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DEONTOLOGÍA Y ÉTICA PROFESIONAL
Desde que se generó la civilización el ser humano posee valores
universales que rigen el comportamiento dentro de la norma “moral” o “el deber ser” en cualquier grupo social. Esto es un marco que establece los límites mediante los valores que posee una sociedad y se espera que el individuo se desenvuelva a través del correcto contacto de las normas. Sin embargo, por ser seres racionales y que son capaces de asumir obligaciones o responsabilidades, también son capaces a prescindir de estas. Este es el argumento supremo que ha de orientar cualquier conducta hacia lo que dicta los valores morales, básicamente es fundamental que las personas se desenvuelvan tras esta Ética.
En este sentido, acuñar el término “el deber ser”, se hace referencia
a la Teoría Deontológica, hace hincapié en regular los deberes, normas morales y reglas de conducta. Es decir, persigue como objetivo hacer en cada ocasión lo que es correcto y apropiado, excluyendo de su interés otros aspectos de la moralidad,
En el mismo orden de ideas, transferir esta teoría al campo
profesional haría surgir la Ética Profesional, esto determina los deberes a los profesionales en el desempeño de su actividad, es habitual que se codifiquen sistemáticamente para regir la actuación de los representantes de la profesión con el fin de que a través del buen hacer se obtengan resultados deseables.
Es necesario diferenciar la ética profesional de la deontología
profesional, pues a menudo se cree que son lo mismo. Sin embargo, el discurso de la ética profesional se centra en decir en qué consiste una buena actuación, mientras que el de la deontología formula los deberes y las obligaciones del profesional que se inscriben en un código que avala el gremio (García, C; Cerón M y Armando U, 2005)
Cuando se habla de Ética Profesional se entiende los criterios
compartidos por el colectivo profesional convertidos en un texto normativo, un código deontológico. La Ética profesional es por tanto una ética aplicada, aprobada y aceptada por el colectivo profesional o gerencial, lo que entraña un código de conducta, una tipificación de infracciones, un sistema de recepción y análisis de consultas, y si procede aplicarlo, un sistema de sanciones. Muchas faltas dentro del actual profesional le precede un error ético.
Para que un profesional sea ético es necesario que posea una
naturaleza o personalidad que componga el sentido de la responsabilidad y la libertad, además estar de acuerdo con la moral y compartir el deseo del bien común. Es decir, mostrar actitudes frente a contextos que muestren si el profesional realiza un desempeño en concordancia a la ética de su profesión.
En definitiva, para que los profesionales puedan desarrollar bien su
cometido es necesario que no pierdan los valores que dan sentido a su actividad por lo que resulta fundamental identificar, claramente, los principios que hay que tener en cuenta en el proceso de sus actividades, cómo las responsabilidades y consecuencias ante su accionar. Asimismo, la deontología o la ética profesional imponen al profesional una serie de obligaciones en general para el correcto
funcionamiento de sus labores: (Gozálvez, V. y F. Lozano, 2004)
Ser competente: La competencia requiere una preparación inicial que
facilite la adquisición de los conocimientos teóricos y prácticos necesarios para la actividad profesional. Asimismo, exige una formación permanente para mantenerse al día, actualizar los conocimientos y renovar los procedimientos de trabajo
Ser eficiente: Se refiere a la realización del trabajo bien hecho sin
desperdiciar recursos humanos y materiales
Ser diligente: La diligencia consiste en el cuidado, atención, agilidad y
exactitud que hay que poner el trabajo
Ser responsable: La responsabilidad exige capacidad para responder
ante sí mismo, ante el resto de compañeros y directivos, y ante los clientes de las consecuencias de lo que se hace o se dice en el desempeño profesional
La ética profesional no sólo incluye deberes (como en la
deontología) sino también recomendaciones, metas, ideales y virtudes, apela a la conciencia del profesional y se espera de forma voluntaria una adecuada actuación; se ocupa de que los profesionales sean responsables en el trabajo; también está referida a reflexionar cuáles son las destrezas y competencias en la actuación profesional. Se centra en analizar sobre qué es bueno hacer, al servicio de cuáles bienes está su profesión, y qué finalidad busca. BIBLIOGRAFIA
(Gozálvez, V. y F. Lozano, 2004), “Autonomía profesional y códigos
deontológicos de la comunicación audiovisual”,enConill y Gozálvez (coords.), Ética de los medios. Una apuesta por la ciudadanía audiovisual,Gedisa, Barcelona
(García Benítez, Claudia; Cerón Martínez, Armando Ulises, 2005) Entre
la ética y deontología profesionales. Universidad Autónoma Metropolitana Unidad XochimilcoDistrito Federal, México