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En Ecuador, el sector económico popular y solidario se define como el conjunto de formas de

organización económico-social en las que sus integrantes, colectiva o individualmente, desarrollan


procesos de producción, intercambio, comercialización, financiamiento y consumo de bienes y
servicios.31 dic 2016

La economía popular y solidaria: un estudio exploratorio del sistema en Ecuador con enfoque de
control y fiscalización

The People and Solidarity Economy: an Exploratory Study of Ecuador's System with Focus on
Control and Supervision

Juan Gabriel Saltos Cruz I, Mónica Patricia Mayorga Díaz II, Frida Ruso Armada III

I Universidad Técnica de Ambato, Ecuador.

II Universidad Autónoma de los Andes, Ambato, Ecuador.

III Universidad de La Habana, Cuba.

RESUMEN
A partir de lo estipulado en la Carta Magna de la República de Ecuador (2008), se realiza un análisis
exploratorio referente a la economía popular y solidaria en dicho país. Debido a la escasa
información sobre la nueva corriente adoptada, el organismo de control y fiscalización en esta
materia (Superintendencia de Economía Popular y Solidaria), ha iniciado una política de
capacitación activa dentro de los sectores financieros populares y solidarios. El caso ecuatoriano
ha seguido la tendencia de los países latinoamericanos al reconocer a las organizaciones de
economía popular y solidaria. Esto ha generado mayor importancia en los últimos años al Sumak
Kausay (buen vivir), que es un incentivo y todavía hay mucho que hacer al respecto.

PALABRAS CLAVE: buen vivir, dinero, solidaridad.

ABSTRACT

Starting from what has been stated in the Magna Carta of the Republic of Ecuador (2008), an
exploratory analysis referred to the solidary popular economy in this country is carried out. Due to
the lack of information about the new adopted trend, Control and Supervision Organism on this
matter (Superintendence of Solidary and Popular Economy), has started an active training policy
within the popular and solidary financial sectors. The Ecuadorean case has followed the trend of
Latin American countries by recognizing solidary and popular economy organizations. This has
created a greater importance during the last years to Sumak Kausay (good living) which is an
incentive and much has yet to be done to this respect.

KEYWORDS: good living, solidarity, money.

Introducción

En este artículo se realiza una mirada a todos los condicionantes de la unión de la normativa
jurídica, las responsabilidades del resultado de auditorías y su función en el órgano regulador, su
injerencia en el sector cooperativo y las principales variantes que contribuirían a un correcto
manejo de recursos en ellas, resultados contrastados en un contexto latinoamericano que
constituye un compendio de conclusiones a usar a la hora de diseñar un modelo de gestión que
contenga la perspectiva antes abordada, además de una herramienta moderna de control de
gestión, modelo que pretenderá aportar a la sostenibilidad del sector financiero que se encuentra
enmarcada en economía popular y solidaria.
Concretamente, las Naciones Unidas, por medio del pacto mundial formulado e impulsado por
Kofi Annan, han establecido principios relativos a los derechos humanos, a los derechos de los
trabajdores y a los relacionados con el medio ambiente, con lo que se busca proveer un marco
adecuado (Carneiro, 2004).

Según Verónica Andino en su publicación Políticas públicas para la economía social y solidaria,
caso de estudio Ecuador (p. 5) expresa que en dicho país, las prácticas de economía social y
solidaria se han desarrollado ampliamente a lo largo de la historia. En particular, la práctica
milenaria de la economia ancestral indígena ha sido una de las expresiones más coherentes de una
economía centrada en el mantenimiento ampliado de la vida, no solo de los seres humanos sino
de todos los seres vivos. Esta economía es parte del legado histórico de los pueblos ancestrales de
Ecuador que permitió que el paradigma del Sumak Kawsay (buen vivir) sea adoptado en nuestra
Constitución de 2008 como el sueño de toda una sociedad para transitar de un modelo de
desarrollo basado en crecimiento económico a una apuesta por posibilitar formas de vida humana,
en las que se recupere la armonía plena entre todos los seres vivos. Este legado, junto a la
experiencia de más de treinta años de todo un sector de economía solidaria del país, constituye un
pilar fundamental para lograr la transición de un sistema de economia capitalista a un sistema
económico solidario, tal como lo estipula la actual Constitución (Andino, 2013).

La economía popular y solidaria puede definirse como el conjunto de recursos, capacidades y


actividades de las instituciones que reglan la apropiación y disposición de los recursos en la
realización de actividades de producción, distribución, circulación, financiamiento y consumo,
realizadas por los trabajadores, sus unidades domésticas (familiares y comunales), y las
organizaciones específicas que se dan por extensión para lograr tales fines (emprendimientos
unipersonales y familiares, redes de ayuda mutua, juntas con fines de gestión económica,
cooperativas y asociaciones diversas) organizan los procesos naturales y las capacidades humanas
con el objetivo de reproducir la vida y fuerza de trabajo en las mejores condiciones posibles. Esta
economía funciona a través de:

I. La producción para el autoconsumo individual o comunitario.

II. El trabajo asalariado.

III. La producción para la venta con el objetivo de obtener ingresos que permitan el acceso a los
productos del trabajo de otros.

IV. La obtención de donaciones de diverso tipo, transferencias monetarias y subsidios de costos y


precios respecto a los valores de mercado (Coragio, Arancibia y Deux, 2011).
La noción de economía solidaria recubre realidades múltiples y altamente heterogéneas. Por una
parte, en ella se sintetizan diversas iniciativas que han acompañado al desarrollo del capitalismo
desde una posición crítica y de búsqueda de alternativas a los efectos que desestructuran la
economía de mercado. Este impulso político, en el siglo XIX, contribuyó al surgimiento del
movimiento cooperativo, mutualista y asociacionista, que a fines de los años sesenta del siglo XX
se tradujo en el movimiento autogestionario. En este contexto encontramos organizaciones que
buscan diferenciarse, tanto del mercado, como del Estado, lo que se refleja en las denominaciones
oposicionistas que recibe este sector, ya sea "sin fines de lucro o no gubernamental". Las teorías
económicas han explicado, consecuentemente, la existencia de estas organizaciones como
respuestas a las fallas del mercado o del Estado.

Por otra parte, la noción de economía solidaria puede igualmente recubrir acciones de producción
e intercambio de más larga data y, en este sentido, no modernas. Estas coordenadas, brevemente
expuestas, de la economía solidaria, dejan ver la complejidad de este sector y el interés académico
que presenta como laboratorio de las concepciones de solidaridad (Espinosa, 2012).

El término "economía popular" aparece al final de los años ochenta y se consolida como una
referencia explicativa en la decada de los noventa. Los principales autores de referencia son el
chileno Luis Razeto, cuyas elaboraciones son construidas partiendo de la realidad de las clases
populares en aquel país, y el argentino José Luis Coraggio, cuyo trabajo parte de algunas
discusiones sobre la realidad nicaragüense de la década de 1980. Los estudios sobre economía
popular se generalizan y diversifican en los últimos diez años y, aunque es posible identificar
enfoques diversos, ellos tienen en común la relectura de la llamada economía informal y la
resignificación de las prácticas económicas de los sectores populares. Además, nos ayuda a
socializar sobre la nueva economía propuesta por el gobierno de acuerdo a la Constitución de
2008, así como dar a conocer los posibles resultados de la nueva economía.

La economía social. Valores y prácticas.

La economía social varía según el país, el momento, la teoría que se elija usar, etc. Se trata de una
economía cuyo principal recurso es el trabajo y se basa en los siguientes valores y prácticas:

Defiende el respeto y la primacía de las personas y del trabajo sobre el capital en la producción y el
reparto de los excedentes. No opera con la lógica de maximización de la ganancia, sino de una
generación de excedentes, subordinada a las necesidades de los miembros de sus organizaciones y
de su comunidad.

Se propone ampliar sus bases materiales para mejorar las condiciones de vida (vida digna, trabajo
digno, protección del medio ambiente, etc.). Muchas veces esto la lleva a dedicarse a la
producción de bienes y/o servicios que satisfacen necesidades que ni el mercado ni el Estado
suelen atender.

Opera con métodos democráticos y participativos, a través de la utilización de la regla de "un


hombre = un voto". Todos los involucrados en las actividades no solo son informados, sino
consultados sobre el rumbo a tomar en cuestiones centrales (en los casos más extremos, no solo
en las centrales sino en todas las cuestiones). Estos métodos constituyen, por tanto, una forma de
democratizar el sistema en el que vivimos;

Está compuesta por organizaciones, es decir, se trata de una economía de naturaleza asociativa,
no de individuos aislados.

La economía social tiene distintas formas de organización:

Difiere de la teoría microeconómica tradicional que se centra en la empresa como unidad de


producción e inversión, mientras a la familia le queda el papel de consumidor y ahorrista. Esta
economía reconoce que, generalmente, ante la falta de trabajo asalariado, la familia produce e
invierte en su intento por garantizar la vida de sus miembros.

Se refiere a la economía popular que se compone no solo de la familia, sino de unidades


domésticas formadas por familias articuladas, con los que están más cerca y que viven en la misma
situación. Al articularse, aumentan sus posibilidades de generación de ingresos y así, la de poder
garantizar las condiciones materiales para la vida.

Esta economía puede organizarse a través de emprendimientos populares que producen de forma
individual, familiar o como unidad doméstica y que se asocian con otros emprendimientos para
realizar las actividades que hacen posible la producción o que siguen después de esta, por
ejemplo, el cuidado de los niños en guarderías comunitarias mientras trabajan, compra conjunta
de insumos, venta conjunta de sus productos o servicios, uso compartido de equipos, instalaciones
o herramientas, grupos solidarios para obtener microcréditos y demás.

Otras veces encara todo el proceso en conjunto, desde la producción de los bienes y/o servicios
tanto para la venta como para el autoconsumo (José, 2007).

Los grupos solidarios consisten en el otorgamiento de préstamos a postulantes individuales que


deben formar un grupo y se hacen cada uno mutuamente responsable por el pago de los créditos
de todos los miembros.

La banca comunal consiste en la conformación de grupos de 30-50 miembros propietarios que


gestionan los bancos a través de un comité que recibe capacitación de una agencia promotora.
Promueve la movilización de ahorros junto con el otorgamiento de los créditos y la realización de
reuniones periódicas de los miembros.
Las denominadas finanzas éticas, que comienzan a difundirse a fines de los ochenta en países del
norte con la idea del ahorro ético y la inversión socialmente responsable, a partir de aplicar una
serie de criterios positivos para promover determinadas actividades (como el financiamiento de
actividades de comercio justo y solidario) y criterios negativos para castigar actividades (como la
producción de armamento), surgen de esquemas que consideran a todos los actores involucrados
(ahorristas que fijan prioridades para el destino de sus ahorros) (Muñoz, 2007).

La economía popular y solidaria y su sector financiero. Constitución de Ecuador

En Ecuador, la economía popular y solidaria nace de la necesidad de mejorar las condiciones de


vida de todos los ecuatorianos, especialmente de los sectores más vulnerables. La Constitución del
país los recoge en los siguientes artículos:

Art.283.- El sistema económico es social y solidario; reconoce al ser humano como sujeto y fin;
propende a una relación dinámica y equilibrada entre sociedad, Estado y mercado, en armonía con
la naturaleza; y tiene por objetivo garantizar la producción y reproducción de las condiciones
materiales e inmateriales que posibiliten el buen vivir. El sistema económico se integrará por las
formas de organización económica pública, privada, mixta, popular y solidaria, y las demás que la
Constitución determine. La economía popular y solidaria se regulará de acuerdo con la ley e
incluirá a los sectores cooperativistas, asociativos y comunitarios. (Asamblea Nacional del Ecuador,
2008, p. 136)

Art.311.-El sector financiero popular y solidario se compondrá de cooperativas de ahorro y crédito,


entidades asociativas o solidarias, cajas y bancos comunales, cajas de ahorro. Las iniciativas de
servicios del sector financiero popular y solidario, y del micro, pequeñas y medianas unidades
productivas, recibirán un tratamiento diferenciado y preferencial del Estado, en la medida en que
impulsen el desarrollo de la economía popular y solidaria. (Asamblea Nacional del Ecuador, 2008,
p. 144)

La economía popular y solidaria y su sector financiero respecto a los siguientes principios de


integración:

1. Reproducción de la unidad doméstica.

2. Prevalencia de trabajo sobre el capital.

3. Reciprocidad.

4. Generación de excedente y utilidad.


5. Redistribución de excedente y utilidad.

6. Acto económico-solidario.

7. Generación de auto empleo.

La economía empresarial privada se basa en los principios de acumulación que se refieren a


continuación:

1. Ampliación de la economía del capital.

2. Prevalencia del capital sobre el trabajo.

3. Acumulación del capital.

4. Generación de utilidad.

5. Rendimiento a la inversión.

6. Acto comercial.

7. Generación de empleo derivado

La Ley Orgánica de Economía Popular y Solidaria establece en su Artículo 4 que las personas y
organizaciones amparadas por esta Ley, en el ejercicio de sus actividades, seguirán por los
siguientes principios, según corresponda:

La búsqueda del buen vivir y del bien común;

La prelación del trabajo sobre el capital y de los intereses colectivos sobre los individuales;

El comercio justo y consumo ético y responsable:

La equidad de género;

El respeto a la identidad cultural;

La autogestión;

La responsabilidad social y ambiental, la solidaridad y rendición de cuentas;

La distribución equitativa y solidaria de excedentes.

La Ley Orgánica de Economía Popular y Solidaria del sistema financiero, en su Artículo 96,
Auditorías, estipula que "las cajas de ahorro y créditos de ahorro y crédito deben contar con
auditoría externa e interna de manera anual y auditoría interna, conforme a lo establecido por
esta Ley. Los auditores deben estar calificados por la Superintendencia y su actividad profesional la
desarrollarán a través del cumplimiento de la Ley y su reglamento.

Es indudable que las cooperativas formadas sobre estas creencias han constituido un importante
sector y se han extendido por muchos países del mundo. Sobre esta visión conservadora, algunos
defensores de las economías centralizadas o del capitalismo vienen construyendo hipótesis de
apoyo al cooperativismo con la tendencia de introducirlo, tanto en las economías de los países
socialistas como capitalistas, y declaran abiertamente que donde el Estado no es eficiente en un
país socialista, debe fomentarse el modelo cooperativo. Lo mismo ocurre en el sistema capitalista,
donde se sostiene que la empresa capitalista que no fuera operativa, debería ingresar el modelo
cooperativo.

Sistema financiero popular y solidario

En Ecuador, el sector económico popular y solidario se define como el conjunto de formas de


organización económico-social en las que sus integrantes, colectiva o individualmente, desarrollan
procesos de producción, intercambio, comercialización, financiamiento y consumo de bienes y
servicios. Las formas de organización del sector económico popular y solidario incluyen a las
organizaciones de la economía popular y solidaria (EPS) y del sector financiero popular y solidario
(SFPS).

El sector económico popular y solidario se caracteriza por una pluralidad de actores que, de
acuerdo con el marco normativo institucional actual, conforman los sectores cooperativo,
asociativo y comunitario. Las organizaciones que los conforman se caracterizan, a priori, por una
dinámica interna democrática y autogestionada. Estas realizan sus actividades con base en
relaciones de solidaridad, cooperación y reciprocidad y ubican al ser humano como sujeto y fin de
toda actividad económica por sobre el lucro, la competencia y la acumulación de capital (Xavier,
2001).

Por su parte, el SFPS comprende las cooperativas de ahorro y crédito, cajas de ahorro y bancos
comunales. Estas organizaciones se identifican por su lógica asociativa y realizan actividades de
intermediación financiera y de responsabilidad social con sus socios y clientes o terceros, sitúan a
las finanzas al servicio del ser humano (Mercedes, 2008).

El sistema cooperativo que se desarrolla en Ecuador, como se ha señalado anteriormente, está


comprendido por instituciones privadas de libre asociación de personas que buscan un fin común
y participan activamente en el desenvolvimiento cotidiano de actividades que permiten el logro de
objetivos sociales y económicos. Bajo esta condición, existen un sinnúmero de cooperativas de
ahorro y crédito que aportan al sector agrícola y comercial, con la inyección de capital de trabajo
para el desarrollo de las actividades comerciales y de producción. Este dinero crediticio se utilizará
en colocaciones, en el caso de las cooperativas y en captaciones, por parte de los socios de las
mismas.

Al final de un período económico, llamado en Ecuador ejercicio fiscal, comprendido entre el 1 de


enero y el 31 de diciembre del mismo año, el organismo de control, a través de los auditores
externos calificados, procede a efectuar trabajos de auditoría financiera. En estas, por
obligatoriedad de la legislación, se efectúa la evaluación del sistema de control interno con la
aplicación de métodos tradicionales, así como también se efectúa el análisis de las áreas críticas y
la determinación de morosidad, rentabilidad, liquidez, endeudamiento, con el apoyo en
herramientas de análisis financiero y el manejo de indicadores financieros.

Queda de este modo un vacío dentro de esta exigencia de auditoría anual, ya que con la
promulgación de la Ley Orgánica de Economía de Popular y Solidaria (LOEPS), no se han
implementado nuevos lineamientos para la ejecución de auditorías, por lo que el auditor
solamente dictamina la razonabilidad de estados financieros. Este deja a un lado el análisis social,
el cual es de imperante utilización porque simultáneamente existe, a lo largo de Latinoamérica, la
corriente de implementación de un balance social en la presentación anual de los reportes
financieros al organismo de control, con lo que se pretende incluir los principios del
cooperativismo dentro de los planes de trabajo anuales de los directivos de las cooperativas, y al
final del ejercicio fiscal realizar la medición de los mismos con la utilización de los indicadores que
permitan la evaluación de la estructura socio de la institución. Las dimensiones para esta
evaluación serían:

I) Asociación voluntaria y abierta.

II) Control democrático de los asociados.

III) Participación económica de los asociados.

IV) Autonomía e independencia.

A pesar de lo mencionado, no se ha procedido con la aplicación de este balance, ya que los


organismos de control no han definido parámetros de aplicación.

Clasificación en segmentos y niveles de las cooperativas financieras y no financieras

De conformidad con lo establecido en la Ley Orgánica de la Economía Popular y Solidaria y del


sector financiero popular y solidario (LOEPS), las cooperativas financieras y no financieras se
ubicarán en segmentos y niveles respectivamente, según criterios como: participación en el sector,
volumen de operaciones, número de socios, número y ubicación geográfica de oficinas operativas
a nivel local, cantonal, provincial, regional o nacional, monto de activos, patrimonio y productos y
servicios financieros.

Además, el Artículo 145 de la LOEPS dispone que las regulaciones emitidas desde la
Superintendencia de Economía Popular y Solidaria (SEPS) en relación a la protección, promoción e
incentivos, funcionamiento y control de las actividades económicas de las organizaciones, se
expidan de manera diferenciada (Mercedes, 2008).

Metodología para la definición de segmentos y niveles

Con el fin de dar cumplimiento a lo dispuesto en la LOEPS, la SEPS presentó dos propuestas
técnicas de parametrización para clasificar a las cooperativas financieras y no financieras. Ambas
propuestas fueron revisadas separadamente en mesas de trabajo con los miembros de la Junta de
Regulación y el MCDS (según el caso correspondiente). El objetivo de este trabajo conjunto fue
realizar un análisis exhaustivo de la pertinencia de las variables seleccionadas (de conformidad con
lo establecido en el Art. 101 de la LOEPS) y la metodología a ser aplicada en el ejercicio de
clasificación de las cooperativas (Gómez, 2008).

La información utilizada para la clasificación de las cooperativas financieras y no financieras


proviene de la ex Dirección Nacional de Cooperativas (DNC) y del Servicio de Rentas Internas (SRI).
A partir de ellas, se construyó un conjunto de datos para el año 2011 con 330 registros, cinco de
ellos completos de cooperativas de ahorro y crédito con los siguientes campos: activos, pasivos,
patrimonio, número de sucursales, ubicación geográfica de la matriz, ingresos anuales, saldo de
captaciones, saldo de colocaciones y número de socios. Estos datos sirvieron de muestra para la
clasificación de las cooperativas del sector.

Cuatro segmentos de COAC

Los resultados de la propuesta sugieren que para el sector financiero existen tres grupos
homogéneos internamente diferentes entre sí. Por lo tanto, se clasificaron las cooperativas dentro
de los segmentos uno, dos y tres; atendiendo a las características particulares de cada uno de
estos (figura 1).

Economía y dinero
La economía, desde la perspectiva sustantiva, se refiere a los procesos económicos reales
(producción, intercambio, distribución, acumulación, etc.) o bien a la disciplina que las estudia. No
hay unaúnica definición sino diversas y contrapuestas.

Respecto a la definición de economía es necesario indicar que existen dos formas de abordarla: la
economía formal y la sustantiva. A continuación se realizará un análisis detenido de la versión
formal de la economía (Zumarraga, 2014).

Según este autor la solidaridad tiene dos expresiones: la filantrópica y la democrática. La primera
se concentra en la cuestión de la urgencia y en la preservación de la paz social. La dádiva se
somete a aquellas reglas de juego o normas estipuladas por los donantes, de modo que puede
convertirse en instrumento de poder y dominación. El donante entrega su apoyo cuando le plazca,
lo que le convierte en un poder de dominación. La inclinación a ayudar a otros está valorada como
un elemento constitutivo de la ciudadanía responsable, implica la amenaza de una "dádiva sin
reciprocidad". Por lo tanto, el que recibe la ayuda está obligado a rendirle pleitesía porque no ha
hecho nada por devolver la ayuda. La única contrapartida posible es la gratitud sin límites, que
establece una deuda que los beneficiarios jamás pueden honrar (Zumarraga, 2014).

La auditoría como medio de control y fiscalización en la Economía Popular y Solidaria

Según el Manual de Auditoría de Gestión de la Contraloría General del Estado, la auditoría de


gestión es la acción fiscalizadora dirigida a examinar y evaluar el control interno y la gestión, a
través de la utilización de recursos humanos de carácter multidisciplinario, el desempeño de una
institución, ente contable, o la ejecución de programas y proyectos, con el fin de determinar si
dicho desempeño o ejecución se está realizando o se ha realizado, de acuerdo a principios y
criterios de economía, efectividad y eficiencia.

Este tipo de auditoría examinará y evaluará los resultados originalmente esperados y medidos de
acuerdo con los indicadores institucionales y de desempeño pertinentes. Constituirán objeto de la
auditoría de gestión, el proceso administrativo, las actividades de apoyo, financieras y operativas;
la eficiencia, efectividad y economía en el empleo de los recursos humanos, materiales,
financieros, ambientales, tecnológicos y de tiempo; y el cumplimiento de las atribuciones,
objetivos y metas institucionales.

A diferencia de la auditoría financiera, el resultado de la fiscalización mediante la auditoría de


gestión no implica la emisión de una opinión profesional, sino la elaboración de un informe amplio
con los comentarios, conclusiones y recomendaciones pertinentes. Con estos antecedentes, se
considera necesario incluir en el sistema de control y fiscalización institucional, enfoques de
auditoría de gestión dentro del control de gestión de las instituciones del sistema financiero
cooperativo, ya que de este modo se pueden diseñar y evaluar indicadores de cumplimiento
acordes a la naturaleza de cada una de las instituciones reconocidas como parte del sistema de
economía popular y solidaria.

La economía popular y solidaria es un modelo económico que está reconocido en la Constitución


de la República del Ecuador y pasa a ser una nueva alternativa partiendo del ser humano como
sujeto y fin. Se debe iniciar por ofrecer información, capacitación sobre los componentes de la
economía popular y solidaria, a todos los actores de la misma, por cuanto los resultados no son a
corto plazo. Es un proceso largo en el cual muchas cosas pueden pasar.

Actualmente, es necesaria la cooperación entre cooperativas. Esto no se ha conseguido debido a


que no se tiene un concepto claro del sistema cooperativista. La proliferación de cooperativas de
ahorro y crédito en los últimos a años se ha fomentado, debido a que solo se les ve como entes
financieros para otorgar créditos y muchas de las que fueron creadas solo aparecieron con la
finalidad de obtener ganancias. Es por esta razón que existe desconfianza entre las cooperativas
fraternas, ya que se ven en una especie de competencia y no se puede establecer alianzas
estratégicas que permitan la interrelación entre cooperativas y la ayuda mutua. Si a esto le se
suman los altos niveles de morosidad en la estructura financiera de este tipo de instituciones
financieras, es fácil darse cuenta que es de primordial interés definir un modelo de gestión que
permita cumplir con los fundamentos esenciales de la economía popular y solidaria, en la que el
ser humano y su buen vivir son los principales actores.

Un conjunto de indicadores de gestión social contribuirán a que la llamadas finanzas populares en


Ecuador supervivan al conocer su situación, no solamente financiera, sino también administrativa,
para lo cual se triangularán los elementos de la herramienta de gestión BSC (Balanced Scored
Card) en función de los componentes del balance social de prolija aplicación para el sector
financiero cooperativo.

Con esto se aporta a la optimización de las esferas de producción, distribución, cambio y consumo
dentro de las unidades de economía popular, en las que el capital primitivo, es decir, las
aportaciones individuales, se transformen poco a poco en plusvalía, siempre y cuando el dinero
crediticio sea colocado para mejorar la calidad de vida de la sociedad, así como en función del
reconocimiento de las actividades desarrolladas, como producción, consumo, vivienda, transporte,
agricultura (UEP). Es menester que la productividad que se incremente en el sistema de la
economía de las finanzas populares (SEFP), y, por lo tanto, la plusvalía que genera la colocación de
créditos sea repartida para todos los socios y parte de ellas se conviertan en capital acumulado.
Conclusiones

La economía popular y solidaria es un modelo económico en el cual el factor dinero está en


segundo plano. Se basa en el bien común y parte del ser humano como sujeto y fin, respetando a
la naturaleza. Es un modelo económico, no existe una ruta o un modelo a seguir. En países de
Latinoamérica se está empezando a realizar, pero es imposible que sea igual en todo el país
porque cuando cada uno tiene diferentes recursos humanos, naturales, culturales.

Al efectuarse el control de gestión con la herramienta señalada, cada institución del sistema
financiero cooperativo establecerá sus objetivos estratégicos. Parte de ellos serán planteados en
función de los principios cooperativos que debe contener la estructura del balance social con
inclusión de indicadores financieros, los que a su vez deberán incluirse en las dimensiones:
aprendizaje y crecimiento, procesos internos, clientes y finanzas. Con esto, al momento de ser
valorados por los consejos de vigilancia y unidades de auditoría interna, se convertirán en el
alcance de la auditoría (perspectivas del BSC). Al momento en que el auditor externo efectúe la
aplicación de la matriz de seguimiento de recomendaciones, se establecerá un conjunto de
sugerencias (iniciativas del BSC).

Lo que nos queda es ser actores participativos en la económica popular y solidaria para crear
nuestra propia ruta y aprovechar todos los recursos que posee nuestro país.

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RECIBIDO: 20/10/15

ACEPTADO: 20/2/2016

Juan Gabriel Saltos Cruz. Universidad Técnica de Ambato, Ecuador. Correo


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¿Qué es la Economía Popular y solidaria?

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La solidaridad, entendida desde los principios de la Economía Popular y Solidaria (EPS), es una
forma de organización de personas que buscan el bien común y cuya base de desarrollo se
fundamenta en el compañerismo, la productividad incluyente, participativa y equitativa; es decir
que no busca el lucro o rentabilidad ...

La Economía Popular Y Solidaria

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La solidaridad, entendida desde los principios de la Economía Popular y Solidaria (EPS), es una
forma de organización de personas que buscan el bien común y cuya base de desarrollo se
fundamenta en el compañerismo, la productividad incluyente, participativa y equitativa; es decir
que no busca el lucro o rentabilidad individual sino el crecimiento colectivo de una comunidad.

La asociatividad representa una opción para construir redes de empresas solidarias,


autogestionarias, que producen bienes necesarios para la vida social; con características de
sustentabilidad y calidad que generan bienestar a través del trabajo.

La preocupación del SERCOP por hacer del Buen Vivir una realidad ha posibilitado que la lucha
contra la pobreza se haga efectiva a través de diferentes políticas como la preferencia a los bienes,
obras y servicios de origen ecuatoriano y a los actores de la Economía Popular y Solidaria, micro,
pequeñas y medianas empresas, tal como consta en el artículo 25 de la Ley Orgánica del Sistema
Nacional de Contratación Pública.

Actualmente, existen 12 mil asociaciones de la EPS registradas en los Catálogos Dinámicos


Inclusivos. Muchas de ellas ya tienen contratos con diferentes instituciones públicas en todo el
país.

Problemática de análisis
En Ecuador, a marzo de 2019, el boletín financiero de la Superintendencia de Economía Popular y
Solidaria (SEPS) reporta la existencia de 593 Organizaciones del Sector Financiero Popular y
Solidario (OSFPS), principalmente cooperativas de ahorro y crédito (COAC), que registran USD
14.359 millones en activos y 6,9 millones de socios.

En 2007, previo a la promulgación de la Constitución del Ecuador de 2008, la extinta Dirección


Nacional de Cooperativas reportaba la existencia de 1.221 cooperativas de ahorro y crédito,
señalando como resultado positivo el crecimiento del número de COAC, que pasaron de 525 en
2002 a 1.221 en 2007, información en la que no se registran las formas de ahorro y crédito más
pequeñas y sin personería jurídica, como son cajas de ahorro, bancos comunales, fondos
mortuorios y demás entidades asociativas y solidarias de ahorro y crédito, de las cuales no se
conoce el número de organizaciones existentes, teniendo como referencia una estimación
realizada por el Instituto de Economía Popular y Solidaria (IEPS) de 12.000 organizaciones para
2012.

Con el propósito de entregar una cronología de la evolución del sector financiero popular y
solidario, y utilizando la información proporcionada por el Banco Desarrollo de los Pueblos
(BANCODESARROLLO), se presenta la figura 1.

Figura 1

Cronología de la evolución del sector financiero popular y solidario

icon

Fuente: Ruiz y Jácome (2013).

Elaboración: BANCODESARROLLO.

Como se puede apreciar en la figura 1, el número de organizaciones del sector financiero popular y
solidario ha disminuido como resultado de procesos de fusión y liquidación, principalmente de
COAC; sin embargo, el total de activos de sector y el número de socios han crecido
significativamente.
Surge, en consecuencia, la siguiente pregunta: ¿es adecuado para el sector financiero popular y
solidario el proceso de fusión y liquidación de sus organizaciones de ahorro y crédito? Pregunta
sobre la cual para dar un punto de vista es necesario hacer referencia a varios elementos y
antecedentes jurídicos, sociales, económicos y políticos.

Base legal

En su articulado, la Constitución del Ecuador (EC 2008) establece que:

“El sistema económico es social y solidario [...] y se integrará por las formas de organización
económica pública, privada, mixta, popular y solidaria, también establece que la economía popular
y solidaria incluirá a los sectores cooperativistas, asociativos y comunitarios” (EC 2008, art. 283).

“El sistema financiero nacional se compone de los sectores público, privado, y del popular y
solidario [...] cada uno de estos sectores contará con normas y entidades de control específicas y
diferenciadas, que se encargarán de preservar su seguridad, estabilidad, transparencia y solidez”
(EC 2008, art. 309).

“El sector financiero popular y solidario se compondrá de cooperativas de ahorro y crédito,


entidades asociativas o solidarias, cajas y bancos comunales, cajas de ahorro [...] que recibirán un
tratamiento diferenciado y preferencial del Estado, en la medida en que impulsen el desarrollo de
la economía popular y solidaria” (EC 2008, art. 311).

La Constitución, junto con la Ley Orgánica de Economía Popular y Solidaria y del Sector Financiero
(LOEPS) (EC 2012), y reformada por el Código Orgánico Monetario y Financiero (COMIF) (EC 2014),
constituyen la base legal para el sector financiero popular y solidario.

De la normativa vigente señalada, es importante hacer referencia al siguiente articulado:

Ley Orgánica de Economía Popular y Solidaria (LOEPS)

Art. 1.- Definición.- Para efectos de la presente ley, se entiende por Economía Popular y Solidaria a
la forma de organización económica, donde sus integrantes, individual o colectivamente,
organizan y desarrollan procesos de producción, intercambio, comercialización, financiamiento y
consumo de bienes y servicios, para satisfacer necesidades y generar ingresos, basadas en
relaciones de solidaridad, cooperación y reciprocidad, privilegiando al trabajo y al ser humano
como sujeto y fin de su actividad, orientada al buen vivir, en armonía con la naturaleza, por sobre
la apropiación, el lucro y la acumulación de capital (LOEPS 2011).
Con relación a la disolución y liquidación de las organizaciones, señala que se disolverán y
liquidarán por voluntad de sus integrantes, así como por las causales establecidas en la ley,
debiendo ser su ente de control quien podrá supervisar la disolución y liquidación de las
organizaciones (LOEPS 2011, art. 14).

Con relación a la fusión y escisión, indica que “las cooperativas de la misma clase podrán
fusionarse o escindirse por decisión de las dos terceras partes de los socios o representantes,
previa aprobación de la Superintendencia” (LOEPS, art. 56).

Código Orgánico Monetario y Financiero

El Código establece la siguiente definición sobre fusión: “Es la unión de dos o más entidades del
sistema financiero nacional del mismo sector, por la que se comprometen a juntar sus patrimonios
y formar una nueva sociedad, la cual adquiere a título universal los derechos y obligaciones de las
sociedades intervinientes. La fusión se produce también cuando una o más entidades son
absorbidas por otra que continúa subsistiendo” (Código Orgánico Monetario y Financiero 2014,
art. 170).

Con relación a las clases de fusión: “Las fusiones podrán ser ordinarias y extraordinarias, en
función de la situación de deficiencia de su patrimonio técnico” (Código Orgánico Monetario y
Financiero 2014, art. 171).

Procesos de fusión: “El proceso de fusión ordinario será normado por los organismos de control. El
proceso de fusión extraordinario queda exceptuado de los procedimientos ordinarios de fusión y
será regulado por la Junta de Política y Regulación Monetaria y Financiera” (Código Orgánico
Monetario y Financiero 2014, art. 172).

Aprobación: Señala que “la fusión será aprobada previamente por los respectivos organismos de
control y que la fusión ordinaria considerará las políticas y regulaciones que, en materia de control
de poder del mercado, haya emitido la instancia reguladora competente” (Código Orgánico
Monetario y Financiero, art. 176).

Los artículos de los cuerpos normativos referidos permiten evidenciar que la creación,
reconocimiento, fusión y liquidación de las organizaciones del sector financiero popular y solidario,
como son las cooperativas de ahorro y crédito, deben considerar los siguientes elementos:
Las OSFPS tienen un reconocimiento de carácter constitucional.

La existencia, desarrollo e integración de las OSFPS, como son las COAC, debe considerar al ser
humano y principios sociales y solidarios, por encima del lucro y la acumulación del capital.

La creación, disolución, fusión, escisión y liquidación de las organizaciones del Sector Financiero
Popular y Solidario requieren la decisión de la propia organización.

Las entidades públicas competentes son responsables del desarrollo y sostenibilidad del sector
financiero popular y solidario.

Los procesos de fusión deben tener la consideración de la instancia encargada de supervisión del
poder de mercado.

Los elementos referidos deben servir para que los socios de las OSFPS que hayan pasado por
procesos de fusión o liquidación, las instancias públicas competentes de rectoría, regulación,
supervisión y fomento, así como las organizaciones de ahorro y crédito que pudiesen pasar por
procesos de fusión y liquidación, tengan presente en la determinación y consideración de las
fusiones y liquidaciones de sus organizaciones de ahorro y crédito.

Los principios de la Alianza Cooperativa Internacional

Las cooperativas de ahorro y crédito, como la principal forma de organización del sector financiero
popular y solidario, orientan su accionar y en consecuencia su creación, desarrollo, integración,
fusión y escisión en los principios internacionales del cooperativismo, en función de lo cual, a
continuación se hace referencia a los siete principios de la Alianza Cooperativa Internacional (ACI),
instancia mundial que tiene como propósito afianzar y fortalecer las prácticas y cultura del
cooperativismo en el mundo. Es necesario, sin embargo, tener presente que la vivencia de los
principios del cooperativismo enfrenta importantes problemas y antivalores.

Según la ACI (2013), una cooperativa es una asociación autónoma de personas que se han unido
voluntariamente para hacer frente a sus necesidades y aspiraciones económicas, sociales y
culturales comunes por medio de una empresa de propiedad conjunta y democráticamente
controlada.

Membresía abierta y voluntaria. Las cooperativas son organizaciones voluntarias abiertas para
todas aquellas personas dispuestas a utilizar sus servicios y dispuestas a aceptar las
responsabilidades que conlleva la membresía sin discriminación de género, raza, clase social,
posición política o religiosa.

El problema que enfrenta la aplicación de este principio es la pérdida de capital social, pues si bien
el ingreso a la cooperativa es libre y voluntario, la principal motivación de los socios es obtener un
préstamo, sin que su interés principal sea la construcción del capital social, elemento problemático
en los procesos de consolidación de las COAC, y que en determinados casos afectan la
sostenibilidad de la organización y conllevan a su disolución.

Control democrático de los miembros. Las cooperativas son organizaciones democráticas


controladas por sus miembros, quienes participan activamente en la definición de las políticas y en
la toma de decisiones. Las personas elegidas para representar a su cooperativa responden ante los
miembros. En las cooperativas de base los miembros tienen igual derecho de voto (un miembro,
un voto).

En la realidad de varias organizaciones de ahorro y crédito cooperativo, se observan intereses


particulares que llevan a procesos internos antidemocráticos, situación que limita el crecimiento y
fortalecimiento de la organización, que en algunos casos han sido argumentos para la disolución
de la organización, sea mediante fusión o liquidación.

La participación económica de los miembros. Los miembros contribuyen de manera equitativa y


controlan de manera democrática el capital de la cooperativa, orientado a la propiedad común de
sus recursos, fundamentados en la solidaridad y reciprocidad.

El carácter generalizado del fin de lucro en los negocios privados, junto a las prácticas personales
de apropiación, afectan y distorsionan este principio, convirtiendo en varios casos a la cooperativa
como un negocio privado o familiar.

Autonomía e independencia. Las cooperativas son organizaciones autónomas de ayuda mutua,


controladas por sus miembros, que están abiertas a establecer acuerdos con otras organizaciones
públicas y privadas, iniciativas que realizan en términos de asegurar el control democrático de los
recursos por parte de sus miembros, manteniendo la autonomía cooperativa.

Nuevamente los intereses particulares, que en la práctica y en muchos casos priman sobre el
interés común, han llevado a que la autonomía e independencia sea mal entendida y aplicada,
respondiendo más a intereses particulares.

Educación, formación e información. Las cooperativas brindan educación y entrenamiento a sus


miembros, a sus dirigentes electos, gerentes y empleados, de tal forma que contribuyan
eficazmente al desarrollo de sus cooperativas; así mismo, buscan informar al público y medios de
opinión sobre la naturaleza y beneficios del cooperativismo.

Varias organizaciones presentan deficientes estructuras y programas de capacitación, pese a la


fundamental importancia de este principio, varias organizaciones adolecen de un adecuado plan
de capacitación y de comunicación que fortalezca la gestión y el desarrollo de sus integrantes,
empleados, representantes, dirigentes y socios.

Cooperación entre cooperativas. Las cooperativas sirven a sus miembros más eficazmente y
fortalecen el movimiento cooperativo, trabajando de manera conjunta por medio de estructuras
locales, nacionales, regionales e internacionales; la cooperación entre cooperativas es un principio
fundamental para el desarrollo del sector, principio que debe activarse sobre todo en los procesos
de fusión, con manifestaciones de solidaridad y apoyo recíproco, pudiendo llegar a definir
instancias de base y de integración económica y representativa.
La competencia, enraizada en la cultura de la sociedad y que se organiza en torno al mercado y a la
acumulación del capital, afecta profundamente la vivencia de este principio y en muchos casos es
argumento que motiva el impulso de procesos de fusión por absorción entre cooperativas de
ahorro y crédito de segmentos grandes, que ven con apetito el mercado de las localidades donde
actúan las cooperativas de ahorro y crédito de segmentos más pequeños. Junto a lo señalado, las
debilidades de las estructuras cooperativas y la ausencia de normativa que distinga la integración
económica e integración representativa alientan el interés de la fusión por absorción.

Compromiso con la comunidad. La cooperativa trabaja para el desarrollo sostenible de su


comunidad por medio de políticas aceptadas por sus miembros y apreciadas por los moradores de
la comunidad donde opera. El interés por la comunidad es la razón originaria que impulsa la
creación de cooperativas de ahorro y crédito dentro de comunidades excluidas de los sistemas
financieros tradicionales.

Nuevamente la competencia y el crecimiento fundamentado en la acumulación del capital, más


que en la integración de nuevos socios de la comunidad, junto a la limitada visión del desarrollo
local del territorio, afectan de manera importante la vivencia del principio, así como impulsan
procesos de fusión por absorción de cooperativas de ahorro y crédito grandes hacia otras
cooperativas pequeñas en otros territorios.

Aspectos económicos y políticos

El tema abordado en este documento, como punto de vista del autor, implica también hacer
referencia a varios elementos de carácter económico y político, que junto a los aspectos sociales y
legales abordados, deben aportar al análisis de la problemática de las fusiones y liquidación de las
cooperativas de ahorro y crédito, pudiendo tener en consideración los siguientes aspectos:

Las cooperativas de ahorro y crédito se crean y desarrollan con base en la confianza de sus
integrantes, y administran los recursos disponibles fundamentados en la información y
comunicación transparente a sus integrantes y comunidad. Cuando la cooperativa ha perdido este
carácter, y registra pérdidas del capital social, es necesario orientar las decisiones y supervisión
hacia la protección de los recursos invertidos por los socios y depositantes de la cooperativa de
ahorro y crédito.

Una cooperativa bien administrada y con una clara orientación de sostenibilidad financiera y
beneficio social, aporta al desarrollo local de su territorio, afianza la identidad local, histórica y
cultural, contribuyendo con la generación de riqueza en los territorios, con la distribución de los
ingresos y la redistribución de la riqueza hacia las localidades de menor desarrollo.

Las instancias de dirección, administración y control de las cooperativas de ahorro y crédito deben
responder y rendir cuenta ante la población de su localidad y territorio, generando mecanismos de
presión social y control colectivo de la localidad sobre la administración de la cooperativa y de su
aporte al desarrollo de la comunidad.
Al revisar la historia del cooperativismo en el mundo, el surgimiento de una cooperativa de ahorro
y crédito está ligado a una localidad, tiene como propósito el apoyo al desarrollo y superación de
la pobreza, así como siempre nace pequeña. En la lógica actual del Ecuador, nace en el segmento
más pequeño, el segmento 51 de las cooperativas de ahorro y crédito. La cooperativa orientada
por los principios del cooperativismo y de la solidaridad actúa y se desempeña en forma diferente
a las organizaciones fundamentadas en la acumulación del capital; muchas veces nace en la
informalidad jurídica, como caja de ahorro y crédito, caja rural, banco comunal, fondo mortuorio,
o como muchas de las otras formas que toma la comunidad para dar a luz a su entidad asociativa y
solidaria de ahorro y crédito, teniendo generalmente entre sus objetivos el aporte al desarrollo
comunitario, buscando hacer frente a la problemática del territorio.

En Ecuador, así como en otros países, la riqueza se acumula como fruto de la concentración de
ingresos, generando polos de desarrollo y localidades pobres y sin desarrollo, territorios donde las
cooperativas de ahorro y crédito encuentran el espacio propicio para su creación. Para el caso del
Ecuador, las ciudades de Quito, Guayaquil y Cuenca son localidades que concentran flujos
económicos que profundizan las brechas de desarrollo y pobreza en los territorios de donde se
alimentan los flujos económicos, fenómeno que se reproduce en el ámbito mundial entre países
desarrollados y países pobres o en vías de desarrollo.

El sector financiero popular y solidario, conforme lo señalado en la primera sección de este


documento, ha crecido de manera importante en activos y socios, y registra USD 14.359 millones y
6,9 millones de socios, situación que en el ámbito de la competencia y acumulación de capital
genera resistencia de las organizaciones financieras privadas tradicionales e incluso entre las
propias cooperativas de ahorro y crédito, espacios donde se azuzan argumentos de reducción del
número de cooperativas de ahorro y crédito, que en muchos casos argumentan riesgos financieros
y sistémicos del sistema financiero nacional.

Los elementos descritos son presentados como insumos para los procesos de integración
económica, fusión por absorción, fusión por creación o liquidación de las organizaciones de ahorro
y crédito del sector financiero popular y solidario, sea por la propia determinación de los
integrantes de la cooperativa o por decisión de la autoridad competente.

Prevención de fusiones y liquidaciones en el fortalecimiento del sector

En el marco del análisis realizado en este documento, los procesos de fusión y liquidación de
organizaciones del sector financiero popular y solidario, y particularmente de las cooperativas de
ahorro y crédito, deben ser entendidos como elemento integrante del fomento y fortalecimiento
de este sector dentro del sistema financiero nacional, es decir, la fusión debe ser entendida como
un mecanismo de apoyo en el ámbito de las finanzas solidarias, a través del cual una organización
fuerte va en apoyo de una pequeña con debilidad, buscando apoyarla para sostener las finanzas
en la localidad, como un hermano mayor lo haría por uno más pequeño. Su principal objetivo
debería ser la subsistencia de la estructura financiera local, mas no la eliminación para tomar el
mercado financiero de esa localidad. Si la absorción fuere inevitable, la organización que absorbe,
junto con los socios de la estructura a ser absorbida debería, en el marco del desarrollo
comunitario de esa localidad, definir y estructurar el proceso de absorción respetando los
elementos de identidad de la estructura financiera local y propiciando el desarrollo local. En el
sentido más profundo de las finanzas solidarias, incluso el proceso pudiera, con el paso del tiempo,
determinar el mecanismo de reactivación de la estructura financiera local en ese territorio.

Bajo la lógica de la solidaridad en las finanzas, la liquidación de una estructura de ahorro y crédito
local debe ser la última y extrema opción, que tenga como objetivo proteger a los ahorristas y
socios que integran esa estructura de ahorro y crédito.

Las normas legales desarrolladas en Ecuador, cuando previeron la creación de una


institucionalidad pública para el fomento y desarrollo de la economía popular y solidaria, tuvieron
la perspectiva descrita, pues una alianza entre instituciones del Estado y las organizaciones de la
economía popular y solidaria podría permitir el desarrollo de acciones de fortalecimiento de la
economía local y establecer mecanismos de resguardo de las organizaciones populares pequeñas y
vulnerables, nuevamente con la misma lógica de solidaridad del más fuerte hacia el más pequeño.

En la perspectiva descrita, se establecieron en los cuerpos legales cuatro instancias para el


fomento de la economía popular y solidaria, que en el ámbito del sector financiero popular y
solidario se concreta en los siguientes estamentos:

Rectoría. Instancia fruto de la alianza pública-popular y solidaria, que defina la política pública para
el fomento y desarrollo del sector financiero popular y solidario dentro del sistema financiero
nacional.

Regulación. Entidad del Estado que, recogiendo los elementos necesarios de todos los agentes
socioeconómicos de la economía popular y solidaria, define desde el Estado las normas y
parámetros de actuación de las estructuras financieras locales, también llamadas organizaciones
del sector financiero popular y solidario.

Supervisión. Desde la Constitución vigente, se definió la conformación de la Superintendencia de


Economía Popular y Solidaria (SEPS), para el control como medio de fomento del sector.

Fomento. La creación del Instituto de Economía Popular y Solidaria (IEPS) y de la Corporación


Nacional de Finanzas Populares y Solidarias (CONAFIPS), instancias del Estado que teniendo como
objetivo el fomento del sector financiero popular y solidario, deberían incorporar entre sus
responsabilidades y actividades el desarrollo de iniciativas de prevención a las fusiones y
liquidaciones de las organizaciones financieras populares y solidarias.

Fusiones y liquidaciones
Si en las localidades donde actúan las estructuras financieras locales, pese al desarrollo de
esfuerzos de recuperación y fomento no existiere otra opción que la fusión y liquidación, las
autoridades competentes deberían decidir la liquidación de una cooperativa o su fusión con otra,
luego de haber agotado los esfuerzos para rehabilitar a la organización, ya que desde la lógica de
las finanzas solidarias la primera opción es ayudarla y apoyar el crecimiento de la organización
débil y pequeña para propiciar su crecimiento y permanencia en la localidad.

También es necesario tener presente que en varias localidades existen muchas cooperativas de
ahorro y crédito, más de las que la localidad requiere, cooperativas que en muchos casos
compiten entre sí y no se orientan por los principios cooperativos. Cerrar los ojos a esta realidad
también es equivocado. Para estos casos una opción adecuada podría ser el proceso libre y
voluntario de integración de las estructuras de ahorro y crédito local, tarea en la que las instancias
públicas de fomento del sector tienen una función que cumplir, junto a las instancias de
integración económica y representativa del propio sector.

Los procesos de fusión deben ser guiados no solo por el análisis de los indicadores de eficiencia
financiera, sino también por el análisis de elementos sociales, económicos y culturales. En algunos
casos las diferencias sociales, culturales y de visión económica entre las organizaciones que se
integran en la fusión, son factores que limitan el éxito del proceso de integración económica. Para
ello es fundamental tener presente que las organizaciones populares de ahorro y crédito son
organizaciones de personas y no de capital.

La situación descrita lleva necesariamente a considerar los procesos de fusión de organizaciones


de ahorro y crédito en diferentes localidades del Ecuador, proceso que pudiera ser trabajado en
consideración a los siguientes elementos:

1. Análisis de las debilidades de las organizaciones de ahorro y crédito:

Saturación de organizaciones en el mismo territorio (coberturas limitadas).

Debilidad institucional (limitada formación cooperativa y financiera).

Sobreendeudamiento.

Competencia desleal en los territorios.

Elevados costos operativos.

Acceso limitado a la política pública o ausencia de ella.

2. Oportunidades de los procesos de fusión y liquidación:


Ampliación de capacidades de gestión administrativa y financiera.

Acceso a tecnología.

Delimitación racional de ámbitos geográficos.

Ampliación y mejor diversificación de servicios financieros.

Cumplimiento de requisitos para acceso a políticas públicas.

3. Condiciones para la fusión:

Agotar los esfuerzos previos de fortalecimiento y fomento de las finanzas solidarias.

Decisión libre y voluntaria de socios y directivos de la organización.

Gestión democrática y descentralizada.

Respeto a la territorialidad (no apertura de sucursales de cooperativas ajenas al territorio).

Homogeneidad social y financiera (identidad de socios, territorios, etnias, índices financieros y de


gestión).

Lo señalado podría resumirse en las finanzas solidarias y en la vivencia de los principios de


cooperativismo para el fomento del sector financiero popular y solidario, dentro del cual la fusión
por integración, fusión por absorción y liquidación también deben guiarse, sean motivados desde
el propio sector o desde las entidades públicas del Estado.

Notas

1 Cajas de ahorro, bancos comunales, cajas comunales y activos con hasta USD 1’000.000
(Resolución No. 038-2015-F 2015).

Referencias
Alianza Cooperativa Internacional (ACI). 2013. Reglamento (adoptado por la Asamblea General el
11 de abril de 2013 y modificado el 17 de noviembre de 2017). Consulta: febrero de 2019.
(https://bit.ly/2Md9RSw).

EC. 2008. Constitución de la República del Ecuador. Registro Oficial 449, 20 de octubre.

EC. 2011. Ley Orgánica de Economía Popular y Solidaria. Registro Oficial 444, 10 de mayo

EC. 2014. Código Orgánico Monetario y Financiero. Registro Oficial 332, Segundo Suplemento, 12
de septiembre

EC Junta de Política y Regulación Monetaria y Financiera. 2015. Resolución No. 038-2015-F.

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