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ser mujer/condicion femenina.

Turbios el aire y el miedo

Si hablan que quieren ser hombre para tener en todos los zaguanes y ascensores,
mismo privilegios importante porque plath y
en las camas.
storni tienen poemas así.
Una lluvia floja cae
-desamor/amor/desasosiego/soledad
como diluvio: ciudad de mundo
-muerte
que no conocerá la alegría.
-infierno/inframundo
Olores blandos que recuerdos parecen
Laberinto
tras tantos años que en el aire están.
-sus miedos/angustias/deseos escondidos
(allí referencia a sus sombras) Ciudad a medio hacer, siempre a punto
-si ves referencia a personajes míticos es de parecerse a algo
bueno apuntar
como una muchacha que comienza a
menstruar,
quiero bailar con ulises “Heureux qui comme precaria, sin belleza alguna.
Ulysse a fait un beau voyage”. Joachim du
Bellay Quiero invitar a bailar a Ulises, quiero Patios decimonónicos con geranios
beber con él y que me cuente de qué color donde ancianas señoras todavía sirven
eran los ojos del joven Aquiles. Quiero que chocolate;
me cante el canto de las sirenas y me diga de
sus noches de insomnio sobre las aguas del 22
Mediterráneo. Quiero saber de su patios de inquilinato
complicidad con Circe en la isla de Ea y de
sus extrañas ceremonias y encantamientos. en los que habitan calcinados la mugre y el
Quiero que Ulises me haga el amor y en la dolor.
cama me cuente cómo eran los vestidos de
En las calles empinadas y siempre
Helena y si Paris fue como lo pinta Rubens.
crepusculares,
13 Quiero saber qué vio en el país de los
Lotófagos, de qué color eran las montañas de luz opaca como filtrada
Eólide. Quiero que me cuente por qué
por sementinas láminas de alabastro,
regresó a Itaca.MC
ocurren escenas tan familiares como la
muerte y el amor;

estas calles son el laberinto que he de andar


bogotá, 1982 y desandar:

Nadie mira a nadie de frente, todos los pasos que al final serán mi vida.

de norte a sur la desconfianza, el recelo Grises las paredes, los árboles

entre sonrisas y cuidadas cortesías.


y de los habitantes el aire de la frente a los ya los fantasmas, las sombras me cercan y
pies.
tengo miedo.
A lo lejos el verde existe, un verde metálico y
Procuro dormir con la luz encendida
sereno,
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un verde Patinir de laguna o río,
y me hago como puedo a lanzas, corazas,
y tras los cerros tal vez puede verse el sol.
ilusiones.
La ciudad que amo se parece demasiado a mi
Pero basta quizás sólo una mancha en el
vida;
mantel
nos unen el cansancio y el tedio de la
para que de nuevo se adueñe de mí el
convivencia
espanto.
pero también la costumbre irremplazable y
el viento.
Nada me calma ni sosiega:
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ni esta palabra inútil, ni esta pasión de amor,

ni el espejo donde se ve ya mi rostro muerto.

Oídme bien, lo digo a gritos: tengo miedo.


tengo miedo

“…Todo desaparece ante el miedo. El miedo,


Cesonia; ese bello

sentimiento, sin aleación, puro y el oficio de vestirse


desinteresado; uno de los pocos De repente,
que saca su nobleza del vientre”. cuando despierto en la mañana
Albert Camus (“Calígula”) me acuerdo de mí,
Miradme: en mí habita el miedo. con sigilo abro los ojos
Tras estos ojos serenos, en este cuerpo que y procedo a vestirme.
ama: el miedo. Lo primero es colocarme mi gesto
El miedo al amanecer porque inevitable el de persona decente.
sol saldrá y he de verlo, En seguida me pongo las buenas
cuando atardece porque puede no salir costumbres, el amor
mañana.
filial, el decoro, la moral,
Vigilo los ruidos misteriosos de esta casa que
la fidelidad conyugal:
se derrumba,
para el final dejo los recuerdos.
Lavo con primor Sume usted

mi cara de buena ciudadana oficios, vocaciones, misiones y


predestinaciones:
visto mi tan deteriorada esperanza,
la cosa no es conmigo.
me meto entre la boca las palabras,
No es que me aburra,
cepillo la bondad
es que no sirvo para nada.
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Ensayo profesiones,
y me la pongo de sombrero
que van desde cocinera, madre y poeta
y en los ojos
hasta contabilista de estrellas.
esa mirada tan amable.
De repente quisiera ser cebolla
Entre el armario selecciono las ideas
para olvidar obligaciones
que hoy me apetece lucir
o árbol para cumplir con todas ellas.
y sin perder más tiempo
Sin embargo lo más fácil
me las meto en la cabeza.
es que confiese la verdad.
Finalmente
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me calzo los zapatos
Sirvo para oficios desuetos:
y echo a andar: entre paso y paso
Espíritu Santo, dama de compañía, Estatua
tarareo esta canción que le canto
de la Libertad, Arcipreste de Hita.
a mi hija:
No sirvo para nada.
“Si a tu ventana llega

el siglo veinte

trátalo con cariño

que es mi persona”.
conversación con mi hija

Muchas cosas pasarán sobre tu cuerpo

lluvia, deseos, labios, tiempo


el oficio de vivir
gastarán tu piel y por dentro tu alma.
He aquí que llego a la vejez
A menudo tendrás que saludar
y nadie ni nada
a la fe, a la esperanza, a la caridad.
me ha podido decir
Son cuestiones inevitables,
para qué sirvo.
usa la cortesía y santas pascuas. pero gocé de todas las virtudes:

Te acosarán a respuestas blanco sobre negro arrendé mi alma

y viva la civilización, te gritarán a la hipocresía: he traficado

y cuando entiendas por fin que el mundo con las palabras,

es redondo habrás perdido para siempre. con los gestos, con el silencio;

Sobre tus hombros la llevarás, cedí a la mentira:

a la civilización te digo, he esperado la esperanza,

vestida de gringa, o de sueca o de japonesa: he amado el amor,

esta dama lee a Platón, 34

se bendice las axilas con desodorantes, y hasta algún día pronuncié

32 la palabra Patria;

toma coca-cola y no permite acepté el engaño:

que la saluden con el sombrero puesto. he sido madre, ciudadana,

Usa siempre la cortesía y hija de familia, amiga,

no se te olvide, hija compañera, amante.

lavarte los dientes todas las mañanas Creí en la verdad:

y apagar la luz antes de dormir. dos y dos son cuatro,

María Mercedes debe nacer,

crecer, reproducirse y morir

patas arriba con la vida y en esas estoy.

“Sé que voy a morir Soy un dechado del siglo XX.

porque Y cuando el miedo llega

no amo ya nada”. me voy a ver televisión

Manuel Machado para dialogar con mis mentiras.

Moriré mortal,

es decir habiendo pasado Maldición

por este mundo

sin romperlo ni mancharlo. Te perseguiré por los siglos de los siglos.

No inventé ningún vicio, No dejaré piedra sin remover


Ni mis ojos horizonte sin mirar. Y perdí los aretes, la razón.

Donde quiera que mi voz hable ¿No hay en el alma

Llegará sin perdón a tu oído Una manera otra

Y mis pasos estarán siempre De vivir un desamor?

Dentro del laberinto que tracen los tuyos.

Se sucederán millones de amaneceres y de sobran palabras


ocasos,
Por traidoras decidí hoy,
Resucitarán los muertos y volverán a morir
martes 24 de junio,
Y allí donde tú estés:
asesinar algunas palabras.
Polvo, luna, nada, te he de encontrar.
Amistad queda condenada

a la hoguera, por hereje;


oración
la horca conviene
No más amaneceres ni costumbres,
a Amor por ilegible;
no más luz, no más oficios, no más instantes.
no estaría mal el garrote vil,
Solo tierra, tierra en los ojos,
por apóstata, para Solidaridad;
entre la boca y los oídos;
la guillotina como el rayo,
tierra sobre los pechos aplastados;
debe fulminar a Fraternidad;
tierra entre el vientre seco;
Libertad morirá
tierra apretada a la espalda;
lentamente y con dolor:
a lo largo de las piernas entreabiertas, tierra;
la tortura es su destino;
tierra entre las manos ahí dejadas.
Igualdad merece la horca
Tierra y olvido.
por ser prostituta

del peor burdel;


elegía
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Caminaba mirando el cielo
Esperanza ha muerto ya;
Y me fui de narices.
Fe padecerá la cámara de gas;
Ahora echo sangre por todas partes:
el suplicio de Tántalo, por inhumana,
Las rodillas, el aire, los recuerdos;
se lo dejo a la palabra Dios.
Mi falda se desgarró
Fusilaré sin piedad a Civilización
por su barbarie; reacomodar los muebles, limpiar las paredes,

cicuta beberá Felicidad. cambiar las cerraduras, romper retratos,

Queda la palabra Yo. Para esa, barrerlo todo y seguir viviendo.

por triste, por su atroz soledad,

decreto la peor de las penas:

vivirá conmigo hasta Tierralta

el final.

Esto es la boca que hubo, esto los besos.


Ahora solo tierra: tierra entre la boca quieta.

oda al amor

Una tarde que ya nunca olvidarás

llega a tu casa y se sienta a la mesa.

Poco a poco tendrá un lugar en cada


habitación,

en las paredes y los muebles estarán sus


huellas,

destenderá tu cama y ahuecará la almohada.

Los libros de la biblioteca, precioso tejido de


años,

se acomodarán a su gusto y semejanza,

cambiarán de lugar las fotos antiguas.

Otros ojos mirarán tus costumbres,

tu ir y venir entre paredes y abrazos

y serán distintos los ruidos cotidianos y los


olores.

Cualquier tarde que ya nunca olvidarás

el que desbarató tu casa y habitó tus cosas

saldrá por la puerta sin decir adiós.

Deberás comenzar a hacer de nuevo la casa,

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