Personas de todo el mundo han intentado descifrar el código para tener
relaciones duraderas y armoniosas. Sin embargo, si sabemos dónde buscar, las relaciones armoniosas están a nuestro alcance.
Como seres sociales que vivimos en este mundo, buscamos continuamente
relaciones armoniosas con quienes nos rodean: la familia, los seres queridos, los amigos, los compañeros de trabajo y vecinos.
En el centro de los desafíos en las relaciones
No importa cuál sea la relación, el epicentro de todos los problemas en las
relaciones, está en nuestra incapacidad para (1) manejar la ira, (2) controlar nuestro ego y (3) mantener la calma ante una situación difícil.
La mayoría de los problemas surgen cuando las personas no están de acuerdo
entre sí o tienen puntos de vista diferentes sobre un asunto. Cada uno de ellos puede sentir que tiene la razón y que la otra parte está equivocada y cada uno tratará de hacer valer su posición. Cuando la otra parte no cede ni se rinde, la ira emerge. Si no podemos mantener la calma en este punto, terminaremos diciendo o haciendo algo que hiera al otro.
Esto se agrava y se traduce en represalias. Pronto, lo que comenzó como un
desacuerdo menor evoluciona hasta convertirse en una pelea o, con el tiempo, en una disputa a muy largo plazo. La relación entonces sufre. Hay otro final para esta historia; un final en el que mantenemos la armonía dentro de la relación, y que comienza con la simple técnica de la meditación. Esta nos puede ayudar a evitar el ciclo de la ira y represalias y en su lugar inculcar en nosotros la paz y la armonía.
Transformación personal a través de la meditación
La meditación en la Luz y el Sonido interior de Dios es un proceso por el cual
retiramos nuestra atención del mundo exterior y la enfocamos dentro de nosotros mismos. Al hacerlo, comenzamos a experimentar el amor de Dios que está dentro de nosotros. Bañados en este amor divino, poco a poco despertamos a la realidad de que no somos el cuerpo, sino el alma, una parte de Dios.
Es esta parte de Dios la que da vida al cuerpo físico. También empezamos a
ver a todos los seres vivos, ya sean humanos, animales o plantas, como parte de Dios, con la Luz de Dios brillando en todos.
Nos transformamos cuando aceptamos la unidad
Abrazando nuestra unidad con toda la creación de Dios, experimentamos una
profunda transformación. Como resultado, comenzamos a desarrollar amor por todos. Esto construye un puente entre las personas, a medida que nos damos cuenta de que tenemos algo en común. Nuestros corazones se abren, desarrollamos tolerancia y paciencia hacia los que nos rodean. Nos volvemos compasivos y comprensivos y buscamos ayudar a los necesitados.
Nos sentimos inspirados a utilizar nuestros talentos para el bien de la
humanidad y en cualquier esfera en la que estemos trabajando, llegamos a ser una fuente de ayuda y alivio para los que nos rodean.
Cuando permanecemos en equilibrio, podemos encontrar soluciones y
estamos abiertos a ajustes y concesiones para asegurar una resolución pacífica. Ya no buscamos dominar o controlar a los demás, nuestro ego se mantiene bajo control, ya que no nos vemos a nosotros mismos como diferentes del resto de nuestros semejantes.
Al meditar, experimentamos estados de calma, paz y alegría. Este sentimiento
de tranquilidad permanece con nosotros mucho tiempo después de la meditación y se irradia desde nosotros a todos en nuestra órbita. Somos capaces de mantener la calma en situaciones difíciles o ante cualquier diferencia de opinión, sin permitir que las situaciones escalen a la ira.
Regularidad en la meditación
Cuanto más regulares nos volvemos en nuestras meditaciones, más entramos
en contacto con la fuente del amor divino y más aprendemos a amar y ser amados. La paz y la armonía entran en nuestros corazones y hogares y se reflejarán en cada aspecto de nuestra vida, irradiando a todos aquellos que conozcamos. Sin saberlo, esparcimos una fragancia divina por dondequiera que vayamos.
Si tratamos de meditar a diario, observaremos una gran diferencia en la forma
como abordamos nuestras relaciones. A medida que nos volvemos más tranquilos y amorosos, notaremos que esto tiene un impacto positivo en todos los demás. No sólo nuestras propias relaciones serán más armoniosas, sino que los atributos positivos tendrán un efecto multiplicador en otros.
A través de la paz interior y la armonía que logramos en la meditación, podemos
ayudar a lograr la paz exterior y la armonía en todas las relaciones.
Puedes encontrar más artículos en https://www.sos.org/es/articles/
Filosofía con diferencia: Tus sentimientos y su derecho a existir - Pensamientos filosóficos sobre el miedo, la ira, la tristeza, el odio, la felicidad, el estrés, los celos, y compañía
Usted si puede ser feliz pase lo que pase: Cinco principios para mantener en perspectiva su vida, You Can Be Happy No Matter What, Spanish-Language Edition
Arreglando una Relación Rota: Métodos Efectivos para Restaurar una Relación Turbulenta. Libros en 1 - Resolución de Conflictos, Alejando el Miedo y la Inseguridad de tu Relación