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NOMBRE: Calderón

Cerda Barbara
Alejandra
ESCUELA: Cecyt 4
“Lázaro Cárdenas”
CURSO: 2IV8
NOMBRE DE LA
MAESTRA: Ingrid
Guerrero
CICLO ESCOLAR:
2023
“El uso de animales como medio de investigación “
El uso de animales como medio de investigación ha sido una práctica común en diversos campos científicos
durante décadas. Esta estrategia se utiliza para comprender mejor enfermedades humanas, probar la eficacia
de medicamentos y vacunas, y explorar diversos aspectos de la biología y el comportamiento animal. Sin
embargo, este tema genera controversia debido a preocupaciones éticas y al bienestar de los animales
involucrados. En esta exposición, se discutirán los aspectos clave relacionados con el uso de animales como
medio de investigación.

1. Justificación científica:
El uso de animales en investigación se basa en la premisa de que muchos procesos biológicos y fisiológicos
son similares entre las especies, lo que permite extrapolar resultados a los seres humanos. Los animales se
utilizan para estudiar enfermedades, desarrollar nuevos tratamientos y comprender los mecanismos básicos de
la vida.

2. Beneficios para la medicina:


La investigación animal ha sido crucial para el desarrollo de tratamientos y terapias médicas que salvan vidas.
Se han logrado importantes avances en áreas como la oncología, enfermedades cardiovasculares,
enfermedades infecciosas y trastornos neurológicos, gracias a la experimentación en animales.

3. Control de calidad y seguridad de productos:


El uso de animales en la investigación también es fundamental para garantizar la seguridad y calidad de
productos farmacéuticos, cosméticos y alimentos. Los ensayos preclínicos en animales ayudan a identificar
posibles efectos adversos y evaluar la toxicidad de sustancias.

4. Alternativas a la experimentación animal:


A pesar de los avances en las técnicas in vitro y la simulación por ordenador, todavía no existen métodos que
puedan reemplazar completamente el uso de animales en la investigación. Sin embargo, se promueve el
desarrollo de alternativas para reducir y reemplazar la experimentación animal, como cultivos celulares y
modelos computacionales.

5. Ética y bienestar animal:


La experimentación animal plantea importantes cuestiones éticas. Es fundamental garantizar que se respeten
los principios de bienestar animal y que se minimice el sufrimiento innecesario. Se han establecido
regulaciones y directrices estrictas para salvaguardar el bienestar de los animales utilizados en investigación.

6. Uso de animales de laboratorio:


Los animales utilizados en investigación son cuidadosamente seleccionados y criados en entornos
controlados. Se busca minimizar el estrés y garantizar que reciban atención veterinaria adecuada. Los comités
de ética supervisan y aprueban los protocolos de investigación para asegurar un uso responsable y ético de los
animales.

7. Transparencia y divulgación:
La divulgación de la investigación que involucra animales es fundamental para generar confianza y
comprensión pública. Los científicos y las instituciones deben comunicar de manera transparente los motivos,
los métodos y los resultados de la investigación, así como los esfuerzos realizados para reducir y reemplazar
el uso de animales.
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Una de las justificaciones principales para el uso de animales en investigación es que muchos procesos
biológicos y fisiológicos son similares entre las especies. Esto permite extrapolar los resultados obtenidos en
animales a los seres humanos. Los animales se utilizan para estudiar enfermedades y desarrollar nuevos
tratamientos, ya que proporcionan una plataforma para entender mejor los mecanismos subyacentes de las
enfermedades y probar la eficacia y seguridad de diferentes intervenciones.

Gracias a la investigación animal, se han logrado avances significativos en medicina y salud. Por ejemplo, la
experimentación en animales ha permitido desarrollar tratamientos para enfermedades como el cáncer,
enfermedades cardiovasculares, enfermedades infecciosas y trastornos neurológicos. Estos avances han
salvado vidas y mejorado la calidad de vida de muchas personas.

La ética y el bienestar animal son aspectos fundamentales en la experimentación animal. Es importante


garantizar que se respeten los principios éticos y que se minimice el sufrimiento innecesario de los animales
utilizados en investigación. Se han establecido regulaciones y directrices estrictas para salvaguardar el
bienestar de los animales de laboratorio. Los animales son seleccionados cuidadosamente, criados en entornos
controlados y se les proporciona atención veterinaria adecuada. Además, los comités de ética supervisan y
aprueban los protocolos de investigación para asegurar un uso responsable y ético de los animales.

La transparencia y la divulgación de la investigación que involucra animales son fundamentales. Los


científicos y las instituciones deben comunicar de manera clara y transparente los motivos, los métodos y los
resultados de la investigación, así como los esfuerzos realizados para reducir y reemplazar el uso de animales.
Esto fomenta la confianza pública y permite un debate informativo

Los animales se utilizan en la investigación cuando existe la necesidad de averiguar lo que ocurre en un
organismo vivo completo, que es mucho más complejo que la suma de sus partes. Resulta difícil, y en la
mayoría de los casos sencillamente imposible, sustituir el uso de animales vivos por métodos alternativos en
la investigación.

Existen cuatro razones principales por las que los animales se emplean en la investigación:

Para lograr un progreso del conocimiento científico:


El estudio de los animales es una parte fundamental de este proceso de investigación. Muchos procesos
celulares básicos son iguales en todos los animales y los cuerpos de los animales son como los de los seres
humanos a la hora de realizar muchas funciones vitales, como la respiración, la digestión, el movimiento, la
vista, la audición y la reproducción. Para tratar la enfermedad, los médicos y científicos deben entender cómo
funciona el organismo sano. Esto, a su vez, permite entender lo que le ocurre al organismo cuando caemos
enfermos y cómo se puede poner bien.
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Como modelos para el estudio de una enfermedad:
Los seres humanos y los animales comparten cientos de enfermedades y, por lo tanto, los animales pueden
actuar como modelos para el estudio de las enfermedades humanas. Por ejemplo, los conejos sufren
arteriosclerosis (endurecimiento de las arterias) y enfermedades como el enfisema, así como defectos
congénitos como la espina bífida. Los perros sufren cáncer, diabetes, cataratas, úlceras y trastornos
hemorrágicos, como la hemofilia, lo que los convierte en candidatos naturales para la investigación de estos
trastornos. Los gatos comparten algunos problemas de visión con los humanos. Gracias a estos modelos
aprendemos cómo la enfermedad afecta al organismo, cómo responde el sistema inmunitario, quién se verá
afectado, etc.

Para desarrollar y testar potenciales formas de tratamiento:


Una vez que los investigadores tienen más conocimientos acerca de una determinada enfermedad, los
animales se utilizan para desarrollar y testar estas potenciales terapias como parte del proceso de investigación
aplicado. Por ejemplo, se han desarrollado medicamentos para la enfermedad de Parkinson utilizando
modelos animales con síntomas inducidos similares a los del Parkinson. Este tipo de modelos son una parte
esencial de la aplicación de la investigación biológica a problemas médicos reales, permitiendo la
identificación de nuevos objetivos para la intervención de la enfermedad. Los datos de los estudios con
animales son esenciales antes de poder testar nuevas técnicas terapéuticas y procedimientos quirúrgicos en
pacientes humanos.

Para proteger la seguridad de las personas, de los animales y del medio ambiente:
Los nuevos medicamentos necesitan ser testados, porque los investigadores deben medir tanto los efectos
beneficiosos como los nocivos de un compuesto sobre un organismo completo. Inicialmente un medicamento
se testa in vitro, utilizando tejidos y órganos aislados, pero desde un punto de vista jurídico y ético también
debe testarse en un modelo animal apropiado antes de poder realizar ensayos clínicos con seres humanos.

Los ensayos con animales proporcionan datos sobre la eficacia y seguridad. No solamente identifican posibles
problemas de seguridad, sino que también determinan las dosis que se administrarán a voluntarios y pacientes
durante los primeros ensayos con humanos.

HIS T O RIA DE L A E XPE RIME NT ACI ÓN C ON ANIMAL ES


La experimentación moderna con animales empezó en el siglo XVI con Andreas Vesalius y sus colegas
italianos. Usaron animales vivos, especialmente perros y cerdos, para demostrar las distintas funciones de los
propios animales y, por semejanza, del cuerpo humano.

El primer programa sistemático de experimentación con animales vivos lo llevó a cabo William Harvey.
Harvey usó cientos de animales de diferentes especies para demostrar la circulación de la sangre. Muchos
después de 1650 siguieron su modelo de investigación, que incluía la vivisección (la intervención quirúrgica
de animales vivos).
René Descartes argumentó en el Discurso del método (Discours de la méthode pour bien conduire sa raison,
et chercher la vérité dans les sciences,1637) que los animales no tenían intelecto y por lo tanto no podían
experimentar el dolor de la misma forma en la que lo hacían los humanos. Esta afirmación fue, y es, muy
controvertida, pero muy pocos en el XVII la usaron para justificar la experimentación con animales vivos. De
hecho, la mayor parte de los experimentadores estaba convencida de que los animales sí experimentaban
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dolor, pero predominaba el argumento teológico de que había sido Dios mismo el que había dado en su plan
divino una posición relativa a humanos y animales que justificaba el causarles dolor a éstos para beneficio de
los reyes de la creación.

Los experimentadores del XVII se centraban en problemas de fisiología que había puesto de manifiesto el
descubrimiento de la circulación de la sangre. Se usaron inyecciones, bombas para inflar los pulmones, varios
tipos de intervenciones quirúrgicas y la recientemente inventada bomba de vacío para estudiar distintos
aspectos de la respiración y el metabolismo. Los perros y las ovejas eran los animales preferidos en estos
experimentos, pero no los únicos. Así, por ejemplo, Marcello Malpighi usó docenas de ranas para demostrar
la anastomosis entre venas y arterias. También se intentaron en esta época transfusiones de sangre entre
animales, y entre animales y humanos, sin éxito.

Ya en el siglo XVIII destacó, entre otros experimentadores, Stephen Hales, quien consiguió medir la presión
arterial en caballos y perros, y Albrecht von Haller, quien usó casi 200 animales de distintas especies en una
serie de experimentos dedicados a comprobar la irritabilidad (la capacidad para responder a estímulos) en
tejidos vivos. Haller distinguía entre la irritabilidad, según él una respuesta inconsciente del organismo, y la
sensibilidad, una respuesta “consciente” de los tejidos enervados (que tienen nervios). El dolor es el mejor
ejemplo de sensibilidad. El trabajo de Haller partía de la base de que los animales sentían dolor, cosa que
comprobó midiendo las reacciones a varios estímulos que se sabía son dolorosos. Haller es la primera persona
que pide perdón por infligir dolor a los animales; lo hace en el prefacio a su tratado sobre irritabilidad y la
sensibilidad, De partibus corporis humani sensilibus et irritabilibus (1752).

La disculpa de Heller indica que se estaba desarrollando un nuevo sentido de la responsabilidad hacia los
animales, que se puede encontrar en varias publicaciones a partir de la última década del siglo XVII. En 1780,
el utilitarista Jeremy Bentham proponía que los animales, como los esclavos, podrían ser admitidos en la
comunidad moral ya que el criterio de admisión no eran las capacidades cognitivas sino la capacidad de sufrir.
Con todo, ese mismo año un influyente Immanuel Kant afirmaba que, si bien deploraba la crueldad excesiva,
los animales existían para el beneficio humano.

Ya en el siglo XVIII destacó, entre otros experimentadores, Stephen Hales, quien consiguió medir la presión
arterial en caballos y perros, y Albrecht von Haller, quien usó casi 200 animales de distintas especies en una
serie de experimentos dedicados a comprobar la irritabilidad (la capacidad para responder a estímulos) en
tejidos vivos. Haller distinguía entre la irritabilidad, según él una respuesta inconsciente del organismo, y la
sensibilidad, una respuesta “consciente” de los tejidos enervados (que tienen nervios). El dolor es el mejor
ejemplo de sensibilidad. El trabajo de Haller partía de la base de que los animales sentían dolor, cosa que
comprobó midiendo las reacciones a varios estímulos que se sabía son dolorosos. Haller es la primera persona
que pide perdón por infligir dolor a los animales; lo hace en el prefacio a su tratado sobre irritabilidad y la
sensibilidad, De partibus corporis humani sensilibus et irritabilibus (1752).
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E X PE RIMENT ACI ÓN BI OMÉDI C A E N ANIMAL ES

Se usa una gran variedad de animales en la investigación, incluyendo los siguientes:

Ratones y ratas. Se usan ratones y ratas para una gran variedad de propósitos. Están sujetos de manera
habitual a experimentos sobre la reacción de los mamíferos a un ataque, intoxicación o infección experimental
(parasitaria, bacterial o viral), y reacciones y desórdenes inmunológicos, oncológicos (relativos a tumores),
teratológicos (desarrollo fisiológico anormal) y embriológicos. Los ratones son los animales usados de
manera más frecuente para análisis de enfermedades humanas de origen genético. Las ratas son usadas
también de manera frecuente en estudios nutricionales, conductivos y endocrinológicos. Los ratones y ratas
son usados en experimentos sobre cáncer y nutrición, enfermedad renal, colesterol y transplante de piel, así
como muchos otros.

-Perros y gatos. Los perros son usados de manera habitual en estudios cardiovasculares, técnicas de
reanimación cardiovascular, anemia, enfermedad cardíaca y muchos otros. Se experimenta en gatos de manera
habitual para estudiar enfermedades neurológicas, cáncer, enfermedades genéticas, y también en estudios del
sistema inmune, entre otros.

-Conejos. Se usan conejos para examinar la seguridad de drogas y vacunas, así como para estudiar
transplantes, colesterol, seguridad de productos y muchas otras cosas usadas principalmente en la producción
de antídotos, farmacología, toxicología, teratogenicidad y reproducción.

-Cobayas. Se usan cobayas como modelos en estudios inmunológicos, farmacológicos y nutricionales.

-Hámsters. Se usan hámsters para varios objetivos, incluyendo estudios sobre reproducción, citogénesis e
inmunológicos.

-Aves, reptiles y ranas. Se usan aves, reptiles y ranas en experimentos relativos a la diabetes, el cáncer de
hígado, cuestiones neurobiológicas, y en muchos otros experimentos.

-Vacas. Se usan vacas en experimentos que incluyen transplantes de órganos, diabetes y enfermedades
cardíacas, entre otros.

-Primates. Se usan primates en la investigación sobre cuestiones como el SIDA, el Parkinson, la anestesia, el
sarampión y muchas otras enfermedades.

La mayoría de animales usados por investigadores han sido criados de manera específica para ser los sujetos
de experimentos. Sin embargo, otros animales en los que se experimenta puede ser obtenidos de lugares como
refugios o poniendo anuncios. En muchos casos, los animales son modificados genéticamente, y estas
modificaciones genéticas pueden producirles un sufrimiento importante durante sus vidas. La muerte
prematura podría ser resultado de algunas modificaciones genéticas.

Ejemplos de procesos:
Abajo hay descripciones de tipos de experimentos y situaciones4 donde son usados los animales no humanos:
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-Pruebas de sensibilización de la piel. Se suelen usar cobayas para esto. Varias dosis de químicos son
colocadas en la piel de las cobayas para ver si una aplicación posterior produce una reacción inmunitaria
mayor de la provocada en una cobaya no expuesta de manera previa a la sustancia.

-Pruebas de carcinogenicidad. Se dan dosis de sustancias potencialmente carcinógenas a animales como ratas
durante dos años, y se estudian los tumores que crecen. En otros experimentos, se dan químicos a conejas
durante su embarazo, estudiéndose el contenido uterino para ver si ocurre la muerte fetal o un crecimiento
alterado debido a dichos químicos.

-Pruebas de problemas cardíacos. Se inducen ataques o paros cardíacos de manera artificial en perros para
estudiarlos.

-Pruebas de parálisis. Se colocan pesos a roedores para producir parálisis y daños en la columna vertebral.

-Pruebas de náusea. Se implantan electrodos en los intestinos de perros para hacerles vomitar.

-Pruebas de dolor de cabeza. Se provocan síntomas similares a la migraña en primates para usar determinados
químicos.

-Pruebas de toxicidad. Estas pruebas evalúan, como su nombre sugiere, el grado en que determinadas
sustancias pueden ser tóxicas. Algunas de estas pruebas pueden producir que la piel de los animales se rompa
y se despelleje. Las pruebas de toxicidad también pueden producir sangrado interno, vómitos, convulsiones y
coma.

-Estudios metabólicos. Se implantan tubos a los animales en la vía biliar.

-Pruebas de histocompatibilidad. En las antiguas pruebas de histocompatibilidad se evaluaban siempre los


nuevos materiales en seres humanos para ver si eran biocompatibles. Hace ya tiempo esto pasó a ser
considerado inaceptable. Actualmente, para que un material pueda ser considerado biocompatible, debe pasar
a través de varias fases. Hay pruebas in vito, pruebas in vivo (es aquí donde se suelen usar animales no
humanos) y pruebas de uso.

-Medicamentos. También se usan animales para estudios de biocapacidad, la investigación del nivel de
frecuencia a la que una medicina o droga es absorbida o puede ser disponible en los órganos o tejidos
corporales después de haber sido administrada.

-Investigación de patógenos. Se usan animales transgénicos en investigación de mecanismos patogénicos de


enfermedades como instrumentos de prueba para posibles componentes terapéuticos, y como instrumentos in
vivo de validación de tratamientos potenciales.

-Neurobiología. Se usan animales, especialmente ratas, para estudiar los efectos de la cirugía y la nutrición en
el cerebro.

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EL DE BAT E S OBR E L A E X PE RRIME NTACI ON ANIMAL

Quienes defienden la experimentación animal afirman que incluso si se desarrollaran métodos que no dañen a
los animales, habría varios casos en los que sería necesario probar drogas o procedimientos en animales vivos.
Quienes se oponen a esta posición han defendido que los experimentos en animales pueden no reflejar con
exactitud el efecto que estas drogas tendrán en los seres humanos. Las diferencias por la especie y grupo de
animales usados pueden producir que los resultados no predigan con exactitud los efectos en seres humanos.
También puede hablar problemas derivados de que la población de animales usados sea homogénea, mientras
que la población de seres humanos es bastante diversa. También pueden provocar una inexactitud en los
resultados las diferencias entre la manera en que los materiales probados son administrados en el laboratorio,
y la manera en que son ingeridos y absorbidos por los seres humanos

Se afirma también que incluso aunque los seres humanos y los animales no humanos pueden desarrollar en
muchos casos problemas de salud similares, los mecanismos fisiológicos son diferentes. Esta sería la razón
por la que una extrapolación de datos a partir de los experimentos en animales no resulta
epistemológicamente sólida

Al margen de estas críticas, y con independencia de si las mismas son correctas o no, puede señalarse que hay
un profundo contraste entra la forma en que los seres humanos y los animales son considerados en lo que
respecta a la investigación biomédica. Veremos esto con más detalle en las siguientes dos secciones.

L A ETI C A ANIMAL Y L A E X PE RIME NTACI ÓN


Hay varios objetivos en los que los beneficios de experimentar en animales no humanos claramente no supera
los daños, debido a que los daños son muy importantes en relación con los beneficios triviales (por ejemplo,
la experimentación de cosméticos). En otros casos, los beneficios son mayores y pueden superar los daños
causados a las víctimas. Existen diferentes teorías éticas con visiones diferentes de los criterios que
deberíamos usar para tomar decisiones que afectan a sujetos en los que se experimenta (humanos y animales
no humanos).
Según algunas teorías, producir daño a un individuo para beneficiar a otros es siempre moralmente
inaceptable, por lo que deberían prohibirse los experimentos en estos casos. Según otras teorías, deberíamos
considerar los daños producidos a algunos individuos junto con los beneficios dados a otros, y dar prioridad a
los que tengan más peso. Según estos puntos de vista, los experimentación en los últimos casos serían
aceptables. Pero si la defensa de esta posición no se aplica a los humanos, sino solamente a los animales no
humanos, estaríamos desarrollando un prejuicio especista, y no estaríamos aceptando realmente la posición
ética de manera consistente.

De hecho, la cuestión de la utilidad de las pruebas en uso o clínicas es raramente examinada dessde la
perspectiva de beneficios contra daños. Se asumen simplemente que pueden usarse animales no humanos
como recursos si ello beneficia a los humanos. Pero debemos rechazar el especismo, y realizar las
evaluaciones éticas de cada práctica dejando de lado la especie a la que se pertenece, teniendo en
consideración solamente los intereses que los individuos tienen.

RI ES GOS DE E X PE RIME NTAR C ON ANIMAL ES


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El trabajo con animales implica determinados riesgos particulares como la exposición a agentes infecciosos
(naturales o producidos en el laboratorio), mordiscos y arañazos, golpes y lesiones por aplastamiento, alergias
y problemas físicos (ruido, temperatura). Además de evitar la propagación de los agentes infecciosos al
personal del estabulario hay que tener presente, a la hora de escoger el equipamiento y elaborar los
procedimientos, el riesgo de contaminación cruzada entre los animales y de infección accidental de los
animales por parásitos y/o microorganismos.

Uno de los riesgos más comunes es la aparición de procesos alérgicos en el personal, como resultado del
contacto con los pelos o la piel, los lechos o las excretas de los animales. La reacción puede manifestarse
desde el primer contacto o después de una serie de exposiciones al alérgeno. Los síntomas varían desde una
erupción cutánea benigna hasta una crisis de asma grave. La exposición a estos alérgenos se puede reducir al
mínimo aplicando medidas de ingeniería, ventilación, uso de jaulas aisladoras y otros sistemas de
confinamiento, así como equipos de protección respiratoria.

Los animales grandes exigen sistemas de confinamiento particulares debido a la gran cantidad de
microorganismos infecciosos que pueden tener alrededor. En el laboratorio, la CSB constituye un dispositivo
de confinamiento primario, pero un box sirve tanto de barrera primaria como secundaria. El personal ha de
llevar la ropa y el equipamiento de protección apropiados antes de entrar a un box contaminado. Los efluentes
se recogen y conducen a un sistema de esterilización donde se tratan antes de ser eliminados (NCBA3). El
personal debe estar especialmente formado para velar por el bienestar de los animales y ha de conocer las
características generales del animal, en especial, el carácter, los instintos y las particularidades físicas.

AC CI ONES PARA R EDUCI R EL US O DE ANIMAL ES


En Europa se legisló en el 2013 para prohibir el uso de animales en experimentación para cosméticos, pero
eso no significa que para otros productos y para experimentación biomédica no se sigan utilizando. Incluso, la
misma ley de prohibición de experimentación en cosméticos contempla excepciones, entre otras:
las leyes del país destinatario (por ejemplo, si se exporta a China, es obligatorio el test en animales)
que sean productos que estén en stock de antes de la aplicación de la ley
que algunos de los componentes se use en otro campo donde sí se puede experimentar (por ejemplo en
productos de limpieza)
que no exista una alternativa.
Y no hace falta irse muy lejos para escuchar sobre maltrato a primates destinados a la investigación. A tan
solo 2 horas de nuestro centro de rescate, existe una granja de monos para proveer a laboratorios que ha sido
denunciada en más de una ocasión por trato brutal a sus animales. La asociación ADI (Animal Defender
International) se infiltró y pudo tomar imágenes del manejo brutal y hacinamiento de los macacos. Y eso solo
es antes de que sean enviados a sus terroríficos destinos finales.

Cosas que podemos hacer, para reducirlo:


-No compres productos testados en animales, bájate una Cruelty Free App: hazte con una en tu móvil, como
Cruelty Cutter o Bunny Free, te será muy útil a la hora de hacer la compra porque podrás comprobar con su
lector de código de barras si el producto ha sido testado o no en animales
-Informa a las personas de tu alrededor de las alternativas que tienen a la hora de hacer un consumo libre de
crueldad animal
-Súmate a las peticiones de las organizaciones que trabajan para erradicar la experimentación animal, que
lleguen a los oídos de las empresas que los usan y a los legisladores
-Colabora económicamente con dichas organizaciones, necesitan vuestra ayuda
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-Dona tu cuerpo a la ciencia: sí, a ti ya no servirá, pero puede seguir haciendo un bien para evitar sufrimiento
a otros seres vivos

¿ES JUS TIFI C ABL E L A E X PE RIME NT ACI ÓN ANIMAL?


Cada año más de 115 millones de animales, contando solo a vertebrados, son sometidos a experimentación
con el supuesto fin de beneficiar a seres humanos. Ello incluye prácticas tales como obligarles a inhalar gases
tóxicos, aplicarles sustancias corrosivas en piel y ojos, infectarles con VIH o extirparles parte del cerebro.
Ciertamente, el número de animales no humanos que sufren y mueren por causa de estas prácticas es mucho
menor que el de los que son víctimas de la industria alimentaria, o de los individuos en estado salvaje que
sufren por eventos naturales. Ahora bien, puesto que los intereses básicos de estos animales en no sufrir y no
morir importan, es de todos modos necesario reflexionar sobre si la experimentación con ellos está éticamente
justificada.
Solemos asociar estrechamente la experimentación con animales a esfuerzos por aumentar la calidad y
duración de vidas humanas. Sin embargo, como se verá, este no es el objetivo perseguido en la mayoría de los
casos. Además, respecto de aquellos en que sí lo es, hay razones éticas fuertes para rechazar la actual práctica
de experimentación animal, si consideramos que tampoco estaría justificada con seres humanos.

En primer lugar, la mayoría de experimentos realizados en animales no humanos no tienen finalidad


biomédica, es decir, no buscan obtener mejoras en la salud humana. En algunos casos se trata de pruebas de
impacto medioambiental de productos químicos. En otros se trata de pruebas de seguridad de productos
cosméticos o del hogar. En otras ocasiones se emplea a animales no humanos en la investigación militar.

Todos estos casos tienen en común que el beneficio que los seres humanos pueden recibir gracias a estas
prácticas es irrelevante o inexistente. Pese a ello, se somete a un gran número de animales no humanos a
daños graves. Ahora bien, razonar éticamente requiere rechazar toda forma de discriminación basada en
características de los individuos que no tienen que ver con su capacidad para ser dañados o beneficiados. No
tener en cuenta los daños que los animales padecen en estos experimentos, o darles una menor importancia,
simplemente porque no pertenecen a la especie humana, es un tipo de discriminación arbitraria, el especismo.
Del mismo modo que no respetar a alguien por su color de piel o su género está injustificado, también lo está
no respetarle por su especie. Desde un punto de vista imparcial, el sufrimiento y muerte de estos animales
pesa más que el beneficio trivial obtenido por los seres humanos.
La experimentación con animales con fines medioambientales, cosméticos o militares debe ser, por lo tanto,
rechazada. Afortunadamente, parte de estas prácticas ya están siendo prohibidas en algunos ordenamientos
jurídicos, como es el caso de la experimentación para productos cosméticos en la Unión Europea o India.

En segundo lugar, una minoría de experimentos con animales sí posee carácter biomédico. Esto es
compatible, sin embargo, con que no todos ellos persigan aliviar o curar dolencias graves. Dados los daños
padecidos por los animales con los que se experimenta, tampoco serían prácticas justificadas. Hay que
admitir, aun así, que una parte de la investigación biomédica sí tiene como fin eliminar dolencias graves y
aumentar la calidad y duración de la vida humana. En estos casos debemos comparar el sufrimiento y la
muerte que se causa a los animales no humanos con los grandes beneficios que algunos seres humanos
obtendrían en caso de éxito en la investigación.
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El hecho de que los beneficios a los humanos no sean triviales puede llevar a pensar que en estos casos, a
diferencia de los anteriores, la experimentación con animales está justificada. Ello sería, sin embargo, un
error.

La experimentación con animales sólo se extendió y estandarizó en la comunidad biomédica moderna durante
los años 30 y 40 del siglo pasado. Por razones éticas, se pretendía evitar ensayos clínicos que sometieran a
seres humanos a un riesgo de daño demasiado alto, a la vez que se impedía el uso clínico de tratamientos no
debidamente testados. Dado el estado del conocimiento científico, se creía que las similitudes entre
organismos no humanos y humanos, a pesar de sus diferencias, eran suficientes.

Así, se pensó que era posible predecir el efecto en pacientes humanos de, por ejemplo, un fármaco, a partir de
su efecto observado en ensayos clínicos con otros animales. Bajo esta asunción, los sistemas jurídicos suelen
exigir ensayos con no humanos antes de hacerlos en seres humanos, y como requisito para que quienes
investigan reciban ayudas públicas. Estos son algunos de los factores que explican la predominancia actual de
este modelo. Sin embargo, hay fuertes razones, basadas en evidencias de las que no disponíamos en el pasado,
para cuestionar el valor científico de la experimentación animal, particularmente en comparación con otros
métodos.

Actualmente existe un gran número de métodos de investigación que no emplean animales, como el uso de
cultivos celulares y de tejidos, modelos de órganos o modelos computacionales. Pese a lo dudoso del valor
científico de la experimentación con animales, sin embargo, los recursos empleados para desarrollar más estos
métodos alternativos son, en comparación, mínimos. Por cada euro invertido en ellos se emplean varios miles
en la promoción de la experimentación animal. Esto incluye los gastos en propaganda y lobby por parte de las
empresas que se benefician de la ella. Así, por ejemplo, la industria farmacéutica destinó solamente en sus
relaciones políticas con la UE en 2014 más de cuatro veces el total invertido el año anterior por toda la UE en
métodos sin animales. Carece de toda justificación emplear todos estos recursos para proseguir con estas
investigaciones cuando podrían emplearse en formas potencialmente más eficientes para mejorar la salud
humana (y no humana).

Finalmente, hay una implicación adicional de defender la experimentación con animales frente a los métodos
que no los usan. Si lo único que nos importara es obtener los mayores avances para la salud humana, por
encima de las objeciones éticas, entonces el método a seguir no sería la experimentación con animales no
humanos, sino que deberíamos estar dispuestas a someter a otros seres humanos a tales experimentos, aun
contra su voluntad. Al fin y al cabo, desde un punto de vista metodológico, no hay alternativa mejor para la
investigación biomédica. Por supuesto, ello es éticamente rechazable. Causar graves daños, contra su
voluntad, a otros seres humanos no queda justificado simplemente porque con ello se prolongue o mejore la
vida de otros. Específicamente, consideraríamos inaceptable causar esos daños a ciertos seres humanos
simplemente porque sus capacidades cognitivas sean similares a las de los no humanos que actualmente se
emplean en experimentos.

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