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Encuentro 11/11 de la siesta, y la nube, y el halcón alto

alzado.
Eugenio Montale (1896- 1981) SESTEAR PÁLIDO Y ABSORTO

Selección de poemas
Al mediodía pálido y absorto
De Huesos de sepia junto al muro ruinoso de una huerta,
sentir en la maleza las presencias
In Limine de mirlos escondidos, de culebras.
Por la tierra o encima de las plantas
Goza si el viento que entra en el pomar curiosear la labor de las hormigas,
trae de nuevo la oleada de la vida: ya sea que se dispersen o se apiñen
aquí donde se hunde un muerto en la cima de su ínfima gavilla.
amasijo de recuerdos, Al observar a través del follaje
huerto no hay, sino relicario. las lejanas escamas del oleaje,
escuchar la cigarra que se obstina
El aleteo que sientes no es un vuelo, con su chirrido en la árida colina.
sino el conmoverse del eterno regazo; Y al alejarnos bajo el sol que ciega,
mira como se transforma este rincón sentirnos deslumbrados por la pena
de tierra solitario en un crisol. de saber que esta vida y su faena
es como recorrer una muralla
Ira en esta parte del escarpado muro. rematada con vidrios de botella.
Si avanzas penetras
quizá en la pesadilla que te salva:
Chirría la roldana del aljibe
se componen aquí las historias, los actos
borrados por el juego del futuro.
Chirría la roldana del aljibe,
sube el agua a la luz y se deslíe.
Busca una malla rota en la red
Tiembla un recuerdo en el balde
que nos estrecha, ¡salta fuera, huye!
colmado,
Vete, por ti lo he deseado —ahora mi
en el círculo una imagen ríe.
sed
Arrimo el rostro a evanescentes labios:
será más leve, menos acre la
se deforma el pasado, se hace viejo,
herrumbre...
le pertenece a otro…
La pena de vivir
Ah, se
queja
La pena de vivir ha menudo he
la rueda, en el oscuro pozo te hunde;
encontrado:
visión, ya la distancia nos aleja.
era el arroyo estrecho que borbota,
era el enroscamiento de la hoja
reseca, era el caballo desplomado. Tal vez un día andando por un aire de
vidrio
Bienes no conocí, más que el prodigio Tal vez un día andando por un aire de
que ofrece la divina era la estatua entre vidrio,
la somnolencia desolado, volviéndome, con terror de
borracho
veré hacerse el prodigio: desde cuando no había nacido la
el vacío detrás, la nada a mis espaldas. escritura.
Como en una pantalla de cine, aflorarán Se hizo después crónica y tradición
rehechos pero olía ya a muerto.
árboles, casas, montes: el engaño de La memoria viviente es inmemorial,
siempre. no surge de la mente, no se hunde en
Pero será muy tarde; me apartaré ella.
callado Se añade a lo existente como una
entre los hombres que no se vuelven, aureola
solo, con mi secreto. de niebla a la cabeza. Ya se ha
esfumado y es dudoso
que vuelva. No siempre tiene memoria
De ocasiones
de sí.

Quién sabe si algún día Recuerdo

Quién sabe si algún día tiraremos las Te llevarás contigo el último soplo
que sin saberlo llevamos sobre el de poesía; después una nube hinchada
rostro. de presagios funestos oscurecerá
Por eso es tan difícil identificar la luz que nos fue concedida.
a los hombres que encontramos. No fuiste un simple resplandor,
Quizá entre tantos, entre los millones, llegaste inesperada, voz de salvación.
hay Un sonido límpido emiten
uno en el que rostro y máscara los cristales cuando el viento
coinciden los roza, la claridad los hace brillar
y sólo él podría decir la palabra como incandescentes arcobalenos
que esperamos desde siempre. Pero es que iluminan en torno.
probable Alrededor el mundo se descolora.
que él no conozca su privilegio.
Quien lo ha conocido, si hubo alguno,
pagó su don con tartamudez o algo
peor.
No valía la pena encontrarlo. Su
nombre
fue siempre impronunciable por causas
no sólo de fonética. La ciencia
tiene, ciertamente, otras cosas que
hacer,
o no hacer.

La memoria

La memoria fue un género literario

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