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ARTÍCULO DE INVESTIGACIÓN
Impacto de un programa de terapia asistida con
animales en variables fisiológicas y psicosociales de
pacientes oncológicos pediátricos
Nathiana B. Silva1 , Fla´via L. Oso´rio1,2 *
1 Fundación Pío XII – Hospital del Cáncer Barretos, Barretos, São Paulo, Brasil, 2 Departamento de Neurociencias y Ciencias del Comportamiento, Facultad
de Medicina de Ribeirão Preto – USP, Ribeirão Preto, São Paulo, Brasil
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a1111111111 Estos autores contribuyeron igualmente a este trabajo. *
flaliosorio@ig.com.br
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Resumen
El objetivo de este estudio fue proponer un protocolo de intervención y seguridad para realizar
terapia asistida por animales (TAA) y evaluar su eficacia en niños en tratamiento oncológico
ACCESO ABIERTO
ambulatorio basado en indicadores psicológicos, fisiológicos y de calidad de vida de los niños y
Cita: Silva NB, Oso´rio FL (2018) Impacto de un programa cuidadores. La muestra estuvo compuesta por 24 niños diagnosticados de leucemia y tumores
de terapia asistida por animales en variables fisiológicas y
sólidos (58% niñas con una edad media de 8,0 años) a los que se les realizó un programa de
psicosociales de pacientes oncológicos pediátricos. PLoS
ONE 13(4): e0194731. https://doi.org/10.1371/journal.
TAA consistente en tres sesiones de 30 min en grupo abierto. Se utilizaron dos perros (un
teléfono.0194731 labrador retriever y un golden retriever) y se realizaron actividades como estimulación sensorial,
entrenamiento de la marcha y socialización. Los criterios de exclusión fueron problemas mentales
Editor: Igor Branchi, Instituto Superior de Salud, severos, incapacidad para responder las preguntas incluidas en los instrumentos utilizados,
ITALIA
alergia a los animales, indisponibilidad/falta de interés, precaución de aislamiento, herida
Recibido: 20 de noviembre de 2017 quirúrgica, uso de dispositivos invasivos, ostomía, ausencia de hemograma para evaluación,
Aceptado: 8 de marzo de 2018
neutropenia , infección, fiebre, diarrea, vómitos, síntomas respiratorios al inicio de la intervención
o 1 semana antes de la intervención, hospitalización o cirugía programada, y no finalización del
Publicado: 4 de abril de 2018
programa AAT. Las variables analizadas utilizando autoevaluaciones validadas u otras fueron
Copyright: © 2018 Silva, Oso´rio. Este es un artículo de
estrés, dolor, estado de ánimo, ansiedad, depresión, calidad de vida, frecuencia cardíaca y
acceso abierto distribuido bajo los términos de Creative
Commons Attribution License, que permite el uso, la
presión arterial. Se utilizó un diseño de estudio cuasiexperimental. Observamos una disminución
distribución y la reproducción sin restricciones en cualquier del dolor (p = 0,046, d = –0,894), irritación (p = 0,041, d = –0,917) y estrés (p = 0,005; d = –1,404)
medio, siempre que se acredite el autor original y la fuente.
y tendencia a la mejoría de los síntomas depresivos. (p = 0,069; d = –0,801). Entre los cuidadores
se observó una mejora en la ansiedad (p = 0,007, d = –1,312), confusión mental (p = 0,006, d = –
Declaración de disponibilidad de datos: Los datos están 1,350) y tensión (p = 0,006, d = –1,361). Por lo tanto, los criterios de selección y los protocolos
restringidos por el Comitê de E´tica em Pesquisa – Fundac¸ão
de atención utilizados para el programa AAT en el contexto oncológico fueron adecuados y el
Pio XII – Hospital de Caˆncer de Barretos y no se pueden
compartir públicamente. El Comité de Ética no autoriza la programa efectivo.
divulgación pública de datos sin control de acceso de acuerdo
con una resolución brasileña que rige la investigación con
seres humanos en Brasil (RESOLUC¸A˜O Nº 466, DE 12 DE
DEZEMBRO DE 2012, Ministe´rio da Sau´ de, Brasil).
Los investigadores calificados interesados pueden enviar
solicitudes de datos a: cep.hcb@hcancerbarretos.com.br.
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AAT: Variables fisiológicas y psicosociales en oncología pediátrica
Financiamiento: Este trabajo fue apoyado por la
Introducción
Fundación Pio XII – Hospital del Cáncer Barretos, Barretos,
São Paulo, Brasil. El Prof. Oso´rio fue apoyado por becas A lo largo de su proceso de domesticación, los animales han tenido una gran importancia en la vida
de productividad (PQCNPq2 número 301321/ 20167). humana, habiéndose utilizado para el transporte y la caza desde las civilizaciones antiguas en todas las
Los patrocinadores no tuvieron ningún papel en el diseño culturas. Además, la hipótesis de la biofilia sugiere que existe una tendencia biológica humana innata a
del estudio, la recopilación y el análisis de datos, la decisión interactuar y formar conexiones cercanas y vínculos emocionales con otras formas de vida natural,
de publicar o la preparación del manuscrito.
especialmente con los animales, desde la primera infancia [1–4].
Conflicto de intereses: Los autores han declarado El comportamiento humano hacia los animales es complejo e implica aspectos psicológicos evolutivos.
que no existen conflictos de intereses.
cal, y factores culturales. La proximidad filogenética y/o las similitudes físicas, conductuales y cognitivas
entre humanos y otros animales son solo algunos de los factores que facilitan esta relación[5]. Otros factores,
como la estética del animal, sus características antropomórficas y sus rasgos morfológicos y conductuales
infantiles, se destacan entre los que aumentan el atractivo de los animales para los humanos, especialmente
para los niños, [6–8].
También vale la pena señalar que según un estudio de Nagasawa et al. [9], los animales de compañía,
especialmente los perros, pueden contribuir al establecimiento de un vínculo humanoanimal que es similar en
comportamiento y neurohormonal a la relación madrebebé. Para estos y otros investigadores, los efectos
psicológicos y psicofisiológicos asociados con las interacciones humanoanimal también resultan de la
activación del sistema oxitocinérgico y/o la facilitación de las relaciones humanohumano (el llamado “efecto
catalizador social”) [9– 10].
El reconocimiento de los aspectos positivos de esta relación mutua entre especies ha llevado a algunos
académicos a investigar el uso de animales para promover la salud humana. Actualmente, la Asociación
Internacional de Organizaciones de Interacción Animal (IAHAIO) ha estandarizado lineamientos teóricos,
prácticos y éticos relacionados con diferentes formas de intervención que involucran la interacción humano
animal[11].
Una de estas técnicas es la Terapia Asistida por Animales (TAA), que es “una intervención
terapéutica orientada a objetivos, planificada y estructurada, dirigida y/o administrada por profesionales de
la salud, la educación y los servicios humanos. (. . .) AAT es entregado y/o dirigido por un profesional
formalmente capacitado (con licencia activa, título o equivalente) con experiencia dentro del alcance de la
práctica profesional. AAT se enfoca en mejorar el funcionamiento físico, cognitivo, conductual y/o socioemocional
del receptor humano en particular” [11] (p.5).
Los estudios científicos sobre AAT, particularmente aquellos que involucran perros, han demostrado
una apertura y aceptación de esta estrategia por parte de los equipos médicos [12–18] y han documentado el
reconocimiento de la seguridad y eficacia de AAT en diferentes entornos y contextos clínicos, incluida la
hospitalización [19]. –21], urgencias[17], oncología[22–29], cardiología[18,30], psiquiatría [31–33] y pediatría
ambulatoria y hospitalaria[34–38].
Los resultados de los estudios sobre AAT son prometedores a pesar de la falta de estandarización del num
Número, duración y frecuencia de las sesiones, las actividades ejecutadas y las medidas de seguridad para
los animales y pacientes. En general, los resultados indican mejoras en los parámetros hemodinámicos y
fisiológicos[20,30] y disminuciones en la prescripción de analgésicos[21] y el dolor percibido[20]. En cuanto
a las variables psicosociales, existe evidencia de mejoría del estado de ánimo[34] y reducción de los
síntomas de depresión y ansiedad[19,20].
El uso de AAT en el contexto oncológico ha sido reportado en varios estudios en adultos pop
ulaciones[22–26,29]. Estos estudios han indicado mejoras en la ansiedad y el estrés y una mayor sensación
de bienestar además de proporcionar una distracción en el entorno hospitalario.
Estudios cualitativos de un solo grupo de investigación con niños[27,28] han indicado una mejora en la
aceptación de procedimientos invasivos, mejora de la sensación de bienestar durante la hospitalización,
reducción de síntomas depresivos y mejor adaptación a
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terapias propuestas. Sin embargo, ningún estudio cuantitativo experimental ha evaluado el efecto de AAT en niños
hasta la fecha.
En ese contexto, el presente estudio es pionero en el campo de la oncología pediátrica ambulatoria en
Brasil. Los objetivos de este estudio son a) proponer un protocolo de intervención y seguridad para la
implementación de TAA y b) evaluar el impacto de un programa de TAA en niños en tratamiento oncológico
ambulatorio basado en indicadores psicológicos, fisiológicos y de calidad de vida para los niños y los cuidadores.
Materiales y métodos
Este estudio utilizó un diseño cuasiexperimental[39] y fue aprobado por los comités locales de ética en
investigación con animales (Comité de Ética no Uso de Animais do IRCAD America Latina—Process No.
054/2015) y con seres humanos (Research Ethics Comité–Fundación Pío XII–Hospital Oncológico Barretos—
Proceso N° 1009960).
Participantes Esta
muestra de conveniencia no se estimó estadísticamente. Los participantes evaluados para la elegibilidad para el
estudio (n = 4983) estuvieron en atención ambulatoria en un hospital oncológico infantil desde junio de 2015
hasta enero de 2017. De estos pacientes, 24 fueron seleccionados porque cumplían con los criterios de inclusión
y exclusión.
Los criterios de inclusión fueron los siguientes: a) Ambos sexos con edad de 6 a 12 años; Diagnóstico de
un tumor sólido; b) Diagnóstico de leucemia linfoide aguda (en tratamiento de mantenimiento en fase B de los
protocolos RELLA B y RELLA T, ambos a partir de la semana 53 de mantenimiento B, y en fase de mantenimiento
[40,41]
del protocolo BFM 2002); y d) Presentar buen estado clínico posterior a la evaluación,
; c) Someterse con ambulatoria
a oncología utorización para
participar en el estudio por parte del médico responsable.
Los criterios de exclusión fueron los siguientes: a) Niños que no estaban interesados en la intervención.
ción y/o tenían miedo de los animales; b) Niños con problemas mentales/cognitivos severos que puedan
ocasionar lesiones/molestias a los animales y aumentar la probabilidad de eventos no deseados; c) Alergia a
los animales; d) Indisponibilidad para participar en las sesiones y/o no asistencia a la sesión de evaluación
inicial; e) Imposibilidad de responder a los instrumentos; y f) No culminación del programa AAT.
Además de estos criterios, se adoptaron criterios de exclusión específicos para la participación de los niños
en cada sesión para aumentar el nivel de seguridad del estudio y proponer un protocolo de elegibilidad para la
intervención en este contexto específico; hasta donde sabemos, estos criterios no se han descrito en detalle
en estudios previos.
En ese contexto, antes de la participación en cada sesión de AAT, los niños eran evaluados por una
enfermera, y se excluyeron aquellos que cumplieran con los siguientes criterios: a) Precaución de aislamiento;
b) Presencia de herida quirúrgica (sutura, dehiscencia o drenaje); c) Uso de dispositivos invasivos (sonda,
catéter o drenaje); d) Presencia de ostomías; e) No hay conteo sanguíneo actual disponible para evaluación; f)
neutropenia (menos de 500/mm3 o menos de 1000/mm3 con probabilidad de disminuir en las próximas 48 horas);
g) Presencia de infección grave, infección documentada por bacterias resistentes (Staphylococcus aureus o S.
aureus coagulasa negativo resistente a oxacilina, Enterococcus resistente a vancomy cina, o bacilo Gram negativo
resistente a cefepima y/o meropenem), o sospecha o infección confirmada con Clostridium difficile; h) Fiebre,
diarrea, vómitos o síntomas respiratorios durante la semana anterior a la intervención; e i) Hospitalización o cirugía
programada.
El diagrama de flujo de los criterios de inclusión y exclusión de los participantes del estudio se muestra en
la Fig. 1 (Fig . 1).
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AAT: Variables fisiológicas y psicosociales en oncología pediátrica
Fig 1. Diagrama de flujo de los criterios de inclusión y exclusión.
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Se elaboró un protocolo específico para la entrada y manipulación de animales en el ámbito hospitalario
que cumplía con las directrices para intervenciones asistidas con animales en centros sanitarios[42]. Los
parámetros adoptados fueron los siguientes:
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AAT: Variables fisiológicas y psicosociales en oncología pediátrica
a) Todas las personas, ya sean destinatarios de la intervención o miembros del equipo técnico, deben lavarse
las manos con agua, jabón o alcohol cada vez que entren en contacto con los perros;
b) Los animales fueron suspendidos temporalmente de actividades si, dentro de los 7 días anteriores a la
intervención, presentaban i) estrés, fatiga y/o agresividad, ii) celo, inmunodepresión, infecciones o heridas
abiertas, o iii) episodios de diarrea, vómitos o incontinencia urinaria/fecal. En los casos en que esta última
condición se presentó durante la sesión, se consultó a la Comisión de Infecciones Hospitalarias para brindar
atención a los niños que habían estado en contacto con los animales;
c) En caso de accidente relacionado con el esfínter, se debe realizar una limpieza adecuada del sitio y se debe
notificar a la Comisión de Infecciones del Hospital. En esta situación, el animal debe ser reeducado para
prevenir la ocurrencia de tales accidentes;
d) Los posibles episodios de mordeduras y/o arañazos de los participantes por parte de los perros deben ser
informado al personal médico y de enfermería y posteriormente a la Comisión de Infecciones del Hospital, y las
medidas de higiene y cuidado deben ser brindadas por todo el equipo;
e) Prohibición de entrada del animal en áreas específicas del hospital, tales como cocinas y áreas de preparación
de medicamentos. A los animales solo se les permitió ingresar a la sala de terapia; y
f) La higiene del perro también debe incluir el baño, el cepillado del cabello, el corte de uñas, el control de pulgas y garrapatas.
seguimiento (durante un mínimo de 24 horas antes de la sesión), y desinfección/limpieza de las patas del perro
antes y después de la sesión con alcohol al 70%.
animales y manejador
Para la intervención se utilizó un labrador retriever y un golden retriever, ambos sanos y cuidadosamente
seleccionados para este estudio, porque cumplían con los siguientes criterios: a) docilidad, entrenamiento de
obediencia y socialización; b) Aprobación de veterinarios y especialistas en comportamiento animal (entrenadores)
después de una evaluación específica; c) Registros actualizados de vacunación y tratamiento antiparasitario; d)
Exámenes clínicos trimestrales (hematológicos y bioquímicos) por un médico veterinario; e) Alimentación exclusiva
con piensos animales (alimento seco).
El manejador era un fisioterapeuta (NBA) con formación académica adicional en AAT que
también era el dueño de los animales. Los animales y el guía tenían experiencia previa en este tipo de actividad.
Intervención
El programa AAT consistió en tres sesiones de 30 minutos por semana. La intervención ocurrió en un grupo abierto
con un máximo de siete participantes. El número de ausencias previstas por participante era de una, y era necesario
reponer la sesión perdida para completar un total de tres sesiones en un máximo de 4 semanas.
Las actividades realizadas durante la intervención fueron planificadas previamente por la persona que realiza
la intervención, quien eligió entre las siguientes según la conveniencia de cada sesión y en función de los intereses
y dinámicas del grupo: 1) estimulación sensorial y de miembros superiores (cepillo, mascota , y jugar a buscar con
el perro); 2) entrenamiento en actividades de la vida diaria (dar agua y alimento al alimento) y marcha (paseo con
el perro); 3) socialización y recreación (exposición canina; jugar con los suministros del perro; dibujar perros; cursos
de agilidad—guiar al perro a través de obstáculos como conos y cuerdas; ropa para perros—formar palabras que
expresen sentimientos y unirlas a la ropa del perro con velcro ; cuentos sobre el perro—cotidianidad, origen).
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AAT: Variables fisiológicas y psicosociales en oncología pediátrica
Instrumentos
Se utilizaron los siguientes instrumentos autoaplicados para evaluar las variables de resultado en
los niños:
a) Inventario de Síntomas de Estrés Infantil: Este instrumento está compuesto por 35 ítems que evalúan
la ocurrencia o no de estrés en los niños. El instrumento fue propuesto y validado por Lipp et al[43,44]
y la versión original estaba en portugués brasileño. Los ítems fueron autoadministrados, puntuados
en una escala tipo Likert de cinco puntos y registrados en cuartos de círculo según la frecuencia con
que los participantes presentaban los síntomas descritos en cada ítem así: nunca (0 puntos); rara
vez (1 punto); a veces (2 puntos); generalmente (3 puntos); y siempre (4 puntos). La puntuación
máxima alcanzable fue de 140 puntos.
b) Escala de Evaluación de la Calidad de Vida: El instrumento se utiliza para evaluar la calidad de vida
en niños de 4 a 17 años. Está compuesto por 26 preguntas que evalúan función, familia, ocio y
autonomía. Cada pregunta se autocompleta y se puntúa de 0 (muy infeliz) a 3 (muy feliz), y la
puntuación máxima alcanzable es 78. El instrumento fue propuesto originalmente por Manificat y
Dazord[45] y traducido y validado para el portugués brasileño por Assumpcão et al[46].
c) Inventario de Depresión Infantil: Este instrumento autoadministrado fue diseñado para niños de 7 a 17
años para evaluar la presencia y severidad de los síntomas depresivos. Está compuesto por 20 ítems
puntuados en una escala de Likert de 0 a 2 puntos según los síntomas presentados en las últimas 2
semanas así: 0 (sin síntomas); 1 (síntomas leves); y 2 (síntomas graves). El instrumento fue propuesto
por Kovacs[47] y se utilizó la versión adaptada y validada para el portugués brasileño por Golfeto et
al[48] .
d) Brunel Mood Scale Adaptada: Para la autoevaluación de los estados de ánimo de los niños se utilizó la
adaptación de la Brunel Mood Scale (BRUMS) creada por Terry y Lane[49] y validada para el
portugués brasileño por Rohlfs et al[50] . Los ítems 2, 6, 7, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 19, 20, 21 y 22
fueron utilizados y puntuados por los participantes mediante una escala de Likert que va de 0 (nada)
a 4 (extremadamente ).
e) Escala de Dolor de Rostros: Este instrumento autoaplicado se utiliza para medir la intensidad de
dolor recibido en los niños. Está compuesto por seis caras horizontales que expresan diferentes
grados de dolor. El niño elige la cara que mejor representa su grado de dolor. El instrumento fue
propuesto por Hicks et al[51] y traducido y validado para el portugués brasileño por Silva y Thuler[52].
f) Cuestionario de Evaluación AAT: Este instrumento fue elaborado por los autores para evaluar las
impresiones de los participantes sobre el programa AAT. Consistía en cinco preguntas, a saber: i)
“¿Te gustaba jugar con el perro en el hospital?; ii) ¿Crees que las actividades con el perro ayudaron
a tu tratamiento?; iii) ¿Qué te pareció pasar tiempo con el perro?; iv) ¿Crees que sería bueno tener
siempre un perro en el hospital?; y v)
¿Recomendarías esta actividad con el perro a tus amigos?.
Se utilizaron los siguientes instrumentos para evaluar los resultados en los cuidadores:
a) Inventario de Ansiedad EstadoRasgo: Este otro instrumento de evaluación se utiliza para cuantificar
componentes subjetivos relacionados con la ansiedad. Consta de 34 ítems que describen el
comportamiento o los problemas de los niños. Los ítems fueron puntuados por los padres o tutores
según el grado de sufrimiento del niño en una escala que va de 0 (ausente) a 3 (siempre). Él
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El instrumento fue desarrollado por Spielberger[53] y adaptado y validado para el portugués brasileño
por Silva et al[54].
b) Escala de estado de ánimo de Brunel: esta herramienta autoaplicada fue desarrollada originalmente por Terry
y Lane[39] y validada para el portugués brasileño por Rohlfs[50]. Está compuesto por 24 ítems puntuados
mediante una escala tipo Likert de cinco puntos que van de 0 (nada) a 4 (extremadamente). Este instrumento
fue completado por los cuidadores, quienes respondieron los ítems de acuerdo al estado de ánimo del niño.
c) Cuestionario de Identificación Sociodemográfica y Clínica: Este instrumento fue
construido para el presente estudio para recoger datos sobre las características sociodemográficas y clínicas
de la muestra.
Además, la presión arterial y la frecuencia cardíaca se midieron con el BP3ABOHG
Medidor de presión semiautomático Tech adecuado a la edad del participante.
Recopilación de datos
Inicialmente, el equipo de enfermería se puso en contacto con los pacientes elegibles y posteriormente con
sus cuidadores después de la evaluación de los niños por parte del médico responsable. Los niños que
cumplieron con los criterios de inclusión y exclusión y sus padres firmaron formularios de consentimiento y
asentimiento y fueron incluidos en el estudio. Antes del inicio de la primera sesión de TAA, los participantes y sus
cuidadores completaron los instrumentos descritos anteriormente con la ayuda de un miembro del equipo de
investigación capacitado para tal fin. También se midió la frecuencia cardíaca y la presión arterial. Al final del
programa (es decir, al final de la tercera sesión), los participantes y sus cuidadores volvieron a llenar los mismos
instrumentos y se volvieron a medir los parámetros fisiológicos.
Análisis de datos
Los datos se ingresaron manualmente en una base de datos y se analizaron utilizando el paquete estadístico para
el software de Ciencias Sociales (IBM SPSS Statistics 18). Las características sociodemográficas y clínicas se
analizaron mediante estadística descriptiva. Las evaluaciones antes y después del programa AAT se compararon
mediante estadística no paramétrica con la prueba de Wilcoxon. El tamaño del efecto de las diferencias dentro de
los grupos se calculó mediante la d de Cohen, describiéndose cuatro tamaños de la siguiente manera[55]: pequeño
(0,2); medio (0,2–0,5); grande (0,5–1,0); y muy grande (> 1).
Se consideró un nivel de significación de p < 0,05 para todos los análisis.
Resultados
Las características sociodemográficas y clínicas de la muestra del estudio se muestran en la tabla 1.
La muestra tuvo un mayor predominio de niñas (58%), con una edad media de 8,58 años (rango:
6 a 12 años). Los tipos de tumores más comunes fueron el sarcoma de Ewing (20,8%) y el domiosarcoma rab
(12,4%). Además, el 16,4% de los niños presentaba alergias, pero esta condición no impedía su participación en
el programa, y ninguno de los niños evaluados presentaba problemas mentales o cognitivos graves.
Las tablas 2 y 3 muestran los resultados de las variables estudiadas antes y después de la TAA
programa.
Entre los niños, se observó una mejoría significativa en los niveles de dolor (p = 0,046,
d = –0,894), irritación (p = 0,041, d = –0,917) y estrés (p = 0,005, d = –1,404), y se observó una tendencia a
la disminución de los síntomas depresivos (p = 0,069; d = –0,801) con tamaños del efecto grandes o muy
grandes. No se observaron cambios significativos en los indicadores fisiológicos.
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AAT: Variables fisiológicas y psicosociales en oncología pediátrica
Tabla 1. Características sociodemográficas y clínicas de la muestra de estudio
Variables norte %
Sexo
Femenino 14 58.3
Masculino 10 41.7
Años
Media (DE) 8.58 (1.98)
Educación
Analfabeto 4 16.7
Puede leer y escribir 5 20.8
Educación primaria incompleta 15 62.5
Duración de la terapia
Media (DE)meses 11,2 (16,7)
Medianameses 8.5
Mínimo/Máximo–meses 1/65
Período de tratamiento
30 días > 30 días 6 24.7
18 75.3
DE = desviación estándar; N = número de individuos en la muestra; % = porcentaje de la muestra
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Entre los cuidadores, se observó una mejoría significativa en los indicadores de la Escala de
Estado de Ánimo de Bru nel, incluyendo ansiedad (p = 0,007; d = –1.312), estrés (p = 0,006; d = –
1,350) y confusión mental (p = 0,006). ; d = –1.361) (este último incluía los ítems incierto, confuso,
ansioso y preocupado), y el tamaño del efecto se clasificó como muy grande. Hubo una tendencia
a la disminución de la tasa de depresión (p = 0,077; d = –0,774). Estos datos se muestran en la
Tabla 3.
Cabe destacar que no se observaron complicaciones durante el período de estudio para los
pacientes y los perros, y no se encontró asociación entre el empeoramiento del estado clínico de los
niños y la terapia propuesta según la evaluación médica. Además, los perros de terapia no mostraron
signos de estrés durante el estudio.
Discusión
La TAA es una modalidad terapéutica innovadora que tiene un impacto positivo en diferentes
variables psicológicas y fisiológicas independientes del público objetivo y del contexto terapéutico
( adultos hospitalizados[19–21], medicina de urgencias[17], oncología[22–29], cardiología [30],
psiquiatría[31–33] y pediatría hospitalaria[34–38]). Un ejemplo es una mejor adaptación al entorno
hospitalario y una reducción del estrés, la ansiedad, los síntomas depresivos y los niveles de cortisol[56–62].
Por lo tanto, ha habido una alta aceptación de esta terapia como estrategia coadyuvante para el
manejo de diferentes condiciones médicas por parte de los equipos médicos en los últimos
años. La oncología pediátrica se inserta en ese contexto, porque el diagnóstico y tratamiento del
cáncer infantil provoca sufrimiento físico y emocional en los niños y aumenta su vulnerabilidad al
desarrollo de trastornos psicológicos, que pueden afectar directa o indirectamente su estado clínico
general.
Estudios previos en Canadá han descrito procedimientos piloto y los resultados de un
programa AAT para niños con cáncer[27,28]. Este programa fue diseñado para atender a niños
menores de 15 años en tratamiento por tumores hematológicos y sólidos. Las intervenciones duraron
12 meses y los niños que asistieron a las sesiones de AAT no pudieron presentar
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Tabla 2. Indicadores clínicos y fisiológicos de los niños antes y después de finalizar el programa AAT (n = 24).
Presión arterial (mmHg)
Mínimo 63,75 (8,93) 61,04 (12,91) 0.153 –0.624
presencia de dolor
Escala de dolor de rostros 0,41 (1,01) 0,08 (0,40) 0.046 –0.894
Estado de ánimo (adaptado de BRUMS)
AUQEI = Escala de Evaluación de la Calidad de Vida; BRUMS = Escala de estado de ánimo de Brunel, adaptada; CDI = Inventario de Depresión Infantil
(A) Prueba de Wilcoxon
DE = desviación estándar; ESI = Inventario de Síntomas de Estrés Infantil (d) tamaño
de la muestra
Diferencia significativa
bpm = latidos por minuto; mmHg = milímetro de mercurio.
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alergias, neutropenia severa, cirugía reciente, uso de dispositivos invasivos o comportamiento
agresivo. Los autores informaron que los beneficios de la AAT en este contexto fueron evidenciados
por la percepción/evaluación cualitativa por parte de los cuidadores y el personal del hospital,
incluida una mejor adaptación al entorno hospitalario, aumento del apetito, alivio del dolor, aceptación
de procedimientos invasivos, aumento de la sensación de bienestar. ser, menos sufrimiento y mayor
motivación. Considerando los indicadores positivos reportados por este grupo de investigación y la
ausencia de estudios cuantitativos en este contexto, el objetivo del presente estudio fue medir los
efectos de la AAT en parámetros psicosociales y fisiológicos de pacientes oncológicos pediátricos.
El primer reto y factor diferenciador de este estudio fue la propuesta de un protocolo sistemático
con criterios de inclusión y exclusión claros y rigurosos para los pacientes diana de la terapia así
como el cuidado a tener en cuanto al entorno hospitalario y animales de terapia
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Tabla 3. Indicadores clínicos de los cuidadores antes y después de finalizar el programa de TAA (n = 24).
Variables PreAAT PostAAT Valor P (A) Tamaño del efecto (d)
Media (DE) Media (DE)
Ansiedad (STAI) 32.04 (16.51) 26.04 (11.85) 0.007 –1.312
Estado de ánimo (BRUMS—Subescalas)
BRUMS = Escala de Estado de Ánimo de Brunel; DE = desviación estándar; STAI = Inventario de Ansiedad EstadoRasgo
Diferencia significativa (A) Prueba de Wilcoxon (d) tamaño de la muestra.
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Este protocolo fue desarrollado en cooperación con un equipo de control de infecciones nosocomiales
especializado en oncología. El programa tuvo alta aceptación por parte del personal hospitalario en su
conjunto, siendo factible su ejecución. Además, no se observaron complicaciones que pudieran poner en
peligro la salud de los pacientes y animales.
Estos hallazgos corroboran los de estudios previos, que reportaron la seguridad del uso de
TAA en hospitales cuando se cuidó la indicación e inclusión de los pacientes en la intervención[14,27–
29,34,36–39,63,64].
De acuerdo con los hallazgos de estudios previos, nuestros resultados indicaron una mejoría en el dolor y
los parámetros psicológicos (irritación, estrés, ansiedad, confusión mental y tensión) de los niños sometidos a
tratamiento oncológico ambulatorio según la percepción de los cuidadores y los niños, con tamaños del efecto
significativos. .
La mejoría observada tras la participación en tres sesiones de TAA puede estar directamente
relacionada con los beneficios de la relación humanoanimal, que favorece cambios psicológicos y
endocrinos en el cuerpo humano. Estudios previos han demostrado que la comunicación visual y tocar
animales pueden desencadenar la liberación de varias sustancias en el cuerpo humano, incluidas la
oxitocina, las endorfinas y la serotonina, y reducir el nivel de cortisol de referencia [48,49,65–74]. Estas
hormonas y citocinas en combinación pueden contribuir a la reducción del dolor, la ansiedad y el estrés y
aumentar la sensación de placer y relajación de los niños que se someten a un tratamiento contra el cáncer.
Estos resultados también pueden explicarse desde la perspectiva de las relaciones interespecies, ya
que no existe competencia sino una especie de mutualismo que justifica el aumento de la comunicación y
las relaciones sociales. La formación de lazos afectivos y lazos con los animales.
hace que su compañía sea agradable, especialmente durante el tratamiento, y puede resolver algunos
desafíos que enfrentan los niños durante el tratamiento oncológico diario, incluida una mayor distancia de
familiares, amigos y actividades escolares y menos interacciones sociales [54,75].
La distracción proporcionada por AAT es notable [es decir, el cambio en el foco de atención de
la enfermedad (síntomas, procedimientos, limitaciones y restricciones) a la salud]. AAT fue más eficaz que
otras actividades de ocio utilizadas en el ámbito hospitalario, como la lectura, la interacción con voluntarios
y las actividades recreativas[22,23,25,30,70], probablemente debido a las especificidades de la relación
afiliativa y afectiva entre perros y humanos
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AAT: Variables fisiológicas y psicosociales en oncología pediátrica
A diferencia de los resultados de estudios previos, los síntomas de depresión no mejoraron
significativamente en nuestro estudio a pesar de la tendencia a la reducción de los síntomas en
comparación con los niveles basales. Este resultado puede deberse a que el período de seguimiento no
fue suficiente para permitir la captura de cambios significativos en este y los demás parámetros anímicos
y fisiológicos analizados; además, el tamaño de la muestra fue pequeño, lo que debilitó el poder de las
pruebas estadísticas utilizadas y aumentó la probabilidad de error tipo II (es decir, no identificar diferencias).
En conclusión, el programa propuesto fue efectivo para niños en tratamiento oncológico ambulatorio
considerando el efecto cuantitativo sobre las variables analizadas, y los criterios de selección y
precauciones de seguridad adoptados para los participantes, perros y ambiente hospitalario fueron
adecuados considerando la aceptación del programa por el equipo médico y la ausencia de complicaciones.
Sin embargo, este estudio tiene las siguientes limitaciones: 1) un diseño cuasiexperimental64 y la
ausencia de un grupo de control y 2) una muestra relativamente pequeña, que no se estimó
estadísticamente y se restringió a tipos específicos de tumores.
Por lo tanto, se necesitan más estudios para abordar estas limitaciones y producir pruebas sólidas.
ncia que pueda demostrar la efectividad de la TAA en la promoción del bienestar físico, mental y
emocional de los niños en tratamiento oncológico y la humanización del ambiente hospitalario.
Agradecimientos Los autores
agradecen al Núcleo de Apoyo a los Investigadores (NAP) del Hospital Oncológico de Barretos por la
ayuda en la recolección y análisis de datos, a Luiz Fernando Lopes por la ayuda en el diseño del
programa AAT, al Equipo de la Comisión de Infecciones Hospitalarias del Hospital Oncológico de
Barretos , en particular a Paulo de Tarso Oliveira e Castro, por la asistencia en la elaboración del
protocolo de intervención y seguridad, a Carla Rodrigues por las sugerencias en la preparación de la
versión final del manuscrito, y a la Fundación Pio XII por la financiación brindada.
Contribuciones de autor
Conceptualización: Nathiana B. Silva, Fla´via L. Oso´rio.
Curación de datos: Nathiana B. Silva, Fla´via L. Oso´rio.
Análisis formal: Nathiana B. Silva, Fla´via L. Oso´rio.
Adquisición de fondos: Nathiana B. Silva.
Investigación: Nathiana B. Silva, Fla´via L. Oso´rio.
Metodología: Nathiana B. Silva, Fla´via L. Oso´rio.
Supervisión: Fla´via L. Oso´rio.
Redacción – borrador original: Nathiana B. Silva, Fla´via L. Oso´rio.
Redacción – revisión y edición: Fla´via L. Oso´rio.
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