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LA DIGNIDAD HUMANA EN KANT Y HABERMAS

SENTENCIA T-881/02

Santiago Rodriguez Almeciga, Sergio Alejandro Prada Gutierrez

Docente: Jorge Edwin Rodriguez Navarro

Facultad de Derecho y Ciencias Políticas y Sociales

Universidad La Gran Colombia

Bogotá D.C

2023
DIGNIDAD HUMANA EN KANT Y HABERMAS
SENTENCIA T-881/02

INTRODUCCIÓN

El concepto de dignidad humana ha sido sujeto de amplios y variados


cuestionamientos a lo largo de la historia, es allí donde surgen los postulados más relevantes
en materia de derechos humanos en especial los que al ser inherentes del ser se les otorga una
categoría de rango superior que a los demás. El presente escrito, se plantea con base en la
pregunta ¿Cuál es la posición qué se asume frente al tema de la dignidad humana según los
postulados de kant y Habermas?; se tiene claro que el ensayo se desarrolla bajo el análisis del
texto escrito por el doctor J. Michelini denominado “Dignidad humana en Kant y Habermas”
en el cual se expondrán diversas posturas frente a el rango, características y esencia de la
dignidad humana como expresión eminentemente ética y deber de protección por parte de
cada uno de los estados. Las posturas de Kant frente al fenómeno de la dignidad humana son
en esencia un punto de partida del cual se formaliza la base para poder desglosar la temática a
tratar. A su vez si bien es cierto que Habermas no habló directamente de la dignidad humana
se pueden evidenciar a lo largo de su trayectoria como filósofo y sociólogo contundentes
fragmentos que son pertinentes para la elaboración del presente escrito. A su turno tomando
como fuente auxiliar del derecho la jurisprudencia, específicamente la de la Corte
Constitucional (Sentencia T-881/02) se reforzarán los conceptos que el
neoconstitucionalismo ha venido desarrollando en materia de dignidad humana.
En un comienzo, J. Michelini en su texto dignidad humana en Kant y Habermas del
año 2010 define a la dignidad humana como “ El valor único, insustituible e intransferible de
toda persona humana, con independencia de su situación económica y social, de la edad, del
sexo, de la religión, etcétera, merece respeto absoluto”. A su vez la dignidad humana
constituye un principio y un derecho de carácter superior o de rango constitucional y por ello
en reiterada jurisprudencia la corte constitucional la ha catalogado como aquella
intangibilidad de los bienes no patrimoniales, integridad física e integridad moral (vivir sin
humillaciones), lo que permite analizar la evolución en los conceptos entregados por diversas
fuentes que llegan a una misma conclusión, la dignidad humana es inmaterial, le es propia a
todo ser humano y se rige por el respeto y la moral.

Para el pensamiento ético filosófico de Kant la “dignidad” constituye un valor


intrínseco de la persona moral, la cual no admite equivalentes puesto que el ser humano es un
fin en sí mismo, es capaz de cuestionar moralmente, de identificar lo bueno y lo malo y lo
más importante de distinguir entre acciones morales e inmorales con base a los principios
establecidos por la sociedad en la que se forme, lo cual implica una autonomía que para Kant
es el “Fundamento de la dignidad de la naturaleza humana y de toda naturaleza racional”
(Kant, I. 1996, 49), haciendo una clara referencia a la diferencia entre animales y seres
humanos.
Por conexidad con el argumento anterior la Corte Constitucional en sentencia
T-881/2002 menciona que la dignidad humana está vinculada con 3 fundamentos exclusivos
de la persona humana los cuales son la autonomía, unas condiciones necesarias para
desarrollar un proyecto de vida y la intangibilidad del cuerpo y del espíritu (entendida como
integridad física y espiritual, presupuesto para la realización del proyecto de vida).

Volviendo a Kant el reconocimiento de dicha naturaleza de persona humana desglosa


la responsabilidad y deber de ser tratado siempre al mismo tiempo como fin y nunca sólo
como medio pretendiendo con esto establecer que se debe obrar de tal modo que la
humanidad tanto de las personas que componen la sociedad como la humanidad individual
debe ser respetada y no instrumentalizada para fines propios que puedan lesionar su dignidad.

Habermas a su turno no trató la dignidad humana de forma específica sin embargo


tras una investigación con base en Bioética y los problemas en los cuales recae el inicio de la
vida y la manipulación de embriones establece que la dignidad de estos no puede ser
equiparable a los seres humanos, sin embargo aunque no sean poseedores de dignidad,
merecen un tratamiento especial y no deben ser objeto de la mera manipulación científica.
Desde la perspectiva kantiana, esta postura es insostenible puesto que la moralidad con base
en las prácticas relativas a la manipulación de embriones no se ve afectada lo cual les otorga
rango considerable de dignidad.

Habermas sostiene que el conflicto generado por la manipulación de embriones no


parece arraigar en la dignidad que poseen los individuos de la especie humana, sino en la
posibilidad de daño que podría causarse a la identidad individual y a la autocomprensión
colectiva de la humanidad (Habermas, J. 2004, 56ss), por tanto la vida humana prenatal,
posee cierta dignidad con rango de indisponible, pero no inviolable ya que desde el momento
del nacimiento, comienzan a formar parte de la comunidad de seres morales y por ende su
dignidad humana se forja. La dignidad humana para el presente autor corresponde
exclusivamente a los individuos de la especie humana que han nacido ya que de esta manera
pueden ser considerados personas, puesto que el nacimiento marca la frontera entre
“naturaleza” y “cultura”. En concordancia se puede deducir que para el pensamiento
habermasiano la dignidad se correlaciona con la moral y los seres humanos por lo cual la vida
merece un respeto especial, indisponible y no de instrumentalizar.

Así las cosas, bajo la mencionada anteriormente, sentencia T-881/2002 donde


establece los tres ámbitos concretos de protección a partir del enunciado normativo del
respeto a la dignidad humana, que justifican el tratamiento jurisprudencial como un
verdadero derecho fundamental. Por otro lado, la honorable Corte Constitucional analizando
el derecho de la dignidad humana desde una concepción naturalista en el sentido de estar
referida a ciertas condiciones intrínsecas del ser humano, resulta de especial importancia, al
menos por tres razones las cuales son que permite racionalizar el manejo normativo de la
dignidad humana; se presenta más armónico con el contenido axiológico de la Constitución
de 1991, y; abre la posibilidad de concretar con mayor claridad los mandatos de la
Constitución. Ahora bien, no se trata de apartar el sustento natural de la dignidad humana con
base en la autonomía individual y la integridad física, sino también agregar los ámbitos de la
relación con el entorno social de la persona, de tal forma que integrarían el derecho positivo a
través de la normatividad del referente en concreto. Además de su concepto natural, ciertos
aspectos de orden circunstancial determinados por las condiciones sociales, que permitan
dotarlo de un contenido apropiado, funcional y armónico con las exigencias del Estado social
de derecho y con las características de la sociedad colombiana actual.

En conclusión, y después de haber analizado las diferentes posturas tanto de autores


filosóficos como de la jurisprudencia Colombiana, se esta de acuerdo con los ámbitos de
protección de la dignidad humana, que deberán apreciarse no como conceptos de un
referente natural, sino como conceptos concretos, como dijo la Corte Constitucional, en
relación con las circunstancias en las cuales el ser humano se desenvuelve cotidianamente.
De tal forma que integra la noción jurídica de dignidad humana en el ámbito de la autonomía
individual, la libertad de elección de un plan de vida concreto en el marco de las condiciones
sociales en las que el individuo se desarrolle. Por ende, no se trata sólo de un concepto de
dignidad mediado por un cierto bienestar determinado de manera abstracta, sino de un
concepto de dignidad que además incluya el reconocimiento de la dimensión social
específica y concreta del individuo.

REFERENCIAS

Michelini, D. J. (Julio de 2010). Dignidad humana en Kant y Habermas. Mendoza.

Sentencia T-881/02 (Corte Constitucional de Colombia 17 de Octubre de 2002).

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