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UNIVERSIDAD ARTURO MICHELENA

FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES


ESCUELA DE PSICOLOGÍA
CÁTEDRA DE PRÁCTICA I

HISTORIA CLÍNINICA PSICOLÓGICA:


TEORÍA Y PRÁCTICA

DOCENTE: ESTUDIANTE(S):
KELLY MEDINA IDA RODRIGUEZ
ANGELA YAGUE

SAN DIEGO, AGOSTO DE 2021


PARTE A:
LA HISTORIA CLÍNICA

Es imprescindible hablar de psicología clínica sin tratar el fundamento técnico


que la sustenta como ciencia. Dentro del quehacer del profesional en esta área, se
halla el estudio sistemático de las manifestaciones y alteraciones de funciones
psicológicas, y de los detalles conductuales que las acompañan, además de las
diversas variables que pudiesen representar algunas condiciones esenciales para la
comprensión y denominación de lo que está ocurriendo en un caso en particular. En
tal caso, se disponen de técnicas e instrumentos que son de soporte y validación para
todo lo que se observa, pretende y presume.

En tal sentido, se encuentra la historia clínica como técnica de recolección de


datos, los cuales serán necesarios para una interpretación y abordaje clínico certero.
La historia clínica resume la información descriptiva de lo que el paciente dice y
hace, en relación a su presente y a su historia; a su propia percepción y a la de su
familia; a su malestar, pero también en donde se apoya. Parafraseando a Sura (s.f.) la
historia clínica sirve a la “comprensión del desarrollo personal de su paciente, el
ambiente en que ha tenido lugar, la significación de las principales figuras en ese
ambiente y las técnicas adaptativas del paciente, tales como sus mecanismos de
defensa y operaciones de seguridad” (p. 92).

De esta forma, se conoce a la historia clínica como un resumen de las


eventualidades que hacen entender la situación actual del paciente. Al respecto, el
mismo autor comenta que es como preguntarse “¿Cómo se convirtió este paciente en
la persona que veo ahora?” (Sura, s.f., p. 92). Por otro lado, Ramos (2015) define a la
historia clínica como “el conjunto de datos biopsicosociales vinculados a la salud de
un paciente. Tiene como fin la asistencia sanitaria, aunque también tiene usos de
carácter judicial, epidemiológico, de salud pública, de investigación y de docencia”
(p. 260). Así, la información recolectada en la historia clínica inserta lo que le
comunica el paciente al clínico, igualmente, la forma en que lo hace, lo cual remite
en algún grado como se ha relacionado con las personas fuera de consulta, y que sus
usos pueden generalizarse fuera del ámbito clínico.

Los datos recopilados durante las etapas tempranas de la intervención


psicológica llevan el nombre de “anamnesis”, y su traslado a un formato adaptado a
las necesidades del clínico, es denominado “historia clínica”. Para Ballesteros (2013)
ambas técnicas son similares en tanto que persiguen el mismo objetivo: recolectar.
La historia clínica representa el cincel para la construcción de las sesiones
posteriores, las cuales estarán destinadas a corroborar esta información, por tanto, es
una técnica fundamental para seleccionar las demás técnicas e instrumentos de
profundización (p. 264).

Tipos de Historia Clínica

Resulta difícil clasificar los tipos de historia clínica, aunque muchos clínicos se
dedican a especializar sus formatos a partir de las necesidades investigativas del
mismo o de las características demográficas del tipo de pacientes que se evalúen. Así,
es posible clasificar los tipos según la etapa evolutiva del paciente, de acuerdo a su
fase del desarrollo y las pautas clínicas que existan para su abordaje.

Al respecto, Sura (s.f.) asegura que no hay una manera correcta de realizar la
historia clínica, siempre y cuando exista una fórmula congruente que permita cubrir
las áreas importantes del motivo de consulta (p. 92). Entre ellas se destaca la historia
clínica infantojuvenil, donde su aplicación abarca los primeros años de vida hasta los
diecisiete o dieciocho años de edad, además de incluir factores biológicos y
evolutivos, con mucho más detalle que en la historia clínica del adulto.
Objetivos de la Historia Clínica

Se comentaba que la historia clínica cumple la función de almacenar


información de la historia personal y familiar del paciente, como una expresión de su
situación actual. En este sentido, Ballesteros (2013) incluye otros objetivos que
persigue la historia clínica, entre ellos, la recolección de datos sobre aspectos
paraverbales, como por ejemplo, el tiempo de reacción y las interrupciones.
Asimismo, para conocer aspectos integrales y generales en cuanto al área en donde se
desenvuelve el evaluado, dentro de lo que cabe su trabajo, educación y familia (p.
264). Es pensable entonces que la historia clínica es la evidencia por medio de la que
el investigador toma sus decisiones, tanto para continuar una evaluación psicológica
como para realizar la intervención terapéutica adecuada.

Por otro lado, también incluye una función comunicativa, pues posee un
lenguaje o metalenguaje que es de fácil comprensión entre las personas que hacen
vida en el ámbito de la salud, resguardando la confidencialidad de aquellas personas
que deciden acudir a estos servicios y asegurando una comprensión lineal entre los
clínicos (Ballesteros, 2013, p. 264).
PARTE B:
LA ENTREVISTA PSICOLÓGICA

Antes de la realización de la historia clínica, se debe disponer de una manera y


una vía para conseguir la información que se pretende, es aquí cuando aparece la
entrevista psicológica. Por su parte, Perpiña (2012) explica que “la entrevista es una
técnica de recogida de información, y por tanto de evaluación” (p. 23), en este
momento de la evaluación psicológica aparecen las primeras interrogantes del clínico
acerca de la decisión del paciente de acudir a consulta, e igualmente, sobre su
recorrido vital. El autor continúa su elucidación aseverando que “es la técnica de
recogida de datos más ampliamente utilizada, pero también la más difícil y compleja
de llevar a cabo” (p. 23).

Interpretando las palabras del autor, no solo su uso se reduce en el ámbito


clínico, sino también en otros ámbitos, como el organizacional, forense y educativo.
Asimismo, es relevante recalcar que no hay una entrevista en un caso particular que
se parezca a otra, sino que sus variaciones dependerán de los datos aportados por el
evaluado, por la necesidad del evaluador y de la puesta en marcha de la misma.
Además, se considera compleja su aplicación por la capacidad del evaluador de
discernir y de decidir sobre qué hablar y qué observar, y por otra parte, del vínculo
que exista entre el paciente y el clínico.

Tipos de entrevista

Es posible clasificar a las entrevistas de acuerdo a sus diversas características,


por un lado desde su estructura, y aparte, desde el grado de interacción. Cuando se
habla de la estructura de la entrevista, se hace referencia a cómo se dirige y el grado
de flexibilidad de temas, al igual que la secuencia de las preguntas, acá se destacan la
entrevista estructurada, semiestructurada y no estrurada. En cambio, el grado de
dirección es la implicación del evaluador en el curso de la entrevista e incluyen la
entrevista directa y la no directiva (Perpiña, 2012, pp. 29-32).

En cuanto a su estructura, existe una variación de acuerdo al orden y a la


libertad de insertar nuevos aspectos o preguntas durante su desarrollo. Al respecto,
Segal y Hersen (citado por Perpiña, 2012) habla de entrevista no estructurada,
haciendo alusión a la manera idiosincrásica de realizarla, es decir, desde los temas
que surjan. En segundo lugar, la entrevista estructurada, hace referencia a que su
curso es rígido y los elementos que se encuentran inmersos en ella están prefijados.
Por último, la entrevista semiestructurada, es caracterizada por un formato compuesto
por áreas concretas, aunque el entrevistador puede hacer modificaciones dependiendo
de su interés (pp. 30-31).

En cuanto a su grado de dirección, se refiere a la participación del entrevistador


en la aplicación de la entrevista con respecto al tiempo total de la misma. Así, en la
entrevista directiva, las intervenciones del clínico representan una gran parte del
tiempo, eligiendo el tema y encauzando la conversación respondiendo a los objetivo.
Mientras que en la entrevista no directiva, sucede todo lo contrario, el entrevistado
dispone de diferencia asimétrica.

Importancia de la Entrevista Laboral

Dentro del ámbito laboral, existen diversos quehaceres donde el psicólogo


posee un papel protagónico. Al respecto, la selección de personal parece ser la
actividad en donde es necesario la presencia de este profesional. Este proceso consta
de una serie de elementos, entre ellos, la entrevista psicológica, la cual permite filtrar
a los aspirantes de un cargo determinado con respecto al perfil requerido por la
organización. Para esto, COP (citado por Perpiña, 2012) asevera que el psicólogo
organizacional:
“integra toda una serie de aspectos como la realización de
entrevistas de evaluación y selección, entrevista con
supervisores y trabajadores para la determinación de
requisitos físicos, mentales o de formación, desarrollo de
técnicas de entrevistas, toma de decisiones en materia de
personal, realización de pruebas aptitudinales, de
personalidad, de motivación y de adecuación al puesto de
trabajo, evaluación de condiciones específicas, realización de
informes de evaluación, evaluación del potencial y análisis de
necesidades en el trabajo, orientación profesional,
planificación y desarrollo de carrera, entre otros” (p. 361).

Las pruebas o instrumentos que se aplican en este ámbito suelen ser aplicadas
partiendo de los datos arrojados en la entrevista y del perfil de cargo que sirve como
matriz de búsqueda para la admisión de aspirantes. La entrevista psicológica en las
organizaciones pone en juego el clima organizacional, así que su aplicación
inadecuada o su ausencia, representaría un factor de riesgo para la organización y
para las personas que le dan forma.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Ballesteros-Fernández, R. (2013). Evaluación Psicológica. Conceptos, métodos y


estudio de casos. Madrid: Pirámide.

Perpiña, C. (2012). Manual de entrevista psicológica. Madrid: Pirámida.

Sura, G. (s.f.). Historia Psiquiátrica.

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