Prof. José Antonio García Fernández DPTO.

LENGUA Y LITERATURA- IES Avempace

jagarcia@avempace.com C/ Islas Canarias, 5 - 50015 ZARAGOZA - Telf.: 976 5186 66 - Fax: 976 73 01 69
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INTRODUCCIÓN AL ÁREA DE
LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA

1. Reflexiones generales
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- La denominación oficial del área, “Lengua Castellana y Literatura”, procede de la LOGSE

(1990) y empareja nuestra asignatura con otras de nombre similar: “Lengua Catalana y
Literatura”, “Lengua Vasca y Literatura”, “Lengua Gallega y Literatura”. Hay que entender
este cambio de denominación (antes se hablaba de “Lengua y Literatura Española”, en
singular, o Españolas, plural) como una adaptación de los programas, de las áreas y del sistema
educativo al estado de las autonomías creado por la Constitución de 1978.

- Que el adjetivo Castellana se aplique a Lengua y no a Literatura en la denominación oficial del

área puede deberse a que el profesor enseña castellano o español (su uso, su gramática) y
también literaturas hispánicas, entendiendo por estas las expresadas en castellano u otras
lenguas peninsulares (catalán, gallego, vasco) e incluyendo las obras escritas por autores
españoles e hispanoamericanos. Desde ese punto de vista, puede comprenderse que aparezcan
en el temario oficial de oposición los temas número 67, “La poesía hispanoamericana en el
siglo XX”; 69, “La poesía hispanoamericana en el siglo XX”, y 72, “La literatura en lenguas
catalana, gallega y vasca: Obras más relevantes y situación actual”. También en los reales
decretos de enseñanzas mínimas se insiste repetidamente en que debe atenderse a las literaturas
regionales e hispanoamericana, a la tradición occidental y universal, con transcripción de textos
en la lengua original siempre que ello sea posible.

- El área de Lengua, junto con Matemáticas, tiene un carácter marcadamente instrumental,

según repite reiteradamente la legislación educativa. Tal carácter orienta el enfoque del área
hacia lo práctico y no hacia lo teórico, hacia el uso lingüístico antes que hacia la teoría
gramatical o la historia literaria.

En concreto, la legislación convierte a ambas áreas, Lengua y Matemáticas, en áreas-llave o

de apertura a otros saberes. Por ello tienen un carácter básico, de pre-requisito; se las privilegia
en la carga lectiva reforzando las horas de impartición y se garantiza su presencia en todos los
tramos del sistema educativo. Incluso se establece como condición para titular al final de la
ESO que excepcionalmente el alumno podrá obtener el título hasta con dos áreas suspensas,
siempre y cuando esas áreas no sean simultáneamente Lengua y Matemáticas. Queda claro en
la voluntad del legislador que es imposible alcanzar los objetivos generales de etapa si no se
obtienen las destrezas cognitivas instrumentales que facilitan las áreas de Lengua y
Matemáticas (destrezas que tradicionalmente se vienen enunciando como “regla de las 3 R”,
del inglés: wRiting, Reading, Reckoning, escribir, leer, calcular).

En el área de Lengua y Literatura, todo gira en torno a dos ejes: la comunicación y la

representación. Objetivos básicos son: el logro de un empleo preciso del idioma (tanto en el
uso oral como en el escrito), la educación literaria del alumno y la promoción del gusto por la
lectura y del hábito lector.

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- El enfoque instrumental en la enseñanza de la lengua hace que su correspondiente literatura

asociada sea enseñada como un producto cultural y lingüístico entre otros productos. Aunque
ello no obsta para reconocer su gran valor añadido y su estatuto “especial”, por así decir, dentro
de las tipologías textuales. El literario no es el único texto al que se presta atención en nuestra
área, si bien resulta evidente que se enseña con más cariño por parte del profesorado de la
especialidad y se le dedica más tiempo escolar que a las restantes tipologías. Ello es así por
varias razones, entre ellas:

o por su elevado valor artístico, cultural y social,

o porque la animación a la lectura es un objetivo curricular básico que va más allá del
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área para convertirse en objetivo de centro,

o por la tradición escolar que ha asociado históricamente la enseñanza de la literatura
a la de la lengua y que pone a ambas al mismo nivel en la denominación misma de
la especialidad (“Lengua y Literatura”),
o y porque la educación humanístico-literaria en que ha sido formado el profesorado
de la asignatura, como recuerda Lázaro Carreter, hace que muchos docentes hayan
venido a la enseñanza atraídos sobre todo por la literatura, el amor a los libros y la
pasión de leer.

No obstante, sería inconveniente que una pasión descontrolada del profesor hacia aspectos
concretos de su área le hiciesen olvidar lo fundamental. El objetivo de la enseñanza de la
lengua y la literatura en los niveles no universitarios no es crear gramáticos ni eruditos, ni
siquiera literatos. Basta con obtener lectores y escritores competentes; personas que sepan
expresarse oralmente y por escrito, capaces de escuchar a los demás, de respetar los turnos en la
conversación y de estar habilitadas para el diálogo, que sepan argumentar asertivamente sus
opiniones. No deben confundirse los niveles y etapas educativas. La educación universal
(corrientemente aludida bajo la denominación de “enseñanzas no universitarias”) no puede ser
tan exigente como la universitaria ni está orientada a la formación de especialistas. En
educación básica, el alumno es el máximo protagonista. Todo se orienta hacia el aspecto
práctico, hacia el uso de la lengua más que hacia la teoría gramatical o la historia literaria.

Ello no obsta para que reconozcamos a la literatura como depositaria de cultura, emociones,
sentimientos… Ella es memoria universal y archivo de ideas y fantasías, creación de universos
mágicos, fuente de disfrute, educación de la sensibilidad, maduración afectiva e intelectual de
un lector cada vez más consciente, más crítico, reflexivo y exigente.

- Desde un planteamiento instrumental del área de Lengua Castellana y Literatura, cuatro son
las habilidades básicas que hay que trabajar con los alumnos y a las que deberán dirigirse
cuantas actividades docentes se diseñen para el aula (dos relativas a la lengua oral y dos, a la
lengua escrita; relacionándolas a su vez con la comunicación, dos tienen que ver con la
expresión y dos con la comprensión). Estas habilidades son: hablar, escuchar, escribir y
leer, más INTERACTUAR, según puede verse en el siguiente esquema:

LENGUA LENGUA
ORAL ESCRITA
COMUN
ICACIÓ

EXPRESIÓN
Hablar Escribir
N

(creación)

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COMPRENSIÓN
Escuchar Leer
(recepción)

INTERACTUAR
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Hablar, escuchar, escribir y leer, interactuar son habilidades que debemos mejorar en el
alumno. Ello conlleva a su vez mejora en ortografía, vocabulario, entonación, sintaxis…

- El enfoque hacia el uso de la enseñanza de la lengua es tan importante que la legislación

educativa no olvida remarcar en múltiples ocasiones cómo los aspectos instrumentales del
currículo (los lingüísticos, pero también los matemáticos —razonamiento lógico, inducción,
deducción, agilidad mental…—), al igual que la adquisición del hábito lector, no deben
responder a un planteamiento de área, sino de centro. La legislación pide que se recoja la
importancia de estos aspectos en el Proyecto Curricular de Centro y de Etapa. Ello se debe a la
condición de saber previo o llave que tienen las áreas instrumentales: el desarrollo intelectual
se basa en el dominio de las operaciones cognitivas y el pensamiento, a su vez, se desarrolla
con el lenguaje. Si el alumno falla en la expresión o la comprensión, si no entiende lo que se
le pide o no acierta a expresarlo adecuadamente, está condenado al fracaso.

- Es, pues, fundamental que el área de Lengua y Literatura se enfoque adecuadamente, hacia los
usos reales de la lengua antes que hacia lo teórico; que se trabaje constantemente con los
alumnos en el sentido de ofrecerles continuas pautas de mejora (repasos, refuerzos o
profundizaciones, recuperaciones, puestas al día); que se tiendan puentes interdisciplinares
hacia otros departamentos didácticos concienciando al profesorado de la importancia
fundamental del saber-hacer lingüístico. De hecho, la legislación plantea que los departamentos
de áreas lingüísticas (Cultura Clásica, Francés, Inglés, Lengua, profesores de Español para
extranjeros…) puedan crear un marco de referencia común y establecer unos criterios
didácticos coherentes y consensuados.

Desde un punto de vista más radical, incluso podríamos defender que un cierto enfoque
lingüístico debería estar presente en todas las programaciones didácticas, incluso en las de los
departamentos de las áreas no lingüísticas, y en todas ellas deberían incluirse aspectos de
animación a la lectura, análisis y comentario de texto, expresión oral individual o colectiva
(debates, diálogos), producción de escritos de variada tipología, búsquedas y contraste de
información… Objetivos de centro deberían ser, por ejemplo, el establecimiento de protocolos
comunes de actuación en el macro-campo lingüístico (penalización de expresiones y ortografías
defectuosas, ejercicios para el aumento de vocabulario de las distintas disciplinas, corrección de
las deficiencias lingüísticas detectadas, pautas comunes para la presentación de trabajo escritos
/ orales, etc.) o la atención a aspectos metacognitivos que pasan por lo lingüístico (comprensión
de textos, lectura comprensiva, coherencia y cohesión textuales, técnicas para la toma de
apuntes…).

- Aunque la legislación habla de atender de igual manera la lengua oral y la escrita, la tradición
textualista occidental privilegia de alguna manera la atención hacia la escritura. Será, entonces,
necesario crear escritores competentes capaces de atender eficazmente a las exigencias del

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texto: selección del tema, intencionalidad, planificación, disposición estructural, recursos, tono,
vocabulario, adecuación, coherencia y cohesión, ortografía, estilo…

- En cierta manera, el currículo de Lengua Castellana y Literatura es siempre el mismo en todas

las etapas. Lo que cambia es el grado (graduación, profundidad) y la priorización de
determinadas cuestiones en unos cursos u otros. Partiendo del principio de progresividad de la
enseñanza, el profesor deberá proponer textos progresivamente más complejos (narrativos,
descriptivos y dialogados en primer ciclo; expositivos y argumentativos en segundo ciclo;
científico-técnicos en bachillerato). El planteamiento curricular más adecuado para nuestra área
es probablemente, más que el lineal o de avanzada progresiva, el enfoque concéntrico, con
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círculos cada vez más ampliados que giran sobre un eje. En Lengua más que avance, hay
ampliación de las competencias y habilidades lingüísticas del sujeto.

Para que esa ampliación sea eficaz, es imprescindible que el docente parta del bagaje
lingüístico previo del alumno (evaluación inicial) y que lo asuma. No debe recriminarle sus
carencias, sino ayudarle a paliarlas. El profesor es, así, un ayudador, un acompañante del
aprendizaje del alumno, además de un técnico en su materia. Los textos seleccionados por él,
junto con el uso competente que él mismo hace de la lengua en el aula, cumplen una función
modélica que también colabora a la eficacia de la acción educadora.

2. El área de Lengua Castellana y Literatura en las distintas etapas

educativas

 Educación Infantil

- En infantil no existen las áreas, sino los ámbitos de experiencia, concretamente tres:
“Identidad y Autonomía Personal”, “Medio Físico y Social”, “Comunicación y
Representación”. Los dos primeros, relativos al descubrimiento de sí mismo y del entorno,
apuntan a lo concreto. El último apunta a lo cognitivo, intelectual y abstracto y es,
evidentemente, el más relacionado con el área de Lengua y Literatura.

- El ámbito de “Comunicación y Representación” se entiende como una iniciación del alumno

a las distintas formas de comunicar e interpretar lo real; en definitiva, como una apertura a las
distintas “escrituras” (lenguaje oral, escrito, matemático, musical, plástico y corporal). Se parte
de la idea de que los lenguajes son instrumentos para la expresividad y la relación y sirven de
nexo entre el mundo interior y el exterior. Se trabajan todos los medios expresivos del niño
(llanto, emisiones vocálicas, sonrisas, movimientos, gestos…) y se usan actos de habla de
contenido socializador (saludo, despedida, pregunta-respuesta, etc.). Se hace entender al
alumno que los lenguajes se basan en códigos convencionalmente aceptados. Se insiste en la
función comunicativa, en la intención comunicativa de la inmensa mayoría de las acciones
humanas. También se insiste en la función lúdica y creativa del lenguaje.

 Educación Primaria

- En primaria, existen las áreas y concretamente el área de Lengua, que es una de las seis que
establece el currículo. La complejidad de los saberes transmisibles hace que se pase de la idea

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de ámbito de experiencia (propio de la etapa infantil) a la de área (en primaria y secundaria).

No obstante, el primer ciclo (1º y 2º de Primaria) y el segundo ciclo (3º y 4º) conservan, como
en infantil, un enfoque globalizador (orientado hacia proyectos de trabajo, centros de interés,
rincones, etc.).

- Entre los objetivos generales de la etapa, el f) es el más directamente alusivo al área de

Lengua Castellana y Literatura y habla de “comprender y producir mensajes orales y escritos en
castellano”.

- El currículo de primaria insiste en la instrumentalidad del área: desarrollar la competencia

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comunicativa; aprender a usar la lengua, no la teoría gramatical, sin que ello excluya que el
bloque tercero se dedique a la “Reflexión sobre la propia lengua”, es decir, a la gramática. Y
por supuesto, fomentando en todo momento el hábito lector.

- En cuanto a la comprensión, se insiste en desarrollar una actitud crítica y reflexiva. Y en lo que

se refiere a la expresión, se busca la coherencia, corrección y creatividad en los trabajos
textuales.

- El currículo establece cuatro bloques de contenido: “Comunicación oral”, “Comunicación

escrita”, “Reflexión sobre la propia lengua” y “Lengua y sociedad”.

- Como orientaciones didácticas, se pide: atención a los textos orales de la tradición

(adivinanzas, trabalenguas, refranes); interés por la lectura, la escritura y la dramatización;
atención a los textos literarios; interés por la especificidad de la comunidad autónoma.

 Educación Secundaria

- Se establecen cuatro bloques de contenidos: “Comunicación”, “Lenguaje y sociedad”,

“Estudio de la lengua” y “Literatura”.

- En 1er y 2º curso (primer ciclo), en el bloque de “Literatura”, se estudia el lenguaje literario, la

métrica, las figuras retóricas y los géneros. En 3er curso comienza el estudio de la historia
literaria: literatura medieval, siglos XVI, XVII y XVIII. En 4º curso, literatura de los siglos
XIX y XX (y XXI).

- El currículo propone actividades progresivamente más complejas como: desarrollar temas de

manera ordenada, analizar textos en común, memorizar poemas, recitar, representar situaciones
dialogadas, formular actividades culturales, localizar información en la red, diseñar guiones
radiofónicos, escuchar poemas de cantautores, ver y analizar películas, comentar textos
diversos…

En el análisis textual, pide diferenciar ideas principales y secundarias, hacer síntesis,

integrar informaciones de distintas fuentes; estudiar la adecuación, la coherencia y la cohesión;
usar diccionarios y obras de consulta; utilizar procesadores, cedés, web; reescribir fragmentos,
cambiar situaciones, personajes…

- Propone también analizar y valorar críticamente la avalancha de información que emiten los
medios de comunicación de masas y la información interesada procedente de la publicidad.

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- Considera los textos literarios y periodísticos como lugares privilegiados para tratar la
educación en valores (estereotipos, diferencias de registro lingüístico, etc.) y estudiar usos
correctos e incorrectos del idioma, muletillas, etc.

- Inicia al alumno en el aprecio de la variedad plurilingüe y pluricultural de España y en la

presencia internacional del español (organismos internacionales, español de América y otros
territorios, etc.).

- Al final de la secundaria, el alumno realizará operaciones cognitivas básicas como: resumir,

ampliar, inducir, concluir, confrontar, indagar, investigar. Será capaz de crear textos orales y
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escritos coherentes y cohesionados, con sus partes bien enlazadas, siguiendo el esquema lógico
(introducción-desarrollo-conclusión). Reconocerá tipos textuales, intenciones comunicativas
(convencer, ocultar, engañar, deleitar) y estilos expresivos diferentes (concisos, ampulosos,
cuidados, vulgares, coloquiales, dialectales). Será capaz de variar de registro lingüístico en
función de la situación comunicativa (adecuación al discurso; variedades diatópicas, diafásicas
y diastráticas). Poseerá un vocabulario suficiente para expresarse con matices y riqueza
expresiva y sin ambigüedades. No cometerá faltas de ortografía. Conocerá los principios
gramaticales básicos del uso panhispánico. Comprenderá las normas de la interacción
lingüística y social, siendo capaz de respetar los turnos de intervención, admitir la discrepancia
y manifestar su propia opinión de modo asertivo y fundamentado en argumentos. Entenderá la
importancia de la lengua como soporte del pensamiento, de la literatura como patrimonio
cultural y fuente de placer y enriquecimiento personal, de la lectura como actividad proyectiva
y formadora que favorece el saber, la tolerancia y el autoconocimiento.

 Bachillerato

- Propone el currículo preparar al alumno para la sociedad de la información en la que le toca

vivir, que sea capaz de utilizar con sentido crítico los múltiples recursos que le ofrece. Por ello,
amplía el repertorio de textos (administrativo-laborales: entrevista de trabajo, instancia,
currículum, etc.; textos de los medios de masas: de carácter verbal, iconoverbal o audiovisual;
textos completos: obras literarias o no literarias). El alumno será capaz de discriminar la
fiabilidad de las fuentes documentales (dignas o no de crédito), los intereses a los que sirven,
etc. Conocerá los principales medios de comunicación de masas, las peculiaridades de sus
mensajes (textualidad, iconicidad, impacto visual, servidumbres…).

- El alumno demostrará interés por mantenerse al día en cuestiones de actualidad (lectura de

periódicos y revistas) y desarrollará el gusto por los libros y las bibliotecas, así como el hábito
lector.

- Propone el currículo, de acuerdo con el principio de utilización de técnicas de trabajo práctico,

la realización de pequeñas investigaciones de nivel preuniversitario, usando medios
tradicionales o los recursos que ofrecen las nuevas tecnologías de la información y la
comunicación (incluyendo el uso de procesadores de textos, cedés, páginas web...).

- Propone la participación crítica, solidaria y democrática en la vida social adulta y la

eliminación de usos discriminatorios del lenguaje por razones de sexo, etnia, cultura, religión,
etc.

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- Fomenta el conocimiento de la realidad nacional plurilingüe y el respeto a las distintas lenguas

constitucionales de España. Propone que los textos de autores peninsulares que escriban en
idioma no castellano se transcriban en sus lenguas originales si fuera posible.

- En el bachillerato no existe el ciclo, sino dos cursos separados y, en el caso de nuestra área, con
dos materias complementarias: “Lengua Castellana y Literatura I” y “Lengua Castellana y
Literatura II”. Se distinguen, en los dos cursos, los siguientes bloques de contenidos:
“Información, comunicación y conocimiento”; “Reflexión sobre la lengua”; “Literatura” (E.
Media, Renacimiento y Barroco en 1º Bachillerato; siglos XVIII, XIX, XIX y XXI en 2º
Bachillerato) (N. B.: La división de la historia literaria en el bachillerato no coincide con la
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realizada en la ESO, donde Edad Media, Siglo de Oro e Ilustración se estudian en tercer curso y
los siglos XVIII, XIX y XX en cuarto).

- Al ser una etapa postobligatoria y voluntaria, el bachillerato parte de la madurez del alumno,
de su autonomía de actuación y su capacidad para el análisis crítico de la realidad. Ello
legitima, en el caso de Lengua Castellana y Literatura I y II, un enfoque más exigente con los
discípulos, sin olvidar el carácter instrumental del área, su definitiva orientación hacia el uso y
el necesario equilibrio entre teoría y práctica lingüística.

- El área se enfoque a un continuo trabajo con los textos, si bien se aconseja diversificar el tipo
de ejercicios que se realizan en clase

- Al terminar la etapa, los alumnos serán capaces de expresarse con fluidez, con un vocabulario
amplio y preciso; dominarán la terminología técnica lingüístico-literaria; sabrán expresar sus
opiniones con convicción, asertividad y razonamientos pertinentes. Será exigible la práctica del
comentario de texto a un nivel superior al de la ESO, más profundo y personal. También se
exigirá el análisis lingüístico de oraciones simples y complejas, comprendiendo su arquitectura
interior y sus relaciones (coordinación, yuxtaposición, subordinación); el conocimiento de la
tópica literaria (periodos, autores, obras, movimientos y características; figuras, métrica, mitos;
personajes, etc.); la discriminación de géneros y tipologías textuales (textos persuasivos,
narrativos, poéticos…), con especial atención a los textos literarios, científico-técnicos,
expositivos y argumentativos (que son los que suponen mayor nivel de abstracción y reclaman
más competencia interpretativa). Los alumnos no tendrán problemas de expresión, comprensión
ni interpretación, siendo capaces de utilizar variados registros según la situación comunicativa
en que se hallen y captando la organización estructural de los textos que se les propongan para
el análisis. Serán competentes para crear textos orales y escritos con corrección, coherencia,
cohesión y adecuación.

3. Bibliografía básica

- Embid Irujo, Antonio, Legislación sobre enseñanza. Vol. 1: Normativa básica y enseñanzas
de régimen general, Madrid, Tecnos, 1994.

- Constitución Española, de 27 de diciembre de 1978, BOE nº 311, de 29 de diciembre de 1978.

- Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo (L.O.G.S.E.), 1990.

- Real Decreto 1007/1991, de 14 de junio, por el que se establecen las enseñanzas mínimas
correspondientes a la Educación Secundaria Obligatoria, BOE de 26 de mayo de 1991.

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- Real Decreto 1178/1992, de 2 de octubre, por el que se establecen las enseñanzas mínimas del
Bachillerato, BOE de 21 de octubre de 1992.

- Real Decreto 937/2001, de 3 de agosto, por el que se modifica el Real Decreto 1345/1991, de 6
de septiembre, modificado por el Real Decreto 1390/1995, de 4 de agosto, por el que se
establece el currículo de la Educación Secundaria Obligatoria.

- Real Decreto 938/2001, de 3 de agosto, por el que se modifica el Real Decreto 1179/1992, de 2
de octubre, por el que se establece el currículo del Bachillerato.
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- Ley Orgánica 10/2002, de 23 de diciembre, de Calidad de la Educación (L.O.C.E.), 2002.

- Real Decreto 827/2003, de 27 de junio, por el que se establece el calendario de aplicación de la

nueva ordenación del sistema educativo, establecida por la Ley Orgánica 10/2002, de 23 de
diciembre, de Calidad de la Educación, BOE de 28 de abril de 2003.

- Real Decreto 1318/2004, de 28 de mayo, por el que se modifica el Real Decreto 827/2003, de
27 de junio, por el que se establece el calendario de aplicación de la nueva ordenación del
sistema educativo, establecida por la Ley Orgánica 10/2002, de 23 de diciembre, de Calidad de
la Educación, BOE de 29 de mayo de 2004.

- Proyecto de Ley Orgánica de Educación (L.O.E.), 2005.

- ORDEN de 6 de mayo de 2005, del Departamento de Educación, Cultura y Deporte, por la que
se aprueba el currículo de la Educación Infantil para la Comunidad Autónoma de Aragón, BOA
de 5 de julio de 2005.

- ORDEN de 6 de mayo de 2005, del Departamento de Educación, Cultura y Deporte, por la que
se aprueba el currículo de la Educación Primaria para la Comunidad Autónoma de Aragón,
BOA de 5 de julio de 2005.

- ORDEN de 6 de mayo de 2005, del Departamento de Educación, Cultura y Deporte, por la que
se aprueba el currículo de la Educación Secundaria Obligatoria para la Comunidad Autónoma
de Aragón, BOA de 5 de julio de 2005.

- ORDEN de 6 de mayo de 2005, del Departamento de Educación, Cultura y Deporte, por la que
se aprueba el currículo de Bachillerato para la Comunidad Autónoma de Aragón, BOA de 5 de
julio de 2005.