Informe general de la asignatura de mayo 2022 Español A: Literatura

Evaluación interna
Ámbito y adecuación del trabajo entregado
Elección de la cuestión global
A medida que la importancia de la opinión de los alumnos adquiere protagonismo en el curso de Lengua A:
Literatura, la elección y articulación de la cuestión global puede ser uno de los ejemplos más concretos para
poner en evidencia cómo se expresa un alumno seguro de sus capacidades y compromiso con su exposición.
Una cuestión global convincente generalmente se deriva de una lectura detenida y un interés personal.
Lo ideal es que la cuestión global sea precisa y esté bien articulada. Debe ser de naturaleza transnacional,
pero de aplicación local y, ante todo, pertinente. Además, la cuestión global debe ofrecer un ámbito
adecuado para la interpretación persuasiva, el análisis y la evaluación.
Al igual que la línea de indagación del ensayo del Nivel Superior sirve de principio organizador, la cuestión
global sirve de base para la evaluación oral individual y, al mismo tiempo, ofrece un incentivo interpretativo
y analítico. La cuestión global tiene, pues, una importancia fundamental. Cuando es demasiado ambiciosa
o vaga, o se basa en generalizaciones, puede determinar la tónica del oral posterior.
Los campos de indagación que figuran en la guía de la asignatura ofrecen una base sobre la que definir una
cuestión global más específica. Los campos de indagación, por tanto, no son en sí mismos cuestiones
globales. De hecho, el alumno hace referencia a los campos de indagación en los primeros momentos del
oral, pero únicamente para proporcionar el contexto y enfoque. Los alumnos desenvueltos confirman su
interés personal en los fragmentos y las obras a través de su presentación y de la elección de la cuestión
global.

Selección y fragmentos de las obras

Se anima a los alumnos a que aprovechen la amplia variedad de textos interesantes que tienen a su
disposición. En última instancia, lo que resulta más eficaz es identificar los fragmentos que subrayan con
más eficacia las implicaciones de la cuestión global, al tiempo que sirven de fuente de vínculos significativos
con la obra elegida. Independientemente de lo que los alumnos decidan usar finalmente, la elección
siempre les corresponde a ellos y los profesores deben abstenerse de prescribir textos o fragmentos y de
ofrecer una lista de cuestiones globales prescritas.
Hay múltiples características que pueden hacer que un fragmento sea el ideal: un momento crucial en una
obra de teatro, el desenlace de la letra de una canción, una epifanía en una novela, las reflexiones de un
ensayista o cuando una novela gráfica explora múltiples momentos en un mismo panel. Sea cual sea el
criterio en que se base la elección, el fragmento debe respetar los parámetros de la tarea de evaluación y
brindar muchas oportunidades para que los alumnos profundicen en la totalidad de la obra para confirmar
cómo se refleja la cuestión global en todo el conjunto. Si se utilizan poesías o cartas, los ejemplos concretos
que sean característicos de la filosofía o la ideología del escritor y de sus estrategias distintivas pueden ser
un fundamento eficaz para una extrapolación posterior.
Los fragmentos demasiado breves rara vez son una base razonable para que los alumnos demuestren
profundidad de comprensión o conocimientos. Por otra parte, los que superan las 40 líneas pueden ser
demasiado difíciles de manejar a la hora de lograr una presentación bien centrada.

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Preguntas del profesor

Los últimos cinco minutos del oral se dedican a las preguntas del profesor. Durante ese tiempo, los
profesores pueden ayudar a los alumnos a desarrollar o aclarar sus ideas respecto a la obra en su conjunto
y su relación con el fragmento o la cuestión global o pueden plantear preguntas que permitan a los alumnos
lucirse.
Los propios alumnos son quienes inspiran los estímulos más productivos. A menudo, las preguntas abiertas
bien planteadas que parten de la perspectiva del alumno pueden revelar conocimientos más específicos y
vínculos interesantes que se habían pasado por alto durante los primeros diez minutos.
Los profesores deben abstenerse de interrumpir o hacer comentarios durante los diez minutos de la
presentación. Sin embargo, deben ayudar a los alumnos que estén teniendo claras dificultades,
ofreciéndoles apoyo y transmitiéndoles confianza. Por el contrario, comentar y manifestar acuerdo sin
necesidad mientras el alumno está tratando de concentrarse no solo lo distrae, sino que puede interrumpir
su fluidez.

Desempeño de los alumnos con relación a cada criterio

Criterio A: Conocimiento, comprensión e interpretación
El conocimiento, la comprensión y la interpretación son interdependientes. Los alumnos que se basan en
conocimientos superficiales rara vez desarrollan interpretaciones convincentes. La comprensión debe
surgir de una profunda percepción de la intención del autor, una apreciación del impacto de la cultura y la
historia, y un respeto por la relación entre el lector, el escritor y el texto.
Las interpretaciones “persuasivas” no se obtienen al forzar una gran cantidad de información en el tiempo
disponible de 10 minutos. En realidad, las puntuaciones de las bandas más altas se conceden cuando los
alumnos consideran los conocimientos pertinentes en el marco de una comprensión con más matices de la
cuestión global. La relación entre el conocimiento, la comprensión y la interpretación puede quedar
demostrada no solo en la presentación de la cuestión global, sino también en la selección de los
fragmentos.
Las interpretaciones que surgen del interés personal en las obras tienden a alejarse de lo superficial o
ilustrativo y a generar conclusiones auténticas e interesantes.

Criterio B: Análisis y evaluación

Los alumnos deben evitar hacer un análisis que conste solo de ideas tentativas plasmadas en un lenguaje
vago y sin suficiente detalle. Por otro lado, los alumnos que dependen demasiado de la retórica, las ideas
complejas y las palabras grandilocuentes tienden a hacer presentaciones farragosas y difíciles de entender.
Existe un equilibrio entre el exceso de tecnicismos y la mera identificación de rasgos que se observa cuando
los alumnos se limitan a aislar los rasgos y patrones literarios específicos que mejor subrayan el impacto de
la cuestión global.
El análisis es perspicaz y pertinente en todo momento cuando los alumnos pueden hablar sobre cuál es el
efecto interpretativo de un rasgo, cómo influye en el lector y cómo se articula en el conjunto de la obra.
Los comentarios evaluativos surgen de la capacidad del alumno para articular hasta qué punto la cuestión
global se refleja en los fragmentos y las obras que se discuten y, a su vez, tiene un impacto en el lector. En
muchas ocasiones, los alumnos pueden usar su conclusión para contrastar cómo las obras les han brindado
oportunidades para hacer interpretaciones nuevas y análisis perspicaces.

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Criterio C: Focalización y organización

Un oral bien organizado tiene en cuenta la necesidad de un equilibrio entre la profundidad y la amplitud.
Muchos alumnos prefieren dividir los diez minutos en dos partes y hacer una transición entre un fragmento
y la obra correspondiente y luego el otro fragmento y su obra. Otros alumnos pueden interpretar y analizar
simultáneamente los fragmentos y las obras, una organización que es más popular en el caso de la poesía y
el ensayo. Es importante señalar que no se favorece ningún método de organización sobre los demás, pero
el alumno perderá la oportunidad de demostrar coherencia y cohesión si su enfoque no es claro.
Ha habido casos en los que los alumnos podían explicar claramente cómo su interpretación de la cuestión
global respondía al texto del primer fragmento y obra, pero luego abordaban el segundo fragmento y obra
de forma tentativa y poco convincente. Los alumnos deben trabajar sobre la premisa de que la cuestión
global debe analizarse de forma rigurosa e interpretarse a la luz de ambos fragmentos y sus obras. Los
alumnos que alcanzan la mayor puntuación son los que dividen su tiempo equilibradamente para discutir
las cuatro partes obligatorias de este oral: el fragmento 1, el fragmento 2, la obra 1 y la obra 2.
Los alumnos que repiten lo que ya se ha dicho rara vez obtienen una puntuación de las bandas más altas.
Las afirmaciones incongruentes, demasiado largas o incompletas sugieren una falta de planificación y
práctica por parte del alumno.

Criterio D: Lenguaje
La mayoría de los alumnos hacen presentaciones orales claras y adecuadas para la tarea. La variedad en las
elecciones lingüísticas, la sintaxis y los recursos retóricos es lo que le indicará al examinador que un alumno
merece una puntuación alta.
El uso correcto del metalenguaje es fundamental para lograr claridad y una buena comunicación. A veces,
el uso inadecuado o excesivo de términos literarios puede dar lugar a malentendidos y trivialidades. Dado
que la interpretación y el análisis del alumno son lo que está bajo escrutinio, es esencial que se utilice el
vocabulario correcto, variado y preciso.
Los alumnos deben evitar usos coloquiales y un discurso informal. De igual manera, la falta de expresividad,
las muletillas y las repeticiones pueden dificultar la comunicación.

Recomendaciones y orientación para la enseñanza a futuros alumnos

No existe una única forma de preparar a los alumnos para la evaluación oral. No obstante, puede ser útil
recordar a los futuros alumnos que, una vez que se hayan formado una opinión auténtica, no dejen que se
diluya. Hay muchas estrategias que se pueden incorporar a la enseñanza, entre ellas, las siguientes:
• Diseñar un programa que ofrezca una variedad de oportunidades valiosas para que los alumnos
desarrollen cuestiones globales y exploren relaciones significativas entre distintas formas literarias
• Utilizar la carpeta del alumno a modo de “laboratorio” para que los alumnos practiquen, asuman riesgos
y reflexionen
• Proponer lecturas adicionales que incluyan bibliografías críticas y textos de referencia
• Facilitar a los alumnos tiempo y espacio para que experimenten con diferentes métodos de organización
• Fomentar la evaluación entre compañeros y aprovechar el material de ejemplo
• Enseñar paulatinamente las técnicas literarias propias de cada forma literaria
• Familiarizar a los alumnos con las palabras clave pertinentes para el oral, por ejemplo, “totalidad de la
obra” o “cuestión global”

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• Asegurarse de que los alumnos conozcan bien los criterios de evaluación

• Distribuir y discutir los informes generales de la asignatura
• Animar a los alumnos a discutir, explorar, cuestionar y contextualizar desde un punto de vista cultural,
histórico y lingüístico
• Fomentar la exploración de interpretaciones alternativas y el cuestionamiento de las normativas.

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