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REQUERIMIENTOS NUTRICIONALES

Las necesidades energéticas en un individuo normal equivalen a la cantidad de energía alimentaria


que compensa su gasto energético total, según su tamaño, composición corporal y grado de
actividad física. En los niños estas necesidades incluyen las asociadas con la formación de tejidos
por el crecimiento. Dado que los niños se encuentran en una etapa de desarrollo y crecimiento de
huesos, dientes, músculos y sangre, necesitan más alimentos nutritivos en relación con su tamaño
que los adultos.

Las ingestas dietéticas de referencia se basan en el actual conocimiento de las ingestas de


nutrientes necesarias para una salud óptima. Existen grandes diferencias entre las necesidades
calóricas del niño y el adulto, así como también entre las diferentes etapas de la infancia, ya que
éstas son mayores en la medida que el crecimiento es más rápido (Mahan, Escott, y Raymond,
2013).

Tanto para niñas como para niños de siete a 10 años de edad, la recomendación de energía es de
alrededor de 70 kcal/kg/ día. Conviene recordar que las necesidades de energía varían de un niño
a otro, de acuerdo con su propio ritmo de crecimiento, actividad física y tamaño corporal
(Bourges, Casanueva, y Rosado, 2008)

 Requerimientos promedio de energía en población escolar sedentaria en ambos sexos.

Primaria baja (1°, 2° y 3° grado de primaria: 1,278 kcal

 Macronutrientes

Según Mahan, Escott, y Raymond (2013), las proporciones energéticas sugeridas en la edad escolar
son:
Para la ingesta energética son del 45 al 65% en forma de hidratos de carbono, del 30 al
40% en forma de grasa y del 15 al 20% en forma de proteínas para niños de 1 a 3 años de
edad, manteniéndose la misma proporción de hidratos de carbono entre los 4 y los 18
años, edades en las que las necesidades de grasas oscilan entre un 25 y un 35%, y las de
proteínas entre un 10 y un 30%. Las cantidades recomendadas de proteína varían según
su digestibilidad y del contenido de aminoácidos esenciales. Las estimaciones de las
necesidades de proteínas hechas por organismos internacionales como la FAO y la OMS,
se han basado en el consumo de proteínas altamente digeribles y de muy buena calidad
(p. 390).

PROTEÍNAS

Según Casanueva (2008), las proteínas son los nutrientes que:

Cumplen la función plástica de conformar los tejidos del organismo, incluido el sistema
nervioso y cerebro, un deficiente consumo puede afectar su desarrollo. Tanto las
recomendaciones estadounidenses como las mexicanas coinciden en sugerir un consumo
de proteínas de alrededor de 1 gramo por kilogramo de peso corporal al día (p. 83).

Según el Institute of Medicine of theNational Academy of Sciences (2002), el Consejo de


Alimentos y Nutrición del Instituto de Medicina de Estados Unidos recomienda un consumo de 19
g / día para los de cuatro a ocho años y 34 g/ día para los de nueve a 13 años (en ambos casos,
corresponde a 0.95 g/kg).

A su vez, las recomendaciones para la población mexicana publicadas en 2008 señalan una
ingestión diaria recomendada de 1 g/kg/ día de proteínas para niñas y niños de uno a ocho años y
para varones de 9 a 13 años, así como 0.95 g/kg/día para niñas de nueve a 13 años (Bourges,
Casanueva, y Rosado, 2008).

LÍPIDOS

De acuerdo a la American Academy of Pediatrics (2000), las grasas o lípidos: son una fuente
concentrada de energía alimentaria; además, facilitan la absorción de las vitaminas A, D y E. Dado
que aún se desconoce el porcentaje de ingestión de lípidos necesario para un crecimiento y un
desarrollo adecuados y que a la vez reduzca el riesgo de ateroesclerosis, el Comité de Nutrición de
la Academia de Pediatría de Estados Unidos y la Asociación Estadounidense de Dietética, elaboró
recomendaciones para los niños mayores de dos años. De acuerdo con ellas, los infantes deben
adoptar de forma gradual una dieta que a los cinco años de edad tenga menos de 300 miligramos
de colesterol por día y que menos de 10% del total de la energía provenga de ácidos grasos
saturados.

Algunos estudios advierten que los lípidos totales en las dietas de niños y adolescentes no deben
estar por debajo de 30% de la energía total, ya que una cantidad menor puede producir falla en el
crecimiento. De igual forma sugieren que las dietas bajas en lípidos donde estos aporten menos de
30% de la energía pueden provocar que los niños tengan un consumo insuficiente de ciertos
nutrimentos. Por otro lado, un exceso en la ingestión de lípidos que proporcionen más de 35% de
la energía puede incrementar el riesgo de obesidad y enfermedades cardiovasculares (Casanueva,
2008).

HIDRATOS DE CARBONO

Según Bourges, Casanueva, y Rosado (2008), las recomendaciones de los hidratos de carbono
deben estar entre el 55 y 63 % de la energía total que requiere el escolar. El 90% debe proceder
principalmente de polisacáridos, es decir los almidones, los cuales se degradan lentamente
durante la digestión y sus azúcares resultantes no se absorben tan rápido. El aporte de mono y
disacáridos puros, azúcares sencillos o refinados, debe ser lo más bajo posible, máximo un 10% de
los CHO de la dieta, ya que actúan como inyecciones de azúcar en sangre, es decir, elevan muy
rápidamente el nivel de glucosa en sangre, y además no producen sensación de saciedad.

 Número de comidas al día

De acuerdo a Tojo y Leis (2007), lo ideal son tres comidas principales: desayuno, comida y cena y
dos pequeñas colaciones, una a media mañana y otra a media tarde. Estas cinco comidas reparten
el aporte calórico diario. El desayuno el 20-25%, la colación de media mañana, aproximadamente
el 10%, la comida del mediodía, el 30-35%, la merienda aproximadamente un 10% y la cena el 20-
25%.

Referencias bibliográficas

American Academy of Pediatrics. (2000). Statement on cholesterol.Pediatrics

Bourges, H., Casanueva, E., y Rosado, J. L. (2008). Recomendaciones de ingestión de nutrimentos

para la población mexicana. México: Medica Panamericana.

Casanueva, E. (2008). Nutriología Médica. México: Medica Panamericana.

Institute of Medicine of the National Academy of Sciences.(2002). Dietary reference intakes for

energy, carbohydrate, fiber, fat, fatty, acids, cholesterol, protein and amino acids

(macronutrients).Washington, DC: NationalAcademyPress.

Mahan , K., Escott, S., y Raymond, J. (2013). Krause Dietoterapia. Madrid: Elsevier.

Tojo R., Leis R. (2007). Manual práctico de nutrición pediátrica: Alimentación del niño escolar.
Madrid: Ergon.

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