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Título: La meritocracia quiebra ante la corrupción: los moralistas y los otros

Manuel Núñez
ORCID Investigador en formación
Escuela Internacional de Doctorado de la Uned
Programa de Doctorado Análisis de Problemas Sociales
mnunez266@alumno.uned.es

Resumen

El deber de abstención de funcionario publico en asuntos donde se presuma interés personal


bien sea directo bien sea porque afectan a familia o amigos, es una regla fundamental de la
burocracia sometida al “rule of law” o más precisamente a la ley; es esencial para eliminar la
oportunidad de conductas corruptas que antepongan intereses particulares a intereses
generales. Sin embargo, en un estudio realizado sobre una muestra representativa de la
población española, menos de 1/3 de la población endosa como “mandatory” esa conducta. En
este articulo tratamos de entender y explicar esos datos. Aunque mostramos que algunas
variables explican parcialmente esa respuesta, parece que es necesaria una investigación más
detallada para explicar por qué 2/3 de la población no endosa el deber de abstención de
funcionario público cuando existe potencial conflicto de interés.

Abstract

The duty of abstention of a public official in matters where personal interest is presumed, either
direct or because they affect family or friends, is a fundamental rule of the bureaucracy subject
to the ”rule of law" or more precisely to the law; it is essential to eliminate the opportunity for
corrupt behavior that puts particular interests before general interests. However, in a study
conducted on a representative sample of the Spanish population, less than 1/3 of the population
endorses this behavior as “mandatory”. In this article we try to understand and explain these
data. Although we show that some variables partially explain this response, it seems that a more
detailed investigation is necessary to explain why 2/3 of the population does not endorse the
duty of abstention as a public official when there is a potential conflict of interest.

Introducción

En nuestro artículo Corrupción: ampliando el alcance (Nuñez, 2021) hemos puesto de manifiesto
que la corrupción lejos de ser algo anómalo, se deduce lógicamente de la cooperación. Esta
tesis, aunque deducida de juegos experimentales, está en directa relación con la explicación de
la corrupción que se propone desde la llamada Antropología de la Corrupción (Muir & Gupta,
2018).

Visto en esta perspectiva, considerar que la corrupción es algo anómalo que se elimina de un
“modo natural” con la expansión de los mercados y la creación de instituciones estatales fuertes,
como se ha pretendido por la “teoría del ciclo de vida de la corrupción”, teoría todavía
dominante -contra toda evidencia- en las instituciones más “reputadas1” de entre las que se
“ocupan” de la corrupción, parece más bien desinformado. En síntesis, nos dice esa teoría, la
generalización de la lógica de mercado incrementa, por la “potencia” de la “mano invisible” la
cooperación; y con ella aumenta el capital social, se fortalecen las instituciones que sostienen el
“imperio de la ley” y se elimina “naturalmente” la corrupción. Una de las manifestaciones de
esta evolución sería el paso del “familismo amoral” (Banfield, 1967) a la universalidad de las
reglas aplicables por igual a todos. Al contrario de lo que se formula en la teoría del “ciclo de
vida”, la corrupción es una continuidad “natural” de la cooperación, cuando se crean estructuras
llamadas a controlar el reparto de los resultados del juego de la cooperación.

Marco teórico

En el Estado “Moderno” los agentes llamados a “controlar el reparto del juego” cabe
identificarlos con la Administración de Justicia y con los Funcionarios al servicio del Poder
Ejecutivo, entre los cuales se incluyen no solo los que dispensan bienes y servicios sino también
los que disciplinan el orden económico y por supuesto los que ejercen la violencia física, que
hace posible las otras violencias, incluida la simbólica, que ejercen los dos “poderes” del Estado
(Addi, 2001). En (Nuñez, 2022) hemos puesto de manifiesto como la simple saliencia de la
corrupción en esos “poderes” del Estado afecta negativamente a dos pilares de la democracia:
el interés por la política y la competencia partidaria. Y en (Nuñez, 2022a) hemos mostrado como
la saliencia de la corrupción en la Administración de Justicia afecta negativamente a la
satisfacción con el funcionamiento de la Democracia, tanto directamente como indirectamente
a través de la percepción de la igualdad ante la ley.

En las sociedades modernas el “familismo amoral” será superado por algunos sintagmas
ideológicos que harán -supuestamente- posible la cooperación entre extraños:

• Igualdad ante la ley: igualdad que excluye cualquier discriminación, negativa o positiva
(incluida la preferencia por los hijos), cuando se trata de funcionarios públicos.
• El principio del mérito: el acceso diferencial a los bienes (públicos y privados) dependerá
de los méritos personales, supuestamente independientes del “milieu” social en el que
el individuo crece.

Entre estos sintagmas existe una evidente contradicción cuando se aborda la preferencia por los
hijos entre agentes privados: la reproducción de la desigualdad social se basa precisamente en
esta preferencia, en flagrante contradicción con la meritocracia. Apreciamos, por tanto, una
primera contradicción en el “proceso civilizatorio” (Elías, 1989), para cuya resolución se necesita
hacer entrar en escena la separación de lo publico y lo privado. Ahora bien, la solución solo
funciona si lo público se asocia con lo político y lo privado con todo lo demás, incluido lo
administrativo. Ciertamente esta extraña formulación es prevalente en mucha normativa
reciente, particularmente con la relacionada con el control financiero de los “public exposed”,
que, con independencia de sus méritos, supone una ruptura en la definición de los límites de lo
público y lo privado. Parece que lo que anima esa normativa es más la “prevención del
escándalo2” (Thompson, 2013) (Miller, 2009) (Dagnes, 2013) (Lecuppre, 2013) que la prevención
del delito, porque allí donde hay un bien público existe el potencial de una “apropiación
indebida”, sea el incumbente funcionario o político. Y por lo demás, la “cadena de favores”
cuando se trata de políticos requiere la participación activa o pasiva de funcionarios. En la
confusión que sigue, la reorganización de los límites de lo público y lo privado, se extiende a
todos los ciudadanos -sin ninguna previsión específica para los funcionarios públicos, respecto
de los cuales no solo estaría justificada, sino que seguramente es necesaria como herramienta
preventiva de conductas corruptas- creando las bases de la expansión ilimitada del “surveillance
state”, con potencial impacto destructivo sobe la “libertad del pueblo soberano”. Y,
paradójicamente, ampliando las opciones de corrupción de aquellos que tengan acceso a la
“información confidencial” no solo ni principalmente sobre sí mismos, sino sobre otros, siempre
que la puedan “manejar” (“wag the dog”) sin generar “escándalos públicos”.
Las contradicciones discursivas a las que el hombre político se ve compelido por el proceso
civilizatorio se evidencian, entre otros varios tópicos, en los usos yuxtapuestos de las
explicaciones (justificaciones) social y natural. Si analizamos brevemente dos temas que forman
parte de las “guerras culturales3”, el origen de las desigualdades sociales y el origen de la
homosexualidad, se evidencia la contradicción, que solamente puede resolverse con una doble
negación de la evidencia científica. Así situar el origen de la homosexualidad en una opción
personal (vale decir un vicio) y no como resultado, de la exposición a hormonas durante la
gestación (como toda la evidencia científica apunta4) y al mismo tiempo endosar que las
diferencias de resultados (la desigualdad final de condición) es resultado de diferencias
naturales en las capacidades, sin intervención alguna de lo social, implica esa doble negación,
tendente a justificar que lo primero -la homosexualidad- es reformable, en tanto que lo segundo
-la desigualdad de condición- no lo es. Sin duda, si seguimos hasta el final el camino abierto por
(Elias, 1999) cuando trató de dar cuenta del nazismo, esta es la posición que conduce a la
regresión civilizatoria. Otro sintagma, que cabría, calificar como civilizatorio5, endosa
exactamente las versiones opuestas: la homosexualidad es resultado de decisiones naturales en
las cuales lo social ni la elección individual tiene papel alguno y, en cambio, la desigualdad de
resultados para nada atiende ni respeta la desigualdad natural de talentos.

Supuestamente esos talentos “naturales” se distribuyen por igual entre todas las clases sociales
y son las condiciones sociales las que permiten que unos se manifiesten y otros no. Una versión
al límite de este paradigma sostiene que no existe relación alguna entre el “talento natural” y el
resultado final de condición, porque incluso los “idiotas” procedentes de ambientes socialmente
privilegiados obtienen mejores resultados finales, que los “brillantes” de ambientes socialmente
desfavorecidos. En algún lugar del mapa definido por esos extremos se ubican la atribución al
individuo de la capacidad de “substraerse de lo natural”, en el caso de la homosexualidad y la
capacidad del individuo de superar los hándicaps negativos (de las alas que el “milieu” familiar
y social adosa a los nacidos en hogares “afluents” nada se dice) si se le proporcionan medios
adecuados. La igualdad de oportunidades pretende “reconciliar” esas versiones extremas:
eliminar el peso de lo social para que emerja la desigual distribución natural de los talentos (sin
afectar a los que, no teniéndolos, proceden de entornos privilegiados6). Y así proporcionar la
base de justificación de la desigualdad social sosteniendo que esta es el resultado de la
meritocracia. Esta es una versión secularizada de la proposición teológica según la cual la
providencia ha distribuido de modo desigual los talentos de los humanos, pero esa desigualdad
-base de la libertad humana- para nada correlaciona con la desigualdad social: las probabilidades
de ser o no ser talentoso son independientes de la familia en la que el humano nace y dependen
exclusivamente de su “esfuerzo” (dentro del cual se incluye su capacidad de resistir el
“sufrimiento”)7.

Pero incluso, aunque la proposición de equiprobabilidad de talentos sea cierta en su literalidad


-y probablemente lo es a la vista de la genética de poblaciones (siempre que no se demuestre
que los rasgos que resultan de que unos genes se expresen y otros no, son heredables), sabemos
que el “ambiente” afecta a la expresión de genes que actualizan esas probabilidades; y actuando
como ponderadores, quizás no pueden superar el valor que le ha tocado a cada uno en la lotería
genética, pero sí podrían reducirlas -y de hecho lo hacen- a valores próximos a 0. Las “guerras
culturales” son siempre “guerras de clases”. Y seguir el debate sobre la igualdad de
oportunidades es una ventana bastante privilegiada a la comprensión de como se manifiesta la
guerra de clases. Todas estas posiciones han venido estando presentes en los debates sobre la
igualdad de oportunidades: la negación de cualquier virtualidad y denuncia como “artefacto”
político (Young, 1958), ataques sobre su irrelevancia práctica (McNamee, 2014) (Markovits,
2019) (Reich, 2020), subordinación de lo genético a lo social, mostrando que la igualdad de
oportunidades es imposible en presencia de desigualdad social al nacimiento (Harden, 2021) y
defensas más o menos “encendidas”, reviviendo viejos argumentos (Wooldridge, 2021) (Sandel,
2020), en su mayor parte desacreditados por la investigación social. Por tanto, la “igualdad de
oportunidades”, para continuar como sintagma con sentido en el proceso civilizatorio, requiere
nuevos argumentos8.

Por otra parte, la supuesta relación de oposición entre orientación a la familia y cooperación con
extraños tal y como es formulada en el familismo amoral, es en sí misma cuestionable. Tal y
como defiende (Herreros, 2015)9, si bien el “trust” en la familia puede correlacionar con la
ausencia de “trust” en los extraños, la relación es espuria: es justamente la escasa eficacia del
Estado la que causa bajo “trust” en los extraños y en gran medida alto “trust” en la familia.

Ahora bien, la “eficacia del Estado” puede venir en dos sabores. En uno de ellos, el Estado actúa
sometido a reglas generales y por eso puede crear las bases del “trust”. Si esto es así, cuanto
más se asuma que la acción del Estado está sometido al imperio de la ley, más se asumirá que
el “deber” (o el instinto) de ayudar a los hijos (familia) debe ceder ante las reglas generales,
incluido el deber de abstención de intervenir del funcionario público cuando están implicados
los intereses de los hijos (familia)10. Pero en otro de los sabores, el Estado puede ser eficaz
precisamente porque no sigue reglas generales, sino que se centra en “resolver problemas”
aunque para ello se requiera o violentar las leyes o hacer leyes que de generales solo tienen el
nombre (leyes de caso único)11. La eficacia no parece una regla clara con la que separar. Más
bien parece que de lo que estamos hablando es de si (i) el Estado produce bienes públicos a los
cuales los ciudadanos tienen, por el hecho de serlo, acceso en igualdad de condiciones, (ii) los
produce, pero los ciudadanos no tienen acceso igual, o (iii) no los produce en absoluto.

Si como venimos sosteniendo la corrupción tiene sus raíces en la cooperación, ¿en que se basa
la cooperación? Aunque desarrollar todo el argumento, desborda el espacio disponible, si
podemos afirmar que la cooperación tiene bases biológicas12 y se extiende en círculos de
relaciones. Y en el primero de esos círculos, los hijos (familia) ocupan el lugar central. Tal y como
indica (Bude, 2017) “El refugio lo ofrecen las únicas relaciones irrescindibles que quedan hoy, y
que son las relaciones entre padres e hijos y entre hermanos. La familia actual —así lo explica la
sociología familiar—es una forma vital centrada en los hijos. No es el sistema de parentesco, ni
la pareja, sino los hijos los que representan el centro de la familia o, formulándolo de una
manera más amplia, las comunidades vitales con forma familiar. Dicho con otras palabras: uno
no se enlaza para seguir transmitiendo la herencia de dos familias, porque se quiera tener una
forma legítima de sexo o porque se quiera dar expresión al amor común. Más bien, lo que se
quiere en primer lugar es una vinculación con el hijo que ninguna de las dos partes pueda
rescindir”. En este contexto es fácil entender porque la relación familiar, especialmente entre
progenitores e hijos es especial. Y suponer que la sociedad moderna “ha superado” esas bases
bio-antropológicas carece de fundamento alguno13, si bien, las ha alterado14.

La preferencia por los hijos, en la medida en que aumenta el fitness inclusivo (Hamilton Rule)
(Frank, 1998) (West, Griffin, & Gardner, 2007) (West, Griffin A., & Gardner, 2007a), no plantea,
desde el punto de vista de evolución biológica, ninguna contradicción entre las conductas selfish
y cooperativas, ni requiere llamar en ayuda el altruismo15.

En la operativización de las “causas” próximas de la cooperación podemos distinguir cuatro


“explicaciones”:
1) “Kin selection” o “inclusive selection”, que es la formulación “canónica” ofrecida por
Hamilton, de la que ya hemos hablado más arriba.
2) Reciprocidad directa, que extiende la selección inclusiva a otros próximos, con un
mecanismo “comparte ahora, recibe más tarde” (Trivers, 1971)16.
3) Reciprocidad indirecta, que extiende la selección inclusiva a otros distintos de los que
han recibido directamente del agente, con mecanismo “comparte ahora y recibe más
tarde de otros (distintos de aquél con el que has compartido)”.
4) Señalamiento costoso: los actos supuestamente cooperativos (como las obras públicas
de los ricos romanos en la época del imperio) extenderían la selección inclusiva a grupos
extensos, de los que no se puede esperar recibir directamente nada a cambio17. Pero
en la medida en que aumentan la “deseabilidad” (sexual) del que protagoniza el
señalamiento costoso (Vugt & Hardy, 2009), existiría “selección inclusiva”.

Así pues, en lo que se refiere a los hijos propios (familia), es más bien la no preferencia, lo que
requiere explicación. Y en el caso de las “causas próximas” números 2 y 3, parece difícil
separarlas de la corrupción cuando se trata de funcionarios públicos, pero difícilmente pueden
ser clasificadas como tales cuando se trata de acciones privadas, porque son el hilo con el que
se teje la sociedad.

Parece entonces que el miembro de la sociedad moderna, donde supuestamente impera la


separación entre lo público y lo privado, la separación entre el mérito y el contacto (capital
cultural y capital social que dirían algunos), se encuentra constantemente en, por usar un
término procedente de la física cuántica, “entangled18”, es decir, teniendo que decidir no entre
opciones claras y distintas, verdaderas o falsas, sino entre opciones imaginarias (Vasiliev, 2012),
no necesariamente “hauntológicas”, pero que parecen al mismo tiempo verdaderas y falsas,
“dialetheias” (Priest, 2006) (Priest, 2006a), donde en función de ciertas indicaciones, en un
contexto son verdaderas y en otro son falsas.

Naturalmente estos juicios sobre lo verdadero y lo falso no son puramente epistémicos; están
teñidos o atravesados por razonamientos morales, que acaban decantando de que lado de la
línea caen. Simplificando mucho podemos distinguir tres enfoques morales, (i) la ética de las
virtudes, que se centra en el carácter moral de los sujetos, con independencia de reglas positivas
y de consecuencias, (ii) deontológico, que se centra en el seguimiento de reglas morales que
especifican conductas moralmente aceptables, con independencia del resultado, y (iii)
consecuencial que juzga moralmente las conductas en función de su resultado. En la tradición
de la filosofía política occidental19 es relativamente fácil encontrar esas tres formulaciones, casi
nunca en estado puro, entre quienes defienden que el príncipe debe atenerse a la virtud, con
independencia de normas o consecuencias, quienes defienden que la virtud emerge del
seguimiento de normas morales y quienes argumentan que lo que debe hacerse se deduce de
las consecuencias buenas para el mayor número.

Apalancando de un modo más o menos preciso sobre estos paradigmas, se ha teorizado que las
sociedades pueden clasificarse en un continuo “Tightness --- Looseness”, (Gelfand, et al., 2011)
(Harrington & Gelfand, 2014) (Uz, 2015) (Gelfand M. , 2018) (Conrad, Michele, Carol, & R, 2020),
según su grado de adherencia al respeto de las normas (vale decir, según la penetración de
principios deontológicos). Ciertamente no hay evidencia muy convincente, más bien
anecdótica, ni para respaldar ni descartar esta afirmación. Podría pensarse que cuanto más
estricta sea la sociedad en el cumplimiento de las normas, mayor será en la exigencia sobre los
funcionarios del Estado para que las respeten. Habría, de acuerdo con esta teoría una “especial
idionsicrasia” de cada país, dependiendo del lugar que ocupe en el continuo. En gran medida
esta teoría reelabora visiones “clásicas” de la corrupción como resultado de la ausencia de ética
de las virtudes entre los servidores del príncipe, es decir, se inscribe en la explicación de la
corrupción como resultado de la acción de “malos chicos”, aunque pone más énfasis en el
“ambiente de laxitud” como explicación de esas conductas y en la ausencia de exigencia de su
cumplimiento.

Descendiendo al terreno directo de la literatura sobre la burocracia administrativa, la oposición


entre lógicas deontológicas (seguimiento de reglas) y consecuenciales (resultados) han sido
cruzados con una variable de control, para obtener cuatro grandes tipos de burocracia
(Dahlström & Lapuente, 2022):

Law Management
Accountability I. Legalistic Burocracy III. Populistic Burocracy
Autonomy II. Weberian Burocracy IV. Liberal Burocracy

Con independencia de que es bien discutible que en la práctica las burocracias funcionen como
se “presupone” en estos tipos ideales y que se vean o no embarcadas en procesos corruptos -es
difícil imaginar que una burocracia sin control no acabe necesariamente comportándose de
modo corrupto20-, a nuestros efectos interesa señalar que, de modo bien impreciso, estas
oposiciones parecen sobrevolar los datos que en seguida veremos.

En efecto, en este contexto teórico, vamos a analizar un dato, absolutamente alejado de lo que
cabría esperar de una sociedad que hubiera abrazado, por una parte, los valores meritocráticos,
y por otra, las reglas básicas del Estado de Derecho: los funcionarios deben abstenerse cuando
hay conflicto de intereses, con independencia de cual sea su bondad natural.

Retóricamente podemos preguntarnos si cuando se acepta que un funcionario intervenga en


favor de conocido o familiar se asume que la conducta es corrupta y se está justificando la
corrupción como conducta “natural”, o bien, hay algún otro racional, distinto de la pura y simple
asunción de la corrupción, que permita explicar por qué se endosa la conducta. Nuestro objetivo
es testar hipótesis alternativas a la simple asunción de la conducta corrupta como “natural”.

El dato que vamos a intentar explicar procede del estudio “Ética pública y corrupción” (Estudio
n.º 2826) elaborado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS, 2009) que ya utilizamos
en (Nuñez, 2022)y (Nuñez, 2022a).

La pregunta en cuestión es la P21, con la distribución de frecuencias que aparece el Gráfico 1.


Como puede apreciarse en el Gráfico 1, menos 1 de cada 3 entrevistados (31,2%) endosa la
opción 3, se decanta por la abstención, la única conducta compatible con cualquier definición
comúnmente aceptada de “rule of law” (Bingham, 2011)21. Por el contrario, un 42,9% que se
decanta por la primera opción -ocuparse del caso y comportarse de modo imparcial- en tanto
que el resto, 25,9% se inclina por ayudar al familiar o persona cercan, “intentando no perjudicar
el interés general”. Lo cierto es que la distribución de respuestas observada en la P21 es
inquietante, tanto desde la perspectiva de “rule of law”, como de la lógica burocrática del Estado
moderno, popularizada por Weber22 , según la cual el Estado moderno solamente reconoce
reglas generales, opuesto por tanto a las reglas de clan o familia.
(P21) Imagine que un funcionario o empleado de la Administración Pública
tiene que tratar un caso/solicitud relacionado con un familiar suyo o con un/a
amigo/a cercano/a. En su opinión que debería hacer este funcionario/a?: %

3. Debería rechazar ocuparse de ese caso y hacer que


31
otro funcionario/a/empleado/a público/a lo hiciera
2. Debería intentar ayudar a su familiar o persona
26
cercana, intentando no perjudicar el interés general
1. Debería ocuparse del caso y comportarse de
43
manera imparcial
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50

Gráfico 1. Deber de abstención

Hipótesis

Para explicar este dato vamos a testar una serie de hipótesis:

Hipótesis 1, que llamaremos hipótesis rule of law: Toda la actividad del Estado deber estar
sometida al imperio de la ley (P20). Por tanto, el deber deontológico de abstención de un
funcionario está relacionado con el endosado de la política como sujeta a la ley, incluso aunque
esto reduzca la eficacia. La dirección esperada de la causalidad es que cuanto más sigan los
entrevistados una lógica de ética deontológica (y por tanto, no consecuencial) más se requerirá
que el funcionario se abstenga de intervenir.

Hipótesis 2, que llamaremos hipótesis de aura moral: La dirección esperada de la causalidad es


que cuanto más reprensibles se consideren una serie de conductas de la vida privada y pública
de la persona (P17), más se requerirá que el funcionario se abstenga de intervenir.

Hipótesis 3, que llamaremos hipótesis especial idiosincrasia en relación al cumplimiento de las


normas (P19). La dirección esperada de la causalidad es que a mayor exigencia ciudadana con
los derechos, mayor exigencia del deber de abstención del funcionario.

Hipótesis 4, que llamaremos hipótesis meritocrática: los resultados obtenidos dependen de uno
mismo(P16). La dirección esperada de la causalidad es que, a mayor creencia en la meritocracia,
más soporte para el deber de abstención del funcionario.

Hipótesis 5, que llamaremos hipótesis de la bondad: Se puede confiar en que las personas se
comportaran correctamente (P8). La dirección esperada de la causalidad es que cuanto menos
se endose la idea de confianza, más se exigirá que los funcionarios se abstengan de intervenir23.

Variables

Del mismo estudio “Ética pública y corrupción” (Estudio n.º 2826) elaborado por el Centro de
Investigaciones Sociológicas (CIS, 2009) tomaremos las variables24 que aparecen en la Tabla 1.

Independientes Dependiente
(P8) ¿Diría Ud. que, por lo general se puede (P21) Imagine que un funcionario o empleado
confiar en la mayoría de la gente o que nunca de la Administración Pública tiene que tratar
se es lo bastante prudente en el trato con los un caso/solicitud relacionado con un familiar
demás? (0…10) suyo o con un/a amigo/a cercano/a. En su
(P16) Hay quienes piensan que la posición opinión que debería hacer este
económica de las personas depende casi funcionario/a?:
exclusivamente de su esfuerzo, educación y • (1) Debería ocuparse del caso y
valía profesional (en una escala se situarían comportarse de manera imparcial.
en el punto 0). Otros piensan que lo que • (2) Debería intentar ayudar a su
realmente importa es el origen familiar, los familiar o persona cercana,
contactos o simplemente la suerte (estos se intentando no perjudicar el interés
situarían en el punto 10). ¿Qué cree usted general.
que influye más en la posición económica que • (3) Debería rechazar ocuparse de
alcanzan las personas en España? (0...10) este caso y hacer que otro
(P17) A continuación quisiera que me dijera funcionario/a/empleado/a público lo
en qué medida considera Ud. justificable hiciera.
cada uno de los comportamientos que le voy
a leer (0 Totalmente injustificable…10
Totalmente justificable)
P17.1 Aparcar el coche en doble fila.
P17.2 No respetar las limitaciones de
velocidad en carretera
P17.3 Arrojar basura o desperdicios em lugar
público
P17.4 Declararse en paro, pero estar
trabajando
P17.5 Acordar con un comerciante o un
profesional que no le cobre el IVA para pagar
menos por un producto o servicio
P17.6 Fumar en lugares donde no está
permitido hacerlo
P17.7 No declarar todos los ingresos en el
impuesto sobre la renta (IRPF)
P17.8 Fingir una enfermedad para conseguir
una baja temporal en el trabajo
P17.9 Utilizar recetas de un pensionista para
conseguir medicamentos gratuitamente
(P19) ¿Diría Ud. que en general los españoles
(1 Mucho…4 Nada)
P19.1 Cumplen las leyes
P19.2 Son exigentes con sus derechos
P19.3 Son conscientes de sus obligaciones y
deberes
P19.4 Son iguales ante la ley
(P20) ¿Cuál de las dos frases siguientes refleja
mejor su opinión?:
• (1) Lo más importante es que los
políticos resuelvan los problemas de
los ciudadanos, incluso si, para
hacerlo de forma más eficaz, tuvieran
que incumplir alguna ley.
• (2) Lo más importante es que los
políticos cumplan siempre las leyes,
incluso si eso les hiciera ser menos
eficaces a la hora de resolver los
problemas de los ciudadanos
• (7) Ninguna.
Tabla 1: Variables

Dado que Centro de Investigaciones Sociológicas no proporciona información alguna de las


propiedades psicométricas de las escalas que utiliza (al parecer porque no realiza validación
alguna de los cuestionarios)25, es imposible conocer cuál es el impacto semiótico, especialmente
el impacto paradigmático26 (Klinkenberg, 1996, págs. 146-154) de no haber considerado en la
variable dependiente (P21) otra categoría (i) que indique el grado de acuerdo con intervenir en
asuntos de un familiar o un amigo sin las matizaciones añadidas: “comportarse de manera
imparcial”, “intentando no perjudicar el interés general”; tampoco sabemos cuál es el impacto
de no haber recogido lo que probablemente sería la formulación más próxima a la realidad de
la práctica de las burocracias: (ii) intervenir subrepticiamente, de modo que casta parezca la
mujer del Cesar, aunque no lo sea; por último, cabría preguntarse qué valoración merecería que
(iii) el funcionario se abstiene incluso cuando está seguro de que puede actuar con
imparcialidad, bien sea, por temor a las sanciones legales bien sea por temor a las sanciones
reputacionales.

Al objeto de clarificar y toda vez que, desde la perspectiva weberiana del Estado, de la cual
supuestamente, sería tributaria la formulación de la (P21), los matices de las categorías 1 y 2 son
irrelevantes, vamos a proceder a agruparlas en una sola categoría -interviene- de modo que la
P21_r dicotomiza las respuestas en (1) interviene, (2) se abstiene.

Por otra parte, la P20, proporciona una oposición que no necesariamente es exhaustiva toda vez
que un modo posible de ser eficaz es a través de la elaboración de leyes adecuadas. Por ejemplo,
la redistribución de la riqueza se puede conseguir por la vía de la fiscalidad o por la vía de las
políticas sociales y ambas no son igualmente eficaces -la primera lo es mucho más que la
segunda-. Pero esta opción no se considera, de modo que los entrevistados más refinados solo
pueden optar por la opción de respuesta “Ninguna”, lo cual es altamente improbable; dado que
es imposible interpretar que recoge exactamente esta opción de respuesta, asumida por el 5,7%,
de los entrevistados la vamos a excluir de nuestros análisis. En la dicotomía restante, el 31,2%
se inclina por la eficacia (incluso a costa del respeto por la ley) y el 63,2% por el respeto a la ley
(incluso a costa de la eficacia).

La P16, ilustra a que conduce la falta de análisis de las propiedades psicométricas de las escalas
que se utilizan27. En efecto en la P10, se proporcionan enunciados en los polos de una escala 0-
10 que mezclan campos semánticos completamente heterogéneos, que hablan mucho más de
los sesgos (ideológicos, de ignorancia o de miopía de “clase media brahmin”) (Gethin, Martínez-
toleda, & Piketty, 2022) de quien ha construido el cuestionario28, que del mundo que pretenden
capturar: esfuerzo, educación y valía profesional en un polo y origen familiar, contactos, suerte
en el otro. Ambos lejos de ser opuestos o excluyentes, están paradigmáticamente relacionados,
como han demostrado no pocos estudios sobre la desigualdad, su origen y reproducción29.

10→ Origen familiar Contactos Suerte


P10 0↓
Esfuerzo x x x
Educación x x x
Valía Profesional x x x
Tabla 2: Polos de la escala de la P10
Es sabido que la educación está relacionada con el origen familiar; también es sabido que la
“cultura del esfuerzo” necesaria para progresar en el sistema educativo es dependiente del
origen familiar, pues las familias para transmitir el estatus empujan a sus vástagos en el sistema
educativo -un ejemplo de este empuje es la “educación en la sombra”- incluso para compensar
la ausencia de “suerte” en el reparto de la excelencia genética; es sabido que la “valía
profesional” es en gran medida dependiente de los contactos (incluso con frecuencia se
confunde con estos) y estos son altamente dependientes del origen familiar: a más alta
extracción social, los contactos son de mejor calidad. Por otra parte, la suerte y el esfuerzo no
necesariamente son contradictorios: no solo por la idea pascaliana sobre la inspiración que llega
a las mentes “preparadas”, es decir que se han esforzado, sino también porque con frecuencia
la “suerte” llega a través de los contactos. Vista esta inconsistencia, no resulta extraño que la
distribución de la variable P10 se concentre en el centro. Esto es debido, con casi total seguridad
a la severidad de los errores que la adornan; si nada está claro, el centro es la posición “segura”,
también para el entrevistado. Dada esta ausencia de polaridad, no cabe esperar mucha relación
con la variable dependiente.

Las correlaciones entre las variables se muestran en sucesivas Tablas 2

P21_r P8 P16 P1701 P1702 P1703 P1704 P1705 P1706 P1707 P1708 P1709 P20_r P31

P21_r 1 Poliserial Poliserial Poliserial Poliserial Poliserial Poliserial Poliserial Poliserial Poliserial Poliserial Poliserial Policorica Poliserial

P8 ,041 1 Pearson Pearson Pearson Pearson Pearson Pearson Pearson Pearson Pearson Pearson Poliserial Pearson

P16 -,003 -,005 1 Pearson Pearson Pearson Pearson Pearson Pearson Pearson Pearson Pearson Poliserial Pearson

P1701 -,057 ,088 ,130 1 Pearson Pearson Pearson Pearson Pearson Pearson Pearson Pearson Poliserial Pearson

P1702 -,004 ,091 ,062 ,452 1 Pearson Pearson Pearson Pearson Pearson Pearson Pearson Poliserial Pearson

P1703 ,004 ,041 ,053 ,323 ,450 1 Pearson Pearson Pearson Pearson Pearson Pearson Poliserial Pearson

P1704 -,089 ,052 ,114 ,307 ,279 ,354 1 Pearson Pearson Pearson Pearson Pearson Poliserial Pearson

P1705 -,074 ,060 ,077 ,409 ,314 ,228 ,456 1 Pearson Pearson Pearson Pearson Poliserial Pearson

P1706 -,031 ,052 ,072 ,382 ,345 ,417 ,288 ,319 1 Pearson Pearson Pearson Poliserial Pearson

P1707 -,061 ,100 ,078 ,339 ,365 ,304 ,477 ,612 ,379 1 Pearson Pearson Poliserial Pearson

P1708 -,052 ,060 ,087 ,274 ,343 ,408 ,457 ,397 ,327 ,534 1 Pearson Poliserial Pearson

P1709 -,094 ,050 ,087 ,323 ,302 ,392 ,403 ,390 ,356 ,445 ,626 1 Poliserial Pearson

P20_r ,140 -,001 -,060 -,185 -,187 -,080 -,166 -,176 -,116 -,201 -,114 -,126 1 Poliserial

P31 -,039 -,107 -,058 -,076 -,040 -,024 -,058 -,036 -,015 -,023 -,057 -,060 -,002 1

Tabla 3.1 Matriz de Correlaciones

P21_r P8 P16 P1901 P1902 P1903 P1904 P20_r P31

P21_r 1 Poliserial Poliserial Policorica Policorica Policorica Policorica Policorica Poliserial

P8 1 Pearson Poliserial Poliserial Poliserial Poliserial Poliserial Pearson

P16 1 Poliserial Poliserial Poliserial Poliserial Poliserial Pearson

P1901 ,065 -,137 ,073 1 Policorica Policorica Policorica Policorica Poliserial

P1902 -,024 ,014 ,067 -,009 1 Policorica Policorica Policorica Poliserial

P1903 ,038 ,020 ,041 ,404 ,118 1 Policorica Policorica Poliserial

P1904 -,007 -,134 ,122 ,266 ,225 ,264 1 Policorica Poliserial

P20_r ,014 -,085 ,049 -,139 1

P31 ,091 -,077 -,055 -,007 1

Tabla 3.2 Matriz de Correlaciones (cont)


P1901 P1902 P1903 P1904 P1701 P1702 P1703 P1704 P1705 P1706 P1707 P1708 P1709

P1901 1 Poliserial Poliserial Poliserial Poliserial Poliserial Poliserial Poliserial Poliserial Poliserial

P1902 1 Poliserial Poliserial Poliserial Poliserial Poliserial Poliserial Poliserial Poliserial Poliserial

P1903 1 Poliserial Poliserial Poliserial Poliserial Poliserial Poliserial Poliserial Poliserial Poliserial

P1904 1 Poliserial Poliserial Poliserial Poliserial Poliserial Poliserial Poliserial Poliserial Poliserial

P1701 -,086 -,027 -,019 ,043 1

P1702 -,052 ,035 ,046 ,015 1

P1703 -,084 -,009 -,015 -,068 1

P1704 -,024 ,007 -,011 ,000 1

P1705 -,027 ,010 ,037 ,051 1

P1706 -,057 ,015 ,013 ,060 1

P1707 -,049 ,049 ,060 ,070 1

P1708 -,025 ,012 ,016 -,008 1

P1709 -,051 ,003 ,008 -,035 1

Tabla 3.3 Matriz de Correlaciones (cont)

El presente análisis

Con independencia de que algunas de las variables originales no aparecen especialmente


relacionadas con la variable dependiente las vamos a mantener en el análisis, pues como muy
bien señaló (Bollen, 1989, pág. 52) ”Many researchers suggest that a bivariate association
between a cause and effect is a necessary condition to establish causality. The occurrence of
suppressor relations casts doubts on this claim: no bivariate association can occur although a
causal relation links two variables. The old saying that correlation does not prove causation
should be complemented by the saying that a lack of correlation does not disprove causation. It
is only when we isolate the cause and effect from all other influences that correlation is a
necessary condition of causation. Thus, without isolation or without at least pseudo-isolation,
correlation is neither a necessary nor a sufficient condition of causality”.

Con todas las salvedades que acabamos de hacer, vamos a proceder en tres pasos:

(i) Las variables de la P17 parecen apuntar a una pauta de relaciones, entre lo que
podríamos llamar desviaciones económicas y no económicas; vamos a
factorializarlas (Gorsuch, 1983), tanto para reducir al mínimo los problemas de
colinealidad, como con la expectativa, una vez factorializadas, de aumentar su poder
explicativo como variable latente sobre la variable dependiente. Confirmamos la
factorialización con un Confirmatory Factorial Analysis (CFA) (Brown, 2015).
(ii) Las variables de la P19 igualmente parecen mostrar una estructura subyacente
definida por la relación relativamente importante entre las opciones 1 y 3, la
ausencia de relación entre las opciones 1 y 2, y la transversalidad de la opción 4.
Vamos igualmente a factorializarlas (Gifi, 1990) (Kaplan, 2004, págs. 49-70) (Linting,
Meulman, Groenen, & van der Koojj, 2007) con los mismos objetivos: reducir la
colinealidad y aumentar su poder explicativo como variable latente.
(iii) Una vez realizadas esas simplificaciones, procederemos a ajustar un modelo lineal
generalizado30 (GLzM) (Fox, 2015) (Faraway, 2016) (Dunn & Smyth, 2018) (Dobson,
2018) (Legler, College, & Roback, 2020) (Jiang & Nguyen, 2021), donde la P17 y la
P19 estarán representadas por las puntuaciones factoriales.
Factorialización P17

Ajustamos varios modelos exploratorios y procedemos a confirmarlos. De las diferentes


soluciones, la que parece que ofrece mejor rendimiento balanceando interpretabilidad de los
factores, número de factores, varianza explicada y ajuste de modelo es la solución de tres
factores. Tanto en el exploratorio como en el confirmatorio, substituimos los valores perdidos
por la media respectiva de cada variable.

Como puede apreciarse el modelo, aunque significativo, no es especialmente poderoso -explica


2/3 de la varianza- pero es fácilmente interpretable: aparece un factor de comportamientos
relacionados con la salud, otro de comportamientos relacionados con la vía pública y otro
relacionado con comportamientos económicos ante el Estado. La consistencia interna de cada
factor es algo diferente. El segundo factor es el menos consistente internamente de los tres.

Análisis factorial exploratorio (Componentes Principales) (AFE-CP)

Rotated Component Matrix


Component
1 2 3
P1708 Fingir una enfermedad para conseguir una baja temporal en el trabajo ,793 ,148 ,307
P1709 Utilizar recetas de un pensionista para conseguir medicamentos gratuitamente ,754 ,191 ,252
P1702 No respetar las limitaciones de velocidad en carretera ,161 ,756 ,166
P1701 Aparcar el coche en doble fila -,053 ,713 ,426
P1703 Arrojar basura o desperdicios en un lugar público ,561 ,627 -,127
P1706 Fumar en lugares donde no está permitido hacerlo ,285 ,617 ,161
P1705 Acordar con un comerciante o un profesional que no le cobre el IVA para pagar menos por un producto o servicio ,161 ,205 ,843
P1707 No declarar todos los ingresos en el impuesto sobre la renta (IRPF) ,391 ,190 ,716
P1704 Declararse en paro pero estar trabajando ,492 ,153 ,504
Extraction Method: Principal Component Analysis.
Rotation Method: Varimax with Kaiser Normalization.
Total Variance Explained
Rotation Sums of Squared Loadings
Component Total % of Variance Cumulative %

1 2,044 22,707 22,707

2 2,015 22,394 45,101

3 1,886 20,959 66,060

Tabla 4.1 Factorial exploratorio P17

Análisis factorial confirmatorio (CFA)

Ajuste de Modelo
Ϳ2=450.969 (Lavaan) 450,787(Amos) <.001
Root Mean Square Error of Aproximation
(RMSEA)= .085
Standarized Root Mean Square Residudal
(SRMR)= .040 (Lavaan); .0396 (Amos)
Comparative Fit Index (CFI)=.941
Tucker-Lewis Index (TLI)=.912
Observaciones
Valores recomendados: RMSEA: .08 o menos; SRMR:
.06 o menos; CFI y TLI: .95 o más.
Como puede apreciarse los dos primeros indicadores de
ajuste están dentro de los valores recomendados y los
dos últimos algo por debajo, pero dentro de los niveles
aceptables.
Todos los valores de los coeficientes del modelo
mostrados están estandarizados y son significativos
<.001 (two tailed).
Nota sobre software: la estimación ha sido realizado
con Lavaan (R) y replicada con Amos

Tabla 4.2 Factorial confirmatorio P17


Factorialización P19

Después de ajustar varios modelos, asumiendo diferentes niveles de medición, optamos por un
modelo de dos factores que es igualmente fácilmente interpretable: la primera dimensión habla
de consciencia de las obligaciones y cumplimiento normativo; el segundo de la exigencia de
derechos. La igualdad ante la ley pesa por igual en ambas dimensiones.

Rotated Component Loadingsa


Dimension
1 2

P1901 Cumplen las leyes ,845 -,060

P1903 Son conscientes de sus obligaciones y ,748 ,170

deberes

P1902 Son exigentes con sus derechos -,077 ,915

P1904 Son iguales ante la ley ,454 ,580

Variable Principal Normalization.


a. Rotation Method: Varimax with Kaiser Normalization.

Alfa de Cronbach= .838


Tabla 4.3 Factorialización de la P19

Como puede apreciarse en la Tabla 5 y tal y como cabría esperar, las correlaciones entre las
variables transformadas y la variable objeto de explicación no ha variado substancialmente, pero
su manipulación resulta más sencilla, al objeto de investigar posibles interacciones con el resto
de las variables.

P21_r P17_FAC1_1 P17_FAC2_1 P17_FAC3_1 P19_D1 P19_D2

P21_r 1 Poliserial Poliserial Poliserial Poliserial Poliserial

P17_FAC1_1 -,049 1 Pearson Pearson Pearson Pearson

P17_FAC2_1 ,027 ,000 1 Pearson Pearson Pearson

P17_FAC3_1 -,090 ,000 ,000 1 Pearson Pearson

P19_D1 ,061 -,021 -,048 ,046 1 Pearson

P19_D2 ,027 -,022 ,051 ,070 -,003 1

Tabla 5 Tabla de correlaciones entre las variables transformadas y la variable objetivo

Dada la estructura de datos hemos procedido a ajustar una gran cantidad de modelos,
explorando diferentes interacciones. De todo ellos, el más estable, donde la introducción de
interacciones no altera los coeficientes del resto de las variables, es el que proponemos en la
Tabla 6. Para interpretar los resultados, hay que recordar que la categoría de referencia en la
variable dependiente es que el funcionario se abstiene. Por tanto, el valor y el signo de los
coeficientes están orientados a explicar la “conducta anómala”, de acuerdo con reglas básicas
del Estado de Derecho, de no abstenerse cuando hay un posible conflicto de interés. Igualmente,
en la P21 se toma como categoría de referencia respectar siempre la ley, aun a costa de la
eficacia. El modelo obtenido es significativo, con valores para Omnibus Test: Likelihood Ratio
Chi-Square= 44,147; df= 9 Sig=,000.
Std. 95% Wald Confidence 95% Wald Confidence Interval
Parámetro B Hypothesis Test Exp(B)
Error Interval for Exp(B)

Wald Chi-
Lower Upper df Sig. Lower Upper
Square

(Intercept) ,562 ,1564 ,255 ,868 12888 1 ,000 1753 1290 2383

P20 Eficacia o Ley=1 Eficacia ,306 ,1095 ,091 ,520 7798 1 ,005 1358 1095 1682

P20 Eficacia o Ley=2 Ley . . . . . . . . .


P8 Confianza en la gente (0-
10) ,035 ,0224 -,009 ,079 2478 1 ,115 1036 ,991 1082
P16 Causas posición
económica (0-10) -,001 ,0196 -,040 ,037 ,005 1 ,943 ,999 ,961 1038

Conductas P17_F1 ,103 ,0542 -,003 ,210 3631 1 ,057 1109 ,997 1233

Conductas P17_F2 -,033 ,0501 -,131 ,065 ,433 1 ,511 ,968 ,877 1067

Conductas P17_F3 ,160 ,0528 ,056 ,264 9164 1 ,002 1173 1058 1302

Españoles P19_F1 -,086 ,0493 -,183 ,010 3075 1 ,080 ,917 ,833 1010

Españoles P19_F2 ,079 ,0499 -,019 ,176 2488 1 ,115 1082 ,981 1193

P17_F3 * P19_F2 -,157 ,0467 -,249 -,066 11360 1 ,001 ,854 ,780 ,936
Tabla 6. Modelo final

Como puede apreciarse hay dos variables y una interacción que resultan significativas y cuyos
intervalos de confianza no incluyen el 0. Así endosar el criterio de eficacia incluso con
menoscabo de la ley contribuye significativamente a aceptar la intervención del funcionario en
asunto en el cual se le puede presumir un conflicto de interés. Igualmente contribuye endosar
como totalmente justificable esa intervención, las conductas que pesan en el factor 3 de la P17
que son, sobre todo, (P1705) Acordar con un comerciante o un profesional que no le cobre el
IVA para pagar menos por un producto o servicio y (P1707) No declarar todos los ingresos en el
impuesto sobre la renta (IRPF). Y por último, se aprecia como este factor interacciona con el
factor 2 obtenido con la P19, es decir, esencialmente con la idea recogida en el ítem P1902 Los
españoles son exigente con sus derechos: cuanto menos exigentes son los españoles con sus
derechos (recuérdese que en esta variable la escala es inversa 1 Mucho, 4 Nada) y más se
consideran totalmente justificables las conductas fiscales citadas, más se endosa que el
funcionario intervenga en asuntos en los cuales puede tener un conflicto de interés. Por tanto,
podemos proceder a aceptar la Hipótesis 1 rule of law, la Hipótesis 2 aura moral, la Hipótesis 3
especial idiosincrasia y rechazar las Hipótesis 4 y 5.

Discusión

Pese a que hemos encontrado algunas variables significativas, el potencial explicativo de estas
variables es claramente limitado pues no aciertan a predecir correctamente la clase de
pertenencia de la variable dependiente31. Por tanto, el enigma de porque 2/3 de los españoles
entrevistados endosan que un funcionario pueda intervenir en asuntos relacionados con familiar
o amigo permanece, pese a nuestros resultados, altamente inexplicada e irresoluble con las
variables disponibles en el cuestionario.

Pero aún así, y aunque se requiera más y mejor investigación para ser más conclusivos, hay
algunas reflexiones pertinentes.

Pareciera que una parte de la población sigue una regla moral consecuencialista tal y como se
deduce en el juicio sobre lo más importante en la acción política -los resultados o el respeto a
ley-. Si esto es así cabe preguntarse cual es el efecto de todos los discursos que patrocinan la
eficacia por encima de todo, en tanto que parecen dar cobertura a la corrupción política, pero,
sobre todo, a lo que nos interesa aquí, la corrupción administrativa, protagonizada por
funcionarios. Que, de esos discursos, las personas deduzcan reglas de conducta, normas sociales
injuntivas, o simplemente “tolerancia descriptiva”, que le inmuniza ante comportamientos
potencialmente corruptas es también un asunto empírico, que amerita más investigación.

Aisladamente considerada, la relación entre endosar la intervención del funcionario en un


asunto en el que tiene interés y escamotear el pago de impuestos, podría indicar que ambos
proceden de una misma matriz moral, que antepone el interés privado para uno y para otros,
por encima de cualquier consideración, adoptando para el ámbito público el mismo criterio que
para el ámbito privado.

Pero, por su parte, la interacción entre P17_F3 y P19_F3, podría apuntar en un sentido algo
diferente; podría ciertamente interpretarse como una evidencia de una posición, no
necesariamente cínica (aunque se le asemeja), que podríamos llamar “desaliento democrático”:
si los españoles no son exigentes con sus derechos, mejor no pagar impuestos y que los
funcionarios procedan como mejor les plazca (sin mis impuestos, dado que procuro no
pagarlos), dado que nadie se va a ocupar de pedirles responsabilidades. Si esto fuera así, el
camino estaría abierto para la permisividad con las corrupciones administrativas, que ya fueron
muy prevalentes en otras épocas de la historia del siglo XX en España.

Dado que estamos ante una muestra representativa de la población española, explicaciones
alternativas que apunten a que los entrevistados ven su relación con los funcionarios como parte
de su capital social pueden y deben ser descartadas. No cabría decir que los entrevistados siguen
una versión no universal de la lógica consecuencial, donde no se trata de obtener el mayor bien
para el mayor número (Bentham, 1983), sino para aquéllos con los cuales uno tiene relación, lo
que requiere asumir que se ponen en el lugar del funcionario, lo que significa asumir alguna
clase de empatía inexplicable (toda vez que la muestra del estudio que nos ocupa será
aproximadamente representativa de la población española). Ahora bien, si lo pensamos desde
la perspectiva de ausencia de capital social, puede suceder que, a menor capital social, más
distancia del Estado y más aparezca la corrupción como modo de relación con este, como
reclama la perspectiva de la antropología cultural de la corrupción (Forattini, 2021) (Curini,
2017) (Visvanathan, 1998) y por tanto los entrevistados simplemente están describiendo lo que
asumen que es la conducta habitual de los funcionarios (Rajan, 2020).

Por lo demás, no sabemos cuál es el estatus ontológico que los entrevistados que no endosan el
deber de abstención del funcionario, asignan a esa conducta de intervención, porque la
formulación de la pregunta crea un marco con los adjetivos “imparcial”, “no perjudicar el interés
general”, que impide determinarlo con precisión, tal y como hemos indicado. No obstante, la
ausencia de contribución significativa por parte de la P8, parece indicar que la confianza en la
bondad de los funcionarios, que los llevaría a conducirse de modo tan cándido, no juega un papel
especialmente relevante.

La ausencia de contribución de la variable que supuestamente mide el endosado de la


meritocracia (P16) y el deber de abstención es más difícil de explicar, porque por su propia
definición, meritocracia e intervención directa de funcionario en conflicto de interés, parecen,
como hemos razonado más arriba, oponerse frontalmente. Solo mejor investigación puede
resolver esta aparente contradicción, si es que, como suponemos, existe.

Otra parte de la población -minoritaria- pareciera que sigue una moralidad deontológica.

Una hipótesis plausible es poner en relación las respuestas a la variable P21_r -con todas sus
limitaciones- con la posible existencia transcultural de individuos que se adhieren a matrices
morales diferentes tal y como se deriva del estudio de experimentos con normas basados en
juegos económicos (Henrich, y otros, 2004) (Ensminger & Henrich, 2013). Ahora bien, cual sea
la correspondencia, si es que existe, es un asunto empírico; aparentemente el 31% que endosan
la abstención del funcionario no corresponde (desde el punto de vista meramente numérico)
con lo que en estos últimos estudios se llaman “moralistas” (personas dispuestas a castigar
cuando se violan las normas de cooperación, incluso aunque eso les suponga un perjuicio), que
representan, en promedio aproximadamente el 10% de cada una de las sociedades analizadas.
Más bien parece transversal a las clasificaciones delineadas por esos autores (aunque se puedan
incluir entre ellos a los moralistas). Probar esta hipótesis requiere datos experimentales de los
que carecemos. Pero, por otra parte, puede muy bien suceder que quienes requieren la
abstención del funcionario son igualmente puros consecuencialistas, pero de un tipo diferente:
evitar la oportunidad de corrupción del funcionario, precisamente porque no asumen la
existencia práctica de las conductas sometidas a principios deontológicos. Realistas de otro tipo,
cooperadores condicionales (cooperan solo si los demás cooperan) (que en esos estudios
representan en promedio el 50% del total).

Sea como fuere, después del enorme esfuerzo realizado, el tan bajo dato de endosado del deber
de abstención, aparece como esencialmente inexplicado. Dada la relevancia del asunto para
determinar la tolerancia de la sociedad española ante la corrupción administrativa, importante
no solo para combatirla, sino también para impedir que forme parte del arsenal de armas del
“lawfare”, invitamos al CIS, a que realice un nuevo estudio, probablemente innovando
metodológicamente con encuestas que incorporen experimentos, pero sin perder su naturaleza
de “population-based” sobre muestras representativas (Mutz, 2011), poniendo en valor su
función primordial de iluminar el “cuerpo de la sociedad y del Estado”.

Nota sobre software

En los análisis estadísticos, se han utilizado diferentes algoritmos implementados en R (y JASP),


SPSS, Amos.

Notas

1
Como Transparencia Internacional.

2
El origen eclesial del término escándalo y su transformación en un término relevante para los laicos ha
sido rastreado por (Lecuppre, 2013). (Monier, 2016) contrasta el poder político movilizador del escándalo
cuando emerge propiamente la esfera de la “opinión pública” en tanto que “poder independiente”
(finales del XVIII y XIX), con la pérdida de poder movilizador del escandalo en los últimos años,
acompañada de la idea de que la corrupción es “prevalente” en la política. En (Kerkhoff, 2020) se trata
incidentalmente el escándalo como una de las formas en las que se evidencia la corrupción a lo largo de
varios siglos de historia de Holanda. En (Thompson, 2013) se incide en el punto que aquí estamos
señalando, el cambio en la relación entre lo público y lo privado.

3
Estas guerras culturales, como magistralmente analiza (Gerstle, 2022), se producen al tiempo que existe
un total acuerdo sobre cuál debe ser el funcionamiento económico del mundo. No se si esto es una prueba
de la separación o de la identidad constitutiva entre infraestructura y superestructura, por traer a colación
esos viejos términos tan neciamente manejados por epígonos de vario pelaje durante varias décadas del
SXX.

4
Lo que daría cuenta de la sorprendente mayor prevalencia de la homosexualidad entre hijos e hijas que
tienen hermanos mayores de sexo masculino: “fraternal birth order effect or older brother effect”.
5
(Condorcet, 1822, pág. 263) dice «Nos espérances, sur l'état à venir de l'espèce humaine, peuvent se
réduire à ces trois points importans: la destruction de l'inégalité entre les nations; les progrès de l'égalité
dans un même peuple; enfin, le perfectionnement réel del'homme».

6
“El problema son los pobres, no los ricos” es una frase atribuida a Olof Palme, que expresa con precisión
el pensamiento de cierta socialdemocracia, en la tradición de la caridad cristiana y las leyes de pobres
británicas, dicho sea, sin demérito alguno para la parte de compasión que hay en estos enfoques.

7
La sociología moderna no ha sido ajena a esa secularización y naturalización de las desigualdades. Es
sabido que Weber propuso que el mayor desarrollo del “capitalismo” en los países protestantes es debida
a que esta teología, especialmente en algunas de sus versiones más extremas (calvinismo), hace del “éxito
en la vida” la prueba de ser elegido para entrar en el reino de los cielos;”; y es esa libertad de “expresión
y realización” de los “talentos naturales” la que hace posible el mayor desarrollo del “capitalismo”.
Aunque los defensores del “individualismo metodológico” se siguen aferrando a esta explicación, como
prueba del poder prometeico del individuo, no es menos cierto que otras explicaciones más materiales y
muy convincentes han sido propuestas para dar cuenta tanto de la propia expansión del protestantismo
como del desarrollo capitalismo, entre las cuales, la más convincente es justamente la mayor prevalencia
de la alfabetización en esos países, resultado probablemente de que un menor control de la Iglesia católica
. (Holborn, 1942); (Korotaev, 2006, págs. 87-91) Capítulo 6: Reconsidering Weber: Literacy and "the Spirit
of Capitalism", (Becker & Woessmann, 2009) (Mosher, 2016) (Zafirovski, 2019). La acumulación de
evidencia cuantitativa a favor de la explicación alternativa a la versión weberiana continua (Rubin, 2014)
(Rubin, 2017). Una tesis más moderna, propone invertir la relación: crecer durante la infancia en un
período de fuerte desarrollo económico lleva a un adulto especialmente aferrado a la “ética del trabajo”
(Schilpzand & de Jong, 2021).
Una versión que une ambas perspectivas nos dice que el efecto de la “Revolución Protestante”, no está
(solamente), como describió Weber en la alteración de la ética del trabajo –salvación por las obras- sino
en el prestigio del libro. (Tarde, 2003, pág. 91) lo expresa así : «En exaltant et enracinant ainsi le prestige
d’un Livre, le protestantisme contribuait a fortifier en général le prestige des livres, à substituer aux
pouvoirs personnels, ou à établir auprès d’eux et au-dessus d’eux, des pouvoirs impersonnels et
livresques, la puissance de ʺla Scienceʺ». Por lo demás en (Plopeanu, 2016) se cuestiona la tesis misma de
la novedad de la ética protestante.
E incluso se han propuesto otras interpretaciones del desarrollo diferencial, i.e. (Kersting, Wohnsiedler, &
Wolf, 2020) para una reinterpretación en clave nacionalista polaca.
Un intento de capturar todos los efectos a largo plazo de la Reforma en (Brien, 2003).

8
De hecho, las paradojas a las que conduce ya estaban presentes en la conducta de los gatos 11 y 13
frente al resto, en el famoso experimento de (Thorndike, 1911, pág. 35): “With 13, an old cat, and 11, an
uncommonly sluggish cat, the behavior was different. They did not struggle vigorously or continually. On
some occasions they did not even struggle at all”. El gato 11 y 13 sabían lo que los demás ignoraban: que
siempre los sacaban de la caja, solo había que sentarse y esperar! Y no porque fueran viejos: ¡“old cat
nº13” solo tenía 18-19 meses!.

9
Herrero nos dice que hay dos argumentos principales que explican como la familia incide en el “social
trust”: (i) la intensidad de las relaciones familiares reduce la capacidad de los miembros de la familia de
interactuar con el mundo exterior, donde prevalece la incertidumbre: las intensas relaciones familiares,
al reducir el “social trust” externo, afectan negativamente el desarrollo de la comunidad; (ii) el “social
trust” dentro de la familia se desborda (spills over) hacia el trust en extraños. Los dos hipótesis que
pretende demostrar Herreros son: (i) “it is the intensity of family relationships, and not trust in the family,
that negatively affects social trust” (ii) “there is an interaction effect between trust in the family and state
efficacy on social trust”. Pero en mi opinión hay otros mucho más contundentes. Sin duda alguna la
primera afirmación se disuelve si se descuenta cual es el papel de la familia en cada una de las sociedades
analizadas: unidad de consumo, que no produce bienes y servicios (mercancías)- diferentes del capital
humano y social (Herreros, 2016) con el que “enriquece” a sus vástagos, o unidad de producción (y
también de consumo) que produce otros bienes y servicios (mercancías), es decir, si se toma en
consideración como de avanzado esté el proceso de asalarización en la sociedad analizada; y el segundo,
sin duda, tiene que ver con la capacidad del Estado de proveer a los individuos con bienes públicos. Este
es más relevante y contundente, toda vez que incluso ha llegado a ponerse, en algunos interesantes
estudios, que analizamos en otro lugar, en relación con la secularización práctica, es decir, con la
disminución de afiliación a Iglesias y la práctica religiosa: el Estado ocupa el lugar que antes ocupaba el
“Dios de servicio” en cada sociedad.

10
Carlos Lesmes, presidente del Consejo General del Poder Judicial de España y del Tribunal Supremo
(ejerciendo ambos cargos por varios años con mandato caducado), no comparte este punto de vista, como
se ha puesto de manifiesto -entre otros muchos asuntos- en el que afecta (y digo afecta, porque en ningún
caso puede darse por precluido) a su hija. A la vista de los datos hay que asumir que “conecta” con la
mayoría de la población española.

11
Este hecho fue señalado como uno de los pasos de la corrupción del orden jurídico implementada por
los Nazis (Neumann, 1968) (Fraenkel, 2016).

12
La interpretación dominante de la cooperación la sitúa en sus orígenes biológicos, interpretación que
no se opone en absoluto a su concreción social, tal y como se puede estudiar desde una perspectiva
antropo - sociológica y no requiere hipótesis auxiliares para ser explicada. Visto en esta perspectiva, por
ejemplo, al analizar la violencia de género, tan necesario o más que preguntarse por las casusas que la
generan, es preguntarse por las bases que dan cuenta de su ausencia, dada la intensa cooperación en la
que las hembras y los machos humanos están inmersos a lo largo de sus vidas.

13
Por eso las oposiciones del tipo de las propuestas en el “familismo amoral” que la mano invisible del
mercado elimina mágicamente son tan peligrosas. Igual que lo es desvincular la violencia familiar de la
cooperación y trasladarla exclusivamente al ámbito del Estado Penal.

14
En la Parte III de Wirtschaft und Gesellschaft, dice Weber que es el desarrollo de economía del dinero,
hacienda possible el pago de los funcionarios en moneda, la primera condición social y económica de la
burocracia en su forma moderna. Hace posible pasar de modos de conducta particular a modos de
conducta general o impersonal. Supuestamente la moneda, en tanto que equivalente general, permite
objetivar las relaciones sociales, de modo que el Principe puede establecer reglas generales para todos
sus funcionarios y remunerarlos con reglas fijas, prohibiéndoles la extracción de recursos de los súbditos,
que pasan a ser ciudadanos. Los procesos económicos subyacentes a esta “transubstanciación” han sido
analizados brillantemente en (Bilbao, 2007). Un autor de un celebre manual de derecho tributario, que
preferimos no citar, parece discrepar de que el proceso histórico se haya completado, de modo que sigue
afirmando que “ante Hacienda somos súbditos, no ciudadanos”; igual tiene razón y estamos ante un
proceso de “consubstanciación”.
No obstante, la existencia de economía monetaria no es imprescindible para la existencia de otros tipos
de burocracia ( (Weber, 2014, págs. 1048-1049): “Los supuestos sociales y económicos de esta moderna
configuración del cargo son los siguientes:
1. Desarrollo de la economía monetaria, siempre que se dé la forma de pago a los funcionarios que es hoy
predominante. Este factor tiene gran importancia para la estructura total de la burocracia. De todos
modos, este solo factor no es en modo alguno decisivo para su existencia (…/…) Un cierto grado de
economía monetaria constituye un supuesto normal, si no para la formación, cuando menos para la
prosecución inalterada de los regímenes puramente burocráticos. Pues, como la experiencia nos muestra,
sin esta condición no puede apenas evitarse que la estructura burocrática modifique considerablemente
su naturaleza o inclusive se transforme en otra”.

15
El supuesto origen biológico de la cooperación podría estar detrás de una extraordinaria regularidad en
la diversidad sobre los juicios morales (al menos tal y como se miden con los dilemas sacrificiales) (Awad,
Dsouza, Shariff, Rahwan, & Bonnefon, 2020); regularidad en la diversidad, que ha querido explicarse
atendiendo a la personalidad, que puede contar como explicación próxima, porque la explicación última
seguramente se encuentra en la probabilidad de supervivencia poblacional asociada a la funcionalidad
evolutiva de apertura y cierre (sea o no un rasgo transmisible genética o epigéneticamente).

16
El término “altruismo reciproco” es equivoco, más bien debería ser simplemente “direct reciprocity”,
reciprocidad directa; si los intercambios se extienden en el tiempo y se crea reputación, la conducta
descrita es perfectamente compatible con el “interés propio”. De hecho, la estrategia más eficaz en estas
condiciones es Tit-for-Tat (TfT). En sociedades numéricamente grandes puede suceder que no se den esas
dos condiciones y la estrategia TfT no funcione adecuadamente y depredadores (que nunca cooperan) se
“aprovechen” de santos (que siempre -incondicionalmente- cooperan). Pero eso no invalida el modelo
bajo las dos condiciones enumeradas (Axelrod, 1984) (Axelrod, 1997). Por otra parte, parece que la
conducta altruista, no es exclusiva ni de humanos ni de primates: también puede existir en ratas (aunque
la distinción de si es altruista o selfish está sujeta a interpretación) (Wrighten & Hall, 2016) (Das, Kumari,
Sharma, & Rao, 2019).

17
Pero con la exclusión, quizás, de las donaciones anónimas, la mayor parte de las conductas
supuestamente explicadas por esta causa próxima, buscan crear una determinada reputación,
obscureciendo alternativas; es el caso de las donaciones públicas, el pago directo de impuestos. Por
ejemplo, los debates que se produjeron en España al hilo de las “donaciones” a la sanidad pública de
Amancio Ortega, ilustran esta dualidad. Y no parece casualidad, aunque la explicación no parece
autoevidente, que generen alineamientos a lo largo de la escala ideológica.

18
La teoría de la probabilidad desarrollada para dar cuenta de esos estados físicos ha sido aplicada con
éxito para modelizar la toma de decisiones humanas (Busemeyer & Bruza, 2012) (Busemeyer & Wang,
2021) precisamente porque estas casi siempre parten de un estado de ambigüedad (de Beauvoir, 1947).

19
Las conductas punitivas encuentran sus justificaciones en una u otra tradición, según que miren hacia
atrás -deontológica o retributivista- o miren hacia adelante –consecuencialista o utilitaria-.

20
Estos autores han sostenido en otro texto anterior (Dahlström, 2018) que la independencia de los
funcionarios respecto a los “políticos profesionales” mejora la calidad del Gobierno. Esta mejora puede
existir cuando se elimina la posibilidad de que un funcionario pueda ejercer una función política y después
volver a su función administrativa, tal y como se permite actualmente en el ordenamiento español.
Pensemos, por ejemplo, un/a juez/a que pueda ejercer como político y después volver a ejercer como
juez, juzgando eventualmente a sus opositores políticos: es una anomalía, se mire como se mire el “rule
of law” de un Estado de Derecho, y ni siquiera está previsto en el ordenamiento jurídico la obligación del
deber de abstención (que por lo demás debería extenderse a cualesquiera jueces que han sido
promovidos por instancia política, que dado el sistema español de nombramientos de jueces, son
cualesquiera ascensos, excluidos los que se deben estrictamente a la antigüedad.
Por lo demás una burocracia “without accountability” ante sus jefes políticos y en ausencia de
instituciones “plebeyas”, en el sentido que las definió Maquiavelo, donde el soberano (pueblo) pueda
ejercer un control sin limites sobre la actuación de los funcionarios, asunto sobre el que los autores
guardan silencio, desemboca necesariamente en algo peor que lo que intenta evitarse: burocracias que
se apropian del Estado en su exclusivo beneficio y que sus “outcomes” sean indistinguibles de los que
producen “procesos netamente corruptos”. Por ejemplo, como evaluar la relación entre el tipo IV de
burocracia (Liberal) y el encarcelamiento masivo de negros pobres: (i) ¿todo resulta del giro político de la
guerra a la pobreza hacia la guerra al crimen en USA o tiene que ver con la ausencia de “accountability”
de los funcionarios de calle -específicamente policías, fiscales y jueces?; (ii) ¿producen o no producen un
incremento de la corrupción, la ausencia de “accountability”?

Es bien sabido que los niveles observados de corrupción, incluso en sus definiciones convencionales, sin
incluir la corrupción sistémica (Nuñez, 2021), dependen de cómo se mida; lo que en un sitio son
“oligarcas” en otro son “empresarios”. Que no poco politólogos insistan en que viven en un “mundo
ideal”, no prueba que ese mundo exista, aunque si puede ser una evidencia de la existencia de
“intelectuales orgánicos” del imperio sin emperador -atlantic ruling class-, similares en el papel que
juegan, al que desempeñaron no pocos historiadores en la creación del mito de la “función civilizatoria”
(que no meramente extractiva) del Imperio Británico. Desenmascarar estas mentiras, no tiene nada que
ver con la “cultura de cancelación” ni otros sesgos ideológicos; es simplemente hacer ciencia.
El primer deber del soberano es controlar a sus funcionarios: esta es una verdad universal. En ausencia
de control, necesariamente, emerge la corrupción. Ahora bien, el control por si mismo, no es condición
suficiente, para que no emerge la corrupción.

21
Dicho sea esto, sin perjuicio de que el concepto mismo de “rule of law”, como instrumento al servicio
del imperio sin emperador, ha sido puesta en cuestión fuera del ámbito de los 1.000 millones de oro (USA,
Canada, UE, Australia, Nueva Zelanda y Japón) (Santoro, 2007). E internamente ha sido cuestionado en
varias de sus manifestaciones. A título de ejemplo podemos citar, los Tribunales Constitucionales, en la
medida en que estos han ido migrando de la defensa de los derechos fundamentales a impedir los cambios
constitucionales, en ausencia de las convenciones constitucionales periódicas que defendió Condorcet. Y
en situaciones de grandes desigualdades, no es necesario la existencia de leyes diferentes para el común
y la élite, porque en la práctica esta última es inmune a la mayoría de las regulaciones que constriñen a
aquéllas, como muestran los paraísos fiscales. Y, por último, por supuesto, el impacto de la igualdad
formal que se supone encarna el sometimiento a la ley en la consolidación y reproducción de la
desigualdad material, ha sido documentada, incluido su impacto en la igualdad de palabra, una de las
causas de la corrupción sistémica, como hemos documentado en (Nuñez, 2021).

22
En su famosa formulación de la Parte III de Economía y Sociedad nos dice que el desarrollo de la
economía monetaria, haciendo posible el pago de los funcionarios en moneda, es la primera condición
económica y social de la burocracia en su forma moderna. Por cierto, como resultado de su encuentro
con el Estado Chino (y no solo ni únicamente, como se argumenta habitualmente con el Estado Prusiano)
(Sprenkel, 1964). En esto seguía la estela de la Ilustración Francesa (Harvey, 2012).

23
Esta formulación se separa notoriamente de ciertas formulaciones que mezclan de modo bastante
inexplicable y fundamentalmente erróneo, el “trust” con el “capital social”.

24
Partimos de un enfoque muy agnóstico, quizás dentro de lo que se ha definido (o mejor redefinido a
partir de lo una vez fue la “sociología de la ley”) como “antropología de la ley” (Pirie, 2013) (Pirie, 2021).
El peso que las formas que ha adoptado el “rule el law” en los territorios de los “1.000 millones de oro” y
en otros donde intenta imponerse (Beckmann, 2009), tenga, si lo tiene, sobre la “sensación de
extrañamiento” (Jaeggi, 2018), que al parecer se está generalizando, está por investigar.

25
Dado que en España no existe ninguna otra institución que proporcione información de uso público que
permita validar hipótesis en “ciencias sociales”, esta ausencia de rigor metodológico es muy
desafortunada y tiene un impacto extraordinariamente negativo en la calidad de la investigación en
España. Proponemos llamar a esta “enfermedad”: “desviación del ventrílocuo”.

26
Si sabemos que los juicios morales son dependientes del contexto (Andrejević, Feuerriegel, Turner,
Laham, & Bode, 2020).

27
Como veremos en otros varios estudios del CIS que tenemos previsto analizar, esta pregunta se ha
“propagado” y aparece en varios estudios posteriores al que nos ocupa.

28
Desafortunadamente esas inconsistencias no han sido apreciadas por el CIS, toda vez que,
probablemente en un ejercicio de inercia funcionarial, la han seguido utilizando en estudios posteriores.

29
Para la investigación que mide los efectos acumulativos (aditivos o multiplicativos) de varias variables
sobre una dependiente, se ha popularizado de la mano del feminismo, el término “intersectional
research”; desde el punto de vista técnico, en este enfoque se incluyen técnicas distintas de las basadas
en regresión, particular las basadas en “set analysis” (Ragin & Fiss, 2017). Estas técnicas configuracionales
permiten testar teorías basadas en el principio de asimetría causal: una condición o combinación de
condiciones que explican la presencia de un resultado pueden ser diferentes de las condiciones que
conducen a la ausencia del mismo resultado. En particular es especialmente adecuada para testar las
condiciones INUS (insufficient but necessary part of a condition which is itself unnecessary but sufficient
for the result) (Mackie, 1965). Una interesante comparación, en otro dominio material con el que, por lo
demás tenemos intensa relación profesional, de cómo la técnica de análisis puede conducir a conclusiones
diferentes en (Pappas & Woodside, 2021).

30
Podríamos preguntarnos porque no ajustar modelos SEM, basados en covarianza (Bollen, 1989) (Hoyle,
2012) (Kline, 2015) (Schumacker, 2016) o en varianza (Hair J. , 2014) (Hair, Sarstedt, & Ringle, 2017)
(Henseler, 2021) (Mehmetoglu, 2021). La respuesta es sencilla: estamos usando variables con diferentes
niveles de medición y es imposible (hasta donde sabemos) ajustar un modelo único con esos diferentes
niveles de medición, sin introducir artefactos en el proceso. Por esta razón optamos por separar el proceso
de modelización en dos momentos: primero factorializamos y después ajustamos el modelo lineal
generalizado.

31
Este valor, al no ser objeto del análisis, no se reporta. Que el potencial predictivo de la categoría de
pertenencia de la variable dependiente sea nulo no invalida nuestros análisis. Lo que nos indica es que,
para explicar la categoría de pertenencia de la variable dependiente, o bien hay otras variables más
relevantes no medidas en el estudio, o bien algunas de las variables han sido medidas incorrectamente,
o, lo más probable, ambas cosas. Dado que nuestro objetivo en el presente análisis es testar teorías, no
hacer predicciones, es razonable continuar con el análisis.

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