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CCCF - Sala I
CFP 514/2020/CA2
“V., A. y otros s/ averiguación
de delito”
Juzgado N° 11 – Secretaría N° 22
Causa N° 61.568 (PK)
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encuentro con otra persona, circunstancias que no fueron reseñadas
por L. en el legajo ni puesto a conocimiento de las autoridades.
Todo lo expuesto, para la recurrente, evidenciaba
el incumplimiento de V. a los artículos 6 y 7 de la ley 25764. Sin
embargo, L., en lugar de iniciar el proceso de exclusión del Programa,
continuó brindado la asistencia, la que se extendió por dos años y tres
meses en franco exceso de los seis meses establecidos por ley.
En suma, existió, a su entender, un claro exceso de
gastos en orden a las políticas implementadas a su respecto, así como
a la calidad y cantidad de beneficios económicos que le fueron
acordados. No obstante, consideró que todas estas situaciones fueron
justificadas por el juez de grado para sustentar su sobreseimiento, sin
fundamento suficiente que habilite tal decisión.
Por otra parte, consideró extensiva la
responsabilidad al entonces ministro G. Estimó que lo manifestado
por el nombrado respecto a que sólo había firmado dos resoluciones
en las que había autorizado pagos porque la ley así lo requería,
denotaba su intervención en la administración fraudulenta de los
recursos que se encontraban a su guarda ya que no habría efectuado el
debido contralor conforme a las exigencias del art. 10 de la ley 25764.
Si bien el juez receptó favorablemente la defensa
del imputado, quien aludió a su desconocimiento sobre las
circunstancias reseñadas, la recurrente ponderó diversos elementos
como para considerar que sí conocía de la situación relacionada con el
legajo del imputado colaborador. En ese marco, el imputado habría
tomado conocimiento de que se había incurrido en gastos
injustificados, tales como la localización del imputado en la provincia
de Mendoza, su traslado para festejar año nuevo, la financiación del
proyecto “L. M. ” y la regularización de su situación impositiva.
Por los mismos argumentos expuestos con
antelación, a los que sumó la conducta de V. por ser el beneficiario de
las maniobras, estimó que sus sobreseimientos no superaban el umbral
de fundamentación exigido por el art. 123 del Código Procesal Penal
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Poder Judicial de la Nación
CAMARA CRIMINAL Y CORRECCIONAL FEDERAL - SALA 1
CFP 514/2020/CA2
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IV. Analizados los argumentos de las partes y
examinadas las constancias del legajo a la luz de las disposiciones
legales pertinentes, las objeciones planteadas por la recurrente no
pueden prosperar.
Mediante la resolución puesta en crisis el juez de
grado dio respuesta a las inquietudes oportunamente formuladas, de
modo debidamente fundamentado, de forma tal que la disconformidad
manifestada no logra conmover las bases sobre las que se edificó la
decisión (art. 123 del CPPN).
La cuestión vinculada al invocado exceso del plazo
de seis meses establecido por la norma fue ponderada correctamente
por el magistrado de la anterior instancia. Allí se aseveró que los
fondos cuya excedencia se reclama tuvieron como destino los
honorarios profesionales de un abogado y de un contador, gastos que
se enmarcan en los incisos e y f del artículo 5° de la ley 25.764.
Pero, además, cabe tener en cuenta que esa norma
no resiste una aplicación fría y automática. Ella está llamada a
coadyuvar la situación de las personas que se incorporan al programa,
promoviendo y persiguiendo su protección. El análisis de las
situaciones que se van suscitando y las conductas de quienes son sus
beneficiarios no puede perder de vista ese sentido.
En este contexto, entonces, la aplicación férrea de
los plazos establecidos en el articulado de la ley no puede tener
primacía por sobre el riesgo de desnaturalizar la salvaguarda que
motivó a la sanción de la norma.
Han sido claros los señalamientos de diversos
auditores sobre la conveniencia de considerar excepciones a los plazos
establecidos y esa ponderación efectuada por el juez de grado brinda
respuestas a las objeciones de la representante del Ministerio Público
Fiscal.
Incluso teniendo como norte la necesidad de
privilegiar esa meta por sobre el imperativo de un calendario, no
puede soslayarse, además, las fechas concretas involucradas. Así, si
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AFIP de su situación impositiva, así como su traslado a Mendoza y su
retorno para que pase las fiestas en familia, no superaron las
atribuciones inherentes a su función de director por lo que resulta
adecuado el mérito recaído a su respecto.
En cuanto a la situación de G. G., el recurso se ha
orientado en delinear su responsabilidad por no haber guardado
debido celo a las autorizaciones de gastos conferidos en el legajo de
V.. Sin embargo, el recurso olvida aquí que era en el director sobre
quien pesaba esa obligación, la que incluso, como vimos, fue además
debidamente honrada.
El Ministro no sólo tenía asignado un rol diferente
dentro de la tramitación de las ayudas del Programa, sino que las dos
intervenciones que G. registró fueron precedidas por la opinión
favorable de distintas áreas administrativas las que intervinieron
según sus órbitas de competencia.
Desde este punto de vista, más allá de las
condiciones establecidas normativamente en cuanto a que el ministro
debe desconocer los pormenores de la tramitación, es adecuada la
ponderación efectuada por el juez respecto sobre la incompatibilidad
del rol de G. G. con la exigencia que se le hace de que controlara y
apartar a V. del programa.
El hecho de no ser él quien administraba el
patrimonio del Programa ya lo exime de ser autor del delito cuyo
reproche se pretende -defraudación a la administración pública– por
no tener las características específicas que el tipo requiere. Pero
además la circunstancias de que no se advirtiera un manejo desprolijo
por parte de quien sí tenía a su cargo su resguardo imponen que
también el sobreseimiento de G. G. sea confirmado.
Todo lo expresado hasta aquí denota, por otra
parte, que la situación de A. V. deberá seguir la suerte de los otros
imputados por cuanto si la autoría de G. y L. no ha sido comprobada,
no podrá proseguirse la acusación respecto de quien fuera sindicado
como partícipe.
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