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8 LA SOMBRA DEL CIPRÉS Sábado 10.06.

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EL NORTE DE CASTILLA

REVOLUCIÓN
Decurso y ocaso de la utopía

Stalin, en su
despacho en
abril de 1932.
:: JAMES ABBE-EFE

A
mitad del año die- exterminio con una maquina- el que un ruso le ponderaba la En la exquisita edición se
cisiete de este ve- ria policiaca bajo siglas sucesi- blandura de la represión fran-
En el fondo, reproducen a color, como
loz siglo veintiu- vas: CHEKA, GPU, OGPU, quista frente a la del comunis- el poemario de apéndice, dibujos de bayas,
no, al que no aca- NKVD y KGB; la guerra fría de mo soviético–, se ciñe a los he- Munárriz aborda plantas, animales y fenóme-
bo de hacerme y en el que me los bloques divididos por el Te- chos, a pesar de los pesares con nos naturales de las lejanas,
siento forastero, no había re- lón de Acero, la caída del Muro esperanza y convencimiento,
la naturaleza fronterizas con Finlandia, So-
parado aún en la emblemáti- y la globalización y su ingenie- desde una perspectiva moral, y estragos lovkí y herbarios geométricos
ca fecha. Así que está muy bien ría financiera actuales, siem- crítica e irónica, satírica y com- de lo utópico y aritméticos reproducidos de
el recordatorio en verso ‘Los pre con la iniquidad dominan- prometida, que me ha traído entre las cartas que Van-
ritmos rojos del siglo en que te y la codicia como banderas. a la cabeza, por el lado del gengheim mandaba a su hija
nací. Un cuento triste’ (Hipe- No olvida, entre medias, las ‘cuento’ del título además, a Eleonora, reputada paleontó-
rión) por parte de Jesús Muná- advertencias caídas en saco su admirado y traducido He- loga, que publicó un álbum
rriz. Ya se ve por el título que roto de Hölderlin o Adorno, a inrich Heine. De su proverbial memorial –cuya correspon-
su análisis, sensato y reflexi- los poetas aniquilados por el dominio métrico y rítmico dan dencia es la base del libro de
vo, arranca con la Revolución camino o el papanatismo del ya buena cuenta los cinco pri- Rolin- dedicado a su padre, fiel
de Octubre, pero va más allá, arte contemporáneo con Du- meros versos: un eneasílabo meteorológico del presunto entusiasta del proceso revolu-
hasta trazar una radiografía de champ a la cabeza, por caso. tan de su agrado por lo anda- paraíso de los soviet, pionero cionario hasta el final, a quien
nuestro tiempo. El libro está en su línea rea- rín, dos alejandrinos con ce- de la conquista espacial, re- apenas conoció, pues lo detu-
El largo poema-libro, con lista, incluso del lado de la di- sura y hemistiquios, un hep- presentante de la URSS en la vieron arbitrariamente cuan-
proemio que baliza la historia fícil suerte de la ‘poesía de cir- tasílabo y un endecasílabo en Comisión Mundial para el es- do ella tenía cuatro años.
de Occidente desde el año de cunstancias’ –a este respecto, cuya variedad y complejidad tudio de las nubes, creador de En el fondo, el poemario de
la Revolución Rusa –los diez he recordado aquel poema en es virtuoso. la Oficina del Tiempo con fi- Munárriz aborda la naturale-
días que estremecieron al En artículos anteriores he- nes agrícolas… toda una eje- za y estragos de lo utópico:
mundo de John Reed– hasta mos glosado aquí numerosos cutoria enfocada al servicio «No hay tierra firme para la
nuestros días, con el sangrien- y escalofriantes testimonios del socialismo. utopía» dice uno de sus tem-
to y sanguinario siglo XX de UN directos y relatos autobiográ- La narración levanta acta plados endecasílabos. De la
por medio y epílogo que, en ficos del Gulag. A veces, la in-
torno a la desigualdad entre ÁNGULO vestigación documentada en
de «la vida y la muerte de este
hombre destinado a la obser-
misma manera que con bue-
nas intenciones suelen hacer-
pobres y ricos, coteja las pers-
pectivas cristiana y marxista,
ME BASTA forma de ficción, como suce-
de en ‘El meteorólogo’ (Libros
vación apacible de la Natura-
leza y al que la furia de la His-
se malos poemas, da la impre-
sión de que las ideas cuanto
comienza con la visión del pri- del Asteroide) de Olivier Ro- toria destrozará». La historia más igualitarias y fraternales
FERMÍN
mer período revolucionario HERRERO lin puede alcanzar el mismo de una de entre los millones sean antes desaguan y se en-
ilusionante– no para todos, re- grado no sólo de verosimili- de víctimas del comunismo fangan en la arbitrariedad, la
cordemos el libro que también tud, sino de verdad. Al modo soviético, engrasado durante vesania y lo atroz. También
comentamos en su día de Ivan de Carrére, Rolin reconstru- el estalinismo hasta constituir Rolin acometió el declive de
Bunin, a quien cita Rolin, dia- ye, en un alarde narrativo y «la formidable máquina de ma- las utopías en ‘Tigre de papel’.
rio en directo de los desmanes con sabroso estilo, la existen- tar» que era también «una má- En otra isla, Hiddensee, de la
y consecuencias del fervor bol- cia desde sus orígenes ucrania- quina de borrar la muerte». Ro- RDA, pero cercana a Dinamar-
chevique–, el asalto a los cie- no hasta su ejecución, tras ser lin contempla de paso cómo ca, no a Finlandia, a punto de
los y la propaganda interna- deportado en el 34, en el her- el oro de la nueva humanidad desmoronarse el Muro, se de-
cional de la buena nueva del moso archipiélago de las Solo- liberada de las cadenas que iba sarrolla ‘Kruso’ (Anagrama),
proletariado triunfante y el fin vkí –donde coincidió, entre a resultar de la «construcción la primera novela del alemán
de la injusticia secular, no sin otros, con el increíble mate- del socialismo» se hizo plomo Lutz Seiler, al parecer poeta
entablar feroz batalla en todos mático místico Pavel Florenski, asesino. Precisamente en el renombrado.
los frentes con quienes en asesinado en un campo de tra- lugar del «asesinato en masa El protagonista, tal vez, por
modo alguno querían perder bajo, de quien también habla- del ideal», la terrorífica Lubian- la referencia a su gris ciudad
sus privilegios, lo que provo- mos en su día a cuenta de ‘El ka, cayó el meteorólogo tras natal, trasunto del autor, que
có contrarrevoluciones y gue- nombre del infinito’–, de ser arrestado por las habitua- memoriza los textos como si
rracivilismos de clases, para Alekséi Vangengheim, cartó- les acusaciones fantasmales, los fotocopiara, huye a la cita-
desembocar tras las matanzas grafo de los campos magnéti- al cabo confesadas en la línea da isla del Báltico donde se
en totalitarismos de todo sig- cos, los vientos, las aguas y el kafkiana de los Procesos de siente un desecho humano
no. Luego, aborda la transfor- sol al punto de ser un precur- Moscú: contrarrevoluciona- mientras merodea en busca de
mación de la URSS en una dic- sor de las energías eólica y so- rio, espía, saboteador y enemi- un curre para sobrevivir, has-
tadura burocrática y fábrica de lar, director del Servicio Hidro- go del pueblo. El horror. ta que consigue colocarse como
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EL NORTE DE CASTILLA

LOS RITMOS EL
ROJOS DEL SIGLO METEORÓLOGO
EN QUE NACÍ. UN Olivier Rolin, Libros del
CUENTO TRISTE Asteroide, 208 pp., 18,95 €.
Jesús Munárriz, Hiperión,
70 pp., 10 €.

KRUSO EL ENFERMERO
Lutz Seiler, Anagrama, DE LENIN
480 pp., 22,90 €. Valentín Roma, Periférica,
272 pp., 18, 90 €.

friegaplatos en un restauran- bre todo intelectuales, contra


te. Allí trabaja también esta- toda esperanza y evidencia,
cionalmente el inquietante y sino la utopía haciéndose rea-
carismático personaje ruso- lidad. Pero Rolin cita, en tor-
alemán que da título a la na- no al lugar donde fue asesina-
rración, medio Crusoe medio do el meteorólogo, a Julius
Noé, cabecilla in pectore y Margolin: «Los convoyes se
aglutinador de la cuadrilla, co- sucedían en los bosques de
munidad dispar de prófugos Onega, en la dulce Francia o
en potencia del comunismo, en América del Sur, poetas pro-
hippies y punkis, no se sabe si letarios componían cantos
organizada o no, de náufragos henchidos de emoción sobre
del mundo que conviven en el país de los soviets». En nues-
una especie de república libre tro idioma Alberti o Neruda
y escondite para reencontrar- dedicaban gorgoritos al padre-
se a sí mismos, en la que Kru- cito Stalin. Pero lo cierto es que
so, acaso poeta, predica la uto- después de aquella ignominia
pía siguiendo a Tomás Moro, la utopía parece liquidada para
a la vez que, frente al agota- siempre urbi et orbi.
miento o la muerte, corren el Queda la nostalgia. Quizá
riesgo de las deserciones, las a eso se deba que el padre de
detenciones indiscriminadas Valentín Roma, a consecuen-
y las desapariciones. cia de una operación por per-
Es una novela ambiciosa, foración intestinal, de forma
muy bien trabada, con preten- inexplicable, asegurara ser Le-
siones de total, aunque un tan- nin, perturbación transitoria
to claustrofóbica. La tercera que le duró tres semanas, du-
persona omnisciente, salpica- rante las que transcurre la na-
da de fragmentos diarísticos, rración de su hijo, ‘El enfer-
permite bucear con gran pe- mero de Lenin’ (Periférica),
netración psicológica en los un experimento muy origi-
personajes, tampoco se sabe nal que alterna una suerte de
si ennoblecidos o abotargados diario del acompañamiento
por la belleza insular en la que y cuidado del paciente con ca-
flota la respuesta del viento tas exegéticas en la biografía
dylaniano. Se quedan en la me- de Vladimir Ilich Uliánov, re-
moria Ed, el protagonista, hip- cuerdos de escenas y peripe-
notizado por el mar o picando cias personales, introspeccio-
cebollas, Kruso haciendo leña nes a tumba abierta, noticias
o ahuyentando a los topos, en- curiosas, esgrimas dialécticas
tre numerosas referencias li- marxista-leninistas con su
terarias, pues aparte del evi- progenitor, juegos postales
dente guiño argumental ro- con preguntas enigmáticas,
binsoniano y de Trakl, de quien brujuleos por internet, elu-
Ed está haciendo la tesis cuan- cubraciones varias y comen-
do escapa de la vida anodina y tarios de libros, pues como en
del dolor por la muerte de su Seiler su humus de escritura
novia, se convoca a Novalis, es literario, sólo hay que ver
Hauptmann, Bloch, Artaud, los escogidos autores que cita.
Castaneda, Rousseau, Gadda, El montaje de este material
Musil, Camus, Kleist…, me- vario y el estilo son harto sor-
nudo elenco. prendentes y valiosos. Roma
La Revolución Rusa no fue va a ser un narrador a tener
para muchos entusiastas, so- en cuenta, sin duda.

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