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En junio del 2011, el juez del caso Petroaudios, Jorge Barreto, demandó por daños y
perjuicios al Grupo La República. Pedía ser indemnizado con 35 millones de soles. El
diario La República lo culpó de haber demorado la visualización de archivos en el CPU del
procesado Rómulo León. A pedido del entonces presidente del Poder Judicial, Javier Villa
Stein, Barreto fue investigado por la Oficina de Control de la Magistratura (OCMA). La
OCMA lo eximió de toda responsabilidad. La demanda del juez no se basó, sin embargo,
en la información publicada, sino en una ilustración, un montaje gráfico. En la primera
página de la edición del 9 de julio del 2009, aparecía sin ropa, apenas tapado por una
franja a modo de hoja de parra, sobre la que lucía el titular: “Al Desnudo”. Era una
composición. El rostro de un hombre desnudo se había reemplazado por el del
magistrado.
La nota interior, en la página tres, titulaba “Autoridades judiciales desnudan a juez Jorge
Barreto por no revisar CPU de Rómulo León”. Seguía una crónica de un encuentro entre
periodistas y magistrados en la que se comentó del caso Petroaudios y se mostró como
injustificable la demora en analizar el CPU. Algunos criticaron a Barreto. Podría decirse
que la nota era excesivamente crítica con un juez que ejercía sus facultades y era dueño
de su silencio. En su demanda, Barreto sostuvo que carecía de seriedad y veracidad.
Pero la nota no era su punto, sino la ilustración.
El juez sostuvo que la imagen afectó su honor y desarrollo profesional. Las conclusiones
de la OCMA demostraban que no actuó mal. Había sido dañado moralmente al ser
expuesto de una forma despectiva y humillante. Su hijo, tras la publicación, era objeto de
burlas en el colegio. Se habían limitado, por otra parte, sus posibilidades de obtener
ascenso. Barreto consideró que el daño moral equivalía a dieciocho millones de soles, y el
daño a la persona, diecisiete. Total, S/35 millones.
Sentencia y apelación
Tanto el diario como Barreto apelaron. El juez arguyó que sesenta mil soles no cubrían la
intensidad del daño moral causado. Además, el monto indemnizatorio debía estar
asociado a la actividad pública del afectado. Había jurisprudencia en ese sentido, como la
sentencia favorable al futbolista Paolo Guerrero (obtuvo una reparación de doscientos mil
soles en un juicio contra Magaly Medina). La sentencia no había tenido en cuenta su
estatus de magistrado, que representaba a todo el Poder Judicial. En su apelación el
diario empleó precisamente el revés de este argumento. Arguyó que no se había tenido
en cuenta de que como servidor público el juez Barreto estaba sujeto al escrutinio y a la
crítica. En cuanto a la nota, no había dolo: era el reporte veraz de un debate.
Segunda instancia
La Tercera Sala Civil de la Corte Superior opinó en contra del juzgado: era una nota
crítica mas no inveraz, y la imagen, aunque exagerada, debía ser tolerada en tanto los
funcionarios públicos deben permitir las críticas. Los colegiados no otorgaron
indemnización. Barreto cuestionó esta decisión mediante una casación –figura que busca
reparar la indebida aplicación de las leyes procesales o el juicio sobre el fondo– y llegó a
la Corte Suprema. Adujo que la sentencia no estaba motivada, algo ilegal. Si hubo
exageración por parte del diario, como dijo la Sala Superior, ¿por qué no había
responsabilidad? La sentencia no lo decía.
La Sala Civil Permanente, con la ponencia de Luis Felipe Almenara Bryson –en sentencia
emitida antes de que este fallezca y publicada recientemente– dio la razón a Barreto. Dijo
que no hay libertades preferidas, de modo que los medios deben tener tanto cuidado con
un hombre de a pie que con un juez para no lesionar su honor. Es un derecho tan
fundamental como el de informar. La tolerancia a la crítica no significa que un juez deba
aceptar que se trasgreda la dignidad de su persona ni de su cargo. La sátira en un medio
informativo y no humorístico como La República, se presta a confusión y puede afectar la
honra. Los lectores creerán que el cuerpo semidesnudo no es el de un desconocido sino
del mismísimo juez Barreto. Este sufrió un daño, y si hubo daño, debe haber
indemnización. La Suprema anuló lo resuelto por la Sala Superior y le devolvió el
expediente para que emita nueva sentencia motivada.
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