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LA ECONOMIA SOSTENIBLE ES SOCIAL, POPULAR,

COMUNITARIA, PLURAL, SOLIDARIA, SALUDABLE


La economía es una ciencia, un estudio, una invención, una convención humana que se propone organizar

recursos, sus modos de producción y sus modos de circulación para satisfacer necesidades. Esta intención no

siempre se corresponde con el bien común; nuestro sistema económico: capitalista y patriarcal en su etapa más

dañina, megaextractiva y contaminante, no tiene ningún interés en el bien común, su objetivo es el capital y

para el capital todo es “recurso”, las cosas y las personas, los cielos y la tierra, la materia y su arte, el pensamiento y

la gracia que a esta altura, puede o no ser de Dios…

A contrapelo del engranaje mortífero que acciona el capitalismo, construcciones comunitarias para la vida:

personas organizadas en otros modos de producción y circulación de los vínculos entre las gentes y sus medios;

modos que reconocen y respetan la diversidad, la pluridimensionalidad y sus muy diversas economías.

Poblaciones rurales, campesinas, indígenas, permacultoras, guardianas de semillas, bioconstructoras,

recuperadoras de tierras, aguas, aires, salud, saberes… han sido brújula para las obligadas  resistencias que una y

otra, y otra y otra vez sin tregua, han propuesto las crudísimas crisis de los distintos modos de organizarse en

poder sobre algo en occidente, desde cualquier historia registrada.

EL ROL FUNDAMENTAL DE LA ECONOMÍA SOCIAL Y SOLIDARIA (ESS) EN ARGENTINA Y EN EL MUNDO

La Economía Social surge en Argentina en los 90 como una respuesta a la crisis, a la falta de acceso, de dinero, de

trabajo…. La changa, la formación de oficios, la producción casera, artesanal, no industrial, la venta ambulante, la

feria, el trueque y otras monedas de intercambio van componiendo tramas de articulación  para superar la crisis

pero también se van conformando como tramas de lazos socio afectivos con valoraciones diferenciadas a las

propuestas por el mercado del capital vigente.

Tramas que valoran su cultura, su tiempo y los de sus antepasados,  valoran el edificio de su escuela y sus fiestas,

valoran su rio, y sus animales y el monte y su árbol que da el fruto de su tierra, una tierra con la que están en

permanente diálogo.

El sostenimiento de las crisis, la concentración del poder económico, político, científico y tecnológico en favor de las

corporaciones multiempresariales globales; la brutalidad del sistema de capitales privados hiperacumulados, el

ajustado corset de un mercado contaminante y enfermante; la falta de políticas públicas que por un lado limiten la

capacidad de daño hacia las poblaciones, los territorios y los ecosistemas, y además se constituyan como un

ejercicio del derecho al bienestar de las comunidades y los pueblos que los distintos modos de organización de un

Estado Nación representan; con una pandemia viral coronando y profundizando las múltiples deficiencias

generadas por los modos de organización y circulación del capitalismo neoliberal; afianzaron, consolidaron y
multiplicaron las economías disidentes que obligadas a resolver ni más ni menos que la vida, generaron más y

nuevos modos de cooperación físicos, virtuales, locales y transnacionales.

En el documento de las Mesas de Diálogo Regionales para la construcción de una Ley de Economía Social y

Solidaria en la Provincia de Santa fe, definieron que “desde una perspectiva histórica, la Economía Social y

Solidaria surge como una alternativa frente al modelo neoliberal, afianzándose como otro modo de entender la

economía que prioriza el trabajo sobre el capital y al ser humano sobre el dinero, entendiéndola como una

Economía del Trabajo. Es una economía que organiza su trabajo sin privilegios relativos a la posición jerárquica, la

no explotación del trabajo infantil, la equidad de género, el cuidado del medio ambiente, la reducción de la

intermediación para un precio justo, producción, circulación y consumo responsable y el desarrollo de finanzas

solidarias; así como la promoción de valores de solidaridad, cooperación, hermandad, respeto, autonomía y

responsabilidad. En este sentido, las prácticas de la Economía Social y Solidaria fomenta la diversidad cultural, la

armonía y la valoración de la naturaleza, la dignificación del trabajo, la igualdad, la justicia social, la ayuda mutua, y

el comercio justo, equitativo y ético.”

El  informe de 2020 publicado por la defensoría del pueblo de la provincia de Santa Fe y La Universidad Nacional

del Litoral, reconoce que conceptualizar la Economía Social implica multidimensionar la diversidad de

representaciones, enfoques y prácticas. Para su estudio marcaron tres perspectivas basadas en las propuestas del

economista argentino José Luis Coraggio

1. la ESS como componente friccional, con el objeto central de la (re)inserción por el trabajo actuando a nivel

microeconómico. Su horizonte está anclado en la empresa de capital y la necesidad de promover, desde la ESS,

la inscripción de los sujetos en el entramado mercantil.

2. la ESS como subsistema dentro de un sistema socio–económico mixto, compuesto por tres sectores: el

Estado, el sector empresarial capitalista y el de Economía Popular; la Economía Solidaria, en este contexto, se

muestra en la interfaz sectorial; «hay componentes solidarios en la Economía popular, pero esta no es siempre

ni predominantemente solidaria. Los hay, muy importantes, en la economía pública —principalmente las

relaciones de redistribución progresiva. Y los hay también en el sector empresarial privado —aunque sea una

solidaridad filantrópica y unilateral—» (Coraggio, 2013, pág. 18).

3. la ESS como propuesta de otra economía, que actúa dentro de la economía mixta pero a nivel sistémico,

apuntando a una transformación del sistema económico existente, donde se requiere la intervención tanto en

los niveles micro, como meso y macro social; promoviendo una profunda modificación del sistema de relaciones

laborales, el rol del estado, la participación ciudadana, etc. Implica una disputa de sentidos tanto al nivel de la

economía, la política, la cultura, la sociedad y la educación

En 2016 el foro de Economía Social de Mendoza logró impulsar la primer ley vigente en el país y el director del

Centro de Estudios de Economía Social (CEES) de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales en la Universidad

Nacional de Cuyo (UNCuyo) afirmaba encontrar una gran ventaja en que la práctica social vaya adelante de la teoría
porque “nos enseña a reflexionar sobre la práctica”. En la publicación de telam, también se mencionaban tres

vertientes iniciadoras de la Economías Solidaria en Argentina: “nace como práctica social de los habitantes

originarios de la historia; se potencia a fines del siglo 19 y principios del siglo 20 por la gran inmigración donde se

importan dos de las entidades señeras de la economía social como son las cooperativas y mutuales; y las crisis,

particularmente la de 2001/2002 que obligan a que aparezcan formas nuevas de economía social»

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