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El paro de pilotos de Avianca por sí solo

era inconstitucional e ilegal: faltó


autoridad

La jurisprudencia de la Corte Constitucional definió el transporte en general como "una actividad


indispensable para la vida en sociedad”, desprendiéndose una obligación para quienes
intervienen en su operación: El interés general debe prevalecer sobre el interés particular.

Con los cambios propios de las sociedades que crecen vertiginosamente, adquiere esta actividad
una connotación especial en cuanto se volvió necesaria para las relaciones económicas. Hace 30
años tal vez, particularmente el transporte
aéreo, no era tan necesario para mover sectores de la economía como el turismo, el comercio,
etcétera.

Si bien el transporte puede efectuarse dentro del marco de relaciones privadas, como lo sostiene
la corte, bajo el amparo de la libertad de locomoción o ejerciendo actividades económicas
dirigidas a obtener beneficios por la prestación del servicio, está regido por las normas
constitucionales que las abastece de libertad pero dentro de los límites del bien común, como un
derecho de todos que supone responsabilidades y como base del desarrollo con una función
social que implica obligaciones.

En materia de servicio público de transporte, la jurisprudencia le endilga una característica de


esencialidad, pues “implica la prevalencia del interés público sobre el interés particular,
especialmente en relación con la garantía de su prestación, la cual debe ser óptima, eficiente,
continua e ininterrumpida”, es decir, que no permite paro ni huelga. Solamente admite la protesta
que es un derecho de todo ciudadano, en los horarios durante los cuales no se prestara el servicio
y en forma escalonada.
Como si fuera poco, los artículos 4 y 5 de la Ley 336 de 1996 –Estatuto Nacional de Transporte–
le imprimen a esta actividad una dirección, una regulación y un control estatal, y un carácter
esencial que implica la prelación del interés general sobre el particular.

Entonces, no es que el Ministerio de Trabajo y la Sala Laboral del Tribunal Superior de Bogotá
hayan declarado ilegal el paro de pilotos de Avianca porque por sí solo ya era inconstitucional e
ilegal.

La Asociación Colombiana de Aviadores Civiles -Acdac- se amparó en una errónea


interpretación del artículo 56 de la Constitución Política de Colombia que garantiza el derecho a
la huelga, pues no tuvo en cuenta que tenía una limitación: “Salvo en los servicios públicos
esenciales definidos por el legislador”.En este caso, no solo se definió la esencialidad del
transporte en la Constitución sino también en la ley, a lo que se suma que la Sala Laboral del
Tribunal Superior de Bogotá hizo un análisis del desarrollo viviente que ha tenido el transporte
aéreo en la economía nacional, al punto que hasta la Cámara de Comercio de Bogotá se ha
pronunciado sobre las implicaciones negativas que ya tuvo el paro hasta la fecha en materia de
turismo para el Distrito Capital.
Como si fuera poco, los artículos 4 y 5 de la Ley 336 de 1996 –Estatuto Nacional de Transporte–
le imprimen a esta actividad una dirección, una regulación y un control estatal, y un carácter
esencial que implica la prelación del interés general sobre el particular.

Entonces, no es que el Ministerio de Trabajo y la Sala Laboral del Tribunal Superior de Bogotá
hayan declarado ilegal el paro de pilotos de Avianca porque por sí solo ya era inconstitucional e
ilegal.

La Asociación Colombiana de Aviadores Civiles -Acdac- se amparó en una errónea


interpretación del artículo 56 de la Constitución Política de Colombia que garantiza el derecho a
la huelga, pues no tuvo en cuenta que tenía una limitación: “Salvo en los servicios públicos
esenciales definidos por el legislador”.En este caso, no solo se definió la esencialidad del
transporte en la Constitución sino también en la ley, a lo que se suma que la Sala Laboral del
Tribunal Superior de Bogotá hizo un análisis del desarrollo viviente que ha tenido el transporte
aéreo en la economía nacional, al punto que hasta la Cámara de Comercio de Bogotá se ha
pronunciado sobre las implicaciones negativas que ya tuvo el paro hasta la fecha en materia de
turismo para el Distrito Capital.

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