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¿Como ha entendido el territorio la psicología comunitaria? ¿De qué manera se puede entender
la noción de territorio al aproximarse a la ruralidad? ¿Cuál es la relevancia de la noción de
territorio para el quehacer comunitario rural? ¿Cuáles son las características de la territorialidad
rural? ¿Cómo se proyecta el desarrollo rural y su relación con el territorio?
Por otro lado, existen autores que establecen un vínculo indisoluble entre las subjetividades y sus
espacios, comprendiendo el territorio como una construcción individual y colectiva que traduce
fenómenos de apropiación en donde, los actores sociales bajo sus distintas formas, logran
desarrollar un proceso de asimilación e incorporación del espacio geográfico como una extensión
y parte de sí mismos, plasmando sobre él la complejidad de la sociedad (Gonçalves, 2001; Di
Méo & Buléon, 2005, como se cita en Aliste, año). Esta relación de inseparabilidad entre
naturaleza y sociedad es consistente con la perspectiva transaccional de la psicología ambiental
(Altman & Rogoff, 1987), la que plantea que persona y entorno se definen dinámicamente y se
transforman mutuamente a lo largo del tiempo (Berroeta, pinto de Carvalho, 2020). Según
Berroeta (2007), es en el espacio habitado, construido y material donde tienen lugar las
interacciones comunicativas que constituyen la intersubjetividad de lo comunitario. Las
infraestructuras sociales y los espacios públicos en los entornos comunitarios son elementos
materiales que los procesos de apropiación transforman en espacios simbólicos constitutivos de
identidad, que favorece el sentido de pertenencia y de vertebración social de quienes habitan
estos espacios. Siendo este más allá que un espacio físico, el territorio debe ser entendido como
un ensamble de significaciones que busca una apropiación y reivindicación del espacio como
forma concreta de apropiación de la naturaleza en su condición cotidiana (Stamm & Aliste,
2014).
Nueva ruralidad
Según autores como De grammont (2004), con la globalización las transformaciones del campo
latinoamericano son tan profundas que no solamente hay que hablar de cambio, sino de transición
de una sociedad agraria organizada en torno a la actividad primaria hacia una sociedad rural
diversificada. El concepto de nueva ruralidad representa esta mutación. La relación campo-ciudad
es ahora mucho más compleja que la vieja relación dicotómica, caracterizada por el intercambio
desigual y la migración de los pobres del campo hacia las ciudades para conformar el ejercito
industrial de reserva. La conceptualización de lo rural, como espacio ocupado por grupos sociales
relacionados con la producción agropecuaria, en contraste con lo urbano como espacio ocupado
por grupos sociales relacionados con la industria y los servicios, ya no tiene valor explicativo en
el marco de la globalización contemporánea. La vida rural, tradicionalmente asociada con la
actividad agropecuaria, abriga ahora una diversidad de actividades y relaciones sociales que
vinculan estrechamente las aldeas campesinas con los centros urbanos y la actividad industrial.
Ahora el campo no puede pensarse sectorialmente, solo en función de la actividad agropecuaria y
forestal, sino que debe tomar en cuenta las demás actividades desarrolladas por su población, a
nivel local, regional, nacional e internacional (Schejtman y Berdegue, 2003).
Según De grammont (2004), la discusión en torno a la nueva ruralidad es sumamente compleja
porque involucra numerosos fenómenos. Desaparecen los dos grandes campos geográficos,
económicos y sociales que dominaron el mundo capitalista desde sus orígenes hasta la actual
globalización -el campo y la ciudad- como dos mundos diferenciados, aunque complementarios.
Se habla de la urbanización del campo porque en este se incrementan las ocupaciones no
agrícolas; los medios de comunicación masiva (radio, televisión, teléfono) llegan hasta las
regiones apartadas y las migraciones permiten el establecimiento de nuevas redes sociales en los
lugares de migración, con lo cual nace el concepto de comunidad transnacional. Así también, se
habla sobre la ruralización de la ciudad tanto porque las ciudades latinoamericanas carecen de un
sofisticado desarrollo urbano, como por la reproducción de las formas de organización y la
penetración cultural de los migrantes campesinos e indígena en los barrios periféricos en donde
se establecen.
Las tecnologías revolucionan la vida en el campo y en la ciudad, en particular las
telecomunicaciones, la biotecnología y la informática. Las empresas transnacionales marcan las
pautas del desarrollo en el campo a través del control de las cadenas productivas y de la
agricultura a contrato. Es por eso por lo que las formas de explotación de la fuerza de trabajo en
la producción agrícola e industrial de punta se asemejan cada vez más. La población rural no
agrícola adquiere mayor importancia y conforma unidades familiares plurifuncionales, donde sus
miembros realizan diferentes actividades económicas. Así mismo, en las unidades familiares de
producción campesina también los ingresos no agrícolas adquieren mayor relevancia. La
desigualdad social, la pobreza y la marginación son fenómenos que sustituyen la antigua idea de
desarrollo. El problema de genero atraviesa todos los problemas mencionados, y la "cuestión
étnica" se separa de la "cuestión campesina" (De grammont, 2004).
La "nueva ruralidad" es, entonces, una nueva relación campo-ciudad en donde los límites entre
ambos ámbitos de la sociedad se desdibujan, sus interconexiones se multiplican, se confunden y
se complejizan.
Como contraparte, entre los postulados que dieron origen a la psicología ambiental, se planteó la
comprensión y abordaje de la problemática humano ambiental, en aras de una relación armónica
entre ambos componentes, entendidos como totalidad. En ese sentido, y desde las perspectivas
previamente expuestas, que entienden el abordaje de lo rural desde una comprensión ambiental
que integra a los individuos, las comunidades y sus contextos territoriales específicos como un
todo complejo, emerge la pregunta ¿Cómo se puede proyectar un desarrollo rural desde esta
perspectiva de indisolubilidad entre el territorio y sus habitantes?
Para Aliste (año), este esfuerzo se relaciona con la recomposición de la fracturada y fragmentada
relación de la sociedad humana con la naturaleza. Para este autor, el territorio es ontológicamente
un concepto sujeto a transformaciones de diversa índole, pues en sí mismo, sienta sus bases en las
incidencias de la sociedad sobre el espacio vivido. Lo anterior, implica necesariamente que las
transformaciones o mutaciones del territorio, no sólo se basan en cambios en la estructura y
características del paisaje, sino que también en el significado y atributos asignados socialmente a
este. De esta forma, una contribución disciplinar o académica debe inscribirse en la forja de
nuevos conceptos, métodos de investigación y abordajes a la comprensión de cómo la sociedad
resignifica, revaloriza y legitima los principios y valores que deben conducir el reordenamiento
del territorio y la normatividad de las acciones sociales y las formas de entendimiento de los
procesos ambientales.
Notas
No hay globalidad que valga si no hay localidad que sirva Carlos Fuentes Discurso ante el Foro
Iberoamérica, Toledo, España 10 de noviembre 2002
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Referencias
Altman, I., & Rogoff, B. (1987). World views in psychology: Trait, interactional, organismic and
transactional perspectives. En I. Altman, & D. Stokols (Eds.), Handbook of environmental
psychology (pp. 7-40). New York: John Wiley and sons.
Berroeta, H. (2007). Espacio público: notas para la articulación de una psicología ambiental
comunitaria. En J. Alfaro y H. Berroeta (Eds.), Trayectorias de la Psicología Comunitaria
en Chile: Prácticas y Conceptos. Valparaíso: Universidad de Valparaíso.
Berroeta, H. & Rodríguez, M. (2012). La intervención sociourbana del barrio las Canteras: Una
experiencia desde la psicología ambiental comunitaria. Revista de Ciencias Sociales, 25, 78-95.
Krause, M. (2001). Hacia una redefinición del concepto de comunidad -cuatro ejes para un
análisis crítico y una propuesta-. Revista de Psicología, 10(2), Pág. 49-60.
doi:10.5354/0719-0581.2001.18572
Landini, F. (Coord.) (2015) Hacia una psicología rural latinoamericana. 1a ed. Ciudad Autónoma
de. Buenos Aires: CLACSO.
Schejtman, A. & Berdegué, J. (2003). Desarrollo Territorial Rural. RIMISP, Santiago: Chile.