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El razonamiento por analogía desempeña una importante función en la

adopción de decisiones estratégicas y, sin embargo pasa desapercibido en


gran medida. Cuando se enfrenta a un problema u oportunidad que no les
resulta familiar, los altos directivos suelen echar la vista atrás en busca de una
situación similar que hayan presenciado o de la que hayan oído hablar, extraen
lecciones y aplican esas lecciones a la situación actual.
Autor: Giovanni Gavetti y Jan W. Rivkin

Cómo piensa realmente un estratega


Resumen

 Los líderes tienden a estar tan inmersos en las especificidades de la estrategia, que rara vez se detienen a
pensar que gran parte de su razonamiento se realiza por analogía. Así, pierden percepciones útiles que psicólogos y
otros expertos han creado sobre los escollos de las analogías. Los ejecutivos que presten más atención a su propio
pensamiento analógico tomarán mejores decisiones estratégicas y cometerán menos errores. Charles Lazarus se
inspiró en los supermercados cuando fundó Toys R Us; Intel promovió sus chips masivos para evitar convertirse en
un U.S. Steel, y Circuit City creó CarMax porque vio una analogía entre el mercado de automóviles usados y el
mercado de electrónica de consumo. Cada ejemplo exhibe el núcleo del razonamiento analógico: un nuevo
problema u oportunidad, un contexto previo específico que los ejecutivos consideran esencialmente similar, y una
solución que se puede transferir desde el entorno original al nuevo. El razonamiento analógico es una herramienta
poderosa para encender ideas innovadoras. Pero el peligro se asoma cuando las analogías se construyen en torno a
similitudes superficiales, algo que suele suceder con facilidad, según los psicólogos. La situación se complica
todavía más por la tendencia de aferrarse a creencias y de buscar información que sólo confirme esas creencias (un
efecto conocido como sesgo de confirmación), aun si surge evidencia en la dirección contraria (un fenómeno
conocido como fijación). Cuatro pasos pueden ayudar a que los equipos gerenciales usen bien la analogía.
Reconocer la analogía e identificar su propósito; entender cabalmente su origen; determinar si la semejanza es más
que superficial, y decidir si la estrategia original, traducida apropiadamente, funcionará en el nuevo sector.

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