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Sustancias inflamables y explosivas

En cualquier instalación, a pesar de no trabajar con fuentes de calor, es posible que se produzca un
incendio. Por esta razón, es importante controlar los productos inflamables y explosivos en el lugar
de trabajo.
Estos productos se clasifican en función del punto de inflamación. Esta clasificación abarca desde
productos de clase A, cuya presión absoluta de vapor a 15ºC sea superior a 09 KPa como el propileno,
butadieno, cloruro de metilo. Las sustancias de clase B cuyo punto de inflamación es inferior a 55ºC
como la acetona o el alcohol amílico. Los que están dentro de la clase C cuyo punto de inflamación está
comprendido entre 55ºC y 120ºC  como el fenol y formaldehído; y los de clase D, cuyo punto de
inflamación es superior a 120ºC.
Entre los profesionales que se exponen a estos productos se encuentran los conductores de
vehículos de transporte de sustancias inflamables como explosivos y pólvora, o camiones
cisterna; encoladores, que trabajan con disolventes y otros materiales inflamables; mecánico de
automóviles, que manejan productos inflamables y en su puesto de trabajo permanecen junto a
sustancias que pueden provocar una explosión como gas de petróleo líquido, gasolina, disolventes o
aceites, así como pintores, que utilizan productos como pinturas o disolventes.
Etiquetado  de sustancias inflamables
Una de las medidas preventivas, además de los equipos de protección individuales y colectivos, son el
etiquetado y correcto almacenamiento de las sustancias.
El etiquetado está regulado por los Reales Decretos 363/1995 y 255/2003, que obliga a que todo
producto químico esté debidamente etiquetado tanto si va destinado al público en general como al
usuario profesional.
Todas las sustancias irán identificadas con el nombre de la sustancia, así como el nombre, dirección y
teléfono del fabricante o importador. Además, llevarán el pictograma que las identificará como
inflamables o explosivas, incluso ambos pictogramas para aquellas sustancia que tengan ambas
características.
Del mismo modo, estos productos deberán ir correctamente envasados. Además, las sustancias
extremadamente inflamables o fácilmente inflamables deberán disponer de una indicación de peligro
detectable al tacto.
Almacenamiento de sustancias
Dependiendo de la instalación los productos se almacenarán en interior o exterior. Para los productos
que se almacenan en interior se pueden instalar armarios protegidos, que tengan como mínimo, una
resistencia al fuego RF-15. Además, llevarán un letrero que indique “Inflamable”, con el fin de que los
trabajadores maximicen las medidas de seguridad. Asimismo, según dicta la normativa, no se pueden
instalar más de tres armarios en el mismo recinto, salvo que estén separados entre sí por más de 30
metros, para evitar daños mayores en caso de accidente.
También se pueden destinar zonas a salas de almacenamiento. Si estas salas comunican con otras
dependencias o edificios contiguos deben de presentar estructuras, techos y paredes con una resistencia
al fuego mínima de RF-120.
Cuando los productos se almacenan en el exterior se utilizarán recipientes especiales y contarán en sus
proximidades con extintores móviles, para actuar en caso de incendio.
Medidas preventivas ante productos inflamables
Además de contar con un correcto etiquetado y almacenamiento de las sustancias, se deberán extremar
las medidas preventivas cuando se trabaja con este tipo de sustancias. Muchas de estas medidas están
dentro del sentido común, como no trabajar con llamas o fuentes de calor cerca de productos inflamables
o no dejar los envases con productos inflamables abiertos durante largos periodos.
Otras medidas están relacionadas con los equipos de protección individual a la hora de manipular
sustancias inflamables como trajes aislantes, máscaras, guantes y botas preparadas para entrar en
contacto con estas sustancias. 
Además, en la instalación existirán medidas colectivas como extintores fijos y móviles, así como
mantas ignífugas.   

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