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TEMA:

- Nelson Ricardo Vergara C

- Benjamín Harris

- Niceto Blázquez

- Ándres Chamarro Lusar

- Hugo Casanova Cardiel

- Manuel Fernandez Rios

- Jesús Vilar

- Luis Pantoja Vargas

- Alfredo Fierro

- Dolores Carmen Casas Herrada

Antonio Navarro Rodríguez

MARCO TEORICO

Deontología:

Como deontología se denomina la ciencia que trata sobre el conjunto de deberes y


principios éticos que conciernen a cada profesión, oficio o ámbito laboral. La palabra,
como tal, es un neologismo acuñado por el filósofo inglés Jeremy Bentham a partir de
la palabra griega δέον, δέοντος (déon, deóntos), que significa ‘el deber’, y el sufijo -logía,
se indica ‘tratado’ o ‘ciencia’. La deontología fija las normas que rigen la conducta y el
desempeño en la esfera profesional, según las cuales se exige al profesional
determinadas responsabilidades en relación con los actos ligados a su campo laboral.
Como tal, es una ciencia aplicada al ámbito moral, que se enfoca en todas aquellas
conductas y actuaciones que no están no contempladas ni en el derecho ni sometidas
al control de la legislación pública. Los colegios profesionales son, en este sentido, las
entidades encargadas de fijar, mantener, promover y defender los códigos
deontológicos, así como de vigilar su correcto cumplimiento y exigir determinados
niveles de competencia y calidad a sus adscritos en el desempeño de sus funciones.

El código

El código deontológico es un documento que recoge un conjunto más o menos amplio


de criterios, normas y valores que formulan y asumen quienes llevan a cabo una
actividad profesional. Los códigos deontológicos se ocupan de los aspectos más
sustanciales y fundamentales del ejercicio de la profesión que regulan.
La profesión, así mismo, es una actividad ocupacional de un grupo de personas,
organizado de forma estable, que reclama la exclusividad de competencia (con base en
un proceso de capacitación teórico-práctica). Se caracteriza por compartir un conjunto
de conocimientos especializados que interesan a la sociedad y que ponen al servicio de
ésta, obteniendo así su modo de vida. Las normas dictadas en el código deontológico
son previamente pactadas y aprobadas de manera común y unánime por todos los
miembros de la profesión para las que se elaboran. Son, por tanto, pautas de conducta
a seguir que tienen como objetivo cumplir con un adecuado trabajo y ayudar a que el
conjunto de la sociedad que solicita los servicios de la profesión obtenga plena
satisfacción ante la buena ejecución de la labor. Para velar por el adecuado
cumplimiento del código deontológico de las distintas profesiones existe el Colegio
Profesional, corporación de derecho público que custodia el respeto a las normas
comúnmente aceptadas por el conjunto de personas que conforman cada sector.

Las funciones de los códigos:

a) El reconocimiento público de la dimensión ética de una profesión o actividad por parte


de los mismos que la llevan a cabo. Frente a una concepción meramente tecnicista o de
rentabilidad de lo que es ser un buen profesional, con la aprobación de códigos se
intenta revalorar la profesión por su dimensión moral y al profesional por la ejemplaridad
ética en su trabajo. En este sentido, los códigos también sirven de tarjeta de
presentación del grupo de profesionales frente a su cliente para que este lo identifique.
En el caso del periodismo, existe la tendencia a entender por profesionalidad el dominio
de técnicas y herramientas, aparejado a la rentabilidad y al éxito, sin tener en cuenta el
cultivo de las virtudes profesionales. Por la rutina del trabajo diario siempre está el riesgo
de deshumanizar el trabajo. Esto es bastante peligroso teniendo en cuenta la dimensión
eminentemente humanista de algunas profesiones como la abogacía, la sicología, la
educación, el periodismo, que actúan directamente sobre la vida de las personas y sobre
asuntos muy delicados de las mismas.
b) Especificar los contenidos morales concretos de una profesión, es decir, las normas
y obligaciones que tienen que guiarla. Esta labor prescriptiva de los códigos tiene varios
objetivos. Por un lado, conocer los aspectos éticos de la profesión permite a los
profesionales tener un punto de referencia para los problemas que se le presentan. Por
otro lado, la existencia de códigos combate el relativismo y el subjetivismo pues exigen
consensuar un marco común ético de valores, principios y normas a partir de los cuales
dialogar y discutir. Por último, los códigos van acumulando e incorporando contenidos y
problemas éticos a medida que se van actualizando y de esta manera van constituyendo
un acervo o patrimonio moral de la profesión, reflejando el progreso ético de la misma.
En este sentido, los códigos tienen la virtualidad de ir construyendo una sensibilidad
hacia los valores éticos y profesionales, sobre los cuales ir formando la conciencia moral
personal. Sin esta educación de la conciencia moral carecen de sentido y de eficacia los
códigos y la ética profesional sería algo puramente teórico. Aquí radica la gran
importancia de los códigos y es que “recuerdan, orientan y disponen”13 al profesional a
ir formándose esa verdadera personalidad ética, ese ethos profesional con el que no
nacemos y que hay que irse apropiando con el ejercicio de actos y hábitos virtuosos.
c) La existencia de códigos en una profesión ayuda a una persona a defenderse mejor
de las presiones externas, es decir, de la presión de los intereses o bienes extrínsecos
que ya hemos mencionado (dinero, poder, prestigio, estatus) y a la profesión en sí a
hacerse valer y respetar frente a los condicionantes externos.
d) Compromiso de una profesión de llevar a cabo su misión de una forma moral y digna.
La Formulación y adopción de códigos implica reconocer que una profesión debe
mejorar y estar en continua vigilancia sobre las prácticas éticas de sus actividades. Por
ello, “comprometerse a trabajar de acuerdo con un código de ética es la señal más
evidente de la reivindicación de un estatus social mejor por parte del profesional”
e) Espíritu de servicio. Los códigos deontológicos no pueden servir para reforzar un
espíritu gremial entendido como defensa de unos privilegios de clase, o como
incremento del poder de las agrupaciones profesionales. La motivación de los códigos
deontológicos tiene que ser hacer mejores profesionales para servir mejor a la sociedad,
es decir, potenciar el espíritu de servicio. Las normas deontológicas profesionales
pueden ser entendidas como normas morales, propias de un colectivo profesional, que
estipulan los principios y valores por los que han de regirse quienes se dedican a tal
profesión. Al tratarse de un tipo de normatividad, resulta relevante para la teoría jurídica
dar cuenta de las relaciones entre los estándares deontológicos y las normas jurídicas.
Por último, se pone el acento en los problemas que surgen a la hora de dilucidar el
ámbito de conductas de los poderes que pueden estar bajo regulaciones éticas, con
valor de recomendación, y cuáles, por el contrario, resultan de inexorable regulación
legal por cuanto entrañan responsabilidades jurídicas.

¿Qué es el código deontológico y para qué sirve?

Se trata de un conjunto de normas y valores que rigen el ejercicio de una profesión en


concreto, de modo que todas las personas que ejercen dicha profesión lo hagan bajo
unos mismos criterios. El código deontológico es precisamente el documento que
recoge esas normas de actuación, pero no se debe confundir con la deontología, que
es un conjunto de normas que vienen a regular el ejercicio de una actividad profesional
pero que pueden estar o no recogidas en un código a nivel particular. Es decir, que
deontología es un concepto mucho más amplio. Además, hay que tener en cuenta que
el código deontológico no es el único que rige la práctica de una profesión. Junto a él
pueden aparecer otros documentos como libros de estilo, estatutos e incluso convenios.

¿Quién elabora los códigos deontológicos?

Estas normas son dictadas y aprobadas por los propios profesionales a los que afectan.
En muchos casos las normas deontológicas que recogen los códigos son tan antiguas
que resulta complicado conocer su origen concreto. Pero, si siguen siendo útiles y
prácticas hoy en día, se mantienen sin ningún problema.

¿Quién controla el cumplimiento del código deontológico?

Velar por el cumplimiento del código deontológico es una de las principales funciones
de los Colegios Profesionales. De hecho, lo habitual es que estas instituciones tengan
establecido un procedimiento sancionador y una serie de sanciones que se aplican en
caso de que se demuestre que un profesional se ha saltado el código.

¿Quién puede denunciar el incumplimiento del código deontológico?

Cumplir el código deontológico es una falta que puede llegar a ser considerada grave.
Será el Colegio Profesional el que lleve a cabo el proceso para decidir si se impone o
no sanción, pero cualquiera que tenga conocimiento de un incumplimiento de código
profesional puede darlo a conocer al Colegio correspondiente, aunque no sea
directamente afectado por ese incumplimiento.

Código deontológico en medicina

Existen códigos deontológicos en muchas profesiones, pero sin lugar a dudas el de


medicina es uno de los más conocidos por el público. Quizá porque todos en algún
momento tenemos que pasar por el médico y por tanto estamos más o menos al tanto
de lo que estos profesionales pueden o no pueden hacer. Este documento recoge los
principios y reglas éticas que deben regir la práctica de la medicina. De ahí que sea
totalmente esencial que los profesionales del ámbito sanitario lo conozcan. La obligación
de cumplirlo está por encima de cualquier opinión o creencia personal. En él
encontramos cuestiones relativas a:

 Relaciones entre el médico y sus pacientes.


 Calidad de la atención médica.
 Deber de guardar secreto profesional.
 Derecho a la objeción de conciencia.
 Atención médica al final de la vida.
 Relación entre los profesionales del ámbito sanitario.
 Trasplante de órganos.
 Reproducción humana.
 Pruebas genéticas.
 Investigación médica sobre el ser humano.
 Dopaje deportivo.
 Médicos peritos.
 Docencia médica.
 Publicaciones profesionales.
 Publicación médica.
 Economía y horarios.

El primer Código de Ética y Deontología aprobado en España se publicó en 1978,


llegando posteriormente modificaciones para adaptarse a la nueva realidad social. A
modo de ejemplo destacamos dos normas recogidas en este código: Artículo 12.1: “El
médico respetará el derecho del paciente a decidir libremente, después de recibir la
información adecuada, sobre las opciones clínicas disponibles. Es un deber del médico
respetar el derecho del paciente a estar informado en todas y cada una de las fases del
proceso asistencial”.

Artículo 18: “El lugar donde se preste la asistencia deberá ser acorde con la dignidad y
el respeto que merece el paciente y contará con los medios adecuados para los fines
que ha de cumplir”.

Código deontológico en psicología

Este documento tiene como finalidad servir a modo de regla de conducta profesional
para el ejercicio de la Psicología en cualquier modalidad. Cualquier normativa colegial
que se oponga a lo dispuesto en este documento no resultará de aplicación por el
Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos.

Su contenido versa en torno a:

 Principios generales.
 Competencia profesional y relación entre profesionales.
 La intervención.
 Investigación y docencia.
 Obtención y uso de la investigación.
 Publicidad y secreto profesional.
 Honorarios y remuneración.
 Garantías procesales.

A modo de ejemplo, aquí van dos artículos de este código deontológico: Artículo 11: “El
psicólogo no aprovechará, para lucro o beneficio propio o de terceros, la situación de
poder o superioridad que el ejercicio de la profesión pueda conferirle sobre los clientes”.

Artículo 32: “El psicólogo debe tener especial cuidado en no crear falsas expectativas
que después sea incapaz de satisfacer personalmente”.

Código deontológico en educación

En 1996 ya existía un código deontológico aplicado al ámbito de la educación, pero


debido a los cambios en el ámbito educativo y en la sociedad en el año 2010 fue
renovado para adaptarse a los tiempos actuales. El documento que está en vigor hoy
en día incluye cuestiones relativas a:

 Compromisos y deberes de los profesionales de la educación con respecto al


alumnado.
 Compromisos y deberes en relación con las familias y los tutores del alumnado.
 Compromisos y deberes en relación la institución educativa.
 Compromisos y deberes en relación con los compañeros.
 Compromisos y deberes en relación con la profesión.
 Compromisos y deberes en relación con la sociedad.

Entre el contenido de este código deontológico podemos destacar dos artículos: Artículo
1.1: “Los profesores deben contribuir activamente al ejercicio efectivo del principio
constitucional del derecho a la educación por parte del alumnado”.

Artículo 2.4: “Los profesores deben proporcionar a las familias y los tutores información
acerca del proceso educativo de sus hijos, el grado de consecución de los objetivos
propuestos y las eventuales dificultades que se detecten, así como la orientación
adecuada a dichas circunstancias”.

Código deontológico en la abogacía

El código deontológico que está en vigor dentro del ámbito de la abogacía es el


aprobado en junio de 2001, con sus posteriores modificaciones. Esta norma incluye las
disposiciones europeas para el ejercicio profesional transfronterizo. A la hora de escoger
un buen abogado, es imprescindible que el elegido cumpla a la perfección las normas
deontológicas propias de su profesión. El contenido de este código es uno de los más
amplios y está dividido en varias secciones que tratan sobre:

 Obligaciones éticas y deontológicas.


 Independencia.
 Libertad de defensa.
 Confianza e integridad.
 Secreto profesional.
 Incompatibilidades.
 Publicidad.
 Competencia desleal.
 Sustitución del abogado.
 Relación con el Colegio.
 Relación con los Tribunales.
 Relaciones entre abogados.
 Relaciones con los clientes.
 Relaciones con la parte contraria.
 Honorarios.
 Cuota litis.
 Provisión de fondos.
 Impugnación de honorarios.
 Pagos por captación de clientela.
 Tratamiento de fondos ajenos.
 Cobertura de la responsabilidad civil.

A modo de ejemplo destacamos dos de sus artículos para tener un mejor acercamiento
a esta norma: Artículo 2.2: “Para poder asesorar y defender adecuadamente los
legítimos intereses de sus clientes, el abogado tiene el derecho y el deber de preservar
su independencia frente a toda clase de injerencias y frente a los intereses propios o
ajenos”.
Artículo 13.3: “El abogado tendrá plena libertad para aceptar o rechazar el asunto en
que se solicite su intervención, sin necesidad de justificar su decisión”.

Código deontológico del periodismo

El objetivo de este código es mejorar el tratamiento de la información para que el público


sea informado de forma veraz y objetiva. Incluye los Principios Internacionales de Ética
Profesional del Periodismo de 1983 y que hacen referencia tanto a los derechos de los
periodistas como a los derechos de los informados. El contenido de este documento
versa en torno a:

 El respeto hacia la verdad.


 La investigación de los hechos.
 La persecución de la objetividad.
 La contrastación de todas las fuentes que sean necesarias.
 Diferenciar con claridad entre información y opinión.
 Enfrentar las diferentes versiones sobre un hecho.
 Respetar la presunción de inocencia de las personas sobre las que se informa.
 Rectificación de informaciones erróneas.

A modo de ejemplo se recogen dos de los artículos de este código: Artículo 2: “El primer
compromiso ético del periodista es el respeto a la verdad”.

Artículo 7: “El periodista extremará su celo profesional en el respeto a los derechos de


los más débiles y los discriminados. Por ello, debe mantener una especial sensibilidad
en los casos de informaciones u opiniones de contenido eventualmente discriminatorio
o susceptibles de incitar a la violencia o a prácticas humanas degradantes”.

BIBLIOGRAFÍA

- Rumeo de Armas, A. (1944). Historia de la Previsión social en España: Cofradías,


Gremios, Hermandades, Montepíos, Madrid: Editorial Revista de Derecho privado.
- Ética judicial: ¿por qué no un código deontológico para jueces? (2003) Revista
Jueces para la democracia pág. 46, 43-46.

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