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Tesis Psicológica

ISSN: 1909-8391
tesispsicologica@libertadores.edu.co
Fundación Universitaria Los Libertadores
Colombia

Báez, Jairo
Normalidad, anormalidad y crisis
Tesis Psicológica, vol. 7, núm. 2, julio-diciembre, 2012, pp. 135-145
Fundación Universitaria Los Libertadores
Bogotá, Colombia

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=139026418011

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Vol.7 - Nº2 julio - diciembre/12 p. 134 - 145 ISSN 1909-8391 135

Normalidad, anormalidad y crisis 1


Recibido: agosto 22 de 2012
Revisado: septiembre 25 de 2012
Aprobado: octubre 26 de 2012

ABSTRACT RESUMEN

There are four questions that are needed to revive Cuatro preguntas para reactivar el debate sobre
the debate about normality, abnormality, and crisis. normalidad, anormalidad y crisis. Primera, ¿es
Firstly, is a definitive position on the normal and posible una postura definitiva sobre lo normal
the abnormal, in terms of what is human, even y lo anormal en el plano de lo humano?; segun-
possible? Secondly, in what way can a reasonable da, ¿de qué manera se puede plantear una salida
solution to the interaction between a subject’s par- razonable a la interacción entre lo particular y
ticularity and singularity and human society’s uni- singular del sujeto y la generalidad y lo común
versality and ordinariness be proposed? Thirdly, is a una sociedad humana?; tercera, ¿es el conoci-
knowledge as aseptic and impartial as it declares miento, en especial el que emerge de la ciencia
itself to be, especially the knowledge that emerges instituida desde la academia, tan aséptico e im-
from a science established by the academia? And parcial como se promulga?; y cuarta, ¿de qué
finally, in what way do politics and all things politi- manera se esconde lo político y la política en
cal hide in the clinical positions and curative effects las posturas clínicas y curativas de las ciencias
of the Social Sciences? Succinctly, the answers to humanas y sociales? Sucintamente, las respues-
these questions pronounce that even today there tas enuncian que no hay asidero, aún hoy, para
is no pretext that could agree on criteria able to dirimir con algún grado de seriedad, un criterio
delineate the normal and the abnormal with any sobre lo normal y lo anormal; una salida razo-
degree of seriousness. Any reasonable solution nable entre el sujeto y una sociedad, siempre
between a subject and a society always embodies encara un conflicto; la ciencia y el conocimien-
conflict; a society’s science and knowledge are as to que deviene de ella, son tan subjetivos como
subjective as any other, and it is policy and politics cualquier otro; la política y lo político, definen
that finally define the criteria for health. finalmente, los criterios de la salud.

Key words: abnormality, science, crisis, dis- Palabras clave: anormalidad, ciencia, crisis, dis-
course, normality, politics, health, subject. curso, normalidad, política, salud, sujeto.
Introducción en su origen; por ello es necesario reflexionar
hasta qué punto un conocimiento puede ser
Cuatro preguntas para guiar una introducción al imparcial o se presenta a los ojos del incauto
debate sobre normalidad, anormalidad y crisis como imparcial. Foucault y Canguilhem son
en el terreno de las disciplinas actuales que se autores que no se agotan; sin embargo, con las
hacen llamar ciencias humanas y, en especial, la lecturas que se hagan de ellos, darán pistas para
psicología de corte academicista. Primera, ¿es emprender una comprensión que actualiza el
posible una postura definitiva sobre lo normal debate sobre el tema que nos convoca.
y lo anormal en el plano de lo humano?; segun-
da, ¿de qué manera se puede plantear una salida Lo normal y lo anormal
razonable a la interacción entre lo particular y
singular del sujeto y la generalidad y lo común En las ciencias del hombre y las ciencias socia-
a una sociedad humana?; tercera, ¿es el cono- les, lo normal se opone a lo anormal como hito
cimiento, en especial la ciencia instituida desde irrefutable; no obstante, las dificultades apare-
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la academia, tan aséptico e imparcial como se cen cuando se intenta recabar sobre lo normal
promulga?; y cuarta, ¿de qué manera se esconde para poder ubicar posteriormente lo que, en
lo político y la política en las posturas clínicas contraste, podría ser lo anormal. Un camino
y curativas de las ciencias humanas y sociales? trazado para dirimir lo normal conduce al dete-
Por supuesto, no son todas las preguntas esen- nimiento y al encuentro con el cuerpo humano,
ciales y fundamentales para empezar un buen el cual es tomado, sin ambages, como el modelo
debate, pero se nos antojan suficientes para que e ideal de lo que, de una vez por todas, podría
pp. 134 - 145 el lector reflexione sobre el presente y futuro desengañar y aleccionar sobre lo uno y lo otro: lo
de la psicología y, en general, sobre el devenir normal y lo anormal (Confírmese el rastreo que
de las ciencias del hombre y sociales que, como hace Canguilhem del concepto en su texto Lo
disciplinas, se precian de actuar en lo humano; normal y lo patológico). El cuerpo humano así, se
los interrogantes de inicio también podrían, torna objeto a emular, metáfora o extensión de
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eventualmente, permitir encarar otras tantas lo que puede ser definido como normal en las
preguntas conexas que irán emergiendo en el relaciones humanas y el acontecimiento social.
trasegar discursivo. Para ello nos valdremos de No obstante, sea lo uno o lo otro, las dificulta-
dos actores en especial, Michel Foucault (1999)2 des emergen rápidamente. Cuando se concibe
y Georges Canguilhem (1981), e intentaremos el cuerpo como objeto de la normalidad, se jus-
avanzar con otros críticos de las ciencias de la tifica como una mole que ha logrado superar
julio - diciembre/12 salud y el conocimiento imparcial; sin embargo, los embates del medio ambiente, que ha salido
y desde ya, habremos de ser cautelosos, pues triunfante frente a cualquier dificultad que se le
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136 pareciera que nunca son suficientes las discu- ha presentado y que por ello no habría discu-
siones dadas al conocimiento hegemónico so- sión en asumirlo perfecto, normal. Esto impli-
bre lo ficticio y acomodaticio de las verdades ca que por arte de “algo” el cuerpo ha logrado
su perfección; esto es, ha logrado las respuestas
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2 Las referencias a Foucault se hacen teniendo presente necesarias para reaccionar óptimamente a las
su larga y extensa obra que hablará esencialmente de exigencias de un medio exigente y riguroso;
los discursos y el poder; no obstante, por exigencias este algo, la causa de ese refinamiento ha sido
metodológicas que piden referencias bibliográficas,
definido de diferentes maneras, pasando por
considero que sería suficiente con remitir al lector a su
texto El nacimiento de la clínica. Una Arqueología de la la convicción teológica de entrega de un don
mirada clínica, editada en español por Siglo XXI. preciado por un ente superior y deslindado del
plano de lo humano, hasta la controvertida se- más detallada su fisiología, en el organismo
lección natural en el marco de la ciencia institui- humano convergen las imperfecciones con las
da. Creyendo superada la explicación teológica, perfecciones y éstas, habrán de ser calificadas
la discusión de la perfección del cuerpo se ex- en términos de espacios y tiempos variables y
plica científicamente por la prevalencia del más diferentes, propios de las exigencias del medio
fuerte y la desaparición del débil, lectura har- ambiente. Una parte del organismo puede ser
to simplificada de la teoría Darwiniana (1985). perfecta y mostrarse funcional en determinado
Esto es, lo más fuerte pasa a definirse como lo espacio, mientras en otro puede presentarse
normal; lo normal es lo que logra responder a como una imperfección y de carácter disfuncio-
la inclemencia y variabilidad de un medio am- nal; lo mismo puede suceder con esa parte del
biente siempre agresivo y violento; y en conse- organismo en tiempos diferentes. Ello lleva a la
cuencia, hace que cualquier duda que se tenga convicción de que la perfección está construida
sobre la subjetividad, arbitrariedad y relatividad con imperfecciones parciales o con perfeccio-
del concepto quede rebatida bajo la contunden- nes supeditadas al despotismo del tiempo y el

Normalidad, anormalidad y crisis


cia de los postulados darwinianos; no habría espacio; y que la tan mentada normalidad que
duda de que un cuerpo que ha respondido a subyace a la perfección del organismo humano,
las exigencias externas sea lo más indicado para ha de tener presente que la función no señala la
ser tomado como modelo de perfección y que perfección de la fisiología de manera absoluta
dicha perfección sea asumida como normal. El sino en cuestión de grado y bastante relativa;
cuerpo habría logrado la fisiología adecuada y y que eso necesariamente lleva a una variabi-
lo seguiría logrando según las exigencias pre- lidad en la normalidad allí donde se creía un
sentadas y, a ella se habrá de recurrir para en- canon supremo y hegemónico. La normalidad pp. 134 - 145
contrar lo normal. De allí, por contraposición, así, de seguir tomando el cuerpo humano como
se habrá de encontrar lo anormal. Pero es, referente, ha de concebirse entonces como
precisamente, cuando se acude a la fisiología, una variedad de acontecimientos fisiológicos,
al estudio de la fisiología, cuando se empiezan presentes en un cuerpo u otro, que permiten

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a encontrar reparos a esta convicción y acepta- responder correlativamente a las exigencias del
ción de lo normal. En tanto se observa el cuer- medio ambiente; no habría un solo proceso fi-
po humano como mole3. En su función como siológico estandarizado para que sirva de mo-
organismo que responde a un mismo objetivo, delo de lo normal y tampoco se encontraría un
los reproches no son muchos; pero cuando se solo órgano o parte, dentro del organismo, que
observa el cuerpo humano, como molécula4 y sirva como regla de perfección y emulación;
se mira la función de cada una de las partes que en contraposición encontraríamos infinidad julio - diciembre/12
lo componen, las críticas asoman pronto. En de proceso fisiológicos y órganos capaces de
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medio de la perfección que permite concebir comportarse funcionalmente correlativos a las 137
la macro-mirada se descubren imperfecciones exigencias para la proliferación y mantenimien-
sólo posibles de evidenciar a través de la micro- to de la vida. Un agravante más, en contra de
mirada al cuerpo humano. Al poner el cuerpo la idealización del cuerpo como modelo de lo
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en el microscopio y al analizar de una forma normal, es el descubrimiento de que los pro-


cesos fisiológicos y los órganos que presenta
3 Siguiendo la definición del Diccionario de la Real Academia el cuerpo no son estables y que su tendencia
de la Lengua (DRAE): Cosa de gran bulto o corpulencia.
es la mutación; en contravía de lo que se logra
4 Siguiendo la definición del DRAE: Unidad mínima de
una sustancia que conserva sus propiedades químicas; que suponer desde la macro-mirada, que los proce-
puede estar formada por átomos iguales o diferentes. sos y los órganos son estables, lo que deja ver
la micro-mirada es que la constante del cuerpo humano; por causas fisiológicas el humano no
humano es el cambio; cambio que está más allá podría mostrarse idéntico a todos los humanos
de la intencionalidad del cuerpo mismo. Este por la diversidad que acepta la convergencia en
es, esencialmente, el debate entre darwinistas la funcionalidad del organismo con respecto al
y neo-darwinistas5; mientras el darwinista da a medio ambiente. Su variabilidad, como norma
entender, de manera implícita, que el organismo y normalidad, sería lo propio de lo humano y
muta bajo intencionalidad de contrarrestar las supeditado a su condición natural; su proceder
exigencias del medio ambiente cambiante, los psíquico y su proceder social serán entonces
neo-darwinistas han mostrado que esto no es difíciles de homologar mediante comporta-
así, que el organismo no logra bajo intenciona- mientos, sentimientos y pensamientos que le
lidad responder a las exigencias del medio; los permitan cierta identidad. En segundo lugar, si
cambios que se ocasionan en el organismo y su se preciara de utilizar el cuerpo como una metá-
fisiología, hasta el día de hoy siguen casi que en fora de lo que ha de ser normal y la normalidad
el total misterio, llegando apenas a explicacio- de lo humano, igualmente, habría de aceptarse
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nes tan curiosas y admirables como aquella que la diversidad implícita en la normalidad que se
dice que es la temperatura presente en el mo- coloca como modelo. En ese sentido, hasta el
mento de intercambio de información genética momento, habría un contrasentido en la forma
lo que ocasionaría los cambios en la fisiología y como se toma la normalidad del cuerpo, al que-
los órganos. Otra de las grandes explicaciones rer ver lo idéntico en lo que por excelencia es
habla de la contaminación de la información en singular y particularizado. Aun es propio de la
cualquier momento del intercambio; caso tal de objetividad con la que se precia la normalidad,
pp. 134 - 145 los virus y las bacterias. las medidas de tendencia central.

Al tenor de lo antes dicho, siendo este el bas- Resta pues mirar también, qué repercusiones
tión de la normalidad, vale la pena entonces re- tiene esa concepción de normalidad cuando se
tomar la pregunta de si es posible una postura quiera analizar en detalle lo humano y lo social
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definitiva sobre lo normal y lo anormal en el humano. Si la condición de lo humano es la di-


plano de lo humano. Si el cuerpo ha de to- versidad en su accionar y en la socialización con
marse como referente real de la normalidad, otros, desde allí habrá de reflexionarse el logro
lo que entonces se esperaría es la observación de los objetivos mancomunados. Y de la misma
variopinta en el proceder humano y con ello la manera como hemos visto que la norma del cuer-
normalidad quedaría referida a la variedad del po ha sido distorsionada en su observación y ha
julio - diciembre/12 proceder humano para responder funcional- llevado al concepto de que lo indicado es velar
mente a los acontecimientos que le proponga por los procederes idénticos y órganos idénticos,
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138 el medio en que se desenvuelve; en una especie lo mismo habrá de denunciarse cuando se ha lle-
de paradoja, la normalidad como regla indicaría vado esa concepción al plano de la sociedad; más
que no hay una regla estática y absoluta para que la preocupación por los logros para respon-
dictaminar el proceder humano y que el úni- der a las exigencias del medio, el concepto de la
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co referente sería la funcionalidad vital. Esto, normalidad y la norma que emana del cuerpo, ha
tomando literalmente el postulado de que sido utilizado para homologar comportamien-
en la fisiología se arraiga la normalidad de lo tos, sentimientos y pensamientos; el concepto
ha sido utilizado para troquelar a los humanos y
5 Consúltese el clásico pero elocuente y corto texto del su sociedad. La concepción ha llegado al punto
premio nobel Erwin Schrödinger, ¿Qué es la vida? de concebir realmente a la sociedad de humanos
como un organismo vivo; sin el menor asomo de normal y la norma a la concepción que tiene el
ubicar la sociedad como un organismo, en sen- humano sobre el mismo asunto; el cambio de la
tido metafórico, se cree que la sociedad tiene su norma y la normalización que se establece en la
propia fisiología la cual se tendría que estudiar y mirada a la fisiología del cuerpo a la norma y la
en la que se debería, llegado el caso, intervenir. normalización que se origina en el discurso de
Otros, menos incautos, han sabido dar cuenta los humanos. Entonces, por partida doble se
de la sociedad como una metáfora de lo que tendrá que afirmar la imposibilidad actual, tanto
acontece con el cuerpo humano y, sin embargo, como lo ha sido en el pasado, de una postura
ambos han caído en la idea de querer homologar sobre lo normal y lo anormal en el plano de lo
procederes entre los diferentes elementos que la humano y lo social; si se quisiera respetar el des-
componen. Desde esa distorsión de la normali- cubrimiento fisiológico del cuerpo humano lo
dad que enseña el cuerpo, se ha querido hacer un normal sería paradójicamente la anormalidad,
solo humano, idéntico a todos los demás, y una esto es, lo que no acepta canon ni patrón y que,
sola y única sociedad. sin embargo, se muestra funcional para la vida;

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y acto seguido, cuando el hombre decide pasar
Consecuentemente con el origen y esta con- por encima de su hallazgo y promueve una es-
cepción de la normalidad, aplicados al humano cala de valores bajo sus propios criterios de lo
y la sociedad, la anormalidad es fácilmente ubi- que es bueno y lo que es malo, se está aún más
cable. Todo lo que no responda a los criterios en el imposible de llegar a consensos universales
de lo normal y la normalidad será lo anormal y y absolutos.
la anormalidad; y es allí donde la diferencia que
se ocasiona entre la macro-mirada y la micro- Sujeto y sociedad pp. 134 - 145
mirada al cuerpo humano se torna paradójica,
pues lo que corresponde adecuadamente desde Ahora estaríamos en condiciones de encarar la
la micro-mirada como normal, termina siendo siguiente pregunta que nos convoca; al ser la
catalogado como anormal y anormalidad desde singularidad y la particularidad, la norma y la

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la macro-mirada; mientras aquello que ha sido, normalidad a las cuales podríamos acudir al mo-
distorsionado por la macro-mirada termina mento de observar el cuerpo humano en su fun-
siendo la normalidad y la norma. En esa medida cionalidad con el medio, y la obsesión por ho-
surge subrepticiamente una nueva concepción mologar procederes en lo humano y lo social de
de la normalidad y la norma que no va con la del aquellos que se abrogan el derecho de incidir en
cuerpo humano y si la va, está mediatizada por estas cuestiones, ¿de qué manera se puede plan-
la axiología que subyace a la macro-mirada, por tear una salida razonable a la interacción entre lo julio - diciembre/12
la teoría de los valores que se funda en la mirada particular y singular del sujeto y la generalidad
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que distorsiona ante la falta de acercamiento al y lo común a un sociedad humana?. De seguir 139
detalle de la fisiología. Ya no se responderá des- el rigor de la norma y la normalidad que enseña
de y se acatará los mandatos de la fisiología del la fisiología del cuerpo humano, todo proceder
cuerpo humano, sino que se determinará cuáles humano y social habría de ser aceptado como
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son los procesos y órganos del cuerpo huma- designio natural y solamente el medio ambien-
no que habrán de aceptarse para salvaguardar el te sería el llamado a dictaminar su efectividad
bien individual y el social. De allí el paso camu- mediante la eliminación o aceptación del tal o
flado y rápido del imperativo de la fisiología al cual procedimiento; no se necesitaría del menor
imperio de los juicios morales; la transmutación ejercicio racional para normar ni normalizar el
de la concepción que tiene la naturaleza de lo proceder humano porque la mano diestra de la
naturaleza sería la encargada de regular las rela- permitan el desenvolvimiento del sujeto y de una
ciones entre los hombres. Así habrá de esperar- sociedad dada, cualquiera que esta sea, y cuyo lí-
se variedad de procedimientos no estandariza- mite sería solamente lo nefasto o lo destructivo
dos ni moldeados por el más allá de cualquier para otro sujeto y/u otra sociedad; caso tal que
juicio de valor que los pueda calificar; en ese habrá de resolverse mediante la reflexión dis-
sentido, no podría hablarse de la existencia de cursiva y/o confrontación entre discursos que
la anormalidad pues ésta sería irreflexivamente sostienen normas y normalizaciones diferentes.
eliminada por el medio ambiente; solamente se Una norma o una normalización de un sujeto
tendría conocimiento y existencia de lo normal. o una sociedad no tendrían más talanquera que
De otro lado, si se decide por la implantación de aquella que ocasiona el percibir que se invade lo
la normalidad desde el juicio de valor, habrán de normado y normalizado por otro sujeto u otra
esperarse pugnas entre diferentes y contrarios sociedad y que, como norma y normal, muestra
criterios de normas y normalizaciones, los cua- efectividad en su función vital. Esto querría de-
les serían vistos y combatidos como anormales cir que una norma y una normalización no han
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por sus contradictores, hasta imponerse alguno de sostenerse en la muerte o eliminación de otra
de ellos por la fuerza o el poder, a menos que se norma y otra normalización que se han mostra-
llegue al respeto irrestricto de los valores que un do, indistintamente, efectivas en sus propósitos
sujeto y/o una sociedad dada asuma. Empero, de vida. Las normas y las normalizaciones ha-
hasta el momento la salida más común ha sido brán de sostenerse por su contenido y no por
la imposición de normas y normalizaciones ins- sus formas manifiestas, menos por la estandari-
tituidas en los juicios de valor de los más fuertes zación y universalización de los procedimientos.
pp. 134 - 145 e intentando cercenar cualquier otro juicio de
valor que se le oponga. No obstante, también la Siendo entonces el paso de lo natural, (mode-
resistencia del más débil ha estado perenemente lo que intenta sostener la hegemonía y en su
presente para mostrar su oposición y defensa de acercamiento, muestra la imposibilidad de ha-
la singularidad y particularidad de un sujeto y so- cerlo), al paso de los discursos que originan los
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ciedad distintos. Siguiendo con la metáfora en- juicios de valor, es válido entonces preguntar
señada de la sociedad vista como un cuerpo hu- por la asepsia de los discursos que se imparten
mano, habría que señalar ahora la metáfora que en la academia bajo el logo de conocimiento
permite concebir diferentes sociedades como si científico. ¿Es tan limpio e imparcial el conoci-
fueran sujetos vivientes que se oponen y no pue- miento que se imparte allí, hecho teorías y ver-
den responder a la estandarización de procedi- dades inflexibles que ocasionan o quieren oca-
julio - diciembre/12 mientos hegemónicos. Al interior de la norma y sionar una práctica social que decide lo normal
la normalización subyace una preocupación por y lo anormal? De inicio se descarta cualquier
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140 el bienestar del sujeto y la sociedad que podría mala intención que pueda subyacer a cualquier
sintetizarse en la protección de la vida y la cali- discurso y menos a aquellos que se imparten
dad de vida; lo neurálgico acá es la imposibilidad en la academia; todos, con seguridad se funda-
misma de los normadores y normalizadores de mentan en las buenas intenciones de mejorar
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poder estandarizar e identificar sus juicios de va- o mantener el estado armónico del sujeto en sí
lor cuando tratan de defender la vida. Tal vez, mismo y de las sociedades que desarrolla. La
asumiendo con pie firme lo real y lo metafóri- intención del cristianismo en su vinculación
co que subyace a la norma y la normalización con los centros de educación y formación de
del cuerpo humano, es que pueden ser conce- ciudadanos, que tiene su punto culmen, en las
bibles diferentes formas de normatividad que instituciones universitarias, no escatiman en
argumentar sus buenos procederes y poner- sostener, fundar y empoderarse del sujeto y las
los al servicio de los ciudadanos y el Estado; relaciones sociales que este pueda establecer
Comte (1999) y el “Discurso sobre el espíritu con todos los demás sujetos producto de los
positivista” dejan equivalentemente patentado mismos discursos. En el poder que ejercen los
que sus intenciones son buenas para con el su- discursos académicos es que habrá de evaluarse
jeto y la sociedad; seguida y consecutivamente, y analizarse la pregunta sobre la normalidad y la
no se encontrará discurso académico-científico norma, para descubrir rápidamente que es un
que no escatime ingentes esfuerzos argumenta- juicio de valor emanado de un hombre, quien
tivos para mostrar que si exige una revolución decide quién ha de ser normal y quién debe car-
en lo establecido con anterioridad, como cono- gar con el peyorativo de anormal; así, cuando
cimiento a impartir en la academia, habrá de ser se aborde lo normal y lo anormal ya no serán
por y para mejorar y corregir lo existente (Cf., necesarias las disquisiciones limítrofes que im-
Popper, (1989); Kuhn, (2004); Lakatos, (1993); pone la verdad sino los linderos que ocasiona
Habermas, (1982)). No hay ninguno de ellos un juicio de valor.

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que asuma una verdad absoluta como revela-
ción; allende de la que se puede encontrar en Lo político y la política
la convicción teológica, los demás son claros al
proponer un convenio para aceptar proposicio- De esta manera arribamos a la forma como se
nes que han de calificarse de verdaderas. Y sin esconde lo político y la política en las posturas
embargo, ese instante de convención propuesta clínicas y curativas de las ciencias humanas y so-
a partir de unos juicios de valor tiende a obviar- ciales. Al fracasar en el acceso a la verdad y, en su
se para terminar con el tiempo olvidado, con falta, suplirla con una verdad producto del con- pp. 134 - 145
las consecuencias de asumir lo propuesto como venio y la imposición de los hombres a quienes
criterios de verdad absoluta; los incautos ante se les da en encargo o asumen motu proprio, las cu-
los discursos propuestos, siempre terminamos ras y los tratamientos del hombre y su sociedad,
siendo mucho más radicales que sus mismos la explicación que podría articular sería aquella

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fundadores; los incautos tendemos a confundir que nace de lo político, la política y la policía,
la rectitud con la verdad. El problema con los propuesta por Rancière, (2010). Entre aquellos
discursos académicos es que terminan siendo que se han detenido en este ámbito de las re-
empoderados como si fueran verdaderos y se laciones sociales que entabla un sujeto con sus
defienden como verdaderos e irrebatibles; y, en pares, hay un acercamiento al consenso de que lo
esa medida, el discurso que se hace llamar cien- que define a lo político, es el discurso; a la política,
tífico no ha podido escapar a su sino de con- las prácticas sociales y a la policía, la imposición y julio - diciembre/12
fundir sus orígenes en la rectitud, en los juicios cumplimiento de normas que surgen de las dos
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de valor, con sus proposiciones de veracidad; anteriores. En consecuencia, se puede afirmar 141
en la confusión posterior de defender a partir que toda norma y todo criterio de la normalidad
de argumentos de verdad cuando lo que en el (o acciones policiales), surge de un pensamien-
fondo debería defender son sus juicios de va- to que hace emerger un discurso político y unas
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lor, que fueron los que le dieron su nacimiento. prácticas ocasionadas en tal discurso y a las cua-
Entonces, los discursos académicos, al igual que les vamos a dar el adjetivo de la política. Acción
cualquier otro, responden a la lógica del poder policial en cuanto se asume una obligatoriedad y
denunciada por Foucault; discursos finamente un cumplimiento más allá de cualquier voluntad
delineados, pero no lo suficiente, son construc- individualizada, (por cada uno de los sujetos), de
ciones en base a juicios de valor que buscan lo emanado por lo político y la política, y que
indica el nacimiento de dos polaridades o dos sobre la crisis. ¿Cómo se puede ubicar la crisis
grupos de acción, los que habrán de hacer cum- en este andamiaje? Habremos de saber y ser ex-
plir las normas y proteger la normalidad y los plícitos entonces en que crisis y crítica remiten al
que habrán de cumplir las normas y los criterios mismo sentido, al momento o punto más opor-
de normalidad establecidos. Ante ello es que se tuno y provechoso, (tiempo y espacio), en que
puede afirmar que en el trasfondo de todo dis- la crítica se produce; la crisis y la crítica remiten a
curso, sea este académico o de cualquier índole, enjuiciar los hechos y las conductas desde una
que intente sostener curativas y tratamientos posición moral y el empezar una reacción en
para el hombre y su sociedad, lo que se debe bus- cadena de acontecimientos humanos y sociales;
car es el sostén político, sus prácticas políticas y también, la crisis y la crítica tienen el sentido de
sus decisiones policivas; esto que, en definitiva, la murmuración pública, la censura y la repro-
puede ser descrito como las tesis de rectitud que bación de lo establecido. Esto nos lleva a con-
ocasionan prácticas sociales y dictámenes jurí- cluir que la crisis tiene el sentido de revolución
dicos. De allí que todo debate sobre la norma de lo establecido a partir del análisis moraliza-
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y la normalidad tenga que enfilarse hacia los te- dor de lo existente y que ello sólo podría darse
rrenos de la ética y se desprenda, en la conse- mediante el acto de reflexión sobre el discurso
cuencia con la profundidad de las indagaciones, existente y que permite la emergencia de un
de los campos de la verdad. Aunque Althusser nuevo discurso o la complementación o modi-
(1986), hace ya bastantes años, aleccionaba para ficación del mismo. En consecuencia se podría
que se tuviera invariablemente presente en los definir acá crisis como una mutación importante
debates epistemológicos, la diferencia entre una en el desarrollo de procesos ya sea de orden
pp. 134 - 145 tesis y una proposición científica, aún seguimos dan- físico, histórico o psicológico o situación de un
do palos de ciego y aferrando cualquier discu- asunto o proceso cuando está en duda la conti-
sión a la prueba de lo afirmado y obviando las nuación, modificación o cese a partir de un dis-
posibilidades que se tienen al ubicar los debates curso; lo mismo que una situación dificultosa
en el plano de las prácticas que ocasionan en los o complicada o un momento decisivo grave y
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sujetos y sus relaciones sociales; las pruebas son de consecuencias importantes para lo humano
lo más sencillo de conseguir cuanto el discur- y lo social, afectado por un juicio que se hace
so las pide; y son fáciles de conseguir porque el de él después de haberlo examinado cuidado-
discurso las está imponiendo de antemano; no samente. Precisamente, al avanzar por la se-
existe ninguna prueba que no sea comprendi- rie razón pura/razón práctica, legada por Kant
da y entendida fuera del mismo discurso que las (2002; 2007) una conclusión emerge: si hay un
julio - diciembre/12 pide; toda prueba tiene su lugar sólo dentro de lugar para la razón, este lugar es fundamental y
su propio discurso. esencialmente, el lugar de la práctica. Sin em-
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142 bargo, en contravía de aquellos que asumen que


La crisis de la práctica brota un pensamiento, la posición
kantiana señala que las prácticas se han de su-
Finalmente, debemos conceder que hemos ha- bordinar al pensamiento a priori, asumiendo
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blado de lo normal y lo anormal con respecto las consecuencias que pueda acarrear para los
a los discursos que los dictaminan, en la confu- ideales morales fundados en una falsa premi-
sión que puede ocasionar la no diferenciación sa extraída de una cognición contaminada de
entre proposiciones de verdad y tesis de recti- narcisismo egotista. Qué sea Nietzsche lector
tud, además de las relación que existe entre la incansable de esta conclusión, se prueba con su
una y la otra; no obstante, no se ha dicho nada aleccionamiento a entregar la propia vida y la
vida misma por una causa moral y la angustia órgano o sentimiento? Si sujeto y objeto son
constante de que en cualquier acto humano se uno solo, todo conocimiento es un conoci-
esté escondiendo la moralina. Una práctica hu- miento suspendido y no una verdad depurada.
mana no es aquella que deseamos sino aquella Y si todo conocimiento es parcial, el conoci-
que debería ser por encima de cualquier interés miento se torna un acto nunca acabado que in-
particular. Si hay un valor absoluto a promo- cita a su continua depuración. Esto, en últimas,
cionar, este es la idea, promoción que tiene lugar vendría a ser la crítica/crisis, o mejor, el debate:
sólo cuando logra promover una práctica; idea la continúa reflexión sobre el conocimiento ad-
que tendrá que trascender más allá de la carna- quirido y la no aceptación de verdades por ima-
lidad de su pensador; del tiempo y del espacio ginarias conveniencias; la crítica/crisis vendrá
que la vio nacer (Nietzsche, 2009). a ser la continua reflexión sobre los discursos
que pululan como si fueran verdades reveladas
De allí que alcanzar la verdad no sea lo mismo e incuestionadas.
que enunciar que el sujeto no conoce nada y,

Normalidad, anormalidad y crisis


no obstante, a menudo la homologación. La En consecuencia, consideraría que toda crítica
verdad, en tanto acto de normalización y nor- social termina en el discurso del encuentro/
matividad, es alcanzable; pero, el conocer, en desencuentro entre el sujeto y la institución o
tanto relación directa del sujeto con el objeto, lo que, visto desde cierto ángulo, vendría a ser
se ha mostrado imposible de conseguir. ¡Qué la pugna de la libertad, la autonomía, la indivi-
puede conocer un sujeto que de entrada tiene dualidad y la singularidad del humano con la
cuestionado su estatuto de cosa independiente imposición, la heteronomía, la colectivización y
del objeto mismo que dice conocer! La verdad normalización que exigiría una sociedad. Toda pp. 134 - 145
que sostiene un sujeto humano cognoscente, crítica conlleva la destitución por parte de un
no deja de mostrar la prepotencia que se supo- sujeto, de lo instituido por otro; esto mismo que
nía olvidada, de haber sido hijos engendrados es instituir un discurso, discurso que surgió en la
con materiales únicos y distintos e iluminados singularidad, pero en el ámbito de lo colectivo;

Jairo Báez
con el don de conocer. Sólo mediante el acto para ser mucho más exactos, toda crítica/crisis,
arbitrario e impositivo de una verdad que ubi- que por naturaleza emerge en la más acentuada
ca al ser humano como ente diferente y con- subjetividad e individualidad, termina en la des-
trapuesto a todos los demás objetos, es que se titución del sujeto por parte del sujeto mismo;
logra sostener el acto puro del conocimiento. toda crítica concluye en el imperativo de ceder
Si se reflexiona en otro sentido, en la negación lo más subjetivo que tenga un sujeto a la sub-
del don humano del conocer los objetos y la se- jetividad del otro que se diluye instituyendo la julio - diciembre/12
paración del mundo en objetos diferentes para suya. Al no ser así y ser de otra manera se entra
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luego afirmar la existencia de un solo objeto en la paradoja de la crítica/crisis como institu- 143
que intenta conocerse a sí mismo, sin ningún ción que instituye un discurso para su propia
don heredado de ningún ser omnisciente, es ruina, para promocionar su destrucción como
que se podría asumir la imposibilidad del cono- institución por parte de cada uno de los sujetos
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cimiento. ¿Cómo conocerse mediante un acto que acoge en su seno y forma en sus tesis de
de introspección, cómo podría el ojo verse a rectitud. Y de acá que sea lícito preguntar ¿se
sí mismo, obligarnos a concebir que cuando se puede ser realmente un sujeto crítico todo el
dictamina sobre un objeto que ubicamos afuera tiempo, o ser un sujeto crítico personifica un
viene a ser lo mismo que cuando dictaminamos momento de rebeldía ante lo instituido, otro
sobre un objeto que se ubica adentro llamado momento de imposición y un momento más de
sostenimiento de lo ahora impuesto? Si se es establecido; y en el peor de los casos, terminan
un sujeto crítico todo el tiempo no habría lugar siendo aquello mismo que fue criticado. Hay
a la institucionalización y si se es sujeto critico una suerte de ceguera o de miopía en cierto
sólo por un momento, el mero hecho de querer tipo de crítica, que se visualiza o visibiliza so-
institucionalizar sus criterios, lo harán acrítico lamente con el pasar del tiempo y el desarrollo
aunque también post-crítico. Se ha dicho que de las prácticas; allí es cuando se descubre que
la institución materializa un discurso crítico en lo criticado terminó siendo sistemáticamente
práctica y que todo discurso que no encarna acogido por el crítico. No se sabe bien si es
una práctica no merece ser tenido como válido; que el sostener un discurso, en la práctica, trae
pero nos hemos olvidado que institucionalizar sus vicios atávicos que señalan la necesidad de
una práctica no implica necesariamente colecti- imponerlo mediante un acto de poder y sumi-
vizarla; bien se puede institucionalizar la prác- sión o si acaso, ya de entrada, la intención sea
tica solamente para el sujeto que la concibe y clara, seducir al sujeto mediante el ganchillo
no necesariamente para otros. Si hay una sub- de la justicia y la libertad para poder derrocar
Normalidad, anormalidad y crisis

jetividad a defender, las prácticas tendrían que el Establecimiento e imponer otro. La clásica
ser únicas y no colectivas ni tampoco normadas sentencia dime de qué te ufanas y te diré lo que te falta
o normalizadas. La duda, entonces, surge en se cierne con el tiempo sobre este tipo de crítica
torno a si se ha confundido institucionalización para poder enrostrar a tiempo dime lo que criticas
y colectivización de las prácticas o si acaso sea y te diré lo que te criticarán. Sin entrar en paranoias
sostenible una nueva forma de concebir la ins- acerca de hombres educados políticamente
titucionalización. Lo que hasta ahora ha cam- por Maquiavelo, que se nombren críticos, lo
pp. 134 - 145 peado es la idea de colectivizar las prácticas y conspicuo es que los nobles discursos eman-
a esto llamarlo institución; llamar institución a cipadores de la humanidad terminan siendo
los dispositivos para la colectivización e impo- más estructuras de poder y control, y menos,
sición de prácticas que emanan de una crítica. lugares habitados por sujetos interesados en se-
Instituir para uno solo parecería no ser conce- guir sosteniéndolos. Por ello, una primera crí-
Jairo Báez

bible en el ámbito de la crítica social humana; tica a la crítica habrá de reprochar su implícita
por ello la constante de que toda institución so- afirmación de que siempre el crítico está en lo
cial, por más librepensadora que sea o se precie correcto mientras el criticado no; el crítico que
de principio, termine renunciando y coaptando no duda de que sus proposiciones sean rectas y
la crítica/crisis a su interior, v.g. comunismo correctas y en cambio sí asume la equivocación
soviético y sus campos de adoctrinamiento para en su criticado, está en falta de crítica a la propia
julio - diciembre/12 el buen pensar la sociedad, el saneamiento de crítica y se torna en su punto más débil, y Talón
las malas lecturas y prácticas de las sagradas es- de Aquiles por donde posteriormente habrá
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144 crituras promovidas por la Santa Inquisición o de ser atacado, debilitado y hasta desconocida
las purgas macarthistas en Norteamérica. en sus pretensiones; cómo no se da cuenta el
crítico que no puede ser posible, o al menos
Desde este punto de vista, debemos concebir dudoso, que siempre se esté en lo correcto y
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que hay prácticas sociales, si no todas, que con que el criticado nunca acierte. Y por otro lado,
el tiempo, o mejor, al pasar el tiempo, termi- si el criticado se torna crítico de su criticador, la
nan por mostrar las falencias y debilidades de contienda emerge y los argumentos tarde que
los discursos no consistentes ni coherentes que temprano habrán de finalizar en salidas de fuer-
se instauraron en base a una crítica/crisis a lo za y de poder.
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