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CONTABILIDAD Y

LEGISLACIÓN: CONTROL,
VALUACIÓN Y
REVELACIONES

EDILBERTO MONTAÑO OROZCO

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5. DE LA PROFESIÓN CONTABLE, LA CONTABILIDAD Y SUS
PRINCIPIOS

DE LA PROFESIÓN CONTABLE

Es importante hacer claridad que Contaduría Pública no es igual a Contabilidad,


ya que la primera, es una profesión cuyos principios fundamentales de ejercicio se
centran en la contabilidad, no obstante, como profesión liberal que es se
interrelaciona con otras disciplinas. (Economía, Estadística, Matemáticas,
Derecho, Sociología, etc.).

Sobre este aspecto de la profesión, y en especial al ser de aquellas que al amparo


del artículo 26 de la Constitución Polítca al revestir su ejercicio riesgo social, al
ser necesario resolver una demanda de constitucionalidad planteada por un
ciudadano, reclamando el derecho a la igualdad para poder ejercer la función
privativa de los contadores de dar fe púlica- articulo 1, 3 , inciso primero artículo
10 y 35 de la ley 43 de 1.990-, la Corte Constitucional en su sentencia C-861 de
2008, de septiembre 3 de 2008 éxpreso al respecto : “los artículos demandados
de la Ley 43 de 1990 no establecen una discriminación frente a los profesionales
de otras disciplinas distintas, ni vulneran su derecho a la igualdad. En efecto, es
claro que el derecho a la igualdad tiene un núcleo fundamental que al legislador le
está vedado restringir, sin perjuicio que dentro de su margen de configuración
normativa, pueda exigir títulos de idoneidad, definir la forma de ejercer la
inspección y vigilancia de las profesiones y establecer condiciones para el
ejercicio de las ocupaciones, artes y oficios que no exijan formación académica,
cuando no impliquen un riesgo social. De acuerdo con lo anterior, es posible que
en desarrollo de las normas constitucionales se restrinjan ciertas actividades a
otros profesionales en virtud del título profesional que deba acreditarse para el
desempeño de las mismas, restricción que de suyo no es discriminatoria siempre
que con ella se proteja al conglomerado contra los riesgos sociales que el ejercicio
de una profesión, arte u oficio o función pública ejercida por particulares, pueda
generar. En el caso de la contaduría pública, la jurisprudencia ha señalado que sin
duda las labores propias de los contadores implican un riesgo social dada su
transcendencia e importancia y por ello el legislador ha regulado esta profesión
con sumo cuidado. El contador público es un profesional que goza y usa de un
privilegio que muy pocos profesionales detentan que consiste en la facultad de

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otorgar fe pública sobre sus actos en materia contable, lo cual le exige una
responsabilidad especial frente al Estado y a sus clientes, si se tiene en cuenta la
magnitud de sus atribuciones y la relevancia de la información en el campo del
control fiscal y contable, crucial para el interés general”.

Por tanto la profesión contable se considera necesaria para el desarrollo


económico y social de los países debido a que se convierte en un agente
generador de confianza pública mediante sus opiniones, dictámenes y
revelación financiera. De otra parte a partir de la emisión de información
financiera en la cual es interlocutor y protagonista el contable, se posibilita
evaluar la contribución al beneficio del impacto social que la actividad económica
representa para la comunidad, proveer bases para la adecuada toma de decisiones
administrativas, el cumplimiento de disposiciones legales, el control de bienes y el
manejo de las fuentes de financiación de los recursos, así como la aplicación de
los mismos.

NORMATIVIDAD DE LA PROFESIÓN

La profesión contable en Colombia tiene una larga historia, por eso se presenta a
continuación la normativa colombiana de mayor trascendencia en la contaduría
pública:

 Decreto 1357 de 1941: A través de éste el Gobierno Nacional aprobó el


reglamento de la institución de contadores juramentados cuya organización
autorizó la Ley 58 de 1931. Tales contadores, que deberían ser nacionales
colombianos, ejercerían funciones de carácter oficial y, entre otras cosas, serían
tenidos especialmente en cuenta para la provisión de los cargos de Revisores
Fiscales en las sociedades anónimas. Su actividad debía ser caucionada mediante
la consignación de una suma de dinero a satisfacción de la Superintendencia de
Sociedades Anónimas, la cual quedó facultada para señalar los casos en que las
atestaciones de dichos contadores se revestirían de fe pública. El Decreto en
cuestión representa el primer intento de regulación legal sobre la profesión
contable colombiana. Su vigencia fue corta, debido a que el 27 de marzo de 1943
la Corte Suprema de Justicia declaró inconstitucional la norma en que se basó su
expedición.

 Decreto 2373 de 1956: Por medio del cual el Gobierno Nacional, al


amparo del Estado de sitio, reguló la profesión de contador juramentado. En él se
distinguía entre contadores inscritos y contadores públicos. Se entiende por
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contador inscrito, el que ha obtenido su matrícula ante la Junta Central de
Contadores, en las condiciones previstas en este Decreto, para ejercer la profesión
de contador, en general; y por contador público el que, estando inscrito como
contador en la forma indicada y habiendo cumplido los requisitos señalados en
este Decreto o en las leyes, pueda dar fe pública respecto de los actos y
documentos indicados en este mismo Decreto y en las leyes. Por primera vez se
exigió que los Revisores Fiscales obligatorios fuesen contadores, razón por la cual
el régimen de dicho funcionario vino a quedar adicionado con las disposiciones de
la citada profesión.

 Ley 145 de 1960: Derogó el Decreto 2373 de 1956. Reglamenta el ejercicio


de la profesión de contador Público y determina que habrá una sola clase de
contadores públicos y podrán ser titulados o autorizados. De igual manera,
establece quien puede ser contador público, sus características, los requisitos para
ser inscrito como contador público titulado o autorizado, dentro de los cuales se
encuentra obtener la Matricula como contador público (hoy llamada tarjeta
profesional) ante la Junta Central de Contadores. Mantuvo la exigencia de que los
Revisores Fiscales obligatorios fuesen contadores. Estableció que la dependencia
laboral inhabilitaba al contador público para dar fe pública, salvo en el caso de los
Revisores Fiscales.

 Decreto 1462 de 1961: Por medio del cual se reglamenta la Ley 145 de
1960, sobre el ejercicio de la profesión de Contador Público. En este Decreto se
establece: qué se entiende por contador público, la igualdad de derechos para los
contadores públicos titulados y autorizados, los requisitos para poder ser contador
público, las inhabilidades para ejercer el cargo de contador público y la entidad
disciplinaria de la profesión (Junta Central de Contadores).

 Decreto 1651 de 1961: Éste consagró la pena de cancelación de la


inscripción profesional de los contadores públicos que autorizaran o intervinieran
en la elaboración de declaraciones de renta inexactas, que sería impuesta por la
Junta Central de Contadores.

 Decreto 1109 de 1963: Este Decreto reglamentan los artículos 4, 6 y 8 de


la Ley 145 de 1960. En éste se determina que para poder ser contador público
autorizado se debe acreditar haber ejercido la profesión de contador en un lapso
de 4 años anterior al vencimiento del plazo señalado en la Ley para solicitar la
inscripción, además, señala que quienes autoricen con su firma balances de
sociedades cuyas acciones se negocien en el mercado de valores, deben ser
contadores públicos y estar inscritos como tales ante la Junta Central de

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Contadores.

 Decreto 410 de 1971: Constituye el Nuevo Código de Comercio de


Colombia. Mediante su artículo 2033 queda derogado el Código de Comercio
Terrestre y el Código de Comercio marítimo que se habían adotado mediante la
ley 57 de 1.887 y correspondián al del Estado de Panamá- 1.869 Colombia
Federalista- y el Gobierno Nacional mediante facultades especiales otorgadas,
expide el que para esa fecha se denómino Nuevo Código de Comercio y en sus
artículos 203 al 217 incluye todas las normas que se habían expedido en materia
de revisoría fiscal y en especial su artículo 215 precisa “El revisor fiscal deberá
ser contador público. Ninguna persona podrá ejercer el cargo de revisor en más de
cinco sociedades por acciones”.

 Decreto 1776 de 1973: Reglamenta los artículos 1, 8 y 12 de la Ley 145


de 1960. En él se estipula que el contador público acredita su competencia
profesional colocando el número de su matrícula al pie de su firma, así mismo,
determina que le corresponde a los contadores públicos autorizar con su firma y
dictaminar balances y estados de cuentas de sociedades comerciales, empresas y
establecimientos públicos descentralizados e instituciones de utilidad común.

 Decreto 907 de 1983: Reglamenta los artículos 7, 12, 15, 19 y 20 de la


Ley 45 de 1960. En él se destacan algunas funciones de la Junta Central de
Contadores, dentro de las cuales se encuentra que puede revocar la autorización de
funcionamiento a las firmas de contadores públicos cuando: los socios dejen de
ser en su totalidad contadores públicos, se realice el oficio ilegal de la profesión,
la firma incurra en incompatibilidades.

 Ley 43 de 1990: Por la cual se adiciona la Ley 145 de 1960, reglamentaria


de la profesión de contador público (es el Estatuto de la profesión). Esta Ley
establece las generalidades de la profesión de contador público, dentro de las
cuales se encuentra que la inscripción del contador público ya no se acredita a
través de la matricula sino mediante la tarjeta profesional expedida por la Junta
Central de Contadores, así mismo, dentro de los puntos importantes de esta Ley se
encuentran: Que son los principios de contabilidad generalmente aceptados, las
normas de auditoria generalmente aceptadas- NAGAS- los papeles de trabajo, el
ejercicio de la profesión (normas que deben observar los contadores, la fe
pública, los cargos en los que se necesita ser contador público), la vigilancia y la
dirección de la profesión (a cargo de la Junta Central de Contadores- tribunal
disciplinario- y el Consejo Técnico de la Contaduría Pública), el código de ética
profesional, las relaciones del contador con los usuarios de sus servicios, con sus
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colegas, y el Estado, entre otros.

 Decreto 1235 de 1991: A través de éste se reglamenta parcialmente la


Ley 43 de 1990. Determina que la inscripción como contador se acredita mediante
la tarjeta profesional expedida por la Junta Central de Contadores, la cual se
expedirá por sistema computarizado para que ofrezca mayor seguridad. En la
tarjeta de los contadores públicos autorizados se consignará el número de la
resolución y fecha de la primera inscripción. En este Decreto se determina el
valor de la tarjeta profesional y establece que los dineros recaudados por este
concepto ingresarán al Fondo del Ministerio de Educación Nacional para atender
los gastos de funcionamiento e inversión que demande la Junta Central de
Contadores.

 Ley 298 de 1996: Por medio de esta Ley se desarrolla el artículo 354 de la
Constitución Política, se crea la Contaduría General de La Nación como una
unidad administrativa especial adscrita al Ministerio de Hacienda y Crédito
Público. Como se puede observar la Contaduría Pública es la única profesión con
reconocimiento constitucional, ya que en el artículo 354 de la Constitución
Política establece que habrá un Contador General, quien llevará la Contabilidad
General de La Nación.

 Decreto 1510 de 1998: Reglamenta parcialmente la Ley 43 de 1990.


Decreta que para efectos del estudio de las solicitudes de inscripción y expedición
de tarjetas profesionales de contador público, la Junta Central de Contadores
implementará mecanismos de comprobación de la experiencia contable
certificada, a través de la práctica de pruebas.

Cuando empezaron a practicar las pruebas a los contadores públicos para


obtener la tarjeta profesional, fueron muy pocos los contadores que las aprobaron,
lo cual se puede observar en la siguiente noticia de prensa, publicada por el
periódico El Tiempo el 10 de Junio de 1999:

BALANCEADOS LOS CONTADORES PÚBLICOS

“El decreto 1510 de agosto de 1998 facultó a la Junta Central de Contadores


para comprobar la idoneidad y experiencia de los contadores públicos, como
condición para obtener la tarjeta profesional y poder ejercer la profesión. Y en ese
orden, se ordenó la realización del primer examen el pasado 22 de mayo (1999).

Los profesionales podían escoger el área de la evaluación de acuerdo con su


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experiencia de trabajo y podían usar libros, apuntes y calculadora. Se presentaron
a las pruebas 238 profesionales de 55 universidades de todo país y los resultados
no pudieron ser más mediocres: solo pasaron el examen 41 contadores,
equivalente al 17 por ciento y lo perdieron 197, el 83 por ciento. Si de evaluar
facultades de Contaduría Pública se tratara, la verdad es que todas salen mal
libradas, pues en ninguna logró pasar las pruebas más de la mitad de sus ex
alumnos.

Los resultados pusieron en máxima alerta a las autoridades del ramo y los
interesados en la profesión como el mismo Ministerio de Educación Nacional, la
Junta Central de Contadores y la Contaduría General de la Nación.

La proliferación de facultades de contaduría es grande: en la actualidad hay 136


programas académicos, unos 120.000 estudiantes y cerca de 75.000 profesionales
que ejercen la profesión.
Los datos son alarmantes: En Bogotá se presentaron 74 contadores y solo
pasaron 14. De 40 que se presentaron en Barranquilla solo a cuatro les fue bien.
De 19 en Bucaramanga solo dos tendrán tarjeta. De 51 de Cali solo pasaron ocho,
de Manizales dos de nueve y de Medellín 11 de 44. Porcentualmente, solo el 17
por ciento tuvo un examen aceptable. Los rajados podrán presentarse a un nuevo
examen en seis meses.

Por centros académicos, se comprueba que no hay diferencia contundente en la


calidad de la carrera en Bogotá, frente a otras zonas del país, como tampoco se
nota evidencia de mejor o peor resultado entre hombres y mujeres.

“Nosotros nunca pensamos que el nivel de la profesión fuera tan paupérrimo. No


se puede entregar la fe pública a personas con deficiencias académicas tan
grandes. Creemos que se debe abrir un gran debate sobre la calidad de las
facultades de Contaduría Pública en Colombia, pues es evidente que bajo el
concepto de autonomía universitaria están saliendo profesionales de muy mala
calidad” dijo Jaime Hernández Vásquez, presidente de la Junta Central de
Contadores y quien fue reconocido como el Contador del Año en 1998 por la
Confederación de Contadores de Colombia.

El Contador General de la Nación, Edgar Nieto, piensa lo mismo: Lo que acaba


de suceder es un cuestionamiento de la calidad académica de las Facultades de
Contaduría, que demuestra que algo está fallando. En el caso de los contadores
que se van a desempeñar en el sector público el problema es doble: dar fe pública
en los asuntos del gobierno y ser muy idóneo para garantizar que la información
que se genera sea confiable. Pero el tema también tiene otras opiniones. Para el
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presidente de la Asociación Colombiana de Contadores Públicos y decano de la
facultad en la Universidad Santo Tomás en Bogotá, Fernando Rodríguez, le
resulta extraño que la Junta Central de Contadores haga exámenes para validar
experiencia cuando es un organismo disciplinario y no autorizado para determinar
que centros educativos son buenos o malos”.

A pesar de que este Decreto tenía una buena intención, dado que pretendía
evaluar las competencias de los contadores, fue demandado porque el Gobierno se
extralimitó en el ejercicio de su potestad reglamentaria y se declaró nula la
práctica de pruebas a los contadores públicos como requisito para ser expedida la
correspondiente tarjeta profesional.

Al respecto el Consejo de Estado falló declarando la nulidad de los actos


administrativos, tanto el del gobierno nacional como el de la Junta Central de
Contadores. Se relaciona su resumen:

“Para la Sala asiste razón a la actora en cuanto a que los actos administrativos
acusados violan la Ley 43 de 1990 al exigir requisitos que ésta no prevé. En
efecto, una cosa es que la Junta Central de Contadores pueda verificar la
veracidad de la información sobre comprobación de experiencia contable, que la
ley 43 de 1990 exige para ser inscrito como Contador Público, y otra muy
diferente es la práctica de pruebas al solicitante de la inscripción. Comprobar la
experiencia es sinónimo de acreditarla y la acreditación se demuestra
generalmente con certificaciones acerca de que el solicitante durante determinado
lapso realizó actividades relacionadas con la ciencia contable; y la ley solamente
se refiere a que se pueda verificar o constatar que esa información sea veraz, lo
cual no supone la práctica de pruebas o exámenes al contador público solicitante.
Así las cosas, es del caso declarar la nulidad del artículo 8° de la Resolución num.
045 del 13 de abril de 1998 y la expresión "...incluida la práctica de pruebas al
Contador Público solicitante...", contenida en el artículo 1°, inciso 2°, del
Decreto 1510 del 4 de agosto de 1998”.

99/11/04, Sección Primera, Exp. 5271, Ponente: Dr. GABRIEL EDUARDO


MENDOZA MARTELO, Actor: RUBIELA VIDAL MONTENEGRO.

 Ley 1314 de 2009:” Por la cual se regulan los principios y normas de


contabilidad e información financiera y de aseguramiento de información
aceptados en Colombia, se señalan las autoridades competentes, el procedimiento
para su expedición y se determinan las entidades responsables de vigilar su
cumplimiento”.

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Como aspectos a destacar en una ley que había generado múltiples expectativas,
más de índole especulativo que de fondo, por cuanto se planteaba que de entrada
quedarían sin vigencia el Decreto 2649 de 1.993 y varios de los Planes Únicos de
Cuenta-PUC, tan solo definió los órganos de regulación y normalización y reiteró
en qué consisten las normas de contabilidad generalmente aceptadas. Traslada la
expedición de las normas en materia de contabilidad e información y de
aseguramiento de la información a los Ministerios de Hacienda y Crédito Público
y al Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, previo trámite de propuestas y
consulta pública adelantado por el CTCP ( art. 6 y 7).

Si se quisiera denominar como aspectos novedosos para la profesión, podrían


mencionarse los cambios en cuanto a la composición y funcionamiento de la Junta
Central de Contadores y el Consejo Técnico de la Contaduría, órganos estos que
tenían un mayor rango en la Ley 43 de 1.990 y con la Ley 1314 se dejó en manos
del gobierno su reglamentación, perdiendo en ello presencia y nivel la profesión
contable. Podría resultar incluso inconstitucional el que se delegue al ejecutivo la
composición y reglamentación de un tribunal Disciplinario de una profesión a la
luz del artículo 26 de la Constitución Política y de los antecedentes creados con la
Ley 43 de 1990 (art 8, 9 y 11).

Mediante el artículo 5 se definen qué son las normas de aseguramiento de la


información, con una redacción muy similar a la contenida en el artículo 7 de la
Ley 43 de 1990, sobre normas de auditoria generalmente aceptadas. En el
parágrafo precisa que los servicios de aseguramiento de la información financiera
deberán ser prestados bajo la dirección de contadores públicos.

El artículo 13 mediante su parágrafo determina que las normas que se hayan


expedido con anterioridad sobre los tópicos que contempla esta Ley, conservarán
su vigencia hasta que entre a regir una nueva disposición expedida en desarrollo
de la Ley 1314 de 2009. Quiere decir ello, que pasarán al menos cuatro a cinco
años, antes de tener algunos ajustes a la normativa contable existente-D 2649/93-
y que se llegue a algún acuerdo sobres planes de cuenta y aseguramiento de la
información y normas de auditoría integral.

Como se mencionó anteriormente, la Ley 145 de 1960 exigía la matricula de


contador público (hoy llamada tarjeta profesional) para certificar la inscripción
como contador (titulado o autorizado), por tal motivo se considera pertinente
destacar la noticia publicada en la revista Ámbito Jurídico (28 de Febrero al 13 de
Marzo de 2011) titulada RICARDO MURCIA, EL CONTADOR DE LA
TARJETA PROFESIONAL NÚMERO UNO, la cual menciona entre otros
aspectos, que la Contaduría General de la Nación lo condecorará el 1º de Marzo
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por toda una vida dedicada a la profesión y tener la primera tarjeta profesional que
se les expidió a los contadores del país, es decir, que Murcia fue el primero en
“hacer las vueltas” ante el Ministerio de Educación por el año 1962 e inauguró el
conteo de estos profesionales. De igual manera, la noticia expresa que Murcia se
matriculó en la Escuela Nacional de Comercio (hoy llamada Facultad de
Contaduría de la Universidad Nacional) en el año 1952, en donde pagó por su
primer año de estudios $14. Posteriormente, pasó a la Facultad de Contaduría y
Ciencias Económicas del Ministerio de Educación, en donde ya no recibió el título
de Técnico sino el de de Contador Público Juramentado. La fecha de grado la cual
no olvida fue el 25 de Noviembre de 1960.

Se adjunta facsímil de la tarjeta profesional del contable Murcia y del autor del
presento texto, Edilberto Montaño Orozco como prueba de que los años no vienen
solos y que la foto de la tarjeta es un bello recuerdo de los primeros años de
“litis” contable y luego de docencia.

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