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En esta tabla, el eje vertical de "ejecución" contiene la opinión de los encuestados sobre
los buenos resultados en el mercado. El eje horizontal mide si los encuestados creen que
los líderes proporcionaron un punto de partida útil en ese esfuerzo. La encuesta presupone,
por tanto, que lo que pase durante la ejecución puede ser separado de la estrategia.
El problema de esta separación provoca que la encuesta solo haya detectado una mala
ejecución en el 1% de los líderes valorados. Y, al contrario, sólo hay un 1% de grandes líderes
en ejecución de estrategia que sean malos al elaborarlas. Si existiese una distinción
significativa que se pudiera hacer entre la estrategia y la ejecución, se esperarían unas cifras
más altas en esos apartados.
Un análisis más profundo sólo confirma las sospechas de que la estrategia y la ejecución
no son distinguibles. Del 11% de líderes que calificados como unos geniales "ejecutores" (la
fila superior), el 73% de ellos también eran unos estrategas geniales. Y del 9% de los
calificados de malos estrategas, el 62% también eran unos "ejecutores geniales" mientras
que sólo el 8% eran unos "malos ejecutores".
Está claro que, en las mentes de la mayoría de los encuestados, desatacar en estrategia
es sinónimo de destacar en la ejecución, no son variables independientes. Y eso resulta
interesante precisamente porque tantos expertos (incluidos, quizás, Leinwand, Mainardi y
Kleiner, dada la forma en la que diseñaron el estudio) parecen dar por hecho que los dos
conceptos son diferentes, y prosiguen a dar consejos sobre una "ejecución mejorada" en
base a esa suposición.
Fuente
Martín, R. L. (12 de enero de 2016). Deje de separar la estrategia de la ejecución: son lo mismo.
Publicado en: Harvard Business Review en español. Recuperado de:
http://hbr.es/estrategia/10/deje-de-separar-la-estrategia-de-la-ejecuci-n-son-lo-mismo