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Tema 1

EL NÚCLEO ATÓMICO
1.1. Introducción. 1.2. Constitución del núcleo y del átomo y algunas propiedades del núcleo.
1.2.1. Constitución del núcleo y del átomo. 1.2.2. Algunas propiedades del núcleo. 1.3. Modelos del núcleo.
1.4. Núclidos. 1.5. Radiactividad. 1.5.1. Tipos de procesos radiactivos.1.5.2. Resumen de los diferentes
tipos de radiactividad. 1.5.3. Estudio de la radiactividad en relación con el tiempo.1.5.4. Series radiactivas. 1.6.
Reacciones nucleares. 1.6.1. Reacciones nucleares de bombardeo. 1.6.2. Reacciones nucleares de fisión. 1.6.3.
Fusión nuclear. 1.7. Resumen.

1.1. Introducción
La inclusión de este tema, dedicado a la estructura nuclear y a los procesos nucleares,
en un programa de Química General puede ser discutible, ya que la mayor parte de la Química
está relacionada con la estructura atómica extranuclear. La razón más importante por la que se
ha incluido este tema es que es necesario para tener una visión global de la contaminación
medio ambiental (en la contribución a la misma de los isótopos radiactivos), aspecto obligado
a incluirse, aunque sea de pasada, en una asignatura de Química General. Pero hay también
otras razones que aconsejan incluir este tema: (1) los procesos radiactivos, la determinación de
las características de los diferentes tipos de partículas emitidas en ellos y la utilización de estas
partículas en la investigación química (por ejemplo en el descubrimiento del núcleo por
Rutherford) son hitos fundamentales de la Historia de la Química que ayudan a comprender su
evolución; (2) los isótopos radiactivos tienen cada día mayor ámbito de aplicación, no sólo en
la Química, sino también en la Industria, Medicina, Biología, Agricultura, etc.; (3) las
reacciones nucleares de fisión se utilizan como fuentes de energía en muchos países, entre ellos
España, y las reacciones nucleares de fusión, como fuente de energía controlada, pueden tener
un futuro prometedor y (4), el más importante, la influencia del núcleo, sobre todo a través de
su carga eléctrica, en el comportamiento de los electrones y en las propiedades periódicas de
los elementos. En definitiva, con este tema se pretende que los alumnos adquieran un
conocimiento del núcleo y de los procesos nucleares que les permitan valorar el papel de la
Ciencia nuclear en la Química y la Industria.
En el año 1911 se descubrió la existencia del núcleo en los átomos. El núcleo es una
partícula de tamaño mucho menor que el del átomo, cargada positivamente y que contiene la
mayor parte de la masa de éste. Previamente al descubrimiento del núcleo, en 1897, Thomson
había descubierto los electrones como partículas con carga eléctrica negativa integrantes del
átomo y, en 1904, el mismo Thomson propuso su modelo atómico: un átomo consistía en una
masa positiva uniformemente distribuida en una esfera y en cuyo seno estaban embebidos los
electrones, siendo la carga total de todos los electrones igual a la carga de la masa positiva. Un
símil: podría ser algo así como las pepitas (los electrones) de una sandía embebidos en su masa
carnosa (la masa positiva del átomo) o como un “puding de pasas”. En la Fig. 1 se representa
esquemáticamente el modelo de Thomson para los átomos neutros del elemento litio, que tienen
3 electrones.

R. Varón, M. García-Moreno y M. Ll. Amo-Saus. Departamento de Química-Física. Escuela de I. I. de Albacete.


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-e

+3e
-e -e

Figura 1. Representación esquemática de los átomos neutros del elemento litio, que contienen 3 electrones.
La carga de masa esférica es +3e y la de los 3 electrones -3e, como corresponde a la electroneutralidad del átomo.

Fue intentado demostrar experimentalmente este modelo de Thomson como se


descubrió el núcleo y, por lo tanto, la no validez de este modelo. En el laboratorio de Ernest
Rutherford (1871-1937), Hans Geiger (1882-1945) bombardeó, con partículas α, finas láminas
de oro y observó que éstas, una vez atravesada la lámina, se desviaban muy poco, lo que era
previsible según el modelo de Thomson. Entonces Rutherford sugirió, a instancias de Geiger,
que un joven estudiante insistiera en aquellos experimentos para ver si obtenía ángulos de
desviación elevados. En principio, había poca confianza en conseguir estos ángulos ya que,
debido a la distribución uniforme de la carga positiva, la desviación de las partículas α ,
también positiva, fuera pequeña, sin importancia. Sin embargo, el joven Ernest Marsden (1889-
1970) observó que algunas partículas α se desviaban con ángulos muy grandes, incluso
próximos a 180o y aunque se utilizaran láminas de oro delgadísimas. Rutherford, al intentar
explicar aquellos resultados, llegó a la conclusión, basada en cálculos que se omiten, que la
mayor parte de la masa del átomo se encontraba concentrada en una pequeña partícula positiva,
situada en el centro del átomo. En la Fig. 2 se indican estos resultados.

(A) (B)

Figura 2. Representación esquemática de los experimentos que condujeron al descubrimiento del núcleo.
(A) Lo que debería de ocurrir siempre si los átomos se ajustaran al modelo de Thomson. (B) Lo que ocurría en
realidad: algunas partículas α se desviaban con ángulos muy grandes. Los puntos pequeños indican las partículas
α , la flecha gruesa su dirección y sentido. Las flechas finas y pequeñas la dirección y sentido de las partículas α
desviadas más de 90o. La lámina amarilla representa la lámina de oro. Las líneas finas de puntos las trayectorias
antes y después de atravesar la lámina de oro. Las láminas grises están recubiertas de sulfuro de zinc donde se
produce un destello cada vez que impacta en ellas una partícula α .

Así, en el año 1911 se sabía ya que el átomo estaba constituido por una partícula
positiva, denominada núcleo y por uno o más electrones que, en su conjunto, tenían la misma
carga que el núcleo en los átomos neutros. También en 1911, Rutherford, inmediatamente
después de descubrir el núcleo atómico, propuso un modelo del átomo en que los electrones se
movían en órbitas circulares alrededor del núcleo. Por razones que se verán más adelante este
modelo atómico se descartó a los dos años por inestable. Posteriormente hubo otros modelos,
que, junto con el de Rutherford, se explicarán en el tema siguiente. En esencia, lo que interesa
para el propósito de este tema es que la estructura atómica en todos los modelos, a partir del de

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Rutherford, es la misma: un núcleo con carga positiva y una zona cortical, que es el resto del
átomo, en la que están y se mueven los electrones, de carga negativa y que, en conjunto, tienen
la misma carga que el núcleo en los átomos neutros.

1.2. Constitución del núcleo y del átomo y algunas


propiedades del núcleo.
A continuación, vamos a indicar la constitución de núcleo y algunas de sus propiedades,
obtenidas por diferentes investigadores a partir de 1911.

1.2.1. Constitución del núcleo y del átomo


El núcleo está formado por dos clases de partículas 1: los neutrones, sin carga, y los
protones, con carga positiva, e, igual a 1,6021 x 10-19 C. El número de protones se denomina
número atómico del núcleo (o del átomo) y se denota por Z, mientras que el número de
neutrones no tiene un nombre específico y se denota por N. A los protones y a los neutrones se
les da el nombre genérico de nucleones y al número de éstos que haya en el núcleo se le
denomina número másico del núcleo (o del átomo) y se denota por A. Evidentemente se cumple,
por la definición, que:

A=N+Z (1)

El protón y el neutrón tienen, aproximadamente, la misma masa en reposo,


concretamente: la masa en reposo del protón (mp) es 1,6725 x 10-27 kg y la masa en reposo del
neutrón (mn) es 1,6748 x 10-27 kg. Obsérvese que la masa en reposo del neutrón es solo muy
ligeramente superior a la del protón.
Los nucleones, están unidos por fuerzas de corto alcance, muy intensas, denominadas
fuerzas nucleares y que son siempre de atracción. Entre los protones, además de las fuerzas
nucleares existen las repulsiones colombianas por ser partículas con carga positiva.
A su vez, los electrones del átomo tienen una carga negativa, -e (igual a la del protón en
valor absoluto, pero negativa) y una masa en reposo (me) muy pequeña comparada con la de los
nucleones: me = 9,1091 x 10-31 kg.
En un átomo neutro el número de protones y de electrones coincide. Si un átomo tiene
carga positiva o negativa es porque tiene menos o más electrones, respectivamente, que
protones. Un átomo con carga es un ion monoatómico. Dependiendo de que la carga sea positiva
o negativa se puede llamar también catión monoatómico o anión monoatómico
respectivamente. La notación de la carga de un ion monoatómico es sencilla: se escribe un
número entero seguido del signo + o – según que la carga sea positiva o negativa 2. El número
entero indica los electrones de menos (si la carga del ion es positiva) o de más (si la carga es
negativa) con respecto al número de protones del núcleo. Así, si la carga de un átomo se indica
mediante 2⊕ eso significa que si el número de protones es Z, el de electrones es Z-2 y, por lo

1
Hay una clase de núcleos, los del hidrógeno ordinario o protio, 11 H , que consisten en solo un protón, sin ningún neutrón.
2
El signo + ó – suele encerrarse en un círculo (aunque esto no es una norma establecida) por las razones que más adelante se explicarán. En
este curso utilizaremos muy frecuentemente un círculo rodeando el signo cuando se trate de indicar cargas totales de iones o cargas formales
de átomos, como se verá en temas posteriores.

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tanto, la carga neta del átomo es 2e. Si, por ejemplo, la carga de un átomo se indica mediante
3  eso significa que, si el número de protones es Z, el de electrones es Z+3 y por lo tanto, la
carga neta del átomo es -3e.

1.3. Modelos del núcleo


Cuando se establece un modelo de un sistema se hace pensando en facilitar su estudio
debido a las simplificaciones que el modelo aporta. El descubrimiento del neutrón 1 en 1932,
permitió establecer el modelo protón-neutrón y desechar un modelo anterior, denominado
modelo protón-electrón, que suponía que el núcleo estaba formado por protones y electrones.

1.4. Núclidos
Se denomina núclido o nucleido al conjunto de todos los átomos con núcleos de la
misma composición, núcleos idénticos, con el mismo N y Z. Un núclido se denota por ZA X ,
donde X es un símbolo que depende del valor de Z y que consta de una, dos o tres letras, la
primera mayúscula. A cada símbolo X corresponde un nombre y, como se ha dicho, un valor
de Z. Así, si X es C, el nombre correspondiente es carbono y el valor de Z es 6. Algo más
adelante se dará otro significado a X. Hemos dicho que el símbolo X depende del valor de Z y
también, el de Z depende del símbolo X, de manera que si se conoce el símbolo X, se puede
omitir el valor de Z, aunque ponerlo evita el trabajo de tener que buscar en la tabla de correlación
X-Z. Por lo tanto, un núclido se puede representar también por A X . Así, por ejemplo, 126 C o,
más sencillamente, 12 C representa al conjunto de todos los átomos que contienen en su núcleo
6 protones y, ya que A = N+Z = 12, 6 neutrones. Se ha escrito C en lugar de X porque a Z=6 le
corresponde el símbolo C. Un núclido se puede también representar mediante nombre
correspondiente al símbolo X-A. Por ejemplo, el núclido 126 C (o 12 C ) se puede también denotar
1
mediante carbono-12. Algunos núclidos tienen un nombre especial, éstos son el 1 H (o 1 H ) ,
2
1 H (o 2 H ) y 13 H (o 3 H ) que se denominan, respectivamente, hidrogeno ordinario (o protio),
2 3
deuterio y tritio. Además, el 1 H y el 1 H pueden también denotarse mediante D y T,
respectivamente. Es buen momento para indicar que el núcleo de cualquier átomo del deuterio
(que consta de un protón y un neutrón) se denomina deuterón y se denota mediante d. A su vez,
el núcleo de cualquier átomo del tritio (que consta de un protón y dos neutrones) se denomina
tritón y se denota mediante t.
Hay que hacer algunas observaciones más, que serán útiles después. Recuérdese que el
número atómico de un núcleo (y de un átomo) es el número de protones del núcleo y se
representa mediante Z. Pero también Z denota el número atómico de un núclido, que es, en
definitiva, el número atómico de cualquiera de sus átomos o del núcleo de cualquiera de sus
átomos. En resumen, el término número atómico, denotado mediante Z, puede aplicarse, por
ahora, tanto a un núcleo, como a un átomo, como a un núclido. Lo mismo puede decirse del

1
Fue intuido por Rutherford en 1920 y descubierto experimentalmente por James Chadwick (1881- 1974) en 1932.

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número de neutrones, N y del número másico, A. En resumen, la notación ZA X (o A X ó nombre


de X-A) representa tanto a un núcleo (o conjunto de núcleos) con Z protones y A nucleones (A-
Z neutrones), como a un átomo neutro (o conjunto de átomos neutros) con Z protones y A
nucleones (A-Z neutrones) en su núcleo, como a un núclido cuyos átomos tengan número
atómico Z y número másico, A. A qué se está refiriendo uno en cada caso será evidente del
contexto en que se utilice.
El número de núclidos conocidos es algo mayor de 1500, de los que 340 son naturales
y los demás se han obtenido artificialmente, son artificiales. A su vez, 274 núclidos son
estables, pero la mayoría son radiactivos o inestables 1. Son artificiales todos los núclidos con
Z > 92 y además, los núclidos correspondientes a Z = 43 y a Z = 61. Para los demás valores
de Z, el núclido puede ser natural o no dependiendo del valor de A. A su vez, todos los núclidos
con Z > 83 son radiactivos y además todos los correspondientes a Z = 43 y Z = 61. Para los
demás valores de Z, el núclido puede ser inestable (radiactivo) o no dependiendo del valor de
A. Un núclido natural puede ser o no radiactivo (inestable). Por ejemplo el carbono-12 y el
carbono-14 son naturales, el primero es estable y el segundo radiactivo (inestable). Los núclidos
artificiales conocidos son radiactivos. En la Fig. 3 se resumen las consideraciones anteriores.

1 43 62 84
Z
93

Núclidos artificiales
Núclidos naturales o artificiales dependiendo de los valores de Z y de N
Núclidos radiactivos
Núclidos estables o radiactivos dependiendo de los valores de Z y de N

Figura 3. Representación esquemática, no a escala, de los núclidos que son naturales, artificiales, estables y
radiactivos. Los núclidos con Z < 93 son naturales, excepto los de Z = 43 y Z =61, los demás son artificiales o
sintéticos. Los núclidos con Z > 83 y aquellos con Z = 43 y 61 son radiactivos. Los núclidos con Z < 84 pueden
ser estables o no, dependiendo de los valores de Z y N, excepto los núclidos con Z = 43 y 61, que son radiactivos.

Los núclidos se representan mediante puntos en un diagrama neutrón - protón (N en el


eje de ordenadas y Z en el de abscisas), también conocida como carta de Segrè (en la Fig. 4 se
sitúan algunos núclidos en un diagrama de Segrè esquemático). En este diagrama las
coordenadas de cada punto son el número de neutrones y de protones del núcleo de los átomos
del núclido representado por ese punto. Nótese que al aumentar Z, en líneas generales, aumenta
la relación N/Z. Este exceso de neutrones es necesario para estabilizar la repulsión culombiana
entre los protones que tiende a romper el núcleo.

1
Decir que un núclido es estable o inestable (radiactivo) equivale a decir que lo son los núcleos de sus átomos. La radiactividad de un núclido
se explicará más adelante.

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160

140
A = 140
120
N =Z

N =Z N =Z
Número de neutrones, N

100

Número de neutrones, N
A = 100

80

60
A = 80
40

20

0 0
0 20 40 60 80 100 120 0
Número de protones, Z Número de protones, Z

Figura 4. Esquema del diagrama de Segrè. (A) En este diagrama de Segrè se han representado sólo unos pocos
núclidos. El lector es muy libre de representarlos todos. Los núclidos representados son 11 H , 21 H , 31 H , 126 C , 136 C
14
6C y 238
92 U . Es habitual, al representar los núclidos, distinguir, como se ha hecho en la Figura, los estables
(círculos llenos) de los inestables (círculos vacíos) o radiactivos. En la mayoría de las cartas de Segrè, además, se
distingue entre los distintos tipos de radiactividad de los núclidos inestables. Los núclidos cuyos puntos
representativos estén situados sobre las líneas verticales, horizontales o de pendiente -1 se denominan núclidos
isótopos, isótonos e isóbaros, respectivamente. (B) Una grosera aproximación de una carta de Segrè con fines
solamente cualitativos. Una carta de Segrè completa y actualizada puede encontrarse en la mayoría de los textos
de Física Nuclear. Obsérvese que al aumentar Z aumenta muy considerablemente la relación N/Z.

Los núclidos se clasifican en las siguientes categorías:


a) Núclidos isótopos: Se llaman núclidos isótopos a los que tienen el mismo valor de Z. Los
núclidos isótopos están situados, en la carta de Segrè, sobre rectas perpendiculares al eje Z. Por
ejemplo los núclidos 126 C , 136 C y 146 C son isótopos; los núclidos 137 N y 147 N son núclidos
isótopos.
Este es el momento para introducir una definición conceptual, no operacional 1, de
elemento. Un elemento es el conjunto de todos los átomos que tengan el mismo número de
protones en el núcleo, esto es, el mismo valor de Z. Por lo tanto, un elemento está formado por
los átomos de todos los núclidos isótopos correspondientes a un mismo valor de Z, el número
atómico de estos isótopos. Por lo tanto cada una de las rectas del diagrama de Segrè
perpendiculares al eje de abscisas representa un elemento. Un elemento se caracteriza por el
correspondiente valor de Z, que se denomina número atómico del elemento.
En resumen, lo que tienen en común los átomos de un elemento es que el número de
protones de todos ellos es el mismo, pudiendo ser el de neutrones diferentes. Aquellos átomos
de un elemento que tengan el mismo número de protones pertenecen, evidentemente, a un
mismo isótopo. Cada uno de los posibles valores de Z está asociado a un elemento. Un elemento
se representa mediante un símbolo, X, que consta de una, dos o más letras (la primera siempre
1
La definición operacional de elemento es: Un elemento es una sustancia que no puede descomponerse en otras por métodos químicos
habituales (los métodos químicos habituales no incluyen procesos nucleares).

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mayúscula) y tiene un nombre cuyo origen es muy diferente. En cualquier Sistema Periódico
se indica la relación entre el valor de Z y el símbolo, así como el nombre correspondiente al
símbolo.
Ahora puede decirse ya que el símbolo general X utilizado en la notación de los núclidos
es el símbolo correspondiente al elemento del cual es isótopo el núclido. Así mismo, el nombre
de X es el nombre del elemento denotado por X. Por ejemplo, los núclidos 126 C , 136 C y 146 C son
13 14
isótopos del elemento C (carbono) y los núclidos 7 Ny 7 N son isótopos del elemento N
(nitrógeno).
Obsérvese que todo núclido es isótopo de algún elemento, por esta razón los términos
núclido e isótopo se utilizan indistintamente. Así, por ejemplo, puede decirse el isótopo carbono
-12 (o 126 C o 12 C ) o el núclido carbono -12 (o 126 C o 12 C ) 1. Los isótopos de un elemento pueden
ser todos naturales (por ejemplo, los isótopos del H), o una mezcla de isótopos naturales y
artificiales (los isótopos de casi todos los elementos naturales) o bien todos artificiales (los de
los elementos con Z > 92, con Z = 43 y Z = 61, indicados en la Fig. 3). Un elemento se llama
natural si al menos uno de sus isótopos es natural, no producido artificialmente. En caso
contrario el elemento es artificial. A veces se lee que tal o cual elemento es estable o que es
radiactivo (inestable). Este uso no es correcto. La categoría de estable o radiactivo se refiere a
un núclido, no a un elemento 2.
Actualmente se conocen 118 elementos, de los que 90 son naturales (aquellos con Z ≤ 92
excepto el tecnecio (símbolo Tc y Z = 43) y el promecio 3 (símbolo Pm y Z = 61) y el resto
artificiales.
La palabra isótopo deriva del hecho de que en el Sistema Periódico cada elemento ocupa
un sitio fijo asociado a su valor de Z y, por lo tanto, si hubiese que situar sus isótopos habría
que hacerlo en el mismo sitio (isótopo) que el elemento.
En la Fig. 5 se indica esquemáticamente el núclido 12 H y el elemento H. Obsérvese el
hecho importante de que todos los átomos de un núclido son idénticos (excepto quizás en la
energía de sus átomos), mientras que los de un elemento, en general, pueden diferir en el número
de neutrones. Este hecho será importante a la hora de definir conceptualmente, más adelante, la
masa atómica de un núclido y la masa atómica de un elemento.

2
1 H H

1
Un símil podría ser el siguiente: Toda persona (el isótopo en nuestro símil) tiene una nacionalidad, pertenece a un país (el elemento en nuestro
símil) y por eso podría decirse igualmente: “por ahí va una persona…..” o “por ahí va un ciudadano de Italia…”
2
La estabilidad y la radiactividad de los núcleos (y por tanto de los núclidos cuyos átomos tengan esos núcleos) se verá en este mismo tema
más adelante.
3
o prometio.

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Figura 5. A la izquierda, representación esquemática del núclido 12 H (deuterio), uno de los isótopos del elemento
hidrógeno. A la derecha representación esquemática del elemento hidrógeno que consta de los isótopos 11 H , 12 H
y 13 H (en la proporción 5000:1 los dos primeros y sólo trazas del tercero).

b) Núclidos isótonos: Son núclidos isótonos los que tienen el mismo valor de N. Los núclidos
isótonos están situados sobre rectas perpendiculares al eje N. Por ejemplo, los núclidos 126 C
13
7 N son núclidos isótonos.

c) Núclidos isóbaros: Son aquellos núclidos que tienen el mismo valor de A. Están situados
sobre las rectas de ecuación N + Z = constante (la constante es el valor de A correspondiente).
Por ejemplo, los núclidos 146 C y 147 N son núclidos isóbaros.

d) Núclidos isómeros: Son núclidos que difieren sólo en el contenido energético del núcleo.
Un núcleo tiene una energía mínima, llamada energía fundamental, e infinitos posibles estados
excitados. Un núcleo o un átomo cuyo núcleo esté en un estado excitado se denota mediante
A *
ZX
. Igual se denota un núclido cuyos átomos estén en un estado excitado. Ejemplos de
238 238
núclidos isómeros son 92 U y 92 U * . En la carta de Segrè N-Z no pueden representarse los
núclidos isómeros. Haría falta añadir un tercer eje correspondiente a la energía, como se ha
hecho en la Fig. 6. para explicar la radiactividad α .
Una vez establecido el concepto de núclido y de elemento se pueden ya definir otros
conceptos importantes.

1.5. Radiactividad
Para cada valor de Z ≤ 83 (excepto para Z=43 y Z=61) hay uno o más núclidos cuya
relación N/Z es la adecuada para que los mismos sean estables, y otras relaciones N/Z que
conducen a núclidos inestables. Para Z > 83 todas las relaciones N/Z son tales que los núclidos
son inestables. Un núclido puede ser inestable porque N/Z sea demasiado grande o demasiado
pequeño con respecto a la relación N/Z que para el mismo Z implica estabilidad. Los núcleos
inestables emiten, espontáneamente, una o más partículas ligeras de alta energía, se
desintegran 1, transformándose en otros núcleos de distinta relación N/Z que pertenecerán
entonces a otros tipos de átomos y a otros núclidos. Si esta nueva relación corresponde a núcleos
estables, el proceso se detiene, si no es así, el proceso continúa. Cuando un núcleo se desintegra
queda, en general, en un estado excitado y pasa a un estado de energía menor o al estado
fundamental mediante la emisión de uno o más fotones. Un núcleo que emite fotones puede no
emitir ya otras partículas, es decir estar simplemente en uno de los posibles estados excitados
en los que puede estar un núcleo, o bien puede, además de emitir uno o más fotones, seguir
desintegrándose emitiendo otras partículas diferentes al fotón.

1
Debido a la influencia de las películas de acción, donde suelen decir cosas como. “este dispositivo se desintegrará en 10 s” y, en efecto, a los
10 s hay una terrible explosión y el dispositivo se hace añicos, no quedando nada de él, se puede pensar que la desintegración de un núcleo
es algo similar, donde el átomo que se desintegra desaparece. No es eso, en la desintegración de un núcleo éste se transforma en otro muy
similar, después de emitir una o más partículas ligeras.

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Se denomina radiactividad, o desintegración radiactiva, a la emisión espontánea de


partículas por los núcleos de ciertos núclidos. Si los núclidos 1 radiactivos son naturales, la
radiactividad se denomina radiactividad natural, y, si por el contrario, los núclidos radiactivos
son artificiales, obtenidos en los laboratorios o en los reactores nucleares, la radiactividad se
denomina radiactividad artificial.
En definitiva, la radiactividad es una forma de estabilización de los núcleos. Cuando
para un núclido la relación Z 2/A ≥ 47,8, otro modo de estabilización espontánea del mismo es
la fisión nuclear, es decir, la división espontánea de sus núcleos en dos fragmentos, que serán
núcleos de átomos de otros núclidos, de masa comparable. En estos casos, la desintegración
radiactiva y la fisión nuclear natural son procesos competitivos que se dan simultáneamente.
La fisión nuclear puede provocarse artificialmente en determinados núcleos que
espontáneamente no se fisionarían.

1.5.1. Tipos de procesos radiactivos

A continuación se detallarán las características de los diferentes tipos más importantes


de desintegración radiactiva que son: radiactividad α , radiactividad β − (o simplemente
radiactividadβ ), radiactividad β + , captura electrónica C.E. (también llamada captura K),
emisión de neutrones y radiactividad γ .

Desintegración α

Consiste en la emisión, por un núcleo, de una partícula positiva que consta de 2 protones
y 2 neutrones y que se denomina partícula α. Una partícula α es, de acuerdo con su
4
composición, el núcleo de los átomos del núclido 2 He . El esquema de la desintegración α es
el siguiente:

A
Z X → A-4
Z -2 Y + 24 He (2)

Los núcleos que experimentan este tipo de desintegración tienen un valor de la relación
N/Z mayor que la unidad. Mediante la desintegración α se consigue incrementar la relación N/Z,
en efecto, es fácil demostrar, teniendo en cuenta que N > Z, que:
N −2 N
> (3)
Z −2 Z
pues para que se cumpla la inecuación se ha de cumplir que (N-2)Z >(Z-2)N o, después de
cancelar NZ en ambos miembros, que -2Z > -2N, que equivale a al inecuación Z < N, lo que es
cierto.

1
Cuando nos referimos a un núclido diciendo que es estable, inestable, etc., queremos indicar que los núcleos de los átomos que pertenecen a
ese núclido son estables, inestables, etc.

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Desintegración β −
Consiste en la transformación de un neutrón en un protón en el núcleo inestable, según
la ecuación:

n → p + e− + ν (4)

donde n y p denotan el neutrón y el protón 1 respectivamente. Mediante e- se denota el electrón


negativo o negatrón (o simplemente electrón) que participa en este proceso y ν denota una
partícula denominada antineutrino, que es necesaria para la conservación del momento y de la
energía en el proceso (4). El esquema de desintegración que incluye a los núcleos es:
A
Z X → ZA+1 Y + e − + ν (5)

Una desintegración β − transforma un núclido en otro núclido isóbaro de número


atómico una unidad mayor. La transformación β − consigue disminuir la relación N/Z, ya que Z
aumenta en una unidad pasando a Z+1 y N disminuye en una unidad pasando a N-1 y N/Z >
(N-1)/(Z+1).

Desintegración β +
Consiste en la transformación de un protón en un neutrón en el núcleo inestable, con lo
cual el número atómico del núcleo, Z, disminuye en una unidad, pasando a Z-1, el número de
neutrones, N, aumenta en una unidad pasando a N+1, mientras que el número másico, A, no
varía. Este proceso se indica mediante la ecuación:

p → n + e+ + ν (6)

La partícula e + , denominada positrón, es la antipartícula del electrón y difiere de él solo en el


signo de la carga. La partícula denotada mediante ν se denomina neutrino. El antineutrino es
la antipartícula del neutrino y viceversa. Normalmente se emplea la palabra neutrino para
designar tanto a un neutrino como a un antineutrino 2. El esquema de desintegración β + es:
A
Z X → ZA−1 Y + e + + ν (7)

Una desintegración β + transforma un núclido en otro núclido isóbaro de número atómico una
unidad menor. La transformación β + consigue aumentar la relación N/Z, ya que Z disminuye
en una unidad pasando a Z-1 y N aumenta en una unidad pasando a N+1 y N/Z < (N+1)/(Z-1).

La teoría de las desintegraciones β − y β + se debe a Fermi, que incorporó a la teoría la


hipótesis de la existencia del neutrino. Su suposición básica es que el electrón y el antineutrino,
en la desintegración β − , y el positrón y el neutrino, en la β + , se crean en el interior del núcleo

1
En algunos textos el protón se denota mediante p+ ya que, en efecto, esta partícula es positiva. Pero como el antiprotón, de carga negativa, no
entrará en escena en este curso, lo denotaremos simplemente mediante p.
2
El antineutrino, ν es la antipartícula del neutrino, ν . El neutrino y el antineutrino se diferencian sólo en la helicidad. En un neutrino el
momento lineal y el spin, que tienen la misma dirección, son de sentidos opuestos, mientras que en un antineutrino tanto la dirección como
el sentido de ambos vectores son los mismos. Se dice que el neutrino tiene helicidad -1 y el antineutrino +1. La masa en reposo de estas
partículas es muy pequeña, del orden de una milésima la del electrón y, en la práctica, suele tomarse como cero.

R. Varón, M. García-Moreno y M. Ll. Amo-Saus. Departamento de Química-Física. Escuela de I. I. de Albacete.


11

en la transformación de un neutrón en un protón o viceversa, de forma muy semejante a como


un fotón surge en una transición electromagnética entre los niveles energéticos de un núcleo o
de un átomo.

Captura electrónica (C.E.) o captura–K


Consiste en la captura, por un protón del núcleo de un átomo, de un electrón de la capa
K del mismo1 con lo cual el número atómico del núcleo, Z, disminuye en una unidad, pasando
a Z-1 mientras que el número de neutrones, N, aumenta en una unidad pasando a N+1, y el
número másico, A, no varía. Este proceso se indica mediante la ecuación:

p + e − (de la capa K del átomo) → n + ν + fotón de rayos X (8)

El esquema de la captura electrónica (C.E.), referido a los núclidos involucrados es:


A
Z X → ZA−1 Y + ν + fotón de rayos X (9)

Una C.E. transforma un núclido en otro núclido isóbaro de número atómico una unidad menor.
La captura electrónica consigue aumentar la relación N/Z, ya que Z disminuye en una unidad
pasando a Z-1 y N aumenta en una unidad pasando a N+1 y N/Z < (N+1)/(Z-1).

Emisión de neutrones
Este proceso radiactivo es muy raro en la naturaleza, pero no en los fenómenos
radiactivos provocados, como los que, por ejemplo, tienen lugar en la fisión nuclear. Consiste
en la emisión espontánea por parte de un núcleo, cuya relación N/Z sea muy grande, de uno o
más neutrones.
El esquema de este proceso es:
A
Z X → ZA− r X + r neutrones (10)

Una emisión de neutrones transforma un núclido en otro núclido diferente pero isótopo
del mismo elemento X. La emisión de r neutrones disminuye la relación N/Z ya que Z no varía
y N disminuye pasando a N-r.

Desintegración γ
Es el medio que tienen los núcleos en un estado excitado para pasar a un estado de menor
energía o al fundamental, es decir, de desexcitarse, sin que varíen ni Z ni N ni, por lo tanto, A.
Consiste en la emisión de uno o más fotones de alta energía por parte de un núcleo. Este tipo
de desintegración puede representarse mediante el esquema:
A
Z X* → ZA X + γ (11)

1
La capa K de un átomo es una forma de llamar al nivel de menor energía de los electrones. Los electrones de un átomo tienen diferentes
niveles de energía. Los dos electrones que menos energía tienen se dice que son de la capa K, los siguientes ocho electrones de más energía
de la capa L, etc.

R. Varón, M. García-Moreno y M. Ll. Amo-Saus. Departamento de Química-Física. Escuela de I. I. de Albacete.


12

La desintegración γ no varía la relación N/Z, ya que ni Z ni N varían.

La desintegración γ suele seguir o producirse a la vez que otros tipos de


desintegraciones. Un símil podría ser el siguiente: un individuo cargado de piedras es muy
inestable pues cualquier movimiento puede tirarlo. Decide deshacerse de algunas piedras, con
lo cual se estabiliza cada vez más pero el esfuerzo de lanzar estas piedras lo cansa, y suspira.
El suspiro es una forma de desexcitarse. El suspiro sería como un fotón. El suspiro no cambia
al individuo, lo deja como estaba, pero ha conseguido desexcitarlo algo o totalmente. Es sólo
un símil y como todos los símiles a lo largo de este texto no hay que tomarlo al pie de la letra.
Las desintegraciones, como reacciones nucleares que son, cumplen todas las leyes de
conservación de éstas. Más adelante en este tema se tratará de las leyes de conservación en los
procesos radiactivos.

1.5.2. Resumen de los diferentes tipos de radiactividad


En la Fig. 6 se indica, en un diagrama de Segrè al que se ha añadido un eje representado
la energía, los núclidos involucrados en los diferentes tipos de radiactividad. En la Tabla 1 se
resumen las características de cada una de estas radiactividades y se representan
esquemáticamente las partículas implicadas en los diferentes procesos de radiactividad.

emisión de neutrones desintegración α


Energía

desintegración β −

N
desintegración γ
desintegración β + y C.E.

Z
desintegración una unidad
de N o Z
N

Figura 6. Representación esquemática de la posición relativa en un diagrama de Segrè de los puntos


representativos de los núclidos involucrados en los diferentes tipos de procesos radiactivos. Al diagrama de
Segrè se ha añadido un eje para la energía con el fin de poder representar la desintegración γ

R. Varón, M. García-Moreno y M. Ll. Amo-Saus. Departamento de Química-Física. Escuela de I. I. de Albacete.


13

Tabla 1
Resumen de las características de los diferentes tipos de radiactividad estudiados y representación esquemática de
los diferentes tipos de radiactividad.

¿Cómo varía
Radiactividad Causa Esquema general la relación
N/Z?

El núcleo emite una


partícula constituida A
Z X → A-4
Z-2 Y + 42 He
α por 2 protones y 2
neutrones, es decir, un partícula α
Aumenta
núcleo del isótopo
4
2 He

Un neutrón se A
Z X → ZA+1 Y + e − + ν
β−
transforma en un
protón y se emite un Disminuye
e− ν
electrón y un
antineutrino

Un protón se
A
Z X → ZA−1 Y + e + + ν
β+ transforma en un
e+
Aumenta
neutrón y se emite un ν
positrón y un neutrino

El núcleo captura un
electrón de la capa K
del átomo con lo que
un protón se
A
Z X → ZA−1 Y + ν + fotón de rayosX
transforma en un
neutrón. El “hueco” ν
Captura-K que deja el electrón
fotón de rayos X
Aumenta
capturado es ocupado
por un electrón de un Se han representado solo unos
pocos electrones que se mueven en
nivel de energía torno al núcleo
superior y la diferencia
se emite como un fotón
de rayos X

A
Z X → ZA− r X + r neutrones
Emisión de
El núcleo emite Disminuye
(r) neutrones
neutrones

Un núcleo en un estado
A
Z X * → ZA X + γ
γ excitado se estabiliza No varía
emitiendo un fotón fotón de rayos γ

R. Varón, M. García-Moreno y M. Ll. Amo-Saus. Departamento de Química-Física. Escuela de I. I. de Albacete.


14

1.5.3. Estudio de la radiactividad en relación con el tiempo


A continuación se van a introducir y definir varias magnitudes que relacionan la
radiactividad con el tiempo.

Constante de desintegración radiactiva


Consideremos una muestra que contenga inicialmente un elevado número de átomos,
N0, de un núclido radiactivo que se desintegran según un único proceso que esquematizaremos
por:
A
Z X → otras partículas (12)

Sea N el número de átomos 1 (o de núcleos) del núclido radiactivo que, en el instante t,


aún no se han desintegrado y supongamos que entre los instantes t y t + dt se desintegran -dN
átomos 2. Se puede afirmar que esos dN átomos han "vivido", esto es, han permanecido sin
desintegrarse, un tiempo t y que se han desintegrado en un tiempo dt. La velocidad de
desintegración radiactiva es pues -dN/dt y se ha demostrado experimentalmente que es
directamente proporcional a N:

dN
− λN
= (13)
dt
La constante de proporcionalidad, λ , en la ec. (13) se denomina constante de desintegración
radiactiva y tiene un valor específico para cada núclido radiactivo. Esta constante no depende
ni de la presión ni de la temperatura. De la ec. (13) resulta que λ se puede escribir como:

dN

λ= N (14)
dt
ecuación que facilita la interpretación de la constante de desintegración radiactiva como la
fracción de átomos del núclido que se desintegran por unidad de tiempo y establecer que se
mide en (unidad de tiempo)-1. Por ejemplo, decir que la constante de desintegración radiactiva
de un núclido es igual a 0,083 años-1 significa que cada año se desintegra una fracción de átomos
del núclido igual a 0,083 o, lo que es lo mismo, el 8,3 %. Otra interpretación equivalente de λ
es la probabilidad de que cualquier átomo del núclido radiactivo se desintegre. La probabilidad
es la misma para todos los átomos. En el ejemplo anterior, la probabilidad de que un átomo (el
núcleo del átomo realmente) se desintegre en un año es 0,083. El hecho de que haya una
probabilidad, mayor o menor, de que un átomo se desintegre no implica que necesariamente se
desintegre o, dicho con otras palabras, hay átomos del núclido radiactivo que no se desintegran
nunca, por mucho tiempo que pase. Otro aspecto muy importante a tener en cuenta es que

1
Ahora se utiliza N para denotar el número de átomos de un núclido radiactivo en un instante determinado. Antes se utilizó N para el número
de neutrones de un núcleo. El problema es que hay menos letras y caracteres disponibles que magnitudes.
2
-dN es una cantidad positiva ya que dN es negativo pues el número de átomos sin desintegrar disminuye con el tiempo.

R. Varón, M. García-Moreno y M. Ll. Amo-Saus. Departamento de Química-Física. Escuela de I. I. de Albacete.


15

debido a la constancia de λ , la probabilidad de desintegración de los átomos del núclido no


aumenta ni disminuye con el tiempo, es siempre la misma.
Es importante observar que el proceso de desintegración radiactiva es un proceso
aleatorio. No se puede saber cuándo un átomo concreto se va desintegrar, pero sí, estudiando el
conjunto de todos los átomos, cuál es la fracción de átomos que se van a desintegrar en la unidad
de tiempo. Este estudio estadístico requiere, por supuesto, que el número de átomos de la
muestra del isótopo radiactivo sea alto. Otro símil: si se tira una moneda al aire y se deja caer,
no hay forma de saber si va a salir cara o cruz, aunque se sabe que la probabilidad de cada uno
de estos eventos es ½ (salvo que la moneda esté trucada), como no hay forma de saber cuándo
un átomo de un núclido radiactivo se va a desintegrar, aunque se sabe que la probabilidad de
que ocurra es λ . Sigamos con el símil: si en vez de tirar al aire una moneda, se tira muchas
veces, N0 veces (o se tiran N0 monedas) es estadísticamente seguro que una fracción de veces
igual a ½ saldrá cara y una fracción igual cruz. De la misma manera, si en lugar de 1 átomo del
núclido, tenemos un número muy grande de átomos, N0, la fracción de átomos que se
desintegran en la unidad de tiempo es estadísticamente igual a λ .

Cada núclido radiactivo tiene un valor específico de λ , de manera que λ caracteriza al


núcleo y lo caracteriza completamente. Hay otros dos parámetros 1, relacionados con λ , cada
uno de los cuales caracteriza también completamente al núclido. Más adelante se estudiarán
estos dos parámetros.
Por generalizar, se puede asignar a los núclidos estables, no radiactivos, una constante
de desintegración radiactiva, pero igual a cero. Así, para un núclido estable λ = 0 .

Ley de desintegración radiactiva


La ec. (14) es una ecuación diferencial sencilla cuya integración con la condición de
contorno de que a t = 0 es N = N0 conduce a:

N = N 0e − λt (15)

que es la ley de desintegración radiactiva.


Si multiplicamos ambos miembros de la ec. (14) por la masa de los átomos del núclido,
ésta se puede escribir como:

m = m0e − λt (16)

siendo m la masa de la muestra del núclido radiactivo en el instante t y m0 la masa en el instante


inicial 2.
La representación gráfica de N frente a t conduce a la curva indicada en la Fig.7

1
El período de semidesintegración (o semivida) y la vida media
2
Es más aconsejable y elegante utilizar la ec. (15) mejor que la ec. (16) entre otras razones porque son los átomos los que se desintegran, y la
ec. (16) puede hacer que se olvide este hecho, pero sobre todo porque en determinados problemas, cuando se da como dato el número de
átomos formados del núclido en que se transforma nuestro núclido radiactivo durante el proceso, basta con sumar estos átomos a los que
quedan sin desintegrar del núclido, N, para obtener N0. Que la utilización de la ec. (15) sea más recomendable que la de la ec. (16) no significa
que ésta no se pueda utilizar también, con las debidas precauciones, en todos los casos.

R. Varón, M. García-Moreno y M. Ll. Amo-Saus. Departamento de Química-Física. Escuela de I. I. de Albacete.


16

N0

N
N = N 0 e − λt

0
0
t

Figura 7. Representación del número de átomos que quedan sin desintegrar, N, frente al tiempo, t. Obsérvese
que N decae exponencialmente desde su valor inicial N0 hasta aproximarse asintóticamente a cero.

Actividad radiactiva
Se llama actividad radiactiva, y se denota por a, a la velocidad de desintegración
radiactiva ya definida en la ec. (13) que se puede reescribir como:

a = λN (17)
La actividad en el instante inicial, a0, es decir cuando N = N0 es, según la ec. (17):

a0 = λ N 0 (18)

En la Fig.8(A) se representa la actividad, a, en función de N de acuerdo con la ec. (17).


Esta representación es una recta que pasa por el origen de coordenadas y cuya pendiente es λ .
En representaciones de este tipo se basa la determinación experimental de las constantes de
desintegración radiactiva de los diferentes núclidos radiactivos.

(A) (B)
a0 a0

a a = λN a a = a0 e − λ t

pendiente de la recta = λ

0 0
0 N0 0
N t

Figura 8. Variación de la actividad radiactiva. (A) Representación de la actividad radiactiva, a, en función del
número de átomos que quedan sin desintegrar, N. Obsérvese que la actividad decrece linealmente hasta cero a
partir de su actividad inicial a0. Sin embargo el valor cero de la actividad no se alcanza nunca porque N nunca
llega a ser cero como de acuerdo con la ec. (15) y la Fig. 7. La pendiente de la recta es el valor de la constante de
desintegración radiactiva. (B) Representación de la actividad radiactiva, a, en función del tiempo, t. Obsérvese que
a decae exponencialmente desde su valor inicial a0 hasta aproximarse asintóticamente a cero.

Si en la ec. (17) se sustituye el valor de N dado por la ecuación (15) se obtiene:

a = λ N 0e − λt (19)

Si ahora se tiene en cuenta la ec. (18), la ec. (19) puede escribirse en la forma, muy útil:

R. Varón, M. García-Moreno y M. Ll. Amo-Saus. Departamento de Química-Física. Escuela de I. I. de Albacete.


17

a = a0 e − λ t (20)

La ec. (17) relaciona la actividad con el número de átomos aun sin desintegrar mientras
que la ec. (20) relaciona la actividad con el tiempo 1 transcurrido desde el instante inicial. En la
Fig. 8(B) se representa esquemáticamente la ec. (20). Obsérvese que la curva que representa la
disminución de la actividad con el tiempo es análoga a la que representa la disminución de los
átomos sin desintegrar. Ambas corresponden a un decaimiento uniexponencial. Obsérvese que
cuanto mayor es λ , es decir la probabilidad de desintegración de los átomos de un núclido
radiactivo, mayor es su actividad radiactiva, de acuerdo tanto con la ec. (17) y con el sentido
común.
Las unidades de actividad que normalmente se usan son: el becquerel, de símbolo Bq,
el, curie (o curio), de símbolo Ci, el rutherford, de símbolo rd. Un becquerel es una
desintegración por segundo, un rutherford es igual a un millón de desintegraciones por segundo
y un curio es igual a 37000 millones de desintegraciones por segundo. En resumen: 1 rd = 106
desintegraciones/s, 1 rd = 106 Bq y 1 Ci = 3,7 x 1010 Bq 2.

Período de semidesintegración
Se denomina período de semidesintegración 3 o semivida, denotado por t1/2, T o T1/2, de
un núclido radiactivo al tiempo que ha de trascurrir para que el número de átomos existentes en
un cierto instante se reduzca a la mitad. Vamos a deducir su expresión. En un instante t habrá
un número de átomos del núclido, N, dado por la ec. (15). Supongamos que queremos saber
cuánto tiempo, t1/2, ha de pasar a partir de t para que el número de átomos del núclido se reduzca
a la mitad, N/2. Basta con aplicar la ec. (17) a esta situación:

N − λ ( t +t1/2 )
= N 0e (21)
2
De las ecs. (15) y (21) se obtiene (por ejemplo dividiendo miembro a miembro) que:

2 = eλt1/2 (22)
de donde resulta:
ln 2
t1/2 = (23)
λ
Obsérvese que el período de semidesintegración es constante independientemente del
número de átomos que queden en cada momento. Queden los átomos que queden, siempre ha
de pasar el mismo tiempo para que queden la mitad. Esto es una consecuencia de que la
probabilidad de desintegración de un átomo, λ , es constante, no varía con el tiempo, de que “los
átomos no envejecen”, al contrario de lo que ocurre (siguiendo con los símiles anteriores) con

1
Cuantos menos átomos sin desintegrar queden es que más tiempo ha pasado. Ambas ecuaciones, la (17) y la (20) son de la misma esencia.
2
Que coincide con el número de desintegraciones por segundo de 1 g de radio calculado primeramente. Hoy se sabe que este número de
desintegraciones es 3,62 x 1010, pero se mantiene la definición dada.
3
La palabra período no debe inducir a pensar en un proceso periódico. Se utiliza en el sentido de lapso o intervalo de tiempo. El hecho de que
a veces se represente con la letra T, normalmente asociada al período de un movimiento periódico, como el de un péndulo, contribuye a esta
falsa interpretación. Por eso en este curso se utilizará la notación t1/ 2

R. Varón, M. García-Moreno y M. Ll. Amo-Saus. Departamento de Química-Física. Escuela de I. I. de Albacete.


18

las personas (cuya probabilidad de muerte es cada vez mayor) o con los cabellos del individuo
que se está quedando calvo (en el que la probabilidad de caída de los cabellos no es constante,
pero presumiblemente cada vez mayor).
El período de semidesintegración es un parámetro que, a través de la ec. (23), permite
también caracterizar a un núclido radiactivo. Si se conoce λ se conoce t1/2 y viceversa.
Lógicamente, t1/2 se mide en unidades de tiempo que se elegirán de acuerdo con la mayor o
menor actividad radiactiva del núclido. Así, si el núclido es muy radiactivo, como el 238Po
(desintegración α , t1/2 = 3 min) es más conveniente utilizar el segundo o el minuto. Por el
contrario si, como ocurre con el 226Ra, menos radiactivo (desintegración α , t1/2 = 1620 años)
entonces es más conveniente utilizar días o años. Pero siempre se puede utilizar, por supuesto,
cualquier unidad de tiempo.
Para generalizar, se podría asignar también un período de semidesintegración a los
núclidos estables que, lógicamente y también de acuerdo con la ec. (23) haciendo en ella λ = 0
es infinito.

Vida media
Otra magnitud interesante y útil es la vida media, θ o τ, de un núclido radiactivo. Como
vimos anteriormente, los -dN átomos desintegrados entre el instante t y t+dt han tenido una vida
de t unidades de tiempo 1. La vida media se obtiene, similarmente a como se obtiene cualquier
valor medio, calculando el tiempo total que “viven” los átomos y dividiendo esta suma por el
número total de átomos N0.
0
=
tiempo total ∫ N0
−tdN (24)

Si ahora se divide el tiempo total dado por la ec. (24) por N0, se obtiene, para la vida
media, τ :

1 ∞

N0 ∫ 0
−tdN (25)

Teniendo en cuenta la ley de desintegración radiactiva dada por la ec. (15) y una vez resulta la
integral, resulta finalmente:

1
τ= (26)
λ
ecuación muy fácil de recordar. Si en la ec. (26) se tiene en cuenta la ec. (23), se tiene la
siguiente relación entre la vida media y el período de semidesintegración:

1
En realidad “viven” un tiempo comprendido entre t y t+dt, pero para este propósito se puede despreciar dt frente a t. Una camada de 3 conejos
lleva viviendo un tiempo igual a 6 meses (t). Un certero cazador los mata uno tras otro. La muerte de cada uno es instantánea pero ha pasado
un tiempo de 10 s (dt) entre la muerte del primero y la del tercero. Puede decirse que los tres conejos (-dN) han vivido un tiempo t igual a 6
meses. Aunque en realidad han vivido 6 meses más unos pocos segundos.

R. Varón, M. García-Moreno y M. Ll. Amo-Saus. Departamento de Química-Física. Escuela de I. I. de Albacete.


19

t1/2
τ= (27)
ln 2
Como ln2 es igual a 0,693, menor que la unidad, la vida media es siempre mayor que el período
de semidesintegración.

Cualquiera de los tres parámetros λ , t1/2 y τ por sí solo caracteriza a un núclido y


conocido cualquiera de ellos se pueden conocer los otros utilizando las ecuaciones que los
relacionan que hemos obtenido [ecs. (23), (26) y (27)].

1.5.4. Series radiactivas


El proceso de desintegración radiactiva de los núcleos pesados consiste en una serie de
emisiones sucesivas de partículas hasta que se alcance un núclido estable. Esto da lugar a la
existencia de familias o series radiactivas. Existen cuatro series radiactivas de las que tres son
naturales, es decir que todos los núclidos que pertenecen a la serie son naturales, y una es
artificial, llamada así porque la mayoría de los núclidos que pertenecen a ella son artificiales.
En la Tabla 2 se relacionan estas series. Las series se denominan como el núclido inicial de la
serie (también llamado núclido padre) o mediante una expresión numérica que engloba el
número másico posible de todos los núclidos de la serie. Así cuando, se dice, por ejemplo, serie
4n+2 (n un número entero), queremos indicar que todos los núclidos de la serie poseen un
número másico tal que si se divide por cuatro da de resto 2 o, dicho en términos matemáticos,
que todos son congruentes con 4 módulo 2. Por ejemplo, el 226 88 Ra
es uno de los núclidos de la
serie 4n+2 (o serie del uranio-radio), eso significa que hay un número entero, n, tal que 226 es
igual a 4n +2 o, lo que es lo mismo, que si se divide 226 entre 4 se obtiene de resto 2. Por
supuesto n, que no es importante, es el cociente de esa división igual, en este caso, n = 56.
De las cuatro series indicadas en la Tabla 2, la del neptunio, o serie 4n+1, es la artificial
y las demás son naturales. Las desintegraciones en todas las series son α, β- y γ.

R. Varón, M. García-Moreno y M. Ll. Amo-Saus. Departamento de Química-Física. Escuela de I. I. de Albacete.


20

Tabla 2

Las cuatro series radiactivas

En la primera columna se indica el nombre de la serie, en las columnas segunda y tercera se indica el núclido
inicial y el final (estable). En la cuarta columna se indica la relación que cumple el número másico de todos los
núclidos implicados en la serie. Las series 4n, 4n+2 y 4n+3 son las naturales y la serie 4n+1 la artificial porque la
mayoría de los núclidos de esta serie son artificiales.

Nombre Núclido inicial Núclido final Número másico

232 208
Torio Th Pb 4n

Neptunio 1,2 237


Np 205
Tl 4n + 1
238 206
Uranio-radio U Pb 4n + 2
235 207
Uranio-actinio U Pb 4n + 3

1.6. Reacciones nucleares


Una reacción nuclear se puede definir como un proceso que afecta a la estructura de
uno o más núcleos, obteniéndose uno o más núcleos nuevos. Hay fundamentalmente cuatro
tipos de reacciones nucleares: la radiactividad, que ya se ha estudiado, las reacciones de
bombardeo, las reacciones de fisión y las reacciones de fusión. En lo que sigue de este capítulo
estudiaremos los tres últimos tipos y completaremos algunos aspectos, relacionados con las
leyes de conservación, de los procesos radiactivos, una vez que estas leyes hayan sido tratadas,
con lo cual completaremos el análisis de la radiactividad.

1.6.1. Reacciones nucleares de bombardeo


Concepto
Una gran cantidad de reacciones nucleares, las llamadas reacciones nucleares de
bombardeo, se pueden representar mediante el esquema:

a+X→Y+b (28)

o, abreviadamente, X(a,b)Y, siendo:

X: Núcleo que hace de blanco y que se transforma en el Y por acción de la partícula a.

1 241 237
A veces, a la serie del Neptunio se la denomina serie del Plutonio, siendo entonces el núclido inicial (padre) el Pu y el Np el tercer
núclido de la serie : 241 Pu → 241
Am → 237
Np → ·········· → 209
Bi → 205
Tl
2
Hasta el año 2003 se creía que el bismuto-209 era estable. Ese año se descubrió que este núclido experimenta una desintegración α alfa con
un período de semidesintegración de 1,9 x 1019 años. Debido a que este período de semidesintegración es tan enorme se sigue considerando
este núclido como estable y por esta razón en muchos textos posteriores al mencionado año figura como núclido final de esta serie el bismuto-
209.

R. Varón, M. García-Moreno y M. Ll. Amo-Saus. Departamento de Química-Física. Escuela de I. I. de Albacete.


21

a : Partícula incidente o bombardeante. En la mayoría de los casos es un nucleón, un núcleo


ligero o un fotón. No se utilizan núcleos pesados porque para vencer la repulsión culombiana
entre X y a haría falta una gran energía, por tener estos núcleos mayor carga (Ze) que los ligeros.

Y: Núcleo resultante. Puede estar en su estado fundamental o en un estado excitado.

b : Partícula emitida. A veces b es una partícula como a.

En la Fig. 9 se hace una representación esquemática de una reacción de este tipo.

(A)
a + X Y + b

a Y
X
b

(B)
a + X [C]* Y + b

a Y
X [C]*
b

Figura 9. Representación esquemática de una reacción nuclear de bombardeo general. (A) Representación
de la reacción indicada en la ec. (28). (B) Representación de la misma reacción pero teniendo en cuenta la hipótesis
del núcleo compuesto. Las partículas a y b en este ejemplo, representan un protón y un neutrón. Las flechas finas
sobre cada partícula indican, no a escala, el correspondiente vector velocidad.

R. Varón, M. García-Moreno y M. Ll. Amo-Saus. Departamento de Química-Física. Escuela de I. I. de Albacete.


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Ejemplos de representación de reacciones nucleares de bombardeo


Representación expandida Representación compacta
4
2 He + 94 Be → 126 C + n 9
4 Be(α ,n ) 126 C

n+ 27
13 Al → 28
13 Al + γ 27
13 Al(n,γ ) 28
13 Al

γ + 21 H → 11 H + n 2
1 H(γ , n ) 11 H

n + 105 B → 73 Li + 24 He 10
5 B(n,α ) 73 Li

n + 199 F → 198 O + 11 H 19
9 F(n,p ) 198 O
1
1 H + 73 Li → 42 He + 42 He 7
3 Li(p,α ) 42 He

Todas las ecuaciones anteriores, expandidas o condensadas, podrían haberse escrito


también suprimiendo el número atómico de los núcleos. Por ejemplo, la primera ecuación 1 se
podría haber escrito como:
4
He + 9 Be → 12 C + n 9
Be(α ,n ) 12 C

Diferencias entre reacciones nucleares y químicas


Las reacciones nucleares difieren de las reacciones químicas en los siguientes aspectos:
- En las reacciones químicas intervienen los electrones de los átomos y de las moléculas,
mientras que en las reacciones nucleares participan los núcleos.
- Por ser el tamaño del núcleo mucho menor que el del átomo las colisiones nucleares
(necesarias para las reacciones nucleares) deben ser mucho menos frecuentes que las
colisiones atómicas o moleculares (necesarias para las reacciones químicas).
- La energía asociada con las reacciones nucleares es mucho mayor que la asociada a las
reacciones químicas.
- Cuando a y X son núcleos a una distancia r, la energía necesaria para vencer la repulsión y
hacerlos colisionar es proporcional a Za ZX/r. Este problema no se da en las reacciones
químicas.
- Mediante una reacción química los átomos de un elemento no pueden transformarse en átomos
de otro elemento; mediante una nuclear, si.

1
Fue con esta reacción con la que se descubrió el neutrón por Chadwick en 1932.

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Procedimientos para conseguir una reacción nuclear de bombardeo


Hay dos procedimientos para conseguir una reacción nuclear con mayor facilidad en el
caso de que la partícula a sea un núcleo:
1. Incrementar la temperatura en varios millones de grados con objeto de que la partícula a y el
núcleo X adquieran la suficiente energía para vencer la repulsión electrostática. Tales
reacciones tienen lugar en el sol y en las estrellas y se llaman reacciones de fusión o
termonucleares. Una de las dificultades que ofrece la provocación artificial de estas
reacciones es encontrar un recipiente que soporte estas altas temperaturas.
2. Acelerar, mediante los aceleradores de partículas, la partícula a hasta que ésta adquiera la
suficiente energía cinética para producir la reacción 1.

Leyes de conservación
Las reacciones nucleares obedecen a las diferentes leyes de conservación. El estudio
detallado de las leyes de conservación corresponde más a la Física que a la Química por eso, en
este apartado, no se entrará en demasiados detalles en cada una de las leyes de conservación
siguientes:
Conservación de la carga
Esta ley se expresa por la relación:
ΣZ = constante (29)
que indica que en una reacción nuclear la carga se conserva, es decir que la suma de las cargas
de las partículas indicadas en el primer miembro de la ecuación (a y X) es igual a la
correspondiente suma de cargas 2 de las que aparecen en el segundo miembro (Y y b).
Para aplicar esta ley hay que tener en cuenta las cargas de una serie de partículas que se
indican a continuación en la Tabla 3

Conservación del número de nucleones


Esta ley se expresa por la relación:
ΣA = constante (30)
que indica que en una reacción nuclear el número de nucleones se conserva, es decir que la
suma de los nucleones de las partículas indicadas en el primer miembro de la ecuación (a y X)
es igual a la correspondiente suma de cargas de las que aparecen en el segundo miembro (Y y
b).

1
Si a es la partícula α procedente de un núcleo radiactivo tiene la suficiente energía cinética como para poder colisionar con un núcleo.
2
Aunque pudiera parecer, tal como está escrita la ec. (29), que la carga es igual al número de protones, no es así. La ec. (29) se escribe de esta
manera porque a efectos de determinar la carga correspondiente al primer y segundo miembro de la ecuación es conveniente denotar una
partícula, real o mentalmente, con la carga escrita como subíndice a la izquierda, como se escribe Z en los núclidos.

R. Varón, M. García-Moreno y M. Ll. Amo-Saus. Departamento de Química-Física. Escuela de I. I. de Albacete.


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Para aplicar esta ley hay que tener en cuenta el valor para A de una serie de partículas que se
indican a continuación en la Tabla 3.
Tabla 3

Valores de Z y A implicados en las ecs. (29) y (30) para algunas partículas

Número de Notación
Partícula carga (Z) Notación normal
nucleones (A) alternativa 1

núcleo (en general) +Z A A


Z X A
Z X Z⊕

protón +1 1 1
1 Hop 1
1 p o 1
1 H⊕

deuterón +1 2 2
1 Ho d
2
1 d o 2
1 H⊕

tritón +1 3 3
1 Hot 3
1t o 3
1 H⊕

partícula alfa +2 4 4
2 He o α α o
4
2
4
2 He 2⊕
1
neutrón 0 1 n 0 n
0
electrón -1 0 e- −1 e
0
positrón +1 0 e+ +1 e

fotón 0 0 γ 0
0 γ

neutrino 0 0 ν 0

antineutrino 0 0 ν ν
0
0

cualquier partícula sin carga 0 * * *


cualquier partícula diferente
de un neutrón o un núcleo * 0 * *
(*) Depende de la partícula

1.6.2. Reacciones nucleares de fisión


Concepto
Las reacciones nucleares estudiadas hasta ahora (radiactividad y reacciones nucleares
de bombardeo) se caracterizan porque la partícula, b, emitida es ligera, de manera que el núcleo
producido no difiere mucho en general, ni en número másico ni en número atómico, del núcleo
blanco inicial 2. Lo que es válido siempre en los dos tipos de reacciones estudiados es que la
partícula b es ligera y, en general, muy diferente, en masa, del núcleo Y.
Hay un tipo de proceso nuclear que difiere notablemente de los anteriores y que se
denomina fisión. La fisión consiste en la división de un núcleo pesado en dos fragmentos de

1
Que no es de ninguna manera necesaria, basta tenerla in mente.
2
Aunque hay algunas excepciones, como en el ejemplo, ya estudiado 11 H + 73 Li → 4
2 He + 24 He

R. Varón, M. García-Moreno y M. Ll. Amo-Saus. Departamento de Química-Física. Escuela de I. I. de Albacete.


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tamaño comparable y que difieren considerablemente del núcleo inicial. La fisión, como
proceso natural, es muy rara. La fisión artificial se consigue por bombardeo con neutrones de
ciertos núcleos pesados, tales como los de 235U. En general, el proceso de fisión por bombardeo
con neutrones puede representarse mediante el esquema:
*
n + ZA X →  A+Z1 X  → Y1 + Y2 (31)

siendo Y1 e Y2 fragmentos (núcleos) inestables, de número másico comprendido entre 70 y 170,


que experimentan una secuencia de desintegraciones radiactivas sucesivas hasta transformarse,
finalmente, en núcleos estables.
También es posible conseguir la fisión de un núcleo mediante la absorción por el mismo
de fotones de suficiente energía. Este proceso se denomina fotofisión y puede esquematizarse
mediante:
*
γ + ZA X →  ZA X  → Y1 + Y2 (32)

Obsérvese que la fisión nuclear, a pesar de no coincidir exactamente con las reacciones
de bombardeo anteriores, tiene mucho en común con ellas como por ejemplo la hipótesis del
núcleo compuesto y, por supuesto, los principios de conservación, que son de aplicación, por
supuesto, a todos los procesos físicos.
La energía liberada en la fisión de un núcleo aparece como energía cinética de los
fragmentos estables de la fisión, de los neutrones inmediatos y diferidos, de los electrones y
neutrinos procedentes de las desintegraciones, así como de energía de los fotones. La energía
liberada en la fisión del 235
92 U
se reparte, por término medio, como se indica a continuación 1:

- Energía cinética de los fragmentos estables de la fisión: 167 MeV


- Energía cinética de los neutrones inmediatos y diferidos: 5 MeV
- Energía de la radiación γ inmediata: 7 MeV
- Energía de los electrones, neutrinos y radiación γ 21 MeV
───────
200 MeV

La distribución de la energía de los neutrones emitidos en la fisión varía entre 0,05 MeV
y más de 17 MeV. Sin embargo, la mayoría de ellos tienen una energía comprendida entre 1 y
2 MeV.
La energía liberada, por término medio, en la fisión de otros núcleos puede ser mayor o
menor que 200 MeV/núcleo, pero no muy diferente. En el caso del 239Pu es 210 MeV/núcleo.

1
La distribución exacta de energía varía de un caso a otro.

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26

1.6.3. Fusión nuclear


Es el último proceso nuclear que se va a estudiar. Este proceso es inverso al de la fisión
nuclear. Consiste en la formación de un núcleo más pesado a partir de dos o más núcleos ligeros
(A < 20) que colisionan. Estos procesos se denominan también reacciones termonucleares.
Como ejemplos, en la Fig. 10 se esquematizan algunas de estas reacciones 1.
En la fusión nuclear, núcleos ligeros 2 (A < 20), con poco valor de su energía de enlace
por nucleón y, por lo tanto, poco estables, se unen, se fusionan, para dar un núcleo de mayor
número másico y, por lo tanto, de mayor energía de enlace por nucleón, más estable. Tanto en
la fisión nuclear como en la fusión nuclear lo que anima al proceso es la ganancia de estabilidad.
En estas reacciones se libera energía. El origen de esta energía puede comprenderse
porque estos procesos van acompañados de una disminución de la masa en reposo, lo que
implica una liberación de energía, Q. La energía liberada en la fusión es suficiente para excitar
otros núcleos originándose una reacción en cadena.
Aunque la energía liberada en la formación, por fusión, de un núcleo es mucho menor
que la liberada en la fisión de un núcleo, la energía liberada por unidad de masa es, en general,
mucho mayor en la fusión que en la fisión si la energía se refiere a la unidad de masa, debido a
la menor masa isotópica de los isótopos ligeros lo que implica que en una misma masa de unos
y otros átomos, haya muchos más átomos ligeros en una masa determinada que de átomos
pesados en la misma masa de éstos.
La fusión nuclear es la fuente de energía del sol y demás estrellas a partir de dos ciclos
termonucleares: el ciclo protón-protón y el ciclo carbono-nitrógeno. El ciclo protón-protón
consiste en las reacciones nucleares (1), (2) y (3) de la Fig. 10, que combinadas linealmente 3
dan la reacción global de ecuación:

4 11H → 24 He + 2 e + + 2ν Q = 24,6 MeV (33)

El ciclo carbono-nitrógeno, que omitimos, consiste en una serie de seis reacciones nucleares,
unas de fusión y otras de radiactividad, pero cuyo resultado global es el esquematizado en la
ec. (33), ecuación que explica la gran cantidad de helio presente en el sol, lo que dio el nombre
al elemento 4.
Debido a la repulsión culombiana entre los núcleos, éstos han de tener una elevada
energía cinética relativa para vencer la repulsión entre ellos 5. Esto no ocurre en la fisión nuclear,
donde el neutrón no tiene dificultad para acercarse a un núcleo. La elevada energía cinética que
han de adquirir los núcleos se puede conseguir por dos caminos: (1) a temperaturas muy
1
1 H + 11 H → 21 H + e + + ν Q = 0,39 MeV (1)

1
Obsérvese que además del núcleo más pesado, de mayor número másico, se forma también, en general, una o más partículas.
2
Hay una reacción nuclear que consiste en la unión de un neutrón y un protón para dar un deuterón según 11 H+n → 21 H (Q= 2,226 MeV). Esta
reacción, aunque no se ajusta a la definición general de reacciones de fusión por no ser el neutrón un núcleo, se incluye en ellas. En esta
reacción no hace falta ninguna energía cinética relativa pues estas dos partículas no tienen ninguna dificultad en colisionar. La energía de
enlace del deuterón es 2,226 MeV y la energía de enlace por nucleón 1,113 MeV.
3
Multiplicando la (1) y la (2) por 2 y sumarlas y, a continuación, sumando la (3), es decir, la combinación lineal: 2ec.(1)+2 ec.(2)+ec.(3).
4
En las proximidades de los minerales que contengan uranio hay presente también helio debido a las partículas alfa que se liberan en las
correspondientes seria radiactivas. Las partículas alfa toman dos electrones y se convierten en átomos del núclido helio-4.
5
A estas elevadas temperaturas los núcleos ya no están asociados a los electrones de sus átomos, pues estos se han arrancado de los átomos
debido a las colisiones. Este conjunto de núcleos y electrones en que se ha transformado la sustancia se conoce como plasma.

R. Varón, M. García-Moreno y M. Ll. Amo-Saus. Departamento de Química-Física. Escuela de I. I. de Albacete.


27

+ + +
2
1 H + 11 H → 23 He + γ Q = 5,49 MeV (2)

+
3
2 He + 23 He → 24 He + 2 11 H Q = 12,86 MeV (3)

+ + +
2
1 H + 21 H → 23 He + n Q =3,27 MeV (4)

+ +
1
1 H + 21 H → 31 H + e + + ν Q = 4,6 MeV (5)
+ + +
2
1 H + 21 H → 31 H + 11 H Q = 4,03 MeV (6)

+ +
3
1 H + 21 H → 42 He + n Q =17,6 MeV (7)

+ +
3
1 H + 31 H → 24 He + 2n Q = 11,4 MeV (8)

+ + +
7
3 Li + 11 H → 2 24 He Q = 17,3 MeV (9)
+ +

6
3 Li + 21 H → 2 42 He Q = 22,2 MeV (10)

+ +

Figura 10. Algunos ejemplos de reacciones de fusión nuclear. Debajo de cada una de las ecuaciones se ha hecho
un esquema figurativo del proceso. En cada uno de estos procesos se conservan todas las magnitudes que se
conservan en las reacciones nucleares.

R. Varón, M. García-Moreno y M. Ll. Amo-Saus. Departamento de Química-Física. Escuela de I. I. de Albacete.


28

elevadas, del orden de 107 a 109 grados 1 y (2) acelerando las partículas en los aceleradores de
partículas. La vía (1) es difícil de conseguir artificialmente, pues es difícil conseguir materiales
que alcancen esas temperaturas 2. Sin embargo, es así como se consigue la fusión nuclear en las
estrellas, a pesar de que su temperatura es mucho menor que las indicadas anteriormente. Ello
es debido a que a cada temperatura hay una distribución de velocidades de manera que siempre
hay partículas con una energía cinética mucho mayor (y mucho menor) que la energía cinética
media de las partículas a a esa temperatura 3. La vía (2) no permite conseguir una fusión masiva
de núcleos.
Las reacciones de fusión tienen ventajas sobre las de fisión que pueden resumirse en las
siguientes: (1) En muchas de ellas intervienen núcleos de los isótopos del hidrógeno, elemento
que es muy abundante por ser uno de los dos constituyentes del agua; (2) Se libera, por unidad
de masa, más energía; (3) Es menos contaminante. Sin embargo, tiene una gran desventaja: la
dificultad de construir un reactor de fusión donde el proceso, como ocurre en los reactores de
fisión, se pueda controlar.

Determinación de la energía liberada en la fusión nuclear


Hay, en principio, dos procedimientos para estimar la energía liberada en la fusión
nuclear. Uno de ellos sería a partir de las energías de enlace por nucleón y otro a partir del
defecto de masa, que es más preciso.

1.7. Resumen
En este tema se estudia la composición del núcleo y sus características y se introducen
los conceptos de nucleón, número atómico, número másico, átomo, núclido, tipos de núclidos.
A continuación se aborda el estudio de las reacciones nucleares, clasificándolas en reacciones
nucleares espontáneas (radiactividad o decaimiento radiactivo), reacciones nucleares de
bombardeo, reacciones de fisión nuclear y reacciones de fusión nuclear.

1
Para valores tan altos de la temperatura da igual a qué tipo de grados nos refiramos (kelvin, centígrados, Fahrenheit, etc).
2
Se ha intentado construir dispositivos que utilizando campos magnéticos de intensidad variable que consiguen contener las partículas que
constituyen el plasma y elevar la temperatura. Sin embargo, aún no se ha conseguido del todo una reacción de fusión en cadena controlada,
es decir, aun no se ha construido un reactor de fusión adecuado.
3
La energía cinética media de traslación de las partículas a una temperatura T viene dada por (3/2)kT donde k es una constante denominada
constante de Boltzmann y T la temperatura absoluta.

R. Varón, M. García-Moreno y M. Ll. Amo-Saus. Departamento de Química-Física. Escuela de I. I. de Albacete.

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