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Introducción
Cinco textos dramáticos
En los parajes
de la muerte
Entre penumbra azulada, en el fondo En el centro, en un nicho gigantesco, La madre de todas las abuelas percibe
del escenario, entre acordes dramáticos en una mecedora, la madre de las cómo se agitan sus propias cenizas.
que infunden ambiente sonoro y abuelas siente que sus despojos se No logra entender lo que sucede. Había
suspenso escénico, los personajes estremecen con el aliento de un deseo dejado de sentir y de pensar y lo que
fantasmagóricos se mueven como si recóndito. Su espíritu no se resigna al más deseaba era desaparecer
no quisieran renunciar a sus gestos, a descanso eterno. La luz de un pálido para siempre en el agujero negro
las máscaras emocionales que reflejan amanecer contrasta las sombras y del olvido. Y, como en un sueño, la
todos los recuerdos en los que están entrega claroscuros que matizan los anciana oruga se mueve queriendo
atrapados. No han logrado deshacerse movimientos lentos de personajes extender los huesos carcomidos por
de los rastros de la vida: se debaten en fantasmales. Son la parentela de el tiempo, rebrotando de sí misma. La
el territorio fronterizo entre el apego por la gran abuela: los recuerdos más vieja se mece y se desenrosca desde
lo vivido y el olvido definitivo. Un lugar arraigados en la difunta que despierta. su propia tumba, emitiendo sonidos y
parecido al limbo, donde las almas a balbuceando palabras.
veces despiertan creyendo que están
en los andurriales de la vida.
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MADRE DE LAS ABUELAS: Dios mío, estoy dormida o apenas
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EL DESPERTAR El coro de fantasmas activa el artefacto escenográfico que despliega las varas
superiores, conformando la figura de una casa grande, de altas columnas.
La vieja reacciona, descubre a los nietos, a las hijas, al hijo de las guerras. Quiere
sentirlos, hablarles más cerca.
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CORO DE FANTASMAS: Tú que has estado con los altos con tus músicos y tus celebrantes y
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Cae de rodillas, angustiada, confundida con los parientes muertos que son Soplan vientos poderosos y de inmediato irrumpen los celebrantes de una feria
apariciones que le traen a la memoria lo que en vida quería olvidar. Aceza, no de sueños donde todos ofertan sus gestos, sus acciones y sus fascinantes
quiere saber nada de dolores ya pasados, respira y se va sosegando. Siente la productos sacados de la imaginación; resuenan címbalos y tamboriles y el mundo
presencia de Gabriel el secretista que pasa frente a ella. se estremece bajo los pies de estas almas sin pena que festejan lo asombroso.
Gabriel, en el centro del barullo, ofrece las visiones de lo eterno a través de su
MADRE DE LAS ABUELAS: Gabriel, Gabriel, es el único que me catalejo y deja que algunas almas visionen el final de los tiempos y los fabulosos
puede ayudar a comprender por qué paisajes que están más allá de lo que puede verse. La tribu delira frenéticamente.
sigo soñando en vez de extinguirme,
cuando estaba viva pensaba que el
secretista solo fingía y ahora sé que MADRE DE LAS ABUELAS: ¡Gabriel!, ¡Gabriel, ¡ven acá secretista!
es el único que conoce los misterios
que hay entre la vida y la muerte. Gabriel, aparece detrás de la vieja, de manera natural, como si hubiera venido de
¡Gabriel!, mago, secretista, arcángel la vecindad. La madre de las abuelas, se encomienda al sagrado rastro de los que
andariego, ¡te invoco para que vengas no dejaron huella.
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SECRETISTA: Me has llamado, madre de las abuelas. MADRE DE LAS ABUELAS: La muerte es una casa desolada y el
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SECRETISTA: Si estuvieras viva me pedirías un SECRETISTA: Vamos al grano abuela, ¿qué deseas?
ungüento para el dolor de coyunturas.
Ahora, cuando no necesitas nada, ¿por MADRE DE LAS ABUELAS: He decidido volver a vivir y tú conoces
qué invocas mi alma? el camino que lleva de la muerte a la
vida. Quiero visitar a los vivos que aún
MADRE DE LAS ABUELAS: Quería conocer la eternidad y me dormí me quedan en la tierra.
para siempre. Ahora me ha despertado
la piquiña, porque estoy volviendo a SECRETISTA: No es aconsejable, desandar los pasos
sentir el cuerpo. Por eso te llamo, para puede resultar doloroso.
que me des una pomada y me hagas
un rezo. MADRE DE LAS ABUELAS: Yo distingo entre una decisión y un
capricho. Estoy decidida.
SECRETISTA: Ahora bromeas, eso es una buena
señal. En los últimos años eras amarga SECRETISTA: Desencarnar y encarnar no es un juego
como una naranja grey. ni puede ser una decisión caprichosa.
MADRE DE LAS ABUELAS: Déjate de vainas, la lluvia ha vuelto a MADRE DE LAS ABUELAS: No preguntes motivos, para eso eres
mojarme y estoy sintiendo escalofríos. adivino.
SECRETISTA: Estás resfriada, necesitas que te SECRETISTA: Vamos por el sagrado laberinto y si
embalsamen de nuevo. algo ocurre, que sea distinto.
MADRE DE LAS ABUELAS: Lo peor, Gabriel, es que me están Alrededor de la estructura escenográfica gira el coro de fantasmas. El secretista
llegando recuerdos. y la madre de las abuelas, deciden emprender el viaje a los límites que hay entre
la muerte y la vida: caminan alrededor de la estructura, con paso firme y leve,
SECRETISTA: Menos mal tienes deudos. entrecruzándose con los espectros que marcan el movimiento de la rueda de la
existencia, entre la luz y la penumbra.
MADRE DE LAS ABUELAS: Eso me trae mal sentimiento.
CORO DE FANTASMAS: Sigan caminando
SECRETISTA: Cuando el cuerpo muere perecen los adelante, atrás
sentidos y solo queda el espíritu, que es caminar y caminar
etéreo. sigan caminando
de manera circular.
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Andar con la vida los ejércitos derrotados, con solemnidad marcial, desfila de la mano con una niña
Cinco textos dramáticos
Pilar Bacana, lanza las cartas, con el tono de las adivinas, sugiriendo enigmas.
La madre de las abuelas, pierde la paciencia y opta por marcharse sin prestarle
atención a quien aún considera de baja estofa.
EL CEMENTERIO
a los que estaban bailando!
La voz de Petra la Cantadora estremece con su lamento visceral. Las voces se van
encontrando alrededor del cuerpo caído y cantan en primera persona como si a
cada uno también lo hubiesen matado.
La madre de las abuelas y el secretista, caminan orientándose en los cenagosos
JOSÉ ÁRBOL: (Petra y el coro)
caminos de la niebla y el olvido. Escuchan el sonido del tambor y la vieja se
A mí me mataron
conmueve porque recuerda a su hijo mayor y encuentra el lenguaje inconfundible
a mí me mataron
de los latidos de su corazón. El tamborero toca en el centro del octágono
dejaron mi tambor
de arena y la muerte danza alrededor, primero en forma suave y luego en
solitario, solitario
crescendo. Cuando termina la descarga percusiva, el tamboreo levanta el
a mí me mataron
tambor como un trofeo, todos aplauden y vitorean. De repente, sin que nadie
a mí me mataron
lo espere, suenan disparos que impactan al tamborero. La vieja no quiere ver,
las caderas de su amor
se refugia en la cercanía con Gabriel. El tamborero cae y queda extendido
quedaron sin sus manos
junto a su instrumento. Se escuchan voces, rumores polifónicos, cuerpos
que siempre resonaron
aterrados que se desplazan, en el escenario. La fatal noticia taladra los oídos
en el viento de la noche
de la madre de las abuelas: “Al tamborero lo mataron”. El dolor de la madre
a mí me mataron
es desgarrador, dentro de ella acontecen todos los dolores. Los fantasmas
a mí me mataron
levantan cruces gigantescas y el paisaje escenográfico es un cementerio
las caderas de su amor
descomunal.
quedaron sin sabor
CORO DE FANTASMAS: Al tamborero lo mataron árboles entristecieron
mientras estaba tocando lloraron los rumberos
el muerto siguió sonando a mí me mataron
recordando los maltratos a mí me mataron.
era un muchacho enorme José Árbol, muerto, fantasma en el mundo de los delirios imborrables, se
que había nacido cantando endereza y comienza a caminar lentamente, encabezando su propio funeral. El
fue tomado como ejemplo secretista intenta que la madre de las abuelas siga caminando, pero la mujer no
por la entraña de su pueblo. puede y revive el sufrimiento. Es el dolor de todas las madres.
Lo calumniaron sin derecho
pero los jóvenes siguieron MADRE DE LAS ABUELAS: ¡Hijo llévame contigo!
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El secretista, conmovido, la consuela. La muerte alza el tambor, en el centro de la HERMANA: Yo solo quería bailar un rato y me
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MADRE DE LAS ABUELAS: ¡Paren la fiesta, cierren las ventanas, la torre del cementerio, la muerte se siente abatida, no alcanza a comprender los
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CUARTO MOVIMIENTO:
hijos, mi ejército de derrotados.
El nieto delirante, camina entre los cuerpos con los ojos desorbitados,
enloquecidos por lo que ha vivido, por lo visto y lo sentido.
Da cifras, habla de muertos.
El nieto delirante, psicótico, golpeado por las matanzas, sigue lanzando sus
frases entrecruzadas con movimientos del que no puede tener tranquilidad. Es un
alma en pena, obsesiva, que no ha tenido paz.
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NIETO DELIRANTE: Dabeiba, el Salado, Segovia, Uribia, NIETO DELIRANTE: Cuidado abuela, puedo caer de nuevo
Cinco textos dramáticos
NIETO DELIRANTE: Uno a uno, fueron matando a todos, CORO DE FANTASMAS: En el tren de los desaparecidos nos han
obedeciendo a la intención de los llevado a conocer
señores de las tinieblas, en un montañas de muertos que se quedan
país donde los problemas se han sin esclarecimiento
resuelto cegando vidas y cometiendo para que perdamos el rumbo y no
atrocidades. tengamos coordenadas
para que nos mantengamos en silencio
MADRE DE LAS ABUELAS: Un país infame, un país desequilibrado. y no digamos nada.
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El nieto delirante sigue con su tren de palabras que no cesan, acompañado por las PILAR BACANA: Así es vieja, si sufres no llegas; en
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QUINTO MOVIMIENTO:
¿Cómo la ves suegra? Podría ser su
prima, pero soy tu nuera.
LAVAN LA SANGRE
desfavorecidos y desperté a los
tímidos.
En el camino iluminado, a la altura del proscenio irrumpe Pilar Bacana, como PILAR BACANA: Vieja, en la morada de los difuntos
si estuviera esperando a la vieja. Tiene el desenfado y el humor desafiante que todos bailamos libres de prejuicios.
incomoda a la madre de las abuelas.
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MADRE DE LAS ABUELAS: No señora, en la muerte no todo es al en honor a la Virgen.
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La Virgen de los Remedios, consuela a la niña, le entrega el bálsamo de su afecto SECRETISTA: Abuela, déjate llevar por el camino que
protector, la limpia, la abraza con amor y la lleva hasta un punto de la rampa anda, para que desandes el tiempo y
donde se sientan un instante. Las mujeres expresan una plegaria nacida de las salgas de la muerte libre de agonías. El
entrañas. resto son visiones y recuerdos.
CORO DE MUJERES: Virgen de los Remedios MADRE DE LAS ABUELAS: ¡Gabriel!, ¿dónde estabas?
gran virgen de sanación
señora de las ultrajadas SECRETISTA: Mirando lo que los mortales no pueden
las que fueron olvidadas ver.
las que fueron desoladas
virgen que brotó en dolor MADRE DE LAS ABUELAS: Entonces, ¿la viste?
maltratada sin compasión
víctima de los pervertidos SECRETISTA: Si, la vi, es el esplendor de la magia
sacrificada por la violencia sanadora.
virgen pura transparencia
Virgen de los Remedios MADRE DE LAS ABUELAS: Hermosa, etérea y sanadora. Pasaste
gran virgen de sanación por la vida como suspendida en
señora de las ultrajadas un sueño. Cuando vuelva a la vida
las que fueron olvidadas lo primero que voy a hacer es ir al
venimos a festejar tu voz. Vaticano para que te canonicen nieta
mía.
La Virgen de los Remedios desaparece después de estar en lo más alto de la
rampa- balancín y la madre de las abuelas queda en primer plano, entre el dolor La madre de las abuelas gira y se fija en la imagen de Remedios la nieta, virgen
y el fervor, afectada por las visiones que acaba de tener y por las emociones que transfigurada en persona, caminando en lo alto de la casa.
está sintiendo.
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SEXTO MOVIMIENTO: SECRETISTA: Estamos enrollando de nuevo los pasos
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LA MORADA DE
propia vida que nunca ha sido mía,
siempre perteneció a los demás, a la
familia, un manicomio sin remedio. No,
Los hermanos gemelos, parecidos y distintos, nietos de la madre de las abuelas, Las dos hermanas se desplazan por la estructura mientras los dos hermanos
en otro punto, compiten en el balancín de los desequilibrios, por el corazón de se balancean en el plano de fondo, en el patio de atrás de la casa. Juegan sobre
Petra la cantadora. el balancín y compiten; riñen, se abrazan y cambian de sitio y se equilibran y
desequilibran, buscando los conflictos y las afinidades en la semántica de los
El coronel, hijo de la vieja, viejo también, está contemplativo y tormentoso, viendo cuerpos. Se sientan y conversan.
los altibajos de la vida y recordando siempre a su esposa, que murió estando
aún muy niña, antes de madurar para el amor, para la vida y para la muerte. La NIETO PARRANDERO: Llegué primero, estás perdido.
pequeña consorte del guerrero tiene rostro de ausencia y palidez de porcelana.
NIETO DELIRANTE: A veces ganas, a veces pierdes.
El tamborero, el otro hijo de la vieja, al que mataron en una fiesta, en la regresión
de los recuerdos, se regodea con Pilar Bacana, como lo hicieron en vida, cuando NIETO PARRANDERO: La cantora me pertenece.
la mujer inició al muchacho grandote en el arte de las pasiones que sobreviven
a la muerte. NIETO DELIRANTE: Ella quiere estar conmigo.
La vieja continúa meciéndose, recapitulando, relacionándose con cada detalle NIETO PARRANDERO: Yo estuve gozando con esa hembra.
de la casa. La hermana de vientre voraz y la hermana de corazón de piedra crean
imágenes corporales que acentúan en relación con el movimiento general de las NIETO DELIRANTE: Eres un sinvergüenza con suerte.
acciones simultáneas. Discuten las hermanas con el movimiento de las cabelleras
y con las palabras. PETRA LA CANTADORA: Ustedes señores que están creyendo ,
el amor es una rifa que nadie adivina.
HERMANA DE VIENTRE VORAZ: Devuélveme mi secreto, no lo vayas a
lanzar al viento. Petra, la cantadora, detiene el balancín y luego participa de las acciones y el
suspenso, jugando en las variaciones del balanceo.
HERMANA DE CORAZÓN DE PIEDRA: No eres nadie, solo un fantasma que
llora. NIETO PARRANDERO: ¡Tú eres aburrido, allá y en el más acá!
HERMANA DE VIENTRE VORAZ: También sonrío cuando estoy NIETO DELIRANTE: Hermano de nuevo serás el afortunado.
enamorada (Lanza una carcajada).
PETRA LA CANTADORA: Los dos me gustan, los dos me
HERMANA DE CORAZÓN DE PIEDRA: Quiero tener un amor para siempre. asustan.
¡Lotería de corazones para los varones!
MADRE DE LAS ABUELAS: Niñas aprendan a refregar una prenda
y no pasarán vergüenza, sean devotas
y tengan virtudes para no seguir siendo
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CORONEL: Antes de amar la guerra de manera MADRE DE LAS ABUELAS: ¡Basta!, vayan a hacer oficio y dejen de
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MADRE DE LAS ABUELAS: Cuando decidió casarse, le dije que la Las dos se miran como serpientes e intentan clavarse los colmillos. La madre de
prometida era muy niña, que esperara, las abuelas las separa con un solo movimiento y una sola voz. El extranjero se
pero era terco y terminó siendo el esfuma. El fantasma de José Árbol, el tamborero, toma a la hermana de vientre
esposo de una novia que aún estaba voraz que ríe y grita para que la hermana de corazón de piedra lo sepa.
en la escuela. Ella necesitaba seguir
HERMANA DE VIENTRE VORAZ: Hermana nunca gozarás y tu lecho
jugando y la volvieron adulta antes de
nupcial será la soledad.
tiempo.
HERMANA DE CORAZÓN DE PIEDRA: ¡Eres amante de nuestro hermano y lo
Pilar Bacana, suelta una carcajada estruendosa porque el tamborero está sacando
tenías escondido!
música de su cuerpo. Todos los fragmentos de la casa se animan y una música de
fondo inaugura un ambiente de fiesta casi solemne porque las hermanas cumplen MADRE DE LAS ABUELAS: No sigan, las venganzas comienzan en
años y las están presentando en sociedad. La madre de las abuelas, sentada casa y pudren las almas.
en el centro, en su mecedora matriarcal, observa el baile que se inicia con los
compases de un vals. El favorecido es un extranjero que va de paso y tiene porte La madre de las abuelas manotea, las espanta, intentando apaciguarlas. Se agita,
de caballero, vestido de blanco lino, con sombrero panamá y cierta elegancia pero sigue dando indicaciones para que arreglen la casa. Los hermanos colocan
foránea. Baila primero con la hermana de vientre voraz y luego con la hermana el balancín a manera de rampa. El coronel aparece, arrogante y despótico, como si
de corazón de piedra. Ambas se lucen, quieren seducir al extranjero y danzan fuera un monumento. La madre de las abuelas deja atrás el lío de las muchachas
llevando el ritmo y adornando los pasos, hasta que se rozan y chocan furiosas, y se concentra por completo en la imagen de su hijo.
pugnaces. Mientras tanto, como en una fiesta, los otros personajes, en plano de
fondo, desarrollan pequeñas situaciones. CORONEL: Los dueños de todo lo que existe a
miles de kilómetros a la redonda, se
HERMANA DE CORAZÓN DE PIEDRA: Apártate de mi camino o soy capaz de empeñaron en acabar mi existencia
acabar con tu belleza. porque yo encarné los símbolos de la
revuelta y me negué a pintar de azul las
HERMANA DE VIENTRE VORAZ: Eres miserable y terminarás tejiendo tu casas de mi pueblo que siempre fueron
desgracia sin conocer el amor. blancas.
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MADRE DE LAS ABUELAS: Y siguieron siendo blancas para que se LA MUERTE: El cese de la guerra está de nuevo
Cinco textos dramáticos
LA MADRE DE LAS ABUELAS: ¡Carajo nos llenamos de muertos, la Retoman el camino, mientras el coro de fantasmas transforma la estructura
casa es un gran panteón y solo reinan escenográfica e instala la estrella de la fiesta. La sensación es de plaza pública en
fantasmas y soledades!, ¡ya no más!, plan de fiesta.
¡cojan oficio!
CORO DE FANTASMAS: En la altura del cielo y en la dureza del
Las hermanas se retiran, la madre de las abuelas habla firme y mueve las manos suelo
como quitando las telarañas del recuerdo. El nieto parrandero, con desenfado y donde la mentira empaña la verdad
buen humor, le habla y la sorprende. purifica
donde el dolor se cura se superan los
NIETO PARRANDERO: ¡Abuela, abuela!, ¡no vayas a poner más duelos
luto!, danos el espacio que la fiesta ¡qué cambien los tiempos y nazcan
necesita para que en la muerte también seres nuevos!
se mueva la alegría.
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SÉPTIMO MOVIMIENTO: SECRETISTA: Recuerda que las ilusiones son
Cinco textos dramáticos
EL FANDANGO
para despedirme, porque ya me voy
para la vida. Nunca pensé que me
quisieran tanto.
El nieto parrandero está con Remedios, la nieta, persuadiéndola para que cambie
el tocado y deje el velo sacro.
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El nieto parrandero logra encender la mecha del baile y con las ganas de seguir la De súbito varias ráfagas de disparos barren el espacio de la fiesta y casi todos
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LA RESURRECCIÓN
MADRE DE LAS ABUELAS: Gabriel, mago, secretista, arcángel
andariego, gracias por tu compañía, por
tu palabra infinita. Ya nos veremos de
nuevo.
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La maldición
Cinco textos dramáticos
Personajes: Yocasta.
Eteocles.
Polinices.
Antígona.
Ismene.
Edipo.
Creonte.
Adivina ciega.
Coro de mujeres tebanas.
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YOCASTA: Hermosos mis niños, semejantes y
Cinco textos dramáticos
LOS ESTRAGOS La imagen se deshace y Edipo se pasea por el proscenio, cantando su gloria a la
ciudad de Cadmo y observando el esplendor de Tebas, mientras los bloques son
DEL DESTINO movidos por el coro para crear un espacio mágico, una fuente oracular, un lugar
donde los vaticinios emergen en el ambiente de los sueños.
ADIVINA: En los juegos de la vida, danzan el ADIVINA: De la gloria al fango hay un solo paso
esplendor de los sueños cumplidos y lo divino es inexplicable, los dioses
y la angustiosa sensación de estar cometen errores demasiado humanos.
atrapada en una pesadilla sin salida.
Las visiones que la adivina deletrea en el agua de la fuente se desdoblan: los dos
YOCASTA: ¿Qué visiones son esas? Algún dios hermanos, Eteocles y Polinices, se adelantan y dejan ver los instintos agresivos
vengativo te ha ordenado empujarme al en una fiera batalla. Antígona e Ismene observan con incredulidad y Yocasta se
abismo de mi propio desastre. llena de estupor, gira, delirante, agita el cabello suelto y grita que está viendo una
laguna enrojecida.
La pitonisa entra en trance, canta, habla, muestra lo que no se puede ver y
Yocasta reacciona con angustia delirante, como si no quisiera admitir lo que está En otro plano, Antígona e Ismene, escuchan los gritos de la madre y se relacionan
presintiendo. entre sí. Antígona mira a la hermana con calidez, le da confianza y trata de
hacerla sentir bien. Los muchachos enceguecidos por la ira disputan por una
YOCASTA: Nada digno resulta predecir desgracias nimiedad y se empujan y se reclaman, como si estuvieran anticipando la reyerta
y ocasionar malos augurios. que se avecina.
ADIVINA: Los cantos interminables del insomnio ANTÍGONA: Como fuego y agua se atacan y se
llenaron de silencio la conciencia y los acaban, así como se odian y se aman.
palacios levantados en el paraíso se
derrumbaron para siempre. ISMENE: Dos almas, dos bestias, una cascada
incendiada, una laguna enrojecida.
YOCASTA: Ya desgarré mis atuendos y
resquebrajé la razón para no tener Ismene, sensible, se asusta y palpa lo intangible, mientras Yocasta, al mismo
oportunidad con los sentimientos tiempo, en otro plano del escenario, sufre y siente que todo estalla en una gota de
vanidosos. sangre que se esparce y se multiplica.
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ANTÍGONA: El rey, nuestro padre, que también es EDIPO: He huido del destino para encontrarme
Cinco textos dramáticos
SEGUNDO MOVIMIENTO: bloques, giran alrededor, lo zahieren sin clemencia y se alejan y conforman un
punto de coro.
Edipo estira las manos crispadas por encima de las paredes de su torre simbólica,
de su mundo interior, como si fuera a tomar una dolorosa decisión. Yocasta se
LA MIRADA DE EDIPO lamenta. Edipo, grita con horror, castigándose a sí mismo. Todo cambia en su
dramática existencia.
Edipo, se siente solo, de repente deja de oír los murmullos de Tebas, respira,
piensa, se contempla y ve un hombre que ya no puede ver.
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EDIPO: Con Yocasta conocí el amor y la
TERCER MOVIMIENTO:
Cinco textos dramáticos
JUEGOS DE INFANCIA
de una realidad monstruosa que me
persigue sin descanso. Me pesa el alma
y sin embargo ardo por dentro, siento
que me incendio y quisiera rebelarme
contra la crueldad de un dios insensato
que me ha condenado por culpas En un campus del palacio: a un lado, tres pares de pilares paralelos formados
ajenas. con los bloques, donde los jóvenes Eteocles y Polinices reciben instrucción
física por parte de Creonte; en otro plano Ismene, sola, gobernada por miedos y
Antígona lo alcanza, lo abraza, le toma una mano y le canta. dudas, sube y baja por una escalinata de manera reiterada y al fondo, en una torre
pequeña está Yocasta, reina que contempla a los hijos y al hermano, todavía no
CORO DE MUJERES: Se arrancó los ojos: Dos veces ciego/ ha caído bajo el signo trágico. Antígona evoca a los hermanos jovencitos, recién
Solo silencio: Perdió la calma /Angustia escapados de la infancia. Recuerda, trae las imágenes del pasado.
y niebla: se arrancó los ojos…
ANTÍGONA: Mis hermanos crecieron como árboles
ANTÍGONA: Se arrancó los ojos: se arrancó el alma. destinados a la grandeza. Ellos fueron
No encontró salida: renunció al trono. consentidos y siempre consiguieron
Era el mal paso de un dios sus deseos. Se imponían en los juegos
enceguecido. y nos hacían aparte como si fuéramos
La caída de un sol en el oscuro abismo. menos capaces. Mi hermanita y yo
jugábamos a lo nuestro. Soy la mayor
Resuena un golpe seco que rompe el silencio. El tiempo cambia. Todo se difumina y eso me dio liderazgo cuando los
en la penumbra. El coro de Tebanas mueve los bloques y prepara el espacio. muchachos declinaban o se metían
en problemas y había que ayudarlos.
Ismene es la menor y para ella todo ha
sido más difícil. Ha sido dura la escuela
con los muchachos, desde pequeños
mostraron más carácter.
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El recuerdo de Antígona se desvanece y el escenario se llena de oscuridad. Por ANTÍGONA: Tarde o temprano lo alcanzaré para
Cinco textos dramáticos
CUARTO MOVIMIENTO:
caminan, en el plano del proscenio. Van rumbo al oráculo y dejan sentir sus
presagios. La reina lleva una flor de sangre en sus manos y la vieja que vaticina
canta tañendo las fibras del alma.
ENTRE TINIEBLAS
reo de sí mismo
muriendo vive
Edipo tu amado hijo
Y DESTELLOS
el rey amado
reo de sí mismo
muriendo vive Edipo
tu amado hijo
el rey amado
En una escalera doble, en un lugar del palacio, Antígona e Ismene observan la reo de sí mismo.
lejanía, como vislumbrando al padre errante que ahora es mendigo sin consuelo.
Yocasta y la adivina, contemplan la flor de sangre que se vuelve topografía de los
ISMENE: Mi padre deambula dando tumbos destinos. Ven la insistencia del conflicto fraternal, el dolor que sobrevendrá. En la
y tropiezos, acompañado solo de su escalera doble de perfil piramidal, al fondo, emergiendo de la oscuridad, aparecen
bastón de ciego. He llorado viéndolo los príncipes que se confrontan sutilmente, escalón a escalón, desafiando con los
alejarse y he temido su verbo gestos y los movimientos, buscando, cada uno, el escaño más alto.
desgarrado maldiciendo la simiente.
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POLINICES: Hermano, estuvimos enamorados átomo infinito
Cinco textos dramáticos
QUINTO MOVIMIENTO:
escuchaba los estallidos del mar contra
las rocas. Mi padre te reprendió y no
corregiste nada.
YOCASTA Y LA
es rey. Tenemos que borrar las huellas
de la desgracia y empezar un ciclo
distinto.
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Cinco textos dramáticos
SEXTO MOVIMIENTO:
LAS PASIONES
MÁS RECÓNDITAS
En silencio, la reina expresa sus conflictos interiores, de pie, mirando el
espejismo rojizo que tiñe el horizonte. Los personajes están en el patio, en un
ambiente palaciego, donde reina algo alarmante. Es como si la peste del miedo y
la desconfianza se estuviera apoderando de Tebas. Por un lado, Antígona habla
con Eteocles y en el otro Polinices trata de soportar a Ismene.
ETEOCLES: Ve y suplícales a los dioses que yo me ANTIGONA E ISMENE: Su problema era del alma.
encargo de responder a los hombres.
YOCASTA: Adivina, yo sentía las cosas de manera
ISMENE: Polinices, me siento sola, tengo delirante y mi mente era un cataclismo.
pesadillas, quiero conversar contigo. El rey fue esclavo de sus pasiones más
recónditas.
POLINICES: Eres pequeña y no alcanzas a
comprender la turbulencia que nos ADIVINA: No sufras de manera innecesaria, aún
envuelve. estás en condiciones de entender el
ovillo de la vida. Es prudente encontrar
ISMENE: Hermano, mi soledad es más grande la sencillez para desenredar lo
desde que tu soledad me ha dejado. intrincado y conseguir la calma a la
hora del último sueño.
POLINICES: Cállate niña, debo ocuparme en cosas
que requieren toda mi atención. Los personajes reaccionan al unísono y se alejan. Solo quedan Ismene y Creonte
que la mira fijamente.
En el patio del palacio, los personajes se ubican acercándose a la reina. Cada
uno está solo, pero todos se juntan y estando cerca mantienen las distancias y ISMENE: Mi tío me da miedo, siempre, desde
solo los reúne los conflictos latentes. Hablan, se desplazan por los recuadros niña, por la forma como mira, por
del patio, cambiando de direcciones, esquivándose mutuamente. Es un juego de la paciencia que tiene para estar en
apariencias y franquezas. silencio cuando todos están muy
agitados. No se nota, pero siempre está
YOCASTA: Con mi nombre saciaron sus odios presente.
personales. Primero me llamaron
insensible, después creyeron que había Ismene, percibe la presencia del tío, se incomoda, gira y cuando se retira, sus
perdido la razón y nadie se apiadó de ojos se cruzan con los de Creonte, que ríe en silencio, enigmático, dueño de la
mi dolor. situación.
ADIVINA: Edipo podrá entender lo que no puede Enfocado en un haz de luz que deja ver el claroscuro de su carácter turbio y frío,
verse y sus palabras arderán en el sin espasmos emotivos, habla. Dice las palabras como si estuviera hablando con
silencio. el reflejo de su conciencia.
SÉPTIMO MOVIMIENTO:
POLINICES: Ojalá sea posible renovar las
posibilidades que cada uno tiene frente
a los demás.
DE CREONTE POLINICES:
ante sus problemas.
CREONTE: No estoy de acuerdo, son muy jóvenes POLINICES: Somos hermanos no contrincantes.
y no tienen experiencia. Prefiero que hablemos primero y
agotemos la posibilidad de un acuerdo.
ETEOCLES: ¿Qué somos muy jóvenes?
CREONTE: Quiero sugerir una salida para el bien
POLINICES: ¿Que no podemos gobernar? de todos, con el ánimo de conseguir
equilibrio en la balanza.
Creonte se retira, se hace a un lado y los dos hermanos, convencidos de su poder
y de su fuerza, conversan y construyen un pasillo, como retando las opiniones del El tío y los príncipes, en el plano de fondo, ubican tres bloques, como doseles,
tío. donde se paran o se sientan mientras conversan de manera inaudible; parece
como si discutieran con vehementes argumentos. Creonte trata de ser ecuánime
POLINICES: Creonte es una serpiente de siete en sus acciones e intenta mesurar a los hermanos.
cabezas.
OCTAVO MOVIMIENTO:
sierpes!
NOVENO MOVIMIENTO:
su sombra en cada paso que damos.
Es como si nos mirara desde la grieta
de una pesadilla.
Cuando terminan el recorrido, las dos muchachas se apuran y hacen caer los
EL LABERINTO
bloques, uno tras de otro, como fichas de dominó que se van cayendo de manera
sucesiva.
94
DE LO INCIERTO 95
Queda instalado en el suelo un bosque de bloques verticales, un laberinto de
Cinco textos dramáticos
Ha crecido de repente, pero quiere seguir siendo niña. Las tebanas miran a la
muchacha y la llaman, con ecos, con voces musitadas. Antígona, canta el nombre
de la hermanita y se acerca con sigilo. Son momentos densos, impregnados con
el aire pesado que precede las batallas.
96 97
ISMENE: También han llegado cartas secretas alianza con los sanguinarios enemigos.
Cinco textos dramáticos
DÉCIMO MOVIMIENTO:
nos permiten ser persistentes.
LOS JUEGOS
perverso que de antemano vamos
perdiendo.
DE LA INFAMIA
ANTÍGONA: Cállate niña, no tienes edad para
razonar con pesimismo. Volvamos a
la fábula del pájaro que resurge de las
cenizas y sobrevuela los escombros.
El coro de tebanas acompaña los pasos de las dos hermanas. Sobre los bloques Cae la noche azulada y el panorama cambia. Yocasta al fondo, en el centro,
verticales el desequilibrio es una fuerza que expresa lo inestable de la vida y lo parada en un bloque-escaño, mira dos escaleras de bloques, una frente a la otra,
incierto de las relaciones humanas. separadas por la grieta de la discordia. Son arquitecturas idénticas, escalones
para mirar frente a frente y amenazarse mutuamente.
CORO DE MUJERES: Con ira y rencor fraternal, Polinices ha
llamado usurpador a su hermano el rey.
Los dos hijos han llegado a un punto culminante de la disputa. Los escalones
No perdona afrentas y se ha investido
son espacios recurrentes para cambiar de posiciones y ascender en el nivel de
de rabia, profiriendo terribles
tensión que cada uno expresa. Son acciones significativas de los cuerpos -de los
amenazas.
músculos y los gestos-, que refuerzan los textos verbales y proyectan metáforas
No siente remordimiento porque pactó
emocionales.
98 99
POLINICES: No quisiera destruir la casa de los La madre sabe que los dos son la misma sangre y derramaran la vida en el campo
Cinco textos dramáticos
Edipo, fustigado por los vástagos que en otro momento fueron motivo de orgullo
paternal, enfurecido por el trato recibido, derrotado y colérico, en estado de
angustia ciega, dice lo que tal vez jamás debió pronunciar.
LA DIAGONAL LA MALDICION DEL REY CIEGO: Hijos de mi sangre y mi deseo,
DEL TORMENTO
indolentes y desagradecidos, espero
que jamás tengan paz, porque han
ofendido a su progenitor y lo han
humillado públicamente para quedarse
con riquezas y privilegios. Los he
Con los bloques las tebanas conforman una diagonal que cruza el escenario, criado con los más altos valores para
como un largo sendero que lleva al destierro. En un ángulo, al fondo, Yocasta, los que terminaran pisoteando el respeto
hijos, las hijas y la adivina, observan desde los parapetos de la ciudad amurallada. y la ética, teniendo la vileza como
estandarte y mi dolor como trofeo.
Yocasta piensa en Edipo, lo imagina entre los espejos rotos de su desgracia. Espero que la única herencia que
Recuerda cuando Eteocles y Polinices lo despojaron de todo, del trono, de las compartan sea la agonía ponzoñosa de
riquezas, inclusive de la dignidad. El rey derrotado por su propia mano, trastabilla, los alacranes. ¡Los maldigo, qué sean
recorriendo la diagonal. víctimas de ustedes mismos!
POLINICES: Padre mío, bien hubieras podido ETEOCLES: Viejo loco, solo habla tu resentimiento
ser discreto y apartarte en silencio y el odio que ya traías en la sangre
comprendiendo que lo tuyo había porque tu padre nunca quiso
terminado. No esperes lo que no has engendrarte. ¿Qué quieres que
dado porque siempre estabas ausente, agradezcamos?, ¿tu incompetencia,
ocupado en los deberes del poder. tus estúpidas supersticiones, tu
102 103
grandilocuencia mentirosa de soberano Tiene bien merecido el destino que le
Cinco textos dramáticos
Yocasta corre, pide que busquen a Antígona, quiere decirle algo urgente, empieza
a desvariar porque el dolor le nubla la razón. El combate entre sus hijos es
inevitable y ella está en el centro del espacio destinado para la sangrienta cita.
Lo sabe, se lo dijo el oráculo: “una cascada incendiada, una laguna enrojecida”.
DÉCIMO TERCER
Extenuada, se desvanece y queda inerme.
MOVIMIENTO:
reina le duele el útero como si tuviera una espina clavada en lo más sensible de
su ser. Quisiera morir y no se atreve a quitarse la vida. Madre e hija se toman de
las manos y giran eufóricas. Antígona llama a sus hermanos, expresa que los ama
y que no entiende lo que pasa.
Ismene, recorre el círculo, pisando sobre las espinas, mientras Yocasta agoniza
EL COMBATE por dentro. Las dos hijas retiran a la madre del círculo de batalla.
110 111
YOCASTA: ¡Apolo!, no fueron los ojos los que Edipo La escalera imperial está levantada del fondo hacía adelante y su último
Cinco textos dramáticos
DÉCIMO CUARTO
tendrá el castigo que se concede
a los traidores: su cuerpo quedará
abandonado a la intemperie para que
En lo alto del poder, sobre la cima de una escalera al vacío, Creonte sonríe con la
satisfacción del que ha cumplido un propósito supremo. Se escucha el estruendo
112
LOS ESCOMBROS 113
Yocasta, no soporta el decreto de su hermano. Corre, hace mover las bases del ANTÍGONA: No puedo creer que el nuevo rey
Cinco textos dramáticos
DÉCIMO QUINTO
ANTÍGONA: Creonte, el hermano de nuestra madre,
el tío de todas las desgracias, el que
ahora reinará desconociendo la sangre
MOVIMIENTO:
derramada. Piensa que ha realizado
su más alto propósito porque ahora
es el señor de un reino de cadáveres
y de ofensas contra la vida. ¡Está
equivocado!
DÉCIMO SEXTO
Polinices te evocará la primavera/ Tus
cenizas libres en el ocaso/ En la noche
vuelan con los astros/ Polinices te
MOVIMIENTO:
evocará la primavera/ Cuando el fuego
arda con tu nombre/ Y el agua caiga en
la tierra…
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Cinco textos dramáticos
Yocasta , encuentra una flor blanca bajo los escombros, aparta los pedruscos y
se sienta sobre los bloques caídos, tiene la mirada fija en algo que traspasa las
apariencias.
Las tebanas miran de frente el paisaje desolador, tal vez sintiendo que son
capaces de sobreponerse a todas las desgracias. La luz se apaga, lentamente,
poniendo punto final a la maldición del rey ciego.
120 121
Cinco textos dramáticos
122 123
Cinco textos dramáticos
PRIMER MOVIMIENTO: Se carga de motivos y de rabia, salta y eleva los brazos una y otra vez como
reclamando lo le quitaron, hasta caer y mirar hacia lo alto, con la espalda en el
piso. Se levanta, mira por el marco de la ventana y deja que las emociones sean,
por impulso y reacción.
Electra está en el cuadro interior de una puerta imaginaria (practicable vertical), Sale por un ángulo inferior y se desplaza impulsivamente a un costado y trata de
que mira al traspatio del alma. Sentada, introspectiva, piensa, medita, rehace los subir el practicable (una pared alta para atisbar el horizonte de su vida). Queda
recuerdos que la perturban. colgando en el filo del ángulo.
Escucha una voz que trae el viento, que le llega de lejos y le produce ELECTRA: Me consumía el pavor y el desprecio y
incertidumbre. Se pone de pie y mira sintiendo que algo muy denso, acumulado solo el recuerdo de mi padre aliviaba el
desde hace mucho tiempo, ya no puede ser represado. desespero, la impotencia, el dolor.
ELECTRA: Los fantasmas del rencor me hablan Se suspende unos instantes y luego baja, balancea el practicable, lo mueve, lo
y me dicen que mi padre clama deja caer hacia ella. Mira de frente y gira con el artefacto y con el cuerpo.
venganza. Traicionado por mi madre,
fue asesinado el mismo día que regresó ELECTRA: Su ausencia fue dolorosa y siempre
victorioso después de diez años de lo estuve esperando. Suplicaba a los
batalla. dioses que lo protegieran. Lo amaba y
prometí ser una hija digna.
Como buscando respuestas, queriendo nutrirse del recuerdo del padre, inclina el
practicable hacia ella, de manera reiterada, sacando un brazo, con ganas de salir
de su encierro interior.
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Coloca el practicable ubicado de manera horizontal, como tomando una decisión. ALECTO: Estás en el filo del misterio, te cubren
Cinco textos dramáticos
ELECTRA: Madre, si escucharas el clamor de mis ALECTO: Te parió una noche de relámpagos y
entrañas estarías preparada para la terribles aullidos.
peor agonía.
TISÍFONE: Enemiga de su propia sangre, solo
Inclina el practicable, atraviesa una pierna y se balancea, extendiendo los brazos, quiere humillarte.
reiterando el paso, con ganas de salir volando para cumplir sus impulsos más
recónditos. Vuelve a situarse en el travesaño medio, concentrando el odio. ALECTO: Eres princesa en un reino de fantasmas
enloquecidos.
ELECTRA: Mi propósito es poner fin a tu
vergüenza, hacer honor a la gloria de mi TISÍFONE: Te amamantó con odio incurable y no
padre, ahora pisoteada por traidores. quiso arrullarte.
Se acuesta en el travesaño del centro, con deseos de descansar, extenuada por Electra, escucha sin saber si está dormida o despierta. Intenta volver a la realidad
la refriega interior que sostiene con su conciencia. Se queda dormida. La voz y entra a la estancia imaginaria, devolviéndose por el rectángulo inferior. Las
que escuchaba a la distancia se acerca, en el sueño agitado que la envuelve. Son Euménides, le giran el practicable y le dicen que vaya por lo que le pertenece, por
las benévolas señoras, las Euménides, que cantan y hablan como arrullando la lo que su propia madre le arrebató. En los giros se angustia, cae, la ventana se le
pesadilla. va, los recuerdos se revuelven, el mundo es inestable y ella cae una y otra vez.
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Las Euménides, colocan verticalmente el practicable y Electra sale, por el Las Euménides, desaparecen en la penumbra y Electra queda sola. Se balancea
Cinco textos dramáticos
ELECTRA: No más, no más, a veces quiero Electra, se yergue, mira a través de la ventana y se hace de lado, parada, contra el
despertar para siempre… practicable. Respira profundo (cambia el ambiente y surge el recuerdo): aparece
la imagen de la madre. Se mueven alrededor del practicable, sugiriendo que se
Las Euménides, se arquean en el travesaño medio del practicable vertical. buscan y se esconden. Quedan ambas frente a los rectángulos superiores, como
Electra tiembla de la rabia pensando en la vida de comodidades y deleites de ante espejos paralelos. Cada mujer está frente a un espejo, de cuerpo entero.
Clitemnestra. Electra, corre en el proscenio, angustiada, sin saber si todo ocurre Cada una se mira a sí misma. Palpan las superficies y reaccionan. La madre se
en un sueño o en la realidad. Quiere escapar y no logra ir más allá de la angustia acicala el pelo, Electra se desgarra de dolor e impotencia. La madre, se yergue
que la cerca interiormente. imponente y la hija se siente regañada. Miran por los recuadros, como si algo
fuera a suceder.
Electra, quiere huir del pasado. A veces quisiera tener una nueva vida, pero
reconoce que no puede y se queda quieta y vuelve de nuevo adentro y las ELECTRA: Huérfana de padre y de madre ausente.
Euménides salen y se desplazan por el proscenio, como si lo hicieran en la línea
de la lejanía. Electra, ve el espejismo y escucha las voces de las Euménides, las CLITEMNESTRA: El odio y el dolor en un solo reino.
mismas voces que escuchó en la pesadilla.
ELECTRA: Trunco el amor de hija y muerto el
TISÍFONE: Tu destino es una encrucijada que te afecto.
engrilla
en el camino fluyen sorprendentes CLITEMNESTRA: Electra nació para el desprecio.
designios
despierta y dormida tu vida es una ELECTRA: Mi sangre hierve con el clamor de la
pesadilla rabia.
se cruzan las líneas de recuerdos y de
signos.
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CLITEMNESTRA: Puse hielo en mis venas para
Cinco textos dramáticos
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TISÍFONE: Tienes razón: los dioses protegen ELECTRA: Reflejan mis manos
Cinco textos dramáticos
DE LA EUMÉNIDE
a la ceniza. El alma humana es
combustible, ligera, una hoja seca
que arde fácilmente, hasta que se
Tisífone, cruza por el proscenio cantando, insatisfecha, soltando palabras, incinera y se transmuta en vacío, en
incubando ideas. silencio. Cuando me veo en el espejo
sueño con lo que existe bajo la piel. La
TISÍFONE: Agamenón el rey, el más grande imagen reflejada me habla y me dice lo
dignatario, mujeriego y embustero inconfesable: el secreto que tengo para
como Ulises, héroes inventados sobre mí propia consciencia.
falsos pedestales: señores de la
Los dedos de las manos de Electra se crispan y el rostro contra el vidrio expresa
crueldad convertidos en ejemplo, como
dolor, odio, resentimiento. La imagen de Electra se desvanece y su rostro es una
si la barbarie fuera virtud. ¡Por Urano!,
mueca dolorosa.
¿qué está pasando en el universo?
Como en un espejismo, ahora, a través del vidrio, aparece Clitemnestra,
realizando movimientos suaves con los brazos y las manos, hasta rastrillar el
vidrio con las uñas, como garras que le responden a la hija. El sonido eriza el oído.
LAS DISTANCIAS
la situación y puedes disfrutar de tu
grandeza interior. Mentir es una forma
de transformar la realidad. Se lo digo al
INTERIORES
espejo sin intención de empañarlo.
136 137
Clitemnestra, se hace a un lado de la puerta, mientras tras del vidrio aparece Clitemnestra, vuelve a poner la puerta de frente, ocultándose, como si quisiera
Cinco textos dramáticos
140 141
Electra deja ver un gesto de satisfacción, siente que ha logrado ablandar a la
Cinco textos dramáticos
Electra mira el entorno, recordando su infancia, cuando corrían entre las flores
y las fuentes, con su hermana. Piensa en Ifigenia y la ama en el recuerdo,
profundamente.
142 143
INTERLUDIO DOS: ELECTRA: Hermana, Ifigena… Extrañas son las
Cinco textos dramáticos
EL MISTERIO
hermana mayor y sigue siendo una
niña. ¿Sueño o es un espejismo?
DE IFIGENIA
Todo se oscurece y cambia el ambiente.
El fantasma de Ifigenia, traslúcido, leve, entre la luz y la sombra, es una visión que
se desplaza mientras canta de una manera dulce y extraña, como si guardara un
secreto para Electra, su hermana.
TERCER MOVIMIENTO:
ELECTRA: No puede ser Ifigenia, hermana.
De manera natural, la reina nada discreta, trepa a la mesa y se tiende como si CLITEMNESTRA: Morirás, morirás, morirás…
estuviera en un diván circular. Respira, imagina, sueña, siente que se ama a sí en aires calcinados
misma. en albas marejadas
en el canto mudo
CLITEMNESTRA: Amo los detalles y las joyas y amo en áridos caminos.
el furor de los hombres. Para mí la
seducción es un sortilegio aprendido Clitemnestra, se queda quieta y tiembla, como poseída por un espíritu, como
de los dioses y el placer es el deleite tomada por el recuerdo del rey guerrero.
que nos corresponde por ser hijos del
universo. CLITEMNESTRA: Agamenón, sal de mi cuerpo y de mis
pensamientos. Quería que pagaras
Detrás de la mujer tiránica y fría, bulle con hervores poderosos, la hembra de cada noche de dolor, cada lágrima
movimientos sensuales, que se complace con su cuerpo y asume distintas derramada, cada lamento de Ifigenia.
maneras de sentirse bien, con algo de voyeurismo hacia sus propias sensaciones
físicas. La Euménide la confronta y le habla sin benevolencia.
146 147
Clitemnestra, afectada por la voz que escucha en el interior de su cabeza, se La Euménide golpea las copas, se lleva la flor del fantasma de Ifigenia y deja
Cinco textos dramáticos
148 149
ELECTRA: Todos estos años alejada de tu casa CLITEMNESTRA: Hace años no miraba tus ojos.
Cinco textos dramáticos
CLITEMNESTRA: Algo siento por ti, pienso en tu ELECTRA: No entiendo por qué me odias tanto.
sufrimiento. Me hubiera gustado evitar
ciertas decisiones. Golpean la superficie de la mesa con las copas, guardando distancia cautelosa, la
una de la otra, mientras caminan alrededor de la mesa.
ELECTRA: Decidiste que mi vida sería un
prolongado camino sin tu presencia. CLITEMNESTRA: Te llegué a querer, pero tuve que
Se abrió una grieta en mi vida, perdí la desistir porque para ti yo no era la reina.
entraña, pero siempre necesité de tu Idealizabas la imagen de tu padre,
amor. Ahora quiero tender un hilo entre Agamenón, rey de Micenas, que me
las dos. Eres mi madre. ultrajó, haciéndome sentir peor que una
esclava.
Clitemnestra desconfía, siente que Electra le miente a pesar de la aparente
sinceridad. Así de hipócrita es ella misma y no duda que tanta franqueza es una ELECTRA: Madre, estás equivocada, mi padre te
muestra de peligrosas intenciones. Al fin y al cabo, piensa, se trata de una madre amaba y amaba a sus hijas.
y una hija. La reina coloca la copa con rabia en el centro de la mesa, boca abajo,
despectivamente. Electra, lanza la copa a Clitemnestra rodeándola por la mesa, como si fuera una
fría advertencia. Clitemnestra está al borde de estallar, llena de orgullo y rabia.
CLITEMNESTRA: De todas mis hijas, Electra, eres la que Toma aire, retiene las emociones y prefiere sincerarse con su hija, tal vez por
más he padecido. primera vez en la vida.
Electra corresponde en silencio y coloca la copa encima de la otra, formando una CLITEMNESTRA: Nunca te he contado lo inconfesable…
imagen que sugiere un reloj de arena. Electra trata de persuadir a Clitemnestra,
con relativa paciencia. Se miran frente a frente.
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Clitemnestra, lanza la copa a Electra, rodeándola por la mesa, Electra la toma La Euménide, entra con una jarra entre las manos y fingiendo ser la dama de la
Cinco textos dramáticos
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La Euménide, lírica mucama, se disfraza de criada para burlarse de las almas y
Cinco textos dramáticos
ELECTRA: ¡Salud!
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Electra se sorprende, no alcanza a reaccionar, no suponía que su madre fuera a propia hija. Era un maldito, no tenía
Cinco textos dramáticos
INTERLUDIO TRES:
lo que había hecho.
LA CONDICIÓN
temblar la copa de vino envenenado. Electra reacciona como si los golpes cayeran
sobre su ánimo, se derrumba, muestra debilidad y termina abatida, con un ataque
de nervios como los que tenía cuando era niña y su madre la sacudía.
LA REBELIÓN DE TISÍFONE
que no cumpla con lo que considera debe ser su labor en el universo de los
humanos. Siente los estallidos de la injusticia divina y hace de la voz, la música
y las entrañas una expresión franca, que necesita manifestar abiertamente lo
que siente. Canta y se rebela contra sí misma y por primera vez en su eterna
(EL ESPACIO VACÍO, SOLO LAS TRES EUMÉNIDES) longevidad, le parece que puede desfallecer.
La Euménide mayor entra en crisis, con estupor ante la humanidad. La fría deidad
no parece la más certera justicia. Piensa en el ser humano, llora, ríe y se siente
sola, incomprendida en el mundo de las deidades.
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TISÍFONE: Absurdo, atormento a Clitemnestra, la ALECTO: ¿Qué te ha pasado Euménide mayor?,
Cinco textos dramáticos
Grita, grita, con los gestos, con la música, con la voz, desde lo más interno. Alecto
y Megera, no pueden creer que la Euménide mayor esté al borde de la locura,
como si fuera una persona y no la deidad suprema que ejecuta lo que los dioses
ordenan.
INTERLUDIO CUATRO:
hermana extraña
arden brasas
no tienes calma.
QUINTO MOVIMIENTO
porque de ti vengo y a ti me debo. Es
natural que busque tu amparo porque
en tu matriz he crecido. Lejos de ti
sufro y mi sueño no es tranquilo.
LA REBELIÓN DE TISÍFONE
CLITEMNESTRA: Después de las decepciones que
me agobian te puedo contar con
plena confianza que la soledad me
acompaña y que a veces los recuerdos
(Objeto: PRACTICABLE POLIVALENTE) me consuelan. Alguna vez soñé con
la felicidad, pero la vida es un reino de
Electra entra, corre alrededor del practicable. Se detiene, lo toma de manera
ilusiones.
lateral, lo coloca como un paralelogramo inclinado, apoyando solo un ángulo en el
piso y lo gira, como moviendo el destino, reconsiderando su vida. Madre e hija se sientan en el practicable, como si estuvieran en el sofá del
palacio, en un nuevo encuentro, reincidiendo en el intento de reconciliarse; hacen
ELECTRA: Estoy perdida en la encrucijada del
devaneos de cortesía y afecto y cantan, recordando alguna tonada familiar y
odio y busco vengar los motivos de
de súbito, se miran de frente y gritan horrorizadas, descubriendo, de manera
la sangre. No puedo dormir tranquila
recíproca, que la una está en la otra.
porque mi madre sigue viva y prometí
vengar la muerte de mi padre.
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ELECTRA: Mamá, tengo miedo, como el recuerdo CLITEMNESTRA: Estas manos, cuando creían en el amor
Cinco textos dramáticos
Clitemnestra se gira, da la espalda a la hija, está a punto de estallar, pero Clitemnestra reacciona, se endereza bruscamente y habla fuerte.
contiene sus impulsos. Se abstiene de reaccionar para decirle a Electra lo que
verdaderamente está pensando. CLITEMNESTRA: ¡Cállate, Electra!, sabes cómo
atormentarme, ignoras cómo preservar
ELECTRA: Madre, no temas, no quiero hacerte mi sentimiento maternal.
daño, siento que me hace falta saldar
una deuda y colmar un vacío que me Las dos se encuentran sentadas en el mismo sentido, de perfil, con las piernas
impide vivir en paz contigo. recogidas sobre el travesaño, pero Clitemnestra sigue dando la espalda a Electra,
sin deseos de conciliar ninguna emoción positiva.
Como hija, extremadamente conmovida, la llama desde lo íntimo, la seduce con
el vínculo original, le acaricia el pelo sintiendo ese vínculo más allá del tiempo. ELECTRA: ¡Madre!, ¡yo te amo!
Clitemnestra se recuesta en las piernas de Electra y hablan como si estuvieran
vivenciando un encuentro entre madre e hija, pero hay tensiones interiores CLITEMNESTRA: Te equivocaste de nuevo y no hay más
que se contraponen a los buenos deseos. Electra acaricia a la madre, parece tiempo. Vete de la consciencia y cierra
algo imposible, lleno de sorpresa. Clitemnestra muestra los brazos llenos de la puerta.
significados contradictorios y Electra reconoce las nervaduras y las formas de las
manos de la madre. Cambian de posición y ahora Electra está sentada de frente y Clitemnestra mira al
fondo, de espalda, marcando la distancia interior que las separa.
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ELECTRA: Siempre quieres degradar a mi padre y Clitemnestra, desciende del diván de su orgullo y Electra atraviesa una de las
Cinco textos dramáticos
Electra baja del practicable, hacia atrás y luego sale por el rectángulo inferior. CLITEMNESTRA: ¡Ayúdame!, dime dónde está Orestes,
Clitemnestra se extiende, arriba en el sofá, con la apariencia de una exquisita ¿qué ha sido de su destino?
dama, madura y vanidosa. Electra está en el piso, sentada, mirando hacia la
madre. ELECTRA: Eres una mala madre, déjame, no
preguntes más.
ELECTRA: En esos diez años nada supe de mi
padre ni de ti. Me impedías estar Clitemnestra, eleva las manos pidiendo que le cuente dónde está el hijo bien
contigo porque estabas con tu amante, amado. Electra la rechaza pero también se conmueve. Baja del practicable, cae
un auténtico cobarde. hacia atrás. Clitemnestra cae hacia adelante. Las dos están abatidas.
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CLITEMNESTRA: Soy capaz de hacer cualquier cosa que ELECTRA: Mamá, todo se desintegra…
Cinco textos dramáticos
El impacto es grande. Las dos mujeres se estremecen y se deprimen y acomodan ELECTRA: Mamá, Egisto, me tocaba y me decía
las penas de los cuerpos en los habitáculos rectangulares, en lados opuestos, que sería su reina más adelante porque
cada una recogida en una habitación, en su propio cuarto interior. tú estabas vieja y tarde o temprano
morirías.
CLITEMNESTRA: Ahí estás, escucho tu respiración, el
veneno corre por tus venas, viene de tu CLITEMNESTRA: Electra, nunca lo sospeché.
padre.
Se recogen, leves, en el aire, como fetos. Luego, se deslizan y bajan y se sientan
ELECTRA: Te pudres y te perfumas. No te das en los rectángulos inferiores, espalda con espalda.
cuenta de que tu poder se sostiene
sobre cadáveres y pestilencia. CLITEMNESTRA: Egisto, rey falsete, parásito consumado,
Hablan en murmullos, casi susurrando, en completa confidencia, expresando lo tendrá que rendir cuentas y sé que
más odioso que cada una piensa acerca de la otra. En crescendo, llegan al clímax mentirá como siempre.
y hacen un silencio enfático. Salen de los cubículos y colocan el practicable de
manera vertical. Madre e hija tienen caracteres fuertes. Los movimientos son ELECTRA: Nunca te quiso, se aprovecha de tu
precisos, cargados de fuerza. poder y aumentaba tu desolación.
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ELECTRA: ¿Qué ha sido de mi hermana Ifigenia?, sueños de Ifigenia. Aquiles, el gran
Cinco textos dramáticos
Madre e hija se estremecen, se duelen y se sienten entraña con entraña. En ese ELECTRA: ¿Cómo pudiste ocultarme la verdad
momento, surge una aparición a la altura del proscenio: el fantasma de Ifigenia tantos años?
pasa cantando, con un cántaro, esparciendo agua, como lavando el dolor y el
resentimiento. Es una visión fugaz que les muestra a las dos la misma sensación CLITEMNESTRA: Siempre quise protegerte.
conmovedora que, en cierto modo, las acerca como nunca.
Electra se levanta súbita y desafiante y toma el practicable, lo inclina colocando
CLITEMNESTRA: Agamenón era un miserable, solo se una punta en el pecho. En el otro extremo está Clitemnestra.
amaba a sí mismo.
ELECTRA: Soy hija de Agamenón, mátame,
Electra se arrodilla en un rectángulo superior y Clitemnestra se recuesta, en crisis, mátame también a mí.
con sentimientos encontrados, contra el practicable.
CLITEMNESTRA: Agamenón, te mató hace mucho rato y
ELECTRA: Mientes, quieres degradarlo. nos mató a todas.
Electra reacciona, se sienta en el travesaño medio, en el mismo rectángulo, de Electra y Clitemnestra giran el practicable con un ángulo apoyado en el piso.
espalda a la madre, que se asoma al rectángulo superior opuesto, de frente.
ELECTRA: Tal vez mi padre no merecía mi
CLITEMNESTRA: Tu padre, al que amas con un amor nostalgia, ni el amor que sentía por su
enceguecido, es el asesino de Ifigenia. grandeza.
Nos engañaron con un matrimonio
que no existía, que solo estaba en los Electra lanza el practicable a la madre que lo coloca de manera vertical. Está
profundamente afectada.
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ELECTRA: Y por él te iba a matar madre, lo pensé CANTO DE IFIGENIA: No puedo creer lo que dices
Cinco textos dramáticos
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EL FANTASMA DE IFIGENIA: Sufres y yo sufro CLITEMNESTRA: Orestes hijo mío, eres lo único que me
Cinco textos dramáticos
Ifigenia mira a la madre, le entrega el amor de los fantasmas benignos y le habla TISÍFONE: Clitemnestra ojalá hubieras elegido
en extrema confidencia. otro camino. Orestes, tu hijo, cambiará
tu destino. La vida y la muerte siguen
EL FANTASMA DE IFIGENIA: Yo quería ser feliz, tener sueños con un sorprendiendo a los humanos, que
ser amado y me sorprendió la muerte desean morir cuando están vivos y
venida de mi padre. Comprendo que que quieren vivir cuando agonizan.
todo ha pasado y me entrego al vacío ¡Paradojas de la existencia cuando
sin fin. hablamos de lo inexistente!
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Cinco textos dramáticos
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Cinco textos dramáticos
ESCENA I
enclavado en la topografía abrupta
de las montañas. Estoy siguiendo
los rastros del poeta Antonin Artaud,
que hace setenta años se atrevió a
explorar los caminos ancestrales de
EN LA ESTACIÓN
la Sierra Tarahumara, cuando muy
pocos blancos habían logrado entrar en
contacto con los rituales sagrados de
DE BOCAYNA
los Rarámuri, o Tarahumara, el pueblo
original que habita estos parajes desde
tiempos milenarios.
Antonio Iriarte, está en la estación ferroviaria de Bocayna, un pueblo que da paso
a la Sierra Tarahumara. Ha llegado unas horas atrás y mientras orienta su camino Contesta el teléfono móvil.
y hace algunos contactos, ha sentido el impulso de recoger sus primeras notas de
viaje. Tiene una grabadora de mano, arcaica, del siglo xx y anda con una maleta EL CRONISTA: Hola, amor, ¡qué sorpresa!, me
que deja ver los vestigios de viajes anteriores. Una maleta sobria, dura, que alegra que este aparato funcione
intenta replicar la que pudo llevar el poeta Antonin Artaud. estando en la estación más remota
de la tierra. Me asombro porque sigo
Una luz precisa define al cronista con nitidez. El resto del escenario está perteneciendo al siglo xx (…) Estoy
oscuro. Resuena un fondo de aguacero y vientos fuertes que mueven ramajes y conmocionado, sí, es algo especial
techumbres. (…) Estoy comenzando a recoger
notas sobre la marcha, tú sabes que
EL CRONISTA: Notas de viaje tomadas con grabadora soy emotivo y las palabras me van
en mano. naciendo. (…) En estos momentos
Bocayna, Sierra Tarahumara, Agosto 7 estoy en la estación ferroviaria de
de 2007 Bocayna, un pueblo donde se siente la
sierra y donde Antonin Artaud inició el
último tramo de su viaje al corazón del
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conocimiento indígena. (…) Francés, él curvas pronunciadas y ascensos que
Cinco textos dramáticos
Esgrime la grabadora y sigue registrando sus impresiones. EL CRONISTA: Como un fugitivo, huyo de mí mismo y
sigo los rastros de un fantasma. Nadie
EL CRONISTA: Artaud había conseguido una misión me conoce e ignoro si me busco o
especial con Bellas Artes y La quiero olvidarme de mis propios pasos.
Universidad Autónoma de México, por No puedo reversar el rumbo. Imagino al
solicitud del embajador de Francia. Su poeta Artaud confrontado por la vida.
propósito era investigar las expresiones Era un intelectual demasiado lúcido y
escénicas que sobreviven en así mismo un adicto empedernido. En
ceremonias y rituales. Pero más allá de septiembre de 1937, se detuvo en una
la formalidad, buscaba la iluminación y quebrada y desde un puente de madera
quería sanar su espíritu escindido entre botó la última dosis de droga. Su gran
la razón y la locura. El poeta decidió pasión era la poesía y su amor maldito
internarse en esta Sierra, para buscar había sido la heroína y ahora la arrojaba
con avidez un conocimiento primordial con el propósito de desprenderse de las
que todavía palpita en las grietas de raíces de hidra que lo ataban. Quería
la memoria de los habitantes de un llegar limpio a los misterios de la Sierra
mundo que no ha sido completamente Madre.
arrasado, que aún conserva los
misterios esenciales que la civilización Antonio Iriarte se detiene, deja la maleta, mira a su alrededor y toma notas en
occidental ha olvidado tal vez para una libreta. Ideas rápidas, que le llegan como fogonazos. La luz se desvanece
siempre. lentamente.
Artaud, con el torso desnudo, se para sobre la punta de una piedra, despliega una
papeleta de heroína y deja que se pierda en partículas microscópicas arrebatadas
por la brisa. Una lluvia de polvo blanco se esparce por el aire, sobre el poeta que
alucina. Levanta los brazos al sol y trata de emitir un canto tibetano. Tiene fervor
y crisis, pero es claro que predomina el optimismo y la avidez de conocimiento.
Desde un montículo de piedras una presencia neutra, pétrea, vierte agua con una
jarra de barro. Antonin Artaud, en un lecho de piedras, se lava las manos y la cara
y cruza signos de limpieza por chacras y plexo. Respira profundo y emite sonidos
nasales, con cierta mística que se acerca a los hábitos gestuales del histrionismo.
La presencia que vierte agua es la sugerencia de una figura indígena, con los
brazos levantados dibuja de una manera sencilla y hermosa, la caída de un chorro
de agua desde las altas montañas.
Artaud, se desplaza entre piedras, titubea, trata de darle al cuerpo una destreza
que no tiene. Recuerda cosas, fracasos, momentos incendiarios y desamores que
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lo hieren. Cambia de semblante, desciende a la humildad y se aferra a las piedras, he visto más mestizos que indígenas
Cinco textos dramáticos
El cronista guarda la grabadora y saca unos binoculares de explorador y registra Antonin Artaud deja la maleta, gira buscando los destellos solares, se orienta
las cumbres y los cañones que se abren bajo la suela de sus botas. La luz se hace intuitivamente, hace ejercicios cercanos al yoga —de una manera muy personal—
crepuscular y luego predomina la oscuridad total. y se funde contra las piedras, expresando distintos estados de ánimo.
Está eufórico, quiere pertenecer al todo natural, presiente las presencias y quiere
descifrarlas en su propio cuerpo.
ESCENA III realidad, en contraste con Artaud que se mueve en planos oníricos. El cronista
ubica las coordenadas y deduce el rumbo.
ANTONIO IRIARTE:
196 197
Una mujer indígena lee las páginas de un libro de agua, en un cuenco de barro
Cinco textos dramáticos
Antonin Artaud, sucio de ceniza y de sudor, alza la maleta como si fuera una
cruz y sigue el camino que sus pies han elegido. La cabeza y los ojos están
PESADILLA DE
extraviados en los malestares entrañables que lo laceran.
UN DESPIERTO
El poeta vive una especie de vía crucis, a su manera, infringiendo la ley de los
penitentes. Mezcla de luces ambarinas, rojizas, azuladas, sugiriendo un cierto estado febril.
Las presencias, como indígenas esquivos, salidos de un sueño borroso, acumulan Las presencias mueven las piedras, algunos atacan y otros son atacados, como
piedras y forman un túmulo, clavan una cruz y le prenden fuego. si fuera una agresión para destrozar cráneos. Es el trasfondo violento de la Sierra
Tarahumara y es una crisis paranoica del poeta que ha caído completamente
Antonin Artaud llega hasta muy cerca, alucinando de cansancio, con hambre, agotado.
sin droga y sin consuelo. Cae extenuado y queda inmóvil mientras el fuego se
extingue lentamente. Siente que lo lapidan, que lo sepultan, como si fuera un hereje.
El amor de mi madre me salvó de Artaud toma aire, respira con dificultad, está solo, perdido, sin brújula, queriendo
la oscuridad perpetua y me volvió a hacer un camino que parece imposible para sus energías menguadas. Su cuerpo
parir con una meningitis que escaldó se mueve por inercia. Le parece que pesa mucho y que se han endurecido las
mi sistema nervioso. Mi vida ha articulaciones.
sido placer y sufrimiento y en la
poesía encuentro las raíces de mis Se desplaza entre las piedras y siente el dolor de los pies que tienden a volverse
enfermedades interiores y tal vez en heridas entre el sudor de los zapatos.
el teatro he bailado con los demonios
del espejismo humano, tan crueles Pide ayuda, distingue algunas presencias que lo espían y se dejan ver
como el amor o la necesidad de vivir. fugazmente, en posiciones absurdas.
Mi abuela griega vivía en Turquía y me
cantaba en su lengua remota cuando El poeta, como un lobo famélico, busca alimento, agua; se apura y cuando está
la visitábamos en vacaciones en la cerca de las presencias, lo ofenden con gestos obscenos y se esfuman.
casa de paredes blancas de un puerto
llamado Esmirna. Se acuerda de la pesada maleta. Regresa, la jala, la empuja, pelea con ella y sigue
cargando un peso inexplicable.
La mujer que ha movido el agua ahora sumerge y saca, como si fuera un niño, de
manera reiterada, una piedra mediana. Luego, como si fuera Antonin, lo abraza, lo La luz se extingue lentamente.
arrulla, lo envuelve en un manto.
200 201
MUCHACHO INDÍGENA: No.
Cinco textos dramáticos
NORTEÑA rostro, como los bandidos de las películas mexicanas. Es una imagen en
claroscuro, insinuada apenas.
El cronista ha seguido su rumbo. Ahora lo acompaña un muchacho indígena Las presencias que siguen a Antonio Iriarte son norteñas, mestizas. De súbito, el
que le carga la maleta. Camina por donde Artaud anduvo como si cotejara muchacho indígena percibe unas huellas que Antonio Iriarte no logra descubrir.
la información, los recuerdos de lo leído y las características de cada lugar. Deja la maleta y con una destreza natural salta de piedra en piedra, lanza una
Escribe notas, hace fotografías y le pide al guía que le haga varias tomas a mirada final al estupefacto cronista y desaparece. El cronista intenta seguirlo,
él, al comunicador que tiene una identidad propia, en su búsqueda de temas pero no logra alcanzarlo. Luego se devuelve por la maleta y lamenta su suerte con
sustanciales. Eso es lo que va pensando Antonio Iriarte, optimista, autosuficiente. los guías.
ANTONIO IRIARTE: ¿Cuánto falta para llegar a Sisoguichi? Se sienta en una piedra grande y extrae su teléfono móvil, como si tuviera la
posibilidad de resolver algún problema llamando a alguien. Marca el número de
MUCHACHO INDÍGENA: Tres horas. Cinco a tu paso. su esposa, con ansiedad, muy emocionado, necesitado de una voz cercana. No le
contestan. No hay señal.
ANTONIO IRIARTE: Hace setenta años el poeta Antonin
iba con un guía, buscando una aldea En el fondo suena un narcocorrido que comienza a crear un ambiente distinto.
perdida en los mapas de la Sierra Los forajidos se abalanzan sobre el cronista y lo golpean. Resuenan las piedras y
Madre. Me han parecido retraídos se siente el poder de las armas de fuego que los hombres enarbolan con alarde,
los Tarahumaras, no hablan. Tú eres amedrentando a Iriarte, que no sale del pavor. Sangra y tiene moretones en el
distinto, a veces dices sí y a veces dices rostro. Lo siguen aporreando y se lo turnan para golpearlo sin dejarlo caer al
no, ¿verdad? suelo. Lo despojan del móvil, de la grabadora y le revisan la ropa y la maleta sin
hallar algo de interés. El jefe, apodado El Gallo, lo interroga.
MUCHACHO INDÍGENA: Sí.
204 205
EL GALLO: Pura espuma es lo que hablas. Estás fin a tus pesares. Vas a escucharme
Cinco textos dramáticos
El gallo le pasa una botella de trago al cronista. Lo induce a beber sin respirar.
Uno de los hombres deja ver un aparato de sonido portátil, sube el volumen para
que se escuche bien un narcocorrido de los Admirables de Sinaloa. Antonio Iriarte
se queda inmóvil, luego se tambalea, se descubre el pecho y pide que le disparen
al corazón.
ESCENA VI Es como un juego de espejos sin la precisión de la imagen exacta. Más bien las
posiciones de los personajes manejan los contrastes y las paradojas que existen
entre ellos.
EL LABERINTO
pues pertenecen a tiempos diferenciados claramente.
ANTONIO IRIARTE:
DEL DESTINO Toma la grabadora, revisa el último fragmento e inicia un nuevo pasaje.
El hombre, ni joven ni viejo, saca un atado rojo y con precisión y respeto, como si
consultara un oráculo, abre el pañuelo y lo extiende dejando a la vista 260 frijoles.
Una mujer, en el plano de fondo, vierte un cántaro de frijoles en la vasija de barro,
como una cascada sonora.
El hombre fuma tabaco, observa con detenimiento, hace signos con las manos y
lee el resultado de acuerdo con la colocación de los granos.
ESCENA VII
Artaud se para, trata de caminar, trastabilla y se derrumba, la pareja lo ayuda, lo
alza y lo saca de escena. Se cierran los haces de luz y solo queda iluminado, de
repente, Antonio Iriarte, que aparece, respondiendo el teléfono móvil, ubicándose
con dificultad en varios sitios, con la intención de captar mejor la señal.
En el centro hay un recipiente de barro con tesgüino, una bebida de shunku o DIRECTOR DE LA ESCUELA: Por lo que entiendo, usted entiende que
maíz fermentado. Hay un par de vasos de barro. Los hombres intercalan jugadas, los naturales de la Sierra pueden tener
tragos y palabras. Una mujer entrada en carnes, también mestiza, les sirve la conocimientos sobre ideas raras, pues
bebida periódicamente. por eso ellos se llaman Rarámuri, yo fui
criado por abuela y madre nativas. Los
DIRECTOR DE LA ESCUELA: Soy Filiberto Aguilar, director de la Rarámuri son gente sencilla y alegre,
escuela y corregidor de la región. Vengo no ponen muchos problemas. En estos
de Témoris, donde llegó mi progenitor días están celebrando fiestas para que
en los tiempos del General Villa. Era llueva y juegan pelota. Son grandes
sargento y le dieron mando, pero un día corredores, corren día y noche, hasta
lo mataron a estocadas, cuando estaba trescientos kilómetros han corrido. Son
borracho en las fiestas de San Juan. Yo demonios. Corren por mérito y la gente
era niño y casi he olvidado el rostro de hace apuestas. Atraviesan montañas y
mi padre. Mi madre era Tarahumara y valles como si fueran el propio viento.
por eso entiendo a esos indios y trato
de no chingarlos demasiado. Ahora sí, ANTONIN ARTAUD: Cuando decidí venir a la Sierra
dígame que se le ofrece. Tarahumara sabía que partía en
busca de lo imposible. Ahora, soy
He venido a México a buscar lo que un exiliado de mí mismo y creo que
Europa me ha negado, es decir, la tendré la oportunidad de mirarme a la
esencia de un conocimiento perenne cuenca de los ojos. Veré si soy capaz
que nos permita trascender la vacuidad de retribuirme la dicha de existir. Esta
de la rutina productiva. Hablo de Sierra me hace pensar en la fortaleza
una revolución de conciencia donde de la vida, en la fuerza perturbadora de
el pensamiento racional no sea lo la naturaleza.
que determina el orden de las ideas
218 219
DIRECTOR DE LA ESCUELA: Lo que sí me asombra de los indios para que llueva y no se reseque la
Cinco textos dramáticos
ESCENA VIII
siguió cuesta arriba, sin desfallecer.
Cuando pienso en los motivos que
lo impulsaron para llegar a México a
veces creo su propia versión del vidente
predestinado a conocer la magnitud de
LOS FANTASMAS
su fracaso.
DEL TEATRO
guerrera de Antonin Artaud, que realiza ejercicios de Samurái a su manera,
con los inconvenientes de un cuerpo azotado por la droga y mermado por el
desgaste del viaje. Toma una piedra, como si tomara un cráneo y se deja ir, con un
soliloquio de tonos febriles, hablando para él, para el universo, para la soledad de
Las presencias deshacen el círculo de piedras y rearman signos y símbolos las montañas.
del territorio Tarahumara: un universo de partículas dispersas con orientación
centrífuga y un núcleo central más grande y compacto. Al lado, una serpiente- ANTONIN ARTAUD: Ahora que habito lo más recóndito de
camino de piedras continuas, con pronunciadas ondulaciones. mis dolores y puedo hablarme como
si fuera el doble que observa desde
Es el petroglifo del camino cósmico que ellos recorrieron para caer del cielo en el otro lado de la conciencia, me veo
las estribaciones de la Sierra. Es un rastro rupestre el paisaje escenográfico. en una montaña como si estuviera en
un gran escenario natural y veo cómo
Antonio Iriarte aparece en contrapunto, de manera paralela, sobre una piedra, el dolor de los huesos y la quemazón
dentro de un pequeño círculo. Activa la grabadora y sigue tomando notas para la de los nervios me han llevado a una
crónica. desintoxicación en carne viva, dolorosa
224 225
y cruel. He sido mi propio verdugo y he Resuena el ruido de un alud de rocas, Artaud grita y corre alzando los brazos y
Cinco textos dramáticos
ANTONIN ARTAUD: Yo pensaba que el teatro podría Francisco Cenci, viejo, apuesto, perverso, en el instante final de su macabra
encarnar las verdades del drama agonía, caminando inestable, queriendo imponer su autoridad cuando ya es
humano porque el escenario permite demasiado tarde.
ir más allá de la retórica y propicia
lo ritual para ver aquello que solo Beatriz Cenci, completamente maquillada de blanco marfil, con un rictus de
en estados extraordinarios puede satisfacción y pavor en los labios rojos. Es la actriz, Génica Athanasiou, tratando
percibirse. He buscado un teatro de no ser más el personaje para recuperar la presencia de la persona. Es un
redentor que muestre el anverso de la conflicto de conciencias, una especie de esquizofrenia de origen teatral.
piel y nos haga sentir las ondulaciones
emocionales de lo trágico. Un teatro Lucrecia Petroni, de formas generosas y maduro aspecto, desorbitando los
de verdades y no de simulaciones. ojos para no caer en el agujero del miedo. Tiene la conciencia al borde de la
Un teatro que en cada representación perturbación; robusta, dura de carácter, pero frágil de espíritu.
aporte físicamente algo al que
interpreta y al que ve la interpretación. Santiago y Bernardo Cenci, los hijos de Francisco, ambos salidos de casillas,
siendo personajes que devienen en actores, con una extraña mezcla de piadosa
Se incorpora, se sienta. Llora desconsolado y luego ríe con desenfreno. resignación y cruel rebeldía.
Finalmente, suspende la acción, neutraliza la energía y emite lo que para él puede
ser algo cercano a un canto indio. El Papa Clemente VIII, ícono implacable y severo de un jerarca incapaz de
perdonar, mirando con prepotencia y aparente serenidad, parado sobre el cuerpo
Con movimientos limpios y precisos, con esforzada intención, con suspenso desnudo de la herejía, como si pisara la serpiente del pecado.
latente, alza la pesada maleta y la abre, despeñando el contenido, absurdo y
simbólico: piedras que ruedan al caer sobre las piedras.
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Francisco Cenci, arremete sexualmente contra su hija Beatriz y la despoja de CLEMENTE VIII: Todavía me duele el culo, no he
Cinco textos dramáticos
El cuerpo inerte de Francisco Cenci está tendido y Beatriz deja caer su vestido SANTIAGO CENCI: No sé cómo le creímos porque en
de adolescente y se para sobre el cuerpo del hombre muerto. De sus labios mana los ensayos veo más a un drogadicto
sangre que escurre por la piel. El Papa Clemente VIII, indiferente, después de incapaz de tomar decisiones que a
impartir bendiciones, es trasladado en andas y por error de los actores, cae e un director seguro de lo que propone.
interrumpe el curso de la escena. Génica Athanasiou, siempre impuso
sus caprichos. Usted es un perro
Artaud reacciona furioso, reclama a los actores. faldero. Mejor monten “La dama y el
perrito”.
ANTONIN ARTAUD: ¡La merde!, propongo un teatro
revelador y ustedes se dedican a ser Santiago y Bernardo Cenci empujan a Artaud, lo desafían, lo ofenden y lo
bufones. No manejan los conflictos amenazan con los estiletes de utilería que usaron para simular la muerte de
esenciales y con sus gesticulaciones Francisco Cenci.
mesuradas solo aluden a la parte
anecdótica de algo que se queda Genica Athanasiu, decepcionada y resentida, increpa al poeta.
únicamente en lo epidérmico. ¡Actores
de pacotilla, les falta entraña! GÉNICA: Me equivoqué con usted, me dejé
convencer porque sigo siendo una
Está desquiciado, manotea, amenaza y abre los ojos como un loco. Los actores, muchacha rumana llena de ilusiones.
rompen sus roles, se ponen de pie y comienzan, al mismo tiempo, a decirle a Pero me di cuenta de que es un
Artaud lo que piensan. Le dicen lo inconfesable, lo acusan de inepto, de hablador farsante, un pésimo amante, un pobre
de mierda, de pusilánime, de demente. diablo sin un franco en el bolsillo,
un director mediocre que confunde
las cosas. ¡Mejor quédese con las
228 229
vagabundas que adulan sus poemas de artista, un paracaidista sin paracaídas.
Cinco textos dramáticos
ANTONIN ARTAUD: Génica, maldita, te acostabas con ANTONIO IRIARTE: Amor, estoy tratando de hablarte
Francisco Cenci y con Santiago y desde hace días. (…) No me salgas
Bernardo y yo tenía que simular con el cuento de que estoy lejos y has
indiferencia para no avergonzarme. decidido salir con alguien. (…) Lo que
Quise compartir contigo mi búsqueda me faltaba, que le aceptes invitaciones
sagrada y te revolvías con el técnico a cenar a mi jefe. (…) ¿Cómo quieres
de luces en la oscuridad de la tras que piense que es un gesto de
escena. Intenté procrear un teatro cortesía?, yo lo conozco y sé que es
donde funcionara un principio un sátiro disfrazado de gentleman.
alquímico, que consiste en introducir Sinvergüenza, malparido, hace pocos
a la escena, la lógica irracional y días me llamó, sabías que me llamó
monstruosa de los sueños. Alguien para decirme zalamerías que ahora
que me aprecia me contó que tu me parecen sarcasmos. (…) Claro,
decías en voz baja que se necesitaba tenía motivos para apoyar de manera
ser como Artaud para fracasar como decidida mi viaje, para alejarme un
Artaud. Te aseguro que hace tiempo rato. (…) Respétame, no estoy bebido.
se hundió el teatro occidental y yo soy (…) No tengo pruebas, estoy muy lejos,
víctima de su apocalipsis. Está bien, pero tengo presentimientos y sé que te
gatita rumana, no pude traspasar los has desencantado conmigo. (…). No
esquemas convencionales ni logré te estoy celando, te estoy diciendo lo
llevar mi poética a la puesta en escena. que siento, no me cuelgues, te necesito,
Tampoco pude con la sorda vanidad de maldita, indolente, ramera.
los artistas y caí en el foso, cuando tuve
la oportunidad de hacer un ritual que
trascendiera en el escenario. Tú sabes
que no soy idiota, soy un trágico, un
230 231
El cronista, furioso, paranoico, inestable, arroja el teléfono celular al vacío
Cinco textos dramáticos
ESCENA IX
total.
EL DANZANTE DE LAS
SEISCIENTAS CAMPANAS
En el plano de fondo, en el otro lado de la conciencia, se insinúan las siluetas de
algunos indígenas viejos, erguidos, envueltos en sus mantas. Suena la música de
los Rarámuri, raro y letárgico fondo.
Las presencias han organizado las piedras en dos espirales paralelas que ocupan
el escenario y encuentran punto de contacto, porque la una es la continuación de
la otra.
Artaud queda solo, sereno, sin que lo atormenten los dolores de siempre. Nada le
importa, excepto la sensación de serena libertad que posee.
En el centro del escenario, Artaud forma con piedras un triángulo donde puede
acomodar su cuerpo en varias posiciones. El triángulo es la figura geométrica
perfecta para significar el equilibrio del cuerpo y del alma.
234 235
ESCENA X fue la vida y sus intrincadas urdimbres.
Cinco textos dramáticos
LO INEFABLE Y
El abuelo mayor, llamado Benigno Tepocara, descendiente de toltecas, pide
permiso a los cuatro puntos de la cruz, riega tesgüino en el piso para que vengan
los antepasados e invoca a los que se volvieron más antiguos que las piedras, a
OTRAS EVIDENCIAS
los que se hicieron luz en el útero de la tierra y estrella en el útero del cielo.
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ANTONIO IRIARTE: Me asombra que su rumbo tuviera que tendrían que ser reconocidos a
Cinco textos dramáticos
EPÍLOGO
pedazos. Luego tendré un nuevo cuerpo
con el que no podrán olvidarme nunca
jamás. El peyote devuelve el yo a sus
orígenes verdaderos. No hay tiempo, no
hay espacio. Al fondo, a contraluz, la imagen de las presencias petrificadas y en un plano más
visible, una mujer portando un cántaro en la cabeza como si fuera una máscara,
Con el círculo consolidado, los personajes y las presencias se ubican alrededor de vierte frijoles rojos de un cántaro a otro cántaro, arrullando la memoria.
tres piedras donde arde el fuego y se proyectan las sombras de los ancestros que
danzan en el aire y cantan en el ambiente. Sobre la semi desnudez de Artaud, una Antonio Iriarte está en la estación de Creel, esperando el tren que lo llevará a
mujer vierte un chorro de cenizas. Chihuahua, junto a su maleta de siempre. Saca la grabadora del siglo xx, le coloca
las pilas de repuesto, revisa el casete y graba la última nota de la crónica.
242 243
ANTONIO IRIARTE: Antonin Artaud, escribió que los tres En el fondo, iluminado con pinceladas de luz huidiza, Antonin Artaud, envuelto
Cinco textos dramáticos
(Se trata del célebre fragmento del poema “La búsqueda de la fecalidad”, leído
en la grabación del programa radiofónico para acabar de una vez con el juicio de
Dios, censurado en Radio Francia, en 1948: “Todo lo que huela a mierda huele a
ser. El hombre bien hubiera podido no cagar, del mismo modo en que debió elegir
la vida en vez de consentir vivir muerto”).
244 245
Cinco textos dramáticos
248 249
Cinco textos dramáticos
Fernando Pessoa.
Alberto Caeiro.
PRIMER ESPASMO:
Ricardo Reis.
Álvaro de Campos.
Bernardo Soares.
Alexander Search.
Abilio Cuaresma. LA AGONÍA DE
FERNANDO PESSOA
María José, la corcovada.
Dionisia, la abuela.
Fernando Pessoa, niño.
María Magdalena, la madre.
Ofélia Queiroz, la novia. Se escucha una respiración pesada, flemática, con silbidos de fuelle perforado. Es
Tía Rita, tía de la madre. Pessoa, enfermo, con el hígado deshecho, en el comienzo de un ataque cercano
Tía María Xavier, tía de la madre. al delirium tremens. Una luz cenital aclara la silueta del hombre que tiene
Tía Anica, hermana de la madre. dificultades para mantenerse parado y que siente que ha sobrevenido el final.
Mário de Sá Carneiro. Tiene 47 años y la certeza que se encuentra ante lo inevitable.
Rey don Sebastian.
Antínoo. El hombre, enfundado en su gabardina, trastabilla, se arquea un poco, da unos
Adriano. pasos y cae luchando con el dolor hepático. Ha bebido unos tragos de más y
Sidonio País. estaba advertido, los médicos se lo habían dicho. Quizá eso era lo que buscaba: el
Coro de fantasmas. abismo definitivo. El universo, en ese instante, le parece una oquedad silenciosa,
Brujas. insondable.
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FERNANDO PESSOA: I know not what tomorrow will bring
Cinco textos dramáticos
SEGUNDO ESPASMO:
eructo. En su cabeza resuena una vieja tonada portuguesa, “La bella infanta”, que
cantaba en su infancia, con su madre María Magdalena y con su tía María Xavier.
Su cabeza está revuelta, el cerebro febril genera imágenes: acuden los fantasmas,
emergen sus amigos cercanos, los que viven dentro de él mismo, aparecen en la
penumbra azulada. Cada uno va con gabardina y sombrero. El mar se escucha,
rebota en su cráneo. Los heterónimos mueven hojas de papel, producen sonidos
de oleaje, revuelven poemas. TERTULIA DE
Pessoa se queda quieto un instante, recobra ánimo, ahora se percibe liviano, se
levanta y camina a lo largo de un pasadizo de luz. Los heterónimos le hacen calle
FANTASMAS
de honor y mueven las hojas como plumas al viento. Los heterónimos friccionan
las hojas, que se escuchan como una lluvia persistente. Murmuran de manera La memoria que quiere ser ignorada por el poeta, le hace trampa a lo que queda
simultánea. de voluntad personal. Pessoa quisiera caer en un abismo blanco, insondable, pero
los recuerdos lo aprisionan, se manifiestan en los últimos instantes de vida. Está
Pessoa transita por el umbral de la vida, donde termina la existencia y se delirando, agoniza y vienen a su conciencia imágenes reiterativas donde él mismo
inicia la muerte. Es el iniciado de su propio delirio. No tiene prisa, ni apego, ni se multiplica y es uno y es muchos.
malestar alguno. Solo su sombrero le hace sentir que está en la tierra, que aún
no ha muerto. La brisa le amenaza el sombrero, entonces lo siente aferrado a su Los heterónimos transmiten tensiones contenidas y se desplazan agitando los
cráneo. Quisiera mirar atrás, ver los pasos recorridos, pero ya no hay tiempo para papeles, golpeando las hojas, sacándoles sonidos y ritmos entrecruzados que
impedir que su hado termine en este mundo. Solo debe dar un paso y todo habrá hablan de diversidad y confrontación de criaturas imaginarias que se tornan
terminado. reales.
Los heterónimos lo siguen, conforman una imagen, todos con sombrero y gabán, RICARDO REIS: En este crepúsculo de las disciplinas,
vestidos como el Pessoa original. Un haz de luz brillante se precipita en el fondo las creencias mueren y los cultos se
del escenario, como una cascada esplendorosa. Pessoa y sus compinches se cubren de polvo, nuestras sensaciones
contrastan en relación con la luz de espalda al proscenio, como una pintura son la única realidad que nos queda.
viviente, mirando el fondo iluminado, diseñando una silueta de sombras. Todavía
le quedan algunos espasmos de vida. ALEXANDER SEARCH: Pertenezco a una generación que
perdió todo el respeto por el pasado
y toda la creencia o esperanza en el
futuro.
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BERNARDO SOARES: Convalecemos, enfermos terminales Los heterónimos rodean a Pessoa, luego le reclaman y se desplazan y discuten
Cinco textos dramáticos
A cada heterónimo Pessoa le entrega hojas de versos, le define ideas. Cada BERNARDO SOARES: Mis sueños son un refugio estúpido,
heterónimo reacciona distinto. Leen sus escritos, al tiempo, intercalando tonos y como un paraguas contra un rayo. Fui
matices. el corredor que cayó a un paso de la
meta, tras haber ocupado la primera
ALBERTO CAEIRO: Loado sea Dios porque no soy bueno posición durante toda la carrera. Mi
y tengo el egoísmo natural de las flores vida es como si me golpearán con ella.
y de los ríos que siguen su camino
preocupados, sin saberlo, BERNARDO SOARES: Los dioses no han muerto: lo que
solo en florecer y correr. pasa es que estamos ciegos,
endémicamente ciegos.
RICARDO REIS: No tengas nada en las manos,
siéntate al sol. Abdica Afloran las diferencias entre las personalidades de Pessoa y las dificultades que
y se rey de ti mismo. tienen para ser heterónimos de alguien como él, agobiado por múltiples crisis a
Haz que tu corazón sea digno de los la vez, como si una multitud de contradictores intentaran diferenciarse, cada vez
dioses y deja más, de quién los ha creado.
que esta vida incierta sea lo que es.
Lo que te ocurra Fernando Pessoa se angustia, corre, escapa. La luz se desvanece y resurge
Acéptalo. reflejando otro ambiente.
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Mucho más que eso,
Cinco textos dramáticos
TERCER ESPASMO:
Lo que le oíste es mentira,
y la mentira está en ti.
EL DÍA TRIUNFAL
Rapto, arrebato, sensación interior impulsiva que se desata, eso es lo que hace
temblar a Pessoa cuando recuerda a su maestro, Alberto Caeiro, creado por él
mismo, importante en su instrucción como poeta y como ser humano. Un maestro
joven, de corta vida, desprovisto de pretensiones.
Los heterónimos y Pessoa andan por ahí, en noche bohemia y en una encrucijada
de callejones, se encuentran con el fantasma de Alberto Caeiro. Los versos
emergen, se vuelven sonido, resonancia, coro, diálogo.
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FERNANDO PESSOA: Cuando estaba escribiendo el ÁLVARO DE CAMPOS: No sé cómo puedes decir que somos el
Cinco textos dramáticos
ALBERTO CAEIRO: Estoy muerto, asfixiado por la RICARDO REIS: Te equivocas Fernando, no
angustiosa presión de lo inevitable. Soy necesitamos de ti, tú necesitas de
fantasma y soy heterónimo. Ya no te nosotros.
puedo comprender, ni me interesa.
ALBERTO CAEIRO: No me interesan tus versos, me
FERNANDO PESSOA: Maestro, usted surgió desde adentro, impiden liberar el alma. El propósito de
escuché sus latidos, intérprete sus un espíritu es dejar de ser para siempre.
versos, le di un nombre, sin dudarlo,
como si alguien me lo estuviera LOS HETERÓNIMOS: ¡Adiós guardador de rebaños!, ¡pastor
dictando. de sueños!
ALBERTO CAEIRO: Malentendidos que te impidieron Alberto Caeiro, tranquilamente, se despide y se tiende en el suelo, tosiendo un
enfocarte en lo tuyo, en tu obra poco, hasta quedar inerme, muerto.
personal. Te dispersaste en varios que
no eras. Los heterónimos le hacen un ritual funerario y transforman las hojas en flores y
las arrojan sobre la tumba imaginaria. Caeiro ya no tiene rostro, su cara es una
FERNANDO PESSOA: Quise que muriera joven, como mi mancha oscura, sin rasgos, borrada del cuerpo. Pessoa escribe tecleando en una
padre. Ambos, progenitor y maestro, vieja máquina de manera frenética, como si estuviera soñando.
fueron consumidos por la tuberculosis.
Duplique mi desamparo: la orfandad FERNANDO PESSOA: Atraviesa este paisaje mi sueño de un
de la sangre y la orfandad del puerto infinito
conocimiento. y el color de las flores tiene la
transparencia de las velas de grandes
ÁLVARO DE CAMPOS: Razonas demasiado Pessoa, tiendes a navíos.
la lógica. Eres interesante, pero saturas Que largan del muelle arrastrando en
con tu sufrimiento. Por eso no eres las aguas por sombra
recomendable. los rostros al sol de aquellos árboles
antiguos…
FERNANDO PESSOA: Después de Caeiro, reconocí otras
voces que soy yo mismo.
262 263
ÁLVARO DE CAMPOS: ¡Dile a Pessoa que no tenga razón!, ¡no FERNANDO PESSOA: No sé cuántas almas tengo y cuántos
Cinco textos dramáticos
Son las voces y los sonidos de las hojas de papel las que resuenan. Los BERNARDO SOARES: Cuando los escucho me siento tan solo
heterónimos se mueven alrededor de Pessoa, en círculos, como satélites que percibo la distancia entre mi traje y
alrededor de un planeta que se incendia. Luego se unen y conforman una fogata yo.
de sonidos que se eleva, como una hoguera al viento, sacando una columna de
murmullos que se eleva como humo. Es el ritual del verbo hecho acción, entre los
heterónimos y las hojas de papel.
264 265
FERNANDO PESSOA: Es el cansancio de todas las hipótesis, Pessoa y el coro de heterónimos se ubican en ángulos opuestos, forman líneas,
Cinco textos dramáticos
FERNANDO PESSOA: He caído en un abismo hecho de FERNANDO PESSOA: Me siento como un átomo del fin del
tiempo. No estoy alegre, no estoy triste, mundo. Llevo conmigo la conciencia de
todo me es indiferente. la derrota como un pendón de victoria.
Algo como un recuerdo de mi muerte
ALBERTO CAEIRO: Estás hablando solo, como un futura me estremece desde adentro.
fantasma. Sientes miedo de lo que está
pasando.
QUINTO ESPASMO:
acontecimientos.
Los heterónimos conforman una línea de coro, agitan las hojas, mueven la marea
interior de Pessoa que en un contraplano sigue reaccionando con los signos de su
cuerpo. La marea interior crece, la agitación de los heterónimos afecta al poeta
LOS BUENOS CONSEJOS
que habla y tiembla como poseído por distintos espíritus. Los heterónimos se Tres mujeres aparecen, emergiendo de la penumbra y se proyectan en una imagen
desplazan, ondulan las hojas en el aire, contra el suelo entre sí y multiplican las protectora. Una trinidad femenina, la triple diosa, una deidad que Pessoa, en sus
sensaciones de oleajes emocionales que remueven el alma de Fernando Pessoa. devaneos delirantes añora, en ese momento, cuando todo se fuga.
266 267
En un plano de fondo: María Magdalena, la madre; la tía Anica, hermana de la MARÍA XAVIER: En Lisboa por las calles caminan
Cinco textos dramáticos
MARÍA XAVIER: El tío Cunha habla siempre de ti, eres Una cuarta mujer aparece en el delirio del poeta: la tía Rita, la mayor, tía de la
como un hijo. madre y hermana de María Xavier; se ve más anciana, vestida de negro, enojada
con Fernando.
MARÍA MAGDALENA: Te mando besitos, los hermanos
quisieran jugar contigo TÍA RITA: No tiene talento para los negocios,
Fernandito, Termine una carrera,
ANICA: Lo que pasa es que la tía Rita se vuélvase útil y busque un trabajo
preocupa por tu futuro. decente, que le de prestigio y le permita
sostener una familia.
MARÍA XAVIER: ¿Y tu madre cómo está, te ha escrito,
cómo están tus hermanos? FERNANDO PESSOA: Tía Rita, tía Anica, tía María, yo sí
trabajo, soy corresponsal extranjero,
MARÍA MAGDALENA: Soñé contigo, hijo, ¿cómo está Lisboa,
redacto y traduzco cartas comerciales
cómo son tus días?
en inglés, francés y portugués.
ANICA: Dile que Lisboa no existe, se ha
derrumbado como un sueño de naipes.
268 269
TÍA RITA: A mí no me gusta verlo por ahí, sin MARÍA MAGDALENA: Yo lo amo, me siento orgullosa de su
Cinco textos dramáticos
FERNANDO PESSOA: He trabajado para la firma Lavado, Las tías se lamentan y la madre sufre. Luego, se retiran, casi imperceptibles.
Pinto y Compañía, y para la Sociedad Pessoa se siente ebrio, no pierde el equilibrio controlado, se queda en silencio,
Anjos y Compañía en la Calle se quita el abrigo, escucha voces y, de súbito, alguien golpea la puerta de su
Fanqueiros y me conocen en otra habitación. Son los heterónimos que lo buscan, para que vayan a beber, porque
oficina, en la plaza de Corpo Santo. sin licor no existiría ni el amor ni el desamor. Le hablan, al otro lado de la puerta.
Rita se agita, tiembla, al borde de un ataque de neurastenia. Las mujeres siguen ÁLVARO DE CAMPOS: Vamos Fernando, la noche nos
hablando, como repitiendo cartas a Fernando, que se desespera y gira y se siente convoca.
a punto de estallar. Respira, respira, se tranquiliza, retrocede. Ya sabe que no lo
comprenden. RICARDO REIS: El deleite está en el misterio de las
calles.
FERNANDO PESSOA: No tengo horarios fijos, no me gusta
ajustarme a la rutina, yo escribo tía, yo Alguien, en off, patea la puerta. Un instante de silencio.
escribo.
FERNANDO PESSOA: ¡Si continúan golpeando la puerta soy
Las cuatro mujeres se adelantan, como si estuvieran reunidas en la misma casa, capaz de tumbarla primero!
recogen las hojas que están en el piso, las cientos de cartas que intercambiaron
ALBERTO CAEIRO: No solo eres un simulador, eres ridículo,
con ese pariente con tan poco seso para llevar una vida normal. Mientras
te falta convicción.
organizan las hojas y ponen orden a una habitación imaginaria, hablan de
Fernando. ÁLVARO DE CAMPOS: Eres el niño de su mamá. La oveja
camaleónica de la familia.
ANICA: Nunca aprendió a organizar sus
prendas, jamás entendió que hay un RICARDO REIS: ¡Salud, por Antonio Chiado, un
sitio para cada cosa. antepasado!
MARÍA XAVIER: Fernando, son hermosas tus cartas y ÁLVARO DE CAMPOS: ¡Salud, por Antonio Botto, el
tus poemas me conmueven. apasionado!
270 271
Se encuentran, se abrazan, ríen y celebran entre bromas y versos. MARÍA MAGDALENA: Esta casa está llena de significados. A
Cinco textos dramáticos
SEXTO ESPASMO:
Fernando escucha, siente como se desdobla la memoria: los niños del pasado
juegan y cantan “La bella infanta”. Dionisia, se molesta, algo le ocurre en su
percepción de las cosas, deja de ser la abuela apacible y enfermiza, sus gestos
se alteran, su mirada se torna iracunda y cambia de brillo. Es otro ser, con una
personalidad fuerte y temperamental.
DIONISIA: ¡Qué me calle!, jamás voy a callarme, DIONISIA: Fernando, nieto mío, los gitanos se
ni siquiera estando muerta, sepan que llevan a los niños y los venden en
Dionisia Estrela de Seabra Pessoa, no Hungría y en Flandes o los cambian
es una vieja loca. Se quieren quedar por telas y perfumes en la ciudad de
con la herencia que me dejó mi marido Amberes. Te voy a regalar a los gitanos,
y que yo no puedo manejar porque Fernando, tú vales menos que una
274 275
camisa que nadie usa. Eres delgaducho Fernando adulto mira y con la hoja en la mano lee el poema “A mi querida mamá”.
Cinco textos dramáticos
SÉPTIMO ESPASMO:
la madre acaricia al Pessoa adulto que recuerda y llora en silencio, conmovido. En
el delirium de Pessoa, la memoria es un juego de planos temporales, de imágenes
que suceden en los espejos de la mente. Pessoa da un paso y se encuentra de
frente con el niño que había sido alguna vez en la vida.
PORTUGAL ARDE
El niño se sorprende, se asusta e involuntariamente deja caer una hoja que
lleva en la mano. El niño corre a los brazos de María Magdalena que intenta
tranquilizarlo. Pessoa adulto recoge el papel y sigue caminando. El niño calca la
POR DENTRO
imagen que hace unos momentos componía el Pessoa adulto en los brazos de la
madre.
La noche cierra puertas y ventanas y la gente se asoma a través de las hendijas o Los seguidores del líder muerto se reúnen ante el cuerpo de Sidónio Pais, le
detrás de las cortinas. Hay voces de alarma y un hombre corre y golpea puertas y rinden honores. La gente lo despide agitando las hojas en blanco. Hay dolor y
pide que le abran, que lo salven que están matando gente. Hay desplazamientos revuelta en el ambiente.
de alarma, gente que huye, puertas que se abren y se cierran. Abilio Cuaresma
se camufla y vuelve a ser Fernando Pessoa, con sus lentes normales, de marco FERNANDO PESSOA: Heroísmo y gloria son las divisas de un
redondo. hombre que es precursor de una nueva
era en Portugal. Heraldo del príncipe
Pessoa observa una manifestación que se desdobla en vivas y aplausos. Se abre encubierto, hombre de armas y de
una calle de honor, y aparece, carismático y solemne, Sidónio Pais. El presidente gobierno, fue sometido al escarnio de
militar que camina entre su pueblo. La gente lo mira con respeto y devoción. El la muerte. Estaba trazando el rumbo y
líder saluda con optimismo victorioso. Es un cuadro cercano a lo épico. Pessoa truncaron su destino.
percibe a Sidónio Pais como presidente-rey, una especie de redentor histórico.
De súbito, en el centro de la solemnidad resuenan disparos y Sidónio Pais cae de
manera fulminante. En el desorden otros caen o se arrastran o corren y gritan.
Pessoa está estupefacto, no logra reaccionar ante las visiones del magnicidio. La
278 279
BERNARDO SOARES: Con todo el respeto que usted me su estado natural. Solo y desconcertado.
Cinco textos dramáticos
FERNANDO PESSOA:
civilización continúe.
LA ENCRUCIJADA
individualista. Lo real es la leña que
arde, la fe es la llama.
DE LO DIVERSO
BERNARDO SOARES: Siento desdén por los que desconocen
que la única realidad para cada uno
es su propia alma y el resto, el mundo
exterior y los otros, son una pesadilla,
una indigestión del espíritu. Pessoa se refugia en el abrigo, se acoge a la penumbra y camina por las calles de
ensueño de Lisboa, de luz tenue y ambarina. En el plano de fondo los heterónimos
FERNANDO PESSOA: Pienso en el destino glorioso de se cruzan, como recorriendo callejones, en uno y otro sentido. Pessoa camina del
Portugal, en el retorno simbólico del rey proscenio al fondo del escenario, por un callejón imaginario. Los heterónimos lo
don Sebastián. acechan, con cierto aire de disimulo. Cuando lo tienen al alcance de la mano lo
rodean, lo acosan, lo retan y terminan forzándolo para que los escuche.
La gente se desplaza y el ritmo de las pisadas va marcando el sentimiento de una
masa de gente furiosa, inconforme, que busca cauce y que necesita una causa. El ÁLVARO DE CAMPOS: Soy demasiado amigo de Fernando
ascenso de una inclinación militarista comienza a acentuarse y se expresa en la Pessoa para hablar bien de él sin que
manera de marchar, haciendo sonar las pisadas, copando todo el escenario, con me sienta mal. La verdad es una de
fuerza y compás. las peores hipocresías que obliga la
amistad.
De súbito, se detienen y respiran. Fernando Pessoa se coloca una página en el
RICARDO REIS: De una vez por todas queremos hablar
rostro, como una máscara sin rasgos, como si fuera la figura de la misma muerte.
contigo, sobre nosotros, saldar dudas
Hay un coro de cuerpos sin rostro, con páginas en blanco en vez de caras, que
acerca de una relación contradictoria.
se va conformando: es la multiplicación de las máscaras, de las páginas, de los
Siempre hablas con ambigüedad, nos
seres imaginarios que siempre lo acompañan.
evades con frecuencia. Sospecho que
mientes y yo abomino de la mentira
Todos se alejan lentamente, Pessoa queda solo, irremediablemente solo. Parece
porque es una inexactitud.
280 281
FERNANDO PESSOA: Inventé varias personalidades. Desde FERNANDO PESSOA: No somos más que degenerados hijos
Cinco textos dramáticos
Los heterónimos se esfuman y Pessoa queda solo, al borde de caer doblado por
el cólico hepático. No cae del todo, solo trastabilla, desorientado, buscando un
asidero.
NOVENO ESPASMO:
PESSOA Y CARNEIRO
Un nuevo ambiente ilumina el espacio con tonos ambarinos y azulosos, como
la luz nocturna que se proyecta en las plazoletas de Lisboa. Entre innumerables
hojas de papel, esparcidas por el suelo, como baldosines rectangulares, Pessoa
piensa en el desafecto y sus cortantes filos.
Aparece el poeta Mário de Sá Carneiro, un poco ebrio, cantando sus versos, con el
gabán en el hombro, alegre, exultante.
FERNANDO PESSOA: Ahora que estoy dejando la vida sé que Sá Carneiro continúa su camino, entre la embriaguez y la angustia interminable.
eres mi único confidente. Se esfuma, como un fantasma. Pessoa se dobla, siente que las entrañas están
padeciendo un proceso de destrucción irreversible, la saliva sabe amarga.
MÁRIO DE SÁ CARNEIRO: Tengo una curiosidad, ¿tú percibes la Resuena el poema de Sá Carneiro. Pessoa, solitario, se deshace en lágrimas.
presencia oculta de los espíritus?
DÉCIMO ESPASMO:
atroces estando en Lisboa. Bebía y
lloraba; mis entrañas me decían que ya
no existías.
286
EL HETERÓNIMO MUJER 287
En una ventana imaginaria, en el plano de fondo, una mujer canta la música del nacimiento y siempre se rieron de mí.
Cinco textos dramáticos
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Cuando el tenue resplandor de la lámpara tiende a extinguirse, la luz eléctrica FERNANDO PESSOA: ¡Oh hembra cuerpo macho en tal
Cinco textos dramáticos
CAMPOS Y PESSOA: Todas las cartas de amor son Antínoo se quiere ir, desea cumplir un capricho de jovencito: quiere nadar en el
ridículas. cauce del Nilo. El río está crecido y Adriano le dice que no. Forcejean, utilizando
No serían cartas de amor si no fueran un juego de fuerzas centrípetas y centrífugas, es decir, sintiendo una atracción
ridículas. poderosa procedente de Adriano y una fuerza en expansión, en fuga, originada en
También yo escribí cartas de amor en Antínoo. Es una danza, una sucesión de composiciones donde se exalta lo físico,
mi tiempo, lo pasionalmente masculino.
como las otras,
ridículas. FERNANDO PESSOA: Mi corazón canta como el pájaro de la
mañana.
Campos no dice nada, solo se desvanece, se cubre la oscuridad. Una inmensa esperanza desciende
sobre mi desde los dioses
y hace latir mi corazón con sentido más
Antínoo, cae a las aguas caudalosas y no puede con la fuerza del torrente. En una
ESPASMO: imagen angustiosa, Adriano contempla como el río le arrebata su efebo preferido.
En una secuencia de diversas composiciones y efectos de luz, que sugieren la
dinámica torrentosa de las aguas. El cuerpo del muchacho lucha y perece, flota
inerme y queda tirado entre el fango de la orilla.
Las hojas han caído alrededor de Pessoa, los heterónimos han desaparecido en la
penumbra y las brujas, haciendo línea de coro, cada una con una hoja en el rostro,
a manera de máscara, se acercan y le hablan, le vaticinan.
300 301
FERNANDO PESSOA: Ningún credo me pertenece. No ANICA: Los libros se le han convertido en una
Cinco textos dramáticos
TÍA RITA: ¿De qué le ha servido, no tiene ni para ANICA: Trabaja Fernando, trabaja, todavía
tabacos? puedes acudir a los Seabra y a los
Pessoa que ocupan cargos importantes
ANICA: Es raro, olvidadizo, sonámbulo, nadie lo
en el gobierno y en el ejército.
entiende, nadie lo entiende.
304 305
TÍA RITA: En el fondo eres una buena persona, un FERNANDO PESSOA: Tía, trabajo como corresponsal
Cinco textos dramáticos
MARÍA XAVIER: Sardina asada para tu santo, como si Después de un silencio, ellas siguen hablando sin parar, sin escuchar, solo
fueras mi hijo Fernando. diciendo una y otra vez sus comentarios sobre la vida de Fernando. Refuerzan la
cantaleta con el sonido que producen las hojas de papel, que expresan la neurosis
ANICA: Fernando, no dejes todo por ahí botado de las buenas señoras y el orden lógico de sus costumbres. Se mueven, se
como si fueras un rapaz, ya eres desplazan. María Magdalena hace dúo con Anica y Rita con María Xavier. Siguen
grande. hablando, contrastando las voces y aumentando la perorata.
TÍA RITA: Fernando, es por tu bien, no dejes de
hacer tus cosas con responsabilidad. El poeta asume una decisión, toma la maleta con ademán de marcharse. Las
mujeres reaccionan y se acomodan junto a Fernando, como en un daguerrotipo
FERNANDO PESSOA: Tía Rita, el fracaso de la imprenta de familia. La luz parpadea como un flash de vieja cámara y la imagen se activa.
fue consecuencia de mi falta de Pessoa va a tomar la maleta y las mujeres la recogen, como si acabara de llegar
experiencia, todo parecía ir muy bien, no de una breve ausencia. Se disgregan, como fantasmagorías. Pessoa vuelve a
sé en qué momento se desconectaron quedar solo, con un cólico hepático que no le da tregua.
las cuentas y los sueños.
ANICA:
de hacer un mandado.
306
BERNARDO SOARES 307
Una luz puntual cae sobre Bernardo Soares, auxiliar de contabilidad, ayudante de que Fernando Pessoa es la caricatura
Cinco textos dramáticos
FERNANDO PESSOA: Nada puede comprenderse, Bernardo, Ambos, al mismo tiempo, se paran, se miran fijamente. Pessoa gira la silla, da
ni átomos ni almas. Por eso nada la espalda a Bernardo Soares y hace mutis por un costado. La silla se detiene,
posee nada. Nada vale la pena. Es Bernardo se sienta y cae en el desasosiego. La oscuridad es un relámpago de
mejor ser otro para llegar a ser uno. tinieblas que aparecen y desaparecen, lentamente.
310 311
MARÍA MAGDALENA: Leo tus cartas una y otra vez y solo me
Cinco textos dramáticos
DÉCIMO SEXTO
somos foráneos con deseos de
retornar a nuestra tierra.
ESPASMO:
FERNANDO PESSOA: Madre, soy un navío desarbolado,
expuesto a las marejadas del destino.
He sido náufrago y mi mano buscó tu
contacto y me sentí a la deriva, contra
el acantilado.
FERNANDO PESSOA: Madre, de repente estoy solo en el Confío que pronto nuestras vidas se
mundo. Atravieso tiempos, atravieso juntarán para siempre.
silencios, y seres sin forma pasan a
través de mí.
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María Magdalena se estremece y deja caer las hojas. Se arrodilla como María Magdalena gira lejana y cae de rodillas, se para y vuelve a girar, aconseja a
Cinco textos dramáticos
Pessoa se estremece por dentro, cae en el agujero negro del dolor y la ausencia;
DÉCIMO SÉPTIMO
siente desde el alma, desde las vísceras. Todo es un torbellino delirante donde
se mezclan los vacíos, los recuerdos, las distorsiones surreales de la memoria
compulsiva. Aparece salvadora la tía María Xavier, que trae una especie de
ESPASMO:
bandeja de hojas con hojas. Se desplaza haciendo un círculo protector y las
hojas van cayendo, planeando en las pequeñas corrientes de aire que produce el
desplazamiento.
FESTEJO DE PAGANOS
Antonio; entiendo que la literatura es
parte de tu naturaleza. Te festejo en
la vida y en la muerte así yo sea solo
un fantasma que ya no brinda ni con Contraluz azulado y ambarino, ambiente lisboeta en la madrugada. Pessoa y los
vino ni con agua porque mi espíritu no heterónimos, andan por ahí, con abrigos y sombreros, vestidos igual o parecido;
tiene sed y no se embriaga. Un cortejo son una imagen en el fondo, que se vislumbra lentamente. Vienen caminando
de poetas imaginarios acompañará por una calle, amaneciendo, bebidos, infundidos por la poesía, celebrando el
tus pasos el día en que el río de la vida acontecimiento de los sentidos y la magia del verbo.
se detenga. Vendrás entre la niebla
príncipe derrotado, niño pequeño, árbol Álvaro de Campos es el más eufórico. Se detiene bajo el destello de un reflector
de invierno con sombrero. que sugiere la luz de un farol en una esquina.
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ÁLVARO DE CAMPOS: Estamos festejando la obra de recadero de la esquina, el dramaturgo
Cinco textos dramáticos
318 319
En el delirio de Pessoa las tres Moiras ahora son tres veladoras, mujeres que SEGUNDA VELADORA: Al principio creó los paisajes, después
Cinco textos dramáticos
PRIMERA VELADORA: Cuenta siempre, hermana mía, cuenta TERCERA VELADORA: Hermana, no nos tenías que haber
siempre... contado esa historia, ahora me extraño
de estar viva con más horror.
SEGUNDA VELADORA: Sí, os hablaré más de mi sueño.
SEGUNDA VELADORA: Ya no sé si hablar o no hablar, ya no
TERCERA VELADORA: Cuenta con prisa, sigue contando... siento nada.
Vuelve a tu sueño... El marinero. ¿Qué
soñaba el marinero?... PRIMERA VELADORA: No hablemos más, me duele el
intervalo que hay entre lo que piensas y
lo que dices.
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ÁLVARO DE CAMPOS: Eso digo yo, después de doce minutos FERNANDO PESSOA: Te quiero como me quiero a mí mismo,
Cinco textos dramáticos
Las mujeres desarrollan imágenes, interrumpen y hacen mutis. Caeiro y Reis ÁLVARO DE CAMPOS: Soy todo lo que no te atreves a ser.
hablan de paganismo, Campos y Pessoa de teatro. Campos dice que el teatro es Fernando Pessoa es temeroso, se
movimiento y Pessoa sueña con un teatro inmóvil. Campos festeja y canta con reprime y sufre como un hipocondríaco
Caeiro, repitiendo hasta el cansancio “Cantigas de portugueses”. consumado.
Fernando Pessoa y Álvaro de Campos, abrazados, han caído, ruedan ebrios y se ÁLVARO DE CAMPOS: No hablemos de lo mismo, me siento
detienen bajo las estrellas. en el juego del arrepentido y su sombra.
Tu eres la sombra y yo el arrepentido.
ÁLVARO DE CAMPOS: ¿Por qué diablos me hiciste un poeta Me arrepiento de dedicar tiempo a tu
de papel si yo necesito ser humano crisis, porque nunca serás capaz de
y materializar mis deseos en actos superarte. Mira, acabo de terminar un
directos y reales? poema portentoso como el océano
donde danzan mis demonios y mis
FERNANDO PESSOA: Tengo la impresión de que no existen bajos instintos, todo, incluyendo
diferencias entre lo real y lo irreal, el misticismo, sublimado por la
excepto que lo fabulado se acerca más palabra libre, el verso sin medida y la
a la verdad. exuberancia de metáforas encendidas.
Los portugueses somos marítimos y
ÁLVARO DE CAMPOS: Me niego a pertenecer a la irrealidad nuestras raíces están en el carácter
que has inventado. huracanado de los navegantes.
322 323
Pessoa empieza a decir versos de la Oda Marítima y Campos repite, completa ÁLVARO DE CAMPOS: Todos tenemos dos vidas: la verdadera,
Cinco textos dramáticos
ÁLVARO DE CAMPOS: Lo he titulado Oda Marítima y estás FERNANDO PESSOA: Pareces un actor improvisando.
autorizado para publicarlo en Orpheu, ÁLVARO DE CAMPOS: ¿Valió la pena, Fernando?
así tu revista será recordada, gracias a
mis versos. !Ah!, y no vuelvas a hacer el FERNANDO PESSOA: Todo vale la pena si el alma no es
ridículo diciendo que soy una invención pequeña.
tuya, no levantes falsos testimonios.
Recuerda, soy futurista y tú eres el Campos ríe estruendosamente y abraza a Pessoa. Luego se aparta, se confunde
señor de los arcanos. con las sombras. Hay una pausa y en un punto opuesto saliendo del coro, aparece
la imagen de una mujer con una hoja-pañuelo en la mano. Pessoa se llena de
FERNANDO PESSOA: No soy solo un escritor, soy toda una saudade, recuerda el largo adiós de María Magdalena.
literatura.
324 325
viviré con esta duda, con esta
Cinco textos dramáticos
ADEUS, OFÉLIA, ADEUS dijo que usted andaba por ahí diciendo
que yo no le interesaba. Si es así
prefiero la desilusión a vivir como una
Dos espacios, dos planos distintos, contrapuestos. Pessoa y Ofélia hablan, ilusa.
como si estuvieran cerca, pero estando lejos, cada uno en su casa, teniendo
comunicación epistolar. FERNANDO PESSOA: No hay quien sepa si yo la quiero o no,
porque a nadie he dicho una palabra
OFÉLIA: Feliz sería si me dijera qué significo sobre el asunto.
para usted. A una mujer le gusta que le
comenten lo que piensan de ella. OFÉLIA: Fernando, ¿tendré que esperar mucho
para ver realizado mi sueño?, ¿aquello
FERNANDO PESSOA: Reconozco que todo esto resulta que más deseo en esta vida?
cómico, y que la parte más cómica soy
yo. FERNANDO PESSOA: ¿Me quieres por ser yo o por no serlo?
328 329
Fernando se detiene en la madre, que desciende la escalerilla del barco y queda
VIGÉSIMO PRIMER
Cinco textos dramáticos
Fernando se arrodilla, coloca la cara contra el regazo de la madre y solloza. BERNARDO SOARES: En cierto modo yo cargo los temas
La madre lo anima para que se pare y lo toma del brazo, orgullosa del hijo. La que usted evade casi siempre. Cumplo
señora, que demuestra más edad que la que tiene, avanza, cojeando, apoyada en horarios de oficina que me dejan
Fernando, que le habla, a intervalos de silencios prolongados. extenuado y usted se sienta ante un
escritorio de vez en cuando. Usted
FERNANDO PESSOA: Conseguí una casa grande, en Campo redacta cartas ajenas, yo sumo cifras
de Urique, en Rua da Rocha, bonita, de movimientos que no son míos, de
con espacios bien iluminados, en una ganancias que no me pertenecen.
zona tranquila. Ahí podremos vivir sin
inconveniente. Tu habitación es la más FERNANDO PESSOA: Ebrio de errores soy incapaz de
grande y la mía da a la calle y tiene trasladar responsabilidades y mi
ventanales. conciencia llega hasta donde cada
personalidad me lo permite. Sería feliz
La madre se aleja, hacia atrás, como si una fuerza de fondo la succionara hacia la si mis criaturas no inventaran niveles
oscuridad. Fernando se siente mareado, todo el cuerpo le duele, no distingue lo de conflicto conmigo. No me sienten
real de lo imaginario. Se arquea, adolorido, con poco aire en los pulmones. como un padre, me perciben como un
mal padrastro. Eso me desconsuela.
330 331
Bernardo coloca folios sobre la silla y la gira de manera reiterada. Las hojas no siempre quiero tener en cuenta.
Cinco textos dramáticos
VIGÉSIMO SEGUNDO
el ejercicio de las actividades sociales,
individuales y colectivas. Los más
indicados para gobernar en un estado
ESPASMO:
de transición son los encargados
de conservar el orden, es decir, los
militares. La democracia moderna no
es más que la sistematización de la
anarquía. La fuerza es el fundamento
334
DE LA DICTADURA pero hoy en día, dadas las condiciones
335
económicas y sociales, la monarquía es
VIGÉSIMO TERCER
Cinco textos dramáticos
LAS MÁSCARAS
dolor de los espectros.
DEL ALMA
andrógino, lo realista y lo irreal, es decir,
lo mítico. A ti me quiero integrar, en
la comunión de los arcanos y en los
signos de un reino anclado a orillas del
río del tiempo. Pessoa va por las calles de luz amarillenta, enfundado en el abrigo, con poemas
bajo el brazo, ensimismado. De súbito aparece, de frente, el fantasma de la abuela
Dionisia, que lo sorprende y lo hace retroceder unos pasos.
338 339
DIONISIA: ¿Estamos muertos Fernando, estamos FERNANDO PESSOA: Abuela descansa en paz.
Cinco textos dramáticos
DIONISIA: Y si no estamos muertos, ¿por qué la FERNANDO PESSOA: Ahora comprendo que tus problemas
sombra de tu padre me persigue? psiquiátricos se parecen demasiado
a mis problemas literarios. Siempre
FERNANDO PESSOA: Yo no sé abuela, eres nerviosa. tuve miedo de tu secuela, a veces
la demencia se transmite entre
DIONISIA: Tu padre, recuerdas, pobre desdichado,
generaciones.
mi hijo tísico, que no parecía
descendiente de militares porque
DIONISIA: Fernando, en la muerte no hay
tenía alma de artista. Era delicado,
psiquiatras y el único loco es Dios. Hoy
le gustaba la música, estaba un poco
nos veremos, hay un tranvía que pasa
loco, Fernando, como tú, maldito nieto,
por la casa y llega hasta la puerta del
dime si estamos muertos.
Cementerio de los Prazeres. Sabes que
FERNANDO PESSOA: No abuela, según mi carta astral moriré te estoy esperando nieto mío.
a los cuarenta y nueve años, la cifra
cabalística, abuela, tu no entienden los La luz se apacigua hasta desaparecer.
astros, aún faltan dos años.
ABILIO Y LA SOMBRA
ventanas? Fernando.
340 341
Como si estuviera en un callejón de Lisboa, Abilio Cuaresma aparece metido ABILIO CUARESMA: Intentas despistarme, pero conmigo no
Cinco textos dramáticos
ABILIO CUARESMA: Eres mi sombra o eres la sombra de ABILIO CUARESMA: Si tuvieras autonomía o aprendieras
Pessoa. Por tu retórica estás más cerca a desdoblarte entrarías a dónde yo
de él que de mí. no puedo ir. Sería una ventaja para
esclarecer casos difíciles y para
LA SOMBRA DE ABILIO: La realidad es inversamente fisgonear en lugares privados.
proporcional a sí misma y con mucha
facilidad se vuelve irreal. Así es la vida. LA SOMBRA DE ABILIO: Atrévete a dudar de las coordenadas
En la muerte es distinto: la realidad es de lo real. Todo no es como parece.
solo una apariencia y la imaginación Pessoa ha inventado los heterónimos,
abre las puertas de lo inesperado. pero antes los heterónimos lo
inventaron a él. Es Pessoa el irreal y los
ABILIO CUARESMA: Siempre pensé que los heterónimos heterónimos simplemente existen en
carecíamos de sombra propia y otra realidad.
estábamos a la sombra de un autor
genial. Ahora lo estoy dudando, quizá ABILIO CUARESMA: Pessoa son varias Pessoas. Él se
la realidad solo refleja las formas despersonaliza, se desdobla y se
exteriores de un todo que no cabe en la transfigura haciendo un juego literario.
cabeza. Los heterónimos pensamos lo
contrario. Soy heterónimo, con cierta
LA SOMBRA DE ABILIO: Vaya expresas lo que pienso, ¿eres mi independencia en las ideas y con
sombra o mi reflejo? hábitos de semejanza que no he podido
abandonar. Por eso pienso como ellos:
Pessoa no existe, es un personaje
imaginario.
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LA SOMBRA DE ABILIO: Nacemos en el crepúsculo y morimos RICARDO REIS: Buen viaje, la vida es un día para nacer
Cinco textos dramáticos
ESPASMO:
FERNANDO PESSOA: Reconozco que fracasé. Sólo me
asombro por no haber previsto que
fracasaría. ¿Qué había en mí que
pronosticara un triunfo?, yo no tenía
la fuerza ciega de los vencedores o
Los heterónimos irrumpen la soledad del poeta que respira con dificultad. Cada Los heterónimos se expresan despidiendo a Pessoa que llegó al último instante
uno trae su paquete de poemas, su montón de hojas. Abordan a Pessoa. Los de la existencia. Después de hablar, se extienden en el suelo, como volviendo a
acompaña una mujer enigmática que toca el acordeón. Es la muerte, como la casa. El último es Pessoa, en el centro de un panteón imaginario donde yace el
perciben los sentidos delirantes de Pessoa. poeta y sus personajes.
Los heterónimos se despiden entre sí, especialmente abrazan y estrechan la ALBERTO CAEIRO: Si quieren escribir mi biografía sepan
mano de Pessoa, con saudade y regocijo. Han llegado al final de un viaje. Hay que solo tiene dos fechas. La de mi
algo de fiesta y funeral en la actitud de los personajes. nacimiento y la de mi muerte. Entre una
y otra todos los días son míos.
ALBERTO CAEIRO: Adiós Fernando y bienvenido, porque
estando ya difunto, he sido heterónimo
y fantasma, pero, sobre todo, he sido tu
amigo.
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ÁLVARO DE CAMPOS: Entremos en la muerte con alegría. Se infundio de la república que acabó con
Cinco textos dramáticos
RICARDO REIS: Regresé llamado por la agonía de Cuando Chevalier deja caer la hoja que tiene en la mano y dice: ¡adiós, Fernando!,
Pessoa cuando ya era un fantasma ¡adeus, Fernando!, las luces se extinguen y solo queda el cenital que da de lleno
impregnado en la brisa de Lisboa. Es en la agonía de Fernando Pessoa. El fuelle del acordeón de la muerte coincide con
inexacto mi derrotero porque nunca fui la respiración de Pessoa, cada vez más difícil y congestionada. La vida se escapa,
derrotado por el paso del tiempo, soy el alma tiembla en el tiempo de las últimas pulsaciones.
antiguo como un recuerdo. Lo fui todo,
nada vale la pena.
LOS ROSTROS
Cada uno, a su manera, se cubre con las hojas, sugiriendo una sábana
fragmentada, un túmulo, una tumba. Al fondo la enigmática mujer, que es la
muerte, seductora, dama antigua, con su acordeón de puerto, desliza en el
DE PESSOA
ambiente una melodía que trae el recuerdo de Lisboa a orillas del río Tajo. Cerca,
de pie, está el pequeño Chevalier de Pas, el corresponsal imaginario, cuando
Pessoa tenía siete años. Chevalier tiene una carta en la mano. Pessoa está
conmovido, se olvida del cólico, sabe que está llegando a su final, como en una
El tiempo se acorta, los espasmos son más continuos, menos espaciados,
pieza de teatro.
las imágenes se cruzan, la rueda de los acontecimientos gira más rápido.
FERNANDO PESSOA: Olviden todo lo que tiene que ver Con los últimos impulsos, Fernando Pessoa deja de pensar en el dolor que lo
con el interregno, ese escrito no destroza y respira a profundidad los últimos sorbos de aire. Al fondo aparecen
existe, las opiniones políticas son tan los heterónimos, con rostro de Pessoa, con distintas estaturas, con una sola
relativas como estúpidas. La junta fisonomía. Respiran y se reúnen, como el último protocolo de la aventura
militar terminó con la democracia, ese poética. Luego, se van, se pierden en la penumbra del fondo. Pessoa queda solo,
desenmascarado.
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FERNANDO PESSOA: Juro siempre tener en la memoria
Cinco textos dramáticos
ESPASMO:
los zapatos. Se siente desnudo, libre de huesos y deseos.
Un haz de luz ilumina la figura del hombre del abrigo y el sombrero, la atmósfera
Un vacío de paz interior absorbe los recuerdos y solo existe el viento, la sensación
del verbo convertida en vibración pura. Pessoa siente el fulgor de la luz y quiere
verla íntegramente.
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Cinco textos dramáticos
Son tragedias que parten de las mismas fuentes míticas y legendarias que usaron
los clásicos, pero reinterpretando los hechos y proponiendo puntos de vista que
dejan ver el transverso de los roles originales.
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