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Aprender a observar
Vamos a empezar el curso desmontando un mito: los biólogos no sabemos la
identidad de todos los animales, plantas u hongos que vemos. Es cierto que
muchos os podrán ayudar a reconocer algunas especies en concreto, o
encaminaros al menos hacia ellas.

Esto nos lleva a desmontar otro mito: la mayoría de esos conocimientos no se


aprenden en la carrera. Lo que ocurre es que muchas de las personas que la
estudian tienen interés por conseguir identificar lo que observan, de ahí que en su
tiempo libre salgan al campo, consulten guías y realicen cursos y lecturas para
conocer más.

Estas dos ideas nos llevan a la primera buena noticia: no hay que ser biólog@
para saber qué pájaros nos encontramos en un paseo, o qué plantas crecen junto
a los caminos.

La clave está en la observación, y la rutina es la primera enemiga de la


observación. Cuando, durante mucho tiempo, paseamos o trabajamos en el
mismo lugar, nuestra mente suele utilizar la ventaja de conocer el lugar para
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hacer otras cosas: utilizar el móvil, escuchar música, hablar con otra persona... Y
ahí es cuando tenemos que entrenar la vista.

El motivo no es sólo aprender, sino, precisamente, evitar la rutina. Cada paseo


que demos, por la calle o por la naturaleza, es diferente. Te encuentras con
distinta gente, ves distintos coches... y lo mismo ocurre con plantas, aves,
reptiles...

La observación y la literatura

Hay una frase de El Hobbit, de Tolkien,


que dice "No hay como mirar, si queréis
encontrar algo". Y os lo aseguro, si miráis,
encontraréis siempre alguna sorpresa.

A este respecto, existe también una frase que dice "El auténtico viaje de
descubrimiento no consiste tanto en buscar nuevos paisajes como en contemplar
los viejos con ojos nuevos". Esta frase aparece en un libro de un médico que ha
desarrollado una terapia para reducir el estrés a través de lo que llama la
"atención plena"

Además, uno de los libros más originales que podéis encontrar sobre
divulgación y observación es En un metro de bosque, donde Haskell acude al
mismo lugar de bosque numerosas veces en distintos meses y habla de los
elementos más visibles en cada uno de los momentos.

Citas concretas aparte, es muy habitual recurrir a descripciones de detalles en


un lugar concreto, para ayudarnos a viajar a la atmósfera del autor. Y,
ciertamente, ayuda a hacerlo. Es curioso en cambio, como es, incluso leyendo, un
nivel de detalle que solemos obviar en nuestra realidad.

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Observar, ¿y qué?

Si estamos hablando de que, inicialmente, hay que


hacer un esfuerzo para coger el hábito de observar,
tiene que haber un incentivo para querer continuar
con esta práctica. Y, aunque cada persona es
diferente claro, el incentivo, en mi opinión, consiste
en que, después de fijarte en un elemento en el que
no habías reparado, terminas sabiendo qué es.

Eso, por supuesto, es un poco más lento, pero muy agradecido. Pongamos el
ejemplo de las "hierbas". Muchas veces, al mirar a un prado, vemos todo verde,
sin distinción, "hierba". Pero, como Bárbara te está insistiendo, te detienes a
mirar un poco más de cerca esa hierba, e igual ves algunas gramíneas más altas
que otras Festuca, pequeñas flores blancas camufladas entre el verdor, o
diferentes tipos de insectos.

La opción menos invasiva es tirar de la cámara que llevamos todos en el


bolsillo y sacar fotos detalladas de las distintas partes de la planta (flores, hojas,
frutos...), en vez de arrancar el ejemplar (nunca sabemos cuándo estamos ante
una especie delicada).

Una vez recogida la información, toca etiquetarla. Y aquí es donde hay una
enorme variedad de opciones. Como verás en la tabla de la siguiente página,
todas las opciones tienen pros y contras, y, lo más probable, es que termines
usando las tres. Su idoneidad dependerá del momento y la situación, lo que no
quita que te hagas más fiel a alguna de las opciones.

Cuando llegamos, finalmente, a la identificación, ya le ponemos nombre a las


nuevas caras que vamos viendo en nuestro recorrido. Si queremos ir aún más allá,
también existen webs colaborativas para citar las observaciones que se realizan,
¡e incluso maratones a este respecto!

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Opción Ventajas Inconvenientes

Tecnicismos
Más profesional Imposibilidad de algunos
Clave dicotómica
Resultados muy precisos datos
Falta de actualización

Apps de Inmediatez de tiempo y Imprecisión en los


identificación lugar resultados

Rapidez
Grupos de
Aproximación Posibles imprecisiones
Facebook
Actualización

Haced la prueba (sí, os pongo deberes ya en la primera sesión), pero


recorred algún trayecto que tengáis muy visto (no hace falta que sea muy
largo) y tomaos vuestro tiempo para mirarlo en detalle. Localizad un
símbolo en una fachada, una flor que crece entre adoquines o algún nido
escondido bajo el alerón de un tejado. Y, cada vez que repitáis ese
recorrido, fijaos en lo mismo y ved cómo cambia la flor, qué ave entra en el
nido, y cinco veces después, o quizás antes, vuestra vista localice otro
pequeño detalle.

Si continuáis con esta práctica, en poco tiempo veréis como estáis


preparados para "desconectar" e ir hablando con otra persona, y a la vez
daros cuenta de cualquier pequeño cambio que ocurra en ese entorno que
creíamos estático.

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