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PRESENTACION DEL EQUIPO (NIYOSKI)


INTRODUCCION (ELI)

1. LA PALABRA REVELADA
A. DEFINICION
B. REVELACION GENERAL
C. LIMITANTES DE LA REVELACION GENERAL
D. REVELACION ESPECIAL (CARLOS)

2. LA FE CONFIADA
A. DEFINICIÖN (JUAN CENTENO)
B. LA FE NO ES DUDAR SI NO CONFIAR (JUAN)
C. CUALES SON LOS ENEMIGOS DE LA FE Y COMO LOGRAR VENCERLOS
(LOURDES)

3. LA VIDA EN EL ESPIRITU
A. DEFINICION (RUTH)
B. REQUISITOS PARA LA VIDA EN EL ESPIRITU (RUTH)
C. POR QUE NO SOMOS LLENOS DEL ESPIRITU (KEILA)
D. COMO VIVIR LA VIDA EN EL ESPIRITU (YULI)
E. FRUTOS DEL ESPIRITU (FIDEL CONDE)

CONCLUSION (SILVIA)
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La Palabra revelada: Dios se revela a sí mismo en palabras y hechos ¿Qué es la


revelación? La palabra “revelación” proviene de dos términos latinos: el prefijo re
y el verbo velare, y literalmente significa “quitar el velo”, “descubrir”. En sentido
general, se usa para describir el acto de proporcionar información sobre algo
ignorado o secreto. En sentido estricto, se habla de revelación en el ámbito espiritual
para indicar la comunicación que Dios hace a los hombres de cosas que no podrían
llegar a conocer por sí mismos. En particular, se refiere a la comunicación que Dios
hace a los hombres de su ser y plan salvífico. El Evangelio según san Juan viene
en nuestra ayuda: “En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y
la Palabra era Dios” (Jn 1,1). Por lo tanto, la Palabra que Dios ha pronunciado es
su Hijo. Con esta Palabra nos ha dicho todo. El Hijo, la Palabra de Dios ha iniciado
su diálogo con los seres humanos con la creación
La Palabra de Dios ¿En qué sentido decimos que la Biblia es la “Palabra de
Dios”? Hemos dicho que Dios se revela por medio de la Palabra, pero ¿cuál es esa
Palabra? ¿Cuál es el lenguaje propio de Dios? Recordemos que Dios no es un ser
humano, por tanto, su lenguaje “nativo” no está formado por sonidos, sílabas o
palabras como el nuestro.
Podríamos definir la revelación en cuanto palabra como la amorosa comunicación
de Dios y su misterio al hombre para hacerle partícipe de la salvación. No llamamos
“Palabra de Dios” a la Biblia porque creamos que ha salido tal cual de su boca (como
si hubiera sido dictada palabra por palabra) sino porque creemos que en ella se
conserva fielmente la revelación que Dios hace de sí mismo al hombre. La analogía
de la Palabra Cuando usamos el término “palabra” aplicado a Dios, lo hacemos de
forma analógica para indicar la comunicación que nos viene de Dios. El término
“analógico/a” viene de analogía y sirve para indicar una relación de semejanza entre
cosas distintas. Cuando usamos un razonamiento analógico, buscamos entender
una realidad desconocida partiendo de los elementos que ya conocemos. Con el
término “palabra” describimos la comunicación de Dios al hombre porque nosotros
nos comunicamos por medio de palabras, es decir, la palabra es una realidad
humana que conocemos y nos sirve de puente para conocer la realidad de la
comunicación divina. Haciendo esto ponemos de manifiesto que la forma de
comunicarse de Dios tiene algunos elementos en común con la palabra humana,
pero es fundamental tener siempre en cuenta
De igual manera, podemos ver que la Palabra de Dios, como revelación, nace de la
experiencia. La Biblia no ha sido escrita como una obra de pura ficción o análisis
teórico, sino que vino a la luz a raíz de acontecimientos concretos sumergidos en la
experiencia de personas concretas. Los autores de los libros bíblicos no los
escribieron como un ejercicio de reflexión abstracta. Por otro lado, la palabra no solo
nació de una experiencia en el pasado, sino que además sigue adquiriendo nuevos
sentidos para nosotros a través de nuestras experiencias presentes. Podemos decir
que la Biblia es palabra viva escrita en el pasado y vivificada constantemente por la
experiencia del presente. Es decir que la experiencia del presente nos hace verla
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con nuevos ojos. b. Es creadora: La palabra, unida con otras palabras, crea nuevos
sentidos y matices. Por un lado, las mismas palabras pueden unirse en modos
diversos y producir sentidos, ideas y mundos conceptuales diversos.
¿Cómo tener revelación de la Palabra de Dios?
1. La preparación para recibir revelación personal incluye estudiar, meditar y
orar. “El Espíritu Santo no puede traerles algo a la memoria que no hayan
puesto allí en primer lugar”
2. Marchando bajo la Luz de la Revelación en la Palabra de Dios es
fundamentarnos en la enseñanza que la Palabra establece, como doctrina
de vida, y construir sobre ella nuestra forma de ser, nuestra forma de pensar,
nuestra forma de vivir.
3. Entendiendo el valor de cada una de las Palabras que forman la instrucción
de la enseñanza. Por ejemplo, con respecto a la realidad de la resurrección
de los muertos, Jesús enseñó sobre la realidad de la resurrección de los
muertos usando tan solo la expresión ‘Yo soy el Dios de Abraham, y el Dios
de Isaac, y el Dios de Jacob’, “Dios no es Dios de muertos, sino de vivos”,
estableció que los muertos han de resucitar un día, a su venida nuevamente
a la tierra. Debemos aprender a caminar reconociendo que un día
resucitaremos y nos presentaremos ante el Señor, a su venida.
4. Rompiendo es el sentido de que todo hombre y mujer de fe tienen que
‘romper’ con todo nexo con las estructuras de pensamiento del mundo.
Ninguno que no sea capaz de romper el cordón umbilical con el mundo puede
buscar las cosas de arriba donde está Jesús sentado a la diestra del Padre;
ninguno. Nadie puede amar a dos señores; porque o aborrecerá al uno y
amará al otro, o se llegará al uno y menospreciará al otro
5. Viviendo estar bajo la Luz de la Revelación en la Palabra de Dios no es solo
‘conocimiento’ que agregamos a nuestro saber, es mucho más que eso; es
decisión a caminar bajo sus instrucciones, es obediencia, es sometimiento,
es reconocimiento de su Soberanía, es conocerle, es entenderle; conlleva la
decisión de renunciar a la ciudadanía terrena, a renunciar con la identidad
personal; conlleva a no ser aceptados por los demás; conlleva sacrificio,
deshonra, difamación, vergüenza, oprobio, menosprecio, persecución… al
llegar al final de esta enseñanza, ¿estamos dispuestos a caminar bajo la Luz
de su Revelación?

LA VIDA EN EL ESPIRITU La Biblia nos llama a vivir una vida agradable a Dios.
Sin embargo, la misma solamente puede ser alcanzada si aprendemos a vivir en
comunión con el Espíritu Santo. No obstante, la doctrina del Espíritu Santo y su obra
en el creyente es fundamental para comprender la vida cristiana. Cuando nos
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referimos a aprender a vivir en el Espíritu Santo, nos referimos a la necesidad de


todo creyente de someterse al control o a la voluntad de Dios.
Andar en el Espíritu significa tener una Dirección increíblemente Detallada y
Decisiones sin nubosidad. El Espíritu Santo provee instrucciones absolutamente
claras y detalladas a quienes andan en El.
REQUISITOS PARA LA VIDA EN EL ESPIRITU
1. ENTENDER QUE VIVIMOS POR EL ESPÍRITU SANTO DE DIOS. La obra
de la salvación en el creyente es iniciada por la obra del Espíritu Santo y
continúa en él y por él, puesto que Dios nos selló con su Espíritu para que
vivamos por él. El apóstol lo expone en romanos cuando asevera lo que
sigue:
Nuestra vida está ligada a Dios Espíritu Santo. Debemos entender esta verdad, ya
que, el amado Espíritu Santo es más que un poder, un don, una capacitación o una
unción en nuestra vida, es Dios mismo viviendo en nosotros, tal como Jesús lo
prometiera.
2. RENDIR MI VOLUNTAD AL ESPIRITU SANTO. La tarea del creyente
consiste en rendir su voluntad, de manera voluntaria a la obra del Espíritu
Santo de Dios. Pero, tristemente muchos se hallan contristándole (Efesios
4:30) y algunos, asegura Pablo, le apagan en sus vidas. Este Espíritu Santo
tiene todas las buenas cualidades que te puedas imaginar. Te da la fuerza
para soportar las mayores cargas y aflicciones. También te da una guía. Él
conoce el camino que Jesús anduvo cuando estuvo en la tierra. Este es el
camino que te aleja de todas las cosas dañinas y negativas, y te conduce a
aquello que es útil y bueno para tú prójimo, y que te llena de alegría y
satisfacción. Entonces eres completamente feliz. Es algo que todos a tu
alrededor lo notan.
3. DESCANSAR EN LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO. La obra de la salvación
no se inició porque nosotros tomáramos la decisión, sino porque Dios decidió
salvarnos en la eternidad. Por consiguiente, el resultado total de nuestra vida
como creyentes, nunca ha descansado en nosotros, sino en el plan y en el
propósito de Dios. Todo lo que el creyente necesita se encuentra en la obra
del Espíritu Santo. Por consiguiente, el Espíritu Santo no sólo es el iniciador
de la obra salvífica, sino que él mismo es nuestra garantía (las arras) de
nuestra total y completa redención. Él ha venido a hacer morada en nosotros
para poder tener una relación personal con él.
“Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de
Dios. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor,
sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba!.
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Frutos del andar en el Espíritu. Por el andar en el Espíritu, algo increíble sucede:
lo que la Biblia llama los frutos del Espíritu comienzan a crecer en tu vida. Estos son
el amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, entre otros. Gálatas 5:22. Tú,
que antes estabas tan intranquilo, ansioso y con estados de ánimo irregulares,
recibes un mejor "estado de salud." Eres más estable y tienes la capacidad de crear
paz a tu alrededor. Eres feliz y esto se convertirá en una parte natural de tu vida. La
envidia hacia otros llega a su fin. Contrariamente ahora te alegras con los que se
alegran. El amor hace que mis pensamientos se liberen de las exigencias infinitas
del ego. Ahora pienso en los demás y en lo que podría ser bueno para ellos. La
fidelidad se convierte en una parte de la personalidad. Todo lo que ahora dices y
haces es de confianza. Te conviertes en un nuevo ser. Ya no es así como todos
dicen: "Sólo somos humanos", sino que algo totalmente nuevo ha llegado a tu vida,
y ahora piensas y actúas de una manera totalmente diferente a la de antes.
Esto te hace un vencedor. Todas las cualidades crecen por un andar en el Espíritu,
y te llevan al lado soleado de la vida.
Esta es la vida que Jesús vivió en la tierra y que tú como su discípulo también
puedes vivir. Andar en el Espíritu requiere de práctica. En ocasiones las cosas
pueden que no vayan bien, sobre todo al comienzo de una vida cristiana, sin
embargo no hay que perder el valor o pensar que es inútil. En otra traducción llaman
al Espíritu "El Consolador." Nos consuela y nos da más audacia y valor cuando lo
necesitamos. El Espíritu nos acompaña en nuestro caminar y nos da vitaminas justo
cuando las necesitamos, si sólo amamos la verdad.
Está escrito en 2 Timoteo 1:7, "Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía,
sino de poder, de amor y de dominio propio." Andad en el Espíritu y tendrás una
vida plena con muy buenos resultados. Esto no es una filosofía o una teoría.
Actualmente hay muchas personas que han experimentado esto, y que su entorno
puede confirmar que es verdad. Ser llamado creyente, o ser miembro de una iglesia,
religión o partido religioso no soluciona los problemas. Pero andar en el Espíritu
resuelve tanto los conflictos internos como los conflictos con otras personas. Una
vida u oferta mejor que esta no se puede encontrar.
¿POR QUE NO SOMOS LLENOS DEL ESPIRITU SANTO? (KEILA)
Porque somos esclavos del pecado
Es cosa de ver cómo la gente hoy es esclava del dinero, del placer, del poder, de
qué dirán, de sus temores, etc. El único verdaderamente libre es el que conoce a
Jesús.
2. Porque llevamos una vida doble
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3. Porque amamos las cosas del mundo

COMO VIVIR LA VIDA EN EL ESPIRITU


1. Buscando la Santidad
2. Viviendo en la Fe
3. Siendo orantes
5. Viviendo la mayordomo
Mayordomía en:
- Servicio
- Obediencia
- Nuestro diezmo y ofrendas.
Enemigo #1: El miedo, un asesino de la fe
No es difícil entender cómo el miedo puede ser un asesino de la fe. Aquellos que
tienen un miedo extremo a cualquier cosa se enfocarán naturalmente en ellos
mismos y en los problemas que están enfrentando, no en Dios y su disposición a
ayudarlos en su tiempo de necesidad. ¿Hay cosas en esta vida que pueden causar
temor? Ciertamente! La vida diaria tiene su parte de peligros por accidentes,
crímenes, desastres, etc.
En la carta que Cristo envió a la iglesia en Esmirna, Él dio un poco de ánimo a
aquellos que enfrentan tiempos de temor. "No temáis ninguna de las cosas que
estáis a punto de sufrir.
De hecho, el diablo está a punto de arrojar a algunos a la cárcel, para que sean
probados, y tendrán una tribulación de diez días. Sean fieles hasta la muerte, y yo
les daré la corona de la vida" (Apocalipsis 2:10).
Si Dios quiere que estemos en Su Reino, y ciertamente lo quiere, entonces Él es
muy capaz de lidiar con cualquier cosa que nos impida alcanzar esa meta. Por lo
tanto, podemos -y debemos- crecer para tener una fe completa en Él. Eso significa
que debemos buscar Su ayuda para superar el miedo debilitante.
¿Cómo vencer el miedo?
1. Medita en la Palabra de Dios. Así es como se desarrolla la fe que expulsa
el miedo. La Palabra de Dios es la espada del Espíritu.
2. Hablar la Palabra de Dios. Úsala para luchar contra Satanás cada vez que
venga contra ti. Levanta tu escudo de fe y apaga todos sus dardos de fuego.
Di palabras de fe, y el temor se irá.
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3. Reprueba el miedo. Siempre que sientas miedo tratando de venir sobre ti,
no lo aguantes ni por un momento. Diga, "Miedo, te reprendo en el nombre
de Jesús. Ahora vete".
4. Ora en el espíritu. Siempre que te sientas tentado a tener miedo, ansiedad
o preocupación, comienza inmediatamente a orar en el espíritu. Esto
edificará y te traerá una paz sobrenatural.
Enemigo # 2: Sentimientos de indignación
La culpa, la condenación y los sentimientos de indignidad son los principales
enemigos de nuestra fe. El diablo siempre vendrá a acusarte y a recordarte todas
las cosas malas que has hecho. Él es, después de todo, el acusador de los
hermanos.
Cómo vencer los Sentimientos de indignación
La Biblia nos dice que somos la justicia de Dios en Jesucristo. No eres justo por lo
espiritual que eres. No eres justo porque eres una buena persona. No eres justo
porque oras y lees la Biblia. Eres justo porque el sacrificio de Jesús te hizo así.
Cuando crees esto, tu fe es contada como justicia.
“Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que en él nos
convirtiéramos en la justicia de Dios. 2 Corintios 5:21”
Cuando los pensamientos de indignidad aparecen en tu cabeza, necesitas
desecharlos y reemplazarlos con lo que la Palabra de Dios dice de ti.
“Derribando las imaginaciones y toda altivez que se levanta contra el conocimiento
de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia de Cristo. 2 Corintios
10:5”
Enemigo # 3: No caminar en el amor
¿Sabía que la Biblia dice en Gálatas 5:6 que la fe obra por el amor? Si no caminas
en el amor tu fe no funcionará porque Dios es amor.
Cómo caminar en el amor
Todos somos capaces de caminar en el amor todo el tiempo. Dios vive dentro de
nosotros y Él es amor. El amor de Dios vive dentro de nosotros. Es un fruto del
espíritu. Caminar por amor significa negar las tendencias de la carne y elegir ser
gobernado por el amor en su lugar. Mientras más cercana sea tu relación con Dios,
más fácil será caminar en amor.
Ora y pídele a Dios que te ayude a caminar en amor, pídele que te muestre cómo
ver a la gente de la manera en que Él la ve y amarla de la misma manera que Él lo
hace.
Enemigo # 4: Falta de perdón
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La falta de perdón es un obstáculo para tu fe. Cuando eliges no perdonar, eliges


mantenerte cautivo del pasado. Tú escoges mantenerte a sí mismo de seguir
adelante, y escoges mantenerte a sí mismo de vivir la vida de fe que agrada a Dios.
Cómo vencer la falta de perdón
Elija ser obediente a la Palabra de Dios y perdone. La obediencia traerá bendición
a tu vida. Deje de vivir en el pasado. Deje de pensar en lo que pasó y cuánto le
dolió. Entrega todo tu dolor al Señor, pídele que sane tus heridas y elije seguir
adelante. Por último, ora por aquellos que te lastimaron. Bendígalos y hable de la
vida sobre ellos y sus familias.
"Pero os digo a vosotros que me escucháis [a mí y prestáis atención a mis palabras]:
Amad [es decir, buscad desinteresadamente el mejor o más alto bien para] vuestros
enemigos, [haced una práctica para] hacer el bien a los que os odian, 28 bendecid
y mostrad amabilidad a los que os maldicen, rezad por los que os maltratan.Lucas
6:27-28
Enemigo # 5: Dureza de corazón
La dureza del corazón puede tener muchas manifestaciones. Aquí hay algunas:
 Orgullo y egoísmo
 Espíritu de superación
 Prejuicio, prejuicio previo
 Cerrarnos a nosotros mismos de Dios y de los demás
 Ser cínico o escéptico
 No perdonar
 Ceguera espiritual y autoengaño
 Ausencia de un espíritu amoroso y compasivo
Cómo vencer la dureza de corazón
Los muros que construyes para tu protección son los muros que te separan de Dios.
Derriba esos muros, acércate a Dios y pídele que ablande tu corazón. Mantén tu
mente enfocada en Dios y en Su palabra.
Enemigo # 6: Duda e incredulidad
La duda y la incredulidad son grandes enemigos de la fe. Son negativas y son
completamente contrarias a la fe. La duda se define como estar indeciso o escéptico
acerca de algo, tendiendo a no creer. La duda significa ser temeroso, aprensivo o
sospechoso. La incredulidad es no creer o tener una falta de fe. Como puede ver,
no se puede tener incredulidad y fe al mismo tiempo. Nadie es inmune a la duda,
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nos pasa a todos. Incluso le pasó a los grandes hombres de la Biblia como Pedro y
Juan el Bautista. Sólo tenemos que aprender a superarla.
Cómo vencer las dudas y la incredulidad
Cuando pensamientos de duda e incredulidad aparecen en tu mente necesitas
desecharlos y elegir creer en la Palabra de Dios en su lugar. Cuanto más fuerte sea
nuestra fe, menos dudas e incredulidad aparecerán en nuestras vidas. La clave aquí
es alimentar tu fe con la Palabra de Dios.
Enemigo # 7: Ignorancia de la palabra de Dios
Dios nos dice en Su Biblia que Su pueblo perece por falta de conocimiento. La razón
más común de la incredulidad es la ignorancia de lo que la Palabra de Dios tiene
que decir sobre un tema. A veces esto sucede debido a enseñanzas equivocadas o
porque no estudiamos la Biblia nosotros mismos. Si vamos a creer es importante
que conozcamos las escrituras nosotros mismos. Tiene que ser nuestra revelación
y no la revelación de otros.
Cómo vencer la Ignorancia de la palabra de Dios
Lea y estudie la palabra de Dios. Pero antes de hacerlo, tómate un tiempo para orar
y pedirle al Espíritu Santo que te dé el conocimiento y la revelación de Su Palabra.
Tenga mucho cuidado con quien escuchas. Si lo que tu pastor predica o lo que tu
escucha en la televisión o en la radio no se alinea con lo que la Palabra de Dios
dice, entonces no lo escuches. Sea guiado por el Espíritu, Él es nuestro ayudante y
Él te hará saber cuándo algo que tu estás escuchando no está bien.
Enemigo # 8: La mente
La mente es poderosa y a veces es enemiga de la fe. La mente natural no puede
comprender las cosas del espíritu. La mente no puede entender los misterios de
Dios. El acuerdo mental es tratar de tener fe con nuestra mente pero eso no
funciona. La fe debe venir del corazón.
Cómo vencer la mente
Necesitas renovar tu mente con la Palabra de Dios. Si no renueva tu mente,
entonces tu mente siempre confrontará las cosas del espíritu. Y no se conformen a
este mundo, sino que sean transformados y cambiados progresivamente a medida
que maduran espiritualmente por la renovación de tu mente enfocándote en los
valores divinos y actitudes éticas, para que puedas probar por ti mismos, cuál es la
voluntad de Dios, lo que es bueno y aceptable y perfecto [en Su plan y propósito
para ustedes].Romanos 12:2
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