Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
¿Que tal? Ahora, veremos el proceso de cicatrización. Antes de comenzar, hay que
definir qué es un proceso de cicatrización, ya que, ésto es muy importante en
relación a las heridas. Ésta se entiende como la pérdida de la continuidad de la piel.
Ahora, una herida es un efecto producido por un agente externo que actúa de
manera brusca sobre una parte del organismo, causando una ruptura de la
superficie cutánea o, en algunos casos, de la mucosa. La cicatrización, también, es
un proceso sumamente complejo que consta de cuatro fases, en la que intervienen
diversos factores que están orientados a recuperar la integridad del tejido. Ahora
bien, ¿sabes cuál es el mecanismo de cicatrización de las heridas? Y, recordando
cómo está compuesta la piel, es necesario conocer el apoyo intrínseco que posee.
Sin embargo, ésta puede sufrir lesiones y puede variar, dependiendo de distintos
factores como es la profundidad, el origen y el tipo de la herida. Ahora, vamos a ver
los tipos de cierre de las heridas. Comenzando con el cierre primario, todas las
capas de la piel son afrontadas por medio de suturas o grapas y ésto requiere una
mínima formación de tejido de granulación y epitelio para su cicatrización. Ejemplo,
podrían ser heridas quirúrgicas. Otro tipo de cierre es el cierre por segunda
intención. Éste se refiere al cierre de la lesión que no necesita afrontamiento de los
bordes y es un proceso lento y necesita la formación de tejido de granulación,
contracción de la herida y la epitelización. La cicatrización suele ser muy grande.
Ejemplo de este tipo de cierre podemos encontrar en las heridas crónicas, úlceras
venosas o úlceras por presión. A continuación, también, vemos el cierre por tercera
intención. En este caso, la herida se cierra a través de que comienza a formarse un
tejido de granulación y se encuentra limpia y, posteriormente, se afrontan los
bordes. Un ejemplo de ésto es un abdomen abierto. Iniciamos, también, el proceso
de cicatrización. En este caso debemos conocer este apartado dependiendo que se
recibe a partir de una valoración del proceso y determina si está siendo efectivo o
no el tratamiento. Fases del proceso de cicatrización. Existen dos mecanismos de
reparación: una es la regeneración y, la otra, es la forma de cicatriz, los cuales, van
a estar determinados por el número de capas que están involucradas en la herida.
En este caso, son heridas de espesor parcial contra espesor total. Por el tipo de
evolución son heridas agudas o heridas crónicas y, el tipo de cierre, sí es de primera
o segunda intención. Regeneración: se reemplaza el tejido dañado con el mismo
que había previamente. También, se mantiene la función y la apariencia y, en este
caso, podemos manejarlo como heridas superficiales. Otra de las cosas es que, la
formación de la cicatriz, en este caso, se reemplaza el tejido dañado por el tejido
conectivo. Carece de alguna función a las del tejido original. Otra de las
características de las heridas, en este caso, son heridas de espesor total y crónicas.
Ahora sí. Vamos a conocer las fases de este proceso que puede tardar hasta 18
meses: Fase 1: hemostasia. Ésto se da iniciando luego de la lesión. A partir de ésto,
se da una activación de cascada de la coagulación por medio de la vasoconstricción,
llevándose entre 10 a 15 minutos. Las plaquetas y la fibrina forman un coágulo que
permite disminuir el sangrado y es la plataforma para migrar a células como son
monocitos, fibroblastos, queratocitos y, también, impacta en la barrera bacteriana
temporal haciendo un reservorio que impide el crecimiento bacteriano, en especial
el factor de crecimiento derivado de las plaquetas. Seguimos con la fase dos, que
es la inflamación. Entonces, cuando el sangrado está controlado las plaquetas
inician su trabajo de liberar citoquinas, con las que ayudan a los factores de
crecimiento. Se convierten en un mensajero e inmediato informan que existe un
daño. Durante esta fase aparecen las células inflamatorias que son los neutrófilos y
los macrófagos cuya función es eliminar los microorganismos y digerir restos de
tejido dañado o desvitalizado. Continuando con un periodo de limpieza del lecho de
la herida, que es un control bacteriano y eliminación del tejido necrótico. Los
neutrófilos llegan al sitio de la herida. En este caso, aproximadamente, son seis
horas después de que se produjo la lesión. Inicia la fagocitosis y, a continuación la
producción de citocinas para que inicie la fibroplastía y la angiogénesis. Así, se
produce la descontaminación de la herida y el desbridamiento autolítico. Continúa
con la vasodilatación. En este caso aumentan la permeabilidad, ya que, podemos
ver que nuestro paciente presenta edema, es un aumento significativo de exudado,
de eritema, dolor y aumenta la temperatura local, signo que permanece entre los
tres y cuatro días. Continuando con la fase tres, que es la proliferación. Aquí, inicia
el acompañamiento por parte de los fibroblastos al lecho de la herida, responsables
de la síntesis de proteínas que ayudan a generar nuevo tejido. Aproximadamente,
ésto se da entre 48 y 72 horas después del daño. La fibroplasia: los fibroblastos se
encargan de construir la matriz extracelular para que inicie la migración de células
que proporcionan un molde para el colágeno. Durante esta etapa, se estimulan más
factores de crecimiento para sintetizar el colágeno. Seguimos con la angiogénesis.
Es la formación de nuevos vasos sanguíneos que se llama neovascularización, para
llevar el aporte de oxígeno y nutrientes necesarios que reparan el daño. Con la re
epitalización o contracción de la herida, los fibroblastos y los microfibroblastos
experimentan un fenómeno de contracción de su citoesqueleto, ayudando a la
contracción de la lesión. El colágeno se encarga de hacer los enlaces covalentes
para que se crucen los bordes y, así, ayuden a crear una red a través de la herida.
La fase cuatro es la remodelación o maduración. En esta última fase comienza, al
mismo tiempo, la fibroplasia. Se considera la fase más larga. Los fibroblastos, el
colágeno y las metaloproteasa, junto con los vasos sanguíneos, son los principales
elementos en la maduración de las heridas. A partir de esta tercera semana, inicia
la disminución de la síntesis de colágeno, aumenta la resistencia y disminuye la
densidad de la cicatriz. Vemos aquí, también, otro de los factores que influyen en el
proceso de cicatrización como son la duración, la profundidad, la inflamación y,
sobre todo, el lecho de la herida. ¡Muy bien! Ya tenemos más elementos que nos
ayudan a la identificación de las heridas. Para ello, conocemos el proceso de
cicatrización. En los próximos capítulos veremos la clasificación y los tipos de la
herida.
Tema tres. En este caso, para hablar de este tema es preciso considerar los
términos que encontramos en las distintas fuentes de información, ya que, por
ejemplo, encontramos formas de definir la herida o la descripción de acuerdo a la
estructura o la función. Pero aquí vamos a ver la clasificación de las heridas a través
de un esquema, comenzando con el tipo de la herida. Vemos que en los tiempos de
cicatrización encontramos a las agudas y las crónicas. Y, en el caso de las
etiologías, por causa de etiologías encontramos las quemaduras, heridas por
traumatismos, quirúrgicas, lesiones por presión, úlceras venosas y el pie diabético.
A partir del esquema explicado, comenzaremos con los tipos de heridas. Las heridas
agudas son una lesión que pueden permanecer en un corto plazo, siendo una de
menor impacto que puede curarse por sí misma. Podemos tomar un ejemplo, que
son las caídas o cuando te cortas con un cuchillo. Las heridas crónicas, también, se
catalogan de esta manera por el tiempo y las complicaciones que pueden tener y
su manejo, ya que, el manejo puede ser mayor y requiere mayores elementos y
provocar diversas alteraciones en el paciente. Las heridas quirúrgicas. Éstas,
también, se definen como una solución de la continuidad de la piel y/o mucosas o
tejidos subyacentes, producidas con el fin de acceder a cualquier parte del
organismo, con el fin de encontrar un diagnóstico o parte de una terapia. Las heridas
traumáticas vemos que son todas aquellas que forman parte de una disolución de
la continuidad de la piel, producto de una agresión o lesión por arma de fuego o por
un material punzocortante. Seguimos con las heridas por quemaduras. Éstas son
producidas por algún agente químico, electricidad, radiación o, simplemente,
congelación o el fuego directo. Las lesiones por presión han sido una de las
categorías de origen isquémico por las consecuencias del aplastamiento tisular, en
este caso, la piel, provocado por una presión prolongada. Ésto lo vemos muchas
veces en los hospitales cuando el paciente está en una misma posición. Por último,
el pie diabético ha sido una de las lesiones con mayor prevalencia al ser una
consecuencia del padecimiento de diabetes mellitus descompensada, ya que, es
una lesión directa de los maléolos ulcerados y los tejidos profundos asociados a las
alteraciones neurológicas. En este caso, hemos conocido el proceso de
cicatrización y cuáles son los tipos de heridas. ¿Qué tipo de herida tiene? ¿En qué
proceso de cicatrización se encuentra el paciente? Todos los elementos, realmente,
aportan gran significancia para el cuidado que se le brinda al paciente con heridas
y ésto nos dé un resultado óptimo.
Muy bien. Ahora continuemos con el tema número dos, que es la valoración o la
inspección de las heridas. Este tema es muy importante porque acá, te vamos a dar
las herramientas básicas para que identifiques de qué tipo de herida estamos
hablando y cómo la vamos a tratar. Entonces, nosotros ya conocemos el estado
general de nuestros pacientes, las cormobilidades, su estado general, su estado
nutricional y cómo es el desempeño en el manejo de su herida, en su familia por
ejemplo. Entonces, vamos a tener en cuenta varios puntos: Uno, la localización. Es
muy importante, saber en qué parte está ubicada la herida de nuestros pacientes.
Acá te vamos a mostrar una imagen, para que identifiques el sitio anatómico y de
esta manera lo puedas tener registrado en la historia clínica. Dos, la forma es muy
importante también. ¿Por qué? porque nos va a indicar qué tipo de lesión es, cuál
es la etiología de la misma, además para identificar por ejemplo, si es una úlcera
venosa o si es una úlcera arterial. La forma nos va a ayudar a identificar este tipo
de situaciones. ¿Qué tipo de formas existen? Hay circulares, tenemos en forma de
cráter, tenemos ovaladas y tenemos las irregulares. El tamaño es muy importante,
porque el tamaño a nosotros nos va a ayudar a identificar si efectivamente la herida
ha tenido un retroceso, si realmente el cuidado que nosotros le estamos ofreciendo
a nuestros pacientes es adecuado o simplemente la herida se quedó estancada por
el procedimiento. Ahora, revisemos de qué forma se pueden medir las heridas. Te
vamos a enseñar dos técnicas que son muy sencillas. Una, es la de las manecillas
del reloj y otra es la forma lineal. Las manecillas del reloj, ¿qué vamos a tener en
cuenta? El largo, se va a medir de las 12 a las seis horas, y el ancho de las tres a
las nueve horas y el metro lineal, que consiste en medir el largo más largo y el ancho
más ancho, de forma perpendicular y se expresa en centímetros o en milímetros.
Ten en cuenta, utiliza los mismos puntos de referencia cada vez que hagas una
nueva medición de la herida. Ahora continuemos revisando los parámetros que
tienes que tener en cuenta, para hacer la valoración de tu herida. Continuamos con
el volumen. El volumen, para determinar cómo lo vas a medir. Entonces es, el largo,
ancho y profundidad. Esos son tres aspectos que tienes que considerar, lo cual
debes verificar, ¿por medio de qué? De un hisopo, un aplicador o un copito,
dependiendo del país donde te encuentres. Además, una regla, esos son dos
elementos que necesariamente necesitas para hacer la valoración con respecto al
volumen. Luego se multiplica, el largo, ancho y profundidad y el volumen se expresa
en centímetros cúbicos. El lecho de la herida es muy importante que lo
identifiquemos y que aprendamos a valorarlo. ¿Pero qué es el lecho de la herida?
Es el parámetro que nos indica cuál es el proceso cicatrización real de nuestra
herida, el tipo de tejido que nosotros podemos valorar e identificar en el mismo y
también lo podemos determinar en qué porcentaje nos ayuda a hacer una
descripción totalmente clara, que nos permite identificar qué tipo de tejidos están
presentes en la herida. Uno, tienes que tener en cuenta la granulación. Dos, si hay
hipergranulación. Tres, si hay esfacelo. Cuatro, si hay necrosis. O sea, tejido
muerto. Cinco, si está epitelizado. Seis, si hay presencia de fibrina. Siete, si es
friable. Y por último, islas epiteliales. Muy bien, recuerda que para que tú identifiques
bien ese lecho de la herida de tu paciente, es necesario que esa se encuentre limpia,
no lo olvides. Ahora continuemos, con el exudado. El exudado es un buen indicador
cuando yo voy a hacer la valoración de las heridas, porque acá nos permite
identificar el balance de humedad que tienen la misma. Además, nos permite
identificar si hay un proceso adecuado de cicatrización o de hecho tiene un proceso
inicial de infección. Se debe considerar, que algunas heridas si son muy exudativas
o también algunos tipos de apósitos permiten que ese exudado aumente. Entonces,
aquí evaluarás la cantidad, el tipo, el olor y la consistencia. Continuemos con los
bordes. Entonces, en este punto vamos a verificar cómo se encuentra la evolución
o el proceso de cicatrización del paciente o pues obviamente de su herida, y aquí
debes de realizar una descripción exhaustiva de las orillas de la herida. Entonces,
vamos a identificar qué tipo de bordes existen. Porque todo este tipo de cosas que
nosotros estamos diciendo a continuación, lo tienes que registrar tal cual en la
historia clínica del paciente. Entonces, los tipos del borde. Hay uno que se llama
adherido. El lecho de la herida está unido a las bases de ésta. Ese es el adherido.
El no adherido, es una destrucción del tejido alrededor, el lecho de la herida no está
unido. Pueden estar socavados o enrollados los bordes. Seguimos con los
socavados, los socavados es su destrucción total del tejido alrededor del perímetro
de la herida, por debajo de la piel intacta del paciente. Y por último, la
hiperqueratosis. ¿Qué es la hiperqueratosis? Aquí es donde hay mucho tejido
calloso alrededor de la herida. Es un tejido que se forma alrededor de la misma,
especialmente con pacientes que tienen una neuropatía diabética o aquellos
pacientes que son dependientes. Ahora continuemos con la piel perilesional. Este
es un aspecto que es muy importante y que en muchas ocasiones nosotros no le
damos mucha importancia. ¿Por qué? porque consideramos que es supuestamente
piel que está sana, pero realmente no está favoreciendo el proceso de cicatrización
de la herida o también está en una condición no adecuada. Sin embargo, esa piel
perilesional, va a ayudar a identificar si efectivamente el paciente está empezando
por un proceso infeccioso, porque ya vamos a ver que la coloración de la piel
perilesional es diferente, porque ya va a tener una temperatura que es diferente al
resto de la piel. Además, acá nosotros vamos a mirar qué tipo de intervencion le
vamos a hacer a esa piel perilesional. Muy bien, ahora continuemos con los tipos
de piel perilesional. ¿Por qué los tipos de piel perilesional? porque ellas nos indican
de qué tipo de heridas se trata. Por ejemplo, tenemos una pigmentación color ocre,
significa que es una úlcera venosa. Cuando tenemos una herida macerada, significa
que ese paciente realmente está expuesto siempre a la humedad. En este caso
serían los pacientes encamaditos y que realmente tienen por ejemplo, una herida o
una úlcera por presión a nivel sacro. Eritema, es el enrojecimiento alrededorde de
la piel. Por último, vamos a ver el edema. Ahora continuamos con el dolor. El dolor
es muy importante identificarlo en nuestros pacientes. ¿Por qué? porque se valora
depende de la localización, porque depende la localización el dolor va a aumentar.
Por su distribución, por su tipo, por la intensidad, porque ya sabemos que todos los
seres humanos manejamos un nivel del dolor diferente y esos factores que lo alivian
e incrementan al mismo. Para evaluar la intensidad se puede utilizar una escala
visual análoga, que es la que normalmente conocemos a nivel institucional y así dar
una calificación para poder documentar en nuestro registro clínico. Ahora
continuemos con la infección. Entonces, las heridas normalmente contienen
bacterias, es normal porque están todas contaminadas. Sin embargo no resultan
perjudiciales para la cicatrización. El riesgo de infección que tenemos de un paciente
con heridas, aumenta cuando se encuentra alterada la salud del paciente. En las
heridas agudas es normal observar dolor local, eritema, enrojecimiento, calor... Que
son típicos signos de infección, debido al proceso inflamatorio que se ejecuta en
este momento. En las heridas crónicas es diferente. Es evidente el retraso en el
proceso de cicatrización. Los tejidos cambian en apariencia, se profundizan las
heridas, el dolor cambia en intensidad o aparece y aumenta la cantidad y el tipo de
exudado. Muy bien, ahora ya cuentas con los elementos básicos para hacer una
valoración adecuada, a ese paciente que tiene heridas. Recuerda que es muy
importante hacer una valoración general del paciente, no solamente enfocarnos en
esas heridas como te dije al inicio. Observa bien la herida, observa bien a tu
paciente, observa bien a su familia. En un inicio, te puedes tardar muchísimo en tu
valoración. Pero a medida que vas avanzando, te va llenando más de elementos
cuando empiezas a identificar ciertas características de la herida. A medida que vas
valorando los pacientes, van aumentando las valoraciones de los pacientes, la
observación se vuelve más aguda y la evaluación es más adecuada y por ende tu
tratamiento, tu intervención va a ser efectiva.
Muy bien, ahora continuemos con el registro clínico. Una vez que hiciste una
valoración exhaustiva y consciente de la herida de tu paciente, pues todo hay que
registrarlo. Además, en la disciplina de enfermería nos distinguimos por escribir todo
lo que observamos. Y todo lo que no está escrito, pues no existe. Por ende, es
necesario que empieces a hacer una descripción detallada del paciente como tal
pero también de su herida, obviamente porque ese es el tema que estamos ahorita
abordando. Es muy importante que las instituciones cuenten, por protocolo o por
guía institucional, que tengan una hoja dedicada para qué, para las heridas, porque
ahí es donde nosotros tenemos que identificar en qué parte anatómica está la
herida. Esa hoja que está documentada, la puedes encontrar en tus instituciones,
las cuales están avaladas por todos los procesos de garantía en la calidad del
mismo. En las redes, tú también vas a encontrar muchas herramientas que te
ayuden a documentar este tipo de registros. Entonces, punto número uno, es
importante, es totalmente indispensable que cada vez que tú tengas la cita con tu
paciente, hagas un nuevo registro en la hoja que realmente tu institución te ofrezca
para hacer este tipo de anotaciones. Entonces, ¿cuándo debes de registrarlo?
Cuando vas a cambiar el apósito, como cualquier cambio significativo también de la
herida y, obviamente, del paciente. También vamos a identificar cómo es la piel
perilesional, que espero que tengas las herramientas para que lo identifiques. A la
fecha, no existe un formato manual estandarizado para el registro de la valoración
de las heridas, pero, como you te comenté, en la red puedes encontrar varias
opciones para que las adaptes a tu institución. Ten en cuenta que para hacer ese
registro de la herida de tu paciente, es necesario que tú también involucres al
paciente y a tu familia, como te lo mencioné. Porque ahí tú vas a escribir en ese
registro las explicaciones, las evoluciones y cómo se siente el paciente y cómo se
siente su cuidador con el proceso de cicatrización. Muy bien, entonces ahora vamos
con la valoración del dolor. La valoración del dolor entonces es obviamente para
valorar la herida, para mirar la intensidad del dolor del paciente. Dos, la evaluación
cuidadosa de ese dolor. Y tres, la repercusión que tiene en la calidad de vida del
paciente. Recordemos que la calidad de vida, según la OMS, es la percepción que
un individuo tiene de su lugar en la existencia, en el contexto de la cultura, el sistema
de valores con los cuales convive el paciente, la relación con los objetos, los
objetivos, las expectativas, normas, inquietudes. La calidad de vida de una persona
con una herida, es el impacto que tiene la herida y su tratamiento en su vida. Muy
bien, ahora continuemos con el dolor. El dolor relacionado con las heridas se
clasifica en dos y depende de la temporalidad. Es lo mismo que el otro tipo de dolor
que conocemos, que es el crónico y el agudo. El agudo, es solamente en el
momento de la manipulación de la herida de nuestro paciente. El crónico, es el que
se mantiene en el tiempo. Durante la evaluación, además de la localización de la
intensidad, descripción y duración, existen varias escalas para evaluar el dolor. Una
de las más conocidas es la escala visual análoga. Esta escala permite que el
paciente ubique el dolor con base en su propia estimación. Es un rango de nulo a
uno de mayor intensidad. Este método es aceptado para adultos y niños mayores
de seis años. Entonces, consiste en una línea horizontal o vertical, de diez
centímetros más o menos, el punto inicial significa, el dolor; y el extremo, el dolor
insoportable. Para interpretarlo, los números uno, dos y tres, el dolor es leve. Si es
cuatro, cinco y seis, el dolor es moderado. Siete, ocho y nueve, dolor severo.
Continuemos con la escala numérica. La escala numérica es una de las más fáciles
de manejar. En esta escala, igualmente, el paciente ubica una escala de dolor que
siente, donde se le dice que indique de cero a diez cuál es la intensidad del dolor.
Cero es ningún dolor, uno; y donde nueve y diez serían un dolor insoportable. Muy
bien. Y ahora, la escala visual. Esta escala es muy favorable para qué, para los
niños y también para aquellos pacientes que se les dificulta la comunicación.
Entonces el paciente, aquí you tenemos una escala que es de caritas, y él debe
seleccionar la palabra que mejor describe el dolor o la intensidad que siente en este
momento. Con el desarrollo de este módulo, aportamos las herramientas totalmente
básicas para qué, para que hagas una valoración consciente de tu paciente, de esa
herida, de cómo la ves. Recuerda entonces que una valoración inicial adecuada y
general del estado de nuestros pacientes brinda elementos para iniciar un proceso
de valoración exclusivamente en las heridas y, por ende, realizar intervenciones
adecuadas y efectivas.
Otro aspecto muy importante para el cuidado de las ideas es la limpieza. Esta se
debe de realizar con cada cambio de apósito, you que la limpieza nos ayuda a
remover los residuos y bacterias libres, nos protege, promueve un ambiente óptimo
para la cicatrización y nos facilita la valoración del herido. Existen diferentes
soluciones para la limpieza de las heridas. Entre las más comunes se encuentran el
hipoclorito de sodio, el ácido acético, las soluciones no citotóxicas y, la más
utilizada, la solución salina al 0.9%. Hipoclorito de sodio. El ingrediente activo es el
cloro diluido. Se usa como bactericida you que elimina la mayoría de las bacterias
que se encuentran en las heridas crónicas y ayuda a disminuir el olor. Su tiempo de
vida es de 48 horas y debe de eliminarse después de este tiempo. Existen diferentes
tipos de diluciones. Mientras más concentradas se encuentre puede provocar mayor
ardor al paciente. Si esta solución se combina con bicarbonato puede servir para
desbridar. El uso de esta solución es hasta que la herida esté limpia you que se
utiliza como antiséptico. Ácido acético.
Reproduce el video desde :1:44 y sigue la transcripción1:44
Es un bactericida que ayuda a eliminar la pseudomona aureginosa.
Reproduce el video desde :1:50 y sigue la transcripción1:50
Esta bacteria produce un exudado verdoso y un olor muy característico cuando se
encuentra presente en las heridas. La concentración es 1/4 de ácido acético. El
ácido acético se conoce comercialmente como el vinagre. Es importante que,
cuando se utilice, se proteja la piel perilesional you que si se deja por mucho tiempo
puede lastimar la piel. El paciente, en ocasiones, puede presentar sensación de
quemazón o dolor. Entonces será necesario diluir más la solución. Soluciones no
citotóxicas. Las heridas que se encuentran en fase proliferativa o remodelación, es
decir, las últimas fases de cicatrización, se pueden lavar gentilmente con soluciones
no citotóxicas como las solución salina al 0.9%, agua hervida, dejándola enfriar, o
limpiadores comerciales. La solución salina al 0.9% se puede obtener de manera
muy fácil. No es un antimicrobiano, es isotónica y no interfiere en el proceso de
cicatrización. No altera la flora normal de la piel y dura 24 horas después de que se
abre. Este tipo de solución es suficiente para la limpieza de las heridas. Y también
un punto muy importante es que es costo efectivo y está disponible en varias
presentaciones. Después de que se hizo la limpieza de la herida, el siguiente paso
es preguntarnos: entonces, ¿cómo vamos a cubrir esa herida? Para eso debemos
seleccionar correctamente el apósito, you que toda las heridas tienen características
diferentes y con ayuda de la valoración podemos determinar qué tipo de apósito
será el más adecuado colocar en ese momento. El apósito ideal es aquel que nos
permite mantener una humedad en el lecho de la herida para permitir la migración
celular, pero que, a la vez, nos absorba todo ese exceso de exudado evitando que
se dañe nuestra piel perilesional. Los apósitos pueden dividirse en dos categorías,
apósito primario y apósito secundario. El apósito primario es aquel que queda en
contacto directo con la herida y actúa de manera pasiva en el proceso de
cicatrización. El apósito secundario es el que se coloca sobre el apósito primario y
actúa de manera activa. A continuación mencionaré algunos ejemplos más
comunes de los tipos de apósitos que existen. Alginatos de calcio. Estos son
derivados de algas marinas de color marrón. Están compuestos de fibras no tejidas.
En ocasiones, pueden contener en su composición algún antimicrobiano como la
plata. Se recomienda que se utilice en heridas de espesor parcial o total y con
exudado moderado. Este tipo de apósito favorece el desbridamiento autolítico. Por
lo tanto, es muy importante mencionar al paciente que puede desprender olor, cierto
exudado café y no espantarse, you que es totalmente normal debido al
desbridamiento. Se debe colocar exactamente al tamaño de la herida para evitar
lastimar la piel perilesional. Los cambios de este tipo de apósito dependen de la
cantidad de exudado que tenga una herida. Entre mayor exudado, mayor va a ser
la frecuencia de los cambios de apósito. Espumas. Estos son apósitos no
adherentes y absorbentes. Los hay de distintos grosores y distintas presentaciones.
Disminuyen el riesgo de traumas al momento de retirarlos y algunos contienen un
marco adhesivo. Pueden ser utilizados como apósitos primarios o secundarios, en
heridas de espesor parcial o total. En heridas altamente exudativas se pueden
utilizar en combinación con otros apósitos absorbentes para ayudarnos a disminuir
la frecuencia de los cambios. Hidrocoloides. Son compuestos de gelatina, tectina y
carboximetil celulosa. Proveen una humedad adecuada que ayuda a formar tejido
de granulación y a desbridar de manera autolítica el tejido necrótico. Se recomienda
en heridas con exudado bajo a moderado. Pueden desprender cierto olor debido al
desbridamiento generado, y, en ocasiones, dejar residuos en la herida. No utilizarse
en heridas con mucho exudado porque pueden lastimar la piel y los cambios serán
mucho más frecuentes. En heridas infectadas o con pieles frágiles tampoco se
recomienda. Hidrogeles. Están hechos a base de agua y glicerina y los hay como
geles amorfos en gasas impregnadas y pueden usarse en heridas de espesor
parcial y total, con presencia de tejido necrótico o espacel. Algunos beneficios es
que reducen el dolor, rehidratan el lecho de la herida y facilitan el desbridamiento
autolítico. Hidrofibras. Son apósitos suaves, estériles, hechos de fibras de
carboximetil celulosa sódica. Tienen gran capacidad de absorción, gelificando el
apósito y manteniendo la humedad en la herida para favorecer el desbridamiento
autolítico. Uno de los grandes beneficios de este tipo de apósitos es que evitan la
maceración de la piel perilesional gracias a su absorción vertical y lateral controlada.
Antimicrobianos. Estos actúan a nivel tópico, como la plata, el yodo y el
polihexametileno biguanida. Pueden estar contenidos en distintos tipos de apósitos,
como espumas, alginatos, hidrocoloides o geles. Principalmente estos tipos de
apósitos se utilizan en heridas altamente exudativas que no cicatrizan o cuando se
desea tener una protección antimicrobiana. Algunos ejemplos de heridas en los que
se pudiera llegar a utilizar son quemaduras, heridas quirúrgicas, úlceras diabéticas
o lesiones por presión. En algunas ocasiones ciertos apósitos pueden causar
pigmentación de la herida o de la piel perilesional. Por eso su uso siempre debe
estar vigilado y supervisado por personal capacitado y especializado. Recuerda que
las heridas son cambiantes. Si tu herida cambia tu apósito debe también cambiar.
Recuerda que si seleccionamos adecuadamente el apósito vamos a crear un
ambiente óptimo para la cicatrización. Por el contrario, si no seleccionamos
adecuadamente el apósito vamos a causar un deterioro en el proceso de
cicatrización, como la maceración, aumentar el riesgo de infección, o trauma
mecánico por arrancamientos si no lo retiramos de manera adecuada. Podemos
aumentar el dolor, la frecuencia en los cambios y, por lo tanto, tener un impacto en
los costos del tratamiento del paciente.
Por otra parte, los injertos o los colgajos son una alternativa de tratamiento rápida y
efectiva, para zonas quemadas con mayor profundidad. Es decir, de segundo grado
profundo a tercer grado. Sin embargo, como el último punto de nuestro tema, la
prevención de las quemaduras es lo más importante de todo lo que acabamos de
ver, ya que las quemaduras como tal son prevenibles y las acciones encaminadas
a ello dependerán del ámbito en el que nos estemos encontrando. Es de suma
importancia que, en aquellas zonas vulnerables, se desarrollen programas de
prevención encaminadas a generar cultura preventiva, la formación de políticas
principalmente en áreas de riesgo. Además, la capacitación juega un papel
importante en cualquiera que sea el ámbito ya que los programas de concientización
deben incluir a grupos de todas las edades. En este apartado, hemos visto en las
generalidades de las quemaduras, así como su valoración y tratamiento, con la
finalidad de proporcionarte los elementos para valorar y referir al paciente a la
unidad de salud adecuada, según la gravedad del paciente.
CASO CLÍNICO
>>Buenas tardes.
>> Buenas tardes, doctora.
>> Yo soy Catalina, enfermera de la Clínica de Heridas, y necesito hacerle algunas
preguntas antes de pasar a la curación como tal. ¿Qué edad tiene?
>> 49 años.
>> 49 años. ¿Tiene alguna enfermedad? ¿Es diabético, hipertenso?
>> No, ninguna.
>> Ninguna, okey. ¿Y qué le pasó?
>> Un accidente automovilístico el 3 de marzo, me aventó una combi.
>> Okey. ¿Y qué pasó después de eso?
>> Enseguida me metieron a quirófano. Tuve una herida en la espalda, me abrió la
combi de 18 centímetros fue la herida.
>> ¿Y usted sabe qué le hicieron en el quirófano?
>> No, nada más me lavaron. No fue operación ni nada.
>> Le lavaron, okey. ¿Estuvo hospitalizado?
>> Sí, 15 días.
>> 15 días. ¿Y durante esos 15 días estuvieron poniéndole antibiótico?
>> Sí.
>>¿Algún otro procedimiento realizaron o fue solo ese?
>> No, nada más fue solo ese.
>> Solo ese, okey. ¿Y toma algún medicamento?
>> Sí, sí estoy tomando medicamento.
>> Tomando medicamento. ¿Qué está tomando?
>> No, no recuerdo el nombre. Es mi esposa la que lleva todo.
>> Señora, disculpe, ¿qué medicamentos toma su esposo?
>> Tuvo el medicamento de... Le mandaron lo que fue, deja te digo.
>> Sí. Y en lo de mientras, ¿dónde vive usted?
>> Aquí en la Colonia Santa Bárbara.
>> Santa Bárbara. ¿Y a qué se dedica?
>> Comerciante.
>> Comerciante, okey. Muy bien. ¿Y actualmente está trabajando?
>> Sí, ahorita ya empecé.
>> Okey, perfecto.
>> Le mandaron levofloxacino, tramadol, ibuprofeno, pregabalina, omeprazol,
combivent en espray, ese era para, es para curarlo y nifedipino. Nada más.
>> Nada más. Okey.
>> Es lo que le dieron.
>> ¿Y ha presentado dolor en estos últimos días?
>> Nada más de la costilla.
>> Del lado, ¿de qué lado?
>> Izquierda.
>> Del lado izquierdo.
>> Sí.
>> Okey. ¿Y cede con el medicamento?
>> Okey. Perfecto. Don Arturo, vamos a empezar entonces a revisarlo. Si algo
molesta, por favor, me dice.
>>Ahorita lo primero que voy a hacer es desprender la gasa que usted tiene
colocada. Si hubiera algo de dolor, por favor, usted me dice
>> Sí, ahorita lo que estamos haciendo es retirar la curación anterior para poder
valorar la herida.
>> Aquí nos hacemos un cambio de guantes para poder realizar la valoración. Lo
primero que hacemos después de la historia clínica, es poder medir como tal la
lesión. Preparamos un campo. Nosotros contamos con campos desechables. Y aquí
mismo vienen las gasas, entonces preparamos para poder aquí colocar todo nuestro
material estéril. Okey. Recordemos que, para medir las heridas, se debe de medir
el largo más largo por el ancho más ancho. Entonces, de esta manera, nosotros
podemos medir nuestra herida que, en este caso, el largo más largo es a esta altura.
Y podemos decir que esta herida mide 2.5 centímetros. Y el ancho más ancho es
de esta manera, y podemos decir que esta herida mide 4.8 centímetros. A
continuación, vamos a empezar la limpieza de la herida para poder valorar de mejor
manera el tipo de tejido que tenemos. Y para ello, como veíamos en los módulos
anteriores, el mejor procedimiento para esto es a través de la irrigación.
Para esto ocupamos una jeringa de 20 centímetros y una aguja, en este caso,
amarilla. Vamos a tomar un poco de agua. Llenamos nuestra jeringa. La cantidad
de agua va a depender del tipo de herida y del tamaño que tengamos. ¿De acuerdo?
Entonces, ahorita solo voy a proteger para no mojar al paciente. Don Arturo, va a
sentir un poquito de agua fría, ¿sale?
>> Sí.
>> Si hubiera molesta, insisto, me dice.
>> Okey.
>> Entonces, nuestras guías de práctica clínica nos dicen que la irrigación debe de
realizarse a 45 grados y a 15 centímetros de distancia aproximadamente del lecho
de nuestra herida. Entonces, desde aquí. Y a 45 grados, nosotros empezamos a
irrigar todo el lecho de nuestra herida y, una vez hecho esto, lo que nosotros
hacemos es, con nuestro dedo, dar un pequeño masaje para poder limpiar de mejor
manera. Una vez hecho esto, nosotros podemos secar. Solo por esponjeo. Y en el
caso de este paciente, nosotros encontramos distintos tipos de tejido. El que se ve
rojito, es tejido de granulación. La parte rosa, es la parte ya epitelizada. La parte
amarillita es fibrina. Y este pequeño borde, tanto aquí como de este lado, es
hiperqueratosis. El apósito que nosotros vamos a utilizar es alginato de calcio y
vamos a poner un poco de ulcoderma en los bordes para que nos ayude a epitelizar.
Aquí hacemos un cambio de guantes. Y vamos a preparar nuestro apósito. El
tamaño de nuestro apósito debe de ser del tamaño del lecho de nuestra herida.
Listo. Gracias. Ahora me regalas un poquito de ulcoderma. De este lado, por favor.
Con eso está. Y me regalas un hisopo. Okey. Perfecto. Entonces, bueno, una vez
que ya está lista nuestra herida, en el caso de esta pomada, va a ser de colagenasa.
Tiene su función a través de la contracción de la herida, entonces la zona donde
nos va a servir es justamente en la parte del borde, que es ahí entonces donde la
vamos a colocar. Podemos apoyarnos con hisopos, con abatelenguas o inclusive
con los deditos de las manos. Y una vez hecho esto, vamos a poner el alginato
encima, que cubra, dijimos, nuestro lecho de la herida. Y después de eso, ya
podemos cubrir con gasa o con el apósito que nosotros tengamos para cubrir. Nos
podemos, en este caso, ya retirar las guantes para cortar el hipafix que en este caso
es el apósito con el que vamos a fijar.