y otra las exigencias de cambio.
Volver arriba
MITO 21. “Los opuestos se atraen y se complementan” Los polos
opuestos se atraen porque las diferencias les parecen divertidas e
interesantes, sobre todo durante la primera etapa del romance, a
largo plazo lo que antes agradaba puede resultar incompatible con
las preferencias propias. Por ejemplo, una persona muy formal
puede verse atraída por otra menos convencional, pero después de
los años esa diferencia puede dar lugar a graves discusiones.
Algunas diferencias pueden enriquecer la relación, si no son muy
importantes. Surgen problemas serios cuando los valores no son
compartidos, pero también pueden surgir si las preferencias sobre el
ocio y el tiempo libre son siempre incompatibles. Volver arriba
MITO 22. “Las parejas no deben revelar sus problemas a extraños”
La idea de que lo que sucede en la pareja no debe comentarse con
nadie porque es una traición a la relación puede impedir que una
pareja con dificultades encuentre solución a sus problemas, e incluso
que los relativice y aprenda a tolerar las dificultades de toda vida en
común. Consultar con un profesional puede salvar una buena
relación si ambos están interesados en ello. Consultar todas las
decisiones de la pareja con la familia de origen puede impedir que la
pareja se constituya como ente independiente. Volver arriba
MITO 23. “No tenga sexo estando enfadado” Pensar que todas las
relaciones sexuales de la pareja deben ser siempre una unión
especial y maravillosa, símbolo del amor que se profesan es absurdo.
Sería como comer siempre en un restaurante de cinco tenedores. A
veces un bocadillo es tan satisfactorio y nos ayuda a estar
alimentados y felices. Con el sexo es igual, un encuentro sexual
rápido y agradable no necesita velas, flores y poesía, a veces es más
satisfactorio. Las parejas que aprenden a disfrutar de una variedad
de actividad sexual del tipo: sexo amoroso, sexo erótico, sexo
lujurioso, sexo juguetón, etc… suelen tener menos conflictos y estar
más unidos. Cuando estamos enfadados, podemos tener ganas de
castigar al otro y nos podemos negar a hacer el amor; pero hay que
tener en cuenta que después de una relación sexual los problemas se
ven con otra perspectiva emocional y aquello por lo que discutíamos
pierde gran parte de su sentido. Volver arriba
MITO 24. “Confórmese con lo que tenga” Todas las parejas
necesitan adaptarse y aprender a tolerar pequeños inconvenientes.
Las expectativas románticas inalcanzables impiden disfrutar de una
relación amorosa en la vida real. Pero sí se puede mejorar una
relación de pareja, y es gratificante hacerlo. Si es preciso, hay que
contar con la ayuda de un profesional.
Si una persona tiene algunas dudas acerca de la relación, eso
significa que algo no anda bien en ella Si mi pareja en verdad me
quisiera, no tendríamos ninguna riña Si a mi pareja le importara de
verdad, siempre sentiría amor por mí Si mi pareja se enoja conmigo
o me critica en público, eso indica que de verdad no me ama Mi
pareja debería saber qué es importante para mí sin tener que
decírselo Si tengo que pedir lo que realmente quiero, eso ya lo echa
a perder Si a mi pareja en realidad le importara, haría lo que le pido
Una buena relación no debería tener ningún problema
1 Si dos personas se aman de verdad, no hay necesidad de trabajar
en la relación
2 Si mi pareja hace algo que me molesta, pienso que es porque desea
herirme a propósito.
3 Cuando mi pareja no está de acuerdo conmigo ante otras personas
pienso que es una señal de que no le importo demasiado.
4 Si mi pareja me contradice pienso que no me respeta demasiado
5 Si mi pareja hiere mis sentimientos, pienso que él/ella es malo
6 Mi pareja siempre trata de hacer las cosas a su manera
7 Mi pareja no escucha lo que yo tengo que decir

10 PAUTAS DE TERAPIA DE PAREJA


¿Tienes problemas con tu pareja?
Éstas son sólo diez pautas de terapia de pareja. Antes de romper
definitivamente tu matrimonio prueba a buscar ayuda especializada.
1) Sé honesto/a. Ser honesto y abierto durante toda la sesión con el
asesor ayudará a mantener las cosas en el buen camino y animar a
cada parte a abrirse. Ser honesto te ayudará a establecer un tono
claro para la terapia. Esto, como todo en la vida, sólo funcionará si
se es sincero. Si hacemos un teatro y ocultamos nuestras verdaderas
opiniones y sentimientos no funcionará. Tenemos que abrir nuestro
corazón tanto al terapeuta como a nuestra pareja.
2) Comprometernos con el cambio. Hacer un compromiso para
cambiar un comportamiento o perspectiva es difícil, pero usted
puede tomar los pasos necesarios para compartir su objetivo con su
consejero e incluso firmar un “contrato” para permanecer en la pista.
3) Ser específico. Ser específico acerca de los problemas que están
creando tensión en la relación es el primer paso para abordarlos
desde su raíz.
4) Establecer objetivos cuantificables. El consejero puede ayudarte a
establecer objetivos concretos y alcanzables para que puedas
desarrollar nuevas habilidades a lo largo del camino, y puede fijar
metas más altas a medida que avanzas de nivel.
5) Aprende a perdonar. El perdón es una parte importante de la
terapia de pareja y aprender a perdonar puede salvar tu relación.
6) Reconocer patrones en tu historia familiar. Muchas parejas no se
dan cuenta que simplemente están imitando el comportamiento de
los padres u otros miembros de la familia en su relación actual. El
consejero matrimonial puede ayudar a identificar estos patrones de
comportamiento para desarrollar una respuesta más sana a tu
situación actual.
7) Busca maneras de resolver, no volver a vivir, el conflicto. Muchas
personas se atascan en la trampa de volver a vivir una situación
negativa. El consejero matrimonial les enseñará cómo resolver una
situación y seguir adelante.
8) Conocer tu personalidad. La evaluación de tu personalidad es una
parte del proceso del terapeuta y te ayudará a determinar los
atributos específicos de tu personalidad que pueden ser agravantes
para el conflicto que estáis viviendo.
9) ¡Haz tu tarea! La terapia de pareja se lleva a cabo tanto en una
oficina como en casa. Con esto quiere decir que no sólo hay que
realizar un esfuerzo en el despacho del terapeuta sino que hay que
esforzarse también en el hogar familiar.
10) Ser respetuoso/a. Mostrar respeto por tu pareja y el consejero es
un elemento importante de la terapia de pareja. Tómate el tiempo
necesario para escuchar y evitar llegar a conclusiones precipitadas.
La paciencia y el compromiso de respetar a la otra parte te ayudará a
largo plazo.

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