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Cinco textos dramáticos


Cinco textos dramáticos Presidente de la República
Gustavo Petro Urrego
©2022, del texto: Juan Carlos Moyano Ortíz
©2022, de la primera edición: Ministerio de Cultura Ministra de Cultura
Calle 9 Nº 8-31, Bogotá D.C., Colombia Patricia Ariza Flórez
www.mincultura.gov.co
Secretaria General
Edición: Andrés Echeverri García Claudia Jineth Álvarez Benítez
Correctora de estilo: Ana Sofía Buriticá Vásquez
Diseño y diagramación: Juan Sebastián Cardona Flórez Director de Artes
Víctor Manuel Rodríguez Sarmiento
Primera edición: Ministerio de Cultura, Bogotá, 2022
Líder Área de Teatro y Circo
ISBN: 978-958-753-544-0 Gina Patricia Agudelo O.

Editado en Colombia Integrantes Área de Teatro y Circo


Clemencia Noreña
Queda prohibida, sin la autorización escrita de los titulares del copyright, bajo las Diana Marcela Castellanos
sanciones establecidas en las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por Miguel Ángel Pazos
cualquier medio o procedimiento. Rosa Elena González
María del Pilar Acosta Teatro Tierra
Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad Calle 31 No. 4-27, Bogotá.
de sus autores y no son atribuibles al Ministerio de Cultura de Colombia. Corporación de Desarrollo Social élite www.teatrotierra.com
Carlos Eduardo Henao Useche
Andrés Echeverri García Fotografías: Carlos Mario Lema
Cinco textos dramáticos

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Cinco textos
dramáticos Contenido
La resurrección de los condenados. 8 Introducción

La maldición del rey ciego. 15 La resurrección de los condenados

Lo inconfesable. 67 La maldición del rey ciego

La montaña de los signos. 123 Lo inconfesable

Los cinco entierros de Pessoa. 181 La montaña de los signos

247 Los cinco entierros de Pessoa

350 Nota biográfica

Escrito por: Juan Carlos Moyano Ortiz

Teatro Tierra / Ministerio de Cultura.

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Introducción
Cinco textos dramáticos

Cinco textos dramáticos


La germinación de lo dramático
La poética del drama ocurre en el Me interesa la metáfora dramática, En esta muestra de textos ofrezco
escenario, donde es posible fabular las melodías de lo impronunciado y cinco experiencias que dejan ver tres
personajes que dejan ver sus paisajes la posibilidad reveladora del verbo. vetas que he seguido temáticamente,
interiores para acercarnos a realidades Siendo hombre de teatro, dedicado a la como buscando el rastro de huellas
ocultas detrás de las apariencias. labor del escenario, dejo que las obras asociadas a los caminos forjados en un
Las situaciones en el teatro no son germinen y crezcan en las tablas; me largo recorrido. Es una narrativa teatral
simulaciones, más bien revelan nuevas gusta que los signos cobren vida y se nutrida por la memoria histórica, la
elocuencias o maneras de apreciar el integren a la construcción de imágenes literatura como intento gnoseológico y
claroscuro de los espíritus. Concibo y situaciones, en el trabajo con actores la herencia del teatro de la antigüedad
la dramaturgia como un ejercicio y actrices, en el crisol de cada escena. griega, percibido libremente, sin
directo que se materializa en las No he dependido de preceptivas ni esquemas académicos y sin la lógica
tablas. Casi siempre realizo montajes doctrinas para ejercer la dramaturgia normativa del pensamiento aristotélico.
en los que las palabras se integran y más bien he acudido a la poesía Son asuntos predominantes en
a la puesta en escena y definen latente en el arte de la actuación y al casi medio siglo de periplo por los
rasgos característicos del habla y del trabajo de experimentación a través escenarios. He acudido a vida de
pensamiento. Me gustan los tonos de la resemantización de los objetos. poetas, a lo que sus poemas me han
subjetivos, las emociones, los agudos Con los cuerpos actuantes intento dejado y he bebido de novelas y relatos,
contrastes, los abismos psicológicos y pintar de manera viviente lo que se buscando episodios equivalentes en los
la gama de sensaciones y sentimientos siente: lo cósmico y trivial de nuestros espejismos de mi propia vida. Tampoco
que subyacen tras momentos y pequeños universos. Casi siempre, con he sido ajeno a las pulsaciones de la
situaciones de la vida cotidiana y extra apuntes y bocetos, entro al escenario y memoria y me he involucrado con los
cotidiana. En los textos que escribo los desarrollo búsquedas y sentidos hasta territorios y con sucesos, cargando
personajes transitan por la imaginación ir armando estructuras dramáticas que bártulos y propuestas por ciudades y
e interactúan con obsesiones y congenian con las posibilidades de la pueblos extraviados en las geografías
fantasmas, para acercarse a la interpretación y con las intenciones del de un país de tópicos infinitos e
realidad, sintiéndola, jugando con ella, montaje. Algo práctico, polisémico, que interminables conflictos políticos, que
hasta confundirla con los sueños o se obtiene a través de la conjugación de se reiteran en el movimiento de la rueda
transformarla. las partes que se acoplan en lo teatral, de la historia.
que está más allá de la literalidad y que
no se reduce únicamente a la escritura
literaria.
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El teatro universal me ha entregado En obras como La resurrección de los La montaña de los signos, es un Los cinco entierros de Pessoa, es
legados directos con grandes condenados, la temática es histórica, texto incubado desde comienzos de consecuencia del hado poético de mi
directores como Eugenio Barba e Isso política, memoriosa, son creaciones los años ochenta, en el siglo pasado, vida y otras vidas, cuando anduvimos
Miura, que desde la época juvenil me donde la dramaturgia se lleva a cuando estaba recorriendo México con en Lisboa, una ciudad milenaria,
dieron herramientas para considerar la cabo en caliente, es decir, desde el el Teatro Taller de Colombia. Decidí, encallada a orillas del río Tajo, donde
escritura teatral como algo integrado a laboratorio de trabajo, mezclando la por curiosidad e intuición, reconocer nació y vivió Fernando Pessoa. Empecé
los procesos de construcción escénica, argamasa del escenario con el uso los pasos del poeta Antonin Artaud, a escribir esta obra, en un pequeño
fusionando lo artesanal del quehacer del verbo para producir el fenómeno a quien admiraba precozmente, por estudio, en La Morería, muy cerca
de tablas con lo poético que surge del poético y la metáfora visual. Es el sus poemas y por los riesgos de sus de Alfama y de la Baixa, por donde
proceso de lo creativo. Así mismo, los oficio amalgamado del director y conceptos teatrales. Fue una gira llena trasegó el gran poeta portugués, con
griegos de la antigüedad me dejaron dramaturgo en la acción directa de de intensidades y aprendizaje, desde lo su alma, su bigote, su sombrero y su
ver las magnitudes insospechadas la escena. Esta pieza, precisamente, literario y lo cultural. Conocí parajes y poética de todos los lugares y todos
del ser y la complejidad de lo social. fue laboratorio y montaje creado y personas y realicé pesquisas de campo los tiempos. Me impregné de su vida,
Los grandes trágicos son pertinentes dirigido a dos manos, junto con Misael en relación con la peregrinación de este bebí en la tabernas que frecuentaba,
y sus voces trascienden el tiempo y Torres. La maldición del rey ciego y surrealista -trasgresor de trasgresiones- conocí los lugares donde había vivido
estimulan nuevos textos, porque sus Lo inconfesable, son tragedias que a la Sierra Tarahumara, en busca de y me paré en los acantilados de la
personajes y sus historias de raíces parten de las mismas fuentes míticas sanación para su alma, queriendo beber Boca do inferno, en Cascais. También
legendarias nos llevan directo a lo y legendarias que usaron los clásicos, de la fuente del conocimiento ancestral supe del paraíso de su pensamiento y
más neurálgico de la especie humana, pero reinterpretando los hechos y de los Rarámuri. Treinta años después del desconcierto de sus actos vitales
con virtudes y desgracias, ante los proponiendo puntos de vista que retomé el tema y decidí plasmar y, por supuesto, me dejé llevar por
misterios de la vida y de la muerte, dejan ver el transverso de los roles la aventura de un poeta que fue el desasosiego y la redención de los
frente al poder y la locura, entre el amor originales. Son experimentos aplicando contemporáneo del porvenir y enfrentó sueños. En un encuentro fortuito, que
y el odio, vislumbrando lo cósmico basamentos inamovibles que siempre la disyuntiva entre el racionalismo y la tal vez estaba previsto por el hado,
o lidiando con las mezquindades, la están cambiando y que tal vez por locura y pudo visionar la sabiduría de Juan Manuel Roca, me proporcionó
venganza o el destino. Como autor eso se constituyen en tradiciones la cosmología indígena, poniendo en unos versos alusivos al poeta y sus
he dado rienda suelta a licencias dinámicas, sobre todo para quienes duda el eurocentrismo y planteando heterónimos y Lauren Mendinueta,
personales, en gracia a los espejos del caminamos por los filos de lo trágico nuevas latitudes de la estética y el me abrió las calles de Lisboa como
tiempo que muestran lo que hemos en el lenguaje del escenario. pensamiento. El punto de partida fue páginas vivientes. Entonces pude entrar
sido y seremos en el laberinto de la la vida del poeta y los indicios que a las habitaciones, a los laberintos,
existencia. dejó por escrito en poemas, guiones, a los poemas de Pessoa. Estudié
artículos y delirios que reunían voces su vida, revolví sus personalidades
de herejes y apóstatas que le hablaban y sus poemas con mi existencia y
desde el otro lado de la consciencia. con mis textos, busqué símbolos
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en las anécdotas y me propuse Estos textos escapan a las formas
desencriptar la vida y la obra de una convencionales de escribir teatro y han
de las personalidades literarias que jugado un papel determinante en la
ha marcado con profundidad el contra construcción de montajes que lograron
ritmo de lo poético. Algunas miles ser estrenados y tener vida propia, en
de páginas en blanco, resolvieron experimentos poéticos y sensoriales,
lo escenográfico y aportaron lo gracias a la magia de la página blanca y
sugerente, lo plástico y lo simbólico. la cámara negra, donde –parafraseado
Las acciones, los cuerpos, las luces y a Pessoa- caben todos los sueños
los versos del gran lisboeta infundieron del mundo. El dilema de ser o no ser
el espíritu dramático. En los procesos se resuelve en el escenario siendo
de indagación escénica en torno a otro para ser el mismo. Estos libretos
Pessoa participaron actores y actrices pueden ser tomados para inventar
de Lendias de Encantar de Portugal, caminos exitosos o fallidos. Cada uno
Teatro dos de Cuba y Teatro Tierra, de es responsable de su propia tentativa.
Colombia.

A las actrices y los actores del Teatro


Tierra que han participado en los
procesos creativos que subyacen en la
escritura de los textos dramáticos.
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La resurrección
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La resurrección de los condenados
de los condenados
Se estrenó el 26 de noviembre de 2021 El contenido de esta obra es de
en el Teatro Municipal Jorge Eliécer inspiración Macondiana, es decir,
Gaitán. Ganó el Premio Comisión de la bebe del imaginario creado por García
Verdad 2021. Márquez en la novela Cien años de
soledad, principalmente. Pero el
concepto, la dramaturgia, la historia
misma, son autónomas y proponen
una cosmovisión escénica distinta. Lo
común, son algunos personajes y la
noción de realismo mágico.

Personajes: Madre de las abuelas.


Secretista.
Pilar Bacana.
José Árbol, tamborero.
Coronel.
La niña desposada.
Hermana de vientre voraz.
Hermana de corazón de piedra.
Hermano delirante.
Hermano parrandero.
Petra la cantadora.
El extranjero.
La jefa de altares y festejos.
La muerte.
La Virgen de los Remedios / Remedios
la nieta.
Coro de fantasmas.
Coro de hombres sombras.
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Prólogo

En los parajes
de la muerte
Entre penumbra azulada, en el fondo En el centro, en un nicho gigantesco, La madre de todas las abuelas percibe
del escenario, entre acordes dramáticos en una mecedora, la madre de las cómo se agitan sus propias cenizas.
que infunden ambiente sonoro y abuelas siente que sus despojos se No logra entender lo que sucede. Había
suspenso escénico, los personajes estremecen con el aliento de un deseo dejado de sentir y de pensar y lo que
fantasmagóricos se mueven como si recóndito. Su espíritu no se resigna al más deseaba era desaparecer
no quisieran renunciar a sus gestos, a descanso eterno. La luz de un pálido para siempre en el agujero negro
las máscaras emocionales que reflejan amanecer contrasta las sombras y del olvido. Y, como en un sueño, la
todos los recuerdos en los que están entrega claroscuros que matizan los anciana oruga se mueve queriendo
atrapados. No han logrado deshacerse movimientos lentos de personajes extender los huesos carcomidos por
de los rastros de la vida: se debaten en fantasmales. Son la parentela de el tiempo, rebrotando de sí misma. La
el territorio fronterizo entre el apego por la gran abuela: los recuerdos más vieja se mece y se desenrosca desde
lo vivido y el olvido definitivo. Un lugar arraigados en la difunta que despierta. su propia tumba, emitiendo sonidos y
parecido al limbo, donde las almas a balbuceando palabras.
veces despiertan creyendo que están
en los andurriales de la vida.
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MADRE DE LAS ABUELAS: Dios mío, estoy dormida o apenas
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despierto cuando ya no pensaba y no
sentía. No me devuelvas a los dolores
reumáticos ni tampoco me hagas
vivir de nuevo con el sufrimiento de
un país convertido en cementerio. No
me desampares en lo que me está

PRIMER MOVIMIENTO: ocurriendo porque siento de nuevo


el aliento de mi cuerpo. Dios mío,
dónde está la Virgen María para que
acompañe mi sobresalto y no me deje
caer en la tentación de la vida.

EL DESPERTAR El coro de fantasmas activa el artefacto escenográfico que despliega las varas
superiores, conformando la figura de una casa grande, de altas columnas.

DE LAS CENIZAS CORO DE FANTASMAS: Por caminos de la sombra y de la nada


donde todo se olvida y todo se guarda
la abuela de las abuelas sintió pesares
transpiró entre los sopores del olvido
La imagen se hace más nítida. El secretista abre el relato con tono legendario. sintió la muerte como un estallido frío
La mujer muy vieja percibe los lazos comunicantes con los descendientes de su y recordó la vida como un bullicio tibio.
sangre y sus despojos se agitan.
La mujer vieja, el fantasma de la madre de las abuelas, camina por la casa de las
SECRETISTA: La historia comienza en los territorios ocho columnas que tiene piso de arena.
legendarios de la muerte, más cercanos
a la realidad de los sueños que a la idea MADRE DE LAS ABUELAS: ¡Fuera!, ¡fuera!, no me gusta lo que
de lo real que tienen los mortales. está sucediendo. Sentí que ya podía
descansar en paz, pero estoy pensando
La voz de la cantadora se escucha evocando la línea huidiza entre la muerte y en mi gente, en mis parientes, en los
la vida. Los personajes se adelantan lentamente, como recobrando los pasos que están muertos y en los que siguen
perdidos. vivos, porque la semilla no se ha
extinguido.
SECRETISTA: En los capullos de la memoria, los
despojos de una mujer de mil batallas Las ánimas de la parentela dan vueltas alrededor de la vieja, repitiendo
se estremecen con los ventarrones del responsos, contrapunteando con el estado emocional de la mujer que percibe el
recuerdo. deseo de desandar los rumbos de la muerte.
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CORO DE FANTASMAS: Lo que te reanima
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ánima bendita
son los recuerdos
ánima bendita
el latido del tiempo
señora bonita
los viejos tormentos
ánima encendida
señora que llama
el fuego divino
las huellas del río
ánima bendita
el primo, el tío
ánima bendita
el padre, el marido
ánima bendita
lo que te reanima
ánima bendita
el amor, los hijos
lo que te reanima
ánima bendita…

La vieja reacciona, descubre a los nietos, a las hijas, al hijo de las guerras. Quiere
sentirlos, hablarles más cerca.

MADRE DE LAS ABUELAS: ¡Jesús, María y José!, ¿dónde están que


no los he vuelto a ver?

Los fantasmas de su familia le hablan, la increpan, la rodean y le atormentan la


conciencia, que está saliendo de la modorra del olvido.

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CORO DE FANTASMAS: Tú que has estado con los altos con tus músicos y tus celebrantes y
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comisionados del cielo multipliques los siete decimales por la
cómo te atreves a invocarnos estando cifra secreta de los avatares!
desencarnados
no ves que ahora somos Toma un puñado de arena e invoca a Gabriel y a su tribu para que vengan desde el
descomposición y polvareda territorio de los recuerdos.
éramos fantasmas convertidos en
sombras extinguidas.
Las almas están ardiendo y el universo
es solo silencio
la sangre derramada en la muerte son
los ríos de lava SEGUNDO MOVIMIENTO:
eres resabiada y la eternidad es una
vieja enloquecida
no pierdas la calma, no eres la misma:
ya estás fallecida.

La vieja se angustia, no soporta el tono de reclamo que algunos le imprimen a las


EL VIAJE DE LA VIEJA
palabras, se confunde, no distingue bien si son las sombras fantasmales o los
recuerdos que han cobrado vida propia. Y EL SECRETISTA
CORO DE FANTASMAS: ¡Fuera!, ¡fuera!

Cae de rodillas, angustiada, confundida con los parientes muertos que son Soplan vientos poderosos y de inmediato irrumpen los celebrantes de una feria
apariciones que le traen a la memoria lo que en vida quería olvidar. Aceza, no de sueños donde todos ofertan sus gestos, sus acciones y sus fascinantes
quiere saber nada de dolores ya pasados, respira y se va sosegando. Siente la productos sacados de la imaginación; resuenan címbalos y tamboriles y el mundo
presencia de Gabriel el secretista que pasa frente a ella. se estremece bajo los pies de estas almas sin pena que festejan lo asombroso.
Gabriel, en el centro del barullo, ofrece las visiones de lo eterno a través de su
MADRE DE LAS ABUELAS: Gabriel, Gabriel, es el único que me catalejo y deja que algunas almas visionen el final de los tiempos y los fabulosos
puede ayudar a comprender por qué paisajes que están más allá de lo que puede verse. La tribu delira frenéticamente.
sigo soñando en vez de extinguirme,
cuando estaba viva pensaba que el
secretista solo fingía y ahora sé que MADRE DE LAS ABUELAS: ¡Gabriel!, ¡Gabriel, ¡ven acá secretista!
es el único que conoce los misterios
que hay entre la vida y la muerte. Gabriel, aparece detrás de la vieja, de manera natural, como si hubiera venido de
¡Gabriel!, mago, secretista, arcángel la vecindad. La madre de las abuelas, se encomienda al sagrado rastro de los que
andariego, ¡te invoco para que vengas no dejaron huella.
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SECRETISTA: Me has llamado, madre de las abuelas. MADRE DE LAS ABUELAS: La muerte es una casa desolada y el
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alma está al otro lado de la consciencia,
MADRE DE LAS ABUELAS: Necesito tu entendimiento. detrás del viejo armario.

SECRETISTA: Si estuvieras viva me pedirías un SECRETISTA: Vamos al grano abuela, ¿qué deseas?
ungüento para el dolor de coyunturas.
Ahora, cuando no necesitas nada, ¿por MADRE DE LAS ABUELAS: He decidido volver a vivir y tú conoces
qué invocas mi alma? el camino que lleva de la muerte a la
vida. Quiero visitar a los vivos que aún
MADRE DE LAS ABUELAS: Quería conocer la eternidad y me dormí me quedan en la tierra.
para siempre. Ahora me ha despertado
la piquiña, porque estoy volviendo a SECRETISTA: No es aconsejable, desandar los pasos
sentir el cuerpo. Por eso te llamo, para puede resultar doloroso.
que me des una pomada y me hagas
un rezo. MADRE DE LAS ABUELAS: Yo distingo entre una decisión y un
capricho. Estoy decidida.
SECRETISTA: Ahora bromeas, eso es una buena
señal. En los últimos años eras amarga SECRETISTA: Desencarnar y encarnar no es un juego
como una naranja grey. ni puede ser una decisión caprichosa.

MADRE DE LAS ABUELAS: Déjate de vainas, la lluvia ha vuelto a MADRE DE LAS ABUELAS: No preguntes motivos, para eso eres
mojarme y estoy sintiendo escalofríos. adivino.

SECRETISTA: Estás resfriada, necesitas que te SECRETISTA: Vamos por el sagrado laberinto y si
embalsamen de nuevo. algo ocurre, que sea distinto.

MADRE DE LAS ABUELAS: Lo peor, Gabriel, es que me están Alrededor de la estructura escenográfica gira el coro de fantasmas. El secretista
llegando recuerdos. y la madre de las abuelas, deciden emprender el viaje a los límites que hay entre
la muerte y la vida: caminan alrededor de la estructura, con paso firme y leve,
SECRETISTA: Menos mal tienes deudos. entrecruzándose con los espectros que marcan el movimiento de la rueda de la
existencia, entre la luz y la penumbra.
MADRE DE LAS ABUELAS: Eso me trae mal sentimiento.
CORO DE FANTASMAS: Sigan caminando
SECRETISTA: Cuando el cuerpo muere perecen los adelante, atrás
sentidos y solo queda el espíritu, que es caminar y caminar
etéreo. sigan caminando
de manera circular.
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Andar con la vida los ejércitos derrotados, con solemnidad marcial, desfila de la mano con una niña
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y con la muerte difunta que lleva velo de novia. La parentela de fantasmas observa las nupcias de
andar con suerte un hombre avejentado que lleva la guerra en el corazón y no puede deshacerse
con recuerdos de los encantamientos del amor. La visión pasa y la vieja se refriega los ojos para
y parientes. diferenciar los espejismos de los recuerdos, como si no quisiera seguir viendo.
El pájaro del destino
señala el camino Cuando el coronel y su prometida terminan el recorrido por un corredor de
donde hay un tío vivo luz que sublima la imagen, Pilar Bacana, lanza un mazo de barajas al aire,
y otro fallecido como si fuera un puñado de arroz, y la parentela celebra. Al mismo tiempo, el
donde los muertos coronel da por iniciada su fiesta de bodas. Petra, la cantadora, deja salir su voz
se visten de festivo. y llama a la parranda y le responden los golpes del tambor. Los fantasmas de la
memoria se sienten contagiados por el ritmo y se menean y gozan el baile. La
La estructura escenográfica se transforma, las varas se mueven y sugieren un vieja no comprende y mira al secretista que calla, dejando que la mujer haga
gigantesco pájaro, con las alas extendidas, como si estuviera emprendiendo consciencia de los espejismos del viaje. Está confundida porque las emociones
vuelo. Mientras desarrollan las acciones para mover el andamiaje, el coro se se entremezclan y no la dejan tranquila. Avanzan hacia el inicio de una senda en
manifiesta. el proscenio, mientras los fantasmas familiares se repliegan al plano de fondo.
En el centro, en el octágono de la estructura escenográfica, en el corazón de la
CORO DE FANTASMAS: Te puedes extraviar donde los caminos casa, Pilar Bacana, mueve las caderas, agita los hombros, mueve los entresijos
terminan con sabrosura. La acompañan Petra la cantadora y el nieto parrandero que incita
donde comienza la nada y el todo nos a la fiesta. La madre de las abuelas se arrodilla, no soporta la situación, no está
acoge de acuerdo con la boda, se santigua, mientras la parentela se deja poseer por el
no hay caminos rectos, siempre son espíritu festivo. Pilar Bacana, conjura el ambiente.
circulares
dos serpientes que se devoran PILAR BACANA: Evoco, convoco y provoco, a todos los
mutuamente espíritus, los presentes, los ausentes, a
dos caminos que conducen al punto de los vivos y a los muertos, a los libres y
partida a los presos. ¡Qué se atenga la muerte,
al punto de llegada donde todo acaba que llegó la resurrección!
donde todo termina, la penumbra y la
claridad. Pilar Bacana, se queda sola en el centro y se dirige a la madre de las abuelas.
El hombre sabio y la abuela terca, vuelven al mismo espacio que hay dentro PILAR BACANA: De los sueños partera
de la casa y a la casa que está en los parajes de un tiempo que muta y parece de los deudos señora
inmutable. La mujer está extenuada y se sienta en un borde del camino. El abuela de las abuelas
anciano curandero, le ofrece un tónico para reanimar el espíritu y la vieja bebe escapada del sepulcro.
y se va serenando. Muy fatigada, con ganas de respirar tranquila, no puede
descansar porque, de súbito, una visión le impacta de frente: su hijo, el coronel de
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La madre de las abuelas reacciona, ofendida, arrogante, con ganas de reclamarle
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a Pilar Bacana. No le habla por orgullo, pero los gestos y los ademanes dejan
clara su indignación. La muerte irrumpe.

LA MUERTE: Las damas y las rameras


no tienen antecedentes
ni valiosas ni devaluadas
en el reino de la muerte.

Pilar Bacana, lanza las cartas, con el tono de las adivinas, sugiriendo enigmas.

PILAR BACANA: Tu destino es inverso


si vuelvas te vas lejos
si te alejas te acercas
si te cruzas no te ven.

La muerte se desplaza, toma el primer plano y lanza su palabra a la consciencia


de la madre de las abuelas.

LA MUERTE: No distingo la suerte


no tengo infortunios
no extraño la fuente
solo cambio destinos.

La madre de las abuelas, pierde la paciencia y opta por marcharse sin prestarle
atención a quien aún considera de baja estofa.

PILAR BACANA: No seas soberbia, te veo mejor que


antes. Solo te falta mover el trasero.

MADRE DE LAS ABUELAS: Cállate que tú de tanto menearte te


has gastado las posaderas y te faltan
alientos para atravesar los espejismos.

PILAR BACANA: ¡Te amo vieja, la muerte es una fiesta!

Resuena un tambor y la muerte recoge las cartas, ríe y desaparece.


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TERCER MOVIMIENTO: alegres rompiendo silencio
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qué injusticias han pasado.
No sintieron remordimiento
en este país desequilibrado
¡dispararon escarmentando

EL CEMENTERIO
a los que estaban bailando!

La voz de Petra la Cantadora estremece con su lamento visceral. Las voces se van
encontrando alrededor del cuerpo caído y cantan en primera persona como si a
cada uno también lo hubiesen matado.
La madre de las abuelas y el secretista, caminan orientándose en los cenagosos
JOSÉ ÁRBOL: (Petra y el coro)
caminos de la niebla y el olvido. Escuchan el sonido del tambor y la vieja se
A mí me mataron
conmueve porque recuerda a su hijo mayor y encuentra el lenguaje inconfundible
a mí me mataron
de los latidos de su corazón. El tamborero toca en el centro del octágono
dejaron mi tambor
de arena y la muerte danza alrededor, primero en forma suave y luego en
solitario, solitario
crescendo. Cuando termina la descarga percusiva, el tamboreo levanta el
a mí me mataron
tambor como un trofeo, todos aplauden y vitorean. De repente, sin que nadie
a mí me mataron
lo espere, suenan disparos que impactan al tamborero. La vieja no quiere ver,
las caderas de su amor
se refugia en la cercanía con Gabriel. El tamborero cae y queda extendido
quedaron sin sus manos
junto a su instrumento. Se escuchan voces, rumores polifónicos, cuerpos
que siempre resonaron
aterrados que se desplazan, en el escenario. La fatal noticia taladra los oídos
en el viento de la noche
de la madre de las abuelas: “Al tamborero lo mataron”. El dolor de la madre
a mí me mataron
es desgarrador, dentro de ella acontecen todos los dolores. Los fantasmas
a mí me mataron
levantan cruces gigantescas y el paisaje escenográfico es un cementerio
las caderas de su amor
descomunal.
quedaron sin sabor
CORO DE FANTASMAS: Al tamborero lo mataron árboles entristecieron
mientras estaba tocando lloraron los rumberos
el muerto siguió sonando a mí me mataron
recordando los maltratos a mí me mataron.
era un muchacho enorme José Árbol, muerto, fantasma en el mundo de los delirios imborrables, se
que había nacido cantando endereza y comienza a caminar lentamente, encabezando su propio funeral. El
fue tomado como ejemplo secretista intenta que la madre de las abuelas siga caminando, pero la mujer no
por la entraña de su pueblo. puede y revive el sufrimiento. Es el dolor de todas las madres.
Lo calumniaron sin derecho
pero los jóvenes siguieron MADRE DE LAS ABUELAS: ¡Hijo llévame contigo!
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El secretista, conmovido, la consuela. La muerte alza el tambor, en el centro de la HERMANA: Yo solo quería bailar un rato y me
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arena y ríe con ironía burlándose de las paradojas de la vida. sorprendieron de tajo, porque a mí me
degollaron.
MADRE DE LAS ABUELAS: ¡Ay! Gabriel, no puedo con tanto dolor,
quiero regresar al reposo de mi tumba. VECINO: Yo quería seguir viviendo porque estaba
enamorado y soñaba con el futuro.
SECRETISTA: Abuela estamos desandando los
pasos. Debes tener calma, esto ya MUJER: A mí y a toda mi familia nos
sucedió. desaparecieron. Aún están buscando
los huesos para darles sagrada
MADRE DE LAS ABUELAS: Sigue sucediendo, es una rueda sepultura.
enloquecida.
CORONEL: A mí me quitaron a todos mis hijos
Más detonaciones rompen el ambiente. Se escuchan descargas de fusilería. Se que estaban dispuestos a superar las
siente zozobra, gritos, todo al mismo tiempo. La madre de las abuelas quiere pesadillas de la violencia.
morir otra vez; escucha gritos y carreras y voces de alarma que son ahogadas
por disparos reiterados que retumban en su cabeza. La angustia de la mujer es CORO DE FANTASMAS: A todos nos impidieron soñar el futuro,
enorme y el secretista intenta controlar la situación. Van cayendo los muchachos, quisieron borrarnos del recuerdo y nos
masacrados por francotiradores invisibles. La madre de las abuelas ve al coronel arrojaron a las caimaneras, a las fosas
caminando hacia el montón de muertos, como si fueran sus hijos. El ambiente comunes de los ríos o nos volvieron
es de extremo dramatismo. El coronel se para en el centro, mirando a sus ceniza en los hornos del olvido.
muchachos como si estuvieran dormidos; comienza a llamarlos, a decirles que
despierten y los cuerpos se levantan y encaran la rueda del destino y dicen lo que Pilar Bacana, aleja las almas en pena, como espantando gallinas, abriendo pista.
les ha sucedido.
PILAR BACANA: A mí me enterraron sin lápida, pero no
MUJER: Yo estaba en una esquina y me alcanzó lograron quitarme la alegría ni siquiera
una bala perdida cuando buscaba a mi después de muerta. Por eso quiero
hija. que alguien escriba un epitafio que
diga: “Aquí yace sin yacer la que en vida
MUCHACHO: Regresaba a casa y me dispararon en la siempre bailó y gozó y en la muerte
frente y quedé con ganas de saludar a también, ¡amén!”.
mi madre.
Motivados por Pilar Bacana, los músicos prenden la fiesta, que empieza a
HIJA: Escuché las detonaciones e intenté tomar forma en el cementerio. La música pegajosa se escucha por encima de
salvarme, pero me arrasaron por dentro la nostalgia y florecen los instintos inmortales de la gozadera. La madre de las
y por fuera. abuelas detiene la música y para el zafarrancho.

32 33
MADRE DE LAS ABUELAS: ¡Paren la fiesta, cierren las ventanas, la torre del cementerio, la muerte se siente abatida, no alcanza a comprender los
Cinco textos dramáticos

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pongan trancas en las puertas y no se excesos de la carnicería humana.
asomen porque los asesinos andan
sueltos, desalmados, con las almas LA MUERTE: Los muertos saturan mi reino, los
empañadas por la pólvora y el humo destierran de la vida de manera violenta
de las explosiones!, ¡ay!, ¿por qué los y los lanzan al agujero negro de la
mataron?, ¿quiénes dieron la orden?, ¿a desdicha. Los seres humanos odian a
quién se le ocurrió que está barbarie es sus prójimos como a sí mismos.
una solución?
El único sobreviviente, estupefacto, el nieto sindicalista, el sobrino rebelde, el
La madre de las abuelas, gira sobre la arena de sus angustias, y la muerte en la alucinado que vio a sus pies, cómo la sangre derramada inundaba una plaza
torre del cementerio, gira con la vieja y llora conmovida por los reclamos de la gigantesca. El trastorno mental era inevitable y cuando murió de estupor febril,
madre, por la sangre derramada. La vieja cae mil veces adolorida y siembra su nada pudo impedir que su delirio se volviera locura permanente en el reino de la
rostro en el suelo. La muerte, arriba, en la plataforma de su reino, cae de rodillas, muerte. El coronel, erguido en una rampa, habla desde una tribuna cuyo filo es el
compungida por las matanzas sin límite. Lo que le duele no solamente son los vacío. Le habla al sobrino delirante.
muertos, es la herida causada en el fino tejido del universo.
CORONEL: En vida mi delirio fue la guerra, ahora en
la muerte tu delirio es mi derrota. Otra
batalla perdida. Los muertos son mis

CUARTO MOVIMIENTO:
hijos, mi ejército de derrotados.

El nieto delirante, camina entre los cuerpos con los ojos desorbitados,
enloquecidos por lo que ha vivido, por lo visto y lo sentido.
Da cifras, habla de muertos.

LOS DESCENDIENTES NIETO DELIRANTE: Fueron seis mil seiscientos ochenta y


ocho muertos, asesinados de manera
impune. Inocentes que cayeron bajo las
ráfagas del ejército en la Plaza de los
Olvidados. Uno, dos, tres… ya van 290
La madre de las abuelas, no logra salir del estupor que le producen las visiones. asesinados por balazos tenebrosos.
Es una sucesión de recuerdos que le llegan en el camino a la vida y que no Uno a uno los están acabando sin
la dejan tranquila. No logra recuperarse del último impacto y cuando quiere compasión ni respeto, con sevicia, de
seguir el rumbo, escucha los gritos de un grupo de manifestantes que aparecen manera traicionera. Ríos de sangre,
desde el fondo, liderados por uno de los nietos de la madre de las abuelas, el inundaciones de cadáveres, crecientes
nieto delirante. La vieja presiente lo que ya ha sucedido como si fuera a ocurrir de fantasmas ahogados en la angustia
nuevamente. Las ráfagas se suceden, repitiendo el eco de los disparos letales. En y en el pavor de la agonía.
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Los fantasmas de los asesinados no pueden contener las emociones, se asoman
Cinco textos dramáticos

a la luz y dejan que se escuchen las palabras represadas.

CORO DE FANTASMAS: Han eliminado a los más valiosos,


intentaron exterminar multitudes,
fueron acabando con la confianza, ¡a la
patria le rompieron la entraña!

NIETO DELIRANTE: Le rompieron la entraña, le quebraron


la vida, la ultrajaron, la acribillaron, a
la patria la masacraron, 42 matanzas,
88. 224 masacres, 688 asesinatos. A
la patria la pisotearon los mismos que
dicen defenderla.

El nieto delirante, psicótico, golpeado por las matanzas, sigue lanzando sus
frases entrecruzadas con movimientos del que no puede tener tranquilidad. Es un
alma en pena, obsesiva, que no ha tenido paz.

NIETO DELIRANTE: Noventa y seis masacres, trescientos


treinta y cinco asesinados, en un
año, solo en un año, cientos de miles
de muertos; masacres aquí y allá,
Mapiripán, Soacha, Barrancabermeja, el
Aro, Ituango, Pore, Trujillo, Soacha, en
todas partes, en veredas, en pueblos,
en ciudades, y nadie logra detener la
avalancha de muertos.

Los fantasmas mueven una balanza que es rampa, camilla, artefacto-metáfora y


que permite lograr la imagen dramática y dinámica de un desequilibrado. Es algo
surreal, simbólico, plástico y emotivo. La madre de las abuelas, se compadece
de su nieto, al que en vida no le puso suficiente atención. Siente necesidad de
consolarlo y sin admitir las advertencias de Gabriel el secretista, atraviesa el
límite de la razón y busca la cercanía con su desequilibrado nieto.

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NIETO DELIRANTE: Dabeiba, el Salado, Segovia, Uribia, NIETO DELIRANTE: Cuidado abuela, puedo caer de nuevo
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Cumbal, Miraflores, Tumaco, el Charco, en el abismo del miedo.
La hormiga, Tame, Lejanías, en los
llanos, en la selva, en los litorales, en MADRE DE LAS ABUELAS: Desde niño fuiste muy inquieto y
las cordilleras, en las ciudades en las siempre andabas dando saltos. Dime
calles, en la encrucijada del camino, ¿qué te ha sucedido?
legiones de muertos pidiendo sagrado
respeto, rogando por alivio para sus NIETO DELIRANTE: Es como si me mataran seis mil
almas enloquecidas por el horror. ochocientas veces. Yo los he visto, los
he sentido y con cada uno he fallecido
La madre de las abuelas se acerca, conmovida con el hombre que delira, que de nuevo.
en ese momento logra pararse sobre el balancín, de manera casi equilibrada,
con cierta ingravidez, casi levitando. La cantadora, como una nostalgia, es una MADRE DE LAS ABUELAS: Saltabas como un cabrito y yo temía
aparición que canta y que no se quiere desvanecer. El nieto delirante siente que el que te cayeras. Ahora solo quiero que
canto le parte el corazón de fantasma como si un rayo le penetrara el alma. no sigas siendo un alma en pena.
Tienes derecho a descansar en paz.
NIETO DELIRANTE: Abuela, ¡dame la mano, todo tiembla,
todo me da vueltas! NIETO DELIRANTE: No puedo, los veo una y otra vez,
desapareciendo para siempre. Abuela
La madre de las abuelas, con un dedo mueve el balancín y el nieto delirante he contado tantos muertos que los
reacciona, como despertando. Se inicia un diálogo de movimientos, un juego de podrían meter en un tren o en el lecho
balanceos y emociones. Es un juego onírico de dos espíritus, en un tiempo sin de un río infinito.
tiempo.
La madre de las abuelas siente los llamados de Gabriel, que la invitan a salir de
MADRE DE LAS ABUELAS: Eres mi bisnieto, distingo tu locura, te la pesadilla en la que se ha metido. Se da vuelta, atraviesa el límite de la razón y
pareces a tu abuelo. respira, profundamente conmovida.

NIETO DELIRANTE: Uno a uno, fueron matando a todos, CORO DE FANTASMAS: En el tren de los desaparecidos nos han
obedeciendo a la intención de los llevado a conocer
señores de las tinieblas, en un montañas de muertos que se quedan
país donde los problemas se han sin esclarecimiento
resuelto cegando vidas y cometiendo para que perdamos el rumbo y no
atrocidades. tengamos coordenadas
para que nos mantengamos en silencio
MADRE DE LAS ABUELAS: Un país infame, un país desequilibrado. y no digamos nada.

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El nieto delirante sigue con su tren de palabras que no cesan, acompañado por las PILAR BACANA: Así es vieja, si sufres no llegas; en
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voces de los muertos. Se coloca una venda, el mismo pañuelo rojo que siempre cambio sí cumples el viaje estarás
lleva en la muñeca, en el cuello o en la cabeza. El balancín, los fantasmas y el satisfecha.
líder sindicalista que enloqueció de pánico, se desvanecen hasta desaparecer
en la oscuridad. La madre de las abuelas se llena de maluquera y cierra los ojos. MADRE DE LAS ABUELAS: Nadie sabe cómo es el dolor de una
El secretista la alivia, le da un sorbo de elixir revitalizador y le dice que deben madre después de que le asesinan a
retomar el camino que lleva a la vida. sus hijos. Es un dolor incurable.

PILAR BACANA: Tenemos los mismos dolores porque


nuestras sangres están cruzadas.
Estuve con tu hijo y mis hijos son
tus nietos y mis nietos nuestros son.

QUINTO MOVIMIENTO:
¿Cómo la ves suegra? Podría ser su
prima, pero soy tu nuera.

MADRE DE LAS ABUELAS: ¡Cállate!, en vida no te hablé porque


eres de mala calaña. Trajiste la mala

LAS MUJERES QUE


sangre a la familia.

PILAR BACANA: ¡Ay vieja!, yo solo favorecí a los

LAVAN LA SANGRE
desfavorecidos y desperté a los
tímidos.

MADRE DE LAS ABUELAS: Por eso tu esqueleto no encuentra


sosiego.
La madre de las abuelas, toma un puñado de polvo y traza un camino mientras da
unos pasos hasta el proscenio, saliendo de la franja del recuerdo penumbroso, PILAR BACANA: Con decirte que tu hijo antes de ser
buscando el camino. tamborero ya sacaba música de mi
cuerpo.
SECRETISTA: Vamos abuela, sigamos caminando,
aquí el asunto no es sufrir, se trata de MADRE DE LAS ABUELAS: Respétame de una vez y para siempre.
superar el sufrimiento. Vamos… Nunca te di confianza.

En el camino iluminado, a la altura del proscenio irrumpe Pilar Bacana, como PILAR BACANA: Vieja, en la morada de los difuntos
si estuviera esperando a la vieja. Tiene el desenfado y el humor desafiante que todos bailamos libres de prejuicios.
incomoda a la madre de las abuelas.

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MADRE DE LAS ABUELAS: No señora, en la muerte no todo es al en honor a la Virgen.
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revés. Yo soy una señora aquí en la
tumba como lo fui en la casa. Una niña, pura y transparente, juega en el playón del río, correteando, mientras las
mujeres continúan con su labor de lavanderas. Cantan alegres y la niña está feliz
PILAR BACANA: ¡Déjate de vainas!, es en la vida y juega con el agua, Pilar Bacana, mira el espejismo del río y lo disfruta con cierta
donde las cosas están inversamente placidez. Las mujeres lavan el agua y la vieja mira, se compenetra, le gusta la
desproporcionadas. sensación femenina que impregna el ambiente. De súbito, se escuchan acordes
de suspenso y las voces que cantan se van quebrando con alarma e impotencia.
La vieja duda, se aleja de Pilar Bacana, toma otro sentido del camino. Mientras las Un destacamento de sombras embozadas, con presencia fuerte, violenta, rodean
dos mujeres conversaban en el proscenio, el coro de fantasmas, entre la niebla a la niña y la someten, con movimientos brutales y morbo evidente. La niña cae,
azulada de la penumbra, deshace las cruces del cementerio y preparan la próxima queda tendida, casi agónica, ante el estupor de las mujeres. Las sombras giran
figura del artefacto escenográfico, con las varas levantadas con cierta inclinación y siguen su rumbo por la orilla del río, pisando firme, chapoteando con las botas,
que sugiere un embudo, un reloj de arena. manchando el agua. La madre de las abuelas los increpa.
MADRE DE LAS ABUELAS: Será que lo que es arriba es abajo y lo MADRE DE LAS ABUELAS: Depredadores, perversos, descansen
que es adelante es atrás y lo que es en paz de una vez y para siempre. No
aquí es allá. Se me pierde el ovillo del vuelvan a aparecer ni en la vida ni en
tiempo y se me enredan los recuerdos. la muerte. ¡Fuera, espíritus malignos,
Ya no sé dónde estoy… ¡Carajo, me fuera!
volví a perder!, ¡Pilar Bacana!, ¡Gabriel!,
¿dónde están? Pilar Bacana, se acerca a la vieja, la consuela, le da fortaleza. Las mujeres ayudan
a la niña, desvalida, maltratada y le cantan. El balancín se vuelve rampa que
La vieja camina desorientada por el escenario y las luces cambian el paisaje: Se permite que la Virgen de los Remedios aparezca en las alturas y luego descienda,
siente a la orilla de un río de playones amplios. La vieja se queda mirando el agua como pisando el aire, hasta donde está la niña. Las mujeres cantan.
imaginaria y se conmueve.
CORO DE MUJERES: Remedios la sanadora
MADRE DE LAS ABUELAS: Un río de fantasmas y recuerdos, donde
como la brisa ella danza
flotan miles de muertos. El río está
Remedios la generosa
contaminado como la consciencia
ella es buena cantadora
¡Virgen santísima!, ¡aquí, solo nos salva
tu aliento siempre alivia
un milagro!
tu claridad me sostiene
Entre el desconcierto y el fervor religioso, la vieja observa nuevas visiones: tu fortaleza bendita
escucha que se acercan mujeres ataviadas con mantos; vienen cantando una señora de añoranza
tonada y se ponen a lavar ropa, con el ritmo del agua entre las manos. Refriegan, tu gracia limpia el alma
tuercen, extienden los mantos y los agitan al viento. Es como si quisieran lavar las mujer corazón en flor
heridas del alma con un canto de bienaventuranza, que induce al ritual y al festejo señora de la añoranza
tu claridad que sana
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Remedios la sanadora La madre de las abuelas reencuentra la presencia del secretista y se alegra, con
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como la brisa ella danza la sensación de vivir un sueño beatífico. Se adelantan al corredor de luz del
Remedios la generosa proscenio mientras el coro de fantasmas cambia la forma de la escenografía que
ella es buena cantadora. se convierte en casa, entre la penumbra de la noche profunda.

La Virgen de los Remedios, consuela a la niña, le entrega el bálsamo de su afecto SECRETISTA: Abuela, déjate llevar por el camino que
protector, la limpia, la abraza con amor y la lleva hasta un punto de la rampa anda, para que desandes el tiempo y
donde se sientan un instante. Las mujeres expresan una plegaria nacida de las salgas de la muerte libre de agonías. El
entrañas. resto son visiones y recuerdos.

CORO DE MUJERES: Virgen de los Remedios MADRE DE LAS ABUELAS: ¡Gabriel!, ¿dónde estabas?
gran virgen de sanación
señora de las ultrajadas SECRETISTA: Mirando lo que los mortales no pueden
las que fueron olvidadas ver.
las que fueron desoladas
virgen que brotó en dolor MADRE DE LAS ABUELAS: Entonces, ¿la viste?
maltratada sin compasión
víctima de los pervertidos SECRETISTA: Si, la vi, es el esplendor de la magia
sacrificada por la violencia sanadora.
virgen pura transparencia
Virgen de los Remedios MADRE DE LAS ABUELAS: Hermosa, etérea y sanadora. Pasaste
gran virgen de sanación por la vida como suspendida en
señora de las ultrajadas un sueño. Cuando vuelva a la vida
las que fueron olvidadas lo primero que voy a hacer es ir al
venimos a festejar tu voz. Vaticano para que te canonicen nieta
mía.
La Virgen de los Remedios desaparece después de estar en lo más alto de la
rampa- balancín y la madre de las abuelas queda en primer plano, entre el dolor La madre de las abuelas gira y se fija en la imagen de Remedios la nieta, virgen
y el fervor, afectada por las visiones que acaba de tener y por las emociones que transfigurada en persona, caminando en lo alto de la casa.
está sintiendo.

MADRE DE LAS ABUELAS: Remedios en aguas turbulentas,


Remedios en el silencio y en la luz.

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SEXTO MOVIMIENTO: SECRETISTA: Estamos enrollando de nuevo los pasos
Cinco textos dramáticos

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perdidos. Hay que tener cuidado para
no enredar los hilos del destino.

MADRE DE LAS ABUELAS: Déjame retomar las hebras de mi

LA MORADA DE
propia vida que nunca ha sido mía,
siempre perteneció a los demás, a la
familia, un manicomio sin remedio. No,

LOS DIFUNTOS un manicomio con Remedios.

La casa se activa y los fantasmas de su parentela copan distintos espacios


de la estancia imaginaria. El lugar se llena de luz y al fondo predominan los
claroscuros. Remedios, se acerca a la abuela riendo, saltando, transmitiendo
La estructura escenográfica de nuevo es la morada familiar. La madre de las alegre inocencia.
abuelas mira a la nieta con misticismo y asombro. La muchacha lava el manto rojo
de la virgen como si estuviera lavando la sangre, las heridas que tiene la memoria MADRE DE LAS ABUELAS: Gabriel, creo que estoy recuperando
de la familia. signos vitales porque ya me duelen los
pies de tanto caminar y volver al mismo
REMEDIOS LA NIETA: Abuela, las manchas del alma no sitio.
se lavan con jabón y ceniza, se
despercuden con agua bendita y con el SECRETISTA: Estamos acercándonos al umbral.
favor del espíritu que todo lo limpia. Todo parece que se repite, pero todo
es distinto. Atravesamos trochas de
La vieja ve en la nieta lo que quiere ver, en su deseo profundo de aplacar los tiempo para llegar más rápido.
dolores que la atormentan. La nieta mueve el velo, lo ondula, lo convierte en caída
de agua y lo deja en las manos de la abuela, que lo recibe como un milagro que MADRE DE LAS ABUELAS: El corazón me da saltos, lo estoy
transforma en rosa roja de sangre liberada, que aprieta contra su pecho y ofrece sintiendo desde que pasamos por el
al señor del universo. cementerio.
REMEDIOS LA NIETA: Lavo tus manos abuela y te doy el La madre de las abuelas y el secretista, se desplazan hasta el centro de la casona
polvo universal que flota en los vientos y en los entrepaños, los personajes acentúan sus acciones, aprovechando
perpetuos del origen, para que lleves ángulos imprevisibles, visualizados con precisión y sorpresa. La morada
alivio a los que siguen penando allá en comienza a sentirse por obra y gracia de la parentela. La vieja se sienta en la
la tierra. mecedora y algo cambia en el ambiente y ocurren varias situaciones de manera
simultánea: entre las columnas del octágono central, abajo y arriba, las hijas de la
La abuela, siente arrobamiento y trata de continuar la marcha con el secretista
madre de las abuelas, juegan y ríen. Son las hermanitas, cuando eran jovencitas
pero la detienen las voces y la bulla de los recuerdos.
y tenían los sueños a flor de piel (en una no se ha despertado por completo la
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voracidad del vientre y en la otra, todavía el corazón no se ha endurecido como la las almas inquietas del purgatorio
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piedra). familiar.

Los hermanos gemelos, parecidos y distintos, nietos de la madre de las abuelas, Las dos hermanas se desplazan por la estructura mientras los dos hermanos
en otro punto, compiten en el balancín de los desequilibrios, por el corazón de se balancean en el plano de fondo, en el patio de atrás de la casa. Juegan sobre
Petra la cantadora. el balancín y compiten; riñen, se abrazan y cambian de sitio y se equilibran y
desequilibran, buscando los conflictos y las afinidades en la semántica de los
El coronel, hijo de la vieja, viejo también, está contemplativo y tormentoso, viendo cuerpos. Se sientan y conversan.
los altibajos de la vida y recordando siempre a su esposa, que murió estando
aún muy niña, antes de madurar para el amor, para la vida y para la muerte. La NIETO PARRANDERO: Llegué primero, estás perdido.
pequeña consorte del guerrero tiene rostro de ausencia y palidez de porcelana.
NIETO DELIRANTE: A veces ganas, a veces pierdes.
El tamborero, el otro hijo de la vieja, al que mataron en una fiesta, en la regresión
de los recuerdos, se regodea con Pilar Bacana, como lo hicieron en vida, cuando NIETO PARRANDERO: La cantora me pertenece.
la mujer inició al muchacho grandote en el arte de las pasiones que sobreviven
a la muerte. NIETO DELIRANTE: Ella quiere estar conmigo.

La vieja continúa meciéndose, recapitulando, relacionándose con cada detalle NIETO PARRANDERO: Yo estuve gozando con esa hembra.
de la casa. La hermana de vientre voraz y la hermana de corazón de piedra crean
imágenes corporales que acentúan en relación con el movimiento general de las NIETO DELIRANTE: Eres un sinvergüenza con suerte.
acciones simultáneas. Discuten las hermanas con el movimiento de las cabelleras
y con las palabras. PETRA LA CANTADORA: Ustedes señores que están creyendo ,
el amor es una rifa que nadie adivina.
HERMANA DE VIENTRE VORAZ: Devuélveme mi secreto, no lo vayas a
lanzar al viento. Petra, la cantadora, detiene el balancín y luego participa de las acciones y el
suspenso, jugando en las variaciones del balanceo.
HERMANA DE CORAZÓN DE PIEDRA: No eres nadie, solo un fantasma que
llora. NIETO PARRANDERO: ¡Tú eres aburrido, allá y en el más acá!

HERMANA DE VIENTRE VORAZ: También sonrío cuando estoy NIETO DELIRANTE: Hermano de nuevo serás el afortunado.
enamorada (Lanza una carcajada).
PETRA LA CANTADORA: Los dos me gustan, los dos me
HERMANA DE CORAZÓN DE PIEDRA: Quiero tener un amor para siempre. asustan.
¡Lotería de corazones para los varones!
MADRE DE LAS ABUELAS: Niñas aprendan a refregar una prenda
y no pasarán vergüenza, sean devotas
y tengan virtudes para no seguir siendo
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Cinco textos dramáticos

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Es como si la mujer echara suertes y se acomoda en el balancín, tendida,
provocativa. El parrandero gana la partida y aceptado por la mujer, que se
previene con el delirante, porque lo percibe un poco desquiciado. Con el
parrandero se siente mejor y le permite confianza para que sea temerario sin
recato. El delirante se ensimisma y acepta la situación, dando la espalda a su
hermano que disfruta de la mujer dicharachera.

MADRE DE LAS ABUELAS: Pobrecitos, nacieron descompensados,


a cada uno le falta lo que el otro
tiene y cuando se juntan son los más
traviesos, desde pequeños hasta
después de muertos.

Los recuerdos se deshacen, las fantasmagorías ocurren y quedan resonando


los fragmentos mientras llegan otras imágenes de la familia. La esposa del
coronel, una niña de trece años, lleva un traje gris, largo, de adulta precoz,
pero viene saltando, infantil y risueña. El coronel que se mantenía abstraído
en las decepciones y en el inventario de los fracasos, sentado en la mecedora,
inmutable, de repente se pone de pie y mira con regocijo a la niña que juega de
manera natural, ingenua. La casa continúa con las pequeñas situaciones de
los personajes que están en los claroscuros de la casa, estáticos, componiendo
un fresco de fragmentos. Desde las columnas frontales de la estructura
escenográfica, la madre de las abuelas observa y se conmueve. La niña descubre
que el coronel está cerca y corre, se distancia y le habla, con algo de temor y
respeto, lo que el hombre nunca imaginó escuchar.

LA NIÑA: He olvidado tu rostro y ya no estás en


mi soledad. Solo quisiera decirte que
nunca supe bien si eras mi padre o mi
marido. Solo sentí temor cuando me
dijeron que me casarían contigo.

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CORONEL: Antes de amar la guerra de manera MADRE DE LAS ABUELAS: ¡Basta!, vayan a hacer oficio y dejen de
Cinco textos dramáticos

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perniciosa, amé tu inocencia con perder el tiempo con un hombre que va
los primeros instintos, y me sentí un de paso y desprende un olor triste de
hombre privilegiado porque tú existías. flores marchitas.
Pero ese amor dañó tu vida y de paso
la mía. HERMANA DE CORAZÓN DE PIEDRA: ¡No eres mi hermana, eres una
recogida!
Cuando el coronel calla y da media vuelta para regresar a la mecedora, ve a la
niña que esta vez tiene velo de novia y rostro de calavera. La niña se sienta cerca HERMANA DE VIENTRE VORAZ: Te volverás vieja y amargada y yo
de la madre de las abuelas. despertaré tu envidia y tu angustia.

MADRE DE LAS ABUELAS: Cuando decidió casarse, le dije que la Las dos se miran como serpientes e intentan clavarse los colmillos. La madre de
prometida era muy niña, que esperara, las abuelas las separa con un solo movimiento y una sola voz. El extranjero se
pero era terco y terminó siendo el esfuma. El fantasma de José Árbol, el tamborero, toma a la hermana de vientre
esposo de una novia que aún estaba voraz que ríe y grita para que la hermana de corazón de piedra lo sepa.
en la escuela. Ella necesitaba seguir
HERMANA DE VIENTRE VORAZ: Hermana nunca gozarás y tu lecho
jugando y la volvieron adulta antes de
nupcial será la soledad.
tiempo.
HERMANA DE CORAZÓN DE PIEDRA: ¡Eres amante de nuestro hermano y lo
Pilar Bacana, suelta una carcajada estruendosa porque el tamborero está sacando
tenías escondido!
música de su cuerpo. Todos los fragmentos de la casa se animan y una música de
fondo inaugura un ambiente de fiesta casi solemne porque las hermanas cumplen MADRE DE LAS ABUELAS: No sigan, las venganzas comienzan en
años y las están presentando en sociedad. La madre de las abuelas, sentada casa y pudren las almas.
en el centro, en su mecedora matriarcal, observa el baile que se inicia con los
compases de un vals. El favorecido es un extranjero que va de paso y tiene porte La madre de las abuelas manotea, las espanta, intentando apaciguarlas. Se agita,
de caballero, vestido de blanco lino, con sombrero panamá y cierta elegancia pero sigue dando indicaciones para que arreglen la casa. Los hermanos colocan
foránea. Baila primero con la hermana de vientre voraz y luego con la hermana el balancín a manera de rampa. El coronel aparece, arrogante y despótico, como si
de corazón de piedra. Ambas se lucen, quieren seducir al extranjero y danzan fuera un monumento. La madre de las abuelas deja atrás el lío de las muchachas
llevando el ritmo y adornando los pasos, hasta que se rozan y chocan furiosas, y se concentra por completo en la imagen de su hijo.
pugnaces. Mientras tanto, como en una fiesta, los otros personajes, en plano de
fondo, desarrollan pequeñas situaciones. CORONEL: Los dueños de todo lo que existe a
miles de kilómetros a la redonda, se
HERMANA DE CORAZÓN DE PIEDRA: Apártate de mi camino o soy capaz de empeñaron en acabar mi existencia
acabar con tu belleza. porque yo encarné los símbolos de la
revuelta y me negué a pintar de azul las
HERMANA DE VIENTRE VORAZ: Eres miserable y terminarás tejiendo tu casas de mi pueblo que siempre fueron
desgracia sin conocer el amor. blancas.
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MADRE DE LAS ABUELAS: Y siguieron siendo blancas para que se LA MUERTE: El cese de la guerra está de nuevo
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notara la bandera roja que ordenaste sobre la mesa, como una baraja al
colocar en cada puerta. Un decreto con descubierto que muestra signos
la fuerza de las armas. inciertos. El gobierno y el coronel
pactarán un nuevo armisticio entre la
El coronel desciende de la rampa, impulsivo, arrogante, sin consideración con la desconfianza y el sigilo. Una batalla
madre de las abuelas. donde se mezcla la tinta y la sangre
para ratificar el cese de hostilidades.
CORONEL: Quítate, madre, hazte a un lado
conservando la distancia necesaria. Pilar Bacana, lanza un mazo de barajas al aire y le dice que cuide la boca y el
corazón. El coronel firma y todos los personajes reaccionan físicamente, sienten
MADRE DE LAS ABUELAS: Me da nostalgia pensar en un hombre
que ha ocurrido algo que remueve los cimientos. El guerrero se mantiene en
bueno que se volvió irreconocible.
silencio un instante y luego, como pronunciando un testamento dice sus últimas
CORO DE FANTASMAS: Ha regresado sin victoria ni gloria una y palabras.
otra vez
CORONEL: Me fui de este mundo
los ejércitos terminaron extraviados en
despechado y abatido
la niebla
confundido y sin deseo
la guerra convierte en monstruos a los
herido en el sentimiento
hombres
maltratado en el silencio
hace estériles campos fértiles y mata la
castigado con desafecto
siembra.
arruinado por completo.
CORONEL: Ya no soy el mismo, he combatido, me
han derrotado en 32 ocasiones y han Deprimido, tal vez resignado, se tiende sobre la mesa, que ahora es un lecho
atentado contra mi vida innumerables fúnebre. La muerte le cierra los ojos con un movimiento preciso.
veces. Sigo victorioso.
LA MUERTE: ¡Descansa en paz, coronel!
MADRE DE LAS ABUELAS: Quisiste ser un prócer liberador y
terminaste siendo un carnicero lleno MADRE DE LAS ABUELAS: Este hijo mío siempre fue extraño,
de secretos, porque te volviste una rara desde el vientre, pero nunca imaginé
mezcla de ideales y mentiras. que llegaría a ser todo lo contrario de sí
mismo.
Una música solemne anuncia un momento clave en las visiones de la madre de
las abuelas. Los parientes entran una gran mesa cubierta con terciopelo rojo. La
muerte, se destaca como si fuera la maestra del protocolo y le entrega la pluma
al coronel para que firme el tratado de paz. El hombre está resuelto, pero en el
fondo duda y sabe bien que no puede echarse atrás.
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Lo sacan acompañado por el cortejo de la parentela y la compañía de la muerte. NIETO PARRANDERO: Yo me voy para Jepira, donde están
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Todos vuelven a la casa, los tiempos se revuelven, la madre de las abuelas está las ánimas bacanas que cambian
consternada. La hermana de corazón de piedra teje una mortaja con el hilo de la tristeza por alegría y la carencia
sangre del rencor incurable. La hermana de vientre voraz lleva un talego de por abundancia. Además, Jepira
huesos y los hace sonar compulsivamente. queda frente al mar y hay hamacas
guindadas para todas las almas en
HERMANA DE VIENTRE VORAZ: Me recogieron en esta casa porque pena. ¡Vámonos abuela que se prendió
a mis padres los mataron y solo la fiesta!
me dejaron sus huesos que no han
descansado. Son mi única compañía, MADRE DE LAS ABUELAS: ¡No me interrumpas!, voy a seguir
mi suplicio, mi agonía. mi rumbo. ¡Gabriel!, ¡Gabriel!, ¿dónde
estabas?
HERMANA DE CORAZÓN DE PIEDRA: Busqué el amor y la envidia y el rencor
ganaron la partida. Opté por no querer SECRETISTA: En un pliegue del camino abuela.
y no ser querida y decidí tejer una Vamos avanzando, ya casi llegamos a
mortaja con los hilos de la vida. las trochas que llevan a la vida.

LA MADRE DE LAS ABUELAS: ¡Carajo nos llenamos de muertos, la Retoman el camino, mientras el coro de fantasmas transforma la estructura
casa es un gran panteón y solo reinan escenográfica e instala la estrella de la fiesta. La sensación es de plaza pública en
fantasmas y soledades!, ¡ya no más!, plan de fiesta.
¡cojan oficio!
CORO DE FANTASMAS: En la altura del cielo y en la dureza del
Las hermanas se retiran, la madre de las abuelas habla firme y mueve las manos suelo
como quitando las telarañas del recuerdo. El nieto parrandero, con desenfado y donde la mentira empaña la verdad
buen humor, le habla y la sorprende. purifica
donde el dolor se cura se superan los
NIETO PARRANDERO: ¡Abuela, abuela!, ¡no vayas a poner más duelos
luto!, danos el espacio que la fiesta ¡qué cambien los tiempos y nazcan
necesita para que en la muerte también seres nuevos!
se mueva la alegría.

MADRE DE LAS ABUELAS: Vete nieto parrandero que tú no tienes


remedio. Eres capaz de poner a bailar
a un santo y te atreves a enamorar a la
virgen.

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SÉPTIMO MOVIMIENTO: SECRETISTA: Recuerda que las ilusiones son
Cinco textos dramáticos

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imágenes que se adhieren al cascarón
de la memoria.

MADRE DE LAS ABUELAS: Creo que están preparando una fiesta

EL FANDANGO
para despedirme, porque ya me voy
para la vida. Nunca pensé que me
quisieran tanto.

DE LOS DIFUNTOS SECRETISTA: Abuela, es difícil cerciorarse que son


cosas que ya pasaron.

MADRE DE LAS ABUELAS: No me vengas con pendejadas. Sin las


El nieto parrandero corona a Remedios, le cambia la aureola de espinas por un ilusiones y las añoranzas no estaría
tocado de reina de carnaval. La madre de las abuelas y el secretista, continúan resucitando.
el camino y ahora se encuentran buscando el último tramo, pero no se pueden
sustraer de un momento insólito, del llamado de lo festivo, algo que emociona SECRETISTA: Si lo que deseas es gozar quiere
inclusive a los más sobrios de corazón. El artefacto escenográfico sugiere una decir que te acercas al momento del
gran estrella que cobija la intemperie de la noche. resurgimiento.

El nieto parrandero está con Remedios, la nieta, persuadiéndola para que cambie
el tocado y deje el velo sacro.

NIETO PARRANDERO: Déjate de olvidos y tristezas hermana


mía que la cura también está en la
fiesta. Nada irrespetas, nada niegas,
cuando te arreglas para darle gozo a la
feligresía rumbera. ¡Te corono reina del
carnaval!

La madre de las abuelas y el secretista, observan a la parentela y comentan los


recuerdos que están llegando con el viento cálido del festejo.

MADRE DE LAS ABUELAS: No sé si reírme o santiguarme porque


este nieto es capaz de los peores
disparates.

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El nieto parrandero logra encender la mecha del baile y con las ganas de seguir la De súbito varias ráfagas de disparos barren el espacio de la fiesta y casi todos
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gozadera convoca a los espíritus de la fiesta. los festejantes quedan tirados en el suelo. La olla también cae, en el estrépito de
la balacera. La madre de las abuelas, reacciona adolorida, con furia. El paisaje
NIETO PARRANDERO: ¡Estar muerto no significa tener cara de es dantesco: la muerte de fantasía queda con un brazo colgando, con la bandera
funeral!, ¡vamos a bailar! abajo, en lo alto de la estructura escenográfica. Por el suelo, unos tigres, unos
pájaros, un galán de porcelana, un diablo y un torito de carnaval; yacen tirados,
La música resuena y surge una comparsa invocada por la jefa de altares y inermes, recostados en las columnas, colgados en el anillo de la estructura. La
festejos. Son bailarines con máscaras de tigres de carnaval, águilas plateadas, madre de las abuelas golpea la olla, le da vueltas y se desentraña.
una vaca de colores, un galán de porcelana; con la energía rumbera de Pilar
Bacana y Petra la cantadora, con el ritmo del espectro del tamborero, con un MADRE DE LAS ABUELAS: Qué están pensando los señores de
abanderado, una virgen de parranda y un diablo con una gran olla sobre su la guerra cuando arrancan de raíz a
cabeza. Los músicos acompañan y todos arrollan, bailando, moviéndose en el los muchachos que tenían que estar
ambiente fiestero. Trazan caminos y círculos y conforman una sensación rítmica soñando. La muerte ha sido certera,
y letárgica que recorre el escenario. Levantan a Remedios la reina y la ponen a las víctimas son millones, acaben
levitar por encima de todas las cabezas. El diablo coloca la olla con devoción la gran matanza. ¿Quiénes están
de cocinero y todos la levantan y con las palmas la hacen sonar como una olla detrás de esta trama macabra que ha
musical. El ambiente se calienta y depositan la olla y bailan alrededor. devastado la vida? Los voy a seguir
por los vericuetos de la oscuridad para
La madre de las abuelas, se sumerge en una especie de espejismo y se que les llegue la luz y haya verdad. ¿Por
involucra con los preparativos. Se mueve como una hormiga diciendo esto o lo qué lo hicieron, por qué los mataron?,
otro, poniendo orden, recolocando las cosas. Una muerte de ensueño agita la ¡respondan!
bandera de la fiesta en lo alto de la torre, que se ve coronada con los colores
del fandango de los difuntos. El secretista, indaga el rumbo del viaje, arrojando Una sombra enorme, sin rostro, recorre el panorama. Se escucha un silencio
puñados de arena en los enigmas del octágono que es el centro de una casa y a pesado, doloroso, de fuertes densidades emotivas.
la vez, un inmenso desierto. Pero la fiesta lo llama y termina llevando el ritmo y
descendiendo a la intensidad terrenal de la rumba.

El nieto parrandero, le coloca la máscara de tigre a la madre de las abuelas y


la estimula con las artimañas del encanto rítmico para que se ponga a bailar
lanzando zarpazos al aire y moviendo la cadera. A la olla le dicen: “la generosa”
y le hacen honores, le bailan y le cantan porque de ahí saldrá el alimento para
seguir parrandeando, dice el nieto ocurrente y entonces, por mandato de la jefa de
altares y festejos, todos cruzan con ritmo fuerte, porque el sancocho bailado es
el más sabroso. El mundo de los muertos es una fiesta y todos esperan la comida
suculenta. La vieja aviva el fogón con los ruedos del vestido y olisquea el añorado
sancocho. Se da cuenta que se acerca cada vez más a la vida y se estremece de
alegría.
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OCTAVO MOVIMIENTO: SECRETISTA: Abuela, solo te acompaño al umbral. En
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la vida no tengo ilusiones y no siento
espejismos, solo deseo que tengas un
viaje extraordinario.

LA RESURRECCIÓN
MADRE DE LAS ABUELAS: Gabriel, mago, secretista, arcángel
andariego, gracias por tu compañía, por
tu palabra infinita. Ya nos veremos de
nuevo.

El secretista se une a los espectros y la madre de las abuelas se emociona


La jefa de altares y festejos, con llamados sacros y ritmos ceremoniales, que ha
porque ha llegado el momento de cumplir su propósito post mortem. Da unos
visto todo, invoca los espíritus de los ancestros y anima a los muertos que han
pasos, buscando la orilla del más acá. La niña, la joven esposa, la difunta precoz,
caído para que despierten de la horrenda pesadilla. Los cuerpos se agitan y
se acerca con calidez y le entrega un ramo de flores amarillas a la madre de las
suavemente se consagran al movimiento, se dejan afectar por la música, por una
abuelas para que tenga buen retorno a la vida. Es la primera mujer que resucita
tonada que va naciendo en crescendo.
entre los muertos.
Los festejantes mueven las varas de la estructura, evocando sensaciones y
La madre de las abuelas, atraviesa el umbral imaginario, con las flores en
movimientos que traen las vibraciones de la vida en un mundo de fantasmas.
la mano, con los brazos abiertos, atrapando la existencia como si estuviera
Lentamente van acomodando las varas de la estructura escenográfica, frente a
abrazando la enorme presencia de todo lo que palpita. A su espalda, la estructura
la madre de las abuelas y al secretista, que han llegado por fin al portal que lleva
escenográfica se cierra en capullo. En el proscenio queda sola, frente al mundo,
a la vida. La estructura se suspende de nuevo en la figura de la gran casa, de la
revelada y luminosa como una oruga salida de su tumba, dispuesta a desplegar
morada de los difuntos.
las alas para lograr su propósito, con la madurez infinita que da la muerte y sus
enseñanzas.
CORO DE FANTASMAS: La madre de las abuelas
recuperó los calambres MADRE DE LAS ABUELAS: Yo era la madre de las abuelas, ahora
y le dolieron las muelas soy la abuela de las madres, porque
y quiso sentir tambores. comprendo la muerte de ida y vuelta.
He regresado para hablar con mis
Resuena la música y la madre de las abuelas, resplandeciente y animada entra a parientes, que son todos ustedes,
la casa y las hijas le colocan un traje nuevo. Toma las manos del secretista y se para decirles que esta rueda loca
despide con franco agradecimiento. de la violencia tiene que detenerse.
Todavía tenemos esperanza porque la
MADRE DE LAS ABUELAS: Respiro la brisa que viene de los paz comienza en el corazón de cada
bosques de la vida, ¿no la sientes? hombre y de cada mujer que renuncia a
la guerra para siempre.
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La abuela levanta el ramo de flores amarillas y la luz decrece lentamente hasta la
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oscuridad.

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La maldición
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La maldición del rey ciego
del rey ciego
Montaje estrenado el mes de abril de El objeto escenográfico está
2019 en el Teatro Estudio del Teatro compuesto por cuarenta y nueve
Mayor Julio Mario Santo Domingo. bloques de arcilla, terracotas o
bermejos, que permiten, como en
Coproducción del Teatro Tierra y un juego de lego, la construcción y
el Teatro Mayor Julio Mario Santo la deconstrucción de arquitecturas y
Domingo. espacios de una ciudad imaginaria,
donde se tejen y destejen momentos
escénicos que irán desenvolviendo las
situaciones de la trágica historia. Los
lenguajes verbales, visuales y emotivos
concurren en una poética de la acción
actoral y los movimientos de la
escenografía, que conforman imágenes
y sugieren entornos urbanos, sitúa
las escenas sugiriendo planimetrías
espacio-temporales. La historia podría
suceder en la antigüedad o en la época
actual.

Personajes: Yocasta.
Eteocles.
Polinices.
Antígona.
Ismene.
Edipo.
Creonte.
Adivina ciega.
Coro de mujeres tebanas.
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YOCASTA: Hermosos mis niños, semejantes y
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distintos. Los amamantaba al mismo
tiempo y me asaltaban emociones
encontradas: iba del regocijo a
malestares inexplicables, pues temía lo
inesperado.

PRIMER MOVIMIENTO: CORO DE TEBANAS: Entre la vida y la muerte ocurren mil


batallas, mil rumbos, mil misterios.
Existen encrucijadas que son definitivas
y no dependen de tu conciencia.

LOS ESTRAGOS La imagen se deshace y Edipo se pasea por el proscenio, cantando su gloria a la
ciudad de Cadmo y observando el esplendor de Tebas, mientras los bloques son

DEL DESTINO movidos por el coro para crear un espacio mágico, una fuente oracular, un lugar
donde los vaticinios emergen en el ambiente de los sueños.

Cuando la arquitectura de la fuente está terminada, las luces refuerzan el


ámbito encantado, la pitonisa se prepara para recibir a Yocasta, que está llena
Lentamente surge la luz y se distinguen los personajes: adelante, Yocasta y Edipo, de expectativas y piensa en sus dos hijos y en los presagios que la estremecen
atrás, el coro de tebanas y a los costados los dos hermanos. Resuenan las voces interiormente. Al fondo, en otro plano, en el claroscuro azulado se insinúan las
que van creando un ambiente de intimidad reveladora. Yocasta, tiene una flor Eteocles y Polinices y también se perfilan Antígona e Ismene.
blanca en la mano. Da unos pasos y habla.
Yocasta y la pitonisa, recorren las escalinatas de la fuente. La Pitonisa traza
YOCASTA: Los he sentido crecer desde el signos rituales en el aire y marca huellas en el agua imaginaria.
placer de la entraña, siempre juntos,
palpitando al mismo tiempo. Me YOCASTA: Pitonisa, pariente de Tiresias, que
dolieron desde el útero y grité casi tienes en el alma las glorias y las penas,
hasta la muerte cuando nacieron y me dime qué visiones llegan al misterio de
desgarraron el cuerpo como ahora me tus cuencas y qué verdades se revelan
desgarran el alma. en tus imágenes de ciega. Palabrera de
los dioses ¿qué ves en los espejos del
CORO DE TEBANAS: ¡Ay Yocasta!, de niña sabías que agua?
estabas destinada a ser una bella
dama. ADIVINA: Señora de un reino legendario, dos
Joven te hicieron princesa y cuando veces coronada por la fortuna darías
eras reina deseabas no tener nada. todo por renacer siendo mendiga.
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YOCASTA: Vieja, temo que me dices lo YOCASTA: ¿Qué pretendes?, ¿descubrir lo
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inexplicable. Has lanzado los guijarros inexistente? No tengo más prenda
al pozo agitado de mi destino y quiero que mi desolación y solo espero una
ver el significado que encuentras en el palabra que reconforte mi último
entrevero de esta noche interminable. aliento.

ADIVINA: En los juegos de la vida, danzan el ADIVINA: De la gloria al fango hay un solo paso
esplendor de los sueños cumplidos y lo divino es inexplicable, los dioses
y la angustiosa sensación de estar cometen errores demasiado humanos.
atrapada en una pesadilla sin salida.
Las visiones que la adivina deletrea en el agua de la fuente se desdoblan: los dos
YOCASTA: ¿Qué visiones son esas? Algún dios hermanos, Eteocles y Polinices, se adelantan y dejan ver los instintos agresivos
vengativo te ha ordenado empujarme al en una fiera batalla. Antígona e Ismene observan con incredulidad y Yocasta se
abismo de mi propio desastre. llena de estupor, gira, delirante, agita el cabello suelto y grita que está viendo una
laguna enrojecida.
La pitonisa entra en trance, canta, habla, muestra lo que no se puede ver y
Yocasta reacciona con angustia delirante, como si no quisiera admitir lo que está En otro plano, Antígona e Ismene, escuchan los gritos de la madre y se relacionan
presintiendo. entre sí. Antígona mira a la hermana con calidez, le da confianza y trata de
hacerla sentir bien. Los muchachos enceguecidos por la ira disputan por una
YOCASTA: Nada digno resulta predecir desgracias nimiedad y se empujan y se reclaman, como si estuvieran anticipando la reyerta
y ocasionar malos augurios. que se avecina.

ADIVINA: Los cantos interminables del insomnio ANTÍGONA: Como fuego y agua se atacan y se
llenaron de silencio la conciencia y los acaban, así como se odian y se aman.
palacios levantados en el paraíso se
derrumbaron para siempre. ISMENE: Dos almas, dos bestias, una cascada
incendiada, una laguna enrojecida.
YOCASTA: Ya desgarré mis atuendos y
resquebrajé la razón para no tener Ismene, sensible, se asusta y palpa lo intangible, mientras Yocasta, al mismo
oportunidad con los sentimientos tiempo, en otro plano del escenario, sufre y siente que todo estalla en una gota de
vanidosos. sangre que se esparce y se multiplica.

ADIVINA: No basta con tener ojos para ver y no


es suficiente presumir del poder, porque
todo cambia, transmuta, se convierte
en su contrario.

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ANTÍGONA: El rey, nuestro padre, que también es EDIPO: He huido del destino para encontrarme
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nuestro hermano mayor porque somos conmigo, pero todo estaba perdido.
hijos de la misma madre, una rareza de Es una crueldad de los dioses que
la vida. Procedemos del mismo dolor han escarmentado con mi vida
y estamos perdidos en un intrincado impidiéndome el deseo de vivir
laberinto. tranquilamente. Nada tengo que
ver con mi padre excepto que de él
Antígona e Ismene se toman de las manos, como si el mundo se estuviera procedo. Nunca lo conocí ni lo traté
desvaneciendo. Black Out. ni fue un ejemplo, solo un extraño,
completamente desconocido. Lo maté
enceguecido por la ira y el orgullo y
sé que mi error profundo es que soy
impulsivo. Tal vez por eso merezco
un castigo humano y no divino. Seré
verdugo de mis equivocaciones para
someter la arrogancia que me pierde.
Ya nada tengo que ver con el mundo de
los cuerdos. Más allá de la demencia, la
razón me cobra cuentas.

Como fantasmas, las tebanas reclaman, Eteocles y Polinices, insisten en que es


el asesino de Layo, y les despierta vergüenza. Las tebanas colocan los últimos

SEGUNDO MOVIMIENTO: bloques, giran alrededor, lo zahieren sin clemencia y se alejan y conforman un
punto de coro.

Edipo estira las manos crispadas por encima de las paredes de su torre simbólica,
de su mundo interior, como si fuera a tomar una dolorosa decisión. Yocasta se

LA MIRADA DE EDIPO lamenta. Edipo, grita con horror, castigándose a sí mismo. Todo cambia en su
dramática existencia.

CORO DE MUJERES: Rey condenado por los actos


abominables de su padre el viejo Layo.
Edipo es evocado por el recuerdo de Antígona y las penas y las culpas se agolpan Quiso modificar su propio destino y fue
contra su razón de príncipe que no ha buscado su desgraciado periplo por el directo a la boca del abismo.
mundo de los vivos. Las tebanas levantan un cilindro de bloques al rededor del
rey, lo emparedan y murmuran y hablan al mismo tiempo. Edipo habla a los cuatro El coro se desplaza y propaga la noticia.
vientos, como si quisiera ser escuchado por los dioses.
72 73
CORO DE MUJERES: Conoció la felicidad, festejó
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gloriosamente y disfrutó del apoyo de
su pueblo.
Hoy prefiere las tinieblas, huye de un
reino de fantasmas y bandidos.

Yocasta, grita enloquecida al comprender la desgracia de su angustiado esposo.


El coro deja ver a Edipo que sangra por las cuencas. Las tebanas se compadecen
y cantan la desgracia del rey. Le abren una brecha y lo llevan hasta un puente en
el límite de Tebas. Resuena el corazón del desterrado.

EDIPO: ¡Ay!, ¡ay!, no tengo motivos para


celebrar en los altares perdidos y solo
el dolor habita mis entrañas. Quiero que
mis hijos se apiaden del dolor que me
corroe por dentro, que me acompañen
a expiar este maldito tormento. Con
ellos debe terminar esta encrucijada.
Con mis ojos extirpados pongo a
prueba las visiones del alma. ¿Destino,
por qué los dioses no permitieron que
mi padre cumpliera su deseo cuando
ordenó que yo fuera muerto apenas
naciendo?

La reina sin salida, la madre amorosa, la amante confundida, va hasta el ciego,


para despedirlo, ahora que lo han abominado. Los corazones de Yocasta y Edipo
palpitan al unísono.

YOCASTA: Edipo, tu dolor es mi duelo y mi amor


es tu silencio. ¡Qué los dioses del viento
protejan tus pasos extraviados!

Edipo, se siente solo, de repente deja de oír los murmullos de Tebas, respira,
piensa, se contempla y ve un hombre que ya no puede ver.

74 75
EDIPO: Con Yocasta conocí el amor y la
TERCER MOVIMIENTO:
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comprensión, pensé que había logrado
la felicidad porque era plena la armonía
y hermosa nuestra familia. Pero vuelvo
a confrontarme con las evidencias

JUEGOS DE INFANCIA
de una realidad monstruosa que me
persigue sin descanso. Me pesa el alma
y sin embargo ardo por dentro, siento
que me incendio y quisiera rebelarme
contra la crueldad de un dios insensato
que me ha condenado por culpas En un campus del palacio: a un lado, tres pares de pilares paralelos formados
ajenas. con los bloques, donde los jóvenes Eteocles y Polinices reciben instrucción
física por parte de Creonte; en otro plano Ismene, sola, gobernada por miedos y
Antígona lo alcanza, lo abraza, le toma una mano y le canta. dudas, sube y baja por una escalinata de manera reiterada y al fondo, en una torre
pequeña está Yocasta, reina que contempla a los hijos y al hermano, todavía no
CORO DE MUJERES: Se arrancó los ojos: Dos veces ciego/ ha caído bajo el signo trágico. Antígona evoca a los hermanos jovencitos, recién
Solo silencio: Perdió la calma /Angustia escapados de la infancia. Recuerda, trae las imágenes del pasado.
y niebla: se arrancó los ojos…
ANTÍGONA: Mis hermanos crecieron como árboles
ANTÍGONA: Se arrancó los ojos: se arrancó el alma. destinados a la grandeza. Ellos fueron
No encontró salida: renunció al trono. consentidos y siempre consiguieron
Era el mal paso de un dios sus deseos. Se imponían en los juegos
enceguecido. y nos hacían aparte como si fuéramos
La caída de un sol en el oscuro abismo. menos capaces. Mi hermanita y yo
jugábamos a lo nuestro. Soy la mayor
Resuena un golpe seco que rompe el silencio. El tiempo cambia. Todo se difumina y eso me dio liderazgo cuando los
en la penumbra. El coro de Tebanas mueve los bloques y prepara el espacio. muchachos declinaban o se metían
en problemas y había que ayudarlos.
Ismene es la menor y para ella todo ha
sido más difícil. Ha sido dura la escuela
con los muchachos, desde pequeños
mostraron más carácter.

Los muchachos generan energía, componen imágenes, compiten, saltan,


esquivan, se sincronizan, se asemejan y se diferencian, bajo el mando del
hermano de Yocasta, tío y jefe de los ejércitos tebanos. Se miran, son distintas,
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Ismene es frágil e indecisa. La madre vive sobresaltos, inquietudes que no la ANTÍGONA: Ismene, Ismene, eres pequeña y frágil
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dejan tener serenidad. Es un cuadro de imágenes corporales simultáneas que y pueden hacerte daño. Pero debes
expresan el goce y las tensiones de la prole de Edipo y Yocasta. aprender a ser fuerte. Niña, niña, vas a
tener cuidado para que no se tronche tu
ANTÍGONA: Fue hermoso conocer el valor del amor camino.
desinteresado. Teníamos el privilegio
de ser los hijos del rey. Pero es difícil ISMENE: Hermana, hermanita, quedé
comprender los caprichosos designios prisionera en una pesadilla y no logro
del destino. Pudimos enloquecer o despertarme por completo. Veo lo que
morir y logramos continuar, con ganas no puede verse y no logro entender lo
de no tener conciencia ni recuerdos, que todos entienden.
pero con la fuerza necesaria para
soportar los golpes de la vida. ANTÍGONA: No escuches los rumores, no mires
los fantasmas, no dialogues con
Antígona asocia recuerdos, tiende hilos invisibles entre las imágenes y se conecta las sombras de la noche, en estos
con las circunstancias sensibles de los otros personajes. momentos solo estamos nosotras y la
necesidad de seguir viviendo.
ETEOCLES: Hermano te odio y te quiero, contigo
he compartido el nacimiento, tenemos ISMENE: Tengo miedo, es un escalofrío que me
la misma sangre pero te falta entereza hace temblar por dentro y me impide
y claridad mental. Lo siento, soy salir corriendo.
sincero, en estos asuntos no sirven los
sentimientos. Los hermanos desarrollan un diálogo de cuerpos y movimientos donde se adivina
que la mala sangre hace su labor en cada uno de los herederos del trono. Hay
POLINICES: Eres mi ejemplo y mis actos intentaron competencia, tensiones, fuerzas encontradas.
repetir tus pasos. Me sentía frustrado
cuando me ganabas en competencias POLINICES: ¿Dónde quedaron los vínculos
y juegos y pocas veces tuve la infantiles, los juegos simples y los
satisfacción de vencer tu orgullo amores inseparables?
invencible. Tu arrogancia me ofende.
ETEOCLES: Ya no somos niños, crecimos, hay que
Los hermanos continúan las acciones precisas, de habilidad corporal, utilizando ser prácticos y oportunos, superar la
los pilares como objetos de entrenamiento. Ismene desvaría, se para en el borde inmadurez.
de la escalerilla, mira hacia el vacío insondable y piensa en lanzarse. Yocasta, ve
el peligro que corre la hija menor, la llama por su nombre. Antígona corre hasta
donde está la niña, la mira con calidez, le da confianza y la hace sentir bien.

78 79
El recuerdo de Antígona se desvanece y el escenario se llena de oscuridad. Por ANTÍGONA: Tarde o temprano lo alcanzaré para
Cinco textos dramáticos

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una senda de luz y oscuridad camina Edipo, con las dificultades del ciego que conducirlo al ocaso, su día está
busca escapar de sí mismo. Se lamenta, delira, canta. terminando, en medio de una noche
terrible porque su mundo son tinieblas,
EDIPO: ¡Ay!, flor de mi vida, esposa y amiga, angustia y desamparo.
Yocasta amada mía.
Eras hermosa y comprensiva y mi alma Mi madre deambula entre oscuras
buscaba tu compañía. galerías. Cuando Edipo se arrancó los
Sin ti soy un pájaro sin alas, un ciervo ojos ella pudo verse a sí misma y se
que cae en el barranco. sintió perdida.
La sed abrasa mis entrañas, soy un
despojo, de mi tengo asco. ISMENE: Ha sido la fortaleza la característica de
nuestra madre, pero el destino hace ver
débiles a los más fuertes.

Las hijas se esfuman en los planos de la oscuridad y Yocasta y la adivina ciega,

CUARTO MOVIMIENTO:
caminan, en el plano del proscenio. Van rumbo al oráculo y dejan sentir sus
presagios. La reina lleva una flor de sangre en sus manos y la vieja que vaticina
canta tañendo las fibras del alma.

LA ADIVINA CIEGA: El rey amado

ENTRE TINIEBLAS
reo de sí mismo
muriendo vive
Edipo tu amado hijo

Y DESTELLOS
el rey amado
reo de sí mismo
muriendo vive Edipo
tu amado hijo
el rey amado
En una escalera doble, en un lugar del palacio, Antígona e Ismene observan la reo de sí mismo.
lejanía, como vislumbrando al padre errante que ahora es mendigo sin consuelo.
Yocasta y la adivina, contemplan la flor de sangre que se vuelve topografía de los
ISMENE: Mi padre deambula dando tumbos destinos. Ven la insistencia del conflicto fraternal, el dolor que sobrevendrá. En la
y tropiezos, acompañado solo de su escalera doble de perfil piramidal, al fondo, emergiendo de la oscuridad, aparecen
bastón de ciego. He llorado viéndolo los príncipes que se confrontan sutilmente, escalón a escalón, desafiando con los
alejarse y he temido su verbo gestos y los movimientos, buscando, cada uno, el escaño más alto.
desgarrado maldiciendo la simiente.
80 81
POLINICES: Hermano, estuvimos enamorados átomo infinito
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de la misma muchacha y aceptamos donde cabe el universo
que fuera novia de ambos. Nos liviano y denso
escabullíamos a los viñedos o a las agitado y sereno
montañas sagradas. les hablo del silencio
el silencio solo el silencio.
ETEOCLES: Solo recuerdo con agrado una
excursión por los acantilados cuando La penumbra hace presencia, lentamente, como una noche densa que llega,
te partiste una pierna y te dejé mientras el coro de tebanas cambia la arquitectura y sugiere un altar con una
abandonado bajo el sol del mediodía y pequeña fuente.
solo avisé al día siguiente.

POLINICES: No hagas bromas, es un recuerdo


doloroso. Tenía miedo y solo

QUINTO MOVIMIENTO:
escuchaba los estallidos del mar contra
las rocas. Mi padre te reprendió y no
corregiste nada.

ETEOCLES: No lo nombres, nuestro padre ya no

YOCASTA Y LA
es rey. Tenemos que borrar las huellas
de la desgracia y empezar un ciclo
distinto.

POLINICES: ¡Qué el viejo rey se vaya bien lejos y


que más allá de las fronteras purge
VIDENTE CIEGA
sus penas! Corresponde a los jóvenes
tomar las riendas del reino.
La reina y la anciana sabia, atraviesan las densidades de la luz y de la sombra
Eteocles reacciona con fuerza, muestra más carácter y amenaza a Polinices, y se desplazan al lugar sagrado donde la fuente ilumina. Conversan con tono
dejando ver su agresiva ambición. La acción queda en suspenso y se pierde en la confidencial. En el plano de fondo las tebanas conforman el coro, de movimientos
oscuridad. La adivina sigue cantando, que es su manera de transmitir el saber. plásticos y lentos.

ADIVINA: Más viejo que el tiempo


anterior al verbo CORO DE MUJERES: El poder dejó de ser un festín y los días
padre del misterio y las noches cayeron en el vacío.
ley del entendimiento Nunca en el espejismo de la gloria se
nacido sin recuerdos había mostrado tanta ironía.
82 83
YOCASTA: De niña fui tomada sin mi CORO: Edipo no pudo con la realidad que le
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consentimiento por Layo, un hombre correspondió padecer: después de
incapaz de comprender el pavor que conocer su origen fatal se arrancó los
me producía. Fui reina complaciente, le ojos y se hizo pordiosero, renunciando
di un hijo que ha sido audaz y generoso al trono y a los privilegios.
y terminó padeciendo las culpas de un
padre desatinado. YOCASTA: La verdad es que nos amábamos, yo
madura, buscando un hijo y él muy
ADIVINA: Edipo fue víctima de una maldición que joven, deseando una madre.
arrastraba Layo y que reprodujo los
equivocados designios del rencor. ADIVINA: Edipo no alcanzó a reconciliarse con
su consciencia y quiso devorarse a sí
YOCASTA: El príncipe que nos salvó de la esfinge, mismo y no tuvo compasión. Tus hijos
era mi hijo y terminó siendo mi lo volvieron rey de burlas, lo despojaron
segundo marido. Sin saber nada, fui de sus vestiduras y lo obligaron al
más que madre y más que esposa, le destierro.
di mi vientre y mi regazo y fui limpia; la
turbulencia vino de aquello inevitable CORO: Entonces Edipo, el sabio, el que venció
que no logramos entender. a la esfinge, se envileció y colérico
maldijo con ponzoña la suerte de sus
La adivina hace signos en el aire y parece escuchar voces. Con las yemas de vástagos y tú sabes que las palabras
los dedos deletrea los sonidos y medita las palabras que pausadamente va tienen vida propia.
pronunciando.
ADIVINA: ¡Las palabras tienen vida propia!
ADIVINA: El agua muestra lo que el tiempo se
lleva y lo que el viento traerá. Te ha YOCASTA: Mi amado Edipo quiso castigarse y
correspondido ser depositaria de un el remordimiento lo empujó por el
drama que no te pertenecía. Son las desespero y la culpa. Dejó el reino
urdimbres que tejen las tres viejas sin guía y desató los demonios de la
damas que amenazan con filosas ambición en dos muchachos que hasta
tijeras las delgadas hebras de la no hace mucho apenas jugaban.
existencia.
Yocasta sale del lugar sagrado, vuelve a la realidad de la luz del día, llega a uno
de los patios del palacio. Los personajes asumen el rol de coro y recolocan los
bloques sugiriendo el nuevo espacio.

84 85
Cinco textos dramáticos
SEXTO MOVIMIENTO:

LAS PASIONES
MÁS RECÓNDITAS
En silencio, la reina expresa sus conflictos interiores, de pie, mirando el
espejismo rojizo que tiñe el horizonte. Los personajes están en el patio, en un
ambiente palaciego, donde reina algo alarmante. Es como si la peste del miedo y
la desconfianza se estuviera apoderando de Tebas. Por un lado, Antígona habla
con Eteocles y en el otro Polinices trata de soportar a Ismene.

ANTÍGONA: Hermano, todo se está destruyendo,


hablemos con nuestra madre.

ETEOCLES: Déjame, Antígona, me siento


preocupado porque Tebas se
derrumba.
87
ANTÍGONA: Los árboles caen, las siembras se CREONTE: De nada le sirvió la lámpara de la
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resecan y abundan las desgracias. inteligencia.

ETEOCLES: Ve y suplícales a los dioses que yo me ANTIGONA E ISMENE: Su problema era del alma.
encargo de responder a los hombres.
YOCASTA: Adivina, yo sentía las cosas de manera
ISMENE: Polinices, me siento sola, tengo delirante y mi mente era un cataclismo.
pesadillas, quiero conversar contigo. El rey fue esclavo de sus pasiones más
recónditas.
POLINICES: Eres pequeña y no alcanzas a
comprender la turbulencia que nos ADIVINA: No sufras de manera innecesaria, aún
envuelve. estás en condiciones de entender el
ovillo de la vida. Es prudente encontrar
ISMENE: Hermano, mi soledad es más grande la sencillez para desenredar lo
desde que tu soledad me ha dejado. intrincado y conseguir la calma a la
hora del último sueño.
POLINICES: Cállate niña, debo ocuparme en cosas
que requieren toda mi atención. Los personajes reaccionan al unísono y se alejan. Solo quedan Ismene y Creonte
que la mira fijamente.
En el patio del palacio, los personajes se ubican acercándose a la reina. Cada
uno está solo, pero todos se juntan y estando cerca mantienen las distancias y ISMENE: Mi tío me da miedo, siempre, desde
solo los reúne los conflictos latentes. Hablan, se desplazan por los recuadros niña, por la forma como mira, por
del patio, cambiando de direcciones, esquivándose mutuamente. Es un juego de la paciencia que tiene para estar en
apariencias y franquezas. silencio cuando todos están muy
agitados. No se nota, pero siempre está
YOCASTA: Con mi nombre saciaron sus odios presente.
personales. Primero me llamaron
insensible, después creyeron que había Ismene, percibe la presencia del tío, se incomoda, gira y cuando se retira, sus
perdido la razón y nadie se apiadó de ojos se cruzan con los de Creonte, que ríe en silencio, enigmático, dueño de la
mi dolor. situación.

ADIVINA: Edipo podrá entender lo que no puede Enfocado en un haz de luz que deja ver el claroscuro de su carácter turbio y frío,
verse y sus palabras arderán en el sin espasmos emotivos, habla. Dice las palabras como si estuviera hablando con
silencio. el reflejo de su conciencia.

POLINICES: Mi padre no distinguió sus propias


tinieblas interiores.
88 89
CREONTE: La peste que cayó sobre Tebas, no la CREONTE: Me siento preocupado porque no
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causó la presencia de la esfinge, la hay gobernante y vamos directo al
trajo Edipo, un verdadero desalmado caos. El rey ha fracasado y no está en
que sedujo a su propia madre, mi condiciones de cumplir con su papel de
hermana del alma, y le sembró cuatro liderazgo.
desdichas que no saben qué hacer
ante las encrucijadas de la vida. Me ETEOCLES: El rey es una vergüenza y ha desistido
corresponde ser paciente con mis de luchar como corresponde a un
sobrinos y responsable con un reino soberano.
glorioso, que no puede tener en el trono
la presencia de una estirpe maldita. POLINICES: En el fondo lo atormenta la cobardía, no
tuvo capacidad de superar su derrotero.
Creonte desaparece. El coro de tebanas, en la azulada oscuridad de la noche,
traslada los bloques y levanta una nueva arquitectura. CREONTE: Necesitamos una fórmula para asumir
el trono, es un asunto de bien común,
no podemos ir a la deriva.

ETEOCLES: Nuevos rumbos, libre de maldiciones y


viejas recaídas.

SÉPTIMO MOVIMIENTO:
POLINICES: Ojalá sea posible renovar las
posibilidades que cada uno tiene frente
a los demás.

CREONTE: Para gobernar se requiere aplomo


y capacidad de encarnar el espíritu

LAS JUGADAS ETEOCLES:


colectivo.

Mi hermano duda, siempre puse la cara

DE CREONTE POLINICES:
ante sus problemas.

No menosprecies a quien puede estar


mejor dispuesto.
La luz ilumina un solio, con varios escaños. Es el trono de Tebas, para los
ETEOCLES: Con certeza el sucesor del rey soy yo.
descendientes del rey. El tío y los príncipes se acomodan y hablan. En el
intercambio de frases cambian posiciones y muestras rivalidades que se
evidencian con los movimientos.
90 91
POLINICES: Lo justo es que compartamos los ETEOCLES: Vamos a pruebas directas, en la arena,
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beneficios y las responsabilidades. mostrando quién está mejor preparado.

CREONTE: No estoy de acuerdo, son muy jóvenes POLINICES: Somos hermanos no contrincantes.
y no tienen experiencia. Prefiero que hablemos primero y
agotemos la posibilidad de un acuerdo.
ETEOCLES: ¿Qué somos muy jóvenes?
CREONTE: Quiero sugerir una salida para el bien
POLINICES: ¿Que no podemos gobernar? de todos, con el ánimo de conseguir
equilibrio en la balanza.
Creonte se retira, se hace a un lado y los dos hermanos, convencidos de su poder
y de su fuerza, conversan y construyen un pasillo, como retando las opiniones del El tío y los príncipes, en el plano de fondo, ubican tres bloques, como doseles,
tío. donde se paran o se sientan mientras conversan de manera inaudible; parece
como si discutieran con vehementes argumentos. Creonte trata de ser ecuánime
POLINICES: Creonte es una serpiente de siete en sus acciones e intenta mesurar a los hermanos.
cabezas.

ETEOCLES: ¡Nuestra familia es una estirpe de

OCTAVO MOVIMIENTO:
sierpes!

POLINICES: Podemos compartir el trono como


hermanos.

ETEOCLES: Yo voy a gobernar, así lo señala el


destino.

Cuando Polinices va a responder, aparece la figura de Creonte con una sonrisa


EL RENCOR
benevolente.
FRATERNAL
CREONTE: Es imposible gobernar a dos manos
porque el mando debe tener identidad
y autonomía. Es indispensable un
Antígona e Ismene, mientras tanto, con otras muchachas tebanas, juegan y ríen,
acuerdo donde cada uno pueda utilizar
mientras transforman el pasadizo angosto en un bulevar, con dos líneas paralelas
sus virtudes en favor de la prosperidad
de bloques, abiertas a lo ancho. Las muchachas se divierten hasta que los
común. Ustedes son legítimos
hombres terminan los tratos reservados para los sucesores de Edipo. Luego se
herederos y solo uno debe ser el
apartan, cuando el tío y los dos hermanos caminan por el amplio pasaje. Creonte
sucesor.
mueve las últimas fichas y deja en una posición favorable a Eteocles.
92 93
CREONTE: El acuerdo queda ratificado. Polinices Las luces se hacen mortecinas, como si atardeciera con bruma y Polinices avanza
Cinco textos dramáticos

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irá al extranjero, curtirá su carácter y por un sendero remoto, fatigado, escéptico con su derrotero. Al fondo se escucha
Eteocles iniciará su desempeño como una melodía nostálgica. En un punto del camino, se detiene y observa la distancia.
rey. Después de un año cambiarán
los papeles para que todo sea justo y POLINICES: En el exilio conocí los azotes del frío,
equilibrado. la mordedura del hambre y la soledad
del que no tiene casa. Pensé que
Eteocles, desea buena suerte a su hermano, le promete que lo esperará después recorrería remotos parajes, que sería
de un año y le ofrece un abrazo de franqueza fraternal. Creonte y Eteocles se feliz descubriendo nuevas ciudades
retiran como si el pacto estuviera decidido. y gente distinta, atrás quedaron las
huellas de otro tiempo, el dolor de mi
Polinices se queda solo, un instante, meditando lo que ha sucedido, sin estar madre y el cinismo de mi hermano que
del todo de acuerdo con ciertos aspectos que aún no logra discernir. Se marcha no respetó lo pactado. El destino me
y se desplaza, como si recorriera extensas distancias, enfrentando diversos entregó un acertijo y mi vida quedó al
momentos, teniendo como fondo los ventarrones cortantes y la furia de las borde del abismo.
tempestades.
Cae la noche, se cierra la penumbra, se modifica la ubicación de los bloques,
Antígona e Ismene caminan sobre las hileras paralelas de bloques verticales que nuevamente es Tebas entre murmullos de mujeres.
trazan los límites del amplio pasadizo.

ANTÍGONA: Si fuéramos justos y el equilibrio


perteneciera a la realidad, no
tendríamos que dudar de aquellos
que tienen iniciativas salvadoras para
condenarnos.

ISMENE: Hasta en sueños temo del tío y siento

NOVENO MOVIMIENTO:
su sombra en cada paso que damos.
Es como si nos mirara desde la grieta
de una pesadilla.

Cuando terminan el recorrido, las dos muchachas se apuran y hacen caer los

EL LABERINTO
bloques, uno tras de otro, como fichas de dominó que se van cayendo de manera
sucesiva.

94
DE LO INCIERTO 95
Queda instalado en el suelo un bosque de bloques verticales, un laberinto de
Cinco textos dramáticos

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agujas y edificios, una sugerencia de ciudad y de espacio para el extravío. Ismene,
entre sombras y caminos inciertos, camina, desorientada, pisando sobre los
bloques con vértigo, como si estuviera encima de una gran altura.

Ha crecido de repente, pero quiere seguir siendo niña. Las tebanas miran a la
muchacha y la llaman, con ecos, con voces musitadas. Antígona, canta el nombre
de la hermanita y se acerca con sigilo. Son momentos densos, impregnados con
el aire pesado que precede las batallas.

ISMENE: Hermana, hermanita, júrame que nunca


nos vamos a separar.

ANTÍGONA: Niña, nunca, nos une la tragedia, pero


sobre todo nos liga la fabulosa vida
que nos ha correspondido compartir,
porque no siempre los momentos
fueron difíciles. Conocerte hermanita
mía y ser tu amiga es lo más
afortunado que me ha sucedido.

ISMENE: Si, éramos felices y todo tenía el


brillo de los mejores días. Por eso
extraño a Polinices que fue engañado
por Eteocles. Junto con Creonte, lo
azuzaron para que se fuera y cuando lo
tuvieron lejos lo condenaron al destierro
y lo declararon enemigo.

ANTÍGONA: No hables de manera imprudente.


Eteocles está mal aconsejado y
Polinices ha terminado al servicio de
un país vecino que siempre ha querido
invadirnos. Todos lo comentan, las
noticias vuelan.

96 97
ISMENE: También han llegado cartas secretas alianza con los sanguinarios enemigos.
Cinco textos dramáticos

Cinco textos dramáticos


de Polinices dirigidas a nuestra Retorna con mercenarios encubiertos
madre, contando sus días de frío y de en la noche para lograr el reino perdido.
hambre, andando con las hordas de
desterrados, padeciendo peligros y Las mujeres bajan de las agujas, pisan el suelo, alarmadas, hay noticias terribles,
desprecios, hasta que encontró una piensan en sus casas, en sus familias, se mueven por el laberinto de bloques, son
tabla de salvación. sombras de sombras que buscan salidas entre la confusión y el miedo. Toman los
bloques, como si fueran trastos y maletas, como si trataran de huir del desastre.
ANTÍGONA: Una tabla para naufragar en el mar
embravecido del destino, ese misterio
que otorga fortunas o miserias y parece
infalible para cumplir los deseos de
dioses despóticos y caprichosos que
nos hacen sentir débiles y, sin embargo,

DÉCIMO MOVIMIENTO:
nos permiten ser persistentes.

ISMENE: Sí hermana, dioses terribles, capaces


de jugar con los seres humanos
como si fuéramos fichas de un juego

LOS JUEGOS
perverso que de antemano vamos
perdiendo.

DE LA INFAMIA
ANTÍGONA: Cállate niña, no tienes edad para
razonar con pesimismo. Volvamos a
la fábula del pájaro que resurge de las
cenizas y sobrevuela los escombros.

El coro de tebanas acompaña los pasos de las dos hermanas. Sobre los bloques Cae la noche azulada y el panorama cambia. Yocasta al fondo, en el centro,
verticales el desequilibrio es una fuerza que expresa lo inestable de la vida y lo parada en un bloque-escaño, mira dos escaleras de bloques, una frente a la otra,
incierto de las relaciones humanas. separadas por la grieta de la discordia. Son arquitecturas idénticas, escalones
para mirar frente a frente y amenazarse mutuamente.
CORO DE MUJERES: Con ira y rencor fraternal, Polinices ha
llamado usurpador a su hermano el rey.
Los dos hijos han llegado a un punto culminante de la disputa. Los escalones
No perdona afrentas y se ha investido
son espacios recurrentes para cambiar de posiciones y ascender en el nivel de
de rabia, profiriendo terribles
tensión que cada uno expresa. Son acciones significativas de los cuerpos -de los
amenazas.
músculos y los gestos-, que refuerzan los textos verbales y proyectan metáforas
No siente remordimiento porque pactó
emocionales.
98 99
POLINICES: No quisiera destruir la casa de los La madre sabe que los dos son la misma sangre y derramaran la vida en el campo
Cinco textos dramáticos

Cinco textos dramáticos


recuerdos, los altares de los viejos de batalla. Quiere evitarlo, los llama a renunciar a una guerra de ilusiones fatales,
dioses, los jardines de ensueño, las donde ambos serán perdedores.
edificaciones imponentes, los amplios
patios de juegos inolvidables. Todo es inútil en la gresca del sino trágico. Los sentimientos y las figuras se
desvanecen en la oscuridad. De nuevo la luz cae puntual sobre Creonte, que
ETEOCLES: Eres un miserable, el mejor papel de afianza su auto credibilidad y deja ver algo más que se filtra por las fisuras de su
tu vida lo estás cumpliendo como carácter.
mercenario.
CREONTE: Edipo ya no puede mirarse al espejo,
POLINICES: Si restituyes mis derechos estoy si se viera haría trizas su propia
dispuesto a retirarme. Te confieso que arrogancia. No puedo soportar su
todo está preparado para el asalto y manera de caminar arrastrando los
mis hombres están ávidos de sangre. pies, como si le pesara la existencia.
Me resulta imposible creer que la
ETEOCLES: Si quieres salvarte vete y no regreses gente amara su palabra y respetara
nunca más, tus horas están contadas. su mandato. Así como ahora me
cuesta entender por qué algunos
POLINICES: Juro que morderás el polvo y escupirás sienten compasión cuando tendrían
agónico mientras bailo sobre tu derrota. que manifestarle indiferencia o
desprecio. Los seres humanos somos
ETEOCLES: El sagrado territorio no será devastado contradictorios y algunos nacen de
por tu mano. No tienes derecho a manera equivocada. Tebas ya no
reclamar nada. será la misma. Ahora conocerán un
verdadero rey.
Los hermanos reafirman sus amenazas. La luz se concentra en Yocasta que
expresa con acciones físico-emotivas, como si viera y no quisiera ver. Es el drama
de una madre que tiene un campo de batalla en las entrañas. Es un soliloquio de
movimientos y palabras que expresan los dolores del alma.

YOCASTA: Mi privilegio fue ser mujer de Layo,


madre y esposa de Edipo, madre
y abuela de Eteocles y Polinices,
hombres que reprodujeron la maldición
del dios implacable y que no pudieron
forjar destinos distintos porque jamás
se atrevieron a ser diferentes.
100 101
ETEOCLES: ¡Qué vergüenza para Tebas y para
Cinco textos dramáticos

Cinco textos dramáticos


la familia!, un rey sin ojos, sin cetro,
sin la calma necesaria para encarnar
la frialdad que se necesita a la hora
de gobernar y decidir con certeza y
claridad. Puedes márchate, padre con
tus penas incurables.

DÉCIMO PRIMER POLINICES: Los niños crecimos, padre, imitamos


a los mayores y terminamos siendo

MOVIMIENTO: peores que los progenitores.

Edipo, fustigado por los vástagos que en otro momento fueron motivo de orgullo
paternal, enfurecido por el trato recibido, derrotado y colérico, en estado de
angustia ciega, dice lo que tal vez jamás debió pronunciar.
LA DIAGONAL LA MALDICION DEL REY CIEGO: Hijos de mi sangre y mi deseo,

DEL TORMENTO
indolentes y desagradecidos, espero
que jamás tengan paz, porque han
ofendido a su progenitor y lo han
humillado públicamente para quedarse
con riquezas y privilegios. Los he
Con los bloques las tebanas conforman una diagonal que cruza el escenario, criado con los más altos valores para
como un largo sendero que lleva al destierro. En un ángulo, al fondo, Yocasta, los que terminaran pisoteando el respeto
hijos, las hijas y la adivina, observan desde los parapetos de la ciudad amurallada. y la ética, teniendo la vileza como
estandarte y mi dolor como trofeo.
Yocasta piensa en Edipo, lo imagina entre los espejos rotos de su desgracia. Espero que la única herencia que
Recuerda cuando Eteocles y Polinices lo despojaron de todo, del trono, de las compartan sea la agonía ponzoñosa de
riquezas, inclusive de la dignidad. El rey derrotado por su propia mano, trastabilla, los alacranes. ¡Los maldigo, qué sean
recorriendo la diagonal. víctimas de ustedes mismos!

POLINICES: Padre mío, bien hubieras podido ETEOCLES: Viejo loco, solo habla tu resentimiento
ser discreto y apartarte en silencio y el odio que ya traías en la sangre
comprendiendo que lo tuyo había porque tu padre nunca quiso
terminado. No esperes lo que no has engendrarte. ¿Qué quieres que
dado porque siempre estabas ausente, agradezcamos?, ¿tu incompetencia,
ocupado en los deberes del poder. tus estúpidas supersticiones, tu
102 103
grandilocuencia mentirosa de soberano Tiene bien merecido el destino que le
Cinco textos dramáticos

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en decadencia? Tebas ya no te ha correspondido.
pertenece.

POLINICES: Padre, vete, vete al inframundo, te lo


has buscado, sabes bien que no son
los dioses, que somos los hombres
los que labramos el destino y tú has
incurrido en actos imperdonables que
debes asumir para ponerle fin a este
juego de fatalidades que acompaña tu
caída. Déjanos, no incomodes con tus
aullidos.

Yocasta grita el nombre de su rey, de su hijo, con estupor y desconsuelo. Edipo


cae y se pierde en las tinieblas de la ceguera. El mundo se estremece: las tebanas
hacen resonar como trompetas las oquedades de los bloques. El día oscurece.

Creonte, en una línea de luz, ocultando medio rostro, comienza a celebrar el


DÉCIMO SEGUNDO
cumplimiento de sus planes. Habla con satisfacción y cinismo. El soliloquio es
transición y contraste. MOVIMIENTO:
CREONTE: Edipo ha sido extirpado para siempre
de la historia de Tebas. Había traído el
mal sentido, la mancha de una vida de
antemano perdida. Mi hermana está LAS ENTRAÑAS
enloqueciendo, porque nunca imaginó
que todo está regido por la mala
sangre que venía de Layo y que no IRRECONCILIABLES
logró purificarse ante los dioses. Ella es
víctima de su hijo mal nacido. ¿Quién
no siente estupor de su propia sombra? Las tensiones entre los hermanos han crecido. Yocasta, trata de persuadir a
sobre todo, cuando la sombra se los hijos. Conversa con Polinices que desde el alminar de la muralla vigila a
aleja sin contar con nuestra voluntad, su hermano, que se dispone a parapetarse en disposición de ataque. Cada hijo
avergonzada por lo que somos. Edipo está en un punto distinto del escenario. A la madre le cuesta mucho mantener la
ya estaba ciego antes de arrancarse calma y sostener la convicción que tiene para evitar la confrontación entre los
los ojos, para no ver su propio fracaso. muchachos.
104 105
YOCASTA (A ETEOCLES): Hijo mío es inhumano despojarse de
Cinco textos dramáticos

piedad para atacar al más cercano, te


debes al amor y al respeto por tu propio
espejo pues son uno al otro.

CORO DE TEBANAS: No tienen piedad con la matriz


que los trajo de los vacíos eternos,
solo buscan saciar la ambición que
gobierna las almas mezquinas.

YOCASTA (A POLINICES): Como dos árboles erguidos bajo el


mismo cielo admitan cada uno su
deseo,
son ramajes de un mismo tronco
y quisiera sentir cercanos a los
hermanos.

CORO DE TEBANAS: Los cantos interminables del insomnio


llenaron de silencio la conciencia y
los palacios levantados en el poder se
derrumbaron sepultando la vida.

YOCASTA (A ETEOCLES): La existencia es un espejismo y la


gloria y el poder son falsos paraísos,
hijos de almas enlazadas no hagan de
la vida una interminable agonía.

CORO DE MUJERES: Nacidos de la amorosa entraña


hubieran podido ser una sola criatura, el CORO DE TEBANAS: El dolor de la madre no pudo
infalible entramado del destino los llevó contrarrestar la vileza de los hijos,
a ser idénticos y distintos. dispuestos a devorarse como
depredadores de su propia sangre.
YOCASTA (A POLINICES): Hijo triste no permitas que el aguijón de
la venganza infecte tu calma, si dañas YOCASTA: Eteocles, Polinices, siento que están
a tu hermano o tu hermano te mata, se cerca y que no volverán jamás. ¿Qué
perderán para siempre. ha pasado, los estoy viendo juntos,
abrazados, como si fueran espectros
devastados por el sufrimiento?
106
Yocasta, expresa con el cuerpo los acontecimientos del espíritu y se mueve CORO DE TEBANAS: Es el tío que los ha llevado a una
Cinco textos dramáticos

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en distintas direcciones, sin concluir ningún desplazamiento, reteniendo y disputa sin salida para aprovechar la
retomando, mostrando el requiebre que sufre su mundo interior. ocasión.
Es el cumplimiento de una condena
divina que viene desde el abuelo y el
padre.
Es la ambición desmedida que gobierna
los propósitos de las almas mezquinas
Es la maldición del padre que
intolerante y ciego los condenó al peor
desenlace.

Yocasta corre, pide que busquen a Antígona, quiere decirle algo urgente, empieza
a desvariar porque el dolor le nubla la razón. El combate entre sus hijos es
inevitable y ella está en el centro del espacio destinado para la sangrienta cita.
Lo sabe, se lo dijo el oráculo: “una cascada incendiada, una laguna enrojecida”.

DÉCIMO TERCER
Extenuada, se desvanece y queda inerme.

Antígona, va hacia la madre y la acaricia con el canto de un duelo anticipado. A la

MOVIMIENTO:
reina le duele el útero como si tuviera una espina clavada en lo más sensible de
su ser. Quisiera morir y no se atreve a quitarse la vida. Madre e hija se toman de
las manos y giran eufóricas. Antígona llama a sus hermanos, expresa que los ama
y que no entiende lo que pasa.
Ismene, recorre el círculo, pisando sobre las espinas, mientras Yocasta agoniza

EL COMBATE por dentro. Las dos hijas retiran a la madre del círculo de batalla.

CORO DE TEBANAS: Los hermanos conformaron dos

DE LAS FIERAS poderosos bandos inspirados en el


odio.
Uno defendía la ciudad con fiereza y
Yocasta, llama a las mujeres tebanas, les pide invocar a los dioses protectores, da otro asediaba con rencor y crueldad.
vueltas con angustia, pide mirto, laurel y romero. Hay suspenso, aire de alarma, Eran jóvenes y saludables los que
movimiento del coro de mujeres que atraviesa una y otra vez el escenario, con fueron cayendo en el campo de batalla.
rumores y fragmentos de frases, expresando ansiedad, incertidumbre, mientras Los dos hermanos se encontraron
arman un círculo de unos siete metros de diámetro, con los bloques, separados ebrios de sangre luchando por el trono.
prudencialmente, unos de otros. Es la circunferencia para el combate, el círculo
que se cierra, el ojo de huracán donde se enfrentarán los hermanos.
108 109
Los dos hermanos se paran uno frente al otro, con cierta distancia, en la diagonal CORO DE TEBANAS: No pierdan entendimiento, no acaben
Cinco textos dramáticos

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del tiempo. Las mujeres del coro rumoran, mientras los muchachos luchan contra con la propia entraña, aún pueden
el miedo, contra el espanto de enfrentar al hermano. Hay amor, pero la ambición retirarse.
es más fuerte. Van armados de odio hasta los dientes. Yocasta, en otro plano, sin ¿De qué sirve ser más poderoso si el
mirar al campo de batalla, como si estuviera en un pequeño recinto, se sobresalta poder está manchado de violencia
de manera visceral. Ismene recorre el círculo, pisando sobre los bloques, como fraternal?
si estuviera sonámbula y no fuera capaz de liberarse del miedo que le oprime el Serán víctimas y verdugos de ustedes
pecho y la hace titubear a cada paso. mismos, matarán el brillo de cada
amanecer.
YOCASTA: Mi privilegio fue ser mujer de Layo,
madre y esposa de Edipo y madre El fuego esencial se apagará sin
y abuela de Eteocles y Polinices, remedio y lo vital se perderá en la
hombres que reprodujeron la maldición penumbra final.
del Dios implacable y que no pudieron
forjar destinos distintos porque jamás En un descuido, Polinices, recibe una herida fatal y se desploma. Eteocles, se
se atrevieron a ser diferentes. siente triunfador, se resiste al cansancio, levanta los brazos y proclama la victoria.
Da unos pasos, trastabilla y no alcanza a percibir que Polinices se levanta y lo
Se desata una lucha de guerreros, un combate de muchachos, un juego de ataca mortalmente por la espalda. Los dos tambalean, se miran y van cayendo
acciones, reacciones, contactos y dentelladas salvajes. Inician con rodeos y lentamente, el uno junto al otro. Los hermanos heridos, agonizan, expiran.
cautela y progresivamente se van atacando con mayor fiereza. Son hombres y
son animales dispuestos a ponerle fin a la vida del contrincante. Hay suspenso, CORO DE TEBANAS: La agonía trae olvidos y el corazón se
primero Eteocles parece vencer a Polinices, pero este reacciona a tiempo y resiste al último quejido.
desequilibra la confrontación. Están agotados, sudorosos, con los rostros Odio y amor entremezclados con lo
polvorientos, sucios de rabia. predecible y lo imprevisto.
El destino es una línea de vértigo, una
ETEOCLES: Te voy a destrozar maldito, porque llamarada que se desvanece.
disputas mi derecho, eres pusilánime La felicidad es solo etérea ilusión: los
y tu reino está en el cementerio, traidor vacíos que ahogan la voz.
de ti mismo.
Las mujeres se acercan y dejan salir del alma una melodía fúnebre, con cierta
POLINICES: Comerás polvo y sangre de tus heridas nostalgia embravecida. Yocasta, se arrodilla frente a los hijos muertos, los
porque eres tramposo y embustero, compadece y los acaricia como si ellos estuvieran solo adormilados. Luego
una bestia, tirano de tu estirpe. reacciona mirando al cielo.

110 111
YOCASTA: ¡Apolo!, no fueron los ojos los que Edipo La escalera imperial está levantada del fondo hacía adelante y su último
Cinco textos dramáticos

Cinco textos dramáticos


debió arrancarse, era la lengua la que escalón da al vacío, en el centro del escenario. También es un estrado para el
necesitaba aprender la prudencia del gobernante. Creonte asciende, resplandeciente, con una corona de laurel entre las
silencio. manos. Abajo los tebanos, sometidos, asombrados aún con el desenlace de los
acontecimientos. El hermano de Yocasta, el tío de Eteocles y Polinices, coloca la
Antígona e Ismene retiran a Yocasta que está a punto de desmayarse. Dos corona en sus sienes y habla con solemnidad y falsa gentileza.
mujeres cantan en la línea de proscenio. En el fondo las otras tebanas, casi en la
oscuridad, levantan una escalera imperial. CREONTE: Lamento el desenlace, hubiera querido
evitarlo, pero nada pude hacer, fue
DOS TEBANAS: Mar de sangre, mancha corazón/ el hado trágico el que dispuso de los
Designios de dioses incurables/ El acontecimientos. Las calamidades que
alma llora, brota tempestad/ El yugo vinieron después de la derrota de la
de oscuras voluntades/ Qué se abra esfinge, nos han agobiado a todos.
la tierra/ Y rompan las murallas /Qué
exploten las estrellas / Y acaben la Siento lo que ha sucedido y asumo
tierra/ Mar de sangre, mancha corazón/ la responsabilidad que me otorga la
Mar de sangre, mancha corazón. circunstancia. Se requiere claridad,
carácter, capacidad para representar
Las dos mujeres se abrazan. Grande ha sido la pérdida para Tebas. Cae la tarde y el sentimiento común y garantizar
comienzan las primeras sombras de la noche. seguridad frente al porvenir.

En gracia a la justicia de dioses y de


hombres, Eteocles será sepultado
con honores de príncipe y Polinices

DÉCIMO CUARTO
tendrá el castigo que se concede
a los traidores: su cuerpo quedará
abandonado a la intemperie para que

MOVIMIENTO: lo devoren las fieras y las fauces del


olvido.

En lo alto del poder, sobre la cima de una escalera al vacío, Creonte sonríe con la
satisfacción del que ha cumplido un propósito supremo. Se escucha el estruendo

EL SEÑOR DE de un trueno y sobre el nuevo rey cae la oscuridad.

112
LOS ESCOMBROS 113
Yocasta, no soporta el decreto de su hermano. Corre, hace mover las bases del ANTÍGONA: No puedo creer que el nuevo rey
Cinco textos dramáticos

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pedestal del soberano auto coronado, pero las palabras no brotan porque ya no sea emisario del destino porque era
quiere decir nada. Creonte se retira. necesario cumplir lo que estaba escrito
en los libros del odio. Yo reclamo
Antígona impetuosa se desplaza y la siguen las tebanas. que lo justo sea primero y que las
leyes naturales y divinas definan
ANTÍGONA: Yo quiero ver los antiguos signos los desenlaces, sin que medien los
que rigen el destino porque aquello intereses de un tiranuelo que nos ha
que no puede evadirse debe tener la despojado de la posibilidad de vivir
posibilidad de ser evitado. pacíficamente. Ahora tenemos mil
guerras en la consciencia, ¡pero no todo
ISMENE: Creonte, ha ordenado que no ha terminado!
dediquemos los sagrados rituales
al cuerpo de Polinices. Te estás Antígona está decidida: No cumplirá la orden del tirano, no quiere reconocer a un
arriesgando hermanita. rey falso.

Yocasta, alterada, rayando con la perturbación, pregunta por Eteocles y Polinices


y dice que sus hijos son iguales en la vida o en la muerte. Antígona y el coro de
mujeres, remueven los bloques, recorren caminos, caen, se levantan y llegan
hasta un lugar que ha sido campo de batalla y solo divisan muertos y escombros.

DÉCIMO QUINTO
ANTÍGONA: Creonte, el hermano de nuestra madre,
el tío de todas las desgracias, el que
ahora reinará desconociendo la sangre

MOVIMIENTO:
derramada. Piensa que ha realizado
su más alto propósito porque ahora
es el señor de un reino de cadáveres
y de ofensas contra la vida. ¡Está
equivocado!

ISMENE: Tengo miedo hermana, me aterra


pensar que todo se acaba de repente y
EL FUEGO
que la vida parece mostrarnos un final
injusto. Y EL ESPEJO
Entre los escombros de las batallas, Antígona prepara la tumba de Polinices,
ignorando el decreto real.
114 115
ANTÍGONA: Que tu alma navegue con Caronte/ Que
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tengas flor de luz en tus manos/ Que
la penumbra no tropiece tu camino/
Que la penumbra la atravieses con paz/

DÉCIMO SEXTO
Polinices te evocará la primavera/ Tus
cenizas libres en el ocaso/ En la noche
vuelan con los astros/ Polinices te

MOVIMIENTO:
evocará la primavera/ Cuando el fuego
arda con tu nombre/ Y el agua caiga en
la tierra…

Antígona, ha incumplido el decreto de Creonte, sin miedo, desafiante y con


devoción por el amado Polinices. Pero su conciencia y su dolor incluyen al otro
hermano, para quien tiene el fervor de las palabras, mientras las tebanas, en el
trasfondo de las sombras, levantan la última muralla.
LA ÚLTIMA
ANTÍGONA: Eteocles hermano de penas/ Que no
se pierda tu huella/ Que no perezca
MURALLA
tu recuerdo/ Que se mantengan Antígona, corre hasta el ágora, donde están reunidas las tebanas, paradas sobre
encendidas las llamas/ Del amor de siete columnas dispuestas en arco, construidas con cuarenta y nueve bloques.
otro tiempo/ El odio acaba con las Hablan Yocasta, la adivina y las tebanas, individualmente; lanzan frases y
buenas razones/ Y el amor Eteocles/ El comentan.
amor reconforta el espíritu.
ADIVINA: Las máscaras delatan y cuando
Al fondo, como un fantasma que vigila, Creonte se desplaza sobre una línea de caen desgarran y muestran lo que
luz y Antígona reacciona y escapa. cuidadosamente ocultamos a los ojos
de nosotros mismos.

TEBANA: Nada impide zafar las caretas que


están colocadas sobre la franqueza de
la calavera.

YOCASTA: Quise sanar mis heridas interiores


y purificar mi consciencia, pero
siento que jamás terminaremos
de comprender los motivos de la
insensatez.
116 117
ADIVINA: No olvides que hay una sonrisa ADIVINA: Cada sílaba ocurre en el universo. Sin
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permanente bajo la última máscara, darnos cuenta nos salvamos o nos
una sonrisa sin labios, sin gestos, sin condenamos.
intenciones vanidosas.
ANTÍGONA: La conciencia y el honor me dicen
TEBANA: Es el rostro que se esconde detrás de que no debo temer. Creonte no
las apariencias. puede impedir mi sagrado deber. Si
termina con mi vida creo que habré
YOCASTA: Abdiqué de mi vida y me detuve en cumplido. ¡Creo que todos estamos
el centro de un escenario donde enceguecidos!
me observan los fantasmas de la
consciencia. Antígona, hace honores a la tumba de Polinices y huye, presiente que vienen por
ella. Una tebana se dirige a Yocasta.
TEBANA: Quisiera tener una lámpara, pero
el fuego ha sido desterrado de mis TEBANA: Antígona, ha desafiado las tinieblas
manos. del misterio. Creonte, ha enviado a un
ejército completo para darle castigo sin
ADIVINA: No somos lo que pretendimos ser y medida.
mucho menos lo que quisieron que
fuéramos. Hay algarabía entre las mujeres, todas se agitan, se alarman, la encomiendan
a los dioses y con prisa se protegen en una torre fortificada y miran el campo
TEBANA: Tarde o temprano olvidaremos tus de batalla donde se han reanudado los enfrentamientos y las venganzas. Los
desgracias y las mías serán imposibles sobrevivientes se levantan y siguen la contienda sangrienta. Las mujeres asoman
de recordar. los rostros por los ventanucos de la torre y tienden las manos, pero no pueden
hacer nada para evitar la violencia encarnizada que se dibuja en el crepúsculo.
YOCASTA: Si pudiera entender aliviaría mi agonía,
pero no puedo aceptar lo brutal de la
YOCASTA: Prefiero hablar con fantasmas, atender
realidad.
sus almas y apaciguar sus penas.
TEBANA: La felicidad es una tentación fugaz para
Las tebanas murmuran angustiadas, un estallido resuena en el ambiente y la torre
los desafortunados.
se desploma impactada por un golpe de catapulta. Entre el polvo y los destrozos
TEBANA: La fortuna es una ilusión que deja se reconocen y se asoman al campo de batalla: ruinas, campos destruidos y
dolores y doradas cicatrices. cuerpos mutilados son el inventario. Yocasta, atraviesa las grietas de la pared,
camina entre destrozos. La siguen las tebanas.

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CORO DE TEBANAS: Detrás de tus pies están los pasos
inesperados acechando las huellas
venideras.
Sobran errores y maldiciones, desatinos
de mitos perdidos, designios y desafíos.

Los destinos parecen invariables


porque los dioses y las tejedoras así lo
quieren.
Ahora puedes mirarte en el espejo
sin horrorizarte y quizá verás lo
inexplicable.

Yocasta , encuentra una flor blanca bajo los escombros, aparta los pedruscos y
se sienta sobre los bloques caídos, tiene la mirada fija en algo que traspasa las
apariencias.

YOCASTA: Venimos de una noche sin fin y vamos


a retornar a la eterna oscuridad. La vida
solo es un parpadeo entre tinieblas y
relámpagos.

Las tebanas miran de frente el paisaje desolador, tal vez sintiendo que son
capaces de sobreponerse a todas las desgracias. La luz se apaga, lentamente,
poniendo punto final a la maldición del rey ciego.

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Lo inconfesable
Lo inconfesable
Montaje estrenado el 9 de julio de 2021 Este texto es un homenaje al espíritu
en el Teatro Estudio del Teatro Mayor de los grandes trágicos, pues bebimos
Julio Mario Santo Domingo. de sus afluentes míticos e invocamos
libremente a personajes entresacados
Coproducción del Teatro Tierra y Teatro de la antigüedad clásica. Tomamos
Mayor Julio Mario Santo Domingo. nombres legendarios para mirar en
el espejismo de la vida, con entera
libertad, inventando nuevos pasajes
y distintos desenlaces, en un tiempo
ficticio que bien podría acercarnos a
esta época de sueños persistentes y
turbulencias interminables. Intentamos
mirar el reverso de las historias
conocidas y descubrir lo que no se
había dicho acerca de situaciones y
destinos que se entrelazan de manera
recurrente.

122 123
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Personajes: Clitemnestra, esposa de Agamenón.
Electra, hija de Agamenón.
El fantasma de Ifigenia, hija sacrificada
Espacio escénico
por Agamenón.
Las Euménides (Tisífone, Alecto y
Megera).
y objetos escenográficos:
Personaje ausente: Agamenón. El escenario está limpio, desnudo.
Negro profundo, sin decorados la
escenografía son arquitecturas
invisibles y paisajes de ficción,
imaginables en el juego plástico de los
intérpretes y los objetos.

Un practicable de madera, fuerte (de


dos metros y diez centímetros de altura
y un metro y cuarenta centímetros
de ancho), estructurado como un
marco sólido, en cuatro rectángulos
iguales. Sugiere una ventana de una
casa grande. Es un artefacto de uso
polivalente y de significados múltiples.

Una puerta, de una sala o de una


habitación. La parte superior tiene un
vidrio corrugado, grande, que permite
ver siluetas y volúmenes con opaca
nitidez.

Una mesa blanca, redonda,


impecable, con cierto aire de objeto de
celebraciones, que evoca un ambiente
de alcurnia.
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ELECTRA: Cuando partió rumbo a Troya yo era
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una niña. Siempre lo estuve esperando,
su regreso era mi anhelo, su presencia
mi sueño. De su mano recorrí bosques
y caminos. Con mi hermana Ifigenia,
reíamos y jugábamos a su lado.

PRIMER MOVIMIENTO: Se carga de motivos y de rabia, salta y eleva los brazos una y otra vez como
reclamando lo le quitaron, hasta caer y mirar hacia lo alto, con la espalda en el
piso. Se levanta, mira por el marco de la ventana y deja que las emociones sean,
por impulso y reacción.

LOS RECUERDOS ELECTRA: Madre, me encerraste durante años


para que no viera tus excesos. Te

Y LAS VOCES molestaban mis palabras; no me


querías madre, tu amor era para el
impostor que ocupó el lecho de mi
(OBJETO ESCÉNICO: PRACTICABLE POLIVALENTE) padre.

Electra está en el cuadro interior de una puerta imaginaria (practicable vertical), Sale por un ángulo inferior y se desplaza impulsivamente a un costado y trata de
que mira al traspatio del alma. Sentada, introspectiva, piensa, medita, rehace los subir el practicable (una pared alta para atisbar el horizonte de su vida). Queda
recuerdos que la perturban. colgando en el filo del ángulo.

Escucha una voz que trae el viento, que le llega de lejos y le produce ELECTRA: Me consumía el pavor y el desprecio y
incertidumbre. Se pone de pie y mira sintiendo que algo muy denso, acumulado solo el recuerdo de mi padre aliviaba el
desde hace mucho tiempo, ya no puede ser represado. desespero, la impotencia, el dolor.

ELECTRA: Los fantasmas del rencor me hablan Se suspende unos instantes y luego baja, balancea el practicable, lo mueve, lo
y me dicen que mi padre clama deja caer hacia ella. Mira de frente y gira con el artefacto y con el cuerpo.
venganza. Traicionado por mi madre,
fue asesinado el mismo día que regresó ELECTRA: Su ausencia fue dolorosa y siempre
victorioso después de diez años de lo estuve esperando. Suplicaba a los
batalla. dioses que lo protegieran. Lo amaba y
prometí ser una hija digna.
Como buscando respuestas, queriendo nutrirse del recuerdo del padre, inclina el
practicable hacia ella, de manera reiterada, sacando un brazo, con ganas de salir
de su encierro interior.
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Coloca el practicable ubicado de manera horizontal, como tomando una decisión. ALECTO: Estás en el filo del misterio, te cubren
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Mira tras de la barda, avizorando la distancia de sus obsesiones. Sube al los velos del sueño y te delatan tus
travesaño medio y extiende las piernas y define el ángulo de los codos apoyando propios sentimientos.
los brazos en ángulo recto. Es una araña casi geométrica que calcula con frialdad
la estratagema para acabar de una vez con el odio que siente. Las Euménides, le agitan el sueño, golpean el practicable y la asustan, dormida,
hasta que logran que reaccione, con miedo y sorpresa, confundida con las voces
ELECTRA: Madre me echaste del palacio, que retumban en su cabeza.
condenada a vivir con un labriego, sin
amor, en la pobreza. Alguna vez añoré Electra, despierta dentro del sueño. Se sienta y se recuesta contra el practicable,
tu afecto, ahora te detesto. asombrada por las voces que la incitan a pensar en Clitemnestra. Las Euménides,
suben al travesaño medio, detrás de Electra.
Se recoge y piensa, reconcentra la energía y sabe que ha llegado el momento para
tomar decisiones. Está acurrucada en el travesaño medio del artefacto. Le transmiten ponzoña.

ELECTRA: Madre, si escucharas el clamor de mis ALECTO: Te parió una noche de relámpagos y
entrañas estarías preparada para la terribles aullidos.
peor agonía.
TISÍFONE: Enemiga de su propia sangre, solo
Inclina el practicable, atraviesa una pierna y se balancea, extendiendo los brazos, quiere humillarte.
reiterando el paso, con ganas de salir volando para cumplir sus impulsos más
recónditos. Vuelve a situarse en el travesaño medio, concentrando el odio. ALECTO: Eres princesa en un reino de fantasmas
enloquecidos.
ELECTRA: Mi propósito es poner fin a tu
vergüenza, hacer honor a la gloria de mi TISÍFONE: Te amamantó con odio incurable y no
padre, ahora pisoteada por traidores. quiso arrullarte.

Se acuesta en el travesaño del centro, con deseos de descansar, extenuada por Electra, escucha sin saber si está dormida o despierta. Intenta volver a la realidad
la refriega interior que sostiene con su conciencia. Se queda dormida. La voz y entra a la estancia imaginaria, devolviéndose por el rectángulo inferior. Las
que escuchaba a la distancia se acerca, en el sueño agitado que la envuelve. Son Euménides, le giran el practicable y le dicen que vaya por lo que le pertenece, por
las benévolas señoras, las Euménides, que cantan y hablan como arrullando la lo que su propia madre le arrebató. En los giros se angustia, cae, la ventana se le
pesadilla. va, los recuerdos se revuelven, el mundo es inestable y ella cae una y otra vez.

TISÍFONE: Electra querida/ Dulce tentación/ Ven a


mi festejo/ Dulce corazón…

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Las Euménides, colocan verticalmente el practicable y Electra sale, por el Las Euménides, desaparecen en la penumbra y Electra queda sola. Se balancea
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rectángulo inferior, las Euménides, se ubican en las ventanas, en los rectángulos en el travesaño, mueve los pies como si quisiera escapar, pero no tiene fuerza
superiores, y miran el estupor de Electra cuando intenta aclarar la confusión de y desfallece. Cuelga, deprimida, fatigada. La voz de la Euménide se escucha
sus visiones. Las Euménides, golpean las ventanas, desde adentro, como si le cantando a la distancia, al otro lado de la consciencia.
golpearan la consciencia, como si la pesadilla no hubiera terminado.
ELECTRA: Me persiguen los recuerdos y las
TISÍFONE Y ALECTO: Los sueños no te engañan/ El rostro del voces terribles. Recuerdos que quisiera
silencio grita. sepultar en el olvido, pero no puedo
Los recuerdos te maltratan/ El tiempo estar tranquila. Cuando estaba con
furioso se agita. mi madre la espiaba, buscaba sus
secretos y ella no me perdía de vista.
Electra se estremece, se angustia, no logra deshacerse de la zozobra interior. Las Más de una vez nos encontramos
escucha, pero es como si no las viera, solo siente sus presencias impresionantes. huyendo la una de la otra.

ELECTRA: No más, no más, a veces quiero Electra, se yergue, mira a través de la ventana y se hace de lado, parada, contra el
despertar para siempre… practicable. Respira profundo (cambia el ambiente y surge el recuerdo): aparece
la imagen de la madre. Se mueven alrededor del practicable, sugiriendo que se
Las Euménides, se arquean en el travesaño medio del practicable vertical. buscan y se esconden. Quedan ambas frente a los rectángulos superiores, como
Electra tiembla de la rabia pensando en la vida de comodidades y deleites de ante espejos paralelos. Cada mujer está frente a un espejo, de cuerpo entero.
Clitemnestra. Electra, corre en el proscenio, angustiada, sin saber si todo ocurre Cada una se mira a sí misma. Palpan las superficies y reaccionan. La madre se
en un sueño o en la realidad. Quiere escapar y no logra ir más allá de la angustia acicala el pelo, Electra se desgarra de dolor e impotencia. La madre, se yergue
que la cerca interiormente. imponente y la hija se siente regañada. Miran por los recuadros, como si algo
fuera a suceder.
Electra, quiere huir del pasado. A veces quisiera tener una nueva vida, pero
reconoce que no puede y se queda quieta y vuelve de nuevo adentro y las ELECTRA: Huérfana de padre y de madre ausente.
Euménides salen y se desplazan por el proscenio, como si lo hicieran en la línea
de la lejanía. Electra, ve el espejismo y escucha las voces de las Euménides, las CLITEMNESTRA: El odio y el dolor en un solo reino.
mismas voces que escuchó en la pesadilla.
ELECTRA: Trunco el amor de hija y muerto el
TISÍFONE: Tu destino es una encrucijada que te afecto.
engrilla
en el camino fluyen sorprendentes CLITEMNESTRA: Electra nació para el desprecio.
designios
despierta y dormida tu vida es una ELECTRA: Mi sangre hierve con el clamor de la
pesadilla rabia.
se cruzan las líneas de recuerdos y de
signos.
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CLITEMNESTRA: Puse hielo en mis venas para
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soportarla, porque el fantasma de su
padre siempre estaba en su mirada.

Clitemnestra, sale por el rectángulo inferior y avanza unos pasos. Electra,


consternada por los recuerdos retrocede y aparece la Euménide, revolviéndole
los nervios. Electra se aparta, quiere escapar, perder contacto con las imágenes
evocadas.

Clitemnestra, sintiéndose sin salida, siendo recuerdo y realidad, se recuesta


contra el practicable, en crisis, con sentimientos encontrados. La Euménide
aparece desde las sombras e inclina el plano de la realidad y la hace vivir una
pesadilla, sin salir de la vigilia, estando despierta, haciéndola sentir dolores
morales implacables. Tisífone, atormenta a la reina.

TISÍFONE: La reina, lujuriosa y sanguinaria, se


baña en agua y aceite para limpiar su
conciencia y maquillar las manchas del
alma, celebró con su amante, bebiendo
vino y sangre, entregada a los placeres
de la carne.

CLITEMNESTRA: ¿Por qué me atormentas?, ¿por


qué no atormentas al espíritu de
Agamenón? El mató a su propia hija
y ultrajó a Casandra la sacerdotisa de
Apolo, aprovechando la derrota de los
troyanos. Fue asesino de su sangre y
mancilló a los débiles. ¡Un auténtico
canalla, un excelente guerrero, un buitre
carnicero, un ejemplo de quien merece
todos los castigos en la vida y en la
muerte!

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TISÍFONE: Tienes razón: los dioses protegen ELECTRA: Reflejan mis manos
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la infamia si de un rey se trata y son el amor de tus ojos
injustos cuando los inocentes claman. tu calor cercano
A veces no puedo creer que yo esté mi padre amado
sometida a semejante disparate. tu sonrisa, brisa
que mece mi alma
Tisífone, empuja a Clitemnestra, que trastabilla, volviendo a la realidad. La hoy, muda y vencida,
Euménide mayor, coloca el practicable de manera horizontal. Aparece Electra, un hilo de sangre
cubriéndose los ojos para no ver las visiones del rencor, mientras la Euménide la que lleva mi sangre
sustrae, en su niebla; involucrándose con las emociones, impulsándola a cobrar te honro en mis sueños
venganza. Se encuentran madre e hija, como si cada una estuviera frente al y veo a la madre
espejo de la conciencia. Clitemnestra se acicala y Electra se retuerce del dolor y en las pesadillas
la rabia. Giran el practicable como una puerta y Electra recuerda cuando su madre hundiendo el puñal
la echó de una manera cruel. Es un recuerdo que revive, también en este instante, en tu carne
como si fuera una acción del presente, en ese mismo momento. cómo duele tu muerte
cómo duele el destino
CLITEMNESTRA: ¡Vete, vete, ya no eres princesa, serás la dioses injustos
mujer de un paría y tu descendencia no fraguan traiciones terribles
reinará!, ¡vete!, sigue amando el cadáver llevan al horror
de tu padre. Ya no eres mi hija. y al desprecio
esta vez no seré la víctima
Clitemnestra, golpea el practicable y Electra cae de rodillas y reacciona a la sino el verdugo
afrenta con los movimientos del cuerpo. no me interesa ser reina
no me seduce la riqueza
ELECTRA: Agamenón, padre mío, si estuvieras solo quiero saciar la venganza.¹
vivo no permitirías que todo esto
sucediera. Mi madre decidió deshacer De pie, frente al recuerdo del padre, mira con fría certidumbre. La luz se disipa y
el linaje castigándome de manera la imagen desaparece lentamente.
infame.

Electra, se echa el practicable a la espalda, siente que el recuerdo de su padre


pesa, pero experimenta la fuerza del coraje y el impulso del rencor profundo.
Cada célula reclama venganza. Canta y gira y agita la furia interior contra su
padre y siente que ama profundamente el recuerdo de su padre.

Canción escrita por la actriz Maryory Moreno.¹


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INTERLUDIO UNO: (OBJETO ESCÉNICO: LA PUERTA- METÁFORA)
Cinco textos dramáticos

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Una puerta en el centro del escenario, sin bisagras, sin pared, vertical, como una
escultura simbólica, casi flotando en el escenario. A través del vidrio de la puerta
aparece la mano de Electra y, lentamente, se insinúa el rostro y el cuerpo.

EL DESCONTENTO ELECTRA: Lenta y voraz la chispa prende el


incendio y llama por su nombre

DE LA EUMÉNIDE
a la ceniza. El alma humana es
combustible, ligera, una hoja seca
que arde fácilmente, hasta que se
Tisífone, cruza por el proscenio cantando, insatisfecha, soltando palabras, incinera y se transmuta en vacío, en
incubando ideas. silencio. Cuando me veo en el espejo
sueño con lo que existe bajo la piel. La
TISÍFONE: Agamenón el rey, el más grande imagen reflejada me habla y me dice lo
dignatario, mujeriego y embustero inconfesable: el secreto que tengo para
como Ulises, héroes inventados sobre mí propia consciencia.
falsos pedestales: señores de la
Los dedos de las manos de Electra se crispan y el rostro contra el vidrio expresa
crueldad convertidos en ejemplo, como
dolor, odio, resentimiento. La imagen de Electra se desvanece y su rostro es una
si la barbarie fuera virtud. ¡Por Urano!,
mueca dolorosa.
¿qué está pasando en el universo?
Como en un espejismo, ahora, a través del vidrio, aparece Clitemnestra,
realizando movimientos suaves con los brazos y las manos, hasta rastrillar el
vidrio con las uñas, como garras que le responden a la hija. El sonido eriza el oído.

CLITEMNESTRA: La hipocresía es un arte fino que puede

SEGUNDO MOVIMIENTO: llegar a la exquisitez. La mentira se


vuelve verdad en la boca del hipócrita
y el éxito consiste en simular con
naturalidad. Si sufres gozas, si pierdes
ganas y si mientes y te creen dominas

LAS DISTANCIAS
la situación y puedes disfrutar de tu
grandeza interior. Mentir es una forma
de transformar la realidad. Se lo digo al

INTERIORES
espejo sin intención de empañarlo.

136 137
Clitemnestra, se hace a un lado de la puerta, mientras tras del vidrio aparece Clitemnestra, vuelve a poner la puerta de frente, ocultándose, como si quisiera
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Electra con una flor violeta en la cabeza. negar su presencia a Electra, que se retira de la puerta y va hacia el proscenio.
Es como si no se resignara a la imposibilidad de ver a Clitemnestra. Se dirige a la
ELECTRA: Mi madre me enseñó a quererla y a puerta y golpea repetidamente, hasta que a través del vidrio, se insinúa la silueta
odiarla (destroza la flor con rabia) de la madre.
porque tal vez nací para ser como ella,
de raíz espartana, de carácter y fiereza, ELECTRA: Madre, madre, necesito que hablemos,
cuando la conocí de verdad sentí pavor confesarte lo que mi espíritu ya no
y desprecio y comencé a cultivar la puede guardar. Es por el bien de las
flor de la venganza, dulce y liberadora. dos, he buscado la posibilidad de
Vengar a mi padre y vengar lo que ha conversar contigo y me has negado el
hecho en contra de la decencia es acceso a tu presencia. Recuerda que
mi sacrificio, porque su sangre es mi de ti vengo, florecí en tu matriz, eres
sangre. mi legítima sangre y por eso acudo
a ti después de siete años de estar
Madre e hija, cada una a un lado de la puerta, expresan lo que la una siente por soportando el peor castigo, lejos de tu
la otra, como si estuvieran en espejos opuestos, dejando salir con sutileza lo que casa, distanciada de tu cariño. Madre te
siempre han ocultado. Con un movimiento preciso, colocan la puerta de lado, amo, soy tu hija.
cambiando el ángulo de visión de una metáfora sutil: dos mujeres separadas por
una puerta que no se atreven a pasar. CLITEMNESTRA: Electra, eres una víbora y el veneno es
parte de tu saliva. Aléjate, ya no eres
CLITEMNESTRA: Hay personas que levantan muros mi hija, contigo quisiera tener otras
contra los más allegados. Suele ocurrir expectativas. Tengo la certeza que no
en las historias de familia, donde vienes en plan de armonía, te conozco,
hay abismos que separan estando eres como tu padre, algo ocultas
en la misma casa. Agamenón, fue detrás de tus halagos. Eres atrevida
un huracán en mi vida y me llenó de y me extraña que hayas renunciado a
miedo y de fascinación. Primero me la soberbia. Entre tu alma y mi alma,
inspiró pavor y poco a poco me fui siempre ha existido una puerta cerrada.
enamorando del intrépido rey. Pero ¡Vete, no vuelvas, insensata!
logré conocerlo al otro lado del espejo
y llegué a odiarlo por todo lo que había ELECTRA: Calma, madre, calma, no abras más las
hecho. heridas. Es el momento de apaciguar
los rencores. Los días difíciles y la
soledad de noches interminables
cambiaron mi carácter. Yo misma me
asombro de la cruel enseñanza de
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los trabajos extenuantes. Era mejor En el vidrio, que hace las veces de pantalla de los estados emotivos, Electra
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estar encerrada en mis habitaciones, desdobla las angustias que giran al otro lado de la consciencia. Sus manos giran y
esperando tu silencio, escuchándote gira su cabeza. Clitemnestra, golpea fuerte la puerta y se aleja furiosa.
entre las paredes, guardando el fuego
del amor para entregárselo a mi CLITEMNESTRA: ¡Cállate, Electra!, Agamenón me
hermana Ifigenia y a mi hermanito, a desposó a la fuerza destruyendo mis
Orestes tu hijo. ilusiones. Ifigenia fue nuestra primera
hija y la amé como nunca lo hice con
CLITEMNESTRA: ¿Qué ha pasado con mi hijo, vive o está ningún ser humano. Era transparente
muerto?, dime, Electra, dime. Si algo y hermosa. Alcancé a querer al rey
confirmas alivias mi pena y cambias el porque siempre expresó su cariño con
sentimiento que me inspira tu antipatía. tu hermana. Era otro, dulce y cálido,
Me lo arrebataron los seguidores de tu cuando jugueteaba con la niña. Ni
padre. Sé que está vivo, que me sueña, guerrero, ni bárbaro, solo un padre
andando por algún camino. Ya debe enternecido. Electra tú naciste con
ser un hombre en busca de su propio sufrimiento, eres amarga, heredaste la
destino. mala sangre de tu padre, ¿entiendes?,
no quiero que sus vástagos reinen.
Cambian de posición y se reubican, en los filos opuestos de la puerta.
Electra, detrás del vidrio se desgarra y grita con la mueca del silencio.
ELECTRA: Madre, yo sé dónde está Orestes. Dame Intempestivamente giran la puerta, cambiando de posición, invirtiendo el ángulo
tu confianza y tu comprensión para de mira. Clitemnestra vuelve a quedar al otro lado de la puerta y Electra adelante
demostrarte mi humildad y mi cariño. se ubica en la parte exterior, inescrutable, de rodillas, descansando.
Amas a tu hijo y es justo que puedas
verlo y expresarle cuánto lo quieres, yo ELECTRA: Abre la puerta de tu indiferencia,
seré intermediaria en los enlaces de la calmemos los corazones, hablemos
sangre para que consigas tu deseo, de para ponerle fin al odio y a la venganza.
paso me dices dónde está mi hermana
Ifigenia, que ya debe ser una mujer con Se sienta en el piso al frente de la puerta, como una muchacha desamparada. Al
hijos y experiencias maravillosas. La otro lado, la madre se deja conmover.
recuerdo, jugando siempre conmigo
y con mi padre, que nos entregaba su CLITEMNESTRA: Dame un tiempo, dos o tres días,
cariño. Él te amaba, madre… mientras me preparo para creer en ti y
para que digas dónde encuentro a mi
hijo.

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Electra deja ver un gesto de satisfacción, siente que ha logrado ablandar a la
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madre. Escucha un canto que viene del otro lado de la puerta y no puede evitar
emocionarse. Nunca su madre le había cantado.

CANCIÓN: Electra querida,


dulce tentación,
ven a mi festejo,
dulce corazón.

Electra reacciona como un niñita. Se acurruca en posición fetal sintiendo que


su madre amorosa y dulce la arrulla, satisfaciendo el deseo profundísimo en
contacto con el pecho de su madre, pero de pronto ve en el vidrio una imagen
fantasmal y terrorífica: es la presencia de Tisífone, la Euménide, que la lleva a
la encrucijada de la consciencia y le muestra los senos bellos y abundantes que
nunca la amamantaron. El canto se convierte en risa horrísona. Electra, como si
volviera a despertar, respira, piensa, habla para sí misma.

ELECTRA: Cálmate corazón, si quiero cumplir mi


deseo debo estar tranquila. Mi madre
debe estar calculando su próxima
artimaña. Me hizo mucho daño y
de la noche a la mañana, pasé de
princesa a paria. He vivido largos años
de sufrimiento y lo único que me ha
consolado es pensar que la justicia es
posible.

Electra mira el entorno, recordando su infancia, cuando corrían entre las flores
y las fuentes, con su hermana. Piensa en Ifigenia y la ama en el recuerdo,
profundamente.

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INTERLUDIO DOS: ELECTRA: Hermana, Ifigena… Extrañas son las
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visiones, como sueños de dioses que
escapan a la comprensión humana.
He visto a mi hermana más pequeña
que mi propia existencia. Ella es mi

EL MISTERIO
hermana mayor y sigue siendo una
niña. ¿Sueño o es un espejismo?

DE IFIGENIA
Todo se oscurece y cambia el ambiente.

El fantasma de Ifigenia, traslúcido, leve, entre la luz y la sombra, es una visión que
se desplaza mientras canta de una manera dulce y extraña, como si guardara un
secreto para Electra, su hermana.

IFIGENIA: Aiiideee Aiiidee


Aniimuto aniimuto
Aiiiiideee aiiideee
Tito gislero menú deyani Ana quirimu
tito gislero menú Deyani Ana quirimu
Aideeee Aiiiideeee (Bis).

TERCER MOVIMIENTO:
ELECTRA: No puede ser Ifigenia, hermana.

IFIGENIA: Cuánto has crecido, eres una mujer con


tus encantos y tus amarguras.

ELECTRA: Nunca supe nada de ti, yo era una niña


y me dijeron tantas cosas, pero nunca
tuve certezas. LAS CONFRONTACIONES
IFIGENIA: Cuando dejé la vida tú eras una niña (OBJETO ESCÉNICO: LA MESA REDONDA Y BLANCA)
y yo una señorita. Hermana, yo me
detuve en el tiempo, a ti el destino te Clitemnestra, aparece del fondo del escenario, saliendo de la zona de penumbra.
fustiga los sueños y los días. En el centro una mesa blanca, impecable, palaciega, redonda, surreal, en un
ámbito completamente negro. La luz estalla contra la mesa y refracta el rostro de
El fantasma de Ifigenia sale cantando y desaparece en la oscuridad. la reina de secretas turbulencias.
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CLITEMNESTRA: Agamenón, te esperé con impaciencia, CLITEMNESTRA: Los filósofos de la Isla de Samos,
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deseando que naufragaras o murieras enseñan que el amor y el poder son
contagiado por la peste. Tenía vigías pasiones que no tienen límite ni verdad
que reportaban tus batallas y los años definitiva.
de persistencia en la dura guerra. Yo
estaba pendiente de tu regreso, pero ya Tisífone, la furia encargada de atormentar la conciencia, le recuerda que siendo
no te amaba y no deseaba tu cuerpo. reina es humana y le canta. Clitemnestra, sentada sobre la mesa, gira de manera
Solo el odio alimentaba la necesidad de vertiginosa, apoyada en el coxis, con angustia, escuchando el canto de la
tenerte a mi lado. Euménide dentro de su cabeza.

De manera natural, la reina nada discreta, trepa a la mesa y se tiende como si CLITEMNESTRA: Morirás, morirás, morirás…
estuviera en un diván circular. Respira, imagina, sueña, siente que se ama a sí en aires calcinados
misma. en albas marejadas
en el canto mudo
CLITEMNESTRA: Amo los detalles y las joyas y amo en áridos caminos.
el furor de los hombres. Para mí la
seducción es un sortilegio aprendido Clitemnestra, se queda quieta y tiembla, como poseída por un espíritu, como
de los dioses y el placer es el deleite tomada por el recuerdo del rey guerrero.
que nos corresponde por ser hijos del
universo. CLITEMNESTRA: Agamenón, sal de mi cuerpo y de mis
pensamientos. Quería que pagaras
Detrás de la mujer tiránica y fría, bulle con hervores poderosos, la hembra de cada noche de dolor, cada lágrima
movimientos sensuales, que se complace con su cuerpo y asume distintas derramada, cada lamento de Ifigenia.
maneras de sentirse bien, con algo de voyeurismo hacia sus propias sensaciones
físicas. La Euménide la confronta y le habla sin benevolencia.

CLITEMNESTRA: Para mí la comunicación sucede de TISÍFONE: La reina de las vanidades toda


manera natural, cuando veo a un emperifollada, señora del amor y la
hombre que me atrae, tiendo los hilos venganza, se cree la mejor, ignora
y tejo la dulce red de los placeres que soy la mayor dama y que puedo
secretos que son los más placenteros. atormentarla para siempre en la vida y
en la muerte.
El espacio de la mesa se percibe infinito con la respiración de la mujer sabia
en emociones que se expresa con atrevidas evocaciones, tal vez recordando a
Egisto, el amante que la inquieta y la lleva a puntos límite de la sensibilidad.

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Clitemnestra, afectada por la voz que escucha en el interior de su cabeza, se La Euménide golpea las copas, se lleva la flor del fantasma de Ifigenia y deja
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agita y se retira a tomar aire fresco, tratando de calmarse, sintiéndose al borde de que Clitemnestra se sumerja en las expectativas de una cita que le produce
una situación incontrolable. El fantasma de una nula con vestido blanco, entre la contradicciones internas extremas, entre el odio y el amor por la propia sangre.
levedad, las sombras y la luz corretea, alrededor de la mesa, con una flor violeta Aparece Electra, entrando de repente. Las dos se sorprenden de verse frente a
tomada en los jardines del pasado y se detiene frente a la mesa blanca, donde frente.
hace unos instantes estaba su madre.
ELECTRA: Te ves hermosa madre, conservas tus
TISÍFONE: Cuando mi padre levantó el puñal virtudes, te hace bien vivir con placeres
sentí miedo y el sol hizo brillar el filo y satisfacciones.
de acero. Quise ver los barcos que
descansaban en la bahía y en ese CLITEMNESTRA: Electra, es extraño verte, después de
momento un ventarrón me arrebató la tanto tiempo, te ves distinta.
vida.
ELECTRA: Eres una reina legendaria entre quienes
La niña espectral deja caer la flor sobre la mesa, como si fuera su alma la que te halagan y aquellos que prefieren
cayera y sale corriendo, llamando a la mamá, que en ese momento regresa, ocultar lo que piensan de tu reinado.
dispuesta a no tener miedo con las voces que le inquietan la cabeza. La reina
CLITEMNESTRA: Tú no ocultas lo que piensas de
escucha que la llaman y distingue la voz de Ifigenia. De súbito, encuentra la flor
tu madre, me llegan rumores y
sobre la mesa y se queda estupefacta.
recuerdo cuando me expresabas tus
TISÍFONE: Ifigenia, hija bien amada, dulce sentimientos.
espectro, rondas mi silencio.
ELECTRA: Yo te quiero porque de tu entraña
La Euménide entra con dos copas de cristal. Canta y Clitemnestra apenas logra procedo y te respeto porque la vida me
escuchar una melodía a la distancia. La reina está concentrada en la cita que ha enseñado a ser distinta.
tiene con Electra. Cedió y por fin, aceptará hablar con Electra. Realmente quiere
CLITEMNESTRA: Siempre existió una distancia contigo,
saber de su hijo Orestes y eso está por encima del odio y del desprecio que siente
desde pequeña: te parecías a tu padre,
por su hija rechazada.
los mismos ojos, el mismo carácter.
TISÍFONE: Reina de copas y coronas Electra , intenta tocar las manos de la madre y ésta se quita y camina alrededor de
señora de mortales la mesa, Electra la sigue, tal vez necesitando acercarse.
enigma de ti misma
soberana de tu propia pesadilla
la malquerida visita tu morada.

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ELECTRA: Todos estos años alejada de tu casa CLITEMNESTRA: Hace años no miraba tus ojos.
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y de tu amor, me hicieron padecer los
peores sufrimientos y también me ELECTRA: Extrañaba tu calor de madre.
enseñaron lo inútil del orgullo y lo frágil
de las vanidades. El juego psicológico se vuelve denso, entre dos fieras que buscan no ceder y
cada una guarda sus garras para tocarse las manos. Van de la prevención, a la
Electra se esfuerza por conquistar a la madre. Hay nerviosismo y en el fondo, nostalgia, a la tibia sensación umbilical y de ahí, en crescendo, experimentan
a pesar del protocolo, subyacen tensiones muy agudas entre las dos mujeres. de nuevo la rabia y el rencor que las une y las separa. Electra con la velocidad
Rastrillan las copas, se entrechocan, suenan en contacto con la mesa, delatan las precisa de una serpiente, toma su copa y rompe la imagen del reloj de arena,
emociones que no se manifiestan con las palabras. tomando la copa entre sus manos, luchando por no desquiciar su lengua.

CLITEMNESTRA: Algo siento por ti, pienso en tu ELECTRA: No entiendo por qué me odias tanto.
sufrimiento. Me hubiera gustado evitar
ciertas decisiones. Golpean la superficie de la mesa con las copas, guardando distancia cautelosa, la
una de la otra, mientras caminan alrededor de la mesa.
ELECTRA: Decidiste que mi vida sería un
prolongado camino sin tu presencia. CLITEMNESTRA: Te llegué a querer, pero tuve que
Se abrió una grieta en mi vida, perdí la desistir porque para ti yo no era la reina.
entraña, pero siempre necesité de tu Idealizabas la imagen de tu padre,
amor. Ahora quiero tender un hilo entre Agamenón, rey de Micenas, que me
las dos. Eres mi madre. ultrajó, haciéndome sentir peor que una
esclava.
Clitemnestra desconfía, siente que Electra le miente a pesar de la aparente
sinceridad. Así de hipócrita es ella misma y no duda que tanta franqueza es una ELECTRA: Madre, estás equivocada, mi padre te
muestra de peligrosas intenciones. Al fin y al cabo, piensa, se trata de una madre amaba y amaba a sus hijas.
y una hija. La reina coloca la copa con rabia en el centro de la mesa, boca abajo,
despectivamente. Electra, lanza la copa a Clitemnestra rodeándola por la mesa, como si fuera una
fría advertencia. Clitemnestra está al borde de estallar, llena de orgullo y rabia.
CLITEMNESTRA: De todas mis hijas, Electra, eres la que Toma aire, retiene las emociones y prefiere sincerarse con su hija, tal vez por
más he padecido. primera vez en la vida.

Electra corresponde en silencio y coloca la copa encima de la otra, formando una CLITEMNESTRA: Nunca te he contado lo inconfesable…
imagen que sugiere un reloj de arena. Electra trata de persuadir a Clitemnestra,
con relativa paciencia. Se miran frente a frente.

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Clitemnestra, lanza la copa a Electra, rodeándola por la mesa, Electra la toma La Euménide, entra con una jarra entre las manos y fingiendo ser la dama de la
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y la coloca en el centro. La madre expresa sus gestos de autoridad implacable servidumbre, sirve vino con elegancia y se retira con diligencia. Madre e hija
y Electra recuerda el encierro y las amenazas que su madre le lanzaba cuando como damas que se aprecian, brindan y danzan como las viejas costumbres
ella siendo una jovencita, no conocía gestos amables de su progenitora. La mandan. Vuelven a brindar y las copas tiemblan con el drama interior que ambas
madre golpea la mesa y hace temblar la copa, mientras Electra con la otra copa sienten. Se miran, se siguen, se persiguen, se desencuentran una y otra vez,
aferrada a su pecho, reacciona y se vuelve frágil y temblorosa como una venadita alrededor de la mesa, en el círculo de la existencia. Clitemnestra da la espalda.
asustada. Las emociones de Clitemnestra explotan y Electra se derrumba, hasta
quedar de rodillas, completamente consternada. ELECTRA: Sabes que te espiaba de manera
obsesiva y mi repudio surgió cuando
CLITEMNESTRA: Agamenón, mató a mi primer te veía entregada a obscenidades
enamorado, me arrebató a mi primer sin nombre en cualquier parte, en el
hijo, me ultrajó, me arrancó de mí establo, en la cocina, en tu alcoba de
misma y se hartó de amantes. Electra, ventanas abiertas.
el poder es grande, envilece, otorga
dominio sobre destinos ajenos y CLITEMNESTRA: Tú no sabes de lo que hablas, solo
termina siendo una trampa. Tu padre has lanzado palabras de odio hacia
no era el héroe que imaginas. mí desde pequeña, destilas rabia,
rencor, no imaginas lo que he tenido
Electra queda estupefacta y coloca la copa de cristal sobre la cabeza. No puede que callar, no imaginas el dolor que
creerlo, pero no duda de la sinceridad de su madre. Avanza suavemente, con el tuve que soportar por años, el llanto y
riesgo de la imagen y la sensación de estar caminando en el filo del acantilado. el sufrimiento fueron carcomiendo mi
alma, no tienes ni idea qué clase de
ELECTRA: No lo puedo creer porque conocí su monstruo es tu padre, tu amado padre.
calidez de padre, sus virtudes de líder.
Paseábamos por el campo, nos tomaba Clitemnestra, coloca su copa con fuerza sobre la mesa, dando una muestra de
de las manos a mi hermana Ifigenia y a firmeza.
mí. Corríamos felices y nos sentíamos
bienaventuradas. ELECTRA: Y tú no imaginas quién es tu amante,
Egisto, el que se ocultó bajo tu cama
Frente a la madre, con frío desafío, Electra mueve la cabeza y deja caer la copa, mientras todos iban a la guerra. ¡Es un
pero Clitemnestra es hábil y recupera la fría tranquilidad, atrapando la copa en el canalla!
aire.
Deja la copa sobre la mesa, con decisión, respondiéndole a la madre con la
CLITEMNESTRA: ¡Entonces brindemos por tu maravilloso mirada.
padre!
CLITEMNESTRA: Otro vino para tranquilizar el alma.

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La Euménide, lírica mucama, se disfraza de criada para burlarse de las almas y
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disfrutar el juego del destino. Sirve copiosamente y hace sentir a satisfacción a la
reina y a la princesa desposeída.

LA EUMÉNIDE: ¡Zumo de dioses, delirio de mortales,


elixir traicionero, que incendia y delata!

La Euménide sale sutilmente, respetando el momento privado de las dos almas.


La madre entra en crisis y deja ver algo de debilidad en su presencia invulnerable.
Se desespera un poco y no quiere que su hija la vea descomponerse. Da media
vuelta y oculta el rostro.

CLITEMNESTRA: Lo que quieres es destruirme.

Clitemnestra da la espalda, consternada, cercana al abatimiento, mientras Electra


saca de su traje un pequeño frasco y vierte veneno en la copa de Clitemnestra,
que no logra darse cuenta de la rápida acción de la hija decidida.

ELECTRA: Calma, madre, no vine a ofenderte, sólo


vine a que reconozcamos que tenemos
un vínculo indescifrable. Vamos a
ponerle fin a nuestras heridas. Perdona
a esta hija ingrata, te amo.

La invita a brindar con el ánimo de reconciliarse.

CLITEMNESTRA: Sí, tenemos un vínculo de sangre.

ELECTRA: ¡Salud!

Clitemnestra acepta el brindis e intenta tomar, pero en el último instante desiste,


recordando al hijo bien amado.

CLITEMNESTRA: ¿Dónde está Orestes?

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Electra se sorprende, no alcanza a reaccionar, no suponía que su madre fuera a propia hija. Era un maldito, no tenía
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traer a cuento un tema tan sensible, precisamente, en ese instante definitivo. No escrúpulos ni dignidad.
dice nada, solo mira estupefacta.
ELECTRA: Cállate, no lo puedo creer, mi padre era
CLITEMNESTRA: Todos estos años han sido terribles, un gran guerrero, el valiente que solo
Orestes se aparece en sueños y me tenía amor por su familia y por la gente
extiende los brazos como si necesitara de su reino.
de una madre que lo arrulle en los
caminos del desamparo. Me privaron CLITEMNESTRA: ¡Por eso lo maté!
del hijo bien amado. Me imagino
que fuiste cómplice de quienes se lo En el clímax del dolor y de la furia, cuando intenta tomar la copa, profundamente
llevaron. nerviosa, con las manos temblando, Clitemnestra tumba la copa y el vino se
riega sobre la mesa, diseñando una mancha roja que se extiende sobre la blanca
Electra pierde los estribos y dice lo que piensa. superficie. Electra, impactada, da media vuelta y sale. La reina se unta las manos
de vino y luego se limpia con los dedos y se oculta en la penumbra de su propio
ELECTRA: Realmente lo pusieron a salvo de tu destino.
amante. ¿Si habían asesinado al rey
porque no podrían acabar con su
heredero directo?

CLITEMNESTRA: ¿Cómo te atreves a decirme eso?, no


sabes lo que dices, ignoras quién era tu
padre, no merecía vivir después de todo

INTERLUDIO TRES:
lo que había hecho.

ELECTRA: ¡Qué hábil para justificar tu maldad!

Clitemnestra, furiosa y autoritaria después de cada frase golpea la mesa y hace

LA CONDICIÓN
temblar la copa de vino envenenado. Electra reacciona como si los golpes cayeran
sobre su ánimo, se derrumba, muestra debilidad y termina abatida, con un ataque
de nervios como los que tenía cuando era niña y su madre la sacudía.

CLITEMNESTRA: Electra, no sabes lo inconfesable, tu


padre posaba de rey heroico, pero en
HUMANA
realidad era un bárbaro sin compasión,
Por la franja de luz del proscenio, la Euménide mayor cruza cantando, afectada
ambicioso, capaz de vender su alma
por todo lo que acaba de escuchar en boca de madre e hija. Sabe bien que
al dios de la guerra a cambio de su
Agamenón es uno de los privilegiados de Hades.
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CANTO DE TISÍFONE: Cándidas criaturas CANTO DE TISÍFONE: El hombre es finito
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de fatales recaídas efímero
de almas vanidosas cómo un bostezo divino
de lenguas venenosas la existencia
en vez de sangre ponzoña sueño pasajero
en vez de risa pura sorna. el tiempo
sagrado embustero
TISÍFONE: Hipócritas, mil veces hipócritas, los la vida un suspiro
humanos no pueden con ellos mismos la muerte sueño eterno.
y naufragan en su propia confusión.
Llenos de remordimientos y zozobras Aparecen las otras Euménides, Alecto y Megera, girando frenéticamente,
sacrifican lo imposible a cambio de lo excitadas con el canto de Tisífone.
indispensable, arrasan los frutos del
amor, entregados a festines de horror. ALECTO: Seis anda diciendo que te estás
Agamenón, rey de la heroica vergüenza, humanizando.
en vida convirtieron en gloria tu patética
MEGERA: Algo insólito para una deidad.
crueldad y muerto te llenan la tumba de
flores y coronas de laurel. ALECTO: Te has contaminado de humano.

MEGERA: Has manchado tus sagradas manos.

ALECTO: Euménide, benévola señora, te portas


como no eres.

CUARTO MOVIMIENTO: ALECTO Y MEGERA: Pierdes el brillo de tu suprema gracia.


¡Qué desgracia!

La Euménide mayor se remueve por dentro, se cansa de las presiones para

LA REBELIÓN DE TISÍFONE
que no cumpla con lo que considera debe ser su labor en el universo de los
humanos. Siente los estallidos de la injusticia divina y hace de la voz, la música
y las entrañas una expresión franca, que necesita manifestar abiertamente lo
que siente. Canta y se rebela contra sí misma y por primera vez en su eterna
(EL ESPACIO VACÍO, SOLO LAS TRES EUMÉNIDES) longevidad, le parece que puede desfallecer.
La Euménide mayor entra en crisis, con estupor ante la humanidad. La fría deidad
no parece la más certera justicia. Piensa en el ser humano, llora, ríe y se siente
sola, incomprendida en el mundo de las deidades.
158 159
TISÍFONE: Absurdo, atormento a Clitemnestra, la ALECTO: ¿Qué te ha pasado Euménide mayor?,
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mujer que degolló al marido, estando ¿dónde ha quedado tu sabio rol?
viva y mientras su cuerpo sea olvido.
Mientras al gran Agamenón los TISÍFONE: Hermanas extrañas, el alma no me
dioses colman de favores. Agamenón, engaña. Me siento afectada en mi justa
Agamenón… Quisiera hostigar su conciencia.
espectro, retorcer su remordimiento,
hacerlo sentir lo que por su culpa otros Megera, sale y Alecto se queda un instante, como dudando de la razón de los
están sintiendo. dioses. La Euménide mayor está completamente removida.

Grita, grita, con los gestos, con la música, con la voz, desde lo más interno. Alecto
y Megera, no pueden creer que la Euménide mayor esté al borde de la locura,
como si fuera una persona y no la deidad suprema que ejecuta lo que los dioses
ordenan.

ALECTO Y MEGERA: Duele la entraña

INTERLUDIO CUATRO:
hermana extraña
arden brasas
no tienes calma.

La Euménide mayor cierra el acordeón de las entrañas mientras la melodía de su


alma acompaña la marejada de gritos internos. Los cambios se generan desde
lo interno y las emociones oscilan entre la euforia y la depresión, algo nunca
experimentado por una deidad libre de emociones y prejuicios. EL VIRAJE DEL DESTINO
TISÍFONE: Me siento derrotada, las serpientes de La Euménide se mueve hacia el proscenio y camina por una franja de luz, mientras
la duda envenenan mis certezas. medita y asume lo que está ocurriendo.

ALECTO: Los dioses están enfurecidos. TISÍFONE: Si el crimen lo comete Clitemnestra


la mujer que degolló al marido, se
MEGERA: Has traicionado tu naturaleza divina. le aplica a pie juntillas la ley de la
justiciera. Si el asesino es el rey, se le
ALECTO: Hermana, hermana… otorga impunidad y se le reviste de
magnificencia.
MEGERA: Has desobedecido.
La Euménide siente que está llevando a Electra por un rumbo fatal. Piensa en ella
y en las cosas que eslabonan la vida de esta mujer aborrecida por su madre.
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TISÍFONE: Electra, Electra, pregunta sin respuesta, El practicable queda colocado de manera horizontal, Electra mira a la distancia, tal
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te empujó a cometer el crimen de tú vez buscando respuestas para sus incertidumbres. Clitemnestra, viniendo desde
propia madre y sé que es un capricho el fondo, completa la imagen. Cada una mira su propia perspectiva.
divino, el trazo terrible de la sangre, la
venganza innecesaria. CLITEMNESTRA: La verdad es escalofriante y mirarse
al espejo sin el disfraz de la apariencia
La Euménide decide salir del mundo de las pesadillas, invoca su fuerza, acude a trae graves consecuencias. Tener hijos
su convicción, se despoja del aura oscura y decide oponerse a su propio destino. es arriesgado: los amas o los detestas
y ellos corresponden como fieras.
TISÍFONE: La furia que soy me devora por
dentro. La tiniebla que llevo oscurece Cada una está en un extremo del practicable (colocado de manera horizontal),
el sendero. Zeus ha distorsionado como si fueran dos polaridades opuestas que se buscan con las manos y se
mi justo destino. Me acusa de ser agreden sin llegar a tocarse. Es algo emocional, afectivo, muchos reclamos
sensiblera, de humanizar mis designios. acumulados, mil dudas y una batalla pactada entre dos almas que, en el fondo, se
atraen y se repelen. Es un juego de tensiones y recomposiciones, que expresa las
paradojas de los sentimientos más secretos.

ELECTRA: Madre, me hace falta tu presencia

QUINTO MOVIMIENTO
porque de ti vengo y a ti me debo. Es
natural que busque tu amparo porque
en tu matriz he crecido. Lejos de ti
sufro y mi sueño no es tranquilo.

LA REBELIÓN DE TISÍFONE
CLITEMNESTRA: Después de las decepciones que
me agobian te puedo contar con
plena confianza que la soledad me
acompaña y que a veces los recuerdos
(Objeto: PRACTICABLE POLIVALENTE) me consuelan. Alguna vez soñé con
la felicidad, pero la vida es un reino de
Electra entra, corre alrededor del practicable. Se detiene, lo toma de manera
ilusiones.
lateral, lo coloca como un paralelogramo inclinado, apoyando solo un ángulo en el
piso y lo gira, como moviendo el destino, reconsiderando su vida. Madre e hija se sientan en el practicable, como si estuvieran en el sofá del
palacio, en un nuevo encuentro, reincidiendo en el intento de reconciliarse; hacen
ELECTRA: Estoy perdida en la encrucijada del
devaneos de cortesía y afecto y cantan, recordando alguna tonada familiar y
odio y busco vengar los motivos de
de súbito, se miran de frente y gritan horrorizadas, descubriendo, de manera
la sangre. No puedo dormir tranquila
recíproca, que la una está en la otra.
porque mi madre sigue viva y prometí
vengar la muerte de mi padre.
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ELECTRA: Mamá, tengo miedo, como el recuerdo CLITEMNESTRA: Estas manos, cuando creían en el amor
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de una noche de invierno cuando del guerrero, eran pasión y ternura en el
busqué tu regazo y tú me abrazabas rostro de Agamenón.
entre temores y relámpagos. Abrázame,
madre, los momentos parecen ELECTRA: Era fuerte y nos tomaba para caminar
repetirse. en el bosque y sus brazos nos alzaban
para que viéramos lo inesperado.
Electra se encoge abrazada al travesaño superior del practicable en posición
horizontal. Clitemnestra se sorprende, se contiene, duda, se alcanza a conmover y CLITEMNESTRA: Luego se transformaron en justo rencor
extiende las manos. y convirtieron en derrota su regreso
victorioso.
CLITEMNESTRA: No puedo, Electra, quisiera abrazarte,
eres mi hija, pero no puedo, la cautela ELECTRA: Ifigenia, reía y yo era feliz, corríamos
me impide creer en lo que dices. Amas descalzas, jugando sin descanso,
al fantasma de tu padre y jamás vas a protegidas por la sombra de nuestro
comprender las cosas que ocurrieron. padre.

Clitemnestra se gira, da la espalda a la hija, está a punto de estallar, pero Clitemnestra reacciona, se endereza bruscamente y habla fuerte.
contiene sus impulsos. Se abstiene de reaccionar para decirle a Electra lo que
verdaderamente está pensando. CLITEMNESTRA: ¡Cállate, Electra!, sabes cómo
atormentarme, ignoras cómo preservar
ELECTRA: Madre, no temas, no quiero hacerte mi sentimiento maternal.
daño, siento que me hace falta saldar
una deuda y colmar un vacío que me Las dos se encuentran sentadas en el mismo sentido, de perfil, con las piernas
impide vivir en paz contigo. recogidas sobre el travesaño, pero Clitemnestra sigue dando la espalda a Electra,
sin deseos de conciliar ninguna emoción positiva.
Como hija, extremadamente conmovida, la llama desde lo íntimo, la seduce con
el vínculo original, le acaricia el pelo sintiendo ese vínculo más allá del tiempo. ELECTRA: ¡Madre!, ¡yo te amo!
Clitemnestra se recuesta en las piernas de Electra y hablan como si estuvieran
vivenciando un encuentro entre madre e hija, pero hay tensiones interiores CLITEMNESTRA: Te equivocaste de nuevo y no hay más
que se contraponen a los buenos deseos. Electra acaricia a la madre, parece tiempo. Vete de la consciencia y cierra
algo imposible, lleno de sorpresa. Clitemnestra muestra los brazos llenos de la puerta.
significados contradictorios y Electra reconoce las nervaduras y las formas de las
manos de la madre. Cambian de posición y ahora Electra está sentada de frente y Clitemnestra mira al
fondo, de espalda, marcando la distancia interior que las separa.

164 165
ELECTRA: Siempre quieres degradar a mi padre y Clitemnestra, desciende del diván de su orgullo y Electra atraviesa una de las
Cinco textos dramáticos

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calumniarlo después de muerto. ventanas inferiores del practicable y se reubica en el lado contrario, manteniendo
la tensión contrapuesta con su madre. Electra se para en el travesaño medio del
CLITEMNESTRA: No sabes quién era tu padre y solo practicable (que está en posición horizontal) y se cubre el rostro con las manos.
valoras tus impresiones de niña. Estuvo Clitemnestra, por primera vez, de rodillas, se siente humillada por sus propios
refundido diez años en una guerra inútil. sentimientos.

Electra baja del practicable, hacia atrás y luego sale por el rectángulo inferior. CLITEMNESTRA: ¡Ayúdame!, dime dónde está Orestes,
Clitemnestra se extiende, arriba en el sofá, con la apariencia de una exquisita ¿qué ha sido de su destino?
dama, madura y vanidosa. Electra está en el piso, sentada, mirando hacia la
madre. ELECTRA: Eres una mala madre, déjame, no
preguntes más.
ELECTRA: En esos diez años nada supe de mi
padre ni de ti. Me impedías estar Clitemnestra, eleva las manos pidiendo que le cuente dónde está el hijo bien
contigo porque estabas con tu amante, amado. Electra la rechaza pero también se conmueve. Baja del practicable, cae
un auténtico cobarde. hacia atrás. Clitemnestra cae hacia adelante. Las dos están abatidas.

CLITEMNESTRA: Hablas desde el odio incurable y


exageras.

Electra, recostada contra el practicable, se mueve nerviosa, recuerda situaciones


traumáticas con Egisto. Habla con tono de desesperada confesión.

ELECTRA: Cuando tú dormías, Egisto se deslizaba


a mis habitaciones y yo sentía asco de
sus resuellos y de su olor insoportable.

CLITEMNESTRA: Eso no puede ser, mientes, como


siempre lo haces. Fuiste cómplice de
quienes se llevaron a Orestes y no te
importó mi sufrimiento. Siempre lo
niegas, pero se percibe que ocultas la
verdad.

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CLITEMNESTRA: Soy capaz de hacer cualquier cosa que ELECTRA: Mamá, todo se desintegra…
Cinco textos dramáticos

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me pidas. Ayúdame, ¿dónde está mi
hijo? CLITEMNESTRA: Electra polvo de olvido…

ELECTRA: El pequeño Orestes es un hombre y ELECTRA: Mis huesos flotan en el espacio…


sabe muy bien que tu casa es una
guarida de traidores. CLITEMNESTRA: Hija de mis entrañas…

El impacto es grande. Las dos mujeres se estremecen y se deprimen y acomodan ELECTRA: Mamá, Egisto, me tocaba y me decía
las penas de los cuerpos en los habitáculos rectangulares, en lados opuestos, que sería su reina más adelante porque
cada una recogida en una habitación, en su propio cuarto interior. tú estabas vieja y tarde o temprano
morirías.
CLITEMNESTRA: Ahí estás, escucho tu respiración, el
veneno corre por tus venas, viene de tu CLITEMNESTRA: Electra, nunca lo sospeché.
padre.
Se recogen, leves, en el aire, como fetos. Luego, se deslizan y bajan y se sientan
ELECTRA: Te pudres y te perfumas. No te das en los rectángulos inferiores, espalda con espalda.
cuenta de que tu poder se sostiene
sobre cadáveres y pestilencia. CLITEMNESTRA: Egisto, rey falsete, parásito consumado,
Hablan en murmullos, casi susurrando, en completa confidencia, expresando lo tendrá que rendir cuentas y sé que
más odioso que cada una piensa acerca de la otra. En crescendo, llegan al clímax mentirá como siempre.
y hacen un silencio enfático. Salen de los cubículos y colocan el practicable de
manera vertical. Madre e hija tienen caracteres fuertes. Los movimientos son ELECTRA: Nunca te quiso, se aprovecha de tu
precisos, cargados de fuerza. poder y aumentaba tu desolación.

ELECTRA: ¡Madre! CLITEMNESTRA: Me ha chupado la médula y me


consuela con su fuego que hace
CLITEMNESTRA: ¡Electra! crepitar a más de una hoguera. ¡Maldito
sea!
Las dos mujeres se sacuden desde lo más interno de sus vidas, se odian como
nunca, se desprecian, se sienten, se sufren, se quieren, equívocas y terribles, se Reaccionan, se ponen de pie. Electra quiere huir, pero la incertidumbre de saber
desean lo peor y expresan la pesada soledad de los amores sin remedio. Giran, noticias de su hermana la detiene y salta a la esquina superior del armatoste.
levantan los brazos y luego se colocan en el travesaño medio del practicable Clitemnestra, contrariada, se ubica a un lado y toma el practicable, se aferra con
vertical. Son ingrávidas, flotan, como en un sueño. Dejan escapar palabras. impotencia. Electra se ubica en el ángulo superior, con los pies en el travesaño
medio y luego coloca el cuerpo en escuadra, sobre el travesaño superior, con las
piernas colgando.

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ELECTRA: ¿Qué ha sido de mi hermana Ifigenia?, sueños de Ifigenia. Aquiles, el gran
Cinco textos dramáticos

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he oído historias muy distintas, pero guerrero, el hijo de una diosa, no era el
nunca supe qué fue de su hermosa prometido de mi niña. Su matrimonio
vida. era con la muerte a manos de su
miserable padre.
CLITEMNESTRA: Tu hermana es un fantasma, le
arrebataron la felicidad. Electra, sorprendida, baja, llega al piso, sale por la ventanita inferior, se sienta y
luego se extiende en el piso, cubriéndose el rostro, asumiendo la confesión de la
Electra reacciona herida. Se extiende horizontalmente sobre el travesaño superior madre. Golpea la madera para enfatizar las palabras.
del practicable, ubicado verticalmente. Confronta la mirada de Clitemnestra.
CLITEMNESTRA: ¡Tu padre derramó su sangre inocente
ELECTRA: Siempre pensé que estaba desposada en honor a los dioses de la guerra!
con Aquiles, en un reino remoto que mi
padre había arrebatado a los bárbaros Electra, en el suelo, se remueve, consternada, atacada por un llanto que no logra
de Ilión. exteriorizar. La música enfatiza la situación.

Madre e hija se estremecen, se duelen y se sienten entraña con entraña. En ese ELECTRA: ¿Cómo pudiste ocultarme la verdad
momento, surge una aparición a la altura del proscenio: el fantasma de Ifigenia tantos años?
pasa cantando, con un cántaro, esparciendo agua, como lavando el dolor y el
resentimiento. Es una visión fugaz que les muestra a las dos la misma sensación CLITEMNESTRA: Siempre quise protegerte.
conmovedora que, en cierto modo, las acerca como nunca.
Electra se levanta súbita y desafiante y toma el practicable, lo inclina colocando
CLITEMNESTRA: Agamenón era un miserable, solo se una punta en el pecho. En el otro extremo está Clitemnestra.
amaba a sí mismo.
ELECTRA: Soy hija de Agamenón, mátame,
Electra se arrodilla en un rectángulo superior y Clitemnestra se recuesta, en crisis, mátame también a mí.
con sentimientos encontrados, contra el practicable.
CLITEMNESTRA: Agamenón, te mató hace mucho rato y
ELECTRA: Mientes, quieres degradarlo. nos mató a todas.

Electra reacciona, se sienta en el travesaño medio, en el mismo rectángulo, de Electra y Clitemnestra giran el practicable con un ángulo apoyado en el piso.
espalda a la madre, que se asoma al rectángulo superior opuesto, de frente.
ELECTRA: Tal vez mi padre no merecía mi
CLITEMNESTRA: Tu padre, al que amas con un amor nostalgia, ni el amor que sentía por su
enceguecido, es el asesino de Ifigenia. grandeza.
Nos engañaron con un matrimonio
que no existía, que solo estaba en los Electra lanza el practicable a la madre que lo coloca de manera vertical. Está
profundamente afectada.
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ELECTRA: Y por él te iba a matar madre, lo pensé CANTO DE IFIGENIA: No puedo creer lo que dices
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durante años, de manera paciente y mi amor por ti es auténtico
decidida. no puedo creer lo que dices
mi amor por ti es auténtico…
CLITEMNESTRA: Siempre lo presentí, tu intención era
matarme. Clitemnestra, se para contra el practicable y Tisífone aparece en otro plano, en
un punto focalizado con luz, dispuesta a cumplir su función como Euménide
Clitemnestra lanza el practicable, con decisión precisa, contra Electra, que lo justiciera. Es burlona y empieza parodiando a Clitemnestra.
recibe y lo gira como queriendo devolver el tiempo.
CANTO DE IFIGENIA: “¡Ay, Ifigenia, hija mía!, me duele tu
ELECTRA: Es el destino que nos lleva a estados ausencia, me duele el útero, siento
confusos y fatales. ¡Ay!, siento que que mi alma se parte en mil pedazos
me derrumbo en el desastre. ¡Madre, y no tengo lágrimas para tanto llanto”.
madre! Clitemnestra, tu marido prefirió
satisfacer la voracidad de la guerra y tú
Clitemnestra devuelve el practicable a Electra de manera pugnaz. asumiste con frialdad la peor venganza.
CLITEMNESTRA: Mentirosa, eres la sombra de tu padre.
La figura de la Euménide se desvanece, lentamente se dibujan los contornos del
Márchate, solo quería protegerte.
cuerpo de Ifigenia tendido en el travesaño superior del practicable, que está en
Electra sale, furiosa y abatida, profundamente cuestionada, como si se hubiera posición horizontal. Clitemnestra abatida, se lamenta por la pérdida irreparable.
perdido, tal vez, para volverse a encontrar.
CLITEMNESTRA: Ifigenia, me faltas. Mi tristeza no acaba,
CLITEMNESTRA: En muchas oportunidades quise olvidar punza como una daga, no pude hacer
lo que había pasado, pero hay heridas nada para salvarte. ¿Dioses por qué
que no cauterizan y siempre están a mí? Ifigenia, mi pequeña, partes al
supurando. Agamenón, perdió la batalla Hades sin mí. Eras la hija más amada,
definitiva: seccionar su garganta fue la doncella encantada, la novia del aire,
algo terrible, pero verlo agonizar a mis sin ti soy como una estrella pulverizada,
pies, algo supremo. un montón de ceniza sin brasa.

El alma de Ifigenia se desdobla, se pone de pie, casi flotando. Canta como un


Se produce un impacto en el ambiente: las palabras de Clitemnestra encuentran
bálsamo para la madre que sufre.
eco en el silencio. Atrás aparece Ifigenia, como una revelación que ocurre detrás
de la conciencia. La niña fantasma canta.

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EL FANTASMA DE IFIGENIA: Sufres y yo sufro CLITEMNESTRA: Orestes hijo mío, eres lo único que me
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por tu sufrimiento queda, todo lo demás está perdido.
que me ata a tu recuerdo. El reino se esfuma, los placeres se
cuando odias a mi padre extinguen como la ceniza bajo la lluvia,
te odias a ti misma, pero mi amor por ti es infinito. Quiero
cuando odias a mi hermana encontrar tu camino para cruzarlo con
odias a tu entraña, el mío.
cuando me sufres me atas,
cuando aceptas que no estoy Canta la Euménide en el plano de fondo y la reina sale, ya no quiere escuchar el
liberas mi alma… tormento de la consciencia.

Ifigenia mira a la madre, le entrega el amor de los fantasmas benignos y le habla TISÍFONE: Clitemnestra ojalá hubieras elegido
en extrema confidencia. otro camino. Orestes, tu hijo, cambiará
tu destino. La vida y la muerte siguen
EL FANTASMA DE IFIGENIA: Yo quería ser feliz, tener sueños con un sorprendiendo a los humanos, que
ser amado y me sorprendió la muerte desean morir cuando están vivos y
venida de mi padre. Comprendo que que quieren vivir cuando agonizan.
todo ha pasado y me entrego al vacío ¡Paradojas de la existencia cuando
sin fin. hablamos de lo inexistente!

Ifigenia, desciende del practicable como si bajara de un sueño y emprende el


Tisífone golpea la madera, llamando a Alecto, la otra Euménide, que responde
camino que lleva al Hades, donde habitan los difuntos y pierden los seres pierden
apareciendo en un costado del escenario. Mueven brazos y manos, como
los últimos vestigios de vida material. La Euménide, se dirige a Clitemnestra con
aleteando, al unísono. Inclinan el practicable, lo colocan en el piso y bajan a
sentida sabiduría.
los cenagales de la consciencia humana. En sus corazones arde una especie de
TISÍFONE: Suelta la cadena que aprisiona el alma rebelión inconfesable y se mueven y cantan.
de Ifigenia en el reino de las tinieblas.
TISÍFONE: He perdido el aire, mi destino es un
Libera su dolor para que encuentre la
abismo, he perdido el éter, eternamente
luz. No retengas su nostalgia por la
finito, las mujeres sufren, padecen la
vida, libérala, libérala…
ausencia de leyes divinas.
El impacto es grande. Clitemnestra ha sentido un extraño suceso: se ha
TISÍFONE: Entre pesadillas e ilusiones
derrumbado y al mismo tiempo, las sensaciones del amor maternal han renacido
en los juegos de la simiente
por dentro. Está frente al público, detrás del practicable-horizontal, como si
brotan secretas floraciones
estuviera al otro lado de una barda imaginaria que la separa de sí misma.
bailan sombras de la mente
derriban leyendas inciertas
cortan nucas de reyezuelos
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alteran el curso de la suerte Las Euménides, colocan el practicable de manera vertical y llaman a Electra,
Cinco textos dramáticos

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lo justo es equilibrio menor desde las ventanas superiores. Electra siente como si estuviera en un sueño,
lo injusto es el error mayor dormida aún. Las Euménides cantan y susurran su nombre. Electra percibe que
todo es confuso algo está cambiando en la profundidad de su laberinto. Decide ascender, ser libre,
todo es combustión liberarse del peso de una historia que le resulta ingrata. Asciende hasta quedar
nos rebelamos para siempre sentada en el travesaño superior del practicable.
cansadas del infame destino
no somos tormento humano ELECTRA: Clitemnestra, madre, te dejo mi rango
festejamos lo que hay más allá, y mi dolor. No quiero ser heredera de
entre la vida y la muerte. odios y fatalidades. No quiero clavar mi
odio en tu cuello.
Las Euménides se lavan los rostros untados de tiempo. Simultáneamente Electra,
en el proscenio, se baña en lágrimas, intentando purificar su alma. Electra se pone de pie sobre el travesaño superior del practicable, ingrávida, en
equilibrio físico y espiritual.
ELECTRA: Euménides, venerables deidades,
fuerzas primitivas anteriores a los ELECTRA: Quiero sanar la furia que me ha llevado
dioses, ya no les temo, ni huyo de a pensar en soluciones terribles, quiero
ustedes. No acudiré a los oráculos, los nacer de nuevo, desde mi propio vientre
dioses han sido injustos. Euménides, para ser madre de mi destino.
señoras protectoras, les ofrezco agua,
miel y romero. Electra desciende y camina hacia el horizonte, dirigiendo sus pasos hacia un
costado.
TISÍFONE Y ALECTO: Nos rebelamos para siempre
cansadas del infame destino
no somos tormento humano
festejamos lo que hay más allá,
entre la vida y la muerte.

ELECTRA: Lo terrible que es pensar ponerle


fin a la vida de mi propia madre. La
venganza es una encrucijada que nos
coloca contra la pared de la angustia.
Benévolas y justas señoras, cuando
las miro en el espejo de los sueños me
quitó la máscara y me veo distinta a lo
que siempre he sido.

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Cinco textos dramáticos

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EPÍLOGO:
En sentido inverso, Alecto y Megera, hacen girar el poliedro del destino, mientras
cantan, cerrando la pesadilla.

ALECTO Y MEGERA: Benévolas justicieras


anteriores a la vejez
laceramos a los viles
aterramos a fantoches
fustigamos a serviles.
Venimos de la nada,
de la oscura metáfora
de la luz de la palabra
dejamos ver el revés
de indignos y canallas.
Sórdidas mascaradas
cantamos y bailamos
en el frágil espejismo
en eternas pesadillas
en la boca del abismo
benévolas justicieras
anteriores a la vejez.

Las Euménides salen por un costado. El practicable-ventana-umbral está en el


centro del escenario, como una evidencia de lo ocurrido, acompañado por el
silencio que resuena en el ambiente. Lentamente la oscuridad se extiende sobre
el escenario y todo desaparece.
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Cinco textos dramáticos

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La montaña de los signos
La montaña de los signos
Crónica de viaje al país de los “Cuando decidí venir a la Sierra Tarahumara sabía que partía en busca de lo
Tarahumara. Montaje estrenado el 15 imposible”.
de noviembre de 2012. Coproducción Antonin Artaud, 1937.
del Teatro Tierra y Teatro Mayor Julio
Mario Santo Domingo. El punto de partida fueron artículos,
epístolas, testimonios, estudios, cartas
Premio Iberescena en creación geográficas, experiencias de campo,
dramatúrgica, 2010. fotografías y el libro “Los Tarahumara”,
donde Artaud reúne diversos
materiales. En varios parlamentos hay
líneas entresacadas de los textos del
poeta, incorporadas a la alquimia de
la redacción final. El corrido del Gallo
tiene origen incierto y fue reconstruido
de memoria después de escuchárselo
fugazmente a un campesino cerca de
Cusárare, en la parte occidental de la
Sierra Madre.
Periplo solitario de dos hombres a
un mismo lugar, cada uno en distinta
época: un poeta desarraigado
buscando el sentido de sus pasos en
la topografía de una cultura indígena
(1937) y un cronista obsesionado que
rastrea las huellas del memorable
viajero (2007).

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Cinco textos dramáticos

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Personajes: Antonin Artaud, o lo que queda del
recuerdo del poeta francés, a los 40
años, en México, en 1937, cuando había
Panorama escénico:
colapsado contra el mundo parisino Piedras, muchas piedras, de diferentes
y creía que en la Sierra Madre podría tamaños, con posibilidad de usarlas
sanar su existencia dividida entre la para componer diversas imágenes,
razón y el desarreglo mental. para sugerir distintos panoramas y
Antonio Iriarte, cronista colombiano, diversos ámbitos. Piedras que sugieran
que logró el respaldo de una la esencia de la Sierra Madre, que
publicación literaria para replicar hablen, que tengan memoria, que no
los rastros del poeta y escribir una sean inertes.
serie de artículos sobre el viaje. Serán panorama escénico, objetos
Anda con maleta, teléfono celular de escenográficos, instalación cambiante,
amplia cobertura y una grabadora de metáfora contenida en la noción
periodista, arcaica, del siglo xx. dramática que se quiere transmitir. (La
idea es obtener la elocuencia de las
Siete presencias o fantasmas que van piedras, la poética de lo pétreo).
a encarnar espíritus, evocaciones y La imagen inicial y la final es la misma:
personajes que aparecen, desaparecen, un círculo de piedras, compacto, de
se transmutan, crean ambientes, siete metros de diámetro, que se irá
desarrollan acciones y son, a la vez, transformando de acuerdo con cada
nítidos y borrosos, como una pintura situación escénica.
que complementa y ánima el paisaje Tres vasijas de barro, enormes, en
dramático. el fondo del escenario. Una contiene
maíz amarillo-dorado, otra fríjoles rojo
intenso y la tercera agua pura. Sugieren
la presencia indígena, los granos
esenciales, cargados de simbología
mítica y el agua, elemento de la vida,
contenidos en el útero de la tierra
misma.
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He arribado al umbral de mi destino
Cinco textos dramáticos

Cinco textos dramáticos


y los caminos inesperados siguen
siendo el propósito del viajero que
llevo por dentro. Esta mañana estaba
en la ciudad de Chihuahua, tomando
el tren que atraviesa la Sierra Madre
y llega hasta el Pacífico, en Sinaloa.
Después del mediodía arribé a Bocayna,
una estación intermedia, un pueblo

ESCENA I
enclavado en la topografía abrupta
de las montañas. Estoy siguiendo
los rastros del poeta Antonin Artaud,
que hace setenta años se atrevió a
explorar los caminos ancestrales de

EN LA ESTACIÓN
la Sierra Tarahumara, cuando muy
pocos blancos habían logrado entrar en
contacto con los rituales sagrados de

DE BOCAYNA
los Rarámuri, o Tarahumara, el pueblo
original que habita estos parajes desde
tiempos milenarios.
Antonio Iriarte, está en la estación ferroviaria de Bocayna, un pueblo que da paso
a la Sierra Tarahumara. Ha llegado unas horas atrás y mientras orienta su camino Contesta el teléfono móvil.
y hace algunos contactos, ha sentido el impulso de recoger sus primeras notas de
viaje. Tiene una grabadora de mano, arcaica, del siglo xx y anda con una maleta EL CRONISTA: Hola, amor, ¡qué sorpresa!, me
que deja ver los vestigios de viajes anteriores. Una maleta sobria, dura, que alegra que este aparato funcione
intenta replicar la que pudo llevar el poeta Antonin Artaud. estando en la estación más remota
de la tierra. Me asombro porque sigo
Una luz precisa define al cronista con nitidez. El resto del escenario está perteneciendo al siglo xx (…) Estoy
oscuro. Resuena un fondo de aguacero y vientos fuertes que mueven ramajes y conmocionado, sí, es algo especial
techumbres. (…) Estoy comenzando a recoger
notas sobre la marcha, tú sabes que
EL CRONISTA: Notas de viaje tomadas con grabadora soy emotivo y las palabras me van
en mano. naciendo. (…) En estos momentos
Bocayna, Sierra Tarahumara, Agosto 7 estoy en la estación ferroviaria de
de 2007 Bocayna, un pueblo donde se siente la
sierra y donde Antonin Artaud inició el
último tramo de su viaje al corazón del
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conocimiento indígena. (…) Francés, él curvas pronunciadas y ascensos que
Cinco textos dramáticos

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era de Marsella. Belga no, francés (…) abandonan la noción de gravedad. En
Llueve a cántaros y aún no entro en las últimas planicies y en el piedemonte
contacto con el guía que me ofreció predominan las granjas Menonitas,
sus servicios por Internet. Tal vez la como en otro tiempo debieron estar
lluvia le ha impedido llegar (…) También las haciendas de los Jesuitas. Los
te extraño y quisiera estar contigo, pero Tarahumara han querido conservar sus
tú sabes que estoy en lo que más me tradiciones y las religiones occidentales
gusta (…). Sí, tú me gustas, claro, pero no han dejado de citarlos.
es distinto. Hasta luego, saludos al jefe,
dile que gracias, que apenas pueda le Habla con el guía, a través del teléfono móvil.
escribiré, que estoy disfrutando. Aló,
aló. EL CRONISTA: Señor, no puedo creer lo que está
pasando. Llevo horas esperándolo (…)
Continúa con las notas de viaje, entre el entusiasmo y la espera obligada. ¿Cómo que no puede? (…) Sea serio,
confié en usted y no me puede dejar
EL CRONISTA: He llegado en el Chepe, en el tren abandonado. No importa el motivo, el
legendario Chiguagua-Pacífico, tal compromiso era conmigo y en la vida
y como debió hacerlo el poeta, en hay que respetar la palabra. Me había
tiempos menos confortables para los garantizado un guía y una mula. (…)
viajeros que emprendían la aventura Oiga, tiene que escucharme, entiendo
por los desfiladeros de las grandes que usted ofrece un servicio y debe (…)
barrancas, bordeando abismos que al aló, aló, aló. ¡Mierda!
contemplarlos hacen que el vértigo se
convierta en éxtasis. Despuntando el Guarda el móvil, respira y sigue hablando.
siglo xxi, hay vías de comunicación y de
manera casi paralela a la línea férrea, EL CRONISTA: ¡Maldita sea!, el viaje ha comenzado
fluye una moderna carretera que tiene y solo cuento con mis fuerzas para
un nombre curioso: Autopista escénica. continuarlo. Así, lloviendo, en este
Seguramente quienes asignaron el pueblo que parece deshabitado. En el
nombre no pensaron en Antonin Artaud fondo no me importa buscar ayuda
y sus teorías incendiarias acerca del o dejar que la intuición funcione.
teatro. Yo lo siento como parte del He buscado durante años esta
juego mágico y me dejo absorber por el oportunidad y he tenido que persuadir a
paisaje. Atrás queda el ambiente de la un editor para que auspicie un viaje que
urbe y la montaña inicia su lenguaje de no resulta demasiado atractivo para
la ligereza informativa que predomina.
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Creo que para el poeta las condiciones en un hotelito de paso y mañana
Cinco textos dramáticos

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eran peores. En ese tiempo la Sierra no seguiré camino. Te amo.
estaba surcada por carreteras, solo se
extendían caminos de herradura. Toma la maleta y sigue hablando como si tuviera la grabadora en la mano.

Esgrime la grabadora y sigue registrando sus impresiones. EL CRONISTA: Como un fugitivo, huyo de mí mismo y
sigo los rastros de un fantasma. Nadie
EL CRONISTA: Artaud había conseguido una misión me conoce e ignoro si me busco o
especial con Bellas Artes y La quiero olvidarme de mis propios pasos.
Universidad Autónoma de México, por No puedo reversar el rumbo. Imagino al
solicitud del embajador de Francia. Su poeta Artaud confrontado por la vida.
propósito era investigar las expresiones Era un intelectual demasiado lúcido y
escénicas que sobreviven en así mismo un adicto empedernido. En
ceremonias y rituales. Pero más allá de septiembre de 1937, se detuvo en una
la formalidad, buscaba la iluminación y quebrada y desde un puente de madera
quería sanar su espíritu escindido entre botó la última dosis de droga. Su gran
la razón y la locura. El poeta decidió pasión era la poesía y su amor maldito
internarse en esta Sierra, para buscar había sido la heroína y ahora la arrojaba
con avidez un conocimiento primordial con el propósito de desprenderse de las
que todavía palpita en las grietas de raíces de hidra que lo ataban. Quería
la memoria de los habitantes de un llegar limpio a los misterios de la Sierra
mundo que no ha sido completamente Madre.
arrasado, que aún conserva los
misterios esenciales que la civilización Antonio Iriarte se detiene, deja la maleta, mira a su alrededor y toma notas en
occidental ha olvidado tal vez para una libreta. Ideas rápidas, que le llegan como fogonazos. La luz se desvanece
siempre. lentamente.

Marca un número telefónico y finalmente deja un mensaje.

EL CRONISTA: Amor, ¿por qué no me respondes?,


estarás ocupada o habrás salido
a la terraza y estarás tendida en la
hamaca. Estoy solo en la estación, no
hay guardias, no hay trenes, no hay
vendedores, no hay pasajeros. Solo el
viento frío y esta soledad… Me quedaré
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ESCENA II
Cinco textos dramáticos

Cinco textos dramáticos


LA ÚLTIMA DOSIS
El escenario se ilumina plenamente y el círculo compacto de piedras diversas,
muestra una topografía que resume la evocación de la Sierra Madre. En el
ambiente sonoro sopla la música del viento, en las altas cumbres, girando
alrededor de las rocas y silbando entre las grietas de las inmensas barrancas,
abruptas, míticas.

Artaud, con el torso desnudo, se para sobre la punta de una piedra, despliega una
papeleta de heroína y deja que se pierda en partículas microscópicas arrebatadas
por la brisa. Una lluvia de polvo blanco se esparce por el aire, sobre el poeta que
alucina. Levanta los brazos al sol y trata de emitir un canto tibetano. Tiene fervor
y crisis, pero es claro que predomina el optimismo y la avidez de conocimiento.

Desde un montículo de piedras una presencia neutra, pétrea, vierte agua con una
jarra de barro. Antonin Artaud, en un lecho de piedras, se lava las manos y la cara
y cruza signos de limpieza por chacras y plexo. Respira profundo y emite sonidos
nasales, con cierta mística que se acerca a los hábitos gestuales del histrionismo.

La presencia que vierte agua es la sugerencia de una figura indígena, con los
brazos levantados dibuja de una manera sencilla y hermosa, la caída de un chorro
de agua desde las altas montañas.

En el plano de fondo, otras presencias emergen imperceptibles, asumen


posiciones hieráticas. Al cántaro caen de manera reiterada pequeñas piedras que
resuenan como en un sueño. El sonido de un cuerno sagrado invade durante unos
segundos el ambiente idealizado por el poeta.

Artaud, se desplaza entre piedras, titubea, trata de darle al cuerpo una destreza
que no tiene. Recuerda cosas, fracasos, momentos incendiarios y desamores que
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lo hieren. Cambia de semblante, desciende a la humildad y se aferra a las piedras, he visto más mestizos que indígenas
Cinco textos dramáticos

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boca abajo, como un animal que quiere vomitar las vísceras. y los nativos parecen invisibles, pasan
desapercibidos.
Antonin Artaud, llora copiosamente, llora de tristeza por la vida que ha llevado y
los infiernos que ha conocido, llora de alegría por estar con el espíritu exultante Ni los surrealistas, ni los marxistas, ni
frente a parajes que le despiertan la sensibilidad por lo terrígena y lo cósmico. los escolásticos, ni los musulmanes,
me hablan de la incertidumbre del
El cronista, en contrapunto, acurrucado sobre una piedra, fuera del círculo conocimiento y de las verdades que
compacto, se lava las manos y mira la superficie de un recipiente de agua, como guardan los que han podido vivir en
si estuviera viendo en un espejo revelador. concordia con la naturaleza, alejados
de la civilización depredadora de
Las presencias, con energía neutra, mueven piedras y transforman el círculo en occidente.
un camino-espiral que recorre el poeta, en varios tiempos, mientras delira con los
textos. Artaud se endereza, queda en silencio y solo se escuchan los sonidos del agua de
la jarra de barro, que ahora gotea en la vasija y produce el sonido de una lágrima
ANTONIN ARTAUD: La cultura racionalista ha fracasado que cae a un estanque. La luz se disipa, el ambiente se oscurece y se llena de
y he venido a la tierra de México sonidos de ventarrones y tempestades. En el plano de fondo se vislumbran
para buscar las bases de una cultura siluetas de presencias que están sobre piedras, como formas totémicas. El
mágica que aún puede manar de las cronista es iluminado de manera puntual, desenfundando la grabadora para tomar
fuerzas del suelo indio. Me he sentido notas.
absorbido por el hechizo de los paisajes
y no he perdido el deseo de seguir ANTONIO IRIARTE: La cascada de Basaseachi, es un
caminando a pesar de la fatiga y los larguísimo chorro de agua que se
pies ampollados. despeña más de 200 metros a lo
largo de un paredón de basalto.
Mi espíritu tiende a ser universal y se Estoy en un mirador frecuentado por
identifica con raíces que trascienden turistas. A lo lejos se abren abismos
lo efímero. Las suelas de mis zapatos cruzados por aves migratorias y por
se han gastado en caminos donde yo los espíritus que rigen el poder de la
buscaba los pasos polvorientos de mi Sierra Madre. Las gargantas de piedra
propio rumbo. viva, los farallones inaccesibles y los
abismos de los cañones se abren
He leído que los Tarahumara son como grietas insondables. Artaud
veloces corredores que saben atravesar seguramente empezó a congraciarse
las barreras del tiempo y corren más con el paisaje y a luchar contra los
rápido que un venado y son capaces síndromes de la abstinencia. Era un
de soñar despiertos. Hasta el momento soñador y supo encontrar los signos de
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un juego mental donde las montañas donde integran las líneas de los cuerpos y los volúmenes pétreos, para lograr la
Cinco textos dramáticos

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condensaban el idioma de los dioses. sugerencia de lo antropomorfo entre las rocas.

El cronista guarda la grabadora y saca unos binoculares de explorador y registra Antonin Artaud deja la maleta, gira buscando los destellos solares, se orienta
las cumbres y los cañones que se abren bajo la suela de sus botas. La luz se hace intuitivamente, hace ejercicios cercanos al yoga —de una manera muy personal—
crepuscular y luego predomina la oscuridad total. y se funde contra las piedras, expresando distintos estados de ánimo.

Está eufórico, quiere pertenecer al todo natural, presiente las presencias y quiere
descifrarlas en su propio cuerpo.

En un contrapunto explícito, Antonio Iriarte se mueve siempre en un plano de

ESCENA III realidad, en contraste con Artaud que se mueve en planos oníricos. El cronista
ubica las coordenadas y deduce el rumbo.

Las presencias se yerguen sobre piedras y se mantienen ajenas al poeta delirante,


indiferentes a su curiosidad de iniciado en los metalenguajes de la naturaleza.

EL CRISTO HUMANO ANTONIN ARTAUD: Aquí, la naturaleza ha querido hablar


a lo largo de toda la extensión
Antonin Artaud, llevando la maleta, se traslada de piedra en piedra, como si geográfica de una raza. Todo habla
caminara por un valle quebradizo. Las piedras están dispersas, de manera de lo esencial; es decir, de los
laberíntica, sugieren la imagen de un hombre desamparado que trata de encontrar principios según los cuales se ha
un camino inexistente. transformado la naturaleza. Y todo
vive por obra de estos principios: el
En Artaud se combina la debilidad y la convicción. Está febril, es terco y asume hombre, las tempestades, el viento,
los dolores que lo fustigan por la falta de droga, por la deshidratación progresiva y los silencios, el sol, la noche, el
la comida precaria. primer río, el último latido. Ofrezco mi
delirio y mis dolores, las coyunturas
El cronista Antonio Iriarte, hace el mismo recorrido, de manera paralela, como si que se incineran, los huesos que
fuera la contraparte del espejo, con una maleta más liviana. Trata de redescubrir se pasman, los músculos que no
los hallazgos de Artaud y quiere ver las formas esculpidas por la naturaleza. obedecen, el corazón desbocado y la
conciencia ardiendo como una fogata
Toma fotografías, se detiene, se refresca y continua la aventura, dando la de neuronas y palabras. Ofrezco mi
impresión de recorrer grandes distancias. alma y mi esqueleto a estos abismos
majestuosos donde danzan los
Las siete presencias mueven de manera neutra las piedras y construyen formas remolinos del tiempo.
194 195
Antonio Iriarte se detiene, se sienta en una piedra y desempaca enlatados y
Cinco textos dramáticos

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devora mientras piensa en su esposa y en sus amigos que están en una lejana
ciudad suramericana.

Antonin Artaud padece retortijones estomacales, tiene diarrea y busca un lugar


donde expulsar sus excrementos líquidos. Todo le duele, todo él se revierte. Es el
agua impotable que ha bebido, son los efectos de no tener droga en el organismo.
Sufre, expurga los dolores neurálgicos de su espíritu perturbado.

ANTONIO IRIARTE:

Insiste con el teléfono, quiere hablar con la mujer.

Aló, amor, aquí el explorador de


caminos queriendo escuchar tu voz.
Te recuerdo que estoy más allá de
lo tangible: los senderos de tierra y
piedra, parecen flotar en el vacío. Mis
ojos descubren grafías en las rocas,
signos labrados por los elementos.
Creo que me rodean los fantasmas de
la memoria. Te pienso mucho, ¿dónde
estás?, ¿con quién estás? Llámame…

Antonin Artaud retoma su maleta y la carga a la espalda como si fuera un fardo,


trastabilla y se esfuerza más allá de sus propias posibilidades. Las presencias
van cerrando salidas y amontonando piedras, creando obstáculos para que el
extranjero no encuentre rumbo.

Las rocas y los cuerpos se transforman y son animales-fósiles, grandes señores


meditando o cuerpos haciendo abluciones o acostados entre los peñascos,
descansando en el efímero eterno de los siglos en suspenso.

Antonin Artaud deja la maleta, respira con dificultad, balbucea, lanza


espumarajos, tiene los labios resecos y la piel le duele, la siente erosionada.

196 197
Una mujer indígena lee las páginas de un libro de agua, en un cuenco de barro
Cinco textos dramáticos

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colocado entre las piedras, en un altar triangular, similar a un fogón.

Las presencias tienen cántaros colocados en las cabezas, como máscaras de


barro que cubren los rostros y les dan a los cuerpos cierto diseño escultórico
subjetivo.

Antonin Artaud se acerca a la mujer y se arrodilla. Ella, de manera inesperada, le


vierte ceniza, como si derramara agua, vaciando una vasija que tiene junto al libro
de agua. ESCENA IV
La mujer le rocía ceniza, como echándolo y, al mismo tiempo, reavivando un
cuerpo agobiado por neuralgias y cansancio enfermizo.

Antonin Artaud, sucio de ceniza y de sudor, alza la maleta como si fuera una
cruz y sigue el camino que sus pies han elegido. La cabeza y los ojos están
PESADILLA DE
extraviados en los malestares entrañables que lo laceran.
UN DESPIERTO
El poeta vive una especie de vía crucis, a su manera, infringiendo la ley de los
penitentes. Mezcla de luces ambarinas, rojizas, azuladas, sugiriendo un cierto estado febril.
Las presencias, como indígenas esquivos, salidos de un sueño borroso, acumulan Las presencias mueven las piedras, algunos atacan y otros son atacados, como
piedras y forman un túmulo, clavan una cruz y le prenden fuego. si fuera una agresión para destrozar cráneos. Es el trasfondo violento de la Sierra
Tarahumara y es una crisis paranoica del poeta que ha caído completamente
Antonin Artaud llega hasta muy cerca, alucinando de cansancio, con hambre, agotado.
sin droga y sin consuelo. Cae extenuado y queda inmóvil mientras el fuego se
extingue lentamente. Siente que lo lapidan, que lo sepultan, como si fuera un hereje.

Reacciona en el suelo, pero no tiene fuerzas para oponer resistencia. En un juego


violento, rítmico y frenético, le van colocando las piedras encima, como si lo
sepultaran vivo. Le forman un túmulo de piedras, solo le dejan liberada la cabeza
para que mire las estrellas en la noche.

Un Tarahumara viejo y erguido, envuelto en su manta, surge de la oscuridad y se


para cerca del poeta, sobre una piedra grande. Se queda quieto, con la majestuosa
actitud de los indígenas cuando miran las distancias.
198 199
Una mujer fantasmal, como una lechuza, se sienta encima del túmulo. Artaud EL VIEJO TARAHUMARA: Enfermo de miedo, hablas para no
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siente que se ahoga. mirar lo que te asusta. No ves que el
miedo te lo produces tú mismo. No
ANTONIN ARTAUD: Me persiguen fantasmas, desde niño, hables de la muerte, ella nos espera
cuando caí al mar en el astillero de mi como una buena madre. Nacimos para
padre, mi mano se zafó de la mano de morir y eso es simple como el viento y
mi madre y lentamente resbalé al vacío, necesario como la milpa. ¿A qué has
me ahogué y volví a surgir entre la venido extranjero?, ¿a qué has venido?
espuma, perdí el sentido antes de que
me rescataran con daños cerebrales El viejo indio abre la mano y lanza al viento un puñado de granos de maíz. El viejo
irreversibles. El mar estaba frío como la vuelve a la penumbra del fondo, con las otras presencias, que arrojan pedruscos
muerte, que me tuvo entre sus manos y sobre el túmulo. La mujer lechuza se escabulle.
me arrulló con la violencia de las olas.
Se escuchan voces y sonidos ancestrales. Antonin Artaud, sin distinguir si es algo
Una mujer agita el agua de la vasija de barro, con fuerza, armando caos con las real o una pesadilla, se quita las piedras de encima, se esfuerza para librarse del
manos. peso que lo asfixia y lucha para no morir de angustia.

El amor de mi madre me salvó de Artaud toma aire, respira con dificultad, está solo, perdido, sin brújula, queriendo
la oscuridad perpetua y me volvió a hacer un camino que parece imposible para sus energías menguadas. Su cuerpo
parir con una meningitis que escaldó se mueve por inercia. Le parece que pesa mucho y que se han endurecido las
mi sistema nervioso. Mi vida ha articulaciones.
sido placer y sufrimiento y en la
poesía encuentro las raíces de mis Se desplaza entre las piedras y siente el dolor de los pies que tienden a volverse
enfermedades interiores y tal vez en heridas entre el sudor de los zapatos.
el teatro he bailado con los demonios
del espejismo humano, tan crueles Pide ayuda, distingue algunas presencias que lo espían y se dejan ver
como el amor o la necesidad de vivir. fugazmente, en posiciones absurdas.
Mi abuela griega vivía en Turquía y me
cantaba en su lengua remota cuando El poeta, como un lobo famélico, busca alimento, agua; se apura y cuando está
la visitábamos en vacaciones en la cerca de las presencias, lo ofenden con gestos obscenos y se esfuman.
casa de paredes blancas de un puerto
llamado Esmirna. Se acuerda de la pesada maleta. Regresa, la jala, la empuja, pelea con ella y sigue
cargando un peso inexplicable.
La mujer que ha movido el agua ahora sumerge y saca, como si fuera un niño, de
manera reiterada, una piedra mediana. Luego, como si fuera Antonin, lo abraza, lo La luz se extingue lentamente.
arrulla, lo envuelve en un manto.

200 201
MUCHACHO INDÍGENA: No.
Cinco textos dramáticos

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ESCENA V Antonio Iriarte insiste un poco más con preguntas que el muchacho no parece
comprender. El muchacho en silencio, lleva la maleta de varias maneras,
con habilidad y fortaleza. Cuando el cronista se detiene o habla, reacciona,
deteniéndose con precisión entre las piedras, adoptando posiciones de atención o
descanso.

LA CHINGADERA Antonio Iriarte, entretenido en su labor no alcanza a cerciorarse de los hombres


que lo acechan. Llevan sombreros y uno lleva un pañuelo cubriéndole medio

NORTEÑA rostro, como los bandidos de las películas mexicanas. Es una imagen en
claroscuro, insinuada apenas.

El cronista ha seguido su rumbo. Ahora lo acompaña un muchacho indígena Las presencias que siguen a Antonio Iriarte son norteñas, mestizas. De súbito, el
que le carga la maleta. Camina por donde Artaud anduvo como si cotejara muchacho indígena percibe unas huellas que Antonio Iriarte no logra descubrir.
la información, los recuerdos de lo leído y las características de cada lugar. Deja la maleta y con una destreza natural salta de piedra en piedra, lanza una
Escribe notas, hace fotografías y le pide al guía que le haga varias tomas a mirada final al estupefacto cronista y desaparece. El cronista intenta seguirlo,
él, al comunicador que tiene una identidad propia, en su búsqueda de temas pero no logra alcanzarlo. Luego se devuelve por la maleta y lamenta su suerte con
sustanciales. Eso es lo que va pensando Antonio Iriarte, optimista, autosuficiente. los guías.

ANTONIO IRIARTE: ¿Cuánto falta para llegar a Sisoguichi? Se sienta en una piedra grande y extrae su teléfono móvil, como si tuviera la
posibilidad de resolver algún problema llamando a alguien. Marca el número de
MUCHACHO INDÍGENA: Tres horas. Cinco a tu paso. su esposa, con ansiedad, muy emocionado, necesitado de una voz cercana. No le
contestan. No hay señal.
ANTONIO IRIARTE: Hace setenta años el poeta Antonin
iba con un guía, buscando una aldea En el fondo suena un narcocorrido que comienza a crear un ambiente distinto.
perdida en los mapas de la Sierra Los forajidos se abalanzan sobre el cronista y lo golpean. Resuenan las piedras y
Madre. Me han parecido retraídos se siente el poder de las armas de fuego que los hombres enarbolan con alarde,
los Tarahumaras, no hablan. Tú eres amedrentando a Iriarte, que no sale del pavor. Sangra y tiene moretones en el
distinto, a veces dices sí y a veces dices rostro. Lo siguen aporreando y se lo turnan para golpearlo sin dejarlo caer al
no, ¿verdad? suelo. Lo despojan del móvil, de la grabadora y le revisan la ropa y la maleta sin
hallar algo de interés. El jefe, apodado El Gallo, lo interroga.
MUCHACHO INDÍGENA: Sí.

ANTONIO IRIARTE: ¿Has escuchado acerca de las


ceremonias de Ciguri o Tutuguri entre
los viejos de tu familia?
202 203
EL GALLO: ¿Quién eres cabrón?, no serás EL GALLO: Ah, quieres escribir sobre el cartel de
Cinco textos dramáticos

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despistado ni vendrás de turista. Te Sinaloa, que se disputa estas barrancas
juegas la vida y no sabes quién te con los de Juárez y con los Apaches
la quita. A poco eres de la DEA o le del norte. Eres un soplón y nada más,
informas a los federales. La regaste ya decía yo, no tienes cara de gorrión.
y no tienes escapatoria. Le vamos Mátenlo muchachos que nadie pagará
a hacer un bien a tu familia, ¿tienes un dólar por su buena salud. Pero antes
mujer?, pues te la vamos a dejar cuéntame, ¿dónde te parió tu purísima
viuda para que otro disfrute con ella. madre?
Mexicano no eres porque te urge
inteligencia. Te encontraste con la ANTONIO IRIARTE: En Colombia. Soy colombiano.
pelona y no la tenías prevista. Aquí te
vuelves carroña y te desbarrancamos EL GALLO: No te puedo creer, me estás
después de sacarte los ojos y picarte engañando, tienes acento catracho.
los dedos para que conozcas la sazón Déjame ver tu pasaporte, a ver (…) sí,
del dolor, porque le echamos sal y chile eres de Colombia, un país metido en
a las heridas, para que sea sabrosa la la serranía de Suramérica. Medellín
comezón. ¿Quién eres cabrón?, se me es la capital, ¿verdad?, mi patrón dice
hace que picado cabes completo en tu que tiene unos buenos compadres
maleta. colombianos. Hay un corrido que
habla de un capo colombiano que
ANTONIO IRIARTE: Antonio Iriarte Estrada, comunicador, trabajaba para darle a los pobres y a
cronista. sus empleados sus casas. Lo mataron
los de la ley porque la ley es injusta aquí
EL GALLO: Pareces yucateco, pero no eres y en Tijuana y donde un hombre este
yucateco o no serías tan menso. No me parado con ganas de ser honrado. La
amoles el corazón cabrón. ¿De dónde ley pervierte. Con decirte que muchos
vienes y para dónde vas?, ¿con la DEA traficantes hacen curso siendo primero
o los Federales?, de Chihuahua no federales. Así que eres colombiano…
pareces o no andarías tan solito. Serás
de otro planeta, del planeta de la mierda ANTONIO IRIARTE: Voy a visitar la cultura Tarahumara.
pinche crónico, ¿de qué dijiste que Estoy escribiendo sobre un poeta que
estás enfermo? hizo este recorrido hace setenta años.

ANTONIO IRIARTE: No, estoy bien, soy cronista,


comunicador, escritor…

204 205
EL GALLO: Pura espuma es lo que hablas. Estás fin a tus pesares. Vas a escucharme
Cinco textos dramáticos

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buscando mota, eres un pinche vicioso. porque yo soy el que pide el último
La hubieras encontrado en la esquina deseo antes de matarte.
de tu casa. Me han dicho que Colombia
es el paraíso y que todo se consigue en
la tienda del frente. ¿Cómo dices que
se llamaba tu amigo que estuvo por
aquí buscando lo que no se le había
perdido?

ANTONIO IRIARTE: Antonin, Antonin Artaud. Nanaki, le


decía su abuela turca.

EL GALLO: ¿Cómo?, ¿cómo dices que le decían al


cabrón?

ANTONIO IRIARTE: Antonin, Nanaki, es el diminutivo de


Antonio.…

EL GALLO: ¿Y si lo conocías bien?, te apuesto que


era joto el cabrón. Con ese nombrecito
cómo llegaría a la Sierra. Es un
disparate venir por aquí. ¿Quieres un
trago?, no digas que no. De pronto te
salvas si no te caes al abismo. Toma,
bebe, de un solo empujón.

El gallo le pasa una botella de trago al cronista. Lo induce a beber sin respirar.
Uno de los hombres deja ver un aparato de sonido portátil, sube el volumen para
que se escuche bien un narcocorrido de los Admirables de Sinaloa. Antonio Iriarte
se queda inmóvil, luego se tambalea, se descubre el pecho y pide que le disparen
al corazón.

EL GALLO: ¿Te gustan los corridos?, ¿sí?, te


salvaste, si decías que no te mataba
de inmediato. Soy El gallo, desde
chamaco, para que sepas quién pondrá
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EL GALLO: ¿Te gustan los corridos?, ¿sí?, te propios despojos.
Cinco textos dramáticos

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salvaste, si decías que no te mataba
de inmediato. Soy El gallo, desde EL GALLO: Mira, cambié de planes, no te voy a
chamaco, para que sepas quién pondrá hacer el favor, no te voy a matar. Te
fin a tus pesares. Vas a escucharme salvaste, hijo, te iba a entregar a la
porque yo soy el que pide el último Santísima Muerte, pero vas a tener
deseo antes de matarte. que volver donde tu mujer para que
te chingue. Me nace dejarte ir. Pero
CORRIDO DEL GALLO: O se quitan o los quito aprovecha la oportunidad, es mejor
ya saben que no juego, que te largues antes de que me den
tengo fama de valiente, las ganas de matar, porque de vez en
soy el papá de los pollitos. vez siento el deseo y me pica el dedo.
Noventa y nueve he matado Me caes bien porque los colombianos
y resignado estoy señor son chingones. Te devuelvo tus cosas
todo el mundo me respeta para que veas que te quiero por cabrón,
aunque sea por horror. porque no te has arrodillado. Si fueras
Eres el ciento colombiano de la DEA tendrías un teléfono mejor,
te tocó la cuenta precisa con más tecnología y podrías llamar a
para ajustarme la centena tu mujer sin que te diera la agonía. Si
que dedico a la Santísima. fueras federal estarías llorando porque
La muerte está en todos lados tendrías tu lugar asegurado en el
de ella no quieren hablar panteón.
no hay que olvidar que nacimos
y un día nos van a enterrar. Los hombres se ríen y el jefe, mirando fijamente los ojos extraviados del cronista,
Muchos tienen un corrido le devuelve el móvil y la grabadora.
el bueno, el malo y el fuerte
hoy le canto a la patrona EL GALLO: Ándale, no te preocupes, yo te voy a
a la Santísima Muerte. indicar para dónde proseguir. Te vas
caminando por el desfiladero y si no
ANTONIO IRIARTE: llegas a Sisoguichi, pues te puedes
ir al fondo de la Barranca, para que
Completamente borracho. te vuelvas manjar de los zopilotes
o comida de los tlacuaches. No hay
Me gustaría que me hicieran un corrido problema, igual no vales nada. Ni
después de que me maten o, mejor, siquiera eres mexicano; güey, que
antes de que me maten, así me dan desgracia la tuya.
oportunidad de llorar un rato por mis
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Se oyen risas y rumores y la luz se esfuma hasta alcanzar lentamente la Se transmite la sensación de estar en el espacio de los perdidos y al mismo
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oscuridad, mientras el cronista arrastrando la maleta, se tambalea. tiempo, en el camino de los iniciados. El laberinto está diseñado en el piso, pero
cada personaje debe recorrer su propio laberinto personal y expresarlo en los
desplazamientos, en los gestos, en las pausas, en los cambios de dirección.

La diferencia es la calidad de energía que cada uno maneja: Antonin es ingrávido,


excepto en su batalla con la maleta; Antonio es terrenal, pesa, es grave y da la
impresión de portar una maleta que no pesa demasiado.

ESCENA VI Es como un juego de espejos sin la precisión de la imagen exacta. Más bien las
posiciones de los personajes manejan los contrastes y las paradojas que existen
entre ellos.

En algún momento están al borde de encontrarse, pero no se ven, ni se sienten,

EL LABERINTO
pues pertenecen a tiempos diferenciados claramente.

ANTONIO IRIARTE:

DEL DESTINO Toma la grabadora, revisa el último fragmento e inicia un nuevo pasaje.

Me siento como una partícula


Artaud aparece caminando de piedra en piedra, bregando con la maleta. Tiene irrelevante transitando por un camino
aspecto de orate. Rápidamente ha desmejorado su aspecto. Mujeres y niños se que debió ser una penitencia para
asustan y se esconden a su paso. Las presencias miran desde el otro lado de la el poeta. Sin heroína y sin amigos,
conciencia. logró llegar a una aldea donde aún
se conservaban rituales ancestrales.
Artaud coloca y recoloca la piedra que va a pisar y así va armando un camino Después de varias semanas de iniciado
imaginario que le demanda gran esfuerzo. Se escucha la voz colosal del viento, el ascenso a la Sierra Tarahumara,
amplificada, acompañada por ocarinas. Artaud, con las llagas de los pies
abiertas en carne viva y los ganglios
En un plano contrario, casi como un fantasma, en otro tiempo, en una situación inflamados, con los labios partidos
similar, cruza el cronista, con su maleta y sus temores. Golpeado, ebrio todavía, y el cuerpo escaldado, sucio, oliendo
con la cabeza doliendo de manera cruel. No deja de parecer un doble de Antonin a excrementos y sudor, desfallece y
Artaud. cae sin sentido. Tal vez expiaba las
culpas no satisfechas o los deseos no
Las presencias mueven las piedras, con precisión y sutileza, hasta conformar un confesados. En cierto modo, él mismo
laberinto en todo el escenario. se veía como un cristo sin redención.
210 211
Como si fuera una continuación de las palabras del cronista, Artaud cae EL HOMBRE INDÍGENA: No hay alma, no hay cuerpo, existe el
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lentamente y queda botado en el suelo junto a la maleta. todo y en el todo el corazón del cielo y
el corazón de la tierra. Todos formamos
En un punto de fuga, en un rapto de la memoria onírica, entre piedras grandes, parte de los caminos que hay entre
una mujer antigua, canta en una lengua extraña, en el dialecto greco-otomano que los vivos y los muertos. Al principio
se habla en el casco viejo del puerto de Esmirna. Se trata de la imagen soñada de estábamos hechos de maíz y barro. A
Euphrasie María Nalpas, la abuela griega que vivió a orillas del mar Egeo y que los Rarámuri nos hicieron de tierra y a
le cantaba cuando era niño. Es una imagen de ensueño que le llega desde los los blancos los rociaron con ceniza.
recuerdos.
ANTONIN ARTAUD: A mí me hicieron con los restos que
El poeta se siente aliviado, arraigado a una canción que lo rescata de dolores quedaron de la última estrella que se
voraces que lo destruyen desde adentro. Se estira, reacomoda el esqueleto, fundió en la tierra. Soy consecuencia
tendido en el suelo. La mujer, con ternura, le acaricia la cabecita a su nieto-niño y de un naufragio estelar. El sol oscuro
se esfuma en la oscuridad. me dio identidad y mi abuela me dejó
el rastro de los cantos de Anatolia. Me
Artaud reacciona, se endereza y se sienta sobre la maleta. Le cuesta distinguir rige el décimo tercer signo del zodiaco.
entre lo soñado y lo no soñado.
EL HOMBRE INDÍGENA: No entiendo bien tu procedencia. Si
Algunos indígenas observan con curiosa indiferencia. caíste del cielo eres como nosotros
que somos hijos del viento, pies ligeros,
Una pareja indígena opta por ayudarlo, lo reaniman, le dan agua y le convidan corremos como venados, saltamos
comida: frijoles refritos, chile y tortillas de maíz. como cabritos, entre las montañas y
las barrancas.
El hombre indígena es conocedor del Ciguri y alcanza a intuir la búsqueda de
Artaud. ANTONIN ARTAUD: He venido a conocer las palabras del
silencio. Las montañas me hablan de
EL HOMBRE INDÍGENA: Forastero viniste a morir bien lejos. un principio que está presente en la
Vuelve a tu casa. Conseguiré una mula ceremonia del Peyote.
que te devuelva a Bocayna. Te veo
enfermo… EL HOMBRE INDÍGENA: Peyote para nosotros es Ciguri,
sabiduría, cura de males, es el rastro del
ANTONIN ARTAUD: Sí, enfermo del alma, como está venado y la orientación necesaria para
enferma por dentro la cultura recorrer la vida que es un camino largo
occidental. y lleno de vueltas.

ANTONIN ARTAUD: ¡Entiendo!, ¡entiendo!


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EL HOMBRE INDÍGENA: No se puede entender si no se ha que también es el inspector y el regidor,
Cinco textos dramáticos

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escuchado el tambor del agua y el se llama don Filiberto Aguilar. Ya te voy
tambor del viento y las voces del fuego a decir cómo vas a llegar.
que nos hablan desde los cantos de los
abuelos. Ciguri, ilumina los senderos LA MUJER INDÍGENA: En el camino has de ir callado y no
de adentro y ayuda a sanar las heridas comentarás porque hablar no conviene,
invisibles, los golpes que se sufren en puede llover o caer piedras del cielo.
el cuerpo interno, que no tiene huesos Debes bañarte y ponerte ropa limpia
pero tiene entendimiento. para presentarte al regidor. Es mañoso
el viejo Filiberto. Si no entiendes ya vas
ANTONIN ARTAUD: Podría curarme o morirme y estaría a entender.
justificado mi viaje. He oído hablar
del peyote y estoy buscando a los
sacerdotes del Tutuguri para iniciarme
en el conocimiento de la sabiduría
india. Tal vez sea la cura para mis
desgarramientos. He venido a la Sierra
Tarahumara a escuchar el canto de las
piedras.

El hombre, ni joven ni viejo, saca un atado rojo y con precisión y respeto, como si
consultara un oráculo, abre el pañuelo y lo extiende dejando a la vista 260 frijoles.
Una mujer, en el plano de fondo, vierte un cántaro de frijoles en la vasija de barro,
como una cascada sonora.

El hombre fuma tabaco, observa con detenimiento, hace signos con las manos y
lee el resultado de acuerdo con la colocación de los granos.

EL HOMBRE INDÍGENA: No comprendo tus palabras, pero el


espíritu de los días me habla bien de
tus sentimientos. Un abuelo que vive
arriba de Norogachi puede aliviar el
peso de tu dolor. Es un viejo conocedor
que sabe sanar con el peyote, que
es planta de curación. Para llegar a
Baltasar Quihue, te conviene hablar
primero con el director de la escuela
214 215
Antonin Artaud revisa una libreta de apuntes y hace una raya en la página donde septiembre, ahí no coincidimos. Lo
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lleva la cuenta de los días. Habla para sí mismo. del nombre es casualidad. Tiene buen
humor jefe, siempre lo ha tenido. Un
ANTONIN ARTAUD: Hoy es 4 de septiembre, hace cuarenta abrazo. Gracias por la llamada, es muy
años fui expulsado del vientre de mi estimulante.
madre y tuve que empezar a lidiar con
una realidad que todavía me resulta Antonio Iriarte sigue de piedra en piedra, armando camino, sintiendo que recorre
esquiva. Más que un poeta afortunado los rastros del poeta. La maleta parece pesarle. Ya está dando muestras de
he sido un trágico y me resulta patética cansancio. La oscuridad comienza a caer sobre el escenario. Zumban las señales
mi existencia. Más que viejo, me electromagnéticas cruzando el espacio. Se escuchan con fuerza los pasos
considero antiguo, un espécimen que aulladores del viento.
ha tenido otras conciencias y sigue
girando en la noria del destino.

ESCENA VII
Artaud se para, trata de caminar, trastabilla y se derrumba, la pareja lo ayuda, lo
alza y lo saca de escena. Se cierran los haces de luz y solo queda iluminado, de
repente, Antonio Iriarte, que aparece, respondiendo el teléfono móvil, ubicándose
con dificultad en varios sitios, con la intención de captar mejor la señal.

ANTONIO IRIARTE: Su llamada me sorprende… Trabajo


duro y estoy pasándola bien… Sí,
excelentes condiciones y experiencias LOS ECOS DEL SILENCIO
gratificantes… No son vacaciones,
no señor, se requiere dedicación y En un círculo de piedras, puestas unas sobre otras, creando un muro en forma
esfuerzo… Sí, sí, buenas fotos y una de anillo, están Filiberto Aguilar, director mestizo de la escuela rural y el poeta
temática inédita en varios aspectos de francés Antonin Artaud.
interés… Cuando vuelva a la civilización
le enviaré imágenes y algunas notas A pesar del aspecto desastroso el poeta muestra el perfil de hombre distinguido,
preliminares…Hace una semana le capaz de mover a su favor las artes del encantamiento. Al fin y al cabo se trata
mandé saludos. Sí, es maravillosa. No, de uno de los poetas surrealistas de mayor impacto ante los auditorios parisinos.
no me he comunicado con ella en los También es un actor consagrado.
últimos intentos. La señal, creo, estas
montañas son remotas, un verdadero Aquí está, con un hombre más bien rústico, que no es indio ni blanco y que
espejismo. Sí, el 4 de septiembre intenta escucharlo con paciencia porque es un extranjero con certificaciones y
de 1937, Artaud cumplió 40 años, recomendaciones de importantes señores de las instituciones oficiales.
estando en la Sierra, precisamente, en
plena travesía. Yo no cumplo años en Los dos hombres están sentados en pilas de piedras, uno frente al otro.
216 217
El director de la escuela rural, con cierta solemnidad, examina las certificaciones y la lógica de los acontecimientos.
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que Artaud ha recaudado con las instituciones que lo apoyan en su investigación Révellion, révolte, revelatión. Por eso
sobre las ceremonias indígenas. Quiere ser cordial y deja ver su gusto por la estoy en la Sierra y me interesan los
bebida. Ofrece licor de la región: Tesgüino. Tarahumaras. Estos hombres a quienes
se considera ignorantes, han alcanzado
Entre el poeta y el director de escuela desarrollan un juego que consiste en armar un grado de cultura sorprendente.
una torre con piedras pequeñas, buscando el equilibrio y la verticalidad. Cada uno Tengo una idea orgánica de la cultura,
coloca una piedra con cierta dosis de suspenso, combinando las palabras y los una idea profunda que devela la vida
menudos movimientos. del espíritu.

En el centro hay un recipiente de barro con tesgüino, una bebida de shunku o DIRECTOR DE LA ESCUELA: Por lo que entiendo, usted entiende que
maíz fermentado. Hay un par de vasos de barro. Los hombres intercalan jugadas, los naturales de la Sierra pueden tener
tragos y palabras. Una mujer entrada en carnes, también mestiza, les sirve la conocimientos sobre ideas raras, pues
bebida periódicamente. por eso ellos se llaman Rarámuri, yo fui
criado por abuela y madre nativas. Los
DIRECTOR DE LA ESCUELA: Soy Filiberto Aguilar, director de la Rarámuri son gente sencilla y alegre,
escuela y corregidor de la región. Vengo no ponen muchos problemas. En estos
de Témoris, donde llegó mi progenitor días están celebrando fiestas para que
en los tiempos del General Villa. Era llueva y juegan pelota. Son grandes
sargento y le dieron mando, pero un día corredores, corren día y noche, hasta
lo mataron a estocadas, cuando estaba trescientos kilómetros han corrido. Son
borracho en las fiestas de San Juan. Yo demonios. Corren por mérito y la gente
era niño y casi he olvidado el rostro de hace apuestas. Atraviesan montañas y
mi padre. Mi madre era Tarahumara y valles como si fueran el propio viento.
por eso entiendo a esos indios y trato
de no chingarlos demasiado. Ahora sí, ANTONIN ARTAUD: Cuando decidí venir a la Sierra
dígame que se le ofrece. Tarahumara sabía que partía en
busca de lo imposible. Ahora, soy
He venido a México a buscar lo que un exiliado de mí mismo y creo que
Europa me ha negado, es decir, la tendré la oportunidad de mirarme a la
esencia de un conocimiento perenne cuenca de los ojos. Veré si soy capaz
que nos permita trascender la vacuidad de retribuirme la dicha de existir. Esta
de la rutina productiva. Hablo de Sierra me hace pensar en la fortaleza
una revolución de conciencia donde de la vida, en la fuerza perturbadora de
el pensamiento racional no sea lo la naturaleza.
que determina el orden de las ideas
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DIRECTOR DE LA ESCUELA: Lo que sí me asombra de los indios para que llueva y no se reseque la
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es que saben distinguir las huellas milpa. A esos bailes de locos les llaman
de animales y de aparecidos. Ellos Yumari. Los hombres tocan tambores
distinguen lo que uno no alcanza a y bailan y las mujeres cantan, a veces
ver. Persiguen rastros que casi no se como ángeles, a veces como gallinas.
pueden observar y saben si se trata ¿Joven, aquí en privado, cree en
de venado, lagartija, coyote, ratón o Jesucristo y en la Virgen de Guadalupe?
tlacuache, que deja su marca por la
cola larga y pelada que arrastra como ANTONIN ARTAUD: No fue a Jesucristo a quien vine a
una culebra espinosa. Es feo ese bicho. buscar entre los Tarahumara, no, yo no
Por el lado de Durango le dice tacuazín. vine a ser apóstol, redentor o profeta
Es bien diablo, de mal carácter y como de una fe insensata que acorrala contra
algunas mujeres, tiene la carnita el complejo de culpa y que somete los
sabrosa. deseos a la picota del escarnio. Vine
a buscarme a mí mismo donde nunca
ANTONIN ARTAUD: Nací en Marsella, en el número 4 de la había estado. Algo simple, una cita con
calle Jardín des Plantes, en un útero mi doble interior. Es el encuentro, la
donde no tenía nada que hacer. Vine a confrontación con el otro yo, el peyote
México porque tengo el presentimiento y su ritual sanador es lo que ando
de una revelación sin la cual mi vida buscando.
estaría perdida. Hace unos meses
pensaba que el teatro me permitiría DIRECTOR DE LA ESCUELA: Ahora si me la puso gruesa porque
superar la penumbra densa y viscosa, yo quería preguntarle si a usted en
que obstruye la libertad de mis actos su religión lo dejan coger, porque uno
cotidianos. Pero asistí al hundimiento como católico puede tener mujer y
de mis propios criterios. El público disfrutar sin sentirse pecador. Los
pensó que me había suicidado como indios que ofician con el peyote
artista del teatro. viven solitarios y renuncian a comer
carne viva, ¿me entiende?, ellos dicen
DIRECTOR DE LA ESCUELA: Por aquí son tan profundas las que el peyote los protege contra
hondonadas que si quiere se puede enfermedades y fantasmas. Yo prefiero
suicidar donde guste, con agua o sin el mezcal, el tequila o el tesguin que es
agua, porque hay cascadas como la bendito y bien barato.
Piedra volada que tienen más de un
kilómetro de profundidad. El que se
bota de ahí, conoce lo que solo los
pájaros han visto. Los indios bailan
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ANTONIN ARTAUD: Yo sé que los rituales aborígenes perdido. No me ha resultado fácil llegar
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contienen la sabiduría de pueblos que a Norogachi…
no han perdido el linaje con los valores
primordiales y que aún conservan los Cambia de intención y asume el rol de un hombre muy serio.
arcanos de fuego. La piedra contiene
memoria y por eso debo decir señor Gracias a Bellas Artes, a la Universidad
Filiberto Aguilar que he revalorado el Autónoma de México, a la Embajada
significado de lo pétreo. Antes hablaba de mi país y a usted, que para mí es tan
de lo petrificado para aludir a lo inerme. importante como el gobernador de la
En la Sierra Tarahumara aprendí que provincia.
lo pétreo está en movimiento y tiene
vida propia. Las piedras hablan y sus Artaud, le indica los papeles que le ha entregado y le señala las firmas y los
partículas vibran para mantenerse sellos.
compactas.
DIRECTOR DE LA ESCUELA: Cuente conmigo, soy su cuate en la
Sierra y cuando quiera disfrutar india
DIRECTOR DE LA ESCUELA: Vea, usted sabe más que yo y por eso
o mestiza no más me avisa. No, no
le quiero decir que los indios dicen
piense mal, me refiero a la cerveza
que el alma puede viajar en sueños
que por aquí también llega. Vea, yo
hasta los lugares donde los mayores
voy a colaborar con usted y usted me
ocultaron los secretos más escondidos
colabora a mí con un aporte voluntario
de una brujería que las autoridades
que dejo a su discreción. Así usted
tienen prohibida. Mi madre era
se irá a celebrar con los abuelos y yo
Rarámuri y mi padre güero, de la Junta,
cumpliré con mi deber.
aquí en la Sierra. Como corregidor yo
debería prohibir las ceremonias según ANTONIN ARTAUD: Le daré mi agradecimiento y le
la ley, pero la ley me vale, porque igual entregaré algún dinero que todavía
las ceremonias las hacen y nadie se da tengo. Usted simplemente me pone
cuenta. Lo que si le aseguro es que las en contacto con la ceremonia y me
piedras no se mueven a menos que las recomienda. No quiero más.
empujen y las pongan a rodar.
DIRECTOR DE LA ESCUELA: No se ponga así, no me salga con
ANTONIN ARTAUD: Soy Antonin Artaud y creo que estoy tanta seriedad. Le aseguró que estará
muerto o casi muerto desde mi propio en el reino de los cielos porque el
nacimiento. Por eso he venido a México peyote le llevará lejos. (…) Escuche los
a resucitarme, a pesar de mí mismo y ecos del silencio, es lo que dicen los
de quienes me consideran un átomo indios viejos para expresar que ya tocó
callarse.
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A estas alturas los hombres están completamente embriagados y la torre de ANTONIO IRIARTE: El 16 de septiembre de 1937, el poeta
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piedras seguramente hace tiempo se desplomó y no pudo ser restaurada con Antonin Artaud está en Norogachic, en
sobriedad. el corazón de la Sierra Tarahumara. Ha
logrado contacto con los ancianos que
El director de la escuela canta fragmentos de un corrido que recuerda a Pancho han conservado la tradición del peyote.
Villa mientras se acerca a la mujer entrada en carnes, la abraza y se van, El director de la escuela rural le indica la
caminando en zigzag. Artaud se aleja, por el lado contrario. trocha para llegar a una casa humilde,
levantada en la boca de una caverna,
La noche cae sobre la noche, se oscurece el escenario. a la vista de las estrellas. Había que
caminar un buen trecho y la posibilidad
de asistir a la ceremonia se convirtió en
el animador todopoderoso que le ayudó
a superar los últimos inconvenientes.
Artaud era un hombre con entereza y

ESCENA VIII
siguió cuesta arriba, sin desfallecer.
Cuando pienso en los motivos que
lo impulsaron para llegar a México a
veces creo su propia versión del vidente
predestinado a conocer la magnitud de

LOS FANTASMAS
su fracaso.

Se oscurece el plano de Antonio Iriarte y una luz cenital ilumina la terquedad

DEL TEATRO
guerrera de Antonin Artaud, que realiza ejercicios de Samurái a su manera,
con los inconvenientes de un cuerpo azotado por la droga y mermado por el
desgaste del viaje. Toma una piedra, como si tomara un cráneo y se deja ir, con un
soliloquio de tonos febriles, hablando para él, para el universo, para la soledad de
Las presencias deshacen el círculo de piedras y rearman signos y símbolos las montañas.
del territorio Tarahumara: un universo de partículas dispersas con orientación
centrífuga y un núcleo central más grande y compacto. Al lado, una serpiente- ANTONIN ARTAUD: Ahora que habito lo más recóndito de
camino de piedras continuas, con pronunciadas ondulaciones. mis dolores y puedo hablarme como
si fuera el doble que observa desde
Es el petroglifo del camino cósmico que ellos recorrieron para caer del cielo en el otro lado de la conciencia, me veo
las estribaciones de la Sierra. Es un rastro rupestre el paisaje escenográfico. en una montaña como si estuviera en
un gran escenario natural y veo cómo
Antonio Iriarte aparece en contrapunto, de manera paralela, sobre una piedra, el dolor de los huesos y la quemazón
dentro de un pequeño círculo. Activa la grabadora y sigue tomando notas para la de los nervios me han llevado a una
crónica. desintoxicación en carne viva, dolorosa
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y cruel. He sido mi propio verdugo y he Resuena el ruido de un alud de rocas, Artaud grita y corre alzando los brazos y
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logrado purificarme con creces. La piel levantando con vigor las rodillas, sintiéndose liviano, dando saltos hasta caer
está resquebrajada como la piel de las embriagado de aire puro y de cansancio.
barrancas y los pies se han ulcerado
para que andar tenga un sentido Un instante de silencio. El poeta se encuentra extasiado en el juego del actor,
consciente. En mí la poesía hace rato pensando en Los Cenci, su fracaso como director teatral.
desbordó las palabras.
Resuenan acordes dramáticos de una sinfonía y de la penumbra del fondo del
Artaud, de improviso, se dirige a la maleta, la empuja con intenciones teatrales, escenario, desde el otro lado de la conciencia, aparecen varios personajes
como explicando sus conceptos escénicos, la patea, la arrastra, la alza, le da escapados del montaje de Los Cenci.
vueltas, creando imágenes y sugiriendo situaciones; la gira sobre su eje, pierde el
equilibrio y cae estrepitosamente. Queda debajo de la maleta, vencido, como un Algunos tienen las expresiones de los actores y otros aún no han salido de sus
gladiador inútil. roles y conservan el estado de los personajes.

ANTONIN ARTAUD: Yo pensaba que el teatro podría Francisco Cenci, viejo, apuesto, perverso, en el instante final de su macabra
encarnar las verdades del drama agonía, caminando inestable, queriendo imponer su autoridad cuando ya es
humano porque el escenario permite demasiado tarde.
ir más allá de la retórica y propicia
lo ritual para ver aquello que solo Beatriz Cenci, completamente maquillada de blanco marfil, con un rictus de
en estados extraordinarios puede satisfacción y pavor en los labios rojos. Es la actriz, Génica Athanasiou, tratando
percibirse. He buscado un teatro de no ser más el personaje para recuperar la presencia de la persona. Es un
redentor que muestre el anverso de la conflicto de conciencias, una especie de esquizofrenia de origen teatral.
piel y nos haga sentir las ondulaciones
emocionales de lo trágico. Un teatro Lucrecia Petroni, de formas generosas y maduro aspecto, desorbitando los
de verdades y no de simulaciones. ojos para no caer en el agujero del miedo. Tiene la conciencia al borde de la
Un teatro que en cada representación perturbación; robusta, dura de carácter, pero frágil de espíritu.
aporte físicamente algo al que
interpreta y al que ve la interpretación. Santiago y Bernardo Cenci, los hijos de Francisco, ambos salidos de casillas,
siendo personajes que devienen en actores, con una extraña mezcla de piadosa
Se incorpora, se sienta. Llora desconsolado y luego ríe con desenfreno. resignación y cruel rebeldía.
Finalmente, suspende la acción, neutraliza la energía y emite lo que para él puede
ser algo cercano a un canto indio. El Papa Clemente VIII, ícono implacable y severo de un jerarca incapaz de
perdonar, mirando con prepotencia y aparente serenidad, parado sobre el cuerpo
Con movimientos limpios y precisos, con esforzada intención, con suspenso desnudo de la herejía, como si pisara la serpiente del pecado.
latente, alza la pesada maleta y la abre, despeñando el contenido, absurdo y
simbólico: piedras que ruedan al caer sobre las piedras.

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Francisco Cenci, arremete sexualmente contra su hija Beatriz y la despoja de CLEMENTE VIII: Todavía me duele el culo, no he
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ropajes, lleno de lujuria y brutalidad, ante la mirada estupefacta de su esposa probado desayuno, he confiado en sus
Lucrecia Petroni, que en ese momento tiene los senos descubiertos, como una locuras, he soportado su incapacidad
madonna renacentista y porta un recipiente de porcelana lleno de leche. y me regaña sin justificación. Usted no
llega a director, le queda grande trabajar
Bernardo y Santiago Cenci, se abalanzan sobre su padre y lo tumban para luego con actores de verdad.
estrellar piedras contra el cráneo del viejo. Una y otra vez golpean piedra contra
piedra dejando salir el odio profundo, la venganza de la sangre contra la propia BERNARDO CENCI: ¿Cuál es el teatro de la crueldad?, no
sangre. es más que la pobreza dramática
convertida en terapia del dolor. Un
El papa Clemente VIII tiene una venda en los ojos y titubea tratando de rezar en fiasco, una estética sin sustento, una
voz alta. Dando un veredicto donde condena a muerte a los asesinos de su propio rebelión fallida, un somnífero para los
padre y a la esposa cómplice de una atrocidad imperdonable. espectadores.

El cuerpo inerte de Francisco Cenci está tendido y Beatriz deja caer su vestido SANTIAGO CENCI: No sé cómo le creímos porque en
de adolescente y se para sobre el cuerpo del hombre muerto. De sus labios mana los ensayos veo más a un drogadicto
sangre que escurre por la piel. El Papa Clemente VIII, indiferente, después de incapaz de tomar decisiones que a
impartir bendiciones, es trasladado en andas y por error de los actores, cae e un director seguro de lo que propone.
interrumpe el curso de la escena. Génica Athanasiou, siempre impuso
sus caprichos. Usted es un perro
Artaud reacciona furioso, reclama a los actores. faldero. Mejor monten “La dama y el
perrito”.
ANTONIN ARTAUD: ¡La merde!, propongo un teatro
revelador y ustedes se dedican a ser Santiago y Bernardo Cenci empujan a Artaud, lo desafían, lo ofenden y lo
bufones. No manejan los conflictos amenazan con los estiletes de utilería que usaron para simular la muerte de
esenciales y con sus gesticulaciones Francisco Cenci.
mesuradas solo aluden a la parte
anecdótica de algo que se queda Genica Athanasiu, decepcionada y resentida, increpa al poeta.
únicamente en lo epidérmico. ¡Actores
de pacotilla, les falta entraña! GÉNICA: Me equivoqué con usted, me dejé
convencer porque sigo siendo una
Está desquiciado, manotea, amenaza y abre los ojos como un loco. Los actores, muchacha rumana llena de ilusiones.
rompen sus roles, se ponen de pie y comienzan, al mismo tiempo, a decirle a Pero me di cuenta de que es un
Artaud lo que piensan. Le dicen lo inconfesable, lo acusan de inepto, de hablador farsante, un pésimo amante, un pobre
de mierda, de pusilánime, de demente. diablo sin un franco en el bolsillo,
un director mediocre que confunde
las cosas. ¡Mejor quédese con las
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vagabundas que adulan sus poemas de artista, un paracaidista sin paracaídas.
Cinco textos dramáticos

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mal gusto!, me parece que el elenco no
fracasó, el director se ha equivocado y El viejo Francisco Cenci, exhibiendo una fusta de cuero retorcido, intenta golpear
no tiene la suficiente inteligencia para al poeta y Lucrecia Petroni, la madrastra de Beatriz, lo detiene.
reconocerlo. Me ha hecho quedar en
ridículo. No más, no más, señor Antonin La mujer mira al poeta fijamente y saca varios huevos de su vestido y los estrella
Artaud. contra la humanidad de Antonin Artaud. El poeta se limpia el rostro y el traje,
como un digno caballero, mientras la luz se disuelve en penumbra. En otro ángulo
Artaud se conmociona, se desarticula, se le traba la mandíbula, arroja del escenario, iluminado de manera focalizada, aparece Antonio Iriarte, hablando
espumarajos por la boca, quiere desaparecer o convertirse en criminal. furioso, con el celular presentando dificultades de señal.

ANTONIN ARTAUD: Génica, maldita, te acostabas con ANTONIO IRIARTE: Amor, estoy tratando de hablarte
Francisco Cenci y con Santiago y desde hace días. (…) No me salgas
Bernardo y yo tenía que simular con el cuento de que estoy lejos y has
indiferencia para no avergonzarme. decidido salir con alguien. (…) Lo que
Quise compartir contigo mi búsqueda me faltaba, que le aceptes invitaciones
sagrada y te revolvías con el técnico a cenar a mi jefe. (…) ¿Cómo quieres
de luces en la oscuridad de la tras que piense que es un gesto de
escena. Intenté procrear un teatro cortesía?, yo lo conozco y sé que es
donde funcionara un principio un sátiro disfrazado de gentleman.
alquímico, que consiste en introducir Sinvergüenza, malparido, hace pocos
a la escena, la lógica irracional y días me llamó, sabías que me llamó
monstruosa de los sueños. Alguien para decirme zalamerías que ahora
que me aprecia me contó que tu me parecen sarcasmos. (…) Claro,
decías en voz baja que se necesitaba tenía motivos para apoyar de manera
ser como Artaud para fracasar como decidida mi viaje, para alejarme un
Artaud. Te aseguro que hace tiempo rato. (…) Respétame, no estoy bebido.
se hundió el teatro occidental y yo soy (…) No tengo pruebas, estoy muy lejos,
víctima de su apocalipsis. Está bien, pero tengo presentimientos y sé que te
gatita rumana, no pude traspasar los has desencantado conmigo. (…). No
esquemas convencionales ni logré te estoy celando, te estoy diciendo lo
llevar mi poética a la puesta en escena. que siento, no me cuelgues, te necesito,
Tampoco pude con la sorda vanidad de maldita, indolente, ramera.
los artistas y caí en el foso, cuando tuve
la oportunidad de hacer un ritual que
trascendiera en el escenario. Tú sabes
que no soy idiota, soy un trágico, un
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El cronista, furioso, paranoico, inestable, arroja el teléfono celular al vacío
Cinco textos dramáticos

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y vuelve a escucharse el estrépito de piedras que se despeñan y de vientos
portentosos que aúllan entre las barrancas de la Sierra Tarahumara. Oscuridad

ESCENA IX
total.

EL DANZANTE DE LAS
SEISCIENTAS CAMPANAS
En el plano de fondo, en el otro lado de la conciencia, se insinúan las siluetas de
algunos indígenas viejos, erguidos, envueltos en sus mantas. Suena la música de
los Rarámuri, raro y letárgico fondo.

Las presencias han organizado las piedras en dos espirales paralelas que ocupan
el escenario y encuentran punto de contacto, porque la una es la continuación de
la otra.

Un niño vestido de blanco conduce a Artaud por un camino imaginario. Le indica


al poeta las dos espirales y se queda esperando a que Artaud lo recompense.
Pero el poeta no dice nada, solo se deja atrapar por la simbología de las piedras
en el piso.

En la espiral derecha está, inmóvil, un danzante que lleva en su traje seiscientas


campanas y cascabeles. El traje está hecho con extraordinario colorido. El
danzante está coronado con un capirote que tiene engastados siete espejos, siete
imágenes de la Virgen de Guadalupe y cinco plumas de águila.

Artaud se quita la camisa y queda con el torso desnudo. Un anciano con un


pañuelo rojo atado en la cabeza, le lava los pies, le humedece el cabello y el
rostro, luego con una daga, traza sobre el pecho del poeta, sin rozar la piel, una
cruz con los cuatro puntos cardinales.
232 233
Artaud entra en la espiral izquierda, la espiral del corazón. Sus pies húmedos Las presencias diseñan con piedras, a lado y lado del triángulo, dos signos de la
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dejan huellas en el camino de la serpiente que se enrolla en sí misma. Se sienta cosmovisión Rarámuri: A la derecha, forman el principio masculino: una piedra
en posición de diamante y respira expandiendo su tórax con más ganas que superior es la cabeza, una línea larga es la columna-tronco y su prolongación
fuerza. es el miembro del macho. Una línea horizontal superior forma los hombros y los
brazos. Otra línea horizontal, es la cadera y dos líneas verticales, paralelas, son
Se escuchan tambores indios desde el otro lado de la conciencia y el danzante las piernas.
antes de romper la inmovilidad, lanza un aullido y comienza su danza de
movimientos rítmicos y sonidos que van inundando el espacio escénico y que se El diseño del principio femenino es similar al principio masculino y lo conforman
amplifican de manera creciente. en el lado izquierdo. La diferencia es que la línea vertical que forma la columna-
tronco no tiene prolongación fálica.
El danzante avanza, bailando, con el lenguaje de las campanas y los cascabeles,
por la espiral derecha y Artaud se mueve, como empujado por impulsos Artaud está metido en un triángulo de piedras, con brazos extendidos y con
involuntarios, fragmentando los movimientos, sintiendo dolores extremos en el ojos dirigidos a un punto indeterminado. Artaud establece las coordenadas
cuerpo, al ritmo del danzante. imaginarias de su ubicación en la Sierra Madre y en el padre universo. Respira
profundo.
Es fuerte el baile, catártico, acompañado de aullidos del danzante y de lamentos
del poeta que siente que todo su cuerpo se rompe, destrozado por las dentelladas Las presencias están divididas en dos grupos: En el lado del principio masculino
invisibles de su conciencia. están los hombres y en el lado del principio femenino están las mujeres. Cantan
combinando las voces graves y las voces agudas en un canto aborigen. Un canto
Artaud termina el recorrido de la espiral, da unos pasos y cae agotado, de rodillas. a la vez, dulce y vigoroso.
El danzante sigue con más fuerza su baile y ahora se le unen seis danzantes con
tambores, que bailan alrededor del espíritu atormentado. Vuelven a escucharse las campanas del danzante, a lo lejos, en la reverberación
del tiempo.
Los Tarahumaras de los tambores van con el torso desnudo, con pañuelos rojos
en las cabezas y con el cuerpo maquillado con diseños de puntos blancos y líneas Mientras cantan antiguas melodías Tarahumara, con iluminación exigua, las
rojas. presencias levantan una montaña-pirámide, tomando como base el triángulo en el
que se había situado Artaud. Un símbolo de sabiduría y memoria.
Los danzantes, poco a poco van saliendo, y el danzante de las campanas se retira,
bajando el ritmo de sus movimientos hasta llegar a la quietud y al silencio. La luz disminuye hasta disolverse con el negro profundo.

Artaud queda solo, sereno, sin que lo atormenten los dolores de siempre. Nada le
importa, excepto la sensación de serena libertad que posee.

En el centro del escenario, Artaud forma con piedras un triángulo donde puede
acomodar su cuerpo en varias posiciones. El triángulo es la figura geométrica
perfecta para significar el equilibrio del cuerpo y del alma.
234 235
ESCENA X fue la vida y sus intrincadas urdimbres.
Cinco textos dramáticos

Cinco textos dramáticos


Lo mejor es pensar como los indígenas
del sur de México, que el mañana se
cultiva en la sabiduría del ayer.

LO INEFABLE Y
El abuelo mayor, llamado Benigno Tepocara, descendiente de toltecas, pide
permiso a los cuatro puntos de la cruz, riega tesgüino en el piso para que vengan
los antepasados e invoca a los que se volvieron más antiguos que las piedras, a

OTRAS EVIDENCIAS
los que se hicieron luz en el útero de la tierra y estrella en el útero del cielo.

Se escucha el toque del tambor de agua y las presencias ancestrales llegan, se


siente el cambio de energía, se hace magnífica la fuerza poética de los espíritus.
Antonio Iriarte es iluminado en un ángulo del escenario. Entra de la mano de un Portan bastones y sus trajes son de colores.
anciano vestido de blanco. Podría ser el niño que setenta años atrás, llevó al
poeta Antonin Artaud a los umbrales de un ritual ancestral. El cronista esgrime la Son autoridad mística, van con mantas y plumajes, recordando al águila
grabadora y con cierto aire de satisfacción y cansancio, procede a tomar la nota. invencible y serena, al gavilán de certero vuelo, a la guacamaya fiestera, al cuervo
sabio y paciente que vive entre el día y la noche, entre la realidad y la vigilia del
ANTONIO IRIARTE: Era inevitable llegar a este punto sueño.
donde el poeta Antonin Artaud quiso
redimir sus dolores inmemoriales. De Se canta y se baila con ritmos ancestrales, se transmite alegría y vida y se lanzan
la apariencia, de su ego y sus temores, gritos de coyotes y de lechuzas desde las gargantas humanas, que celebran con
quedaba una sustancia última, donde canciones y dan voces de aliento vital.
se disolvía su noción de identidad con
las sensaciones del universo. Había El abuelo reparte peyote con una cuchara de palo, revuelto con cacao y luego
renunciado a los galanteos del cine, a sopla tesgüino y tabaco; sopla sobre la cabeza, la espalda y el pecho de Antonio
la efímera gloria de los salones, al goce Iriarte. Los tambores repercuten su dinámica de crecientes fuerzas telúricas.
depresivo de las tertulias prohibidas
y no había sucumbido a los halagos La gran pirámide-montaña comienza a ser destruida por el fantasma de Antonin
de un ambiente literario donde los Artaud y por el comprometido cronista Antonio Iriarte. Luchan contra sí mismos,
genios más radicales terminan siendo como si fuera una prueba extrema, donde aún se cuenta con fuerzas de flaqueza,
bufones. En Norogachi he logrado es decir, con los últimos pertrechos psicofísicos para involucrarse en el ritual, en
hacer contacto con abuelos que aún el juego de la reiteración. Piedra a piedra, hasta el dilema humano, utilizando el
conservan la tradición de Ciguri. Por la máximo esfuerzo físico, los dos personajes vuelven a diseñar el círculo compacto
noche estaré en la ingesta de peyote del inicio.
y espero concluir esta aventura que
ha seguido el rastro de un escritor
desconcertante. Su escenario auténtico
236 237
Es una labor exigente, rítmica, donde poco a poco se van sintiendo los rigores del ANTONIO IRIARTE: Suceden cosas extrañas en la Sierra
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desgaste físico. Pero los personajes están en la etapa culminante del camino. Tarahumara, por eso tengo la certeza
Deben construir lo más rápidamente posible, con altos respetos ceremoniales, el de que usted no existe, está muerto,
universo circular que permite incluir lo cósmico y lo individual, sin exclusiones ahora sé que cuando vino a la Sierra
entre la conciencia y el inconsciente. Madre ya no había remedio, estaba
dislocado, mentalmente no podía
Las presencias, hacen repercutir los tambores Tarahumara de manera constante, llenar las fisuras producidas por el
con intensidades rítmicas que se compaginan con las acciones de Antonin Artaud choque de ideas y la combustión de
y Antonio Iriarte. un camino de conocimiento donde
vida y poesía podían concurrir en
Se mezclan los placeres y las náuseas en una búsqueda de opciones, en las una amalgama alquímica. Pero la
reacciones del movimiento. Las presencias-danzantes giran, bailan, cantan, seducción del desequilibrio pudo más
avivan el ambiente. que la razón y las fuerzas interiores se
descompensaron hasta hacer evidente
Como si ascendieran una montaña por lados distintos, los dos personajes de lo inobjetable.
tiempos opuestos, de diferentes mundos y momentos, comienzan a compartir
el esfuerzo común, el sudor, la respiración, la sensación, las mismas tensiones ANTONIN ARTAUD: Creo que he perdido la noción de
físicas y mentales que surgen en la acción directa de la comunicación escénica. tiempo o quizá en estas inmensidades
abismales se establece una relación
ANTONIN ARTAUD: Los Tarahumara son una raza principio, diferente con el transcurso temporal del
un punto de origen, el último contacto universo. Aquí un día es un siglo que
con la sabiduría de los antiguos... A no tiene prisa y un período de tiempo
diferencia de los racionalistas que es la suma estelar de 25.000 millones
están acabando con la humanidad creo de años. Me lo explicó un indio con 260
que hay que mirar no solo el anverso frijoles que guardaba en un pañuelo
de las culturas, también el reverso, colorado. Por eso no dudo que usted
para descubrir las realidades que hay es producto de mi delirio. Me está
detrás de la realidad. Es como un libro ayudando a completar el círculo de mi
de sueños donde cada página trae los propio destino, para que la vida y la
mismos misterios, es como un trago muerte giren como una rueda de piedra
de agua que siempre refresca y nunca que sirve para moler las razones y los
sacia. intentos de explicar lo inefable. Ya no
existo si no es a través de los recuerdos
y aun así puedo producir imágenes y
personajes como usted.

238 239
ANTONIO IRIARTE: Me asombra que su rumbo tuviera que tendrían que ser reconocidos a
Cinco textos dramáticos

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tantas semejanzas con los rumbos través de su negación. Pero tiene razón,
de todos los que perdimos el rumbo, mi caso ya estaba perdido. Cuando
cuando dejamos de escuchar el Dios lanzó los dados me golpeó en la
canto milenario de las piedras y nos espina dorsal y averío para siempre mi
pusimos a buscar las causas de la sistema nervioso. No hubo mater dura
estupidez y perdimos el contacto con que resistiera, ni madre mía que llorara,
el ritual más primitivo, la revelación de ni araña de la suerte que evitara los
cada uno con sí mismo. Usted es un dolores.
poeta, una energía etérea, una materia
caliente, una condensación deletérea,
una partícula más en la silenciosa
hecatombe del olvido.

ANTONIN ARTAUD: Lo dicho, usted es consecuencia de


mi delirio, repite lo que dije, sigue mis
pasos, parece un espía sin señales
ni contraseñas. Es anónimo en
los pliegues de mi conciencia y es
consistente en este momento. Podría
ser un corto circuito de mi sistema
nervioso… Me repite su nombre señor
cronista, amanuense de mis abruptas
necesidades de espécimen condenado
al ostracismo de su propio cuerpo
inexistente. Soy desencarnado, ángel
con alas quemadas, demonio con
vocación prístina.

ANTONIO IRIARTE: ¿Qué lo trajo a México, por qué no


buscó refugio en el Tibet si usted era
seguidor del Dalai Lama?

ANTONIN ARTAUD: La sabiduría tibetana es experta


en la muerte y la sabiduría de los
Tarahumaras es pura vida. Por eso me
vine a México, ávido de conocimientos
240 241
ANTONIO IRIARTE: Prefiero ubicarme en el tiempo, quiero Los cantos ceremoniales alcanzan un clímax mayor y se suspenden de súbito.
Cinco textos dramáticos

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deshacerme de estas percepciones Sobre la cabeza de Antonio Iriarte y en sus manos, vierten una cascada de maíz
que me impiden pensar, que me dorado. Antonio Iriarte siente gozo, sueña, no hay conflictos, no recuerda el
hacen dudar de mí. Tengo dificultad número del teléfono perdido en las barrancas, solo siente que se baña en granos
para discernir las ideas asociándolas de oro.
con los actos de vida. Es como si
dispusiéramos de nuestra ignorancia Artaud se estremece de frío, tiembla, está al borde de la hipotermia. El
para repetir la desgracia. Yo he seguido abuelo Benigno Teporaca, le entrega a Antonin Artaud su manta de venerable
su contrahuella y ahora me siento Tarahumara. El poeta con cierta informal solemnidad, la recibe y se la coloca
ubicado en el reverso de la conciencia. sobre su cansado esqueleto y se siente feliz, acogido por una raza- principio.
Por eso creo que los dos somos delirio
de Dios y que Dios es delirio de un niño El ambiente se llena de sahumerio indio, en forma densa, resuenan los tambores y
travieso, que nació en Marsella y estaba las voces. Es la niebla de Norogachi. Todo se oscurece, excepto un haz de luz que
destinado para ser un excelso poeta. cae sobre Antonio Iriarte, que respira y se agita levemente. En su sueño, el rito se
Encarnó la turbulencia, pero el fuego diluye. Silencio. Oscuridad.
interior terminó incinerándolo y en la
tumba nunca se han empolvado sus
huesos.

ANTONIN ARTAUD: Las montañas me enseñaron lo que


solo los dioses pueden comunicar.
El secreto que guarda la memoria de
la piedra es la materia prima de los
sueños y los mundos inefables. Soy
Antonin Artaud, te voy a dar la mano
e inmediatamente me verás saltar en

EPÍLOGO
pedazos. Luego tendré un nuevo cuerpo
con el que no podrán olvidarme nunca
jamás. El peyote devuelve el yo a sus
orígenes verdaderos. No hay tiempo, no
hay espacio. Al fondo, a contraluz, la imagen de las presencias petrificadas y en un plano más
visible, una mujer portando un cántaro en la cabeza como si fuera una máscara,
Con el círculo consolidado, los personajes y las presencias se ubican alrededor de vierte frijoles rojos de un cántaro a otro cántaro, arrullando la memoria.
tres piedras donde arde el fuego y se proyectan las sombras de los ancestros que
danzan en el aire y cantan en el ambiente. Sobre la semi desnudez de Artaud, una Antonio Iriarte está en la estación de Creel, esperando el tren que lo llevará a
mujer vierte un chorro de cenizas. Chihuahua, junto a su maleta de siempre. Saca la grabadora del siglo xx, le coloca
las pilas de repuesto, revisa el casete y graba la última nota de la crónica.
242 243
ANTONIO IRIARTE: Antonin Artaud, escribió que los tres En el fondo, iluminado con pinceladas de luz huidiza, Antonin Artaud, envuelto
Cinco textos dramáticos

Cinco textos dramáticos


días posteriores a la ingestión de en la manta que alguna vez, en el ensueño del peyote le entregó el sacerdote
peyote fueron los más felices de su del Tutuguri, se recoge, desdentado, destruido casi por completo, siguiendo sus
existencia. Años más tarde declaró, palabras amplificadas en el ambiente.
en una emisión radiofónica, que los
indios precolombinos eran pueblos La imagen de Artaud se disuelve en la oscuridad total. El resto es silencio.
excepcionalmente civilizados. Artaud
pensaba que sería oportuno volver a
remontar el curso de la historia, volver
a empezar desde los conocimientos del
mundo precortesiano. Sin embargo, el
poeta no tenía asegurado el paraíso y
por motivos a los que nunca se refirió,
regresó a Europa casi de inmediato. El
31 de octubre de 1937, vísperas del día
de difuntos, en el puerto de Veracruz,
se embarcó en el trasatlántico francés
Mexique, en dirección de Saint
Nazaire. Diez años más tarde, en
Rodez, convertido en carne de asilo
psiquiátrico, todavía recordaba con
añoranza los misterios de la Sierra
Tarahumara.

Antonio Iriarte, devuelve el cassette para escuchar las últimas palabras,


confirmando que la grabación se ha efectuado. En vez de su voz, el cronista
escucha la voz de Antonin Artaud, que increpa, grita y blasfema con desafuero de
profeta loco para siempre.

(Se trata del célebre fragmento del poema “La búsqueda de la fecalidad”, leído
en la grabación del programa radiofónico para acabar de una vez con el juicio de
Dios, censurado en Radio Francia, en 1948: “Todo lo que huela a mierda huele a
ser. El hombre bien hubiera podido no cagar, del mismo modo en que debió elegir
la vida en vez de consentir vivir muerto”).

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Cinco textos dramáticos

Cinco textos dramáticos


Los cinco entierros de Pessoa
Los cinco entierros de Pessoa
Drama de heterónimos y fantasmas. Drama para heterónimos y fantasmas
Montaje estrenado el 29 de abril de
2016 en el Teatro Estudio del Teatro “Pocas veces ocurre
Mayor Julio Mario Santo Domingo. que al morir un poeta
sean necesarios 5 ataúdes.
Ganador del Premio Iberescena en Como pocas veces ocurre
creación dramatúrgica, 2015. que un poeta sea morada
para que vivan en él,
para que trabajen a sus anchas
y duerman cuando quieran
sin pagar renta,
sin amenazas del casero,
otros 4 poetas.
Al entierro de Pessoa
fueron con sigilo
así como vivieron.
Nunca le objetaron
la estrechez de su vivienda,
ese raro vivir gabán adentro.
¿Pero no querrían más espacio
ahora, en la rigidez de las formas?
NO se vio a Pessoa en tertulia
con sus 4 fantasmas cardinales.
No se le vio en grupo
caminando hacia la tabaquería,
compartiendo viudeces,
Pessoa y sus compinches,
y esa forma
de no dejarse ver en los espejos”.

Juan Manuel Roca.


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Cinco textos dramáticos

Cinco textos dramáticos


MENSAJE: Para llegar al texto dramático de
Los cinco entierros de Pessoa, acudí
al experimento escénico directo y
La vida de Pessoa se extingue y los
recuerdos se agolpan en los espasmos
de la memoria. Son fragmentos de
dramaturgia, en cierto modo, fue un
proceso alquímico: parte importante
de los parlamentos son extractos
desarrollé procesos creativos con dos un todo que gira en la rueda de los y variaciones de poemas y cartas
núcleos de actores y actrices, primero acontecimientos. Desde ahí se hace de Pessoa, se incluye el poema Fim
en Portugal y luego en Colombia. A la evocación de un personaje múltiple de Mario de Sá Carneiro y aportes
comienzos de 2015, me encontré con y se desenvuelven algunos aspectos actorales ocurridos durante la
Lendias de Encantar, Teatro de dos humanos y poéticos de su existencia. experimentación escénica. La escritura,
y Teatro Tierra, grupos de Portugal, Juan Manuel Roca, me prestó el título sin embargo, tiene tono propio y
Cuba y Colombia respectivamente, de uno de sus poemas dedicado al propone un concepto escénico.
buscando una aproximación directa a ilustre escritor lusitano: “Os cinco
las vidas y obras de Fernando Pessoa. enterros de Pessoa”. Fue en Lisboa,
Después, en el segundo semestre, precisamente, en un encuentro fortuito
continúe trabajando en la idea con el y poético, en una terraza que miraba
Teatro Tierra, profundizando en los al río Tajo, cuando recibí el poema de
laberintos de un escritor plural, capaz manos del autor. De inmediato, tuve
de construir otras personalidades la sensación de que en ese título y en
literarias, únicas, autónomas. En ese esos versos estaba la clave de una
proceso pude encontrar el camino para obra de teatro acerca de Pessoa y sus
escribir una estructura dramática y una heterónimos. Lo otro fueron largas
propuesta de puesta en escena que caminatas por las calles que recorrió
está condensada en una fabulación Pessoa, inmersión permanente en su
teatral que parte del delirium agónico poética múltiple y visitas a los lugares
del poeta. Esa situación es el pretexto donde transcurrieron momentos
dramatúrgico. claves de su vida y de su muerte. La

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Cinco textos dramáticos

Cinco textos dramáticos


PAISAJE: El panorama es subjetivo: cámara
negra y unos pocos objetos de uso
polivalente. Es como el recinto infinito
OBJETOS: 27.543 páginas que recuerdan la obra
inédita que Pessoa deja cuando fallece,
contenidas en un baúl de madera, en un
de una mente o por lo menos, su cofre legendario. Estas hojas además
equivalente teatral. Ahí ocurrirán todos de evocar los escritos del poeta, dejan
los acontecimientos del delirium. ver otra metáfora: las páginas en
Las actuaciones y la composición blanco, la incertidumbre de escribir, el
escénica definirán los acontecimientos abismo simbólico a la hora de plasmar
y sugerirán lugares en los que ocurren en el papel lo que se desea expresar, el
las situaciones. Más que espacios vértigo de la pasión literaria: el desafío
descritos físicamente son atmósferas y latente de todo escritor frente a su
ambientes donde ocurren momentos y destino. Las hojas, vistas como objetos
evocaciones. escénicos e instrumentos sonoros,
desempeñan un papel significativo
en la construcción de la puesta en
escena y en la resignificación de lo
poético a través del movimiento, los
ritmos y las imágenes visuales. Las
hojas permiten configurar un código
delirante que transmite la metáfora
dramática desde la acción teatral, la
interpretación dramática, el efecto
musical y la definición plástica. Para
lograr la elocuencia de las hojas y
los intérpretes, el único camino es
la exploración, el experimento, el
laboratorio teatral.

Una máquina de escribir antigua; una


silla giratoria, de oficina; el velamen
de un barco, elaborado con hojas de
papel; otra máquina de escribir que se
transforma en velero que se jala con un
hilo, como un juguete surrealista; una
maleta de viaje.
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Cinco textos dramáticos

Cinco textos dramáticos


PERSONAJES:
(HETERÓNIMOS Y FANTASMAS)

Fernando Pessoa.
Alberto Caeiro.
PRIMER ESPASMO:
Ricardo Reis.
Álvaro de Campos.
Bernardo Soares.
Alexander Search.
Abilio Cuaresma. LA AGONÍA DE
FERNANDO PESSOA
María José, la corcovada.
Dionisia, la abuela.
Fernando Pessoa, niño.
María Magdalena, la madre.
Ofélia Queiroz, la novia. Se escucha una respiración pesada, flemática, con silbidos de fuelle perforado. Es
Tía Rita, tía de la madre. Pessoa, enfermo, con el hígado deshecho, en el comienzo de un ataque cercano
Tía María Xavier, tía de la madre. al delirium tremens. Una luz cenital aclara la silueta del hombre que tiene
Tía Anica, hermana de la madre. dificultades para mantenerse parado y que siente que ha sobrevenido el final.
Mário de Sá Carneiro. Tiene 47 años y la certeza que se encuentra ante lo inevitable.
Rey don Sebastian.
Antínoo. El hombre, enfundado en su gabardina, trastabilla, se arquea un poco, da unos
Adriano. pasos y cae luchando con el dolor hepático. Ha bebido unos tragos de más y
Sidonio País. estaba advertido, los médicos se lo habían dicho. Quizá eso era lo que buscaba: el
Coro de fantasmas. abismo definitivo. El universo, en ese instante, le parece una oquedad silenciosa,
Brujas. insondable.
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FERNANDO PESSOA: I know not what tomorrow will bring
Cinco textos dramáticos

Cinco textos dramáticos


(No sé lo que el mañana me traerá).

Todo él padece una sucesión de estremecimientos convulsivos. Su sombrero ha


caído al suelo. La agonía tiene sabor acre. Siente que lo ahoga un prolongado

SEGUNDO ESPASMO:
eructo. En su cabeza resuena una vieja tonada portuguesa, “La bella infanta”, que
cantaba en su infancia, con su madre María Magdalena y con su tía María Xavier.

Su cabeza está revuelta, el cerebro febril genera imágenes: acuden los fantasmas,
emergen sus amigos cercanos, los que viven dentro de él mismo, aparecen en la
penumbra azulada. Cada uno va con gabardina y sombrero. El mar se escucha,
rebota en su cráneo. Los heterónimos mueven hojas de papel, producen sonidos
de oleaje, revuelven poemas. TERTULIA DE
Pessoa se queda quieto un instante, recobra ánimo, ahora se percibe liviano, se
levanta y camina a lo largo de un pasadizo de luz. Los heterónimos le hacen calle
FANTASMAS
de honor y mueven las hojas como plumas al viento. Los heterónimos friccionan
las hojas, que se escuchan como una lluvia persistente. Murmuran de manera La memoria que quiere ser ignorada por el poeta, le hace trampa a lo que queda
simultánea. de voluntad personal. Pessoa quisiera caer en un abismo blanco, insondable, pero
los recuerdos lo aprisionan, se manifiestan en los últimos instantes de vida. Está
Pessoa transita por el umbral de la vida, donde termina la existencia y se delirando, agoniza y vienen a su conciencia imágenes reiterativas donde él mismo
inicia la muerte. Es el iniciado de su propio delirio. No tiene prisa, ni apego, ni se multiplica y es uno y es muchos.
malestar alguno. Solo su sombrero le hace sentir que está en la tierra, que aún
no ha muerto. La brisa le amenaza el sombrero, entonces lo siente aferrado a su Los heterónimos transmiten tensiones contenidas y se desplazan agitando los
cráneo. Quisiera mirar atrás, ver los pasos recorridos, pero ya no hay tiempo para papeles, golpeando las hojas, sacándoles sonidos y ritmos entrecruzados que
impedir que su hado termine en este mundo. Solo debe dar un paso y todo habrá hablan de diversidad y confrontación de criaturas imaginarias que se tornan
terminado. reales.

Los heterónimos lo siguen, conforman una imagen, todos con sombrero y gabán, RICARDO REIS: En este crepúsculo de las disciplinas,
vestidos como el Pessoa original. Un haz de luz brillante se precipita en el fondo las creencias mueren y los cultos se
del escenario, como una cascada esplendorosa. Pessoa y sus compinches se cubren de polvo, nuestras sensaciones
contrastan en relación con la luz de espalda al proscenio, como una pintura son la única realidad que nos queda.
viviente, mirando el fondo iluminado, diseñando una silueta de sombras. Todavía
le quedan algunos espasmos de vida. ALEXANDER SEARCH: Pertenezco a una generación que
perdió todo el respeto por el pasado
y toda la creencia o esperanza en el
futuro.
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BERNARDO SOARES: Convalecemos, enfermos terminales Los heterónimos rodean a Pessoa, luego le reclaman y se desplazan y discuten
Cinco textos dramáticos

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del espíritu. En general somos criaturas enfebrecidos, hasta que se reúnen en una especie de tertulia de fantasmas que
que no aprendemos ningún arte u murmuran traslapando expresiones y versos.
oficio, ni siquiera el de gozar de la
vida. La vida se nos va pudriendo en la ALBERTO CAEIRO: Todo el mal del mundo viene de
rutina. torturarnos los unos a los otros. A mí
me basta con mi alma, la tierra y el
ÁLVARO DE CAMPOS: Mi vida es una fiebre perpetua, una cielo. Mi alma es como mi camisa,
sed siempre renovada. La vida real limpia y sencilla, extendida en un
me desazona como un día de calor. tendedero, acariciada por el viento.
Prefiero la turbulencia de las calles que
la calma chicha de las oficinas. RICARDO REIS: Somos extranjeros allí donde pisamos.
Somos extranjeros allí donde moramos.
ALBERTO CAEIRO: El asunto consiste en no querer Mi exilio interno me lleva a ningún
comprender, no analizar, no justificar… puerto y el placer de los sentidos libera
Basta con verse como se ve la mi pensamiento.
naturaleza: mirar sus impresiones
como se mira un campo, en eso ALEXANDER SEARCH: Vemos sombras, sentimos sombras,
consiste la sabiduría. Sin agregar nada, nunca luz y color. Somos frutos de
sin suprimir nada. oscuridad, reflejos opacos de algo que
no fuimos.
En el fondo, iluminados a contraluz, Pessoa y sus personalidades sugieren las
tensiones de la inercia, la quietud en el movimiento. Son uno y no están de ANTONIO MORA: El final es el comienzo y estamos
acuerdo. Pessoa siente que las voces que controvierten y estallan en su cabeza. retornando a un nuevo paganismo, tal
Pero no se descompone, aparta con las manos las imágenes fantasmales, se vez para no sucumbir a la decadencia
aleja de ellas y piensa que muchas cosas quedaron inconclusas: libros, amores, que nos rodea.
proyectos y unos cuantos litros de absenta.
ÁLVARO DE CAMPOS: El alma que hay dentro de mí es
FERNANDO PESSOA: Soy un evadido desde que nací, me expresiva y musical. La única realidad,
encerraron dentro de mí. Sí, pero son mis sensaciones. Yo soy una
me escapé. Mi alma me busca, pero sensación mía. Por eso creo que
me doy a la fuga. Y así me escondo es necesario sentirlo todo de todas
tras la puerta, para que la realidad maneras. Sentirlo todo excesivamente,
cuando entre, no me vea. Tengo una porque todas las cosas son, en verdad,
incertidumbre: ¿el alma está encerrada excesivas, y toda la realidad es un
en el cuerpo o el cuerpo es prisionero exceso, una violencia.
del alma?
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BERNARDO SOARES: Yo tengo que escoger lo que detesto, ALEXANDER SEARCH: La vida sutil y desesperada se agota
Cinco textos dramáticos

Cinco textos dramáticos


el sueño que mi inteligencia odia, la antes de tiempo.
acción que a mi sensibilidad repugna, Cuando nacemos somos lanzados al
la acción para la que no nací o el sueño mundano laberinto,
para el que no ha nacido nadie. se nos escapa el aliento tras las huellas
de lo inexistente
El Pessoa real se aparta y se coloca en otro ángulo del escenario. No quiere y desfallecemos sin darnos cuenta de
contrariar a los heterónimos; esta vez, trata de escucharlos, de interpretarlos, que ya no existimos.
para discernir sus ideas, sus frases, los distintos acertijos metafóricos que
sugieren. Medita, escribe con febrilidad y el sonido de las teclas de la máquina ÁLVARO DE CAMPOS: Me vestiré de estrellas para disfrazarme
lo acompañan, como si se tratara de una melodía que siempre le mueve lo y llevaré un sol como sombrero de paja,
más entrañable, lo único y lo distinto. Por fin Pessoa va hacia donde están los exhibiré encajes fastuosos de
heterónimos. Lo reciben, le ofrecen el espíritu del duende verde, una botella de mujerzuela
absenta. para bailar en el carnaval de ultratumba.

A cada heterónimo Pessoa le entrega hojas de versos, le define ideas. Cada BERNARDO SOARES: Mis sueños son un refugio estúpido,
heterónimo reacciona distinto. Leen sus escritos, al tiempo, intercalando tonos y como un paraguas contra un rayo. Fui
matices. el corredor que cayó a un paso de la
meta, tras haber ocupado la primera
ALBERTO CAEIRO: Loado sea Dios porque no soy bueno posición durante toda la carrera. Mi
y tengo el egoísmo natural de las flores vida es como si me golpearán con ella.
y de los ríos que siguen su camino
preocupados, sin saberlo, BERNARDO SOARES: Los dioses no han muerto: lo que
solo en florecer y correr. pasa es que estamos ciegos,
endémicamente ciegos.
RICARDO REIS: No tengas nada en las manos,
siéntate al sol. Abdica Afloran las diferencias entre las personalidades de Pessoa y las dificultades que
y se rey de ti mismo. tienen para ser heterónimos de alguien como él, agobiado por múltiples crisis a
Haz que tu corazón sea digno de los la vez, como si una multitud de contradictores intentaran diferenciarse, cada vez
dioses y deja más, de quién los ha creado.
que esta vida incierta sea lo que es.
Lo que te ocurra Fernando Pessoa se angustia, corre, escapa. La luz se desvanece y resurge
Acéptalo. reflejando otro ambiente.

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Mucho más que eso,
Cinco textos dramáticos

Cinco textos dramáticos


me habla de muchas otras cosas,
de recuerdos y de saudades
y de cosas que nunca fueron.

Nunca oíste pasar el viento.


El viento solo habla del viento.

TERCER ESPASMO:
Lo que le oíste es mentira,
y la mentira está en ti.

EL DÍA TRIUNFAL
Rapto, arrebato, sensación interior impulsiva que se desata, eso es lo que hace
temblar a Pessoa cuando recuerda a su maestro, Alberto Caeiro, creado por él
mismo, importante en su instrucción como poeta y como ser humano. Un maestro
joven, de corta vida, desprovisto de pretensiones.

Los heterónimos y Pessoa andan por ahí, en noche bohemia y en una encrucijada
de callejones, se encuentran con el fantasma de Alberto Caeiro. Los versos
emergen, se vuelven sonido, resonancia, coro, diálogo.

ALBERTO CAEIRO Y LOS Hola guardador de rebaños,


HETERÓNIMOS: ahí al borde del camino,
¿qué te dice el viento que pasa?

Que es viento, y que pasa,


y que ya pasó antes,
y que pasará después
¿y a ti qué te dice?

260 261
FERNANDO PESSOA: Cuando estaba escribiendo el ÁLVARO DE CAMPOS: No sé cómo puedes decir que somos el
Cinco textos dramáticos

Cinco textos dramáticos


guardador de rebaños, mi alma mismo si somos tan distintos.
temblaba con otro sentir, con
una voz distinta a la mía. Fueron FERNANDO PESSOA: Yo era el medio para que ustedes se
estremecimientos reveladores, me sentí expresarán y pudieran adquirir una
poseído por el impulso de la poesía. existencia literaria.

ALBERTO CAEIRO: Estoy muerto, asfixiado por la RICARDO REIS: Te equivocas Fernando, no
angustiosa presión de lo inevitable. Soy necesitamos de ti, tú necesitas de
fantasma y soy heterónimo. Ya no te nosotros.
puedo comprender, ni me interesa.
ALBERTO CAEIRO: No me interesan tus versos, me
FERNANDO PESSOA: Maestro, usted surgió desde adentro, impiden liberar el alma. El propósito de
escuché sus latidos, intérprete sus un espíritu es dejar de ser para siempre.
versos, le di un nombre, sin dudarlo,
como si alguien me lo estuviera LOS HETERÓNIMOS: ¡Adiós guardador de rebaños!, ¡pastor
dictando. de sueños!

ALBERTO CAEIRO: Malentendidos que te impidieron Alberto Caeiro, tranquilamente, se despide y se tiende en el suelo, tosiendo un
enfocarte en lo tuyo, en tu obra poco, hasta quedar inerme, muerto.
personal. Te dispersaste en varios que
no eras. Los heterónimos le hacen un ritual funerario y transforman las hojas en flores y
las arrojan sobre la tumba imaginaria. Caeiro ya no tiene rostro, su cara es una
FERNANDO PESSOA: Quise que muriera joven, como mi mancha oscura, sin rasgos, borrada del cuerpo. Pessoa escribe tecleando en una
padre. Ambos, progenitor y maestro, vieja máquina de manera frenética, como si estuviera soñando.
fueron consumidos por la tuberculosis.
Duplique mi desamparo: la orfandad FERNANDO PESSOA: Atraviesa este paisaje mi sueño de un
de la sangre y la orfandad del puerto infinito
conocimiento. y el color de las flores tiene la
transparencia de las velas de grandes
ÁLVARO DE CAMPOS: Razonas demasiado Pessoa, tiendes a navíos.
la lógica. Eres interesante, pero saturas Que largan del muelle arrastrando en
con tu sufrimiento. Por eso no eres las aguas por sombra
recomendable. los rostros al sol de aquellos árboles
antiguos…
FERNANDO PESSOA: Después de Caeiro, reconocí otras
voces que soy yo mismo.
262 263
ÁLVARO DE CAMPOS: ¡Dile a Pessoa que no tenga razón!, ¡no FERNANDO PESSOA: No sé cuántas almas tengo y cuántos
Cinco textos dramáticos

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basta con escribir: la vida es como el abrigos requiero para dialogar con el
mar y mucho más! invierno. Me marcho con mi cortejo
imaginario. No es suficiente la fiebre y
Resuena la máquina de escribir y lentamente la oscuridad pasa por el escenario y los clamores del verbo para mejorar la
sigue de largo. temperatura de un cuerpo que perece.

Pessoa se flagela, se siente culpable de algo, se fustiga y todos los heterónimos


entran en crisis y lo imitan, se flagelan, golpeándose con los manojos de hojas,
CUARTO ESPASMO: como abofeteándose por una culpa no redimida. Pessoa se detiene, queda
inmóvil, todos se detienen a la vez.

RICARDO REIS: No sigas, me duelen la cabeza y el


universo, el pasado y el aparente futuro.

NO SÉ CUÁNTAS ÁLVARO DE CAMPOS: Pessoa eres mesurado y como


poeta no corres el riesgo de la fuerza

ALMAS TENGO ciega que se concentra en cada


sílaba. Desperdicias el estímulo de la
confrontación con el mundo.
Vuelve la recaída del delirium, Pessoa entra en crisis, se estremece de dolor, se
asfixia, sus pulmones silban. Los heterónimos se ven afectados por la agitación ALEXANDER SEARCH: Me diferencio de ustedes, no tengo
vertiginosa que vive el poeta. Responden con sus propios movimientos, se necesidad de confrontación, de
desencadenan crisis entre las diferentes personalidades del poeta. antemano estoy derrotado y no tengo
necesidad de estímulos, el opio lo
Pessoa tiembla, se siente mal, como si el mundo se hundiera bajo sus pies, como tengo yo en el alma.
si el universo girara alrededor de su cabeza. Los heterónimos agitan las hojas de
papel de manera constante y reiterada. Hay consonancia entre el temblor de hojas ALBERTO CAEIRO: Prefiero el sagrado instinto de no tener
de papel y los gestos y las acciones menudas del poeta. Pessoa es el coreuta y teorías y acepto los ciclos imprevisibles
los heterónimos el corifeo. del camino. Lo demás es subjetivo.

Son las voces y los sonidos de las hojas de papel las que resuenan. Los BERNARDO SOARES: Cuando los escucho me siento tan solo
heterónimos se mueven alrededor de Pessoa, en círculos, como satélites que percibo la distancia entre mi traje y
alrededor de un planeta que se incendia. Luego se unen y conforman una fogata yo.
de sonidos que se eleva, como una hoguera al viento, sacando una columna de
murmullos que se eleva como humo. Es el ritual del verbo hecho acción, entre los
heterónimos y las hojas de papel.
264 265
FERNANDO PESSOA: Es el cansancio de todas las hipótesis, Pessoa y el coro de heterónimos se ubican en ángulos opuestos, forman líneas,
Cinco textos dramáticos

Cinco textos dramáticos


Bernardo, es el peso de las erosiones juegan a crear tensiones imaginando una especie de imán que los reúne y una
interiores, el hastío de lidiar con las fuerza opuesta que los aleja. Son dos polos que se repelen y se atraen.
dificultades más usuales.
El coro enarbola las hojas y se suscitan acciones físicas entre distintos puntos
RICARDO REIS: Lo único que me molesta de tu agonía de vista. Es como una revuelta de heterónimos: una agitación por dentro de
es que vamos a morir cuando mueras. Pessoa. Los heterónimos se exasperan. Reis, Search y Soares se retiran, un poco
molestos. Campos y Caeiro, de manera sorpresiva, lo arremeten y le agitan las
FERNANDO PESSOA: Quien tiene alma no tiene calma y me hojas, los poemas, los versos, en la cara, en el cuerpo, como si le espantaran los
habitan almas insatisfechas que se miedos. Lo dejan solo, inmensamente desolado, vacío de sí mismo. El delirium no
incineran en su propia hoguera. cesa, los dolores hepáticos aumentan de manera intermitente y el alma cae en el
Pessoa va hacia los heterónimos y cuando se acerca, ellos le dan la espalda, lo torbellino de lo incierto.
desconocen. Son arrogantes y susceptibles. Pessoa, que se queda estupefacto.
Pessoa, molesto, con dolor de cabeza, se adelanta y los heterónimos quedan Pessoa no distingue entre lo real y lo soñado. Sobrevienen convulsiones y la
atrás, en el plano de fondo. pelea tenaz por mantenerse consciente le da la persistencia necesaria.

FERNANDO PESSOA: He caído en un abismo hecho de FERNANDO PESSOA: Me siento como un átomo del fin del
tiempo. No estoy alegre, no estoy triste, mundo. Llevo conmigo la conciencia de
todo me es indiferente. la derrota como un pendón de victoria.
Algo como un recuerdo de mi muerte
ALBERTO CAEIRO: Estás hablando solo, como un futura me estremece desde adentro.
fantasma. Sientes miedo de lo que está
pasando.

FERNANDO PESSOA: No es miedo, es el vértigo de los

QUINTO ESPASMO:
acontecimientos.

RICARDO REIS: Quieres poco, tendrás todo, quieres


nada, serás libre.

Los heterónimos conforman una línea de coro, agitan las hojas, mueven la marea
interior de Pessoa que en un contraplano sigue reaccionando con los signos de su
cuerpo. La marea interior crece, la agitación de los heterónimos afecta al poeta
LOS BUENOS CONSEJOS
que habla y tiembla como poseído por distintos espíritus. Los heterónimos se Tres mujeres aparecen, emergiendo de la penumbra y se proyectan en una imagen
desplazan, ondulan las hojas en el aire, contra el suelo entre sí y multiplican las protectora. Una trinidad femenina, la triple diosa, una deidad que Pessoa, en sus
sensaciones de oleajes emocionales que remueven el alma de Fernando Pessoa. devaneos delirantes añora, en ese momento, cuando todo se fuga.
266 267
En un plano de fondo: María Magdalena, la madre; la tía Anica, hermana de la MARÍA XAVIER: En Lisboa por las calles caminan
Cinco textos dramáticos

Cinco textos dramáticos


madre y la tía María Xavier, tía de la madre, como salidas de un sueño, como fantasmas, querido sobrino, un día ya
integradas a una película surrealista, las tres arrojan hojas que planean, cartas no veremos nuestro rostro en el espejo.
que caen al aire y llegan suavemente al piso. No dejan de arrojar cartas, mientras
van hablando al mismo tiempo. Le hablan a Fernando desde la razón y el afecto, MARÍA MAGDALENA: Fernando, Fernando, el niñito de su
le dan buenos consejos, le cuentan cosas de familia, le hacen comentarios sobre mamá…
el rumbo que deben tomar sus pasos. Hablan de manera casi simultánea, dejando
entrever frases, como si hablaran con él personalmente en crescendo, hasta Las tres voces femeninas se confunden en el cerebro enfebrecido de Pessoa, que
alcanzar un clímax delirante. delira sin sosiego.

FERNANDO PESSOA: Lisboa no existe, mamá, Lisboa se


En otro plano, cerca al proscenio, Pessoa, pasa, una tras de otra, cartas de las tres
desplomó para siempre. Colisiones
mujeres, tratando de ordenar en su cabeza lo que intenta leer, como en un sueño
estelares movieron las placas del
adverso.
continente y estallaron las grandes
MARÍA MAGDALENA: Fernando te envío esta carta, espero rocas subterráneas. Lisboa no existe,
que te encuentres bien. solo quedan las ruinas, las almenas de
niebla, las piedras y el rumor del Tajo,
ANICA: No olvides que hace falta cultivar la su música silenciosa, el misterio sin
inteligencia. tiempo.

MARÍA XAVIER: El tío Cunha habla siempre de ti, eres Una cuarta mujer aparece en el delirio del poeta: la tía Rita, la mayor, tía de la
como un hijo. madre y hermana de María Xavier; se ve más anciana, vestida de negro, enojada
con Fernando.
MARÍA MAGDALENA: Te mando besitos, los hermanos
quisieran jugar contigo TÍA RITA: No tiene talento para los negocios,
Fernandito, Termine una carrera,
ANICA: Lo que pasa es que la tía Rita se vuélvase útil y busque un trabajo
preocupa por tu futuro. decente, que le de prestigio y le permita
sostener una familia.
MARÍA XAVIER: ¿Y tu madre cómo está, te ha escrito,
cómo están tus hermanos? FERNANDO PESSOA: Tía Rita, tía Anica, tía María, yo sí
trabajo, soy corresponsal extranjero,
MARÍA MAGDALENA: Soñé contigo, hijo, ¿cómo está Lisboa,
redacto y traduzco cartas comerciales
cómo son tus días?
en inglés, francés y portugués.
ANICA: Dile que Lisboa no existe, se ha
derrumbado como un sueño de naipes.

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TÍA RITA: A mí no me gusta verlo por ahí, sin MARÍA MAGDALENA: Yo lo amo, me siento orgullosa de su
Cinco textos dramáticos

Cinco textos dramáticos


hacer nada, solo leyendo y perdiendo talento y hay un cierto remordimiento
el tiempo. Haga algo por usted mismo, en mi conciencia cuando pienso en su
ayúdese. Yo no entiendo porque destino.
renunció a la universidad. Pobre su
mamá, llena de ilusiones con usted, TÍA RITA: Paciencia, María Magdalena, paciencia,
perdió el juicio, Fernandito, recapacite aún puede ser magistrado o profesor
mi niño. en Coimbra.

FERNANDO PESSOA: He trabajado para la firma Lavado, Las tías se lamentan y la madre sufre. Luego, se retiran, casi imperceptibles.
Pinto y Compañía, y para la Sociedad Pessoa se siente ebrio, no pierde el equilibrio controlado, se queda en silencio,
Anjos y Compañía en la Calle se quita el abrigo, escucha voces y, de súbito, alguien golpea la puerta de su
Fanqueiros y me conocen en otra habitación. Son los heterónimos que lo buscan, para que vayan a beber, porque
oficina, en la plaza de Corpo Santo. sin licor no existiría ni el amor ni el desamor. Le hablan, al otro lado de la puerta.

Rita se agita, tiembla, al borde de un ataque de neurastenia. Las mujeres siguen ÁLVARO DE CAMPOS: Vamos Fernando, la noche nos
hablando, como repitiendo cartas a Fernando, que se desespera y gira y se siente convoca.
a punto de estallar. Respira, respira, se tranquiliza, retrocede. Ya sabe que no lo
comprenden. RICARDO REIS: El deleite está en el misterio de las
calles.
FERNANDO PESSOA: No tengo horarios fijos, no me gusta
ajustarme a la rutina, yo escribo tía, yo Alguien, en off, patea la puerta. Un instante de silencio.
escribo.
FERNANDO PESSOA: ¡Si continúan golpeando la puerta soy
Las cuatro mujeres se adelantan, como si estuvieran reunidas en la misma casa, capaz de tumbarla primero!
recogen las hojas que están en el piso, las cientos de cartas que intercambiaron
ALBERTO CAEIRO: No solo eres un simulador, eres ridículo,
con ese pariente con tan poco seso para llevar una vida normal. Mientras
te falta convicción.
organizan las hojas y ponen orden a una habitación imaginaria, hablan de
Fernando. ÁLVARO DE CAMPOS: Eres el niño de su mamá. La oveja
camaleónica de la familia.
ANICA: Nunca aprendió a organizar sus
prendas, jamás entendió que hay un RICARDO REIS: ¡Salud, por Antonio Chiado, un
sitio para cada cosa. antepasado!
MARÍA XAVIER: Fernando, son hermosas tus cartas y ÁLVARO DE CAMPOS: ¡Salud, por Antonio Botto, el
tus poemas me conmueven. apasionado!

270 271
Se encuentran, se abrazan, ríen y celebran entre bromas y versos. MARÍA MAGDALENA: Esta casa está llena de significados. A
Cinco textos dramáticos

Cinco textos dramáticos


Fernando le gusta jugar pelota frente
al teatro. También juega con un perro
azul, un caballo verde y un jockey
amarillo. Fernando es feliz teniendo la
plaza como patio.

SEXTO ESPASMO:
Fernando escucha, siente como se desdobla la memoria: los niños del pasado
juegan y cantan “La bella infanta”. Dionisia, se molesta, algo le ocurre en su
percepción de las cosas, deja de ser la abuela apacible y enfermiza, sus gestos
se alteran, su mirada se torna iracunda y cambia de brillo. Es otro ser, con una
personalidad fuerte y temperamental.

LA ABUELA DIONISIA DIONISIA: ¡Basta, Fernando!, ¡vete!, me molestan


los gritos y la bulla que hacen cantando
y jugando. ¡Fernando, vete a tu rincón
Fernando Pessoa tambalea, de nuevo lo afecta el cólico hepático que lo parte por o llamo a tu padre, él está muerto pero
dentro, que lo arquea y lo hace desear que de una vez se cumpla el plazo de la el fantasma puede venir a reprenderte,
agonía. Respira fuerte, suda copiosamente, siente frío, se arrodilla, tiembla. Está Fernando, tu padre te está mirando!,
al borde de perder el sentido, cuando escucha la voz de la madre que lo llama con ¡María Magdalena!, ¡María Magdalena!,
insistencia. Dejan de escucharse las voces de los heterónimos. Se oye la voz de la ¡saquen a esos niños de mi cabeza,
mamá, en la época de la infancia. saquen a esos niños, quiero descansar
en paz!
MARÍA MAGDALENA: Fernando, acompaña a tu abuela para
que tome el sol, ven Fernando. El foco se concentra en la crisis de la abuela Dionisia, los niños van dejando de
ser niños y reaparecen como adultos, unos vestidos como hombres, de civil y,
Pessoa se escabulle, gira, quiere zafarse del recuerdo de, se reubica en otros con atuendos que evocan lo militar. Es como si la abuela Dionisia volviera a
distintos planos del escenario y escucha con algo de estupor el desarrollo de la ver a su marido marchando al son de la misma canción que cantaban los niños:
conversación entre la madre y la abuela Dionisia, loca, enferma de la mente y del “La bella infanta”. La música, los niños, los militares, la marcha, todo, todo, gira
cuerpo. en la cabeza de Dionisia que ya no puede con sus nervios y grita demente y
agresiva.
DIONISIA: Me gusta caminar, atravesar el Largo
de San Carlos, subir las escaleras del
teatro y recordar la bella época, cuando
era joven y mi marido me invitaba a
escuchar los mejores cantantes de
ópera que pasaban por Lisboa.
272 273
DIONISIA: Para qué sirven los maridos si solo me han diagnosticado como enferma
Cinco textos dramáticos

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piensan en la guerra. La felicidad no mental, pero yo estoy más cuerda que
usa charreteras. Mi marido se murió tú María Magdalena que te casaste
cuando más lo necesitaba, cuando con un cadáver, porque mi hijo estaba
más lo quería tener a mi lado. María muerto antes de nacer y tú lo sabías
Magdalena, callen a esos niños, no muy bien.
quiero escuchar más voces en mi
cabeza. ¿María Magdalena, es esto la MARÍA MAGDALENA: ¡Qué se calle abuela!, no despierte a los
muerte o estamos extraviadas? difuntos, yo amaba a su hijo, usted lo
sabe.
La madre de Pessoa apacigua a la suegra loca, la peina, la comprende quizá.
Dionisia cambia de personalidad, se hace pérfida e irónica y ríe con desparpajo
DIONISIA: Este silencio, este vacío, no estar con grotesco. María Magdalena está desesperada, se sale de casillas.
nadie y estar rodeada de fantasmas,
DIONISIA: En mi casa yo ordenaba fiestas y me
entre cuatro paredes, ¿es esta la
gustaba que vinieran los gitanos con
muerte María Magdalena?, dónde está
sus cantos y sus bailes. La ópera me
tu marido, mi hijo querido, mi niño con
aburría y siempre terminaba roncando
tisis, no escucho su tos de moribundo.
en un palco del Teatro San Carlos.
María Magdalena, qué está pasando en
Lisboa, oigo voces, escucho quejidos
María Magdalena se arrodilla y le implora a Dios que tranquilice a la suegra que ha
de muertos arrojados al río, María
decidido cuidar como si fuera su propia madre. Pessoa adulto mira, estupefacto,
Magdalena, me estoy quedando ciega,
estoico, ante las dos mujeres que rigen su existencia. El niño Fernandito,
no quiero ver, no quiero escuchar.
angustiado se tapa los oídos, mientras una troupe de gitanos cantan y bailan
Algunos cuerpos caen, se arrastran, quedan inmóviles. Son las imágenes de un alrededor de la abuela, como una aparición de locos que renueva el ambiente y
ambiente de revueltas constantes. Pessoa, observa distante: son las imágenes produce un contraste doloroso con los ruegos de María Magdalena, con la euforia
de su delirio, el recuerdo del niño y del adulto, mezclados, al mismo tiempo. de Dionisia deslenguada y completamente loca, con las reacciones nerviosas del
Dionisia grita horrorizada y furiosa, completamente descontrolada. niño Pessoa que no quiere oír nada y llora a trancones, como si fuera asmático y
se ahogara, mientras su abuela lo fustiga con palabras y palabras que maltratan y
MARÍA MAGDALENA: Cállese abuela, cállese, por favor. golpean los tímpanos del niñito asustadizo.

DIONISIA: ¡Qué me calle!, jamás voy a callarme, DIONISIA: Fernando, nieto mío, los gitanos se
ni siquiera estando muerta, sepan que llevan a los niños y los venden en
Dionisia Estrela de Seabra Pessoa, no Hungría y en Flandes o los cambian
es una vieja loca. Se quieren quedar por telas y perfumes en la ciudad de
con la herencia que me dejó mi marido Amberes. Te voy a regalar a los gitanos,
y que yo no puedo manejar porque Fernando, tú vales menos que una
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camisa que nadie usa. Eres delgaducho Fernando adulto mira y con la hoja en la mano lee el poema “A mi querida mamá”.
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y triste como un animal enfermizo. ¡Qué El niño le recita a María Magdalena, simultáneamente.
te lleven los gitanos a ver si te alegras
un poco! FERNANDO PESSOA: A mi querida Mamá
Tierra de Portugal
Fernando adulto observa, Fernando niño, asustado, cierra los ojos y los gitanos se ¡oh querido país natal!
esfuman, desaparecen y sus cantos se van alejando hasta el silencio. aunque lo amo de todo corazón
a ti te amo mucho más.
FERNANDO PESSOA: ¿Abuela, por qué no tienes dientes?
La madre lo abraza, lo toma de la mano y salen de escena. Pessoa adulto se
DIONISIA: Porque estoy muerta Fernando, muerta refriega los ojos, no da crédito a las imágenes del delirio, tiene conciencia que
en vida, como tus tías que me cuidan y la mamá está muerta y que él ya no es un niño. Saca del bolsillo un reloj, mira la
me tienen lástima, porque me quieren hora y se echa a andar por las calles de la ciudad.
ver como una viuda desvalida. No te
van a llevar los gitanos, ellos eran solo
un recuerdo que pasó bailando de prisa,
te vas conmigo niñito, yo te voy a llevar
a visitar al abuelo.

Dionisia se esfuma en la oscuridad. El niño Pessoa retrocede asustado, mientras

SÉPTIMO ESPASMO:
la madre acaricia al Pessoa adulto que recuerda y llora en silencio, conmovido. En
el delirium de Pessoa, la memoria es un juego de planos temporales, de imágenes
que suceden en los espejos de la mente. Pessoa da un paso y se encuentra de
frente con el niño que había sido alguna vez en la vida.

PORTUGAL ARDE
El niño se sorprende, se asusta e involuntariamente deja caer una hoja que
lleva en la mano. El niño corre a los brazos de María Magdalena que intenta
tranquilizarlo. Pessoa adulto recoge el papel y sigue caminando. El niño calca la

POR DENTRO
imagen que hace unos momentos componía el Pessoa adulto en los brazos de la
madre.

MARÍA MAGDALENA: Fernando tienes que estar tranquilo,


mamá se ha casado y tiene un esposo Con el sonido de las hojas de papel y las pisadas en el escenario se genera un
que no es tu padre, un hombre bueno ambiente de tensión. Pessoa se desplaza, inquieto, curioso. Un grupo de hombres
que nos cuidará. Papá no vive, no aparece esgrimiendo las hojas como banderas de protesta. Pessoa se confunde
volverá nunca más, ¿entiendes, con la gente, no protesta, solo observa. Se refunde y de manera imperceptible
Fernandito? cambia las gafas y se coloca unos lentes oscuros. También modifica la manera de
llevar el sombrero.
276 277
ABILIO CUARESMA: Portugal es un país de pesquisas no gente se altera, se desplaza, sufre, se exalta, muestra impotencia y miedo.
Cinco textos dramáticos

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resueltas , de crímenes confusos y
misterios que se remontan a tiempos Pessoa se escabulle entre la gente y reaparece con lentes oscuros, hablando
inmemoriales. Soy detective privado con voz carrasposa de fumador empedernido y trasnochador consuetudinario.
y escritor aficionado a los relatos Conversa con su propia sombra.
policiacos y periodista ocasional.
Conozco bien a Fernando Pessoa, ABILIO CUARESMA: Hablo contigo para no enloquecer
lo he seguido durante años. Un tipo hablando conmigo. El mayor Sidónio
inteligente y desequilibrado, que País, puso orden en la nación, pero solo
presume de caballero. A pesar de sus lo dejaron gobernar un año. Asesinos
razonamientos lógicos, poco tiene encubiertos lo mataron, sembrando
que ver con la cordura. Me concibió más caos, derramando más sangre,
una tarde aburrida cuando ya no tenía preparando el camino progresivo para
crucigramas para resolver. Pero tengo los seguidores portugueses del Duce.
autonomía y él ignora mis movimientos He indagado la carta astral de Pessoa
porque soy un agente secreto. Como y su rumbo es sorprendente. Tiene un
Pessoa, puedo ser monárquico en error de cálculo que no he descifrado,
la mañana, republicano en la tarde que estoy investigando. Nada me
y anarquista en la noche. Él es un asombra, me sorprenderé el día que mi
diletante y yo un polivalente. Parecidos sombra me hable. ¡Portugal arde por
pero distintos. dentro!

La noche cierra puertas y ventanas y la gente se asoma a través de las hendijas o Los seguidores del líder muerto se reúnen ante el cuerpo de Sidónio Pais, le
detrás de las cortinas. Hay voces de alarma y un hombre corre y golpea puertas y rinden honores. La gente lo despide agitando las hojas en blanco. Hay dolor y
pide que le abran, que lo salven que están matando gente. Hay desplazamientos revuelta en el ambiente.
de alarma, gente que huye, puertas que se abren y se cierran. Abilio Cuaresma
se camufla y vuelve a ser Fernando Pessoa, con sus lentes normales, de marco FERNANDO PESSOA: Heroísmo y gloria son las divisas de un
redondo. hombre que es precursor de una nueva
era en Portugal. Heraldo del príncipe
Pessoa observa una manifestación que se desdobla en vivas y aplausos. Se abre encubierto, hombre de armas y de
una calle de honor, y aparece, carismático y solemne, Sidónio Pais. El presidente gobierno, fue sometido al escarnio de
militar que camina entre su pueblo. La gente lo mira con respeto y devoción. El la muerte. Estaba trazando el rumbo y
líder saluda con optimismo victorioso. Es un cuadro cercano a lo épico. Pessoa truncaron su destino.
percibe a Sidónio Pais como presidente-rey, una especie de redentor histórico.
De súbito, en el centro de la solemnidad resuenan disparos y Sidónio Pais cae de
manera fulminante. En el desorden otros caen o se arrastran o corren y gritan.
Pessoa está estupefacto, no logra reaccionar ante las visiones del magnicidio. La
278 279
BERNARDO SOARES: Con todo el respeto que usted me su estado natural. Solo y desconcertado.
Cinco textos dramáticos

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despierta, le confieso que siento
un profundo y tedioso desdén por
todos cuantos trabajan en pro de la
humanidad, por todos cuantos se baten
por la patria y dan su vida para que la

FERNANDO PESSOA:
civilización continúe.

Me parece que la democracia


OCTAVO ESPASMO:
moderna es una orgia de traidores.
Nuestra civilización es orgánicamente

LA ENCRUCIJADA
individualista. Lo real es la leña que
arde, la fe es la llama.

DE LO DIVERSO
BERNARDO SOARES: Siento desdén por los que desconocen
que la única realidad para cada uno
es su propia alma y el resto, el mundo
exterior y los otros, son una pesadilla,
una indigestión del espíritu. Pessoa se refugia en el abrigo, se acoge a la penumbra y camina por las calles de
ensueño de Lisboa, de luz tenue y ambarina. En el plano de fondo los heterónimos
FERNANDO PESSOA: Pienso en el destino glorioso de se cruzan, como recorriendo callejones, en uno y otro sentido. Pessoa camina del
Portugal, en el retorno simbólico del rey proscenio al fondo del escenario, por un callejón imaginario. Los heterónimos lo
don Sebastián. acechan, con cierto aire de disimulo. Cuando lo tienen al alcance de la mano lo
rodean, lo acosan, lo retan y terminan forzándolo para que los escuche.
La gente se desplaza y el ritmo de las pisadas va marcando el sentimiento de una
masa de gente furiosa, inconforme, que busca cauce y que necesita una causa. El ÁLVARO DE CAMPOS: Soy demasiado amigo de Fernando
ascenso de una inclinación militarista comienza a acentuarse y se expresa en la Pessoa para hablar bien de él sin que
manera de marchar, haciendo sonar las pisadas, copando todo el escenario, con me sienta mal. La verdad es una de
fuerza y compás. las peores hipocresías que obliga la
amistad.
De súbito, se detienen y respiran. Fernando Pessoa se coloca una página en el
RICARDO REIS: De una vez por todas queremos hablar
rostro, como una máscara sin rasgos, como si fuera la figura de la misma muerte.
contigo, sobre nosotros, saldar dudas
Hay un coro de cuerpos sin rostro, con páginas en blanco en vez de caras, que
acerca de una relación contradictoria.
se va conformando: es la multiplicación de las máscaras, de las páginas, de los
Siempre hablas con ambigüedad, nos
seres imaginarios que siempre lo acompañan.
evades con frecuencia. Sospecho que
mientes y yo abomino de la mentira
Todos se alejan lentamente, Pessoa queda solo, irremediablemente solo. Parece
porque es una inexactitud.
280 281
FERNANDO PESSOA: Inventé varias personalidades. Desde FERNANDO PESSOA: No somos más que degenerados hijos
Cinco textos dramáticos

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niño me sentí relacionado con seres de la civilización cristiana.
imaginarios que eran más reales que
la propia realidad. Yo soy el creador de RICARDO REIS: Lo demás yace en ese punto de luz
mis semejantes. que llamamos sombra, el gran punto
anterior a los dioses.
ÁLVARO DE CAMPOS: Estás equivocado, no somos
personajes en busca de autor, no ALBERTO CAEIRO: Bastante metafísica es no pensar en
somos huérfanos queriendo ser nada.
adoptados por un padre. Somos
criaturas de sensaciones y poesía ÁLVARO DE CAMPOS: Estamos de acuerdo maestro, ese es el
y cada uno tiene una o varias sentido más puro del paganismo.
personalidades. Más que la semejanza
RICARDO REIS: Esa es la luz que usted nos ha
contigo prefiero las diferencias.
infundido.
FERNANDO PESSOA: Creo personalidades constantemente:
ÁLVARO DE CAMPOS: Maestro Caeiro, usted no es pagano, es
cada sueño mío pasa a encarnarse de
el paganismo. Ricardo Reis es Pagano,
inmediato, en otra persona que pasa
yo soy pagano; hasta Fernando Pessoa
a soñarlo y que ya no soy yo. Soy la
sería pagano si no fuera un ovillo
escena desnuda por donde pasan
devanado hacia adentro.
varios actores representando diferentes
obras.
RICARDO REIS: Para mí el personaje definitivo ha sido
ÁLVARO DE CAMPOS: Primero siento y entonces existo. Eso Caeiro y no Pessoa.
me da la confianza necesaria para
Caeiro y Campos se miran, se abrazan, dicen versos al unísono y cantan una
admitir que soy a pesar de un supuesto
vieja canción en la lengua antigua de los viñadores. Es el encuentro del maestro
creador, independientemente de
muerto, fantasmagórico, con el discípulo que se regocija. Giran, cantan, bailan
cualquier fingimiento.
festejando el conocimiento y la palabra. Es como si el destino del mundo girara en
el viento, como si bailaran los signos y los tiempos. Giran poseídos por el señor
BERNARDO SOARES: Mi visión no es mía, es solo la del
de la música que es también el señor del universo. El hado flota en la nada, en el
animal humano que heredó sin querer
vuelo del alma…
la cultura griega, el orden romano,
la moral cristiana y todas las demás RICARDO REIS: Fernando, ve a la noche, húndete en la
ilusiones que constituyen la civilización oscuridad del callejón del olvido, festeja
en la que mentimos. con vino y poesía y vete bien lejos
dentro de ti mismo.
282 283
FERNANDO PESSOA: El destino es un sueño que cesa
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cuando la imaginación se detiene.
La vida real me desazona como un
día de calor. Prefiero la libertad de lo
inesperado. ¡Mi alma es una orquesta
oculta!

Los heterónimos se esfuman y Pessoa queda solo, al borde de caer doblado por
el cólico hepático. No cae del todo, solo trastabilla, desorientado, buscando un
asidero.

NOVENO ESPASMO:

PESSOA Y CARNEIRO
Un nuevo ambiente ilumina el espacio con tonos ambarinos y azulosos, como
la luz nocturna que se proyecta en las plazoletas de Lisboa. Entre innumerables
hojas de papel, esparcidas por el suelo, como baldosines rectangulares, Pessoa
piensa en el desafecto y sus cortantes filos.

Aparece el poeta Mário de Sá Carneiro, un poco ebrio, cantando sus versos, con el
gabán en el hombro, alegre, exultante.

MÁRIO DE SÁ CARNEIRO: Para el día de mi muerte,


quiero una fanfarria de cacerolas,
saltos, cabriolas,
golpes de fusta,
acróbatas y payasos.
Que mi ataúd sea llevado por un burro
con arnés andaluz…
A un muerto nada se le rehúsa,
¡quiero absolutamente marcharme
sobre un burro!
284 285
Mário de Sá Carneiro ve a Fernando, se saludan y de manera eufórica Sá FERNANDO PESSOA: Cuando hablábamos éramos un par de
Cinco textos dramáticos

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Carneiro da vueltas alrededor de Pessoa, lo admira, lo observa con ironía. Gira almas apareadas.
la gabardina produciendo un torbellino que agita y dispersa las hojas en el
escenario. La parte central queda despejada como consecuencia de la fuerza MÁRIO DE SÁ CARNEIRO: Por tu amistad lo daría todo, hasta mi
centrífuga desatada por los círculos de aire. Los amigos se encuentran en la secreto.
mitad, uno frente al otro. Pessoa agoniza y delira y Sá Carneiro está muerto, es
un fantasma, que transgrede las líneas de la muerte y en forma de recuerdo se le FERNANDO PESSOA: No digas nada, no sirven las palabras,
aparece al amigo. también estoy muriendo.

MÁRIO DE SÁ CARNEIRO: Quería una fanfarria de cacerolas y me


MÁRIO DE SÁ CARNEIRO: Fernando, me he perdido en mi propio
hundí en el silencio. La muerte estaba
laberinto. Siento saudade por la vida,
disfrazada de meretriz.
me hacen falta las calles de París y los
amigos. FERNANDO PESSOA: No digas nada, no sirven las palabras,
FERNANDO PESSOA: Mário, desde tu partida sufre mi también estoy muriendo.
corazón. Me convertí en un sueño triste,
MÁRIO DE SÁ CARNEIRO: No toquemos la vida ni siquiera con la
cubierto de niebla, sin ganas de ser.
punta de los dedos. No amemos ni con
MÁRIO DE SÁ CARNEIRO: ¿Qué son para mí los otros comparados el pensamiento. Que ningún beso de
con tu amistad?, nada, absolutamente mujer, ni siquiera en sueños, sea una
nada. sensación nuestra.

FERNANDO PESSOA: Ahora que estoy dejando la vida sé que Sá Carneiro continúa su camino, entre la embriaguez y la angustia interminable.
eres mi único confidente. Se esfuma, como un fantasma. Pessoa se dobla, siente que las entrañas están
padeciendo un proceso de destrucción irreversible, la saliva sabe amarga.
MÁRIO DE SÁ CARNEIRO: Tengo una curiosidad, ¿tú percibes la Resuena el poema de Sá Carneiro. Pessoa, solitario, se deshace en lágrimas.
presencia oculta de los espíritus?

FERNANDO PESSOA: Lo supe la noche del suicidio, mientras


sufrías en París, yo sentía dolores

DÉCIMO ESPASMO:
atroces estando en Lisboa. Bebía y
lloraba; mis entrañas me decían que ya
no existías.

MÁRIO DE SÁ CARNEIRO: Lo siento, había dado lo que tenía que


dar, ya no tenía porvenir.

286
EL HETERÓNIMO MUJER 287
En una ventana imaginaria, en el plano de fondo, una mujer canta la música del nacimiento y siempre se rieron de mí.
Cinco textos dramáticos

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destino, un alegre y triste fado, extraña mezcla de furor y nostalgia. Es María Tengo diecinueve años y no sé para
José, el heterónimo femenino de Pessoa. Canta dulcemente y su cuerpo es qué llegué a tener tanta edad. Soy
pequeño y contrahecho. como una muñeca con los huesos al
revés y además tengo una especie
Simultáneamente, a la altura del proscenio, en un corredor de luz, el poeta de reumatismo en las piernas. Adiós,
organiza hojas, en línea, tratando de armar las partes del libro “Ficciones del no tengo más que unos pocos días
interludio”. Un poco atrás, entre el claroscuro del comienzo de la penumbra, Abilio de vida y escribo esta carta solo para
Cuaresma conversa con Pessoa. guardarla en el pecho como si fuera
una carta que usted me ha escrito. Soy
FERNANDO PESSOA: Podrían existir razones psiquiátricas usted mirando desde la ventana con el
para diagnosticar mi realidad plural, alma de mujer que también lo habita.
pero yo prefiero creer en la diversidad Me ha dado un pequeño papel en el
que tengo dentro de mí ser. juego de sus personalidades porque
se avergüenza de mí y de su condición
ABILIO CUARESMA: Usted escribió una guía de Lisboa, femenina, por eso prefiere ajustar el
bastante aburrida por cierto, porque cerrojo y olvidar la llavecita. Espero
no incluyó los bares esenciales que que tenga toda la felicidad que pueda
frecuentamos y ciertos lupanares que desear y quiero que nunca se fije en
tienen más encanto que la catedral de mí, para que no se ría de usted mismo.
Santa María Mayor.
Desde un punto de sombra surge, en el trasfondo del escenario, Abilio Cuaresma.
La mujer que cantaba en la ventana imaginaria, adquiere realce y habla.
Bebe un trago, exprimiendo una pequeña botella de bolsillo, observa a Pessoa,
guardando cierta distancia, con su aspecto de heterónimo, con gabardina y
MARÍA JOSÉ: Usted nunca verá esta carta, ni yo la sombrero, excepto que lleva lentes oscuros.
volveré a ver porque estoy tuberculosa,
pero quiero escribirle, aunque no lo ABILIO CUARESMA: He vivido muchas cosas y soy más
sepa, porque si no le escribo me ahogo. viejo que usted. Me resulta extraño
No me conoce, no me distingue. Nunca moverme en la galería de espejos
le ha dado importancia a la jorobada de sus personalidades. Me había
de la ventana de la casa amarilla, pero sorprendido y ahora me tiene ebrio de
yo no pienso más que en usted. Me hipótesis y preguntas. Nunca imaginé
gusta porque me gusta, y me apena que detrás de su inteligencia masculina
no ser otra mujer, con otro cuerpo y estuviera agazapada otra sensibilidad.
otra hechura. Tengo el derecho de Pero le duele y lo ruboriza y por eso
que alguien me guste, aunque yo no usted mismo no es consciente de
le guste a nadie. Soy jorobada de lo que ha procreado en su interior
288 289
recóndito. Pero no puedo hacer nada, FERNANDO PESSOA: Hay que organizar los archivos de
Cinco textos dramáticos

Cinco textos dramáticos


soy detective y no analista. correspondencia de la siguiente
manera: primero, cronológicamente;
FERNANDO PESSOA: Siento una multitud interior que me segundo, por temas, por asuntos
sacude y me apacigua sin que medie la específicos; tercero, por empresas,
voluntad, como sucede con el músculo alfabéticamente. Las importaciones
del corazón. Soy diverso y tengo y las exportaciones se manejan en
divergencias internas. archivos separados para facilitar el
orden de la información.
Cuaresma le entrega a Pessoa una carta encontrada en la casa amarilla. Pessoa,
de nuevo queda solo. El fado que canta María José, se escucha lejano. Pessoa rompe el ritmo del dictado y le habla a la muchacha con palabras
temblorosas.

FERNANDO PESSOA: Más importante que los archivos son


los recuerdos y los presagios que flotan
en el aire y nos hablan de lo que no ha
ocurrido y puede suceder. Apenas te
conozco y tu presencia me conmueve,
me hace sentir sencillo, como un papel
en blanco que tiembla movido por la
DÉCIMO PRIMER ESPASMO: brisa.

Ofélia lo mira, lo encuentra extraño, interesante y se deja sorprender, como si


ocurriera una danza imaginaria, un desdoblamiento de las almas; entrelazan las
manos, dan vueltas, bailan en la oficina como en un sueño fugaz y vuelven a la

OFÉLIA, MUSA imagen inicial.

De súbito, en la oficina ocurre un apagón y en el ambiente predomina la

Y DACTILÓGRAFA penumbra. Ofélia reacciona con inquietud, Fernando la tranquiliza y enciende un


cigarrillo. En un contraplano, una luz cenital, tenue, ambarina, deja ver a Álvaro
de Campos, que en alguna esquina de Lisboa piensa en Pessoa como si estuviera
En la oficina de la firma Félix, Valladas y Freitas, donde trabaja temporalmente viendo lo que ocurre en ese momento o como si interviniera en una historia que
Fernando Pessoa, el poeta se encuentra con Ofélia Queiroz, joven dactilógrafa está considerando con cierta ironía.
que acaba de vincularse a la compañía de importaciones y exportaciones. Está
sutilmente perturbado, la muchacha le ocasiona un efecto especial y ella, dulce
y tímida, también se llena de rubores. Frente a frente hablan en silencio, con los
sentimientos y las emociones. Pessoa comienza a dictar un documento.
290 291
ÁLVARO DE CAMPOS: Fernando no finjas amor a esa FERNANDO PESSOA: Cuando nos casemos, compraré un
Cinco textos dramáticos

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muchacha. El amor es terrible y taburete para que te subas en él y me
la pequeña dactilógrafa se puede beses cuando llegue a casa. Entro y
enamorar. Ella tiene gracia, pero es pregunto: ¿alguien ha visto a mi mujer?,
trivial, ingenua, apegada a las cosas entonces apareces y digo: ah, ¿estabas
normales. Está impresionada, pero más allí?, eres tan pequeña que no te había
adelante puede arraigarse a tu corazón visto.
como una hiedra y extenderse por tus
sentimientos. Eso sería grave, atentaría OFÉLIA: Soy parte de un sueño al que no
contra tu soledad. No cedas a las pertenezco.
tentaciones del afecto, eso es asunto
de locos. FERNANDO PESSOA: Me ha gustado mucho tu carta, pero
me ha gustado más lo que ha llegado
La luz cenital se apaga y Álvaro de Campos desaparece como un fantasma. antes que la carta, que has sido tú en
Pessoa retorna con una lámpara encendida. El hombre y la muchacha se fascinan persona.
y se desplazan, jugando con las sombras, como bailando nuevamente, a la luz de
la lámpara. Juegan con la luz. En un rapto de histrionismo, Pessoa parafrasea a OFÉLIA: Escribí un poema con su nombre,
Hamlet. haciendo un verso con cada letra,
espero que no se ría y perdone si hay
FERNANDO PESSOA: ¡Oh querida Ofélia, soy torpe en el arte faltas de ortografía porque soy una niña
de rimar; carezco del sentido necesario pequeña, una golosina.
para escandir suspiros; pero te amo por
encima de todo, más que nada, ¡desde FERNANDO PESSOA: Mi querido y pequeño amor: ahí van un
la cima de la colina hasta los abismos par de líneas para demostrar que no te
del cielo! olvido. Mañana a la hora de costumbre
nos encontraremos.
OFÉLIA: Lo único que deseo es correr y
OFÉLIA: ¿Está solo?, ¿le hacen falta mis besos?,
esconderme.
¿quiere que vaya a visitarlo?
FERNANDO PESSOA: Nunca amé a nadie. Lo que más he
FERNANDO PESSOA: Ofélia, alma buena, es que te quiero
amado son sensaciones mías. Contigo
y siento que mi vida se extingue sin
siento que el amor puede ser posible:
remedio.
un pájaro aleteando por dentro.

OFÉLIA: Fernando, ¿estás hablando en serio?

292 293
Cuando el tenue resplandor de la lámpara tiende a extinguirse, la luz eléctrica FERNANDO PESSOA: ¡Oh hembra cuerpo macho en tal
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vuelve. Ofélia retorna a la realidad, duda de lo que está ocurriendo y se marcha, desnudez
un poco consternada. Pessoa da brincos como un niño. Cree estar enamorado. que es un dios tomando forma
humana!
Álvaro de Campos, haciendo contrapunto, se ríe, habla con ironía. Al mismo ¡Oh labios cuyo rubor al entreabrirse
tiempo, Pessoa escribe apuradamente en una hoja. Pessoa murmura, Álvaro de podía antaño tocar
Campos exclama un nuevo poema, a expensas del novio de Ofélia. los lugares de placer!

CAMPOS Y PESSOA: Todas las cartas de amor son Antínoo se quiere ir, desea cumplir un capricho de jovencito: quiere nadar en el
ridículas. cauce del Nilo. El río está crecido y Adriano le dice que no. Forcejean, utilizando
No serían cartas de amor si no fueran un juego de fuerzas centrípetas y centrífugas, es decir, sintiendo una atracción
ridículas. poderosa procedente de Adriano y una fuerza en expansión, en fuga, originada en
También yo escribí cartas de amor en Antínoo. Es una danza, una sucesión de composiciones donde se exalta lo físico,
mi tiempo, lo pasionalmente masculino.
como las otras,
ridículas. FERNANDO PESSOA: Mi corazón canta como el pájaro de la
mañana.
Campos no dice nada, solo se desvanece, se cubre la oscuridad. Una inmensa esperanza desciende
sobre mi desde los dioses
y hace latir mi corazón con sentido más

DÉCIMO SEGUNDO sutil.

Antínoo, cae a las aguas caudalosas y no puede con la fuerza del torrente. En una

ESPASMO: imagen angustiosa, Adriano contempla como el río le arrebata su efebo preferido.
En una secuencia de diversas composiciones y efectos de luz, que sugieren la
dinámica torrentosa de las aguas. El cuerpo del muchacho lucha y perece, flota
inerme y queda tirado entre el fango de la orilla.

LA MUERTE DE ANTÍNOO FERNANDO PESSOA Y ADRIANO: ¡Amor, mi amor, mi amor dios!


Déjame besar en tus labios helados
tus cálidos labios ahora inmortales,
La luz estival invade el escenario. Adriano y Antínoo, personajes de un poema saludándote en esa dicha del portal de
de Pessoa, van al encuentro, recorriendo una diagonal, partiendo desde puntos la muerte.
opuestos. Se palpan las yemas de los dedos, retroceden indecisos y luego cobran Porque para los dioses el portal de la
impulso y se abrazan con fuerza apasionada. Pessoa, con su gabardina y su muerte es un portal de vida.
sombrero está en una esquina del escenario, en un contraplano, leyendo el poema
que acaba de escribir: Adriano y Antínoo.
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Pessoa se adelanta, llevando en las manos el poema que acaba de concebir. La oscuridad va invadiendo el escenario, lentamente, hasta la extinción de la luz.
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Adriano se transfigura en Álvaro de Campos y desaparece con furor neurasténico. Simultáneamente un cenital ilumina a Pessoa.
Antínoo se hunde en la oscuridad y reaparece de inmediato con el sombrero de Sá
Carneiro, hablándole a Pessoa. FERNANDO PESSOA: Querido Mário, te escribo impulsado
por una necesidad sentimental, por
MÁRIO DE SÁ CARNEIRO: A menos que ocurra un milagro, el un imperioso deseo de hablarte.
próximo lunes 3 de abril tu Mário de Estoy sumido en lo más hondo de una
Sá Carneiro, tomará una fuerte dosis depresión sin fondo. Estoy en uno
de estricnina y desaparecerá de este de esos días en que nunca he tenido
mundo. Estricnina mezclada con ajenjo porvenir. Solo hay un presente inmóvil,
para mejorar el sabor. rodeado por un muro de angustia. Hay
barcos para muchos puertos, pero
Después de una despedida fuerte, conmovedora, donde los dos amigos aceptan
ninguno para ese lugar donde la vida no
que la muerte forma parte de la vida, Pessoa va hacia un costado del proscenio.
duele, ni un sitio donde desembarcar
En otro plano, Mário de Sá Carneiro va hasta el ángulo opuesto, se quita el
para olvidar.
sombrero y se tiende, inmóvil. Vuelve a ser Antínoo muerto y de rodillas aparece
Adriano, despidiendo al muchacho.

ADRIANO: ¡Amor, amor, mi amor!, ya eres un dios


lo que mis deseos quieren que seas, lo
eres ya.

DÉCIMO TERCER ESPASMO:


Ya por tierras olímpicas
caminas, eres perfecto siendo tú
mismo.

Tres veladoras acompañan al difunto y enmarcan la imagen. Llevan flores de


hojas de papel y cantan el poema “Fim” de Sá Carneiro.

TRES VELADORAS: Para el día de mi muerte, quiero una


fanfarria de cacerolas,
EL SUEÑO DE
saltos, cabriolas,
golpes de fusta, LA INICIACIÓN
acróbatas y payasos.
Que mi ataúd sea llevado por un burro Cuatro mujeres vestidas de negro, recogen las hojas dispersas que han quedado
con arnés andaluz… en el escenario y van rumorando, aludiendo a los nombres de los heterónimos.
a un muerto nada se le rehúsa, Son las brujas del destino, hechiceras de antiguos rituales, señoras del misterio,
¡quiero absolutamente marcharme habitantes del imaginario pessoano. Nombran a los heterónimos y cruzan las
sobre un burro! voces mientras se mueven y hablan.
296 297
BRUJA UNO: Fernando Pessoa, el irrepetible, Alberto ceremoniales y forman un círculo perfecto, diseñado en el piso con las hojas de
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Caeiro, el maestro pagano, Antonio papel.
Mora, filósofo del manicomio, Chevalier
de Pas, caballero andante detenido En un contraplano Fernando, solemne, organiza una cruz y una flor dibujadas en
en la infancia, Ricardo Reis, médico, el piso, con hojas de papel blanco, en una sola imagen. Es la elocuencia mística
monárquico y sibarita. en la sencillez de un juego con hojas en blanco que son metáforas y suscitan
imágenes sencillas, cabalísticas. Añade gestos con las manos y los dedos,
BRUJA DOS: Álvaro de Campos, portentoso y haciendo señales sutiles de un ritual mágico.
femenino, Bernardo Soares, perdido en
el gris laberinto de las oficinas, Abilio FERNANDO PESSOA: Renuncio a lo que nunca fui, pues
Cuaresma, detective privado e inventor jamás he profesado en favor de la
de relatos policiacos, Alexander Serch, iglesia de Roma. Quiero inspirarme
maldito simbolista. en la cábala de mis antepasados,
en Christian Rosenkreutz, maestro
BRUJA TRES: Barón de Teive, suicida, Vicente Guedes, venerable de la Gran Confraternidad
el falso Bernardo, Coelho Pacheco, y deseo identificarme con el espíritu
poeta, Jacob Satán ,heresiarca, un del rey don Sebastián, emblema de la
banquero anarquista, Crosse, magister identidad portuguesa. Acepto que mi
en charadas, Luis Antonio Congo, corazón y mi totalidad son parte del
africano y David Merrick ,legendario. diseño fabuloso del gran arquitecto
universal que fluye en todo lo que
BRUJA CUATRO: Charles Robert Anon, un don nadie, existe.
Pedro Botelho, eremita abstemio,
Fernando Antonio, oxímoron Las brujas se agitan, flamean con los cuerpos, los cabellos y las hojas de papel.
inexistente, María José ,contrahecha Dos heterónimos embozados, como monjes, en el fondo azulado del escenario,
y virgen y los luminosos maestros hacen tonalidades meditativas. Pessoa recoge las hojas con las que ha diseñado
inefables que le hablaron más allá de la la cruz y la flor y las vuelve mazo de barajas que despliega deletreando los
mentira. designios que lo acompañarán para siempre. Dos heterónimos pasan en la línea
de fondo, haciendo resonar sílabas iniciáticas, embozados, como monjes.
Pessoa se desplaza, piensa, asimila, lleva hojas entre las manos. Las mujeres
reúnen los folios y cada una toma parte de la obra del poeta que, asombrado, Las brujas lo llaman, lo invocan, lo evocan, lo atraen al círculo, lo bañan con hojas,
sin excesos, manifiesta avidez, curiosidad ocultista para sentir las percepciones le limpian la energía, agitan las faldas como avivando el fuego interior. Fernando
sensoriales que le despierta el recuerdo del mundo isabelino que tanto ama. Las siente que arde por dentro, que su combustión espiritual lo llena de liviandad,
Brujas se ubican en un costado del escenario y Fernando se sitúa de manera como sí anduviera levitando interiormente.
paralela en el otro costado. Las brujas, paulatinamente, con las hojas, forman una
hoguera imaginaria de sonidos y movimientos. Cuando han reunido las páginas
de la vida de Pessoa y las han expuesto al rito alquímico, hacen movimientos
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LAS BRUJAS: Ardan las palabras y los leños TODAS LAS BRUJAS: No busques ni creas, lo encubierto
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broten chispas y saltamontes está afuera y lo externo está adentro,
tramen destinos los tejedores nada es lo que parece y todo guarda
abran el camino de los sueños. misterio. Eres uno y eres varios, todos
Dancen los fuegos y los dioses y ninguno y como un mago del verbo
giren los astros y las estrellas siempre hay alguien oculto en tu
canten las galaxias y las ranas sombrero.
rían los pueblos y las mujeres.
Que haga su rito la santa rueca Las brujas se quitan las máscaras-hojas y hacen mutis en la oscuridad. Pessoa
que vaya y venga la lanzadera queda solo, entre los papeles, definido por un cenital. Reúne los poemas, trata de
que cumpla su rumbo la hebra ordenarlos y finalmente los deja dispersos, incapaz de juntarlos y otorgarles el
que la urdimbre sea verdadera. sentido que desea.

Las hojas han caído alrededor de Pessoa, los heterónimos han desaparecido en la
penumbra y las brujas, haciendo línea de coro, cada una con una hoja en el rostro,
a manera de máscara, se acercan y le hablan, le vaticinan.

BRUJA UNO: Irás a la torre inversa, al laberinto que


te asedia, cada escalón que subas te
llevará al subsuelo, cada escalón que
bajes te elevará al cielo.

BRUJA DOS: Tomarás la cruz de los celtas, la


cruz de los templarios, la cruz de los
alquimistas, la cruz flordelisada, la
Santa y Vera Cruz de los iniciados.

BRUJA TRES: Integrarás el círculo del universo, el


triángulo de la fortaleza, la magna
geometría, el cubo del mundo y la santa
esfera.

BRUJA CUATRO: El conocimiento será elixir y veneno, la


soledad condena, el verbo será tu luz y
tus máscaras la esencia.

300 301
FERNANDO PESSOA: Ningún credo me pertenece. No ANICA: Los libros se le han convertido en una
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profeso dogmas ni transmito ejercicios especie de vicio, siempre anda con
de fe. Quiero afianzar mis valores libros y papeles que no le producen
espirituales porque mi deseo más nada.
profundo es acercarme al camino del
conocimiento, practicando el respeto TÍA RITA: Neurastenia es lo que tiene.
por todo lo que existe y por aquello
MARÍA MAGDALENA: Es joven e introvertido, su alma es de
inexplicable que nos infunde aliento, así
artista.
en la tierra como en el universo.
ANICA: Apuesto es, y cuando se viste bien, se
La luz se difumina, pasa por las gamas de la niebla y se torna en oscuridad.
le nota el porte, pero no busca novia, no
tiene mujer.

MARÍA MAGDALENA: Es tímido, no le gustan los abalorios y


dice que todo tiene su momento.

TÍA RITA: Habrá nacido para cura, si es así, no

DÉCIMO CUARTO ESPASMO: MARÍA XAVIER:


tiene remedio.

No, a él no le gusta ser católico, ni


siquiera va a misa, ni frecuenta a los
clérigos.

SINFONÍA DE GALLINAS ANICA: Se la pasa con poetas y bohemios


sinvergüenzas buscando los sitios
De súbito, el delirio cambia de ambiente y las mujeres dejan de ser brujas y se menos deseables.
transforman en la madre y en las tías, señoras de alcurnia venidas a menos,
TÍA RITA: Me han contado que lo han visto ebrio
señoras cultas, generosas, afectivas, siempre preocupadas por Fernandito el
dedicado a perder el tiempo en La
inexplicable incomprendido. Recogen las hojas que dejaron en el suelo las
Brasileña con amigotes indecentes.
brujas, pero las recogen con la abnegación de familiares de un hijo y un sobrino
descarrilado, hablan al tiempo sin parar, repitiendo y repitiendo temas. La madre ANICA: Y podría relacionarse bien si
y las tías hablan al mismo tiempo, es un palabrerío que no cesa, que repercute en aprovechara el reconocimiento de
los tímpanos y se disgrega dolorosamente por el cerebro y el sistema nervioso. la familia, porque somos gente con
jerarquía.
MARÍA XAVIER: Podría ser alguien importante, con esa
inteligencia tan aguda y esa mente tan
lúcida. Es muy culto, lee mucho.
302 303
MARÍA MAGDALENA: Fernando es un orgullo para la familia, TÍA RITA: Es mejor ser militar y no poeta.
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es bien educado y su literatura es
excelente. MARÍA XAVIER: Uno de los responsables de los malos
pasos de Fernando es el general
MARÍA XAVIER: No nació para militar o funcionario, creo Henrique Rosa, el hermano de tu
que no le interesa su pasado familiar, marido María Magdalena.
es distinto.
TÍA RITA: El hermano del padrastro de Fernando,
ANICA: Tu esposo, Tío Cunha lo sorprendió en militar y literato.
Irmaos Unidos, un bar mal acreditado,
cerca al Rocío, bebiendo absenta al MARÍA MAGDALENA: La familia Rosa es muy respetable y
medio día y riendo como nunca lo culta.
hemos escuchado en casa.
ANICA: Tu marido se salva, pero el hermano es
TÍA RITA: Tiene una personalidad oculta, que no un decadente disfrazado de caballero:
imaginamos: es uno en casa y otro bien fuma opio, como los peores gandules.
distinto cuando anda con sus amigos.
MARÍA XAVIER: El opio enloquece, enajena, vuelve a la
MARÍA MAGDALENA: No es hipócrita, nunca miente, lo gente distinta.
que pasa es que los ambientes son
distintos. MARÍA MAGDALENA: Fernando en malos pasos, no puedo
creerlo, sus cartas siempre me
MARÍA XAVIER: Sabe unas cosas, otras las desconoce transmitieron tranquilidad.
o no le llaman la atención, como
cualquier ser humano. ANICA: La poesía le sirve para justificar las
rarezas en las que anda metido.
TÍA RITA: Es un sinvergüenza, un aprovechado,
no gana un salario decente. Fernando está aturdido, delirando, escuchando la interminable conversación de
gallinas, la madre y las tías, de súbito, giran, observan a Fernando, lo acercan con
MARÍA MAGDALENA: Es un poeta, un gran poeta. la mirada y ahora le hablan directamente.

TÍA RITA: ¿De qué le ha servido, no tiene ni para ANICA: Trabaja Fernando, trabaja, todavía
tabacos? puedes acudir a los Seabra y a los
Pessoa que ocupan cargos importantes
ANICA: Es raro, olvidadizo, sonámbulo, nadie lo
en el gobierno y en el ejército.
entiende, nadie lo entiende.

304 305
TÍA RITA: En el fondo eres una buena persona, un FERNANDO PESSOA: Tía, trabajo como corresponsal
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señor, ya eres maduro y debes armar extranjero en casas comerciales…
un hogar, para que todo sea correcto.
MARÍA XAVIER: Fernando, reacciona, qué va a ser de
MARÍA MAGDALENA: Sí hijo, ven a cenar, prepararé algo ti cuando seamos fantasmas, como
especial para ti, si, arroz con pato, para ahora Fernando que solo somos un
tu aniversario. recuerdo, existimos y no existimos.

MARÍA XAVIER: Sardina asada para tu santo, como si Después de un silencio, ellas siguen hablando sin parar, sin escuchar, solo
fueras mi hijo Fernando. diciendo una y otra vez sus comentarios sobre la vida de Fernando. Refuerzan la
cantaleta con el sonido que producen las hojas de papel, que expresan la neurosis
ANICA: Fernando, no dejes todo por ahí botado de las buenas señoras y el orden lógico de sus costumbres. Se mueven, se
como si fueras un rapaz, ya eres desplazan. María Magdalena hace dúo con Anica y Rita con María Xavier. Siguen
grande. hablando, contrastando las voces y aumentando la perorata.
TÍA RITA: Fernando, es por tu bien, no dejes de
hacer tus cosas con responsabilidad. El poeta asume una decisión, toma la maleta con ademán de marcharse. Las
mujeres reaccionan y se acomodan junto a Fernando, como en un daguerrotipo
FERNANDO PESSOA: Tía Rita, el fracaso de la imprenta de familia. La luz parpadea como un flash de vieja cámara y la imagen se activa.
fue consecuencia de mi falta de Pessoa va a tomar la maleta y las mujeres la recogen, como si acabara de llegar
experiencia, todo parecía ir muy bien, no de una breve ausencia. Se disgregan, como fantasmagorías. Pessoa vuelve a
sé en qué momento se desconectaron quedar solo, con un cólico hepático que no le da tregua.
las cuentas y los sueños.

MARÍA MAGDALENA: Las tías te lo dicen por tu bien, con


amor, para que no te vayas a extraviar.

FERNANDO PESSOA: Fue difícil soportar la soledad, mamá…

TÍA RITA: Todo el tiempo estás ocupado,


encerrado en tu cuarto, no eres capaz

ANICA:
de hacer un mandado.

Trabaja Fernando y todo lo demás


DÉCIMO QUINTO ESPASMO:
lo podrás hacer mejor, si vives bien y
tienes cómo resolver tus necesidades.

306
BERNARDO SOARES 307
Una luz puntual cae sobre Bernardo Soares, auxiliar de contabilidad, ayudante de que Fernando Pessoa es la caricatura
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tenedor de libros, gris y rutinario, autor del diario secreto de Fernando Pessoa, de su propio sueño.
semi heterónimo relegado, que escribe en prosa, incapaz de engendrar versos,
que guarda, sin embargo, el testimonio de Pessoa en su faceta de oficinista y lobo FERNANDO PESSOA: Usted Bernardo forma parte de varias
solitario de las calles de Lisboa. Está junto a una silla de oficina, que hace girar personalidades que inventé. Creo
de manera reiterada. Cuando la silla se detiene, aparece Fernando Pessoa. Se personalidades constantemente.
miran de frente y cada uno se sienta en la silla, espalda con espalda, como si cada Cada sueño mío pasa a encarnarse de
uno estuviera en un escritorio imaginario. Mientras hablan cambian posiciones, inmediato, nada más aparecer soñado,
giran, modifican los ritmos, son imágenes inversas de un mismo espejo. es otra persona que pasa a soñarlo y
que ya no soy yo.
FERNANDO PESSOA: Bernardo, a veces me olvido de usted,
siempre estamos juntos, pero casi BERNARDO SOARES: El sueño es lo que tenemos realmente
nunca hablamos. Le agradezco los nuestro, inexpugnablemente nuestro.
aguardientes que me ha invitado
y las cuentas que ha cancelado FERNANDO PESSOA: Estamos de acuerdo, lo que yo sueño
en el restaurante de la Rúa de los nadie puede verlo salvo yo mismo,
Douradores. Usted trabaja todos los nadie que no sea yo puede poseerlo.
días, yo de vez en cuando.
BERNARDO SOARES: Matar el sueño es matarnos. Es mutilar
el alma.
BERNARDO SOARES: Todos somos iguales en nuestra
capacidad para el error y el sufrimiento. FERNANDO PESSOA: Le confieso que todo me parece
Por eso considero todo cuanto nos insoportable: la oficina, la casa, las
sucede como accidentes o episodios calles…
de una novela, a la que asistimos no
con la atención sino con la vida. BERNARDO SOARES: Soy más resignado: si es la hora acudo
a la oficina como otro cualquiera. Si no
FERNANDO PESSOA: Unos gastan su vida persiguiendo es la hora todavía, voy hasta el río a
alguna cosa que no quieren; otros la observar el río, como cualquier otro.
emplean en la búsqueda de lo que
quieren y nos les sirve. Yo fui el que no Detrás de todo eso, tengo un cielo,
era e inventé realidades inexistentes me constelo a escondidas y tengo mi
para poder ser. propio infinito.
BERNARDO SOARES: Yo nunca hice otra cosa que soñar.
Soñé un autor y él me soñó a mí. Usted
cree que soy consecuencia de su
imaginación, pero en el fondo sabe bien
308 309
FERNANDO PESSOA: Por más que nos despojemos de la BERNARDO SOARES: Se de antemano que me pierdo si me
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ropa, nunca llegamos a la desnudez, encuentro. Tengo una indigestión en el
porque la desnudez es un fenómeno alma, mi alma que existe gracias a mis
del alma. Cuando soñamos somos dolores.
sinceros.
FERNANDO PESSOA: Somos parecidos y somos cambiantes,
En la vigilia somos hipócritas. a veces me identifico y a veces me
distancio.
BERNARDO SOARES: El alma humana es un abismo oscuro
y viscoso, un pozo que nadie usa en la BERNARDO SOARES: Aunque no parezca yo soy menos
superficie del mundo. Nadie se amaría racional pero no tengo ilusiones
a sí mismo si de verdad se conociera. secretas. Me conformo con lo que soy,
no quiero ser otro. Ni siquiera deseo ser
FERNANDO PESSOA: Nadie conoce a otro y es una suerte usted.
que así sea, pues de conocerlo,
conocería en él, además de madre, FERNANDO PESSOA: Bernardo, nunca debe hacerse hoy lo
mujer o hijo, a su íntimo metafísico que pueda dejar de hacerse también
enemigo. mañana. Ni siquiera es necesario hacer
nada, ni mañana ni hoy.
BERNARDO SOARES: Siempre rechacé que me
comprendieran. Ser comprendido es BERNARDO SOARES: Esa es la influencia de Alberto Caeiro. A
prostituirse. Prefiero ser ignorado con usted le afectan demasiado sus propias
decencia y naturalidad. invenciones, lo siento.

FERNANDO PESSOA: Nada puede comprenderse, Bernardo, Ambos, al mismo tiempo, se paran, se miran fijamente. Pessoa gira la silla, da
ni átomos ni almas. Por eso nada la espalda a Bernardo Soares y hace mutis por un costado. La silla se detiene,
posee nada. Nada vale la pena. Es Bernardo se sienta y cae en el desasosiego. La oscuridad es un relámpago de
mejor ser otro para llegar a ser uno. tinieblas que aparecen y desaparecen, lentamente.

BERNARDO SOARES: A veces deseo levantarme de mi mesa


hacia lo desconocido.

FERNANDO PESSOA: A duras penas nos refugiamos en la


casa sin puertas de nosotros mismos.
La vida es un gran insomnio.

310 311
MARÍA MAGDALENA: Leo tus cartas una y otra vez y solo me
Cinco textos dramáticos

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siento bien porque estás estudiando
y pienso que Lisboa tiene mejor
ambiente. En África no tenemos
antecedentes ni parentela y siempre

DÉCIMO SEXTO
somos foráneos con deseos de
retornar a nuestra tierra.

ESPASMO:
FERNANDO PESSOA: Madre, soy un navío desarbolado,
expuesto a las marejadas del destino.
He sido náufrago y mi mano buscó tu
contacto y me sentí a la deriva, contra
el acantilado.

CON LA MADRE MARÍA MAGDALENA: Tus hermanos están grandes, son


como árboles que reverdecen y se

EN LAS ENTRAÑAS levantan. Siempre quieren verte e


imaginamos lo felices que seremos
cuando suceda el reencuentro.
Pessoa vuelve a quedar solo en el escenario, sumido en la angustia del que expira
y no encuentra sosiego para hacerlo en paz. De una manera muy íntima, Pessoa, FERNANDO PESSOA: La sombra de mi padre acude a mi
llora inconsolablemente. Se calma, respira, se equilibra. orfandad, como una música silenciosa
que me llega desde la infancia y no
Desde la oscuridad, tomando forma y color, ve aparecer la imagen de María tengo otro asidero que tu hermoso
Magdalena, la amada madre, que tiene en una mano un manojo de cartas de recuerdo, mamá, mamá, la soledad me
Fernando. La mujer las agita a la distancia, en otro plano, con una nostalgia deja desolado.
inmensa.
MARÍA MAGDALENA: Luis Miguel, Joao y Teca, te mandan
besitos. Cuídate, Fernando, estudia,
Un trasfondo musical deja escuchar las notas de “Un Soir A Lima”, la pieza
obedece a tus tías que te aman y me
favorita de su madre, que interpretaba en el piano, cuando Pessoa era un niño
escriben diciendo que eres un buen
que se deleitaba con la calidez de la madre. Amaba sus manos de pianista, su
muchacho.
sensibilidad amorosa, el afecto de las entrañas.

FERNANDO PESSOA: Madre, de repente estoy solo en el Confío que pronto nuestras vidas se
mundo. Atravieso tiempos, atravieso juntarán para siempre.
silencios, y seres sin forma pasan a
través de mí.
312 313
María Magdalena se estremece y deja caer las hojas. Se arrodilla como María Magdalena gira lejana y cae de rodillas, se para y vuelve a girar, aconseja a
Cinco textos dramáticos

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desfalleciendo ante el vacío y la distancia. Dos mujeres, mezcla de tías y Moiras, Fernando como una madre preocupada por su vástago.
acompañan a la mujer en su desesperación. Son las hechiceras del destino.
Arrullan las hojas, las mecen como si fueran niños y le cantan palabras de FERNANDO PESSOA: Madre mía, yo fui tu niño, tan bien
martirio. forjado en su educación y hoy soy el
harapo que el destino enrolló y arrojó
MOIRAS DEL DELIRIO: Siete hijos has tenido al piso, en un rincón, como un pájaro
tres no fueron fuera del nido.
cuatro florecieron
y dos maridos María Magdalena se esfuma, en la oscuridad, dejando la sensación leve de una
tus consentidos melodía que se remonta a la infancia del poeta, que vuelve a quedar solo. La luz
matriz profunda se extingue, cae la noche de los tiempos sobre el alma deprimida del poeta.
nido fecundo
lo bello en el tiempo
se vuelve ceniza
osamenta de olvido.

Pessoa se estremece por dentro, cae en el agujero negro del dolor y la ausencia;

DÉCIMO SÉPTIMO
siente desde el alma, desde las vísceras. Todo es un torbellino delirante donde
se mezclan los vacíos, los recuerdos, las distorsiones surreales de la memoria
compulsiva. Aparece salvadora la tía María Xavier, que trae una especie de

ESPASMO:
bandeja de hojas con hojas. Se desplaza haciendo un círculo protector y las
hojas van cayendo, planeando en las pequeñas corrientes de aire que produce el
desplazamiento.

MARÍA XAVIER: Eres mi sobrino favorito, Fernando

FESTEJO DE PAGANOS
Antonio; entiendo que la literatura es
parte de tu naturaleza. Te festejo en
la vida y en la muerte así yo sea solo
un fantasma que ya no brinda ni con Contraluz azulado y ambarino, ambiente lisboeta en la madrugada. Pessoa y los
vino ni con agua porque mi espíritu no heterónimos, andan por ahí, con abrigos y sombreros, vestidos igual o parecido;
tiene sed y no se embriaga. Un cortejo son una imagen en el fondo, que se vislumbra lentamente. Vienen caminando
de poetas imaginarios acompañará por una calle, amaneciendo, bebidos, infundidos por la poesía, celebrando el
tus pasos el día en que el río de la vida acontecimiento de los sentidos y la magia del verbo.
se detenga. Vendrás entre la niebla
príncipe derrotado, niño pequeño, árbol Álvaro de Campos es el más eufórico. Se detiene bajo el destello de un reflector
de invierno con sombrero. que sugiere la luz de un farol en una esquina.
314 315
ÁLVARO DE CAMPOS: Estamos festejando la obra de recadero de la esquina, el dramaturgo
Cinco textos dramáticos

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Fernando Pessoa, que además de ser desordenado William Shakespeare, el
un poeta aceptable se ha convertido barbero de los chistes, el maestro de
en escribano de nuestros deseos, escuela John Milton, el carpintero de la
en amigo incondicional de nuestros tienda, el gandul Dante Alighieri. Ellos
desafueros. Para mí es un gran amigo son mis hermanos, los creadores de
y uno de los nuestros, a pesar de conciencia del mundo.
sus manías personales y su genio
cambiante. ALBERTO CAEIRO: La primera sílaba es el sedimento, la
materia primordial, la razón esencial
RICARDO REIS: Lo personal es un asunto insospechado de la palabra. Los estados y los reinos
en cada uno. Lo poético incluye la pasan y se arruinan, los estados del
memoria remota, el sentido místico, alma trasciende y el alma es casi
el valor de lo sensible. Portugal es una nada, lo ínfimo y lo infinito. Me concibo
suma de enigmas, ruinas y estados de libre y no puedo estar de acuerdo con
suspenso. Además, no comparto el Campos y con Reis porque la realidad
caos republicano que ha desfigurado no es posible. No me interesa que
la identidad de los portugueses. Me Pessoa esté o no de acuerdo.
considero monárquico porque la
imagen del rey funde la tradición y la RICARDO REIS: ¡Pensar con el sentimiento, sentir con la
leyenda, dos aspectos necesarios en la inteligencia esa es la cuestión!
identidad de un imperio. No comulgo
con el anarquismo burgués de Álvaro ÁLVARO DE CAMPOS: ¡Mandato de desalojo para los
de Campos. mandarines de Europa!, ¡fuera los
consagrados representantes del
ÁLVARO DE CAMPOS: Ricardo Reis, Ricardo Reyes, súbdito de pasado!, ¡Europa tiene sed de que se
un reino imposible de restaurar, porque cree, tiene hambre de futuro!, ¡Europa
el futuro no admite tronos y coronas. La quiere grandes poetas, quiere grandes
democracia es otra cosa y la poesía no estadistas, quiere grandes generales!,
tiene séquito ni amarras con un tiempo ¡quiere al político que construya
obsoleto. Para mí es claro que de un conscientemente los destinos
lado están los reyes, con su prestigio, inconscientes de su pueblo!, ¡quiere
los emperadores con su gloria, los al poeta que busque la inmortalidad
genios con su aura, los santos, los ardientemente y no le importe la fama,
conductores de pueblos, con su que es para las actrices y para los
poder, las prostitutas, los profetas, los productos farmacéuticos!, sin embargo,
ricos… Del otro, estamos nosotros, el yo veo el camino y no sé a dónde lleva.
316 317
Caeiro se entrega al éxtasis poético y todos lo escuchan y lo celebran. ALBERTO CAEIRO: ¡Señor que eres el cielo y la tierra, que
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eres la vida y la muerte!, el sol eres tú y
la luna eres tú y el viento eres tú. Eres
nuestros cuerpos y nuestras almas y
nuestro amor eres tú también. Dame
alma para servirte y alma para amarte.
Dame ojos para verte siempre en el
cielo y en la tierra, oídos para oírte en
el viento y en el mar, y manos para
trabajar en tu nombre. Hazme puro
como el agua y alto como el cielo. Que
mi alma pueda aparecer ante ti como
un hijo que vuelve al hogar. Vuélveme
grande como el sol, para que yo te
pueda adorar y vuélveme claro como el
día para que yo te pueda ver siempre.
Señor, protégeme y ayúdame. Haz que
me sienta tuyo. Señor, líbrame de mí.

ÁLVARO DE CAMPOS: No quería intervenir porque ustedes


están hablando por mí, al fin y al cabo,
son mí diversidad. Entiendan que un
ser normalmente constituido tiene el
deber cerebral de cambiar de opinión
varias veces al día. Debe tener, no ya
las creencias religiosas, opiniones
políticas, predicciones, sino hasta
sensaciones religiosas, impresiones
políticas, arrebatos de admiración
literaria. Es republicano por la mañana
y monárquico al atardecer.

318 319
En el delirio de Pessoa las tres Moiras ahora son tres veladoras, mujeres que SEGUNDA VELADORA: Al principio creó los paisajes, después
Cinco textos dramáticos

Cinco textos dramáticos


acompañan la ausencia de un marinero que ha fallecido. Hay una nueva atmósfera creó las ciudades; más tarde las calles
lumínica que resalta los tonos azules y plateados del océano y de una noche y las travesías, una a una, cincelándolas
larga, casi estática. En un plano distinto, los heterónimos están atentos, reunidos, en la materia de su alma. Empezó a
a la expectativa, porque Pessoa empieza a leer su texto teatral y las veladoras conocer a gente como quien apenas
comienzan a representar, como si la lectura se trasladara a la situación teatral. las reconoce... Iba conociendo sus
vidas pasadas y sus conversaciones
FERNANDO PESSOA: Un cuarto que está sin duda en un y todo eso como quien tan sólo sueña
castillo antiguo. El cuarto es circular, paisajes. Luego viajaba, recordado, a
al centro, sobre una mesa se ve un través del país que creara... Y así fue
catafalco. A la derecha hay una única construyendo su pasado... Pronto tuvo
ventana, alta y estrecha, que da hacia otra vida anterior...
donde se ve tan solo un breve espacio
de mar. TERCERA VELADORA: Continúa, aunque no sepas por qué...
Cuanto más te escucho, menos me
PRIMERA VELADORA: Todavía no ha dado hora alguna. pertenezco...
SEGUNDA VELADORA: No se podría oír. No hay reloj aquí
PRIMERA VELADORA: ¿Será bueno realmente que continúes?,
cerca. Dentro de poco debe ser de día.
¿debe cualquier historia tener fin?,
en todo caso sigue... Importa tan
TERCERA VELADORA: No, el horizonte está negro.
poco lo que decimos o no decimos...
SEGUNDA VELADORA: No se debe hablar demasiado... La vida Velamos las horas que pasan... Nuestro
nos acecha siempre... menester es inútil como la vida...

PRIMERA VELADORA: Cuenta siempre, hermana mía, cuenta TERCERA VELADORA: Hermana, no nos tenías que haber
siempre... contado esa historia, ahora me extraño
de estar viva con más horror.
SEGUNDA VELADORA: Sí, os hablaré más de mi sueño.
SEGUNDA VELADORA: Ya no sé si hablar o no hablar, ya no
TERCERA VELADORA: Cuenta con prisa, sigue contando... siento nada.
Vuelve a tu sueño... El marinero. ¿Qué
soñaba el marinero?... PRIMERA VELADORA: No hablemos más, me duele el
intervalo que hay entre lo que piensas y
lo que dices.

320 321
ÁLVARO DE CAMPOS: Eso digo yo, después de doce minutos FERNANDO PESSOA: Te quiero como me quiero a mí mismo,
Cinco textos dramáticos

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de escuchar a esas señoras, ¿por qué es decir, con un profundo desprecio por
siguen hablando todavía? las apariencias.

Las mujeres desarrollan imágenes, interrumpen y hacen mutis. Caeiro y Reis ÁLVARO DE CAMPOS: Soy todo lo que no te atreves a ser.
hablan de paganismo, Campos y Pessoa de teatro. Campos dice que el teatro es Fernando Pessoa es temeroso, se
movimiento y Pessoa sueña con un teatro inmóvil. Campos festeja y canta con reprime y sufre como un hipocondríaco
Caeiro, repitiendo hasta el cansancio “Cantigas de portugueses”. consumado.

FERNANDO PESSOA: Vengo de parajes desconocidos que


están más allá de la lógica.

ÁLVARO DE CAMPOS: En algo estamos de acuerdo,


Aristóteles era un mentecato que

DÉCIMO OCTAVO ESPASMO:


ignoró la otra parte de la realidad, la
esencial, la que no tiene cabida en la
razón.

FERNANDO PESSOA: Álvaro, te di mi libertad para que no

EL ESPEJO INVERSO padecieras la timidez profunda que me


caracteriza.

Fernando Pessoa y Álvaro de Campos, abrazados, han caído, ruedan ebrios y se ÁLVARO DE CAMPOS: No hablemos de lo mismo, me siento
detienen bajo las estrellas. en el juego del arrepentido y su sombra.
Tu eres la sombra y yo el arrepentido.
ÁLVARO DE CAMPOS: ¿Por qué diablos me hiciste un poeta Me arrepiento de dedicar tiempo a tu
de papel si yo necesito ser humano crisis, porque nunca serás capaz de
y materializar mis deseos en actos superarte. Mira, acabo de terminar un
directos y reales? poema portentoso como el océano
donde danzan mis demonios y mis
FERNANDO PESSOA: Tengo la impresión de que no existen bajos instintos, todo, incluyendo
diferencias entre lo real y lo irreal, el misticismo, sublimado por la
excepto que lo fabulado se acerca más palabra libre, el verso sin medida y la
a la verdad. exuberancia de metáforas encendidas.
Los portugueses somos marítimos y
ÁLVARO DE CAMPOS: Me niego a pertenecer a la irrealidad nuestras raíces están en el carácter
que has inventado. huracanado de los navegantes.
322 323
Pessoa empieza a decir versos de la Oda Marítima y Campos repite, completa ÁLVARO DE CAMPOS: Todos tenemos dos vidas: la verdadera,
Cinco textos dramáticos

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y dice otros fragmentos que Pessoa acompaña, hasta que son una voz, luego esa que soñamos en la infancia, y la
ambas y después cada uno se detiene en su silencio particular. falsa, esa que vivimos en la convivencia
con los otros.
El quehacer de los actores, mientras dialogan y desarrollan los versos, se basa
en el juego corporal de ser el mismo, iguales, parecidos y distintos. Ser, no ser, FERNANDO PESSOA: ¿Qué puede hacer un hombre de
transfigurarse, doblarse, desdoblarse, es decir hacerse otro. sensibilidad, salvo inventar a sus
amigos, o al menos, a sus compañeros
Los heterónimos y los fantasmas, en actitudes neutras, son el coro que trae lo de espíritu?
marítimo en el juego de las hojas de papel que evocan el sonido del mar, el oleaje,
la espuma blanca sobre el ambiente azuloso. Es como si las palabras cobraran ÁLVARO DE CAMPOS: Si alguien nos viera, Fernando, pensaría
vida en el movimiento y en las imágenes polifónicas que generan las hojas y los que somos más que amigos, pero tú
cuerpos: diseños visuales, acciones dramáticas, donde se plasma la emoción y yo sabemos perfectamente que no
del poeta y los mundos que surgen detrás de los versos, en la acción física de la somos la misma persona y la diferencia
metáfora escénica. es que somos iguales.

ÁLVARO DE CAMPOS: Lo he titulado Oda Marítima y estás FERNANDO PESSOA: Pareces un actor improvisando.
autorizado para publicarlo en Orpheu, ÁLVARO DE CAMPOS: ¿Valió la pena, Fernando?
así tu revista será recordada, gracias a
mis versos. !Ah!, y no vuelvas a hacer el FERNANDO PESSOA: Todo vale la pena si el alma no es
ridículo diciendo que soy una invención pequeña.
tuya, no levantes falsos testimonios.
Recuerda, soy futurista y tú eres el Campos ríe estruendosamente y abraza a Pessoa. Luego se aparta, se confunde
señor de los arcanos. con las sombras. Hay una pausa y en un punto opuesto saliendo del coro, aparece
la imagen de una mujer con una hoja-pañuelo en la mano. Pessoa se llena de
FERNANDO PESSOA: No soy solo un escritor, soy toda una saudade, recuerda el largo adiós de María Magdalena.
literatura.

ÁLVARO DE CAMPOS: Mira, Fernando Antonio Pessoa, ni el


placer, ni la gloria, ni el poder me han
seducido: me ha interesado la libertad,
solo la libertad.

FERNANDO PESSOA: La vida es la única batalla donde solo


hay victoria cuando no hay vencedor.

324 325
viviré con esta duda, con esta
Cinco textos dramáticos

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incertidumbre que me devora. Solo
cuando oiga de su boca este juramento,
creeré en su inocencia.

DÉCIMO NOVENO ESPASMO: FERNANDO PESSOA: Ofelia, niña, quien verdaderamente


ama no escribe cartas que parecen
requerimientos notariales.

OFÉLIA: Una señora habló con mi hermana y le

ADEUS, OFÉLIA, ADEUS dijo que usted andaba por ahí diciendo
que yo no le interesaba. Si es así
prefiero la desilusión a vivir como una
Dos espacios, dos planos distintos, contrapuestos. Pessoa y Ofélia hablan, ilusa.
como si estuvieran cerca, pero estando lejos, cada uno en su casa, teniendo
comunicación epistolar. FERNANDO PESSOA: No hay quien sepa si yo la quiero o no,
porque a nadie he dicho una palabra
OFÉLIA: Feliz sería si me dijera qué significo sobre el asunto.
para usted. A una mujer le gusta que le
comenten lo que piensan de ella. OFÉLIA: Fernando, ¿tendré que esperar mucho
para ver realizado mi sueño?, ¿aquello
FERNANDO PESSOA: Reconozco que todo esto resulta que más deseo en esta vida?
cómico, y que la parte más cómica soy
yo. FERNANDO PESSOA: ¿Me quieres por ser yo o por no serlo?

OFÉLIA: Fernandito, quiero preguntarle si OFÉLIA: Y dígame ahora francamente si existe


usted nunca ha pensado en fundar otro amor en su vida. ¿Por qué es
una familia. Le ruego encarecidamente indiferente?, ¿por qué dejó de verme
que me lo diga por escrito, que diga durante días sin ninguna explicación?
los proyectos que alberga respecto
a mí porque si no se corresponden FERNANDO PESSOA: Mi destino pertenece a otra ley, cuya
con los que yo tanto deseo, prefiero existencia, Ofélia, desconoces. Solo
romper para siempre nuestra amistad. sueño con amores imaginarios.
Además de quererlo quiero conocer
OFÉLIA: Arrodillada ante la imagen de Nuestro
sus intenciones, quiero que me aclare
Señor dos Passos, acabo de pedirle que
cualquier mala impresión que pueda
no deje de amarme, que siempre me
tener; quiero saber si sus intenciones
quiera mucho y que nunca me olvide.
conmigo son serias, de lo contrario
326 327
Ofélia, con aire un poco demencial, como Ofelia de Hamlet, sorprendida por la
Cinco textos dramáticos

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ruptura, expresa sus emociones a través de reacciones en relación con las cartas,
a las hojas. Las mueve, las estruja, se cubre el rostro, las baja a las entrañas, las
toca con los dedos, las arruga, las siente como caricias suaves al viento y como
VIGÉSIMO ESPASMO:
desgarradoras heridas.

Fernando Pessoa gira y se encuentra de frente con Álvaro de Campos, casi


idénticos, como si uno fuera la sombra del otro. Se saludan, se abrazan y al EL RETORNO DE
MARÍA MAGDALENA
unísono dicen versos, en absoluta libertad.

ÁLVARO DE CAMPOS Y ¿Me querían casado, fútil, cotidiano y


FERNANDO PESSOA: tributable?, ¿me querían lo contrario de
esto, lo contrario de cualquier cosa?, si Pessoa camina incierto por las calles de Lisboa, atraviesa la Plaza del Comercio,
yo fuera otra persona les haría a todos huele y percibe con agudeza la presencia del río Tajo y se detiene en el muelle,
su voluntad. mirando los grandes barcos que atracan en el puerto de Lisboa. Pessoa relee una
carta de uno de sus hermanos.
Así como soy ¡ténganme paciencia!,
¡váyanse al diablo sin mi o déjenme En contraplano, un muchacho se para en la baranda de la cubierta, con una
irme solitario al diablo!, ¿por qué maleta, avizorando el muelle. Fernando lee en voz alta.
habríamos de irnos juntos?, ¡no me
tomen del brazo! FERNANDO PESSOA: Querido Fernando, mamá está mal, del
cuerpo y del espíritu, ya no es la mujer
No me gusta que me tomen del brazo. saludable y entusiasta que conocías. La
Quiero estar solo. ¡Ya dije que estoy enfermedad la dejó muy desalentada.
solo! La muerte de nuestro padre fue el golpe
definitivo, sin él, África ya no significa
¡Ah, que aburrido que quieran que sirva nada. Mamá me dice que escriba para
de compañía! que sepas que llegamos a Lisboa.
Joao.
Mientras Pessoa habla, Ofélia reacciona y compone imágenes entrañables,
sensibles, relacionadas con los sentimientos contradictorios que la estremecen. Aparece la mamá y otro muchacho. Es María Magdalena y los dos hermanos
Las cartas terminan arrugadas en el suelo. menores de Pessoa, Joao y Luis Miguel, que acaban de llegar de Pretoria. La
mujer se siente fatigada, enferma, llena de nostalgias. Fernando los ve, se
Álvaro de Campos y Fernando Pessoa se juntan literalmente y a la luz de la saludan a la distancia: Fernando en el muelle y su madre y sus hermanos en la
penumbra que invade lentamente la escena parece que fuera un solo hombre, con cubierta de un barco, anclado cerca de la orilla.
abrigo y sombrero.

328 329
Fernando se detiene en la madre, que desciende la escalerilla del barco y queda
VIGÉSIMO PRIMER
Cinco textos dramáticos

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casi de frente, a unos pocos metros de distancia. Se miran, profundamente,
hasta el alma. María Magdalena está medio paralítica, envejecida, sin esperanzas
y Fernando ya no es el muchacho que vio por última vez, ha envejecido
prematuramente, cuando se quita el sombrero descubre una cabeza con escasos
cabellos y ceño fruncido. Fernando también es viejo, el tiempo ha sido demoledor.
ESPASMO:
Fernando Pessoa corre hacia la madre, la abraza, la besa, llora, se conmueve,
siente que muere y vuelve a renacer en un instante.

FERNANDO PESSOA: Madre, te ves hermosa, la vida es una


vaguedad, siempre soñé con este día.
EL DESASOSIEGO
Bernardo Soares y Fernando Pessoa, sentados en la misma silla giratoria, espalda
MARÍA MAGDALENA: Fernando, mi amor, mi niño genio, con espalda, ambos con traje y sombrero. Bernardo anda con un legajo de hojas,
la última vez que nos vimos tenías con el manuscrito del Libro del desasosiego. En el fondo, en una línea de coro, los
apenas quince años, Fernando, poco heterónimos se agitan y murmuran. Al mismo tiempo se detienen o se mueven
has cambiado. como si fueran parte de un mismo mecanismo.

Fernando se arrodilla, coloca la cara contra el regazo de la madre y solloza. BERNARDO SOARES: En cierto modo yo cargo los temas
La madre lo anima para que se pare y lo toma del brazo, orgullosa del hijo. La que usted evade casi siempre. Cumplo
señora, que demuestra más edad que la que tiene, avanza, cojeando, apoyada en horarios de oficina que me dejan
Fernando, que le habla, a intervalos de silencios prolongados. extenuado y usted se sienta ante un
escritorio de vez en cuando. Usted
FERNANDO PESSOA: Conseguí una casa grande, en Campo redacta cartas ajenas, yo sumo cifras
de Urique, en Rua da Rocha, bonita, de movimientos que no son míos, de
con espacios bien iluminados, en una ganancias que no me pertenecen.
zona tranquila. Ahí podremos vivir sin
inconveniente. Tu habitación es la más FERNANDO PESSOA: Ebrio de errores soy incapaz de
grande y la mía da a la calle y tiene trasladar responsabilidades y mi
ventanales. conciencia llega hasta donde cada
personalidad me lo permite. Sería feliz
La madre se aleja, hacia atrás, como si una fuerza de fondo la succionara hacia la si mis criaturas no inventaran niveles
oscuridad. Fernando se siente mareado, todo el cuerpo le duele, no distingue lo de conflicto conmigo. No me sienten
real de lo imaginario. Se arquea, adolorido, con poco aire en los pulmones. como un padre, me perciben como un
mal padrastro. Eso me desconsuela.

330 331
Bernardo coloca folios sobre la silla y la gira de manera reiterada. Las hojas no siempre quiero tener en cuenta.
Cinco textos dramáticos

Cinco textos dramáticos


vuelan, caen al piso. Pessoa, cansado, se descoyunta en la silla, un poco Usted no experimenta estallidos
deprimido. Los heterónimos agitan las hojas de papel, rítmicamente, y avanzan emotivos y por eso no puede escribir
desde el plano de fondo hasta la línea de proscenio. Murmuran, suben el tono de en verso, solo relata ideas, estados
las voces, alegan, exigen y muestran sus papeles como reclamando la autoría de mentales de alguien que se hunde
esos textos. Pessoa siente temor por primera vez de sus propios engendros. Los irremediablemente en el agujero sin
observa con recelo. Pero no sucede nada, agitados, disgustados, cada uno se va fondo de la incertidumbre.
para un lado distinto.
BERNARDO SOARES: Quizá usted logre beneficiarse de mi
Bernardo Soares reúne las hojas que cayeron con las que aún conserva entre desatino y le reconozcan el mérito que
las manos, mira a Pessoa, quiere hablarle, no te atreve, vacila, no está seguro yo he logrado con mi propio esfuerzo,
de lo que piensa. Sin embargo, se decide, camina hacia el poeta y le entrega un porque escribir no es algo fácil, usted
paquete de papeles, se trata del Libro del desasosiego. lo sabe, cada página en blanco es un
abismo. Haga con estas hojas lo que
BERNARDO SOARES: Señor Pessoa seguiré siendo un quiera, quémelas una noche de invierno
semi heterónimo y un ayudante de en una fogata. Señor Pessoa, usted
tenedor de libros, ni siquiera aspiro a inventa criaturas que son autorretratos
reemplazar a mi jefe cuando él muera distorsionados. Yo apenas soy una
ni a ser heterónimo suyo. Le voy a silueta trazada en la niebla del hastío,
entregar estas páginas sin orden ni una astilla que nunca pudo sacarse del
premeditación. Es el libro del vacío, corazón.
de la confrontación con los días
inútiles, la crónica de noches repetidas Pessoa se empina, crece, frente a un Bernardo disminuido ostensiblemente
como páginas escritas siempre por deprimido, casi minúsculo. Pessoa hojea el manuscrito y se detiene en algunas
alguien invadido por el tedio de su páginas, gratamente sorprendido.
propio espíritu. Son las páginas del
desasosiego y quizá logre el exorcismo BERNARDO SOARES: Como escritor soy poca cosa señor
y usted consiga lo que yo jamás Pessoa. Este libro extraño, como
obtendré: un poco de gloria, algo de portales abiertos en una casa
optimismo. abandonada, es bello e inútil porque
nada enseña, nada hace creer, nada
FERNANDO PESSOA: No he querido ofenderlo cuando he hace sentir. He puesto toda el alma en
dicho que es un semi heterónimo, escribirlo y ahora lo dejo en sus manos.
lo que pasa es que no lo considero Estos fragmentos podrían ser su diario
significativo en mi experiencia literaria. enmascarado. Jamás lo va a reconocer,
Usted ha sido, precisamente, el en cierto modo presume de ser alguien
retratista de una parte de mi vida que más o menos normal.
332 333
Ahora, Bernardo Soares se acomoda en la silla, Pessoa lo hace girar hasta Pessoa, se trepa a la silla, como si fuera un estrado, y habla en tono de
Cinco textos dramáticos

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embriagarlo de vueltas y vueltas. Cuando la silla se detiene, Soares se endereza disertación política, expresándose entre la timidez y la vehemencia.
con dificultad. Tiene las manos vacías y Pessoa ha guardado el manuscrito en
algún lugar de su abrigo. FERNANDO PESSOA: Una mitad del país es monárquico
y la otra republicana. Actualmente,
BERNARDO SOARES: Yo, literalmente, no soy nadie y nunca no hay soberano, no hay gobierno,
seré nada. Su soledad era tan grande y hace mucho caímos en el caos. En el
enfermiza que inventó otros seres para Portugal de hoy el tema institucional
acompañarse y no tuvo escrúpulos es completamente insoluble. Portugal
para crearme a mí, alguien más no puede ser ni una república ni una
desolado que usted mismo. Usted no monarquía. La nación está dividida
es dios, no es demiurgo, no encarna al entre un régimen en el cual no cree
deseado, sabe bien que haya o no haya y una oposición al régimen en la
dioses de ellos somos siervos. Adiós, que no confía. Si la nación está así
señor Pessoa. dividida contra sí misma es que ya
no existe una identidad portuguesa.
Cada uno sale por un lado distinto. Soares va deprimido, Pessoa pensativo. En este caso, es necesario que las
fuerzas armadas asuman el poder, en
solitario, con energía y credibilidad.
Si es necesario reemplazar el
constitucionalismo hay que hacerlo,
Portugal lo requiere. Hay que garantizar
el orden público, porque hemos estado
expuestos a la perturbación y asegurar

VIGÉSIMO SEGUNDO
el ejercicio de las actividades sociales,
individuales y colectivas. Los más
indicados para gobernar en un estado

ESPASMO:
de transición son los encargados
de conservar el orden, es decir, los
militares. La democracia moderna no
es más que la sistematización de la
anarquía. La fuerza es el fundamento

JUSTIFICACIÓN de la ley. El sistema monárquico es


el más apropiado para una nación
orgánicamente imperial como Portugal,

334
DE LA DICTADURA pero hoy en día, dadas las condiciones
335
económicas y sociales, la monarquía es
VIGÉSIMO TERCER
Cinco textos dramáticos

Cinco textos dramáticos


inviable. Entonces, la única alternativa
es el equilibrio vertical y la autoridad. Mi
lema es todo por la humanidad, nada
contra la nación. ESPASMO:
Una masa de hombres de Lisboa, con traje de paño y sin sombreros –para
diferenciarlos de los heterónimos-, se desplaza y avanza en distintos sentidos,
copando espacio, cubriendo frentes, haciendo líneas y agitando las hojas y los
puños. Son estudiantes católicos de Lisboa, simpatizantes de la falange española
y del fascismo italiano. Son una masa beligerante, aferrada a la fe y convencida
EL REGRESO DEL
del nacionalismo portugués. Fernando Pessoa se mezcla con la masa, pero en vía
inversa, dudando tal vez de su verdadera identificación con la fuerza en ascenso REY DON SEBASTIÁN
de la ultraderecha europea. La última imagen es agresiva y contundente. Pessoa
está a un lado, observando. Cae la oscuridad de manera tajante, como un mal El escenario empieza a iluminarse con luz de alborada. Aparece un barco en
presagio. el escenario. El barco tiene tres mástiles y un gran velamen construido con
hojas de papel. Parado en la cubierta, con escudo imperial y espada, está el
Inmediatamente, se ilumina un corredor tenue en el proscenio. Transcurre una rey don Sebastián, muerto en la derrota de Alcazarquivir, a orillas del Río de la
imagen onírica: Ricardo Reis jala una máquina de escribir con velamen, proa y Podredumbre, cumpliendo la profecía de Bandarra, el zapatero de Troncoso, que
teclado, como una nao de las palabras, como un sueño sutil y hermoso que hace habla del rey que vuelve para redimir a su gente.
homenaje al espíritu de la literatura.
UN CANTOR A LA Cuando se haya perdido toda
RICARDO REIS: Soy indiferente hacia una época que ORILLA DEL RÍO TAJO: esperanza
nada puede solicitar de mí. Pertenezco Portugal, Portugal, Portugal
al reino de lo simbólico y siempre que hallarás la salvación en el retorno del
podamos considerar este mundo como rey encubierto.
una ilusión podremos apreciar todo lo Don Sebastián no ha muerto
que nos sucede como un sueño. La don Sebastián no ha muerto
rueda de los acontecimientos nunca se don Sebastián no ha muerto.
detiene: mi vida transcurre viviendo en Las olas traen noticias atroces
Brasil y visitando eventualmente Lisboa, llegan gritos espectrales
como ahora, cuando me apuro para con sangre lusitana la arena se ha
llegar a tiempo al entierro de Fernando teñido.
Pessoa. El rey navega en los mares de la noche
y una mañana de niebla incandescente
Se borra el corredor de luz. regresará a restaurar el imperio
derrotado
336 337
cuando se haya perdido toda esperanza DON SEBASTIÁN: No quiero que me sigas invocando, no
Cinco textos dramáticos

Cinco textos dramáticos


Portugal, Portugal, Portugal soy mesías, te cuento que fui degollado
hallarás la salvación en el retorno del por el alfanje de un impío y que nunca
rey encubierto. conocí el paraíso. Déjame en paz, ya no
Don Sebastián no ha muerto tengo reino, ni cetro, ni amante secreto,
don Sebastián no ha muerto ni quiero regresar a Lisboa. Nací para
don Sebastián no ha muerto. perderlo todo, en eso nos parecemos,
somos portugueses. Adiós Fernando,
El navío, como en un sueño, se detiene cerca a la posición de Pessoa, a orillas del solo quiero descansar.
río Tajo.
FERNANDO PESSOA: Toda la historia va y viene entre niebla,
FERNANDO PESSOA: Señor, soberano de mi delirio, ángel y las mayores batallas que se cuentan
imperfecto, príncipe de las hadas y son espectáculos en la bruma.
los efebos, te reconozco como el rey
encubierto y siento tu espíritu dentro El barco y el rey don Sebastián desaparecen en las tinieblas, queda el eco del
de mi espíritu, como una embriaguez canto legendario. Pessoa se siente mal, da pasos inseguros, gesticula, le duele el
sagrada que me invade cuando te hígado, le duele el alma, trastabilla.
invoco y te nombro.

DON SEBASTIÁN: Jamás me sentí feliz siendo príncipe en


una corte donde sobresalían hipócritas,
felones, desleales, ingratos, pérfidos,
malagradecidos, miserables, cobardes
y bellacos. Acepté la presión de los
VIGÉSIMO CUARTO
clérigos y me ungí con la fe de los
cruzados. Mi derrota fue dolorosa y ESPASMO:
solo encontré los desiertos de arena
para que mi alma errará en el silencioso

LAS MÁSCARAS
dolor de los espectros.

FERNANDO PESSOA: Eres lo hermético, lo épico, lo

DEL ALMA
andrógino, lo realista y lo irreal, es decir,
lo mítico. A ti me quiero integrar, en
la comunión de los arcanos y en los
signos de un reino anclado a orillas del
río del tiempo. Pessoa va por las calles de luz amarillenta, enfundado en el abrigo, con poemas
bajo el brazo, ensimismado. De súbito aparece, de frente, el fantasma de la abuela
Dionisia, que lo sorprende y lo hace retroceder unos pasos.
338 339
DIONISIA: ¿Estamos muertos Fernando, estamos FERNANDO PESSOA: Abuela descansa en paz.
Cinco textos dramáticos

Cinco textos dramáticos


muertos?
DIONISIA: Fernando, ¿cuántas máscaras
FERNANDO PESSOA: No abuela, aún existimos, estamos llevamos, máscaras bajo las máscaras,
dialogando. sobre el rostro del alma?

DIONISIA: Y si no estamos muertos, ¿por qué la FERNANDO PESSOA: Ahora comprendo que tus problemas
sombra de tu padre me persigue? psiquiátricos se parecen demasiado
a mis problemas literarios. Siempre
FERNANDO PESSOA: Yo no sé abuela, eres nerviosa. tuve miedo de tu secuela, a veces
la demencia se transmite entre
DIONISIA: Tu padre, recuerdas, pobre desdichado,
generaciones.
mi hijo tísico, que no parecía
descendiente de militares porque
DIONISIA: Fernando, en la muerte no hay
tenía alma de artista. Era delicado,
psiquiatras y el único loco es Dios. Hoy
le gustaba la música, estaba un poco
nos veremos, hay un tranvía que pasa
loco, Fernando, como tú, maldito nieto,
por la casa y llega hasta la puerta del
dime si estamos muertos.
Cementerio de los Prazeres. Sabes que
FERNANDO PESSOA: No abuela, según mi carta astral moriré te estoy esperando nieto mío.
a los cuarenta y nueve años, la cifra
cabalística, abuela, tu no entienden los La luz se apacigua hasta desaparecer.
astros, aún faltan dos años.

DIONISIA: Fernando, nieto mío, la angustia es más


fuerte que el vacío.

FERNANDO PESSOA: Abuela, mi padre se ha borrado, no


retengo su imagen, me conmueve. Solo
en el drama de Shakespeare, abuela, la
sombra del padre tiene voz. VIGÉSIMO QUINTO
DIONISIA: ¿Fernando, estamos vivos o estamos
muertos?, ¿por qué tengo las manos ESPASMO:
llenas de gusanos, por qué estoy
encerrada en este cuarto sin puertas ni

ABILIO Y LA SOMBRA
ventanas? Fernando.

340 341
Como si estuviera en un callejón de Lisboa, Abilio Cuaresma aparece metido ABILIO CUARESMA: Intentas despistarme, pero conmigo no
Cinco textos dramáticos

Cinco textos dramáticos


en su gabán, con la cabeza protegida por el sombrero, con las habituales gafas será fácil. Soy mayor que Pessoa, tengo
de lentes oscuros y ese aire infalible de detective privado. Su sombra se refleja más experiencia y he conocido tipos
contra una pared o contra un telón. Hombre y sombra se miran fijamente. Hay una peores, mejor dicho, más complicados.
cierta intención que suscita al diálogo. Cuando Abilio Cuaresma se dispone a
continuar su camino la sombra le habla y lo sobresalta. LA SOMBRA DE ABILIO: Podría ser la sombra de todos los
heterónimos, pero multiplicarse
LA SOMBRA DE ABILIO: Tus pesquisas me dan risa Abilio. inútilmente agota demasiado. Algunos
Confías demasiado en las evidencias heterónimos me ensombrecen o me
lógicas y descartas el absurdo como aburren. Menos mal no eres depresivo,
clave del entendimiento. a veces me diviertes.

ABILIO CUARESMA: Eres mi sombra o eres la sombra de ABILIO CUARESMA: Si tuvieras autonomía o aprendieras
Pessoa. Por tu retórica estás más cerca a desdoblarte entrarías a dónde yo
de él que de mí. no puedo ir. Sería una ventaja para
esclarecer casos difíciles y para
LA SOMBRA DE ABILIO: La realidad es inversamente fisgonear en lugares privados.
proporcional a sí misma y con mucha
facilidad se vuelve irreal. Así es la vida. LA SOMBRA DE ABILIO: Atrévete a dudar de las coordenadas
En la muerte es distinto: la realidad es de lo real. Todo no es como parece.
solo una apariencia y la imaginación Pessoa ha inventado los heterónimos,
abre las puertas de lo inesperado. pero antes los heterónimos lo
inventaron a él. Es Pessoa el irreal y los
ABILIO CUARESMA: Siempre pensé que los heterónimos heterónimos simplemente existen en
carecíamos de sombra propia y otra realidad.
estábamos a la sombra de un autor
genial. Ahora lo estoy dudando, quizá ABILIO CUARESMA: Pessoa son varias Pessoas. Él se
la realidad solo refleja las formas despersonaliza, se desdobla y se
exteriores de un todo que no cabe en la transfigura haciendo un juego literario.
cabeza. Los heterónimos pensamos lo
contrario. Soy heterónimo, con cierta
LA SOMBRA DE ABILIO: Vaya expresas lo que pienso, ¿eres mi independencia en las ideas y con
sombra o mi reflejo? hábitos de semejanza que no he podido
abandonar. Por eso pienso como ellos:
Pessoa no existe, es un personaje
imaginario.

342 343
LA SOMBRA DE ABILIO: Nacemos en el crepúsculo y morimos RICARDO REIS: Buen viaje, la vida es un día para nacer
Cinco textos dramáticos

Cinco textos dramáticos


antes del alba. y un día para morir. El resto es un juego
donde los dioses se divierten.
La luz cambia y la sombra desaparece, Abilio se retira. El ambiente lumínico se
modifica, sugiriendo otro paisaje cromático. ALEXANDER SEARCH: A usted le escuché que en el límite
definitivo hallaremos la iluminación.
Esa lógica niega la importancia
trascendental de la oscuridad.

ÁLVARO DE CAMPOS: Gracias Fernando Pessoa por cargar


toda mi fiebre, todos mis sueños, mis
desatinos, los ciclones de mi espíritu
y el incendio de mis versos. Eres

VIGÉSIMO SEXTO magnífico, así a veces parezcas un


arenque ahumado.

ESPASMO:
FERNANDO PESSOA: Reconozco que fracasé. Sólo me
asombro por no haber previsto que
fracasaría. ¿Qué había en mí que
pronosticara un triunfo?, yo no tenía
la fuerza ciega de los vencedores o

LA DESPEDIDA la visión de ciertos locos. Era lúcido y


triste como un día de frío.

Los heterónimos irrumpen la soledad del poeta que respira con dificultad. Cada Los heterónimos se expresan despidiendo a Pessoa que llegó al último instante
uno trae su paquete de poemas, su montón de hojas. Abordan a Pessoa. Los de la existencia. Después de hablar, se extienden en el suelo, como volviendo a
acompaña una mujer enigmática que toca el acordeón. Es la muerte, como la casa. El último es Pessoa, en el centro de un panteón imaginario donde yace el
perciben los sentidos delirantes de Pessoa. poeta y sus personajes.

Los heterónimos se despiden entre sí, especialmente abrazan y estrechan la ALBERTO CAEIRO: Si quieren escribir mi biografía sepan
mano de Pessoa, con saudade y regocijo. Han llegado al final de un viaje. Hay que solo tiene dos fechas. La de mi
algo de fiesta y funeral en la actitud de los personajes. nacimiento y la de mi muerte. Entre una
y otra todos los días son míos.
ALBERTO CAEIRO: Adiós Fernando y bienvenido, porque
estando ya difunto, he sido heterónimo
y fantasma, pero, sobre todo, he sido tu
amigo.
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ÁLVARO DE CAMPOS: Entremos en la muerte con alegría. Se infundio de la república que acabó con
Cinco textos dramáticos

Cinco textos dramáticos


acabó la obligación de vestirse, lavarse, la monarquía y no pudo consolidar la
tener que razonar, simular, cuidar nación. Sidónio País, era el enviado
las maneras, tener riñones, hígado, y fue acribillado, Salazar parecía la
pulmones, bronquios, dientes, todo lo redención y sometió la esperanza del
que provoca enfermedad y sufrimiento, reino de Portugal. Qué más da, mi vida
¡a la mierda todo eso! ha sido un juego sin salida.

RICARDO REIS: Regresé llamado por la agonía de Cuando Chevalier deja caer la hoja que tiene en la mano y dice: ¡adiós, Fernando!,
Pessoa cuando ya era un fantasma ¡adeus, Fernando!, las luces se extinguen y solo queda el cenital que da de lleno
impregnado en la brisa de Lisboa. Es en la agonía de Fernando Pessoa. El fuelle del acordeón de la muerte coincide con
inexacto mi derrotero porque nunca fui la respiración de Pessoa, cada vez más difícil y congestionada. La vida se escapa,
derrotado por el paso del tiempo, soy el alma tiembla en el tiempo de las últimas pulsaciones.
antiguo como un recuerdo. Lo fui todo,
nada vale la pena.

ALEXANDER SEARCH: Aquí yace Alexander Search que Dios


y los hombres dejaron caer y que la
naturaleza agobió de desdichas para
VIGÉSIMO SÉPTIMO
burlarse de él. No creía en el Estado ni
en la Iglesia, ni en la tierra aquí abajo, ni ESPASMO:
en el cielo allá arriba.

LOS ROSTROS
Cada uno, a su manera, se cubre con las hojas, sugiriendo una sábana
fragmentada, un túmulo, una tumba. Al fondo la enigmática mujer, que es la
muerte, seductora, dama antigua, con su acordeón de puerto, desliza en el

DE PESSOA
ambiente una melodía que trae el recuerdo de Lisboa a orillas del río Tajo. Cerca,
de pie, está el pequeño Chevalier de Pas, el corresponsal imaginario, cuando
Pessoa tenía siete años. Chevalier tiene una carta en la mano. Pessoa está
conmovido, se olvida del cólico, sabe que está llegando a su final, como en una
El tiempo se acorta, los espasmos son más continuos, menos espaciados,
pieza de teatro.
las imágenes se cruzan, la rueda de los acontecimientos gira más rápido.
FERNANDO PESSOA: Olviden todo lo que tiene que ver Con los últimos impulsos, Fernando Pessoa deja de pensar en el dolor que lo
con el interregno, ese escrito no destroza y respira a profundidad los últimos sorbos de aire. Al fondo aparecen
existe, las opiniones políticas son tan los heterónimos, con rostro de Pessoa, con distintas estaturas, con una sola
relativas como estúpidas. La junta fisonomía. Respiran y se reúnen, como el último protocolo de la aventura
militar terminó con la democracia, ese poética. Luego, se van, se pierden en la penumbra del fondo. Pessoa queda solo,
desenmascarado.
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FERNANDO PESSOA: Juro siempre tener en la memoria
Cinco textos dramáticos

Cinco textos dramáticos


a Jacques de Molay, mártir de los
templarios, asesinado cruelmente por
la inquisición. Y combatir siempre y en
todas partes a sus tres asesinos: La
ignorancia, el fanatismo, la tiranía.

VIGÉSIMO OCTAVO FERNANDO PESSOA: Mis anteojos, mis anteojos.

El gran momento ha llegado. Ya no le incomoda el sombrero, ni la gabardina, ni

ESPASMO:
los zapatos. Se siente desnudo, libre de huesos y deseos.

FERNANDO PESSOA: I know not what tomorrow will bring.

Un haz de luz ilumina la figura del hombre del abrigo y el sombrero, la atmósfera

UNA LLUVIA DE LUZ


del escenario se tiñe de azul marino y miles de hojas comienzan a llover: llueven
hojas, planean páginas, caen metáforas. Desde el fondo del olvido llegan los
acordes de la Bella Infanta, la sensación perdida de la infancia, la nostalgia de la
Como Goethe el iniciado, como Viera el sabio, como Rimbaud el vidente, Pessoa vida extinta. El poeta se llena de silencio y siente que ya no respira.
vislumbra partículas de luz que titilan en el aire. El cuerpo no duele, no pesa, la
memoria es ingrávida y bajo los pies, la levedad simplemente. Antes que el alma Antes de que la última hoja caiga, el escenario se oscurece y la agonía de Pessoa
inicie su vuelo, brotan las palabras en el último instante. llega a su final.

FERNANDO PESSOA: No soy nada.


nunca seré nada.
No puedo querer ser nada
aparte de eso, tengo en mí todos los
sueños del mundo.

Un vacío de paz interior absorbe los recuerdos y solo existe el viento, la sensación
del verbo convertida en vibración pura. Pessoa siente el fulgor de la luz y quiere
verla íntegramente.
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Cinco textos dramáticos

Cinco textos dramáticos


Juan Carlos
Moyano Ortiz
Nació en Bogotá, en 1959. Se dedica Ha realizado versiones escénicas de
al trabajo teatral, al quehacer literario novelas como Cien años de soledad, La
y al aprendizaje de la vida. Ha viajado vorágine, Los demonios, Los ejércitos,
por diversos lugares y culturas y ha Sexus y El enano, ha escrito y dirigido
construido un camino de caminos obras como Los ritos del retorno, La
que intenta recorrer para llegar a montaña de los Signos, La insurrección
sí mismo. Su trabajo como artista de las hormigas, La resurrección de
teatral comenzó en 1975 con el Teatro los condenados, El evangelio según
Taller de Colombia. Se volvió experto María, Hécuba o la razón de la locura,
montando obras de teatro y viajando Lo inconfesable y Los cinco entierros
como un peregrino del arte. Ha de Pessoa. Actualmente es director
estrenado casi un centenar de piezas del Teatro Tierra y se obstina en seguir
y ha realizado innumerables correrías creando desde una página en blanco
y temporadas. Ha publicado los o desde un escenario. Escribe para
siguientes libros: Espectros (poemas), rebelarse y revelarse. En 2021 obtuvo
La pasión de las lunas (relatos), Guía el Premio Nacional de Dramaturgia
de sonámbulos (relatos), En la línea otorgado por el Ministerio de Cultura de
Beduina (relatos), Punto de fuga Colombia.
(novela), Con los pájaros en la cabeza
(novela breve), Tigre comedor de sables
(cuentos) y Arte de labranza (teatro).

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Cinco textos dramáticos

La resurrección de los condenados

La temática es histórica, política y memoriosa, son creaciones donde la


dramaturgia se lleva a cabo en caliente, es decir, desde el laboratorio de trabajo,
mezclando la argamasa del escenario con el uso del verbo para producir el
fenómeno poético y la metáfora visual.

La maldición del rey ciego y Lo inconfesable

Son tragedias que parten de las mismas fuentes míticas y legendarias que usaron
los clásicos, pero reinterpretando los hechos y proponiendo puntos de vista que
dejan ver el transverso de los roles originales.

La montaña de los signos

Es un texto incubado desde comienzos de los años ochenta, en el siglo pasado,


cuando estaba recorriendo México con el Teatro Taller de Colombia. Decidí, por
curiosidad e intuición, reconocer los pasos del poeta Antonin Artaud, a quien
admiraba por sus poemas y por los riesgos de sus conceptos teatrales.

Los cinco entierros de Pessoa

Es consecuencia del hado poético de mi vida y otras vidas, cuando anduvimos


en Lisboa, una ciudad milenaria, encallada a orillas del río Tajo, donde nació y
vivió Fernando Pessoa. Empecé a escribir esta obra, en un pequeño estudio, en
La Morería, muy cerca de Alfama y de la Baixa, por donde trasegó el gran poeta
portugués, con su alma, su bigote, su sombrero y su poética de todos los lugares y
todos los tiempos.

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