Está en la página 1de 12

PREJUICIOS Y PRESTIGIO DEL ESPAÑOL COMO LENGUA DE LA CIENCIA

EN EL DISCURSO DE B. HOUSSAY (1930-1950)


Pablo von Stecher
Instituto de Lingüística, UBA-Conicet
pablovonstecher@gmail.com
Área temática: Discurso y Salud

A lo largo de su extensa obra discursiva, Bernardo Houssay ha reflexionado sobre el


español como lengua de la ciencia y sobre los rasgos apropiados del discurso científico.
Esta ponencia analiza las representaciones sociolingüísticas y observa las ideologías
lingüísticas (Del Valle 2007, Arnoux y Del Valle 2010) vinculadas a tales instancias, al
tomar como objeto de estudio los discursos de Houssay producidos entre 1930 y 1950.
Asimismo, considera las intervenciones de otros científicos (Pío de Río Hortega, Eduardo
Braun Menéndez) que se refieren a estos tópicos y “dialogan” con la obra de Houssay. El
análisis expone, por un lado, el modo en que Houssay se valió de la lengua inglesa como
instrumento para difundir las dificultades que atraviesa la ciencia hispanoparlante; y por
otro lado, indaga en sus lineamientos sobre las publicaciones científicas en la Argentina:
sus características metodológicas, comunicativas y lingüísticas.
Palabras clave: lengua, ciencia, divulgación, inglés-español.

Introducción
La importancia de construir conocimientos científicos autóctonos, así como de
comunicar y difundir al mundo los resultados de las investigaciones locales, resultó una
preocupación no poco frecuente en los discursos del fisiólogo argentino Bernardo
Houssay (1887-1971). Desde 1919 y al frente de la Cátedra de Fisiología de la
Universidad de Buenos Aires, Houssay fundamentó la importancia de las prácticas de
investigación en la Universidad y obtuvo, para llevar adelante esa labor, el primer cargo
docente con dedicación exclusiva en la historia de esta casa de altos estudios. En 1947
recibió el Premio Nobel de Fisiología a partir de su investigación sobre la participación
del lóbulo anterior de la hipófisis en el metabolismo de los hidratos de carbono, de interés
para el tratamiento de la diabetes. Hacia 1958 cofundó el Conicet y lo dirigió hasta 1970.
Pero más allá de sus valiosos aportes al área, a lo largo de una extensa obra escrita
-conferencias, discursos catedráticos, homenajes, biografías, disertaciones-, Houssay
detectó los obstáculos y desafíos que caracterizaban la producción científica argentina.
En lo que respecta puntualmente a la comunicación y divulgación de los conocimientos
locales, pueden ser rastreados y determinados en su discurso dos conflictos vinculados a
la palabra: el primero tiene que ver con los prejuicios hacia el español y sus dificultades

1
como lengua de la ciencia; el segundo se vincula a la detección -y el intento de corrección-
de los rasgos defectuosos que caracterizarían el lenguaje de las publicaciones científicas
entre los investigadores argentinos.
Esta ponencia se ocupa de observar las representaciones sociolingüísticas 1 y las
ideologías lingüísticas 2 (Arnoux y Del Valle 2010, Del Valle 2007) concernientes al
español como lengua de la ciencia, pero también al lenguaje y a la enunciación de la
ciencia en una serie de discursos producidos por Houssay entre 1930 y 1950. Asimismo,
observa las intervenciones de otros médicos que reflexionaron sobre la comunicación
científica hispanoparlante (Del Río Hortega, Braun Menéndez) y que “dialogan” con la
obra del fisiólogo. Al respecto, es posible anticipar que algunas de las formulaciones
producidas por Houssay en lengua inglesa resultaron estratégicas para dar a conocer
conflictos propios de la ciencia hispanoparlante, y para denunciar ciertas tendencias
nacionalistas de las grandes potencias, destinadas a la publicación sólo de investigaciones
producidas en el propio país o en el idioma nacional.
El corpus incluye las siguientes disertaciones: “The Tercentenary of Harvard College”
(1936), “Fines, organización y descripción del Instituto de Fisiología” (1939a), “El
problema de las becas de perfeccionamiento” (1939b), “La investigación científica”
(1942), “La libertad académica y la investigación científica en América Latina” (1950),
“La libertad académica y la investigación científica en la América Latina” (1954),
“Trends in Physiology as seen from South America” (1956).

1
Las representaciones sociolingüísticas, siguiendo la perspectiva de Arnoux y Del Valle (2010: 3), se
refieren y evalúan tanto objetos lingüísticos (lenguas, variedades, hablas, acentos, registros, modos de
escribir) como a los sujetos con los que aquéllos son asociados. Su estudio comprende otros procesos
ligados a tales representaciones: Actitudes (cristalizaciones de la representación en conductas: atracción o
rechazo frente a determinadas formas, por ejemplo, lealtad o autoodio lingüístico); Estereotipos
(simplificaciones y fijaciones de una representación); Opiniones (verbalización de la representación).
2
Las ideologías lingüísticas, en tanto, son consideradas como sistemas de ideas que articulan nociones del
lenguaje (lengua, habla, comunicación) con formaciones culturales, políticas o sociales específicas (Del
Valle 2007: 20). Al inscribirse en regímenes de normatividad y al actuar desde las instituciones, las
ideologías lingüísticas generan “discursividades legítimas” (Arnoux y Del Valle 2010: 5-6), por ejemplo,
textos reguladores: gramáticas escolares, manuales de estilo, artes de escribir; pero también las
evaluaciones que los hablantes hacen de las formas en un determinado espacio social.

2
1. Obstáculos y reivindicaciones de la ciencia en español

Bernardo Houssay señala que antes de la obra y los hallazgos producidos por Santiago
Ramón y Cajal (1852-1934), la lengua española estaba ligada sobre todo a las fantasías y
creaciones artísticas, y parecía incompatible con cualquier actividad científica3. Con el
Premio Nobel de Ramón y Cajal en 1906, este prejuicio habría empezado a revertirse por
lo que su obra representaba un antecedente a imitar no sólo por los científicos argentinos,
sino por los investigadores de los distintos espacios hispanoparlantes.
Si bien nuestro fisiólogo Nobel manejaba tanto el idioma francés como el inglés, y supo
dar a conocer al mundo los avances de sus investigaciones no sólo en estas lenguas, sino
que también lo hizo en distintas publicaciones alemanas e italianas; resulta importante
enfatizar que paralelamente publicaba sus artículos en español, en revistas del mundo
hispanoamericano (Agüero et al., 2009: 19-22). Este doble circuito en la difusión de sus
investigaciones expone la comprensión de Houssay sobre la importancia de la
divulgación científica desde espacios de relevancia internacional pero también mostrará,
en cierto sentido, sus preocupaciones implicadas en los alcances y la limitación de la
comunicación de la ciencia para los hispanoparlantes.
Entre sus distintos enunciados sobre estas problemáticas, existen dos intervenciones que
cobran mayor interés no sólo por los contenidos expresados, sino por los espacios en que
ocurrieron y por el idioma en que fueron pronunciados. La primera tuvo lugar en el Tercer
Centenario de la Universidad de Harvard, en los Estados Unidos, hacia el año 1936. Como
profesor invitado, Houssay asiste al evento y en su disertación, “The Tercentenary of
Harvard College”, señala:

“I am very sorry that I do not speak English correctly, as should be my duty, I believe
that all Americans, South and North, should know the two groups of American
languages: the English, and the Spanish or Portuguese, since these latter two are very
similar to each other. I hope that I shall have corrected my ignorance by the next
centenary, and I wish that all scientist of the United States may have done the same
by that date! There is unfortunately a great deal of misunderstanding and reciprocal
prejudices and misjudgments between English-speaking and Spanish-speaking
Americans” (Houssay 1989 [1936]: 574).

3
Sobre la importancia de la figura de Ramón y Cajal en el desarrollo científico español, ha reflexionado
-entre otros- José Manuel Sánchez Ron, que da cuenta no sólo de la calidad, magnitud y trascendencia
internacional de la obra de Cajal, sino también del modo en que a través de ella incentivó el prestigio de la
ciencia nacional, el sentimiento patriótico, y el lugar de la lengua española en materia de ciencia (2005:
205). Alfonso Buch (2006), en tanto, ha establecido un estudio sobre las figuras de Cajal y Houssay a través
de una mirada comparativa entre tópicos como la formación de discípulos, el patriotismo y la ciencia, el
modelo (de) científico que cada uno representaba.

3
En este sentido, Houssay se disculpa por las imperfecciones que pudiera tener su
expresión en inglés, y sostiene que todos los americanos -los del Sur y los del Norte-
deberían conocer los dos grupos de lenguajes americanos: el inglés y el español o
portugués. No obstante, uno de los aspectos más significativos de su intervención es el de
esperar una actitud recíproca por parte de los científicos estadounidenses, es decir, que
pronuncien sus futuras disertaciones en la lengua propia del país sede del congreso.
Formulado el anhelo y con cierto tono optimista refiere que la existencia de prejuicios
recíprocos aunque erróneos entre los países de habla inglesa y castellana,
afortunadamente, estaría empezando a disminuir. No obstante, este tono auspicioso sobre
la disminución de prejuicios que Houssay planteaba en 1936 parece no haber tenido su
correlato en los hechos posteriores.
Si bien continuó señalando la problemática de manera más concisa en otras
comunicaciones, fue en la década de 1950 cuando profundizó su llamado de atención
sobre los criterios de referencias, establecidos por las grandes potencias hacia
investigaciones producidas en otros espacios e idiomas. En el artículo “Trends in
Physiology as seen from South America” (1956), publicado en el volumen número 18 de
la revista estadounidense Annual Review of Physiology, Houssay señalaba:

“Space forbids the discussion of the importance of scientific communications by


means of periodicals, books, symposia, congresses, etc., the difficulty of obtaining
space for publication, and the excess of fragmentary publications. Difference in
language create a serious problem, and there is a pernicious chauvinistic habit of
referring only to papers published in one's own country, with deplorable disregard of
papers published in other languages. The United States and Russia are great nations,
but sometimes they seem to forget that their population is only 6 to 8 per cent of that
of the world” (Houssay 1989 [1956]: 210).

Entonces, la tendencia nacionalista de las grandes potencias por privilegiar los


conocimientos formulados en la lengua nacional, colabora -siguiendo a Del Valle y
Arnoux- en la construcción de discursividades legítimas. La calidad, el prestigio y la
repercusión de las investigaciones quedaban asociada a la lengua con que fueron forjadas,
problemática que -como todos sabemos- mantiene continuidades significativas en la
actualidad 4. El hecho de que Houssay haya efectuado esta reflexión en inglés y haya
circulado en ámbito angloparlante -y por ello también, suponemos, haya tenido mayor

4
Por caso, véase Alcina Caudet 2001, Navarro 2001, Cuvi y Acosta 2005, Hamel 2013, Arnoux 2015.

4
trascendencia en otros espacios de relevancia internacional- es un dato que vuelve a
ilustrar la intención de Houssay por inscribir sus consideraciones sobre este conflicto
también en el marco internacional.
No obstante, varios años antes de estas reflexiones de Houssay, el problema de las
publicaciones científicas hispanoparlantes había sido abordado por Pío del Río Hortega
(1882-1945) médico histólogo español, especializado en el estudio del sistema nervioso.
Del Río Hortega trabajó en Madrid con Ramón y Cajal -aunque no sin dificultades y
diferencias de criterios- hasta 1919; en 1925 tuvo una corta estadía en Buenos Aires para
instalarse definitivamente en nuestro país hacia 1940. En una entrevista con el diario La
Nación ocurrida en su primera vista a la Argentina, Del Río Hortega interpelaba a los
científicos argentinos para que publicaran y divulgaran sus investigaciones en español,
dado que las revistas extranjeras -francesas o italianas, por ejemplo- tendían a adjudicar
a sus respectivos países la originalidad de los artículos por ellas publicados. En efecto,
Del Río Hortega da cuenta de los intentos de la ciencia francesa por adjudicarse las
hallazgos y las contribuciones de Houssay difundidos en revistas francoparlantes (ver
Buch 2006: 42).
Hacia 1937, Del Río Hortega alertó sobre la tendencia de los jóvenes a publicar sus
primeros ensayos en lenguas extranjeras, particularmente en alemán, a causa de tener
como mayores incentivos la vanidad o las ventajas personales que podía implicar la
divulgación de sus escritos en esta lengua. No sólo alentó el uso del español en las
publicaciones médicas, sino que también reivindicó la importancia patriótica de este gesto
y el modo en que su articulación en el ámbito científico debía enorgullecer a todos los
hispanoparlantes (véase Del Río Hortega 1937; Cuvi y Acosta 2005: 143; González
Quiroz 2009: 1). Por otra parte, debe destacarse que Del Río Hortega realizó valiosos
aportes al léxico científico en español al crear los términos “oligodengroglia” y
“microglia” para denominar (hacia 1920) dos tipos celulares del tejido nervioso,
denominaciones que luego serían utilizadas en distintas lenguas (Campos 2013: 452-43).
Se trata de un dato por demás relevante, en tanto se ha demostrado que la creación
terminológica y lingüística -en este caso en español- ha resultado fundamental para que
la ciencia y sus avances puedan transmitirse y pensarse en esta lengua (González Quiroz
2009: 3).
De regreso a Houssay, en su disertación sobre “La libertad académica y la investigación
científica en la América Latina” (1954) repasa la historia de la creación de universidades
americanas. Si bien puntualiza que fueron previas las fundación de academias en América

5
Latina -“Santo Domingo en 1538, Lima y México en 1551, Córdoba en 1613, mientras
que Harvard se fundó recién en 1636”-, entiende que el desarrollo de las universidades y
el cultivo de las ciencias en los países hispanoamericanos fue menor que en los Estados
Unidos, a causa de distintos tipos de “defectos técnicos, intelectuales, morales”, además
de la falta de compromiso y constancia en el trabajo, problemáticas “representativas de
los latinos”. En este sentido destaca, entre otras consecuencias del fenómeno, el hecho de
que “las contribuciones científicas de los países de lengua española y portuguesa han sido
siempre y son aún hoy muy inferiores a las de otros pueblos” (1989 [1954]: 333-335).
Esta última dimensión “cuantitativo-comparativa” sobre los hallazgos y aportes
científicos realizados en el ámbito hispanoparlante frente al trabajo producido desde otros
espacios, también fue una preocupación para Houssay. De hecho, presentó distintos tipos
de estadísticas y balances sobre la magnitud de las publicaciones generadas por las
instituciones que él mismo dirigía, como la Asociación Argentina para el Progreso de las
Ciencias, fundada en 1936, o el Instituto de Fisiología, creado en 1919. Señaló los casos
en que tales artículos aparecían posteriormente reproducidos en otros idiomas, así como
se ocupó de registrar si estas investigaciones resultaban (o no) referenciadas o citadas en
el exterior5. Por caso, refiere:

“En el Instituto de Fisiología se han publicado en diez años (1919-1928), 726


artículos, cuya lista impresa en 1926, se completa anualmente; se acaba de imprimir
en conjunto, con índice por autores y materias. Algunos de estos trabajos han
aparecido resumidos e in extenso, o en otro idioma, pero todas esas publicaciones
las contamos como una sola. Esos 726 artículos o comunicaciones corresponden a
378 trabajos y están firmados por 106 autores. De los trabajos son: descriptivos,
didácticos o biográficos o de divulgación o conferencias generales 31, de pedagogía
y metodología médicas 11, de investigación experimental 336. Las publicaciones del
Instituto son discutidas o citadas frecuentemente en la literatura mundial, en todos
los idiomas. Desde 1925, hemos establecido canje con más de 250 laboratorios o
profesores. Se reciben a menudo consultas epistolares de diversos países” (Houssay
1989 [1939a]: 299).

2. Un lenguaje apropiado para una comunicación y la divulgación científica

Entre aquellos “defectos” que Houssay encontraba como representativos de los


investigadores latinoamericanos -aunque, sobre todo, de los argentinos- refiere uno
vinculado a la palabra. Hacia la década de 1920 y en disertaciones como “La carrera de

5
Específicamente ver sus disertaciones sobre: “Fines, organización y descripción del Instituto de
Fisiología” de 1939(b) (1989: 128), “Pasado y futuro de la Asociación Argentina para el Progreso de las
Ciencias” de 1964 (1989: 398-399).

6
medicina” (1926) o “Problemas y orientaciones de la medicina moderna” (1927), indicaba
que los médicos locales tendían a enseñar la clínica a través de rasgos propios de una
enunciación grandilocuente: el amor excesivo a los esquemas sinópticos, las
generalizaciones elegantes, las frases sonoras y las imágenes brillantes, pero muchas
veces vacuas o sin bases confiables, carentes de organización y ligadas a una erudición
enciclopédica y superficial.
Ahora bien, en las décadas siguientes y al frente de instituciones como la Asociación
Argentina para el Progreso de las Ciencias (1934), Houssay empieza a dar cuenta de
problemáticas similares, pero focalizadas en las instancias de la escritura y de la
publicación científica. En su conferencia sobre “La investigación científica”, con la que
inaugura los cursos en la Universidad Nacional de Cuyo en 1942, refiere:

“No es correcto publicar un trabajo que no aporte contribuciones originales o una


crítica constructiva (…) los trabajos mal hechos debieran computarse en contra de
los candidatos. Son censurables las conclusiones prematuras no bien demostradas, el
mal planteo de los problemas, su estudio defectuoso, la erudición sin digestión, la
vanidad o egocentrismo” (1989 [1942]: 320).

En principio se recuperan algunos conflictos que Houssay había anticipado sobre los
científicos latinoamericanos/argentino: la escasez de rigor metodológico en la
construcción del conocimiento, los defectos de orgullo y vanidad como propulsores y, a
la vez, como finalidades de una publicación. Durante el desarrollo de la disertación se
introduce en la cuestión de la evaluación del investigador y señala que esta debe hacerse
por su rigor metodológico, la originalidad y la experimentación, pero no por la cantidad
de publicaciones, el tamaño de sus libros o la “belleza de sus figuras”. En este sentido,
así como el aspecto cuantitativo no debía ser parámetro para evaluar a los científicos,
tampoco lo eran su estética y su retórica:

“No es lícito computar la calidad de un presunto hombre de ciencia por el número


de sus publicaciones, el tamaño de sus libros o la hermosura de sus figuras, sino que
debe apreciarse por la originalidad y el alcance de sus conclusiones, la exactitud con
que se demuestran, la perfección de los métodos, la laboriosidad y la perseverancia”
(1989 [1942]: 320).

En tanto, la preocupación por la consistencia del andamiaje metodológico en la


investigación, será recuperada hacia 1956, en el mencionado artículo “Trends in
Physiology as seen from South America”. Allí Houssay señalará que los países más
avanzados se caracterizan por una creencia incuestionable en hechos y estadísticas,

7
mientras que en América Latina, en cambio, hay una tendencia a la proliferación de
hipótesis, instrumento valioso de investigación, pero que puede volverse
contraproducente cuando no se acompaña de métodos acordes y evidencias que las
corroboren (1989 [1956]: 207).
Sin dudas, uno de los principales discípulos -y, posteriormente colega y colaborador- de
Houssay fue el fisiólogo argentino, Eduardo Braun Menéndez (1903-1959) de incidencia
fundacional en instituciones como la Asociación Argentina para el Progreso de las
Ciencias, el Instituto de Fisiología y el Conicet. En sus Bases para el progreso de las
ciencias en la Argentina, presentadas hacia 1946 en el Ateneo del Club Universitario de
Buenos Aires, y luego difundida en la Universidad del Sur (Bahía Blanca 1956), Braun
Menéndez postula los pilares para el desarrollo científico nacional: la creación de un
Consejo de Investigaciones Científicas, el avance de la difusión científica y una educación
orientada a estimular la búsqueda de la verdad (Peña y Etcheverry 2015: 64). Siguiendo
estructuras enunciativas similares a las que caracterizan el discurso de Houssay6, Braun
Menéndez enumera los tres factores necesarios para que la investigación científica
florezca en el país, “en el siguiente orden de importancia: 1. Investigadores de calidad, en
número suficiente; 2. Condiciones apropiadas para que el investigador pueda rendir el
máximo de su capacidad; 3. Ambiente propicio” (1946: 7)
Será entonces en la sección “Ciencia y Moral” de las Bases, el espacio donde Braun
Menéndez dé cuenta de ciertas problemáticas vinculadas a la comunicación científica,
cercanas a las que planteara Houssay. De modo específico, señala que el afianzamiento
de la ciencia y del método científico en la “mente de los hombres” se alcanzará por dos
medios: la enseñanza y la divulgación científica. En cuanto a la primera, propone la
necesidad de sustituir “la enseñanza verbalista, dogmática y puramente informativa (…)
por una instrucción razonada, directa y activa” (1946: 13), así como refiere el alejamiento
de la erudición enciclopédica: “Mejor que adquirir gran cantidad de conocimientos es
desarrollar la capacidad para pensar con independencia y corrección, para aprender con
método y para resolver problemas nuevos” (1946: 13). En cuanto a la divulgación
científica, plantea como “deber ineludible de los investigadores hacia la sociedad,

6
En un estudio anterior, di cuenta del modo en que las definiciones, las enumeraciones, los enunciados
causales y las prescripciones resultaban elementos recurrentes en la discursividad de Houssay, caracterizada
por el orden, la precisión y la rigurosidad (Von Stecher 2016). Al comparar sus enunciados con las Bases,
se pueden observar ciertas similitudes enunciativas: definiciones (de la ciencia), enunciados prescriptivos
(deberes y desafíos del investigador y de la enseñanza científica). No obstante, a diferencia del estilo
houssayano, la articulación de metáforas y analogías parece tener un lugar más destacado entre los
enunciados de Braun Menéndez.

8
abandonar la torre de marfil en que a menudo se guarecen, y difundir su obra en forma de
artículos, libros o conferencias destinados al público no versado. Tal han hecho sabios de
todas las nacionalidades y especialmente ingleses” (1946: 14). En lo específico acerca de
la representación sociolingüística de estos géneros discursivos orales y escritos, indica:
“debe hacerse mediante exposiciones en lenguaje claro y preciso, al alcance de todos,
cuidando de no confundir ciencia con técnica, ni de buscar justificación a un
descubrimiento en su posible aplicación práctica” (1946: 14-15). En este sentido, Braun
Menéndez enfatiza la importancia de contar con personas versadas en ciencia y con
vocación periodística para no caer ni en una divulgación chabacana, utilitaria, ni en el
sensacionalismo7.
El año 1958 resulta de mayor importancia para la ciencia argentina a raíz del comienzo
efectivo del funcionamiento del Conicet, a partir del proyecto de -entre otros destacados
científicos- Venancio Deulofeu, Ernesto Galloni, Eduardo Braun Menéndez y Bernardo
Houssay, que será su primer presidente y uno de los mentores de la Carrera del
Investigador Científico en el país. Para concluir, interesa mencionar la conferencia la
“Misión y responsabilidad del investigador científico”. Aquí Houssay destacará que, en
el proceso de la escritura y de la divulgación científica, es conveniente que el investigador
exprese los resultados de sus estudios “en lenguaje claro y preciso, y si es posible con
elegancia y fuerza. La belleza de la forma no es fácil de conseguir en el lenguaje técnico,
pero en cierto modo se la confieren la exactitud y la sobriedad” (1961: 371). De este
modo, así como Houssay refirió en la década de 1920 su mirada crítica a cierto uso de la
retórica artificial por parte de los argentinos al momento de enseñar y comunicar la
ciencia, en los años siguientes orientará qué tipo de lenguaje utilizar en la instancia de la
escritura científica. Desde su perspectiva, el carácter preciso y claro del lenguaje técnico
no resultaba incompatible con la belleza o la elegancia; al contrario, consideraba que tales
virtudes se podían hallar sin la necesidad de recurrir, justamente, a los artificios del
lenguaje.

7
Braun Menéndez también trabajó para impulsar la difusión científica, una de las prioridades del programa
propuesto en sus Bases. En este campo es preciso señalar que fue fundador de las revistas Ciencia e
Investigación, Acta Physiologica Latinoamericana y de la Revista Argentina de Cardiología. También
impulso y dirigió la colección Ciencia Divulgada de la Editorial Emecé (Peña y Etcheverry 2015: 17).

9
Notas finales

Las representaciones sobre la lengua, el discurso y la escritura, vinculadas a la esfera de


la medicina y de la ciencia, no resultan una instancia de reflexión menor en la obra de
Houssay. Desde sus tempranas contribuciones advirtió la importancia de la dimensión del
lenguaje en la concepción y en el desarrollo efectivo de la ciencia. En cierta manera, los
aportes de Del Río Hortega son recuperados en el discurso Houssay y se alinean en una
serie de enunciados que detectaron y alertaron acerca de las amenazas que recibía el
español como lengua de la ciencia durante la primera mitad del siglo XX.
Aunque Houssay advirtió sobre la inferioridad cuantitativa de las publicaciones
científicas en español, tampoco buscó por ello la divulgación profusa a cualquier precio.
Al contrario, privilegió la calidad y la originalidad de los hallazgos como elemento
fundamental de la labor científica. Y así como Braun Menéndez se refirió a la necesidad
de un lenguaje claro y preciso para la divulgación de la ciencia, Houssay recuperó estos
mismos rasgos para caracterizar la enunciación requerida en las publicaciones
académicas. Desde estos criterios, fue estricto con el rendimiento y la producción de sus
discípulos. Asimismo, propuso la necesidad de evaluar a los becarios e investigadores
más allá de los criterios relativos al número de sus publicaciones.
Si bien no aparecen vinculadas de modo estrictamente directo las dos problemáticas
analizadas -al menos en los textos estudiados-, una lectura atenta de la obra del fisiólogo
deja entrever cierto vínculo entre los conflictos que avizora sobre la lengua y sobre el
discurso. Desde la mirada de Houssay, aquella enunciación marcada por los rasgos de
vanidad, grandilocuencia y poco rigor científico que detecta tanto en la oralidad como en
la escritura de los argentinos -entre otros latinos-, también parece haber contribuido a
acrecentar los prejuicios que acarrea el español como lengua de la ciencia. En este sentido,
a diferencia de Del Pío Hortega, Houssay da cuenta no sólo de problemáticas que desde
afuera atentarían contra el español lengua de las ciencias, sino también con “conflictos
propios de nuestro discurso” que también estarían colaborando en esta situación.

Bibliografía

Agüero, Abel, Sánchez, Norma y Cabrera Fischer, Edmundo (2009). La organización


científica y tecnológica en la Argentina de los tiempos de Bernardo Houssay y sus
primero becarios. Buenos Aires: Letra Viva.

10
Alcina Caudet, Ma. Amparo (2001). “El español como lengua de la ciencia y de la
medicina”, Panace@, 2(4): 47-50.

Arnoux, Elvira (2015). “Minorización lingüística y diversidad: en torno al español y al


portugués como lenguas científicas”, en Anais do Seminário Ibero-americano de
Diversidade Lingüística. Brasilia: Iphan. 290-306.

Arnoux, Elvira (2008). Los discursos sobre la nación y el lenguaje en la formación del
Estado (Chile, 1842-1862). Estudio Glotopolítico. Buenos Aires: Santiago Arcos.
Arnoux, Elvira y Del Valle, José (2010). “Las representaciones ideológicas del lenguaje.
Discurso glotopolítico y panhispanismo”, Spanish in Context, 7(1): 1-24.
Braun Menéndez, Eduardo (1945). Universidades no Oficiales e Institutos Privados de
Investigacion Científica, Instituto Popular de Conferencias: Buenos Aires.
Braun Menéndez, Eduardo (1946). Bases para el progreso de las ciencias en la
Argentina. Ateneo del Club Universitario de Buenos Aires.

Buch, Alfonso (2006). “Ciencia, nación y voluntad. Algunos elementos comparados en


el pensamiento de Bernardo Houssay y Santiago Ramón y Cajal”, Redes, 12 (23): 15-47.

Campos, Antonio (2013). “Quince anotaciones” en Delgado, José Luis, Alonso José,
Jiménez, Juan (Coords.) El español, lengua de la comunicación científica. Barcelona:
Ariel. 450-455.

Cuvi, Nicolás, y Acosta, Carlos (2005). “El español en los intercambios de ciencia y
tecnología durante el siglo XX”, Panace@ VI (20): 142-147.

Del Río Hortega Pío [1937] (1990). “La ciencia y el idioma” en López Piñero, José María,
Pio del Río Hortega. Biblioteca de la ciencia española, Fundación Banco Exterior:
Madrid.
Del Valle, José (2007). “Glotopolítica, ideología y discurso: categorías para el estudio
del estatus simbólico del español”. En La lengua, ¿patria común? Ideas e ideologías del
español. Frankfurt / Madrid: Vervuert / Iberoamericana. 13-29
González Quiroz, José Luis (2009). “Sobre la lengua de la medicina”, Medes, Medicina
en Español 2/2009: 1-3.
Hamel, Rainer Enrique (2013). “El campo de las ciencias y la educación superior entre el
monopolio del inglés y el plurilingüismo: elementos para una política del lenguaje en
América Latina”, Trabalhos em Linguística Aplicada, 52 (2): 321-384.

Houssay, Bernardo [1926] (1989). “La carrera de medicina” en Ariel Barrios Medina y
Alejandro Paladini (eds.) Escritos y discursos del Dr. Bernardo Houssay. Buenos Aires:
Eudeba. 33-43.

Houssay, Bernardo [1927] (1989). “Problemas y orientaciones de la medicina moderna”


en Ariel Barrios Medina y Alejandro Paladini (eds.) Escritos y discursos del Dr. Bernardo
Houssay. Buenos Aires: Eudeba. 44-59.

11
Houssay, Bernardo [1929] (1989). “El porvenir de las ciencias en Argentina”, en Ariel
Barrios Medina y Alejandro Paladini (eds.) Escritos y discursos del Dr. Bernardo
Houssay. Buenos Aires: Eudeba. 271-283.

Houssay, Bernardo [1934a] (1989). “Santiago Ramón y Cajal” en Ariel Barrios Medina
y Alejandro Paladini (eds.) Escritos y discursos del Dr. Bernardo Houssay. Buenos Aires:
Eudeba. 428-432.

Houssay, Bernardo [1936] (1989). “The Tercentenary of Harvard College” en Ariel


Barrios Medina y Alejandro Paladini (eds.) Escritos y discursos del Dr. Bernardo
Houssay. Buenos Aires: Eudeba. 574-575.

Houssay, Bernardo [1939a] (1989). “Fines, organización y descripción del Instituto de


Fisiología” en Ariel Barrios Medina y Alejandro Paladini (eds.) Escritos y discursos del
Dr. Bernardo Houssay. Buenos Aires: Eudeba. 121-153.

Houssay, Bernardo [1939b] (1989). “El problema de las becas de perfeccionamiento” en


Ariel Barrios Medina y Alejandro Paladini (eds.) Escritos y discursos del Dr. Bernardo
Houssay. Buenos Aires: Eudeba. 288-300.

Houssay, Bernardo [1942] (1989). “La investigación científica” en Ariel Barrios Medina
y Alejandro Paladini (eds.) Escritos y discursos del Dr. Bernardo Houssay. Buenos Aires:
Eudeba. 302-322.

Houssay, Bernardo [1954] (1989). “La libertad académica y la investigación científica en


la América Latina” en Ariel Barrios Medina y Alejandro Paladini (eds.) Escritos y
discursos del Dr. Bernardo Houssay. Buenos Aires: Eudeba. 328-347.

Houssay, Bernardo [1956] (1989). “Trends in Physiology as seen from South America”
en Ariel Barrios Medina y Alejandro Paladini (eds.) Escritos y discursos del Dr. Bernardo
Houssay. Buenos Aires: Eudeba. 199-211.

Houssay, Bernardo [1981] (1989). “Misión y responsabilidad del investigador científico”


en Ariel Barrios Medina y Alejandro Paladini (eds.) Escritos y discursos del Dr. Bernardo
Houssay. Buenos Aires: Eudeba. 366-374.

Navarro, Fernando (2001). “El inglés, idioma internacional de la medicina. Causas y


consecuencias de un fenómeno actual”, Panace@ 2 (3): 35-51.

Peña, Ignacio y Etcheverry, Guillermo Jaim (2015). Eduardo Braun Menéndez. Ciencia
y Conciencia: una vida inspiradora. Buenos Aires

Sánchez Ron, Juan Manuel (2005). “El español y la ciencia en lengua española”,
Panace@, VI (21-22): 201-203.

Von Stecher, Pablo (2016). “Ciencia y elocuencia. La palabra de Bernardo Houssay en el


discurso médico argentino (1920-1935)”. Rasal. Revista de la Sociedad Argentina de
Lingüística Nº 2014: 147-164.

12

También podría gustarte