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Nación Argentina v.

Arenera el
Libertador S.R.L.. Fallos:
314:595.
Mismos hechos al anterior fallo
pero los diversos argumentos de
la recurrente, hacen aconsejable
el
análisis individualizado.
CORTE: El art 67 inc 2
incluye la imposición de
tributos en cabeza del
Congreso. El peaje
constitucionalmente es una
contribución, caracterizada por la
circunstancia de que el legislador
la asocia
a un proyecto suyo (de
construcción, conservacion o
mejora) que identifica con
particularidad claridad.
Para su establecimiento se debe
exigir personas obligados a su
pago y monto. La CN exige
igualdad (art
16) y equidad y proporcionalidad
en relacion a la población (art 4).
Es decir que el trato debe para
cada
individuo debe ser equitativo, la
contribución será igual para
quienes estén en las mismas
condiciones.
Cuando la función del E sea la
construcción, mantenimiento o
mejora de una obra publica es
razonable
que las personas obligadas al
pago sean determinadas entre
aquellas que se relacionan con la
obra.
Respecto a la vía alternativa, la
Corte no ha establecido doctrina
en el sentido de considerar
obligatoria
la existencia de las invocadas
“vías alternativas”. La CN al
consagrar el derecho a la libre
circulación (art
14), en ningún momento hace
alusión al instituto peaje por lo
que no importaría una violación
a la
disposiciones contenidas en ella.
Nada dice tampoco acerca de la
exigencia de “vías alternativas”.
La CN se refiere exclusiva y
específicamente a la prohibición
de gravar el mero transito de
mercaderías y
de los medios de transporte que
se utilicen para su traslado. Es
decir que el gravamen que de
algún
modo afecte el transporte y
comercio no es inconstitucional.
Especialmente como se ha
definido al peaje
en este caso por lo que no hay
impedimento para utilizar el
peaje como forma de
financiación para obras
publicas.
Lo que el constituyente ha
querido es evitar el dictado de
normas mediante las cuales las
provincias
obstaculizaran el tráfico en la
república.
En cuanto a la libertad de
circulación del art 14 CN se
indica que el tributo debe ser
razonable. Esto
implica considerar no solo su
monto sino también las
circunstancias que rodean su
imposición (se debe
considerar la vía alternativa) y
los sujetos obligados al pago. Le
exigencia de la vía alternativa
puede
cobrar sentido cuando su falta
afecte de modo efectivo la
libertad de circular, lo que no se
da por la sola
circunstancia de que ante la falta
de tal vía el pago del tributo
resulte ineludible.
Lo que haría al tributo
inaplicable o exigir la existencia
de vías alternativas es la
demostración de la
necesidad indispensable del uso
de la vía gravada, unida a un
monto irrazonable que tornase
ilusorio el
derecho a circular.
Exigir la existencia de vías
alternativas gratuitas
comparables a las de carácter
oneroso, sería admitir que
se tornen antieconómicas las
onerosas ya que los usuarios no
dudarían en utilizar la gratuita.
Por ello se confirma sentencia
apelada.
Nación Argentina v. Arenera el
Libertador S.R.L.. Fallos:
314:595.
Mismos hechos al anterior fallo
pero los diversos argumentos de
la recurrente, hacen aconsejable
el
análisis individualizado.
CORTE: El art 67 inc 2
incluye la imposición de
tributos en cabeza del
Congreso. El peaje
constitucionalmente es una
contribución, caracterizada por la
circunstancia de que el legislador
la asocia
a un proyecto suyo (de
construcción, conservacion o
mejora) que identifica con
particularidad claridad.
Para su establecimiento se debe
exigir personas obligados a su
pago y monto. La CN exige
igualdad (art
16) y equidad y proporcionalidad
en relacion a la población (art 4).
Es decir que el trato debe para
cada
individuo debe ser equitativo, la
contribución será igual para
quienes estén en las mismas
condiciones.
Cuando la función del E sea la
construcción, mantenimiento o
mejora de una obra publica es
razonable
que las personas obligadas al
pago sean determinadas entre
aquellas que se relacionan con la
obra.
Respecto a la vía alternativa, la
Corte no ha establecido doctrina
en el sentido de considerar
obligatoria
la existencia de las invocadas
“vías alternativas”. La CN al
consagrar el derecho a la libre
circulación (art
14), en ningún momento hace
alusión al instituto peaje por lo
que no importaría una violación
a la
disposiciones contenidas en ella.
Nada dice tampoco acerca de la
exigencia de “vías alternativas”.
La CN se refiere exclusiva y
específicamente a la prohibición
de gravar el mero transito de
mercaderías y
de los medios de transporte que
se utilicen para su traslado. Es
decir que el gravamen que de
algún
modo afecte el transporte y
comercio no es inconstitucional.
Especialmente como se ha
definido al peaje
en este caso por lo que no hay
impedimento para utilizar el
peaje como forma de
financiación para obras
publicas.
Lo que el constituyente ha
querido es evitar el dictado de
normas mediante las cuales las
provincias
obstaculizaran el tráfico en la
república.
En cuanto a la libertad de
circulación del art 14 CN se
indica que el tributo debe ser
razonable. Esto
implica considerar no solo su
monto sino también las
circunstancias que rodean su
imposición (se debe
considerar la vía alternativa) y
los sujetos obligados al pago. Le
exigencia de la vía alternativa
puede
cobrar sentido cuando su falta
afecte de modo efectivo la
libertad de circular, lo que no se
da por la sola
circunstancia de que ante la falta
de tal vía el pago del tributo
resulte ineludible.
Lo que haría al tributo
inaplicable o exigir la existencia
de vías alternativas es la
demostración de la
necesidad indispensable del uso
de la vía gravada, unida a un
monto irrazonable que tornase
ilusorio el
derecho a circular.
Exigir la existencia de vías
alternativas gratuitas
comparables a las de carácter
oneroso, sería admitir que
se tornen antieconómicas las
onerosas ya que los usuarios no
dudarían en utilizar la gratuita.
Por ello se confirma sentencia
apelada.
Acción declarativa de inconstitucionalidad. Tasa retributiva de servicios de verificación de
legitimidad y origen de cigarros y cigarrillos destinados al consumo. Derecho de tránsito (art. 11,
Constitución Nacional). Régimen de coparticipación federal. Ley 19.640.

l Causa "Massalin Particulares S.A. c/Tierra del Fuego, provincia de s/acción declarativa de
inconstitucionalidad", 21 de marzo de 2006.

La actora demanda a la provincia de Tierra del Fuego a fin de que se declare la inconstitucionalidad
del inciso 5 del punto 4 del art. 9 de la ley provincial 440 (incorporado por el art. 4 de la ley
provincial 566) que establece la tasa retributiva de servicios de verificación de legitimidad y origen
de cigarros y cigarrillos que ingresen al territorio provincial con destino al consumo de la población.
Alega que la Dirección General de Rentas provincial reglamentó la percepción del tributo mediante
la Resolución Nº 8/03, obligando a los sujetos pasivos a presentar el día 10 de cada mes una
declaración jurada detallando las operaciones realizadas y la liquidación del tributo, el cual debe
ingresarse antes del día 15 de cada mes. Según el informe del director del distrito Ushuaia de la
referida Dirección de Rentas, la tasa debía pagarse a partir del 1 de enero de 2003. Además, la
empresa señala que desde el 1 de enero de 2003 hasta el mes de marzo de 2003 introdujo en dos
oportunidades partidas de cigarrillos al territorio provincial, sin que la autoridad administrativa
pertinente haya intervenido ni realizado controles de ingreso. En ambas oportunidades, se labraron
actas notariales para acreditar la ausencia de control fiscal y en ellas sólo se da cuenta de una
diligencia practicada en la sección resguardo de la aduana de Ushuaia por dos funcionarios
aduaneros que rompieron los precintos de la mercadería, verificaron y fiscalizaron la carga y
autorizaron su liberación aduanera a plaza, atento el carácter de área aduanera especial (ley 19.640)
que obliga a la aduana a controlar el ingreso y egreso de mercaderías en ese territorio.La actora
insiste en que la tasa cuestionada no retribuye ningún servicio efectivamente prestado sino que
constituye un impuesto interno adicional al consumo de cigarrillos cuya recaudación se destina al
"Fondo para el financiamiento de la Obra Puerto Caleta la Misión" (art. 1, ley 566), resultando
inconstitucional dado que, en los hechos, se trata de un derecho de tránsito prohibido por el art. 11
de la Constitución Nacional. A su vez, viola el régimen de coparticipación federal de impuestos que
obliga a los estados provinciales a no aplicar gravámenes análogos al atacado. Aduce que la tasa es
ajena a la competencia provincial por cuanto se trata de un área aduanera especial, con facultades
excluyentes a favor de las autoridades nacionales. Finalmente, advierte que el tránsito de las
mercaderías cumple con la Resolución General (D.G.I.) Nº 991 que reglamenta la exención de
impuestos internos para la mercadería consumida en ese territorio, ratificando así la falta de
competencia local en la prestación del servicio. Al contestar demanda, la provincia defiende la
legitimidad y la razonabilidad de la tasa. Aclara que la prestación concreta de los servicios no se
realiza ni debería hacerse en el momento de ingresar al territorio -como erradamente supone la
actora- sino mediante controles posteriores. La aduana y la autoridad provincial prestan servicios
con distintos objetivos y características pues la primera revisa el cumplimiento de la ley 19.640 en
tanto que la segunda controla la aptitud de los productos para el consumo de la población local, en
especial si es un producto nocivo para la salud como es el cigarrillo. De allí que al importador se le
exige la documentación de despacho, se realizan inspecciones de esos productos en el comercio
distribuidor, confrontando la documentación aportada por el importador y se difunden campañas de
prevención contra la adicción al tabaco, con prestaciones específicas en los hospitales públicos y
centros de salud para curar a los adictos. La ley y la reglamentación fijan los servicios que presta la
dirección de industria y comercio provincial y refiere que, en el supuesto que el tributo no sea
considerado una tasa, se le asigne el carácter de un impuesto aplicado sobre bienes incorporados a
la riqueza provincial para cuya creación la demandada cuenta con atribuciones constitucionales
suficientes. Rechaza la invocación del derecho de tránsito pues éste, históricamente, tenía relación
con la protección de la industria local frente a la competencia de productos provenientes de otros
estados. La provincia también desestima la supuesta violación al régimen de coparticipación federal
por existir una instancia ante la Comisión Federal de Impuestos, vía legal cuya eficacia no fue
negada por la actora de modo que no cumple con uno de los requisitos del art. 322 del C.P.C.C.N. *
de modo que pide que la Corte se inhiba de intervenir. Subsidiariamente, afirma que el principal
objetivo de ése régimen es el de evitar superposiciones tributarias en tanto prohíbe aplicar
gravámenes locales análogos a los nacionales cuya recaudación ingresan en aquél, con exclusión de
las tasas retributivas de servicios efectivamente prestados de allí que la eximición de impuestos
internos dispuesta por la ley 19.640, impide que se verifique la consecuencia apuntada. Agrega que,
de clasificarse a la tasa dentro de la categoría de impuestos no sería de carácter interno ya que, a
diferencia de los de esa naturaleza, no se aplica sobre el expendio de los productos ni ostenta un
grado de generalidad semejante. Conforme el dictamen del Procurador General de la Nación, la
Corte señala que este juicio es de su competencia originaria de esta Corte Suprema de Justicia (art.
117, Constitución Nacional). Respecto de la acción declarativa, el alto Tribunal entiende que es un
medio eficaz y suficiente para satisfacer el interés de la actora pues la demanda no es consultiva ni
importa una especulación sino que se trata de un caso contencioso con el alcance del art. 2° de la ley
27 en tanto procura precaver los efectos de actos -como es la resolución 8/03 de la DGR- a los que
la actora le atribuye ilegitimidad y lesión al régimen constitucional federal, a la par de fijar las
relaciones legales que vinculan a las partes en el conflicto. En cuanto a los motivos invocados por la
empresa para descalificar la tasa, la Corte analiza en primer lugar la competencia provincial para
fijar esa obligación tributaria. Así, considera que la actora argumenta que, por la ley 19.640 en el
territorio de la demandada se crea un área aduanera especial, en cuyo marco se designaron
autoridades federales para verificar el origen de los productos que ingresan en ella, ejerciendo una
función que sería, precisamente, el servicio que prestaría la autoridad provincial como correlato del
tributo impugnado. Por ley local 566, como contraprestación de la tasa cuestionada, se dispone
llevar a cabo un servicio de verificación de legitimidad y origen de productos nocivos para la salud
que ingresen a la provincia, de modo que la "legitimidad" y el "origen" no sea dudoso, sino
fidedigno. Conforme con el art. 30 de la ley 19.640, la Corte recuerda que se autoriza a las
autoridades aduaneras a ejercer todas sus facultades de control sobre el tráfico entre las áreas
creadas por ese ordenamiento y el de ellas con el resto del territorio continental nacional, facultades
que no fueron objetadas por la provincia demandada. Por tanto, los cigarrillos que produce la actora,
antes de circular en el territorio provincial, tienen tres instancias de control de legitimidad y origen:
en los establecimientos de su producción, en la aduana de salida del territorio nacional continental -
Río Gallegos- y en la provincia demandada. Por lo expuesto, para el Tribunal la misma actividad
que se prestaría en jurisdicción provincial por el pago de la tasa discutida se lleva a cabo en forma
efectiva por la autoridad federal aduanera en el marco de la ley 19.640, con competencia específica
y excluyente (arts. 9 y 126 de la Constitución Nacional), invalidando cualquier normativa de las
autoridades provinciales. Tampoco sirve el argumento provincial según el cual la verificación
aduanera sólo apunta a la constatación de los beneficios fiscales de la ley 19.640 en tanto que la
verificación provincial atiende a los perjuicios que el producto causa a la salud de los consumidores.
En consecuencia, la Corte afirma que la tasa provincial avanza sobre la competencia exclusiva del
Estado Nacional, conforme con la ley 19.640, debiendo privar de validez a las normas dictadas por
la provincia por afectar el principio de supremacía federal contenido en el art. 31 de la Constitución
Nacional. Por tanto, se hace lugar a la demanda y se declara la inconstitucionalidad del art. 4 de la
ley 566 de la provincia de Tierra del Fuego, Antártica e Islas del Atlántico Sur y de su resolución
reglamentaria Nº 8/03.

Impuesto a las ganancias. Reconocimiento de los quebrantos impositivos. Injustificado rigor formal
incompatible con el derecho de defensa.
l Causa "La Continental Cía de Seguros Generales S.A. c/Fisco Nacional (D.G.I.) s/proceso de
conocimiento", 21 de marzo de 2006. La Sala I de la Cámara Nacional de apelaciones en lo
Contencioso Administrativo Federal revocó la sentencia de la instancia anterior y, en consecuencia,
rechazó la demanda promovida para obtener la revocación del acto administrativo mediante el cual
no se conformó el quebranto en el impuesto a las ganancias invocado por la actora como base del
crédito fiscal, conforme con los arts. 31 a 33 de la ley 24.073, modificada por la ley 24.463. Por
tanto, también rechazó la declaración de la existencia del crédito a favor de la actora por la suma de
$ 737.947,53 y la condena al Fisco Nacional (D.G.I.) a que le entregue bonos de consolidación -ley
23.982- por el importe indicado. Para así resolver, la Sala actuante se fundó en el precedente
"Banco de Mendoza" (1) (Fallos: 324:1481), según el cual la expresa remisión efectuada en el art.
31 de la ley 24.073 a la ley del impuesto a las ganancias sustenta por sí misma, de modo
concluyente, la necesidad de que el contribuyente tenga utilidades en los ejercicios posteriores
contra las cuales imputar las pérdidas. Ello, así, pues en el esquema particular de ése impuesto,
ningún provecho fiscal puede surgir de la mera existencia de quebrantos. En autos, la posición de la
actora siempre estuvo dirigida a demostrar la existencia de los quebrantos pero no las ganancias de
los ejercicios posteriores. Por ende, la Cámara rechazó la demanda ante la ausencia de acreditación
de ganancias ulteriores para compensar los quebrantos, más allá de la discusión sobre si las pérdidas
estaban o no demostradas. Contra el fallo de la Sala I, la actora dedujo recurso ordinario de
apelación, el cual es formalmente procedente por haber sido interpuesto contra una sentencia
definitiva dictada en una causa en que la Nación es parte y el valor disputado, sin sus accesorios,
supera el importe fijado en el art. 24, inciso 6 apartado a) del decreto-ley 1285/58, según la
Resolución Nº 1360/91 de esa misma Corte Suprema. Al agraviarse, la quejosa sostiene que la
Cámara no se pronunció sobre la materia en discusión, esto es, sobre la existencia o inexistencia de
quebrantos y que el rechazo de la demanda se fundó en una cuestión introducida de oficio como lo
son las ganancias de ejercicios posteriores de las cuales aquéllos hubieran podido deducirse. Aclara
que el Fisco no opuso tal argumento como defensa y que la única referencia que formuló al respecto
tuvo lugar al expresar agravios ante la Cámara para el supuesto que se confirmase la sentencia de
primera instancia y que se aplicara el art. 30 de la ley 24.463. Finalmente, la actora destaca que, al
contestar los agravios ante la Sala I, acompañó copia de las declaraciones juradas de los años 1992 a
1995 de las que surgiría la existencia de beneficios que compensan con exceso los quebrantos.
Para la Corte, le asiste razón a la recurrente en cuanto a que el acto administrativo impugnado no se
basó en la inobservancia del contribuyente del requisito relativo a la obtención de ganancias sujetas
al impuesto en los ejercicios posteriores y que, al contestar demanda, el Fisco Nacional no opuso
como defensa que la actora no hubiese obtenido las referidas ganancias. Por ello, el alto Tribunal
rechaza el criterio de la Cámara por frustrar definitivamente el derecho del contribuyente a obtener
el reconocimiento de los quebrantos que, en caso de ser admitidos, habilitarían la entrega de los
bonos con sujeción a la doctrina sentada en la causa "Banco de Mendoza", es decir, previa
acreditación de las condiciones enunciadas en el art. 30 de la ley 24.463. La Corte Suprema señala
que la decisión adoptada importa un injustificado rigor formal, incompatible con el derecho de
defensa (ver doctrina Fallos: 247:176; 302:1148; 311:306, 600; 312:751, entre muchos otros),
debiendo tener en cuenta las dificultades interpretativas ocasionadas por el régimen instituido por el
Título VI de la ley 24.073. A fin de preservar el adecuado ejercicio de los derechos de ambas partes,
el Máximo Tribunal dispone que se debe definir la existencia o inexistencia de los quebrantos
invocados por la actora, que fueron rechazados en el acto administrativo objeto de esta litis. De allí
que en el supuesto de resultar reconocidos, la decisión habilitará al contribuyente a pedirle a la
A.F.I.P. la entrega de los bonos pertinentes, previa acreditación ante ese organismo de las
condiciones previstas en el art. 30 de la ley 24.463, según el criterio fijado en el precedente "Banco
de Mendoza". Por mayoría, se revoca la sentencia apelada, con costas por su orden en atención a la
complejidad del régimen jurídico aplicable y al modo cómo se resuelve, debiendo devolver estas
actuaciones para que se dicte un nuevo fallo con arreglo al presente. La Dra. Highton de Nolasco y
el Dr. Fayt votan en disidencia, propiciando confirmar la sentencia recurrida, con costas por su
orden, en base a la regla iura curia novit según la cual el juzgador tiene la facultad y el deber de
resolver conforme el derecho vigente, calificando autónomamente la realidad fáctica y
ubsumiéndola en las normas vigentes, con prescindencia de los fundamentos o argumentos que
invoquen las partes.

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