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Para resumir, estas son habilidades que posees, pero no puedes cuantificar. Están directamente
relacionadas con tu inteligencia emocional y no tu coeficiente intelectual. Estos son algunos
ejemplos:
Tener un fuerte sentido de autoconciencia.
Optimista.
Resiliencia.
Paciencia.
Ser un buen oyente.
Cuando empecé mi primer negocio, casi todas las habilidades que poseía eran blandas. Lo que
me hacía falta en habilidades duras lo encontré en otras personas que me ayudaron a construir
las conexiones que necesitaba para avanzar en mi emprendimiento; sin hacer todo yo solo.
Más adelante, me entrené para llegar a ser competente con las habilidades difíciles de mi
negocio.
Parte de determinar cuáles son tus fortalezas como emprendedor, es tomar el tiempo necesario
para mirar en el pasado y encontrar aquello que ha estado dentro de ti de manera natural.
¿Recuerdas algo que tus padres, maestros o amigos te hayan dicho que posees de manera
natural? Esto puede caer dentro de muchas categorías, así que no te quedes pensando en
momentos específicos.
Para hacer este ejercicio más fácil responde las siguientes preguntas.
Una vez que hayas identificado todas aquellas fortalezas que consideras son tus activos más
fuertes; es momento de recurrir a las personas que más conoces y confías para conocer su
opinión.
Fue mi grupo de amigos y maestros quienes me guiaron para identificar que soy mucho mejor
escribiendo (Una de mis más grandes fortalezas) y estableciendo relaciones con otras personas.
Sin esa claridad, hubiera mal gastado algunos de mis talentos. Busca 3-5 amigos que te
conozcan muy bien y pídeles su honesta opinión. Pregúntales cuales consideran ellos que son
tus más grandes fortalezas; con ejemplos claros que te demuestren esas habilidades. Sus
respuestas pueden sorprenderte e incluso ayudarte a validar tu idea de negocio por ejm.
Imagina tu jefe, entrenador o profesor, entregándote un proyecto que necesita ser terminado al
finalizar la semana. Tu éxito depende exclusivamente de terminar este trabajo y es una gran
oportunidad de demostrar de qué estás hecho.
Seriamente, piensa en un ejemplo. Crea una situación hipotética en la cual necesites a tres
miembros que se unan a tu proyecto. ¿Cuál sería tu rol en el grupo? ¿Serias el organizador, el
líder, el creativo, el moderador o algo completamente diferente?
¿Existe una parte específica del proyecto hacia la cual te inclines más? ¿Te gusta la fase de
planeación o prefieres llegar directamente a los negocios? ¿Eres el que toma la iniciativa para
asignar responsabilidades o prefieres que te asignen un rol en el grupo? ¿Te molesta si alguien
más asume el rol que deseas dentro del grupo?
Responder todas estas preguntas te ayudará a darte cuenta qué tan bueno eres trabajando en
grupo y cuáles son tus fortalezas. A partir de ahí, puedes mirar hacia atrás y ver cuáles son las
habilidades blandas que te ayudan a desenvolverte mejor al trabajar en equipo.
Las habilidades duras son muy bien definidas y fácilmente medibles. Estas son las habilidades
que las personas tienen más en cuenta, pero en mi opinión son las menos importantes a la hora
de transformarse en un exitoso emprendedor.
Siempre podrán ser aprendidas, mientras que las habilidades blandas no.
Mira primero que es lo que usualmente haces con tu limitado tiempo libre en el trabajo o en casa.
¿Te gusta ayudar a tus amigos superar situaciones difíciles en el trabajo o sus vidas personales?
¿Te gusta salir siempre los fines de semana a hacer cosas nuevas?
Si eres como yo, entonces te gusta hacer todo aquello para lo que eres bueno. Es la naturaleza
humana. Tratar cosas nuevas y arriesgarte a fallar puede ser frustrante al comienzo.
Intentar nuevas cosas y arriesgarte a fracasar, puede ser doloroso, pero alimenta tu crecimiento
personal.
En este punto de mi vida amo compartir mis experiencias a través de lo que escribo y retarme a
mí mismo a correr largas distancias. Si pudiera hacer estas dos cosas tiempo completo; sería
perfecto.
Sin embargo, cuando miro el pasado y recuerdo lo difícil que fue perfeccionar mis habilidades,
hubo muchos momentos en lo que contemple rendirme. Una vez que conseguí mi primer puñado
de avances, tuve el impulso y la confianza para continuar; y poco a poco comencé a amarlas.
Dando un vistazo a las cosas que realmente te encanta hacer, e identificar las habilidades
blandas que empleas para hacerlas; te ayudará a reducir aún más tus puntos fuertes.
7. Decide lo que viene a continuación.
Una vez que hayas realizado el proceso de identificar todas tus habilidades blandas y duras, la
siguiente pregunta que debes responder es: ¿Qué debo hacer con este conocimiento?
Por ahora, define cuál es el top 5 de tus habilidades blandas que te llevarán a ser más exitoso en
tu emprendimiento. Adicionalmente define cuales son las habilidades duras que definitivamente
tu negocio necesita.
Lo que decidas hacer con este conocimiento es completamente tuyo. Pero te reto a que
empieces a buscar actividades que se enfoquen en desarrollar tus habilidades principales.