Está en la página 1de 10

• 


ES

Descubre el químico tóxico que


acaba en nuestra comida
El PFOA se usa en todo tipo de productos cotidianos y es
considerada una amenaza para la salud y el
medioambiente
03.05.2021 00:00h
Javier Roibás






Una mujer prepara la comida con una sartén libre de PFOA / FREEPIK
El ácido per uorooctanoico (PFOA) es una sustancia
química arti cial y potencialmente tóxica que se utiliza en
todo tipo de productos de uso cotidiano desde los años 40.
Sartenes antiadherentes, tejidos impermeables, alfombras,
ordenadores y hasta las bolsas de las palomitas para
microondas contienen este compuesto. La Agencia Española
de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) lo considera
uno de los contaminantes orgánicos persistentes más
importantes.

Es una amenaza tanto para la salud humana como para el


medioambiente. Se acumula en el organismo y una
exposición prolongada al mismo puede afectar al
metabolismo, al sistema reproductor y estar detrás de la
fl
fi

aparición de ciertas enfermedades --desde distintos tipos de


cáncer hasta desórdenes neuronales y la diabetes--.

Exposición al PFOA
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA por
sus siglas en inglés) publicó en 2020 su opinión cientí ca
sobre los riesgos para la salud que entraña la presencia de
esta sustancia y otras similares en los alimentos. El informe
asegura que la dieta --sobre todo el pescado y los productos
cárnicos-- es la principal fuente de exposición a los PFAS, el
grupo general de más de 4.700 químicos diferentes al que
pertenece el PFOA. Aunque también señala otras, como la
contaminación del aire o el agua.

“La presencia del PFOA hoy en día es ubicua. Si analizas la


grasa de un oso polar, que habita en un medio que se supone
prístino y libre de contaminantes, tiene concentraciones de
PFOA. Si nos hiciesen análisis de sangre masivos, se vería
que prácticamente todos tenemos PFOA o algún otro
derivado, aunque en concentraciones muy bajas”, asegura a
Consumidor Global Paloma Fernández Freire, investigadora
del Departamento de Biología de la Universidad Autónoma de
Madrid (UAM) y miembro del equipo que publicó un estudio
sobre los efectos de este químico en las células.
fi
Etiqueta "Libre de PFOA"

Cataluña y Galicia, entre las más afectadas


El Centro Nacional de Sanidad Ambiental (CNSA) del Instituto
de Salud Carlos III realizó en 2017 el primer estudio en
España sobre la distribución geográ ca de la exposición a
seis tipos de PFAS --entre ellos el PFOA--. Tras analizar la
concentración de estos compuestos en el suero sanguíneo de
755 adultos de entre 18 y 65 años, la investigación concluía
que los residentes en Cataluña y Galicia presentaban los
valores más elevados, mientras que los de Canarias tenían
los más bajos. Además, el PFOA aparecía en casi todas las
muestras tomadas.

“Los hombres presentaron niveles más altos que las


mujeres y se con rma que la lactancia contribuye a una
reducción de la carga corporal para todos los PFAS en las
mujeres”, añade el estudio. La edad también es un factor
importante a la hora de valorar la exposición a estos
compuestos. Su carácter bioacumulable hace que cuantos
fi
fi
más años se tengan, mayor sea la presencia en el
organismo.

Artículo relacionado

Las familias adineradas están más expuestas a los


químicos tóxicos
Javier Roibás
Una situación incontrolable
Entre las conclusiones del estudio del que ha formado parte
Fernández gura que las células no recuperan su estado
natural una vez que han estado expuestas a esta sustancia. A
ello se añaden los cambios observados en la membrana
plasmática (lo que delimita la célula), donde aparecieron
burbujas. “Cualquier cosa que altere un poco la membrana
plasmática puede tener una serie de efectos inesperados e
impredecibles dentro de la célula”, aclara la investigadora.    
fi
Fernández subraya que la exposición a este tipo de
químicos es “incontrolable” porque es fruto de la
degradación de los materiales en los que se han utilizado. En
ese sentido, la EFSA detalla que estos compuestos llegan a
la comida a través del suelo y el agua contaminados y
utilizados para cultivar los alimentos, entre otras vías.

Difícil de sustituir
Uno de los principales problemas del PFOA es que resulta
complicado encontrar un sustituto en sus aplicaciones
industriales. De hecho, a pesar de que en la Unión Europea
(UE) está prohibida su fabricación y comercialización desde
el 4 de julio de 2020, existen excepciones, como las espumas
ignífugas e, incluso, algunos productos sanitarios
implantables. Sobre ello, Fernández opina que la fuerza de
los lobbies de la industria química y lo acostumbrada que
está la sociedad a utilizar este tipo de compuestos evita que
se prohíban todos los usos del PFOA. 

Asimismo, esta experta considera que la generación de


nuevas sustancias químicas por parte de la industria
sobrepasa la capacidad para hacer los estudios toxicológicos
a los que realmente deberían someterse cuando estos salen
al mercado. Por ello, Fernández, lamenta que los análisis que
se realizan solo solventan la parte normativa, pero tienen
limitaciones a la hora de determinar si estos nuevos
compuestos son seguros o no, sobre todo en exposiciones
prolongadas y en combinación con otros contaminantes.

Artículo relacionado
El negocio de la quimiofobia y los engañosos etiquetados
naturales
Alejandra Used
Multas millonarias
En 2017, la compañía química estadounidense DuPont tuvo
que pagar una histórica multa de 670 millones de dólares
(unos 570 millones de euros) para compensar a las 3.500
personas que contrajeron diferentes tipos de enfermedades
en Parkersburg, un pueblo del estado de Virginia Occidental,
debido a la contaminación del agua al contener PFOA. La
empresa utilizaba este compuesto en la fabricación del
te ón, uno de los materiales más empleados para las
sartenes antiadherentes. De hecho, tras este polémico
caso, ahora es habitual ver en el etiquetado de estos
utensilios domésticos el reclamo “libre de PFOA”.

A pesar de estar prohibida su comercialización en la UE,


todavía hoy en día siguen en circulación multitud de
productos fabricados con PFOA. “La entrada en vigor de
estas restricciones ha hecho necesario el control en las
importaciones, pues se debe garantizar la igualdad de
fl
oportunidades en el mercado”, añade la Federación
Empresarial de la Industria Química Española (Feique).

Evitar los procesados


La investigadora Fernández cree que una de las opciones
para minimizar la exposición al PFOA --si bien es complicado
debido a su omnipresencia-- es apostar por comida que haya
tenido una producción lo más orgánica y sostenible posible.
Cuanto menos procesados estén los alimentos, menos
expuestos estarán a esta sustancia.

“Es difícil para los ciudadanos evitar totalmente la exposición


a los PFAS. Usar productos de cuidado personal y
materiales de cocina libres de este químico y evitar el
contacto directo con productos que lo contienen ayuda a
reducir la exposición”, insiste la Agencia Europea de Medio
Ambiente (EEA, en inglés). “Se puede lograr una menor
exposición a PFAS utilizando productos de consumo con
etiquetas ecológicas y comprando marcas libres de estos
compuestos”, agrega la organización, que no arroja
demasiada luz sobre cómo los consumidores pueden
realmente detectar este compuesto químico en todo lo que
comen.

• Alimentación
• Quejas
• España
Relacionados
• Las familias adineradas están más expuestas a
los químicos tóxicos 

• El negocio de la quimiofobia y los engañosos
etiquetados naturales 


• La escala Scoville: los graves riesgos para la


salud de pasarse con el picante 


• Los 10 mejores alimentos para devorar esta


primavera 


• Cocinar una tarde para toda la semana: los


sustos que te puedes llevar con el 'batch cooking' 


• Huesos, insectos y gusanos: los aditivos


alimentarios que comen los veganos sin saberlo 


• Fuga de clientes a la competencia de Wetaca


tras la crisis con sus ‘tuppers’ 




















• Así es la hamburguesa ideal, según los fanáticos
del ‘fast food’ 


• Lidl abre tres nuevas tiendas en España y crea


otros 60 puestos de trabajo 


• Cloretilo: la droga por menos de 10 euros que se


vende en farmacias y alarma a la Policía 


• Alerta sanitaria: los microplásticos que comemos


por semana equivalen a una tarjeta de crédito










También podría gustarte