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4. Espectrometría de masas.
5. Radiación electromagnética.
5.1. Espectros de absorción atómica.
5.2. Espectros de emisión atómica.
5.3. Ecuaciones de los espectros atómicos.
6. Estructura electrónica.
6.1. Hipótesis de Planck.
6.2. Modelo atómico de Bohr. Números cuánticos.
6.3. Modelo mecanocuántico. Orbitales.
6.3.1.- Hipótesis de De Broglie.
6.3.2.- Principio de indeterminación.
6.3.3.- Modelo mecanocuántico.
9. Propiedades periódicas.
9.1. Radio atómico.
9.2. Radio iónico.
9.3. Energía de ionización.
9.4. Afinidad electrónica.
9.5. Electronegatividad.
9.6. Carácter metálico y no metálico.
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1. Introducción. Modelo atómico de Dalton.
En 1808 John Dalton propuso el primer modelo realmente científico sobre la estructura
de la materia retomando la idea de la existencia de los átomos. Este modelo estaba basado en
los siguientes postulados:
Dalton también ideó un sistema de símbolos para representar los elementos químicos
conocidos en ese momento.
La teoría de Dalton justificaba las leyes fundamentales de la química por lo que fue
aceptada por la comunidad científica y se mantuvo vigente durante casi un siglo. El
descubrimiento de las partículas subatómicas marca el comienzo de los grandes cambios que
condujeron a la aparición de una nueva teoría sobre la materia: la teoría cuántica.
Thomson dedujo que estaban formados por partículas diminutas con masa, que se
desplazaban a gran velocidad y con carga negativa. Esa partícula era el electrón.
Thomson postuló, entonces, que el átomo estaba formado por esferas sólidas y
uniformes de materia cargada positivamente, con los electrones incrustados en ellas en un
número tal que anulasen la carga positiva (modelo del pudding de pasas).
Thomson puedo medir la relación qe/me (1,759·1011 C/kg) y al ver que era muy elevada
dedujo que el electrón debía tener una masa muy pequeña. Millikan en 1909 con su famoso
experimento de la gota de aceite determinó la carga del electrón, 1,602·10-19 C,
determinándose entonces que su masa es de 9,107·10–31 kg.
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2.2. Descubrimiento del protón. Modelo atómico de Rutherford.
En 1910, un equipo dirigido por Ernest Rutherford realizó un experimento que consistía
en bombardear con partículas alfa una fina lámina de oro y observar qué ocurría. Las partículas
alfa tienen mucha energía cinética, así que deberían atravesar la lámina de oro sin dificultad.
La mayor parte de ellas así lo hacían, pero para sorpresa de Rutherford alrededor del 0,01% de
las partículas se desviaban con un pequeño ángulo de su trayectoria y algunas incluso
rebotaban al chocar con la lámina.
El átomo es en su mayor parte espacio vacío. Esto explica que las partículas α lo
atraviesen sin desviarse.
Casi toda la masa del átomo está concentrada en una zona central de diámetro
aprox. 10.000 veces menor que el del átomo a la que llamó núcleo.
Rutherford propone así su modelo atómico. Según este modelo el átomo consta de:
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En 1914, Rutherford postuló la existencia de los protones en todos los átomos. Su carga
es la misma que la del electrón (1,602·10–19 C), pero su masa es mucho mayor: 1,673·10–27 kg).
En 1919, al bombardear gas nitrógeno con partículas alfa, Rutherford descubrió el
protón:
+ + (protón)
Una vez descubierta la presencia del protón y el electrón se pudo comprobar que la
masa de los núcleos atómicos más pesados no coincidía con la masa de sus protones. En 1920,
Rutherford sugirió la existencia de un tercer tipo de partículas que, sin carga, tendrían una
masa parecida a la del protón y estabilizarían el núcleo, el neutrón. En 1932 Chadwick detectó
la presencia del neutrón cuando bombardeaba átomos de berilio con partículas alfa (núcleos
de helio).
Masa neutrón = 1,675 · 10-27 kg.
+ +
Ejercicio 2: ¿Cuántos electrones son necesarios para llevar una carga de 1 C? Sol:
6,22·1018 e.
Z = p =e
A=Z+n
Se llama isótopo a los distintos átomos de un mismo elemento. Dos átomos son
isótopos si tienen el mismo número atómico (Z) pero distinto número másico (A). Es decir, se
diferencian en el número de neutrones que tienen en el núcleo.
En la naturaleza, un elemento químico está formado por una mezcla de átomos de sus
distintos isótopos, en una proporción determinada, según su abundancia. La masa atómica del
elemento se calculará, por tanto, como la media de las masas atómicas de los isótopos,
teniendo en cuenta su abundancia en %.
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Mr (elemento) =
15,99491 99,759
16,99914 0,037
17,99916 0,204
Ejercicio 3: El níquel (Z =28) que se encuentra en la naturaleza está formado por los
siguientes isótopos:
a) Señala los protones y neutrones que hay en el núcleo de cada uno de estos
isótopos.
b) Calcula la masa atómica del elemento níquel.
Sol: 58,69 u.
Átomo Z A p e n
21 45 18
27 25 32
52 127 56
15 31 18
Cuando un átomo tiene el mismo número de cargas positivas (protones) que de cargas
negativas (electrones) se dice que se encuentra en estado neutro. Sin embargo, tanto los
átomos como las moléculas pueden perder o ganar electrones y, como consecuencia de ello,
dejan de estar en estado neutro para pasar a tener carga eléctrica y así aparece el concepto de
iones.
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Catión: es un ión positivo formado cuando un átomo neutro pierde electrones. Ca+2,
Na+, Al+3.
Anión: es un ión negativo formado cuando un átomo neutro gana electrones. O–2, N–3,
Cl–.
4. Espectrometría de masas.
5. Radiación electromagnética.
Hoy sabemos que la luz visible es solo un tipo de radiación electromagnética que puede
describirse en términos ondulatorios. Podemos, pues, asignar una longitud de onda, , una
frecuencia, , y un número de onda, a cada tipo de radiación.
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La radiación visible, la única detectada por el ojo humano, se encuentra en el rango de
longitudes de onda de 400 nm (región del violeta) a 780 nm (región del rojo).
Comparando los espectros de absorción y emisión del hidrógeno, podemos ver que las
líneas oscuras del espectro de absorción ocupan la misma posición que las líneas brillantes del
espectro de emisión. Este tipo de espectro se denomina discontínuo.
El estudio de estos espectros atómicos intrigó durante medio siglo a los científicos. En
1885, Johann J. Balmer (1825-1898), estudiando el espectro del hidrógeno, encontró, de
manera empírica, que las longitudes de onda de las radiaciones emitidas en la zona visible
venían dadas por la siguiente fórmula matemática:
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Johannes Rydberg (1854-1919) generalizó la ecuación haciéndola extensible a todas las
series espectrales que, para el hidrógeno, fueron apareciendo progresivamente. La ecuación
tomó la forma:
=R
6. Estructura electrónica.
Los cuerpos sólidos calientes emiten una radiación que depende de su temperatura. Por
ejemplo el hierro muy caliente emite un resplandor rojo. A finales del siglo XIX se trató, sin
éxito, de relacionar la temperatura del cuerpo con la longitud de onda de la radiación emitida.
En 1900, el físico alemán Max Planck estudiaba la radiación emitida por un cuerpo negro
(superficie ideal que se comporta absorbiendo toda la radiación que llega a él). Observó que la
radiación emitida es siempre proporcional a una cantidad de energía elemental que llamó
cuanto y que es independiente de la temperatura.
La hipótesis de Planck dice que la energía se emite siempre de forma discontinua, como
si fuesen pequeños paquetes de energía denominados cuantos, que para el caso de la
radiación electromagnética reciben el nombre de fotones. La energía de un fotón es
directamente proporcional a la frecuencia de la radiación según la ecuación:
E=h·f
Dado que la radiación es una onda podemos relacionar la frecuencia de la radiación con
su longitud de onda a través de la velocidad de propagación que en este caso será la velocidad
de la luz en el vacío (c = 3·108 m/s). La ecuación queda entonces así:
E=h·f=h·
Con esta hipótesis la energía deja de ser una magnitud continua para pasar a entenderse
como múltiplos enteros de cantidades elementales, los cuantos de energía. Como el valor de h
es muy pequeño, un cuanto de energía no se percibe en el mundo macroscópico, por lo que
nos parece que la emisión o absorción de energía es continua. En el mundo microscópico la
discontinuidad sí es apreciable. Esta hipótesis nos explica los espectros atómicos de emisión y
absorción.
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Ejercicio 6: Sabiendo que la energía que posee el electrón de un átomo de hidrógeno en
su estado fundamental es −13,625 eV, calcule:
a) La frecuencia de la radiación necesaria para ionizar el hidrógeno.
b) La longitud de onda, en nm, y la frecuencia de la radiación emitida cuando el
electrón pasa del nivel n = 4 al n = 2.
Datos: 1 eV = 1,6·10–19 J. Sol: 3,29·1015 Hz; 486,2 nm; 6,17·1014 Hz.
Ejercicio 7: La energía necesaria para ionizar el átomo de sodio es 498,07 kJ/mol. Calcula
la frecuencia de la radiación necesaria para ionizar un átomo de sodio. Determina si esta
pertenece al espectro visible, al infrarrojo o al ultravioleta, sabiendo que la longitud de onda
de la luz visible en el vacío está comprendida entre 3900 y 7800 . Dato: 1 = 10–10 m.
Sol: 1,25·1015 Hz; UV.
2. De todas las órbitas posibles solo están permitidas aquellas cuya energía
adopte ciertos valores , determinados por el número cuántico n (n = 1, 2, 3…). A estas órbitas
se las llamó niveles de energía y se representan por la letra n. Cuanto más alejado del núcleo
está el nivel mayor será su energía.
3. Cuando un electrón pasa de un órbita a otra absorbe (si n1<n2) o emite (si
n1>n2) energía en forma de fotones de energía igual a la diferencia entre las energías de las
órbitas entre las que se mueve. Cada uno de estos saltos entre niveles generaría una línea en
los espectros atómicos.
E = E2 – E1 = h · f
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(tripletes)... Esto implicaba un mayor número de saltos electrónicos de los que se podían
explicar con el modelo de Bohr. Más tarde, al analizar el espectro de un átomo situado en el
interior de un campo magnético aparecieron nuevos desdoblamientos, fenómeno que se
conoce con el nombre de efecto Zeeman y que tampoco se podía explicar con el modelo
atómico de Bohr.
Si la luz se comporta como una onda, su energía vendrá dada por la ecuación de Planck:
E=h·f
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Si se comporta como una partícula su energía debe responder a la ecuación de Einstein,
que relaciona la energía con la materia:
E = m · c2
h· = m · c2 =
Esta fórmula solo es válida para la luz. De Broglie la generalizó para cualquier partícula
en movimiendo estableciendo su hipótesis:
Toda partícula en movimiento lleva asociada una onda de una longitud de onda
inversamente proporcional al momento lineal de la partícula.
=
Como consecuencia del carácter dual del electrón, el físico W. Heisenberg formuló su
principio de indeterminación:
Teniendo en cuenta que los electrones se comportan como una onda, su movimiento
podrá describirse mediante la ecuación matemática de una onda estacionaria. Esta función se
denomina función de onda, . La ecuación de Schrödinger describe el movimiento de un
sistema con un único electrón (átomo de hidrógeno):
+ + + (E – V) =0
Para resolver esta ecuación hay que introducir unas restricciones en ciertos parámetros.
Estos parámetros reciben el nombre de números cuánticos, y por su similitud con los del
modelo Bohr-Sommerfeld, se simbolizan con las mismas letras. De esta forma obtenemos los
números cuánticos de forma matemática.
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La función representa la energía del electrón, pero no suministra información sobre s
posición ni su velocidad exacta (dado el principio de indeterminación de Heisenberg). no
tiene sentido físico. Lo que sí tiene sentido físico es su cuadrado ( ) que es proporcional a la
densidad de carga en ese punto. Lo que nos indica es la probabilidad de encontrar un electrón
en esa zona del espacio. De esta forma surge el concepto de orbital atómico: zona del espacio
donde la probabilidad de encontrar al electrón es grande ( >90%).
Esta sería una representación de la probabilidad electrónica. Las zonas más densas
tendrían una mayor probabilidad. Si encerramos esta nube electrónica con una superficie, en
el volumen encerrado tendríamos la máxima probabilidad de encontrar el electrón: un orbital.
Como hemos visto la solución de la ecuación de Schrödinger viene condicionada por los
valores de os números cuánticos n, l y m. Cada trío de números cuánticos determinan un
orbital (zona de máxima probabilidad de encontrar el electrón con determinada energía).
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Orbitales s: tienen forma esférica. Su tamaño será mayor cuando mayor sea el nivel
energético en el que se encuentren (cuando mayor sea n). Para estos orbital l = 0 y
por lo tanto m = 0. Lo cual tiene sentido ya que al ser esférico no tiene distintas
orientaciones en el espacio.
Orbitales p: Estos orbitales están formados por dos lóbulos esféricos tangentes y
separados por un plano nodal. Para ellos l = 1 y por lo tanto m puede tomar tres
valores: –1, 0 y 1. Esto quiere decir que estos orbitales pueden presentar tres
orientaciones en el espacio diferentes. Concretamente se orientan según los ejes de
coordenadas. Tenemos, por tanto, los orbitales px, py y pz. Estos orbitales aparecen a
partir del nivel 2.
Orbitales d: Están formados por varios lóbulos. Para ellos l = 2 lo cual implica cinco
diferentes valores de m (–2, –1, 0 1, 2), es decir, cinco orientaciones en el espacio
distintas. Aparecen a partir del nivel 3.
En un átomo cualquiera no puede haber dos electrones con los cuatro números
cuánticos iguales.
Si un orbital queda definido por los tres primeros números cuánticos, dos electrones
situados en el mismo orbital han de diferenciarse, por lo tanto, en el número cuántico de spin.
Como el número cuántico de spin solo puede tomar dos valores ( ), en un orbital solo puede
haber dos electrones como máximo. Estos dos electrones con los números cuánticos opuestos
se dice que están apareados.
En la siguiente tabla podemos ver el número total de electrones que pueden ocupar un
determinado nivel energético.
Número Nº total de
Niveles Nº de
Orbitales Valor de l Valores de m total de electrones
energéticos electrones
orbitales en el nivel
1 s 0 0 1 2 2
s 0 0 1 2
2 8
p 1 –1, 0, 1 3 6
s 0 0 1 2
3 p 1 –1, 0, 1 3 6 18
d 2 –2, –1, 0 1, 2 5 10
s 0 0 1 2
p 1 –1, 0, 1 3 6
4 d 2 –2, –1, 0 1, 2 5 10 32
–3, –2, –1, 0, 1, 2,
f 3 7 14
3
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7.2. Configuraciones electrónicas. Principio de máxima multiplicidad de Hund.
Siguiendo este diagrama podemos ver que el orden creciente de energía en los orbitales
sería: 1s < 2s < 2p < 3s < 3p < 4s < 3d < 4p…
[ ] = 1s22s22p4
[ ] = 1s22s22p63s1
[ ] = 1s22s22p63s23p64s23d6
[ ] = 1s22s22p63s23p64s23d104p6
[ ] = 1s22s22p63s23p64s23d104p65s24d105p66s24f4
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Por ejemplo en el caso del nitrógeno, su configuración electrónica sería 1s22s22p3. Los
tres electrones que están en el orbital 2p se colocarían en cada uno de los orbitales p
degenerados (px, py, pz). El átomo de nitrógeno tiene tres electrones desapareados. Podemos
representar esto usando el diagrama de cajas. Cada orbital está representado por una caja, los
electrones se simbolizan con una flecha. El sentido es distinto si tienen spin distinto. Por
ejemplo, para el nitrógeno:
1s 2s 2p
Figura 18: Configuración electrónica del nitrógeno.
La regla de Hund nos permite entender cómo un elemento con un número par de
electrones puede tener electrones desapareados, lo que le confiere ciertas propiedades
magnéticas que no tendría en caso contrario. Además, saber el número de electrones
desapareados nos permitirá, en el tema siguiente, entender qué enlaces puede formar un
elemento.
A mediados del siglo XIX el número de elementos conocidos había aumentado en gran
medida. Los científicos del momento dedicaron, entonces, sus esfuerzos a encontrar una
forma de clasificar los elementos buscando distintos criterios.
En 1817, Johann Wolfgang Döbereiner observó que el peso atómico del estroncio era
aproximadamente la media entre los pesos del calcio y el bario. Los tres elementos, además,
poseen propiedades químicas similares. En 1829, tras descubrir la tríada formada por los
elementos halógenos cloro, bromo y iodo así como la tríada de elementos alcalinos litio, sodio
y potasio, propuso que en la naturaleza existían tríadas de elementos de forma que el
elemento central tenía propiedades que eran un promedio de las de los otros dos elementos.
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Varios científicos encontraron otras tríadas y esta teoría fue muy popular durante un tiempo.
Llegaron a identificarse unas veinte tríadas.
En 1864 John Newlands, un químico inglés, observó que al colocar los elementos en
orden creciente de masa atómica cada siete elementos, a partir del octavo se repetían las
propiedades del primer elemento y de los sucesivos. Por analogía con la escala musical esta
clasificación recibió el nombre de ley de las octavas de Newlands.
Ambos establecieron una ley periódica que dice: las propiedades de los elementos no
son aleatorias sino que varían con la masa atómica de una forma sistemática.
Uno de los aciertos de Mendeléiev fue dejar huecos en la tabla periódica para
elementos desconocidos en ese momento e incluso hacer predicciones sobre la masa y las
propiedades que tendrían. Posteriormente se descubrieron elementos que coincidían con esas
predicciones de Mendeléiev. También tuvo el acierto de colocar algunos elementos (el iodo y
el teluro o el cobre y el níquel) intercambiándolos con el fin de que sus propiedades
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coincidieran con las de los otros elementos del grupo, aunque sus masas no siguieran el orden
creciente.
En 1914, el inglés Henry Moseley encontró una relación entre las rayas espectrales y el
número atómico del elemento y demostró que es el número atómico el que determina las
propiedades de los elementos y no su masa atómica. Así están clasificados los elementos
actualmente en la tabla periódica, por orden creciente de número atómico.
7 períodos o filas: que contienen los elementos con sus electrones más externos
colocados en la misma capa (el número cuántico n del electrón más externo
coincide con el número del período).
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Figura 21: Tabla periódica dividida en bloques.
9. Propiedades periódicas.
Las propiedades periódicas son aquellas propiedades de los elementos químicos que
varían de una forma sistemática a lo largo de la tabla periódica.
El radio atómico está relacionado con el tamaño de los átomos. Dado que las nubes
electrónicas de un átomo no tienen un límite definido, el radio atómico no tiene un valor fijo.
Suponiendo que los átomos se comportan como esferas en contacto con los átomos vecinos
podemos utilizar la difracción de rayos X para determinar las distancias entre núcleos y calcular
los radios atómicos a partir de ellas. Pero este valor será distinto según el compuesto que
utilicemos para determinar esa distancia.
• El número de capas (n) que posea el átomo. A mayor nº de capas, mayor será el radio
del átomo.
Una vez determinados los radios atómicos podemos deducir cómo varía a lo largo de la
tabla periódica.
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pero al ir aumentando el número atómico aumenta también carga nuclear efectiva
con la que son atraídos los electrones de la última capa haciendo que se acerquen
más al núcleo.
En la siguiente figura podemos ver cómo varía el radio atómico a lo largo de la tabla
periódica.
Cuando un átomo neutro pierde un electrón se convierte en un ión positivo o catión. Los
electrones que quedan son atraídos con más fuerza por el núcleo, ya que hay más protones
que electrones, y por lo tanto el tamaño del ión disminuye. Por otro lado si un átomo neutro
gana un electrón y se transforma en un anión (ión negativo) aumentan las fuerzas de repulsión
entre los electrones y aumenta el apantallamiento. Cada electrón es menos atraído por el
núcleo y por lo tanto aumenta el tamaño del ión.
Se define la primera energía de ionización (EI1) como la energía necesaria para arrancar
un electrón de un átomo en estado gaseoso y fundamental. Se suele expresar en kJ/mol o en
eV/átomo.
El electrón arrancado será siempre el más externo, y por lo tanto el menos atraído por
el núcleo. Cuanta menor sea esta energía de ionización más fácil será arrancar este electrón y
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por lo tanto formar un ión positivo. Por lo tanto, esta energía de ionización es una forma de
medir la facilidad que tiene un átomo para formar un ión positivo.
En la siguiente figura podemos ver cómo varía el radio atómico a lo largo de la tabla
periódica.
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Se llama segunda energía de ionización a la energía mínima necesaria para arrancar un
segundo electrón al ión formado al arrancar el primero. Esta segunda energía de ionización
siempre es superior a la primera ya que ahora los electrones están más atraídos por el núcleo
(hay más protones que electrones).
Se llama afinidad electrónica (AE) a la energía que se libera cuando un átomo en fase
gaseosa y fundamental capta un electrón convirtiéndose en un ión negativo gaseoso. Se
expresa en kJ/mol o eV/átomo.
9.5. Electronegatividad.
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Es una propiedad directamente relacionada con la afinidad electrónica y con la energía
de ionización, de forma que si ambos propiedades tienen un valor alto el elemento será muy
electronegativo. Según esto, la electronegatividad variará según el esquema:
Como ya vimos podemos dividir los elementos químicos en metales y no metales. Los
metales se caracterizan por formar fácilmente iones positivos. Es decir, pierden electrones
fácilmente. Eso implica valores bajos de energía de ionización, afinidad electrónica y
electronegatividad (de hecho reciben el nombre de electropositivos),
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Por el contrario los no metales atraen fuertemente a los electrones de la última capa y
forman fácilmente iones negativos. Esto implica que presentan altas energías de ionización,
afinidad electrónica y electronegatividad.
Por lo tanto el carácter metálico aumenta conforme nos desplazamos hacia la izquierda
en el período y hacia abajo en el grupo.
Ejercicio 11: Para cada uno de los elementos con la siguiente configuración electrónica
en los niveles de energía más externos: A=2s2 2p4; B=2s2 ; C= 3s2 3p2 ; D= 3s2 3p5:
a) Identifique el símbolo del elemento, el grupo y el periodo en la Tabla Periódica.
b) Indique los estados de oxidación posibles para cada uno de esos elementos.
c) Justifique cuál tendrá mayor radio atómico, A o B.
d) Justifique cuál tendrá mayor electronegatividad, C o D.
Ejercicio 14: Para los elementos A, B, C y D, cuyos números atómicos respectivos son Z =
2, 11, 12 y 17, razona cuál será:
a) Un gas noble
b) Un metal del grupo 2
c) El más electronegativo
d) El que presenta valencia 1.
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