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DERECHO PENAL PARTE GENERAL

(Grado en Criminología)
2018/2019
Prof. Dra. Mónica Pucci Rey

TEMA 11

EL CONCURSO DE DELITOS

1-Unidad y pluralidad de acciones.

2-El concurso de leyes. El principio de “ne bis in idem”.

3-El concurso ideal y el concurso medial.

4-El concurso real.

El concurso de delitos es un tema susceptible de ser estudiado dentro de la teoría jurídica


del delito pero también como un problema de las consecuencias jurídicas del delito, dado
que del tipo de concurso que se trate se derivan importantes diferencias penológicas.

Por eso, parte de la doctrina considera la teoría del concurso un puente de unión entre la
teoría del delito y la teoría de la pena.

De esta teoría del concurso se excluye el concurso de normas del art 8 CP, ya que éste es
un fenómeno de colisión normativa.

Las hipótesis que pueden plantearse dentro de la teoría del concurso son:

-Unidad de acción y de delito


-Unidad de acción y pluralidad de delitos
-Pluralidad de acciones y unidad de delito
-Pluralidad de acciones y de delitos
Nos centraremos en alguna de esta hipótesis.

Concurso de normas versus concurso de delitos:

Estamos ante un concurso de delitos cuando para calificar correctamente un hecho, para
englobar todo su desvalor, necesitamos aplicar más de una norma.

Ej. A, para impedir que B acuda al notario y otorgue testamento, le propina un golpe en la
cabeza causándole una herida que requiere diez puntos de sutura. A responde por un
delito de coacciones (art. 172 CP) en concurso con un delito de lesiones (art. 147 CP).
Si se castigara sólo por un delito de coacciones, no valoraríamos la lesión de la integridad
física.

Si castigáramos sólo por un delito de lesiones, no estaríamos valorando la lesión de la


libertad de actuación, que es el bien jurídico protegido en el delito de coacciones, pues el
delito de lesiones no necesariamente va acompañado de un atentado contra la libertad de
actuación. Por eso hay que aplicar ambas infracciones para reflejar todo el desvalor del
hecho. Estaríamos, pues, ante un concurso de delitos.

A, mediante violencia, consigue doblegar la voluntad de B y tener relaciones sexuales con


B. La conducta de A es subsumible en el art. 172 CP (delito de coacciones). También es
subsumible en el delito de agresión sexual violenta (art. 178 CP).

a. ¿Castigamos por un delito de coacciones? b. ¿Castigamos por un delito de agresión


sexual? c. ¿Castigamos por ambos delitos?

Por tanto, el concurso de delitos tiene lugar cuando el sujeto lesiona varios bienes
jurídicos y para la correcta calificación de los hechos es necesario aplicar varias normas
penales.

En cambio, nos encontramos ante un concurso de normas cuando para calificar un hecho
existe más de una norma aparentemente aplicable.

En gran medida, si acudimos a una o varias normas penales para la calificación de unos
hechos va a depender de la concreta configuración de los tipos penales y de cómo los
interpretemos.

Principios para la aplicación de los preceptos o leyes en el concurso de normas (art. 8 CP):

Principio de especialidad: “El precepto especial se aplicará con preferencia al general”


(art. 8.1º CP). Ello ocurre, por ejemplo, respecto a todos los delitos cualificados en relación
con el tipo básico.

A suministra a B un veneno que le permitirá morir plácidamente. B le había pedido


insistentemente a A que le ayudara a morir para poner fin a los dolores provocados la
enfermedad mortal que padece. La conducta de A podría subsumirse en el art. 138 CP y
también en el art. 143 CP. ¿Cuál aplicaríamos?
A sustrae un cuadro de un gran valor histórico. ¿Se aplica el art. 234 CP o el art. 235 CP?

Principio de subsidiariedad: “El precepto subsidiario se aplicará sólo en defecto del


principal, ya se declare expresamente dicha subsidiariedad ya sea ésta tácitamente
deducible” (art. 8.2º CP). Supuestos clásicos de subsidiariedad tácita serían aquéllos en los
que se observa una progresión en la intensidad del ataque del bien jurídico, como, por
ejemplo, la relación existente entre los delitos de peligro concreto y los de lesión, o entre
las distintas fases del iter criminis (actos preparatorios-tentativa-consumación).

A colabora con ETA proporcionando información sobre las costumbres de X. ETA,


utilizando dicha información, mata a X. La conducta de A sería, en principio, subsumible en
un delito de colaboración con banda armada (art. 576.2 CP) y también punible en calidad
de cooperador necesario en un delito de asesinato terrorista (art. 572.1.1a). ¿Se aplican
ambos preceptos o sólo uno de ellos? Presta especial atención a lo dispuesto en el art.
576.2 CP último inciso.

Principio de consunción: “El precepto penal más amplio o complejo absorberá a los que
castiguen las infracciones consumidas por aquél”. (art. 8.3º CP). Principio muy
deficientemente regulado, a veces es difícil de diferenciar de la subsidiariedad tácita. Por
ejemplo, en principio puede afirmarse que el desvalor del delito consumado absorbe las
fases imperfectas de ejecución y preparación previas o bien, que el castigo de estas fases
previas es subsidiario respecto de fases posteriores.

A conduce temerariamente su automóvil atropellando a B, que sufre graves lesiones y


muere tras diez días debatiéndose entre la vida y la muerte en el hospital. Lee
atentamente los siguientes preceptos y determina razonadamente cuál de ellos aplicarías:
arts. 152 y 142 CP.

A causa a B hematomas en los brazos al agarrarla con fuerza y tratar de yacer con la
víctima por la fuerza. ¿Castigamos por un delito del art. 178- 179 CP o también por una
falta del art. 617 CP?

Principio de alternatividad: “En defecto de los criterios anteriores, el precepto penal más
grave excluirá los que castiguen el hecho con pena menor” (art. 8.4º CP). Para aplicar esta
regla, es necesario que la cuestión del precepto aplicable no se pueda resolver con los
criterios anteriores.

A intenta introducir 500 gr. de cocaína en España procedente de Colombia. A es


descubierto en la frontera En principio su conducta es subsumible en el art. 368 CP y en el
art. 3.a) de la LO 12/1995 de represión del contrabando. Lee atentamente ambos artículos,
¿crees que estaríamos ante un concurso de normas o ante un concurso de delitos? ¿Cómo
se solucionaría?

Además de estos principios, habrá que tener siempre en cuenta el aforismo latino “ne bis
in ídem”, no dos veces en lo mismo, es decir, que no podrá volver a penarse el hecho
delictivo que ya fue penado y enjuiciado por sentencia firme. Este principio latino enlaza
directamente con la cosa juzgada penal. La cosa juzgada (del latín res iudicata) es el efecto
impeditivo que, en un proceso judicial, ocasiona la preexistencia de una sentencia judicial
firme dictada sobre el mismo objeto. Es firme una sentencia judicial cuando en derecho no
caben contra ella medios de impugnación que permitan modificarla.

Diferencia entre concurso real y concurso ideal.

Tanto el concurso real como el ideal son especies del concurso de delitos, es decir, el
sujeto debe ser castigado por la comisión de varios delitos, sin que baste para desvalorar
íntegramente su conducta con la aplicación de un solo delito. Sin embargo, en el concurso
ideal esos varios delitos (iguales o diferentes) se cometen a través de un solo hecho y en el
concurso real son varios hechos los que realizan varios delitos.

Un ejemplo de concurso real sería la calificación de quien viola y luego mata (autor de un
delito de violación en concurso real con un delito de homicidio); o del funcionario que,
además de malversar fondos públicos acepta posteriormente cantidades de dinero por
tomar determinadas decisiones en el ámbito de su competencia (autor de un delito de
malversación de fondos públicos en concurso real con un delito de cohecho). En el
concurso real también pueden concurrir los mismos delitos, por ejemplo, quien en el
transcurso de una noche se pega con tres personas distintas causándoles lesiones que
precisan tratamiento médico (autor responsable de tres delitos de lesiones en concurso
real).

Este es el supuesto más común de concurso real (posteriormente veremos en qué


consisten otras modalidades de concurso real, como son el concurso medial, el delito
continuado o el denominado delito masa).

En el concurso ideal el sujeto también comete varios delitos, pero, a diferencia del
concurso real, lo hace a través de un solo hecho. El art. 77.1 CP habla, refiriéndose al
concurso ideal del caso “de que un solo hecho constituya dos o más infracciones”.

A golpea a un policía rompiéndole la nariz. Se castigaría por un delito de lesiones (art. 147
CP). Sin embargo con esta calificación no estaríamos reflejando todo el desvalor del hecho,
pues éste es también constitutivo de un delito de atentado a la autoridad (art. 550 y ss.
CP), en el que el bien jurídico menoscabo es la autoridad que representa el agente
agredido. Ambos preceptos reflejan desvalores diferentes y su aplicación es necesaria para
abarcar todo el desvalor del hecho. Estamos, pues, ante un concurso de delitos y no de
normas; y se trataría de un concurso ideal, dado que ambos delitos han sido producidos
por un solo hecho.

A, debido a su grave falta de atención, se salta un semáforo. En un momento dado pierde


el control y choca con otro vehículo, causando la muerte a dos de sus ocupantes y lesiones
graves a otros dos. Estaríamos ante dos delitos de homicidio imprudente y dos delitos de
lesiones imprudentes, todos ellos en concurso ideal.

La diferencia entre concurso real y concurso ideal posee importantes consecuencias


penológicas, siendo más beneficioso para el reo, en principio, la aplicación del concurso
ideal.
El concurso ideal y el concurso medial.
Ya hemos visto que el concurso de delitos, que consiste en la existencia de dos o más
delitos cometidos por un sujeto, debe diferenciarse del concurso de normas penales,
caracterizado por producirse en aquellos casos en los que son aplicables a una misma
conducta dos o más preceptos penales, debiendo aplicarse uno sólo.

Podemos entonces clasificar el concurso de delitos en:

 Real: Existe cuando un sujeto comete dos o más delitos que deben enjuiciarse en
un mismo proceso (pluralidad de acciones, pluralidad de delitos).
 Ideal: Existe cuando un solo hecho ejecutado por un sujeto constituye dos o más
delitos (unidad de acción, pluralidad de delitos).
 Medial: Existe cuando un hecho ejecutado para la comisión de un delito es medio
necesario para cometer un segundo delito (pluralidad de acciones, pluralidad de
delitos).

En el concurso de delitos se distinguen los llamados concurso real e ideal, a los que se
añade a veces el denominado concurso medial, que, como veremos, no es sino una
subforma materialmente similar al concurso real y, en derecho español, sometida a la
penalidad propia del concurso ideal (art. 77.1. CP).

El delito continuado (pluralidad de acciones infringiendo el mismo precepto) es también


subforma del concurso real (art. 74 CP). Tiene a su vez éste un subgénero llamado delito
masa, con un régimen específico, refiriéndose a las infracciones contra el patrimonio (para
evitar en los fraudes colectivos el inconveniente de las escasas cuantías defraudadas a
cada víctima y poder así acumularlas todas).
El Código Penal español recoge algunas reglas punitivas, que fueron seleccionadas
partiendo de diversas opciones.
Es importante analizar la reforma realizada con la Ley Orgánica 1/2015, de 30 de marzo,
por la que se modifica la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal, en
las reglas relativas a la determinación de la pena en el concurso ideal y en el concurso
medial. El cambio producido en el ámbito punitivo es bastante relevante.
Antes de la entrada en vigor de la Ley Orgánica 1/2015, el artículo 77 del Código Penal
establecía las siguientes reglas:
1. “Lo dispuesto en los dos artículos anteriores, no es aplicable en el caso de que un solo
hecho constituya dos o más infracciones, o cuando una de ellas sea medio necesario para
cometer la otra”.
2. “En estos casos se aplicará en su mitad superior la pena prevista para la infracción más
grave, sin que pueda exceder de la que represente la suma de las que correspondería
aplicar si se penaran separadamente las infracciones”.
3. “Cuando la pena así computada exceda de este límite, se sancionarán las infracciones
por separado”.
Después de la entrada en vigor de la Ley Orgánica 1/2015, el artículo 77 del Código Penal
establece las siguientes reglas:
1. “Lo dispuesto en los dos artículos anteriores no es aplicable en el caso de que un solo
hecho constituya dos o más delitos, o cuando uno de ellos sea medio necesario para
cometer el otro”.
2. “En el primer caso, se aplicará en su mitad superior la pena prevista para la infracción
más grave, sin que pueda exceder de la que represente la suma de las que correspondería
aplicar si se penaran separadamente las infracciones. Cuando la pena así computada
exceda de este límite, se sancionarán las infracciones por separado”.
3. “En el segundo, se impondrá una pena superior a la que habría correspondido, en el
caso concreto, por la infracción más grave, y que no podrá exceder de la suma de las penas
concretas que hubieran sido impuestas separadamente por cada uno de los delitos.
Dentro de estos límites, el juez o tribunal individualizará la pena conforme a los criterios
expresados en el artículo 66. En todo caso, la pena impuesta no podrá exceder del límite
de duración previsto en el artículo anterior”.
Como puede comprobarse fácilmente, con anterioridad a la entrada en vigor de la reforma
del Código Penal, el concurso ideal y el concurso medial tenían el mismo tratamiento,
existiendo un mismo régimen sancionador para ambas figuras, por el que se aplicaba la
pena prevista para la infracción más grave en su mitad superior, existiendo un límite, ya
que no podía exceder de la que representara la suma total de las que correspondería
aplicar si las conductas infractoras se penaran separadamente. Con posterioridad a la
entrada en vigor de la citada reforma, se produce el establecimiento de una diferenciación
entre los dos concursos de delitos, que tienen una diferente consecuencia jurídica:

1. En el concurso ideal sigue existiendo el mismo régimen que existía antes de la


modificación, por el que se aplica la pena establecida para la infracción más grave
en su mitad superior, sin que pueda exceder de la que representara la suma total
de las que correspondería aplicar si las conductas infractoras se penaran por
separado.
2. En el concurso medial se ha cambiado el régimen y, actualmente, se debe imponer
una pena superior a la que habría correspondido, en el caso concreto, por la
infracción más grave, no pudiendo exceder de la suma de las penas concretas que
deberían ser impuestas separadamente por cada uno de los delitos, siendo cierto
que se desconoce cuál es el alcance de “una pena superior”, que, según Jose María
Luzón Cuesta, no se refiere a la pena superior en un grado. La Circular 4/2015,
sobre la interpretación de la nueva regla penológica prevista para el concurso
medial de delitos, indica que “El Preámbulo de la LO 1/2015 nada aclara en
relación con la reforma de las reglas de determinación de la pena en los supuestos
de concurso medial” y que “Las dudas que esta oscura referencia plantea habrán
de resolverse decantándose por entender que la pena superior implica una pena
más elevada a la representada por la pena concreta imponible para el delito más
grave, pero dentro del mismo marco penal”.

Debe destacarse que Fidel Ángel Cadena Serrano afirma que “con la separación de
regulación de los concursos medial e ideal se abre una brecha histórica” y que “todos los
Códigos Penales partieron de la idea de la asimilación de ambos concursos a efectos de su
tratamiento punitivo y de la determinación de la pena”. Además, señala el autor que “la
idea diferencial es celebrada por la jurisprudencia, que siempre entendió que cuando se
cometen varios delitos con relación medial de conexión, la reacción penal ha de ser menos
intensa que si se hubieran cometido varios sin relación entre sí en el que se sigue el
sistema de acumulación jurídica de los artículos 75 y 76 CP, pero, a su vez, más profunda
que si solo se hubiera realizado una acción aunque lesionara varios bienes jurídicos”.
La reforma de las reglas de determinación de la pena en los casos de concurso ideal y de
concurso medial han sido reformadas con la finalidad de distinguir dos figuras que, antes
de la entrada en vigor de la Ley Orgánica 1/2015, tenían un mismo régimen, siendo cierto
que resulta más correcto, desde una perspectiva jurídica, hacer una distinción. Se ha
optado por una vía adecuada, aunque la ambigüedad de la redacción de la nueva regla del
concurso medial plantea problemas de interpretación que, probablemente, originarán una
gran amplitud de modos de aplicación, dependiendo del prudente arbitrio de cada juez la
concreción de la pena para los casos en los que un hecho ejecutado por un delito es medio
necesario para cometer el otro.

Bibliografía:
-Derecho Penal Parte General, Santiago Mir Puig, 7ª edición, Barcelona 2004, Editorial
Reppertor.

-Derecho Penal General, Rafael Díaz Roca, 1ª edición, Madrid 1993, Editorial Tecnos.

-Apuntes de Cátedra de Antonio García-Pablos de Molina (UCM), impartidos por Fernando


Santa Cecilia García, Madrid 2004.

-Apuntes de ESERP (URJC), impartidos por el Prof. Dr. Luis Aparicio-Ordás, Madrid 2016.

-La Ley Orgánica 1/2015, de 30 de marzo, por la que se modifica la Ley Orgánica 10/1995, de
23 de noviembre, del Código Penal.
-La Circular 4/2015, sobre la interpretación de la nueva regla penológica prevista para el
concurso medial de delitos, de la Fiscalía General del Estado.
-ÁLVAREZ POZO, MARÍA DE LA PALMA: El concurso ideal de delitos, Tesis doctoral dirigida por
Manuel Cobo del Rosal. Universidad de Granada (2007).
-CADENA SERRANO, FIDEL ÁNGEL: “La aplicación judicial de la pena. reglas generales y
especiales. Novedades de la LO 1/2015.”, Revista del Ministerio Fiscal, nº 0, 2015.
-GALVÁN GONZÁLEZ, FRANCISCO: Concurso de delitos: Análisis comparado entre España y
México, Tesis doctoral dirigida por Ignacio Berdugo Gómez de la Torre. Universidad de
Salamanca (2011).
-LUZÓN CUESTA, JOSE MARÍA: Compendio de Derecho penal. Parte general., Dykinson, 2015.
-FIERRO RODRIGUEZ, DIEGO: Artículo publicado en Derecho y Perspectiva, 4 Marzo 2016.

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