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Matriculas:
2018-1200116
Asignatura:
Salud Mental Comunitaria
Facilitador:
Ruth Esther Payano
Tema:
El quehacer comunitario y Comunidad y sentido de comunidad
El quehacer comunitario
Se buscaba hacer una psicología socialmente sensible, que ante los problemas
sociales no sólo los estudiase redefiniéndolos en diagnósticos fraseados en
términos científicos, describiendo sistemáticamente la queja de las personas,
sino que permitiese hacer, al mismo tiempo, intervenciones que los transformasen
durante el mismo proceso de estudiarlos. Y más aún, se reconocía que para llevar
a cabo tal cosa, era necesario trabajar junto con las personas afectadas por la situación,
involucradas en la situación, actores sociales de la situación. Esto suponía:
• Por ende, tener una comprensión distinta de las personas con las cuales se trabaja,
puesto que no se las verá como sujetos pasivos o recipiendarios inertes de
acciones y servicios psicológicos, sino como actores sociales, constructores de su
realidad.
El rol del psicólogo comunitario se definió no como el de un experto, dueño del saber,
que se relaciona con alguien que no sabe, sino como el de alguien que posee un
saber que le permite actuar, pero que a la vez necesita del saber poseído por
ese interlocutor, agente de su propia transformación, con el cual necesitará
trabajar interactivamente a fin de producir las transformaciones acordadas
entre ambos. Por esta razón, se habla de agentes externos -los psicólogos- y de
agentes internos -las personas interesadas de las comunidades- (Montero, 1982;
Rappaport, 1977; Serrano-García e Irizarry, 1979).
Si consideramos las utopías positivas (y parto de que ésta tendría ese carácter) como
parte de los sueños que reflejan las expectativas de las sociedades, entonces no sólo
debemos considerarlas como aquello que carece de un lugar físico en el cual
asentarse (u-topos en griego, "no lugar"), sino como orientadoras metodológicas de
la acción de transformación social. En ese sentido, este capítulo ha pretendido ser un
resumen de la praxis comunitaria, presentando qué se entiende por el oficio de
psicólogo comunitario y cómo se espera que sean los profesionales de la
subdisciplina, en qué consiste su quehacer, sobre qué áreas específicas se ha volcado
principalmente y cómo se procura formarlos.
Comunidad y sentido de comunidad
Si bien es fácil reconocer y admitir que existe algo que podría y debería llamarse
sentido de comunidad, a la hora de definir ese algo, la cosa parece
complicarse bastante. Esa complicación responde a la complejidad que
caracteriza al concepto de comunidad y, por extensión, contaminación o
experiencia, a todo lo que se relaciona con el trabajo comunitario. Casi podría
decir que no es de extrañar que al tratar de definir qué es el SdeC se caiga en
el sentido de identidad.
• La comunidad como punto de encuentro. Ese punto es buscado por algún grupo de
personas. Y en ese punto está la coincidencia, el juntarse, el encuentro. Es decir, la
relación.
• Integrarse con el vecino. El encuentro no es con cualquier persona, sino con los
vecinos, lo cual señala implícita, pero claramente, tanto un ámbito espacial como una
relación cotidiana dada por la cercanía espacial. Y remite, igualmente de manera
implícita, a un espacio específico en el cual se ha forjado una historia, un devenir: el
vecindario en estos casos.