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Al establecer de alguna manera las fases o los procedimientos en cuanto a la

jurisdicción contenciosa administrativa, la constitucionalización del contencioso-


administrativo, el estado de derecho implica, ante todo, la necesaria sumisión de
todas las actuaciones de los órganos del Estado al ordenamiento jurídico
preestablecido, compuesto no sólo por la Constitución y las leyes, sino por el
conjunto de reglamentos y normas dictados por las autoridades competentes. De
esto es de donde deriva el principio de la legalidad, que en relación con los
órganos de la Administración Pública les impone la obligación de actuar con
arreglo a lo establecido en la ley y las otras normas jurídicas que regulan su
actividad.

Esto dicho implica, además la indispensable previsión de garantías de control


judicial a los efectos de asegurar la sumisión de los órganos del Estado al derecho
cuyo efecto se han desarrollado y estructurado jurisdicciones especiales, como la
Jurisdicción Constitucional, la Jurisdicción Contencioso Electoral y la Jurisdicción
Contencioso-Administrativa, las cuales se distinguen básicamente por los actos
objeto de control. Siendo un poco mas específicos, los principios del
procedimiento contencioso administrativo que se regularon en los artículos 18 a 21
de la nueva LEY ORGÁNICA DEL TRIBUNAL SUPREMO, siguiendo literalmente
lo que regulaba la derogada LEY ORGÁNICA sin embargo, se dispuso en la
Disposición Derogatoria, Transitoria y Final de la Ley, que mientras se dictase la
Ley de la Jurisdicción Contencioso-Administrativa, sólo se aplicaría al desarrollado
ante el propio Tribunal Supremo.

En cuanto a la jurisdicción especial para estas materias por decirlo así, que se
indica en dichas Disposición, podría entenderse que se refería a los tribunales
inferiores con competencia contenciosa administrativa, disponiéndose que la Sala
Plena dictara un Reglamento Especial que regularía el funcionamiento y la
competencia de los tribunales respectivos. Ahora bien, de acuerdo con la
CONSTITUCIÓN y con la LEY ORGÁNICA DEL TRIBUNAL SUPREMO DE
JUSTICIA, la jurisdicción contencioso-Administrativa en Venezuela es una
jurisdicción especial integrada al Poder Judicial, por lo que los tribunales que la
integran, lo que tienen en realidad es una competencia especial. En Venezuela, el
derecho administrativo no se ha construido con base en los criterios de distinción
entre jurisdicción judicial y jurisdicción administrativa, tan extendido en el derecho
administrativo francés y que has sido seguidos en algunos países, como por
ejemplo en Colombia. En Venezuela, al contrario, la tradición ha sido la existencia
de una competencia especializada de determinados tribunales para conocer de
litigios en los cuales interviene la Administración, pero integrados en el Poder
Judicial, por ejemplo, en materia de anulación de actos administrativos, fue la
CONSTITUCIÓN DE 1925 la que por primera vez consagró la posibilidad de que
la antigua Corte Federal y de Casación declarase la nulidad de ciertos actos,
decretos y reglamentos del Poder Ejecutivo.

ORDENAMIENTO ORGÁNICO Y TRIBUTARIO DEL ESTADO, INSTITUTO DE


DERECHO PÚBLICO, FACULTAD DE DERECHO, UNIVERSIDAD CENTRAL
DE VENEZUELA CARACAS 1976, más precisamente en esta época, a los
decretos y reglamentos del Presidente de la República y de los actos ejecutados
con "extralimitación de facultades". En la importancia de la constitucionalización de
la jurisdicción contencioso-administrativa, es decir, del control judicial de
constitucionalidad y legalidad de todos los actos administrativos, está en que no
sólo la norma constitucional del artículo 259 persigue una asignación de
competencias a unos órganos judiciales, sino en que consagra un derecho
fundamental del ciudadano a la tutela judicial efectiva frente a la Administración.
En el sentido de lo establecido en el artículo 26 de la propia CONSTITUCIÓN y en
el artículo 18, primer párrafo de la LEY ORGÁNICA DEL TRIBUNAL SUPREMO.
En esta forma, la jurisdicción contenciosa- administrativa se configura
constitucionalmente como un instrumento procesal de protección de los
administrados frente a la Administración y no como un mecanismo de protección
de la Administración frente a los particulares. En la Jurisdicción Especial La
jurisdicción contencioso-administrativa en Venezuela puede definirse como el
conjunto de órganos judiciales encargados de controlar la legalidad y la legitimidad
de los actos, hechos y relaciones jurídico administrativas, como hemos dicho, no
se trata de una "jurisdicción ordinaria" sino de una jurisdicción especial, es decir,
se trata de una parte del Poder Judicial del Estado cuyo ejercicio está
encomendado a unos órganos judiciales determinados y especializados por razón
de los sujetos sometidos a control o por razón de la materia. El control de la
Administración la existencia de la jurisdicción contencioso-administrativa radica en
la necesidad de una jurisdicción especial para controlar a la Administración y a la
actividad administrativa, por tanto, en principio, no es posible obtener un
pronunciamiento de esta jurisdicción especial cuando las partes en la relación
jurídico-procesal son ambas particulares.

En el control de la legalidad, de acuerdo al artículo 259 de la CONSTITUCIÓN,


como se ha dicho, los órganos de la jurisdicción contencioso-administrativa,
constituidos no sólo por el Tribunal Supremo de Justicia sino por los demás
Tribunales que determine la Ley, son competentes para anular los actos
administrativos generales o individuales "contrarios a derecho", incluso por
desviación de poder, por lo que la competencia en materia de control a cargo de
dichos órganos, se origina cualquiera que sea el motivo de contrariedad al
derecho, es decir, sea por razones de inconstitucionalidad, de "ilegalidad"
propiamente dicha, o de contrariedad a cualquiera de las otras fuentes del derecho
administrativo violación de reglamentos y demás actos de efectos generales,
violación de la cosa juzgada administrativa, violación de los principios generales
del derecho administrativo, etc.

En si LA CONSTITUCIÓN vigente distingue claramente la jurisdicción


constitucional de la contencioso-administrativa, delimitando el alcance de ambas
competencias en atención al objeto de impugnación, es decir, al rango de los
actos objeto de control y no a los motivos por los cuales se impugnan, en efecto,
de conformidad con el último aparte del artículo 334 de la CONSTITUCIÓN DE LA
REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA, Corresponde exclusivamente a la
Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia como jurisdicción
constitucional, declarar la nulidad de las leyes y demás actos de los órganos que
ejercen el Poder Público dictados en ejecución directa e inmediata de la
Constitución o que tenga rango de Ley.

Analizando aun más todo lo que hasta ahora hemos establecido podemos ver que
el recurso contencioso-administrativo, es un procedimiento judicial utilizado para
contradecir disposiciones generales o actos expresos o presuntos de la
Administración Pública, ya sea central, autonómica o local, ahora, el recurso
contencioso-administrativo es admisible en relación con las disposiciones de
carácter general y con los actos expresos y presuntos de la Administración pública
que pongan fin a la vía administrativa, ya sean definitivos o de trámite, si estos
últimos deciden directa o indirectamente el fondo del asunto, determinan la
imposibilidad de continuar el procedimiento, producen indefensión o perjuicio
irreparable a derechos o intereses legítimos.

Estableciendo desde mi perspectiva cual es el principio más importante y el por


qué, establezco el principio de la Justica Gratuita, está basada en el principio
fundamentando en los derechos a la igualdad y la tutela judicial y efectiva, y
basándome en el art 26 de la COSTITUCION DE LA REPUBLICA BOLIVARIANA
DE VENEZUELA, toda persona tiene acceso a los órganos de administración de
justicia para hacer valer sus derechos e intereses, incluso los colectivos o difusos,
a la tutela efectiva de los mismos y a obtener con prontitud la decisión
correspondiente, debiendo el Estado garantizar una justicia caracterizada entre
otros aspectos, por su gratuidad, siendo indispensable que toda persona posea
este principio garantizado.

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