El sistema concentrado de constitucionalidad tiene como característica principal
radica en que el ordenamiento constitucional (la constitución) crea y otorga a un solo órgano el poder de actuar como juez o tribunal constitucional, o sea un solo órgano estatal tiene la facultad de decidir la nulidad de actos legislativos, judiciales y de Estado en caso que su actuar no se ajuste a las normas que la constitución preceptúa.
En este sentido la labor del órgano constitucional radica en un examen de la
norma en relación con la constitución, labor en la cual se determinará si la misma es compatible con la constitución no solo en sus normas sino en su espíritu y principios generales.
Por lo que la corte, sala o tribunal constitucional es el intérprete auténtico y único
de la constitución, dejando en manos de los jueces que no integran dicho ente constitucional la interpretación auténtica de la ley.
En tal sentido, hay que considerar que el órgano jurisdicción constitucional no es
un juzgado de legalidad, o sea no debe conocer causas del orden común, lo que es potestad única y exclusiva de la Corte Suprema de Justicia y de sus órganos jurisdiccionales derivados.
En otro orden de ideas es factible considerar que el Control de Concentrado de la
constitucionalidad se deriva directamente de la constitución, toda vez que la constitución es la que crea directamente el ente de justicia constitucional especifico, en el caso de Guatemala la Corte de Constitucionalidad.
Finalmente es importante recordar que el control concentrado se deriva del
sistema Europeo el cual está en total contraposición al sistema Americano del judicial review, ya que el control concentrado se basa en un órgano ad hoc, cuyas resoluciones son en muchas ocasiones de carácter derogatorio y erga omnes