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Una herida es una lesión consecuencia de una agresión o un traumatismo en la que se produce
una alteración en la integridad de la piel y en las partes blandas de la misma. Los agentes que
producen las heridas pueden ser de distinto origen:
Las heridas se pueden clasificar desde diferentes puntos de vista o aspectos. A continuación
veremos algunos de los más comunes, si bien se pueden encontrar otras categorizaciones:
Cortante o incisa: Es ocasionada por un objeto cortante, como un cuchillo o un vidrio. Los
bordes de la herida están limpios y definidos. En este tipo de heridas, el sangrado suele ser
abundante.
Contusa: Es ocasionada por el impacto de un objeto como una piedra o un martillo. En estas
heridas, los bordes son irregulares y suelen presentar un hematoma.
Por desgarro: Es producida por objetos con dientes en su parte cortante, como una
motosierra. Los bordes son irregulares.
Por raspadura: Producidas por objetos con dientes o palas, como una trituradora de comida, o
por el asfalto, cuando la piel se arrastra por él en un accidente de tráfico y la carne queda al
descubierto.
Penetrante: Cuando penetra una cavidad, como puede ser la boca, el abdomen, la vagina, etc.
Crónica: Es aquella que el organismo no puede cerrar o sanar en el tiempo esperado, ya que la
herida suele ser más profunda y la zona suele estar inflamada. El proceso de reparación y
cicatrización es desordenado se alarga en el tiempo.
Abierta: Se observa la separación de los tejidos blandos de la piel. Estas lesiones tienden a
infectarse con facilidad.
Cerrada: No se observa lesión aparente, pero hay hemorragia debajo de la piel, en cavidades o
vísceras. Así, los tejidos dañados no están expuestos al exterior.
Fases
Curas
La comunicación terapéutica es más que comunicarse con el paciente dentro del rol
profesional de enfermería: es la base de la enfermería. Para cualquier cuidado o intervención
lo principal es establecer y mantener una relación de ayuda que sea eficaz y terapéutica en
todo momento.
Al crear una relación terapéutica, creamos el espacio, el país, el lenguaje, en el cual se pueden
empezar a llevar a cabo todas las otras intervenciones enfermeras que se han aprendido
Lesión de un área de la piel causada por presión constante durante mucho tiempo. Esta
presión disminuye el flujo de sangre al área afectada, lo que produce daño y destrucción del
tejido. Las úlceras de decúbito a menudo se forman en la piel que cubre áreas donde los
huesos están cerca de la piel, como la espalda, la región del cóccix, las caderas, las nalgas, los
codos, los talones y los tobillos. Los pacientes que no se pueden levantar de la cama, que no
pueden cambiar de posición o que permanecen en una silla de ruedas tienen un riesgo alto de
úlceras de decúbito. Los signos y síntomas incluyen cambios en el color de la piel, hinchazón,
calor, sensibilidad y dolor en el área afectada. Cuando no se tratan, la piel se agrieta, se
ampolla o se rompe y se forma una llaga o úlcera que a veces produce un líquido parecido a
pus. Las úlceras de decúbito a menudo sanan muy lento y si no se tratan es posible que dañen
los tejidos profundos debajo de la piel, como la grasa, el músculo y el hueso. También se llama
escara de decúbito, escara por presión y úlcera por presión.
Prevención
Puede ayudar a prevenir las úlceras de decúbito si se reposiciona con frecuencia para evitar el
estrés en la piel. Otras estrategias incluyen el cuidado de la piel, el mantenimiento de una
buena nutrición y la ingesta de líquidos, el dejar de fumar, el manejo del estrés y el ejercicio
diario.
Cambia el punto de apoyo del peso con frecuencia. Solicita ayuda para reposicionarte
alrededor de una vez por hora.
Levántate, en caso de ser posible. Si tienes suficiente fuerza en la parte superior del cuerpo,
haz flexiones en la silla de ruedas: levanta el cuerpo del asiento empujándote sobre los
apoyabrazos de la silla.
Busca una silla de ruedas especial. Algunas sillas de ruedas pueden inclinarse, y esto puede
aliviar la presión.
Mantener la piel limpia y seca. Lava la piel con un limpiador suave y sécala con palmaditas. Haz
esta rutina de limpieza regularmente para limitar la exposición de la piel a la humedad, la orina
y las heces.
Proteger la piel. Use cremas de barrera de humedad para proteger la piel de la orina y las
heces. Cambia la ropa de cama y la ropa con frecuencia si es necesario. Presta atención a los
botones de la ropa y las arrugas en las sábanas que puedan irritar la piel.
Revisar la piel a diario. Observa atentamente tu piel todos los días para ver si hay signos de
advertencia de una llaga por presión.
Clasificacion
CATEGORIA I
Eritema no blanqueante
Piel intacta con eritema no blanqueante de un área localizada, generalmente sobre una
prominencia ósea. Decoloración de la piel, calor, edemas, endurecimientos o dolor también
pueden estar presentes. Las pieles oscuras pueden no presentar una palidez visible. Otras
características: El área puede ser dolorosa, firme, suave, más caliente o más fría en
comparación con los tejidos adyacentes. La Categoría / Estadio I puede ser difícil de detectar
en personas con tonos oscuros de piel. Puede indicar personas "en riesgo" de desarrollar una
úlcera por presión.
CATEGORIA II
La pérdida de espesor parcial de la dermis se presenta como una úlcera abierta poco profunda
con un lecho de la herida entre rosado y rojizo, sin esfácelos. También puede presentarse
como una ampolla intacta o abierta/rota llena de suero o de suero sanguinolento. Otras
características: Se presenta como una úlcera superficial brillante o seca sin esfácelos o
hematomas*. Esta categoría / estadio no debería emplearse para describir desgarros de la piel,
quemaduras provocadas por el esparadrapo, dermatitis asociada a la incontinencia, la
maceración o la excoriación. *El hematoma sugiere lesión de tejidos profundos.
CATEGORIA III
Pérdida completa del grosor del tejido. La grasa subcutánea puede resultar visible, pero los
huesos, tendones o músculos no se encuentran expuestos. Pueden aparecer esfácelos. Puede
incluir cavitaciones y tunelizaciones. Otras características: La profundidad de las úlceras por
presión de categoría/estadio III varía según su localización en la anatomía del paciente. El
puente de la nariz, la oreja, el occipital y el maléolo no tienen tejido subcutáneo (adiposo) y las
úlceras de categoría/estadio III pueden ser poco profundas. Por el contrario, las zonas con
adiposidad significativa pueden desarrollar úlceras por presión de categoría/estadio III
extremadamente profundas. El hueso o el tendón no son visibles o directamente palpables.
CATEGORIA IV
Pérdida total del espesor de los tejidos.
Pérdida total del espesor del tejido con hueso, tendón o músculo expuestos. Pueden aparecer
esfácelos o escaras. Incluye a menudo cavitaciones y tunelizaciones. Otras características: La
profundidad de la úlcera por presión de categoría/estadio IV varía según su localización en la
anatomía del paciente. El puente de la nariz, la oreja, el occipital y el maléolo no tienen tejido
subcutáneo (adiposo) y estas úlceras pueden ser poco profundas. Las úlceras de
categoría/estadio IV pueden extenderse al músculo y/o a las estructuras de soporte (por
ejemplo, la fascia, tendón o cápsula de la articulación) pudiendo provocar la aparición de una
osteomielitis u osteítis. El hueso/músculo expuesto es visible o directamente palpable.