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Tema 1. Estructura atómica.

Clasificación periódica de los


elementos.

1. Introducción. Modelo atómico de Dalton.


2. Primeros modelos atómicos.
2.1. Descubrimiento del electrón. Modelo atómico de Thomson.
2.2. Descubrimiento del protón. Modelo atómico de Rutherford.
2.3. Descubrimiento del neutrón.

3. Número atómico y número másico. Isótopos. Iones.

4. Espectrometría de masas.

5. Radiación electromagnética.
5.1. Espectros de absorción atómica.
5.2. Espectros de emisión atómica.
5.3. Ecuaciones de los espectros atómicos.

6. Estructura electrónica.
6.1. Hipótesis de Planck.
6.2. Modelo atómico de Bohr. Números cuánticos.
6.3. Modelo mecanocuántico. Orbitales.
6.3.1.- Hipótesis de De Broglie.
6.3.2.- Principio de indeterminación.
6.3.3.- Modelo mecanocuántico.

7. Orbitales y números cuánticos.


7.1. Principio de exclusión de Pauli.
7.2. Configuraciones electrónicas. Principio de máxima multiplicidad de Hund.

8. Clasificación periódica de los elementos.


8.1. Sistema periódico actual.
8.2. Configuración electrónica y sistema periódico.

9. Propiedades periódicas.
9.1. Radio atómico.
9.2. Radio iónico.
9.3. Energía de ionización.
9.4. Afinidad electrónica.
9.5. Electronegatividad.
9.6. Carácter metálico y no metálico.

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1. Introducción. Modelo atómico de Dalton.

La idea de átomo surge en el siglo V a.c. cuando Leucipo y su discípulo Demócrito


consideraron que la materia estaba formada por partículas pequeñas, iguales e indivisibles: los
átomos (átomo en griego significa indivisible), todos iguales entre sí.

En 1808 John Dalton propuso el primer modelo realmente científico sobre la estructura
de la materia retomando la idea de la existencia de los átomos. Este modelo estaba basado en
los siguientes postulados:

1) La materia está formada por partículas indivisibles e indestructibles llamadas


átomos.
2) Los átomos de un mismo elemento son todos iguales entre sí en masa y propiedades
físicas y químicas.
3) Los átomos de diferentes elementos son diferentes entre sí en masa y propiedades
físicas y químicas.
4) Los átomos de elementos diferentes pueden unirse entre sí para formar
compuestos, siempre en la misma proporción.
5) En las reacciones químicas los átomos no se destruyen ni se transforman en otros
átomos sino que se recombinan.

Dalton también ideó un sistema de símbolos para representar los elementos químicos
conocidos en ese momento.

Fig 1. Símbolos usados por Dalton para representar a los elementos.

La teoría de Dalton justificaba las leyes fundamentales de la química por lo que fue
aceptada por la comunidad científica y se mantuvo vigente durante casi un siglo. El
descubrimiento de las partículas subatómicas marca el comienzo de los grandes cambios que
condujeron a la aparición de una nueva teoría sobre la materia: la teoría cuántica.

2. Primeros modelos atómicos.

2.1. Descubrimiento del electrón. Modelo atómico de Thomson.

La primera partícula subatómica descubierta fue el electrón. En 1897 Joseph John


Thomson estudió el comportamiento y los efectos de los rayos catódicos, recientemente
descubiertos. Cuando en un tubo de vidrio que lleva soldados dos electrodos conectados a una
gran tensión (de 20000 a 100000 voltios) se hace el vacío, al producirse una descarga se
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observa una luminosidad o fluorescencia verdosa en la pared situada frente al cátodo
(electrodo negativo). Los científicos supusieron que era debida a la existencia de unos rayos
procedentes del cátodo, a los que llamaron rayos catódicos. Estos rayos, según las
observaciones de Thomson:

 Se propagan en línea recta.


 Son desviados por campos eléctricos hacia la zona positiva.
 Son desviados por campos magnéticos.
 Producen efectos mecánicos, téricos, químicos y luminosos.

Figura 2. Rayos catódicos.

Vídeo rayos catódicos

Thomson dedujo que estaban formados por partículas diminutas con masa, que se
desplazaban a gran velocidad y con carga negativa. Esa partícula era el electrón.
Thomson postuló, entonces, que el átomo estaba formado por esferas sólidas y
uniformes de materia cargada positivamente, con los electrones incrustados en ellas en un
número tal que anulasen la carga positiva (modelo del pudding de pasas).

Figura 3. Modelo atómico de Thomson.

Thomson puedo medir la relación qe/me (1,759·1011 C/kg) y al ver que era muy elevada
dedujo que el electrón debía tener una masa muy pequeña. Millikan en 1909 con su famoso
experimento de la gota de aceite determinó la carga del electrón, 1,602·10-19 C,
determinándose entonces que su masa es de 9,107·10–31 kg.

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2.2. Descubrimiento del protón. Modelo atómico de Rutherford.

A principios del siglo XX se descubrió la existencia de la radiactividad. Se identificaron


tres tipos de radiaciones:

 Radiación alfa:  formada por partículas positivas, poco penetrantes.


 Radiación beta: , formada por partículas negativas, más penetrantes.
 Radiación gamma: radiación electromagnética, la más penetrante de las tres.

En 1910, un equipo dirigido por Ernest Rutherford realizó un experimento que consistía
en bombardear con partículas alfa una fina lámina de oro y observar qué ocurría. Las partículas
alfa tienen mucha energía cinética, así que deberían atravesar la lámina de oro sin dificultad.
La mayor parte de ellas así lo hacían, pero para sorpresa de Rutherford alrededor del 0,01% de
las partículas se desviaban con un pequeño ángulo de su trayectoria y algunas incluso
rebotaban al chocar con la lámina.

Figura 4. Experimento de Rutherford.

 El átomo es en su mayor parte espacio vacío. Esto explica que las partículas α lo
atraviesen sin desviarse.

 Casi toda la masa del átomo está concentrada en una zona central de diámetro
aprox. 10.000 veces menor que el del átomo a la que llamó núcleo.

Rutherford propone así su modelo atómico. Según este modelo el átomo consta de:

 Un núcleo: en donde se encuentra concentrada la


masa y que tiene carga positiva.

 Una corteza: que rodea al núcleo y en la que se


encuentran los electrones, con carga negativa, en continuo
movimiento.

 El átomo es eléctricamente neutro ya que el número


de electrones iguala a las cargas positivas que se encuentran
en el núcleo.

Figura 5. Modelo atómico de


Rutherford.

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En 1914, Rutherford postuló la existencia de los protones en todos los átomos. Su carga
es la misma que la del electrón (1,602·10–19 C), pero su masa es mucho mayor: 1,673·10–27 kg).
En 1919, al bombardear gas nitrógeno con partículas alfa, Rutherford descubrió el
protón:

+ + (protón)

Aunque el modelo atómico de Rutherford actualmente está ya superado, la idea del


núcleo sigue vigente. El modelo actual sigue siendo un modelo nuclear. Pero este modelo no
explicaría un fenómeno observado por las leyes del magnetismo. Una partícula cargada en
continuo movimiento va perdiendo energía, por lo que el electrón, en su movimiento
alrededor del núcleo, debería ir perdiendo energía cayendo finalmente sobre el núcleo. Es
necesario un nuevo modelo.

2.3. Descubrimiento del neutrón.

Una vez descubierta la presencia del protón y el electrón se pudo comprobar que la
masa de los núcleos atómicos más pesados no coincidía con la masa de sus protones. En 1920,
Rutherford sugirió la existencia de un tercer tipo de partículas que, sin carga, tendrían una
masa parecida a la del protón y estabilizarían el núcleo, el neutrón. En 1932 Chadwick detectó
la presencia del neutrón cuando bombardeaba átomos de berilio con partículas alfa (núcleos
de helio).
Masa neutrón = 1,675 · 10-27 kg.

+ +

Ejercicio 1: Calcula la carga que transporta un mol de electrones. Sol: 96500 C.

Ejercicio 2: ¿Cuántos electrones son necesarios para llevar una carga de 1 C? Sol:
6,22·1018 e.

3. Número atómico y número másico. Isótopos. Iones.

El número atómico, Z, es el número de protones que tiene un átomo en su núcleo. En


un átomo neutro, este número coincide también con el número de electrones de la corteza.

Z = p =e

El número másico, A, es el número de nucleones (protones más neutrones) que tiene un


átomo en su núcleo.

A=Z+n

Cualquier átomo se puede representar de la siguiente forma:

Se llama isótopo a los distintos átomos de un mismo elemento. Dos átomos son
isótopos si tienen el mismo número atómico (Z) pero distinto número másico (A). Es decir, se
diferencian en el número de neutrones que tienen en el núcleo.

En la naturaleza, un elemento químico está formado por una mezcla de átomos de sus
distintos isótopos, en una proporción determinada, según su abundancia. La masa atómica del
elemento se calculará, por tanto, como la media de las masas atómicas de los isótopos,
teniendo en cuenta su abundancia en %.

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Mr (elemento) =

La mayoría de los elementos están formados por una mezcla isotópica.

Isótopos Masa atómica (u) Abundancia relativa (%)

(Protio) 1,0078 u 99,98

(Deuterio) 2,0141 0,015


(Tritio) 3,0160 10–17

15,99491 99,759
16,99914 0,037
17,99916 0,204

Ejercicio 3: El níquel (Z =28) que se encuentra en la naturaleza está formado por los
siguientes isótopos:

Isótopo Abundancia relativa (%) Masa (u)


Níquel 58 68.3 57.94
Níquel 60 26.1 59.93
Níquel 61 1.1 60.93
Níquel 62 3.6 61.93
Níquel 64 0.9 63.93

a) Señala los protones y neutrones que hay en el núcleo de cada uno de estos
isótopos.
b) Calcula la masa atómica del elemento níquel.
Sol: 58,69 u.

Ejercicio 4: Completa la siguiente tabla:

Átomo Z A p e n

21 45 18
27 25 32
52 127 56

15 31 18

Cuando un átomo tiene el mismo número de cargas positivas (protones) que de cargas
negativas (electrones) se dice que se encuentra en estado neutro. Sin embargo, tanto los
átomos como las moléculas pueden perder o ganar electrones y, como consecuencia de ello,
dejan de estar en estado neutro para pasar a tener carga eléctrica y así aparece el concepto de
iones.

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 Catión: es un ión positivo formado cuando un átomo neutro pierde electrones. Ca+2,
Na+, Al+3.
 Anión: es un ión negativo formado cuando un átomo neutro gana electrones. O–2, N–3,
Cl–.

4. Espectrometría de masas.

La espectrometría de masas es una técnica de análisis muy eficaz para determinar la


masa molecular de una sustancia. Para obtener un espectro de masas a un haz de electrones
de alta energía que la ioniza. El ión así formado tendrá una masa muy parecida a la masa
molecular del compuesto. El choque entre las partículas se hace a gran velocidad lo que hace
que se formen una gran variedad de fragmentos ionizados. Analizando estos fragmentos
podemos determinar la masa molecular de la muestra así como datos que os permitirán
determinar su estructura.

Figura 6. Espectrómetro de masas.

En este esquema general de un espectrómetro de masas vemos sus 4 partes


fundamentales:
1. Sistema de introducción de muestras: se utilizan micromuestras que se
introducen en fase gaseosa.
2. Fuente de iones: un haz de electrones de alta energía choca con las partículas
de la muestra formando una gran variedad de fragmentos ionizados. A
continuación se coloca una placa con carga positiva para repeler los iones y
expulsarlos del haz de electrones.
3. Analizador: separa los iones que salen de la fuente de ionización. El método más
habitual es utilizar un campo magnético que obliga a los iones a describir una
trayectoria circular de radio r = donde v es la velocidad de la partícula
ionizada y B el campo magnético que está actuando.
4. Sistema detector y registrador: Es el encargado de mostrar el número de iones
de cada clase que se han formado así como su abundancia.
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En la siguiente figura podemos ver el espectro de masas del alcohol bencílico.

Figura 7. Espectro de masas del alcohol bencílico.

5. Radiación electromagnética.

La naturaleza de la luz ha sido, desde siempre, un misterio que ha despertado la


curiosidad de toda la comunidad científica. Sir Isaac Newton descubrió que cuando un haz de
luz visible atravesaba un prisma transparente, se descompone en luces de distintos colores, los
del arcoíris, y denominó al conjunto de colores espectro continuo de la luz visible. Esto ocurre
porque las radiaciones de cada color se desplazan a distintas velocidades al atravesar los
distintos medios transparentes (vidrio, aire, agua, etc…), por lo que se desvían con distintos
ángulos de refracción, separándose.

Hoy sabemos que la luz visible es solo un tipo de radiación electromagnética que puede
describirse en términos ondulatorios. Podemos, pues, asignar una longitud de onda, , una
frecuencia, , y un número de onda, a cada tipo de radiación.

Figura 8. Espectro electromagnético

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La radiación visible, la única detectada por el ojo humano, se encuentra en el rango de
longitudes de onda de 400 nm (región del violeta) a 780 nm (región del rojo).

5.1. Espectros de absorción atómica.

Un espectro de absorción atómica se obtiene cuando colocamos una sustancia gaseosa


en el camino de un haz de luz blanca (que contiene todas las radiaciones) de forma que al
absorber ciertas radiaciones el espectro presentará una serie de zonas oscuras.
En la figura podemos ver el espectro de absorción del hidrógeno. Podemos ver al menos
cuatro líneas oscuras que se corresponden con las radiaciones absorbidas por el átomo de
hidrógeno.

Figura 9. Espectro de absorción del hidrógeno.

5.2. Espectros de emisión atómica.

Si calentamos una sustancia gaseosa hasta la incandescencia y hacemos pasar su luz a


través de un prisma óptico, esta se descompone en un conjunto de radiaciones que, sobre una
lámina de vidrio, aparecen como un grupo de rayas o líneas coloreadas separadas por espacios
oscuros. A ese conjunto de rayas se le llama espectro de emisión de la sustancia. El número y
la posición de las rayas es característica de cada sustancia. Cada elemento químico genera su
propio espectro de emisión característico, por lo que se puede utilizar esta técnica para
detectar la presencia de un determinado átomo en una muestra.

Figura 10. Espectro de emisión del hidrógeno.

Comparando los espectros de absorción y emisión del hidrógeno, podemos ver que las
líneas oscuras del espectro de absorción ocupan la misma posición que las líneas brillantes del
espectro de emisión. Este tipo de espectro se denomina discontínuo.

5.3. Ecuaciones de los espectros atómicos.

El estudio de estos espectros atómicos intrigó durante medio siglo a los científicos. En
1885, Johann J. Balmer (1825-1898), estudiando el espectro del hidrógeno, encontró, de
manera empírica, que las longitudes de onda de las radiaciones emitidas en la zona visible
venían dadas por la siguiente fórmula matemática:

=R donde: R = constante de Rydberg, cuyo valor es 109677,6 cm–1.


n = es un número entero que puede adoptar valores desde 3
hasta .

Nuevas series espectrales (nuevas líneas en el espectro del hidrógeno) aparecieron


cuando se estudió la radiación no visible. Serie de Lyman en la región del ultravioleta; serie de
Paschen, Brackett e Pfund en la región infrarroja.

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Johannes Rydberg (1854-1919) generalizó la ecuación haciéndola extensible a todas las
series espectrales que, para el hidrógeno, fueron apareciendo progresivamente. La ecuación
tomó la forma:
=R

En esta expresión n2 > n1. En la serie de Lyman n1 = 1, en la de Balmer n1 = 2, en la de


Paschen n1 = 3, en la de Brackett n1 = 4 y en la de Pfund n1 =5.

6. Estructura electrónica.

6.1. Hipótesis de Planck.

Los cuerpos sólidos calientes emiten una radiación que depende de su temperatura. Por
ejemplo el hierro muy caliente emite un resplandor rojo. A finales del siglo XIX se trató, sin
éxito, de relacionar la temperatura del cuerpo con la longitud de onda de la radiación emitida.
En 1900, el físico alemán Max Planck estudiaba la radiación emitida por un cuerpo negro
(superficie ideal que se comporta absorbiendo toda la radiación que llega a él). Observó que la
radiación emitida es siempre proporcional a una cantidad de energía elemental que llamó
cuanto y que es independiente de la temperatura.

La hipótesis de Planck dice que la energía se emite siempre de forma discontinua, como
si fuesen pequeños paquetes de energía denominados cuantos, que para el caso de la
radiación electromagnética reciben el nombre de fotones. La energía de un fotón es
directamente proporcional a la frecuencia de la radiación según la ecuación:

E=h·f

donde f es la frecuencia y h es la constante de Planck cuyo valor es 6,626·10–34 J·s.

Dado que la radiación es una onda podemos relacionar la frecuencia de la radiación con
su longitud de onda a través de la velocidad de propagación que en este caso será la velocidad
de la luz en el vacío (c = 3·108 m/s). La ecuación queda entonces así:

E=h·f=h·

Con esta hipótesis la energía deja de ser una magnitud continua para pasar a entenderse
como múltiplos enteros de cantidades elementales, los cuantos de energía. Como el valor de h
es muy pequeño, un cuanto de energía no se percibe en el mundo macroscópico, por lo que
nos parece que la emisión o absorción de energía es continua. En el mundo microscópico la
discontinuidad sí es apreciable. Esta hipótesis nos explica los espectros atómicos de emisión y
absorción.

Ejercicio 5: Si la energía de ionización del potasio gaseoso es 418kJ/mol, calcula:


a) La energía mínima que ha de tener un fotón para poder ionizar un átomo de
potasio.
b) La frecuencia asociada a esta radiación e indica en qué región del espectro
electromagnético se encuentra.
c) ¿Podría ionizarse este átomo con luz de otra región espectral? Razona la
respuesta. En caso afirmativo, indica una zona del espectro que cumpla dicho
requisito.
Sol: 6,94·10–19 J; 1,05 · 1015 s-1; UV.

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Ejercicio 6: Sabiendo que la energía que posee el electrón de un átomo de hidrógeno en
su estado fundamental es −13,625 eV, calcule:
a) La frecuencia de la radiación necesaria para ionizar el hidrógeno.
b) La longitud de onda, en nm, y la frecuencia de la radiación emitida cuando el
electrón pasa del nivel n = 4 al n = 2.
Datos: 1 eV = 1,6·10–19 J. Sol: 3,29·1015 Hz; 486,2 nm; 6,17·1014 Hz.

Ejercicio 7: La energía necesaria para ionizar el átomo de sodio es 498,07 kJ/mol. Calcula
la frecuencia de la radiación necesaria para ionizar un átomo de sodio. Determina si esta
pertenece al espectro visible, al infrarrojo o al ultravioleta, sabiendo que la longitud de onda
de la luz visible en el vacío está comprendida entre 3900 y 7800 . Dato: 1 = 10–10 m.
Sol: 1,25·1015 Hz; UV.

6.2. Modelo atómico de Bohr. Números cuánticos.

En 1913, el físico danés Niels Bohr, discípulo de Rutherford, aplicó el modelo de


Rutherford y la hipótesis de Planck al átomo de hidrógeno. Propuso un modelo atómico que
consta de los siguientes postulados:

1. Los electrones giran en torno al núcleo sólo en ciertas órbitas circulares


estables, donde al moverse no irradian energía (órbitas estacionarias). Por lo tanto, el espacio
que rodea al núcleo está cuantizado: hay zonas permitidas y zonas no permitidas.

2. De todas las órbitas posibles solo están permitidas aquellas cuya energía
adopte ciertos valores , determinados por el número cuántico n (n = 1, 2, 3…). A estas órbitas
se las llamó niveles de energía y se representan por la letra n. Cuanto más alejado del núcleo
está el nivel mayor será su energía.

3. Cuando un electrón pasa de un órbita a otra absorbe (si n1<n2) o emite (si
n1>n2) energía en forma de fotones de energía igual a la diferencia entre las energías de las
órbitas entre las que se mueve. Cada uno de estos saltos entre niveles generaría una línea en
los espectros atómicos.

E = E2 – E1 = h · f

Figura 11: transición electrónica entre niveles de energía.

Cuando se construyeron espectroscopios de mayor resolución, se comprobó que las


líneas del espectro de emisión se desdoblaban en dos muy próximas (dobletes) o tres

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(tripletes)... Esto implicaba un mayor número de saltos electrónicos de los que se podían
explicar con el modelo de Bohr. Más tarde, al analizar el espectro de un átomo situado en el
interior de un campo magnético aparecieron nuevos desdoblamientos, fenómeno que se
conoce con el nombre de efecto Zeeman y que tampoco se podía explicar con el modelo
atómico de Bohr.

Para solucionar estos problemas, A. Sommerfeld en 1916 introdujo algunas


modificaciones en el modelo de Bohr:

 El electrón puede moverse, además de en órbitas circulares, en órbitas elípticas con el


núcleo situado en uno de los focos de la elipse. Esto implica la aparición de subniveles de
energía y más transiciones electrónicas posibles. Introdujo así un nuevo número cuántico, el
número cuántico secundario o acimutal, l, que se relaciona con la forma de la órbita y con los
subniveles de energía de cada nivel cuántico n. Este número cuántico l puede tomar valores
entre 0 y n–1.

 Cuando un electrón gira en su órbita produce un campo magnético que puede


interaccionar con el campo magnético exterior. Este interacción será diferente según la
orientación en el espacio de la órbita descrita por el electrón lo que provoca los
desdoblamientos de las líneas espectrales observadas por Zeeman. Se introduce así un tercer
número cuántico llamado número cuántico magnético, m, que toma valores desde – l hasta l
incluido el cero.

 En 1925, G. Uhlenbeck (1900-1988) y S. Goudsmit (1902-1978) utilizando campos


magnéticos muy potentes observaron el desdoblamiento de cada una de las líneas espectrales
de Zeeman. Con esto se confirmaba la hipótesis lanzada unos años antes de que el electrón al
girar sobre su eje generaba un pequeño campo magnético en la dirección el giro. Esta nueva
interacción obligó a introducir un nuevo número cuántico llamado número cuántico de spin, s,
que toma valores de .

6.3. Modelo mecanocuántico. Orbitales.

A principios del siglo XX, nuevos experimentos pusieron de manifiesto la incapacidad de


la física clásica para explicar el comportamiento de la materia a nivel microscópico. Fue
necesaria la elaboración de una nueva mecánica, la mecánica cuántica, lo que origina un nuevo
modelo atómico que permite explicar la ordenación periódica de los elementos o el enlace
químico.
El desarrollo de la mecánica cuántica sólo se entiende asumiendo conceptos como la
hipótesis de De Broglie o el principio de indeterminación de Heisenberg.

6.3.1.- Hipótesis de De Broglie.

El estudio de los efectos Compton y fotoeléctrico demostraron que la luz se comporta


como un corpúsculo material. Al mismo tiempo efectos como la reflexión, refracción o
difracción demuestran que la luz se comporta como una onda. En 1923 el físico francés Louis
De Broglie postuló que dado que los fotones presentaban esta dualidad onda-corpúsculo,
quizá la materia también podía tener ese mismo comportamiento. Es decir, cualquier partícula
en movimiento tiene asociada una longitud de onda.

Si la luz se comporta como una onda, su energía vendrá dada por la ecuación de Planck:

E=h·f

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Si se comporta como una partícula su energía debe responder a la ecuación de Einstein,
que relaciona la energía con la materia:

E = m · c2

Igualando ambas ecuaciones:

h · f = m · c2 como c =  · f f= y por lo tanto:

h· = m · c2 =

Esta fórmula solo es válida para la luz. De Broglie la generalizó para cualquier partícula
en movimiendo estableciendo su hipótesis:

Toda partícula en movimiento lleva asociada una onda de una longitud de onda
inversamente proporcional al momento lineal de la partícula.

=

6.3.2.- Principio de indeterminación.

Como consecuencia del carácter dual del electrón, el físico W. Heisenberg formuló su
principio de indeterminación:

Resulta imposible determinar con exactitud y simultáneamente la posición y la velocidad


de un electrón.

6.3.3.- Modelo mecanocuántico.

Teniendo en cuenta que los electrones se comportan como una onda, su movimiento
podrá describirse mediante la ecuación matemática de una onda estacionaria. Esta función se
denomina función de onda, . La ecuación de Schrödinger describe el movimiento de un
sistema con un único electrón (átomo de hidrógeno):

+ + + (E – V) =0

donde: representa la amplitud de onda del electrón.


E es la energía total permitida para el electrón.
V es la energía potencial del electrón en función de la posición, según las coordenadas x,
y, z.
m es la masa del electrón.
h es la constante de Planck.

Para resolver esta ecuación hay que introducir unas restricciones en ciertos parámetros.
Estos parámetros reciben el nombre de números cuánticos, y por su similitud con los del
modelo Bohr-Sommerfeld, se simbolizan con las mismas letras. De esta forma obtenemos los
números cuánticos de forma matemática.

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La función representa la energía del electrón, pero no suministra información sobre s
posición ni su velocidad exacta (dado el principio de indeterminación de Heisenberg). no
tiene sentido físico. Lo que sí tiene sentido físico es su cuadrado ( ) que es proporcional a la
densidad de carga en ese punto. Lo que nos indica es la probabilidad de encontrar un electrón
en esa zona del espacio. De esta forma surge el concepto de orbital atómico: zona del espacio
donde la probabilidad de encontrar al electrón es grande ( >90%).

Para explicar este concepto, supongamos que se pueden tomar fotografías de un


electrón alrededor del núcleo. Al cabo de un tiempo y de tomar un número muy grande de
fotografías en cada una de las cuales aparecerá el electrón como un punto, al superponer
todas ellas se tendrá una imagen como la de la figura;

Figura 12: Orbital s. Densidad de carga

Esta sería una representación de la probabilidad electrónica. Las zonas más densas
tendrían una mayor probabilidad. Si encerramos esta nube electrónica con una superficie, en
el volumen encerrado tendríamos la máxima probabilidad de encontrar el electrón: un orbital.

7. Orbitales y números cuánticos.

Como hemos visto la solución de la ecuación de Schrödinger viene condicionada por los
valores de os números cuánticos n, l y m. Cada trío de números cuánticos determinan un
orbital (zona de máxima probabilidad de encontrar el electrón con determinada energía).

 n: número cuántico principal. Toma valores: 1,2,3,4… .


Está relacionado con el volumen efectivo del orbital y con el nivel energético.
Cuando mayor sea n, mayor volumen tendrá y mayor energía le corresponde.

 l: número cuántico secundario. Toma valores: 0, 1, 2… n–1.


Está relacionado con la forma de los orbitales y se corresponde con los
subniveles de energía de Sommerfeld.
l=0 orbital s.
l=1 orbital p.
l=2 orbital d.
l=3 orbital f.

 m: número cuántico magnetico. Toma valores de –l … 0 … +l.


Está relacionado con las distintas orientaciones en el espacio de los orbitales.
Un orbital queda definido por los valores de estos tres números cuánticos, pero
si queremos identificar un electrón hemos de añadir un cuarto número cuántico.

 s: número cuántico de spin. Toma valores .


Está relacionado con el sentido de giro sobre sí mismo del electrón en el orbital.

¿Y cómo son estos orbitales? Sus características más importantes son:

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 Orbitales s: tienen forma esférica. Su tamaño será mayor cuando mayor sea el nivel
energético en el que se encuentren (cuando mayor sea n). Para estos orbital l = 0 y
por lo tanto m = 0. Lo cual tiene sentido ya que al ser esférico no tiene distintas
orientaciones en el espacio.

Figura 13: Tamaño de los orbitales s.

 Orbitales p: Estos orbitales están formados por dos lóbulos esféricos tangentes y
separados por un plano nodal. Para ellos l = 1 y por lo tanto m puede tomar tres
valores: –1, 0 y 1. Esto quiere decir que estos orbitales pueden presentar tres
orientaciones en el espacio diferentes. Concretamente se orientan según los ejes de
coordenadas. Tenemos, por tanto, los orbitales px, py y pz. Estos orbitales aparecen a
partir del nivel 2.

Figura 14: Orbitales p.

 Orbitales d: Están formados por varios lóbulos. Para ellos l = 2 lo cual implica cinco
diferentes valores de m (–2, –1, 0 1, 2), es decir, cinco orientaciones en el espacio
distintas. Aparecen a partir del nivel 3.

Figura 15: Orbitales d.


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 Orbitales f: Tienen formas más complejas. Su número cuántico secundario vale 3
por lo tanto presentan 7 números cuánticos magnéticos (–3, –2, –1, 0, 1, 2, 3) y 7
orientaciones en el espacio diferentes. Aparecen a partir del nivel 4.

Figura 16: Orbitales f.

7.1. Principio de exclusión de Pauli.

El principio de exclusión de Pauli dice que:

En un átomo cualquiera no puede haber dos electrones con los cuatro números
cuánticos iguales.

Si un orbital queda definido por los tres primeros números cuánticos, dos electrones
situados en el mismo orbital han de diferenciarse, por lo tanto, en el número cuántico de spin.
Como el número cuántico de spin solo puede tomar dos valores ( ), en un orbital solo puede
haber dos electrones como máximo. Estos dos electrones con los números cuánticos opuestos
se dice que están apareados.

En la siguiente tabla podemos ver el número total de electrones que pueden ocupar un
determinado nivel energético.

Número Nº total de
Niveles Nº de
Orbitales Valor de l Valores de m total de electrones
energéticos electrones
orbitales en el nivel
1 s 0 0 1 2 2
s 0 0 1 2
2 8
p 1 –1, 0, 1 3 6
s 0 0 1 2
3 p 1 –1, 0, 1 3 6 18
d 2 –2, –1, 0 1, 2 5 10
s 0 0 1 2
p 1 –1, 0, 1 3 6
4 d 2 –2, –1, 0 1, 2 5 10 32
–3, –2, –1, 0, 1, 2,
f 3 7 14
3

El número de electrones totales que pueden estar en un nivel de energía se puede


calcular utilizando la fórmula 2n2, donde n es el nivel energético.

16
7.2. Configuraciones electrónicas. Principio de máxima multiplicidad de Hund.

A la hora de situar los electrones de un átomo en los orbitales correspondientes hemos


de tener en cuenta que siempre se situarán en un orden creciente de energía. En general
cuanto mayor sea n y l mayor será la energía del orbital pero a partir del nivel 3 se producen
algunas alteraciones a esta regla. Para recordar el orden de energía de los orbitales utilizamos
el diagrama de Moeller.

Figura 17. Diagrama de Moeller

Siguiendo este diagrama podemos ver que el orden creciente de energía en los orbitales
sería: 1s < 2s < 2p < 3s < 3p < 4s < 3d < 4p…

Llamamos configuración electrónica de un átomo a la representación de la distribución


de sus electrones en los diferentes orbitales en orden creciente de energía.

A continuación aparece la configuración electrónica de algunos elementos:

[ ] = 1s22s22p4

[ ] = 1s22s22p63s1

[ ] = 1s22s22p63s23p64s23d6

[ ] = 1s22s22p63s23p64s23d104p6

[ ] = 1s22s22p63s23p64s23d104p65s24d105p66s24f4

El principio de máxima multiplicidad de Hund dice que:

Cuando los electrones ocupan orbitales de igual energía (degenerados) lo hacen de


forma que ocupen el mayor número de orbitales posibles.

17
Por ejemplo en el caso del nitrógeno, su configuración electrónica sería 1s22s22p3. Los
tres electrones que están en el orbital 2p se colocarían en cada uno de los orbitales p
degenerados (px, py, pz). El átomo de nitrógeno tiene tres electrones desapareados. Podemos
representar esto usando el diagrama de cajas. Cada orbital está representado por una caja, los
electrones se simbolizan con una flecha. El sentido es distinto si tienen spin distinto. Por
ejemplo, para el nitrógeno:

1s 2s 2p
Figura 18: Configuración electrónica del nitrógeno.

La regla de Hund nos permite entender cómo un elemento con un número par de
electrones puede tener electrones desapareados, lo que le confiere ciertas propiedades
magnéticas que no tendría en caso contrario. Además, saber el número de electrones
desapareados nos permitirá, en el tema siguiente, entender qué enlaces puede formar un
elemento.

Ejercicio 8: Indica si las siguientes combinaciones de números cuánticos son correctas.


En caso de que no lo sean explica por qué:
a) (1,1,0,1/2) b) (2,0,0,1) c) (2,1,2,-1/2)
b) d) (3,1,-2,1/2) e) (2,-1,1,1/2)

Ejercicio 9: Explica cuales de las siguientes configuraciones electrónicas no son posibles:


a) 1s22s22p4 b) 1s23p2
c) 1s22s22p63s3 d) 1s22s22p63s23p10

Ejercicio 10: Escribe la configuración electrónica de los elementos de número atómico:


11, 17, 24, 35, 46, 51, 73, 64 y 97.

8. Clasificación periódica de los elementos.

A mediados del siglo XIX el número de elementos conocidos había aumentado en gran
medida. Los científicos del momento dedicaron, entonces, sus esfuerzos a encontrar una
forma de clasificar los elementos buscando distintos criterios.

La primera clasificación de los elementos conocidos fue elaborada por Lavoisier en el


siglo XVIII. Clasificó los elementos en metales o no metales en función de sus aspectos y sus
propiedades físicas.

En 1817, Johann Wolfgang Döbereiner observó que el peso atómico del estroncio era
aproximadamente la media entre los pesos del calcio y el bario. Los tres elementos, además,
poseen propiedades químicas similares. En 1829, tras descubrir la tríada formada por los
elementos halógenos cloro, bromo y iodo así como la tríada de elementos alcalinos litio, sodio
y potasio, propuso que en la naturaleza existían tríadas de elementos de forma que el
elemento central tenía propiedades que eran un promedio de las de los otros dos elementos.
18
Varios científicos encontraron otras tríadas y esta teoría fue muy popular durante un tiempo.
Llegaron a identificarse unas veinte tríadas.

En 1864 John Newlands, un químico inglés, observó que al colocar los elementos en
orden creciente de masa atómica cada siete elementos, a partir del octavo se repetían las
propiedades del primer elemento y de los sucesivos. Por analogía con la escala musical esta
clasificación recibió el nombre de ley de las octavas de Newlands.

El geólogo francés A.E. Beguyer de Charcourtois dispuso los elementos en orden


creciente de sus masas atómicas sobre una curva helicoidal en el espacio de manera que los
puntos que se sucedían sobre las distintas curvas diferían en 16 unidades de masa. Los
elementos análogos estaban situados en dichos puntos, lo que sugería una repetición
periódica de sus propiedades. Esta sería la primera clasificación periódica de los elementos.
Esta disposición se conoce con el nombre de tornillo telúrico.

Figura 19. Tornillo telúrico.

En 1869, el ruso Dimitri Ivanovich Mendeléiev y el alemán Julius Lothard Meyer, en


trabajos independientes, estudiaron la relación entre la masa atómica de los elementos y sus
propiedades químicas y físicas.

Ambos establecieron una ley periódica que dice: las propiedades de los elementos no
son aleatorias sino que varían con la masa atómica de una forma sistemática.

Ordenaron los elementos por orden creciente de masa atómica distribuyéndolos en


períodos con un número variable de elementos y en grupos con elementos de propiedades
semejantes. Como la tabla de Mendeléiev se publicó primero y era más extensa y completa fue
la base para posteriores clasificaciones.

Uno de los aciertos de Mendeléiev fue dejar huecos en la tabla periódica para
elementos desconocidos en ese momento e incluso hacer predicciones sobre la masa y las
propiedades que tendrían. Posteriormente se descubrieron elementos que coincidían con esas
predicciones de Mendeléiev. También tuvo el acierto de colocar algunos elementos (el iodo y
el teluro o el cobre y el níquel) intercambiándolos con el fin de que sus propiedades

19
coincidieran con las de los otros elementos del grupo, aunque sus masas no siguieran el orden
creciente.

Figura20. Clasificación periódica de Mendeléiev.

En 1914, el inglés Henry Moseley encontró una relación entre las rayas espectrales y el
número atómico del elemento y demostró que es el número atómico el que determina las
propiedades de los elementos y no su masa atómica. Así están clasificados los elementos
actualmente en la tabla periódica, por orden creciente de número atómico.

El sistema periódico actual consta de 118 elementos ordenados en:


 18 grupos o columnas: formados por elementos con propiedades semejantes ya
que tienen una configuración electrónica externa semejante. Cada grupo recibe
un nombre:

 7 períodos o filas: que contienen los elementos con sus electrones más externos
colocados en la misma capa (el número cuántico n del electrón más externo
coincide con el número del período).

Llamamos electrón diferenciador al último electrón que se coloca en su configuración


electrónica. Este último electrón es el que diferencia un elemento del siguiente. En general
según el orbital en el que se encuentre el electrón diferenciador podemos clasificar los
elementos en:

 Grupo 1: Metales alcalinos. Tienen el electrón diferenciador en un


orbital s. Su configuración electrónica termina en ns1.
20
 Grupo 2: Metales alcalinotérreos. Tienen el electrón diferenciador en un
orbital s. Su configuración electrónica termina en ns2.
 Grupo 3-12: Metales de transición. Tienen el electrón diferenciador en
un orbital d.
 Grupo 13: Elementos térreos. Tienen el electrón diferenciador en un
orbital p. Su configuración electrónica termina en ns2np1.
 Grupo 14: Elementos carbonoideos. Tienen el electrón diferenciador en
un orbital p. Su configuración electrónica termina en ns2np2.
 Grupo 15: Elementos nitrogenoideos. Tienen el electrón diferenciador
en un orbital p. Su configuración electrónica termina en ns2np3.
 Grupo 16: Elementos anfígenos. Tienen el electrón diferenciador en un
orbital p. Su configuración electrónica termina en ns2np4.
 Grupo 17: Elementos halógenos. Tienen el electrón diferenciador en un
orbital p. Su configuración electrónica termina en ns2np5.
 Grupo 18: Gases nobles. Tienen el electrón diferenciador en un orbital p.
Su configuración electrónica termina en ns2np6.
 Metales de transición interna: Tienen el electrón diferenciador en un
orbital f. Están divididos en dos series: la serie de los lantánidos, que
pertenecen al período 6, y la de los actínidos, que pertenecen al período
7.

8.2. Configuración electrónica y sistema periódico.

Según esto, conociendo la configuración electrónica de un elemento podremos situarlo


en la tabla periódica. Por ejemplo, el elemento con número atómico 35 tiene una
configuración electrónica tal que: 1s22s22p63s23p64s23d104p5. Observando esta configuración
vemos que es un elemento que pertenece al período 4 (es la capa más externa) y al grupo 17
ya que su configuración electrónica en su capa más externa es 4s24p5 (5 + 12 = 17). Es por lo
tanto el elemento Bromo.

Los elementos del sistema periódico también pueden clasificarse en metales y no


metales. Los metales están situados en la tabla periódica en el centro y hacia la izquierda y los
metales se sitúan a la derecha, a excepción del hidrógeno que se sitúa en el grupo 1 por tener
un solo electrón en el orbital s y no tener propiedades similares a ningún otro elemento de la
tabla.

21
Figura 21: Tabla periódica dividida en bloques.
9. Propiedades periódicas.

Tal como se ha indicado, la Tabla Periódica refleja la periodicidad en la configuración


electrónica de los elementos, por lo que cabe esperar una variación periódica de determinadas
propiedades de los elementos que forman los grupos y los períodos.

Las propiedades periódicas son aquellas propiedades de los elementos químicos que
varían de una forma sistemática a lo largo de la tabla periódica.

9.1. Radio atómico.

El radio atómico está relacionado con el tamaño de los átomos. Dado que las nubes
electrónicas de un átomo no tienen un límite definido, el radio atómico no tiene un valor fijo.
Suponiendo que los átomos se comportan como esferas en contacto con los átomos vecinos
podemos utilizar la difracción de rayos X para determinar las distancias entre núcleos y calcular
los radios atómicos a partir de ellas. Pero este valor será distinto según el compuesto que
utilicemos para determinar esa distancia.

Depende básicamente de dos factores, por orden de importancia:

• El número de capas (n) que posea el átomo. A mayor nº de capas, mayor será el radio
del átomo.

• La atracción que sufran los electrones por parte del núcleo.

Una vez determinados los radios atómicos podemos deducir cómo varía a lo largo de la
tabla periódica.

 El radio atómico aumenta al descender en un grupo, debido a que aumentan el


número de capas.

 El radio atómico disminuye a lo largo de un período a medida que aumenta el


número atómico. El nivel energético más externo es el mismo a lo largo del período

22
pero al ir aumentando el número atómico aumenta también carga nuclear efectiva
con la que son atraídos los electrones de la última capa haciendo que se acerquen
más al núcleo.

En la siguiente figura podemos ver cómo varía el radio atómico a lo largo de la tabla
periódica.

Figura 22: Variación del tamaño atómico.

Podemos utilizar la siguiente imagen para representar esta variación:

9.2. Radio iónico.

Cuando un átomo neutro pierde un electrón se convierte en un ión positivo o catión. Los
electrones que quedan son atraídos con más fuerza por el núcleo, ya que hay más protones
que electrones, y por lo tanto el tamaño del ión disminuye. Por otro lado si un átomo neutro
gana un electrón y se transforma en un anión (ión negativo) aumentan las fuerzas de repulsión
entre los electrones y aumenta el apantallamiento. Cada electrón es menos atraído por el
núcleo y por lo tanto aumenta el tamaño del ión.

9.3. Energía de ionización.

Se define la primera energía de ionización (EI1) como la energía necesaria para arrancar
un electrón de un átomo en estado gaseoso y fundamental. Se suele expresar en kJ/mol o en
eV/átomo.

El electrón arrancado será siempre el más externo, y por lo tanto el menos atraído por
el núcleo. Cuanta menor sea esta energía de ionización más fácil será arrancar este electrón y
23
por lo tanto formar un ión positivo. Por lo tanto, esta energía de ionización es una forma de
medir la facilidad que tiene un átomo para formar un ión positivo.

En general, la energía de ionización varía de la siguiente forma:

 Al descender en un grupo la energía de ionización disminuye ya que el electrón


más externo se encuentra en un nivel energético mayor, más alejado del núcleo.
Además, aumenta el apantallamiento de los electrones internos (hay más capas
y más electrones) y por lo tanto el electrón externo está menos atraído por el
núcleo y son más fáciles de arrancar.

 Dentro de un mismo período, la energía de ionización aumenta al desplazarnos


hacia la derecha. Al ir aumentando el número atómico, aumenta también la
carga nuclear efectiva sobre los electrones que se verán más atraídos por el
núcleo y serán más difíciles de arrancar. Además, los elementos de la derecha
de la tabla periódica tienen tendencia a ganar electrones para completar su
octete y conseguir la configuración electrónica de gas noble mientras que los de
la izquierda tienen tendencia a perder esos electrones. Esto también explica la
variación de la energía de ionización.

En la siguiente figura podemos ver cómo varía el radio atómico a lo largo de la tabla
periódica.

Figura 23: Variación de la energía de ionización.

Podemos utilizar la siguiente imagen para representar esta variación:

24
Se llama segunda energía de ionización a la energía mínima necesaria para arrancar un
segundo electrón al ión formado al arrancar el primero. Esta segunda energía de ionización
siempre es superior a la primera ya que ahora los electrones están más atraídos por el núcleo
(hay más protones que electrones).

9.4. Afinidad electrónica.

Se llama afinidad electrónica (AE) a la energía que se libera cuando un átomo en fase
gaseosa y fundamental capta un electrón convirtiéndose en un ión negativo gaseoso. Se
expresa en kJ/mol o eV/átomo.

La determinación experimental de la afinidad electrónica es muy laboriosa y por lo


tanto se conocen pocos valores y son poco precisos. Pero en general podemos decir que varía
de la siguiente forma:

 Disminuye al descender en el grupo porque al aumentar el número de capas de


electrones, aumenta el apantallamiento del núcleo y el radio atómico aumenta
con lo que el núcleo tiene menos tendencia a captar electrones y se desprende
poca energía cuando lo hace.

 Aumenta al desplazarnos hacia la derecha en un período ya que al aumentar el


número atómico aumenta la carga nuclear efectiva. Además aumenta la
tendencia del átomo a captar un electrón, ya que así alcanza la configuración de
gas noble. Esto hace que se desprenda más energía cuando el átomo capta un
electrón.

La variación de la afinidad electrónica en la tabla periódica podemos representarla así:

9.5. Electronegatividad.

La electronegatividad es la tendencia que tiene un átomo a atraer hacia él los electrones


del enlace.

25
Es una propiedad directamente relacionada con la afinidad electrónica y con la energía
de ionización, de forma que si ambos propiedades tienen un valor alto el elemento será muy
electronegativo. Según esto, la electronegatividad variará según el esquema:

Existen distintas escalas de electronegatividad pero la más aceptada es la de Pauling que


asigna un valor numérico a la electronegatividad de los elementos, asignando el mayor valor al
fluor. De esta forma se puede deducir más fácilmente el tipo de enlace establecido en un
compuesto.

Figura 24. Escala de electronegatividades de Pauling.

9.6. Carácter metálico y no metálico.

Como ya vimos podemos dividir los elementos químicos en metales y no metales. Los
metales se caracterizan por formar fácilmente iones positivos. Es decir, pierden electrones
fácilmente. Eso implica valores bajos de energía de ionización, afinidad electrónica y
electronegatividad (de hecho reciben el nombre de electropositivos),

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Por el contrario los no metales atraen fuertemente a los electrones de la última capa y
forman fácilmente iones negativos. Esto implica que presentan altas energías de ionización,
afinidad electrónica y electronegatividad.

Por lo tanto el carácter metálico aumenta conforme nos desplazamos hacia la izquierda
en el período y hacia abajo en el grupo.

Ejercicio 11: Para cada uno de los elementos con la siguiente configuración electrónica
en los niveles de energía más externos: A=2s2 2p4; B=2s2 ; C= 3s2 3p2 ; D= 3s2 3p5:
a) Identifique el símbolo del elemento, el grupo y el periodo en la Tabla Periódica.
b) Indique los estados de oxidación posibles para cada uno de esos elementos.
c) Justifique cuál tendrá mayor radio atómico, A o B.
d) Justifique cuál tendrá mayor electronegatividad, C o D.

Ejercicio 12: Dados los elementos Na, C, Si y Ne:


a) Escriba sus configuraciones electrónicas.
b) ¿Cuántos electrones desapareados presenta cada uno en su estado
fundamental?
c) Ordénelos de menor a mayor primer potencial de ionización. Justifique la
respuesta.
d) Ordénelos de menor a mayor tamaño atómico. Justifique la respuesta.
Ejercicio 13: Dos átomos tienen las siguientes configuraciones electrónicas: 1s2 2s2 2p6 y
1s2 2s2 2p6 3s1. La primera energía de ionización de uno de ellos es 2080 kJ/mol y la del otro
496 kJ/mol. Asigna cada valor de la energía de ionización a cada una de las configuraciones
propuestas. Justifica la respuesta.

Ejercicio 14: Para los elementos A, B, C y D, cuyos números atómicos respectivos son Z =
2, 11, 12 y 17, razona cuál será:
a) Un gas noble
b) Un metal del grupo 2
c) El más electronegativo
d) El que presenta valencia 1.

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