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REVOLUCIÓN INDUSTRIAL
Y
TRANSFORMACIÓN CULTURAL
❖ Primera Revolución Industrial. Entre finales del XVIII y principios del XIX. El
carbón y la máquina de vapor son sus protagonistas.
❖ Tercera Revolución Industrial. Desde mediados del siglo XX. Energía atómica y
desarrollo tecnológico.
Liberalismo Económico
El liberalismo económico es una doctrina económica basada en la propiedad privada e
individual que alcanzó un gran desarrollo en el siglo XIX. Cree que la riqueza de un país se
halla en la creación de excedentes y se opone a la intervención del estado en materia
económica. Esta corriente se impuso entre los industriales, financieros y comerciantes que
protagonizaron la revolución industrial y los gobernantes favorecieron su implantación
permitiendo la libre circulación de productos, de capital y de trabajadores. El padre de la
escuela liberal económica fue Adam Smith, cuya doctrina partía de la consideración de que
los particulares siempre persiguen su interés personal a toda costa, aunque en esta búsqueda
son sometidos por una especie de ley universal o "mano invisible" que vela por el interés
general de la sociedad y que autorregula del mercado. David Ricardo y Malthus defienden
también el liberalismo, aunque sus planteamientos no son tan optimistas como los de Smith.
El triunfo del liberalismo económico y de la
Revolución Industrial provocó el desarrollo
del sistema capitalista. Podemos definir el
capitalismo como el sistema económico en
el que el capital predomina sobre los demás
factores de producción, y sus propietarios
marcan la evolución y el desarrollo de la
economía. Será, sobre todo a partir de la
Segunda Revolución Industrial, cuando el
capitalismo moderno se implante en la
sociedad, ya que el enorme avance
tecnológico multiplicó y diversificó tanto la
producción, que se abrieron muchos nuevos mercados y el mundo entero se convirtió en un
enorme mercado global, creándose por primera vez una verdadera red comercial mundial que
necesitaría de nuevas fórmulas de sofisticación empresarial, tales como las sociedades
anónimas, las bolsas de valores o las nuevas formas de asociación empresarial (cártel, trust,
holding...)
Socialismo
Las consecuencias sociales y económicas que estaban desencadenando las prácticas
capitalistas tras la Revolución Industrial propició el surgimiento de las ideologías socialistas,
las cuales defendían la necesidad de la creación de un nuevo sistema productivo que apostara
por una mayor igualdad y solidaridad entre las personas. Los tres proyectos socialistas más
importantes de esta época fueron:
La sociedad industrial
El paso de la sociedad estamental a la de clases es
un cambio fundamental. Nobleza y clero han
perdido sus privilegios y la burguesía adquiere
la posición dominante. La clase obrera irá
tomando conciencia de su situación de
dominación y explotación y empezará a
organizarse, mientras que los campesinos
evolucionarán muy poco. La nueva sociedad
estableció una jerarquía en función de la renta
y del lugar en la producción. Lo que marcaba
la nueva división social era la posesión de los
medios de producción (capital, fábricas, máquinas...) por lo que el siglo XIX será el siglo de
la burguesía, ya que con la industrialización pasó a ser la propietaria de los medios de
producción y con las revoluciones burguesas también accedió al poder político.
Durante los siglos XVII y XVIII, muchos jornaleros del campo tuvieron que marcharse a la
ciudad a causa de la concentración de las propiedades agrarias y de los enclosures. De este
modo, cuando la Revolución Industrial implantó el sistema fabril, la burguesía pudo disponer
de una gran masa de trabajadores a la que poder someter a unas condiciones de trabajo
abusivas. Es el nacimiento de la clase obrera. Estos trabajadores se veían obligados a trabajar
desde edad infantil y durante unas larguísimas jornadas laborales para poder subsistir.
Ganaban un salario bajísimo, no tenían ninguna protección social y eran hacinados en
viviendas para obreros, por lo que su situación se fue volviendo tan insostenible que acabaron
rechazando al sistema económico imperante. Cronológicamente, las principales formas que
tuvo la masa obrera de expresar este rechazo fueron las siguientes:
❖ Trade Unions. Son los intentos de los trabajadores para formar los primeros
sindicatos que protegieran sus intereses de los abusos de los patronos. Originan
también el Partido Laborista británico.