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Procesos Lectores y escrituraLes.

actividad escrita - texto de enumeración/constraste

La realidad y la fantasía en las novelas.

Aún recuerdo cuando tenia 7 años y tome por primera vez un libro de la
biblioteca, era delgado, y con cubierta de papel rustico, con la imagen de
un niño negro que empuñaba una lanza mientras estaba de pie en la cima de
una montaña. El libro trataba de ese niño, que llevaba por nombre Kimazi.
En las ilustraciones pude descubrir que era bajito y flaco, con muchos
zarcillos en las orejas y un tapa-rabos diferente al de todos los demás
aldeanos. Kimazi era nieto del brujo de la aldea, y este le hace emprender
un viaje por toda la selva que los rodea hasta la cima de una montaña, para
que allí encuentre una roca que ofrecerá habilidades sobre humanas al
portador, y así lo hace el niño, sumergiéndose en una larga travesía, donde
se enfrenta a múltiples seres inimaginables, para lograr su cometido.

Poco tiempo después, cuando tenia unos 10 años, leí parte de “El diario
ilustrado de Hitler”, un ejemplar pesado y en pasta dura que mi abuela me
había obsequiado,que contaba a través del diario de Adolf Hitler,
cronológicamente toda la Segunda Guerra Mundial, y para ser sincero, solo lo
comencé a leer por las magnificas fotografías que había en el libro,
fotografías grotescas, que mostraban ciudades destruidas, cadáveres de
judíos, soldados estallando en el campo de batalla y mas atrocidades que la
fotografía capturaba ásperamente.

Desde estos tiempos comencé a diferenciar por un lado las historias


realistas, que si bien podían ser bibliográficas, podían ser novelas de
tiempos no exactos, y por otro lado, las historias mágicas,irreales, la
ficción.

Los libros de historias reales podían ofrecerme mucho, ofrecían experiencias


vividas, la sangre de la historia, los sentimientos de individuos que
realmente sintieron eso y que vivieron lo que les hacia sentir eso, en esas
historias encontraba la sabiduría y el despotismo de los personajes,
encontraba un mundo recto, un mundo cuadrado donde los ejemplares solo
podían seguir una linea, y si se salían de esta, se hacían antagonistas del
relato, y tal vez por ello se hacían interesantes pero por ello siempre
tenían adversidad. Estas novelas reales, mientras más las leía, más me
ensañaban la continuidad predecible, los actos de irreverencia que eran
castigados con métodos ortodoxos, y poco creativos, me mostraban el pasado
abrupto de la humanidad y los efímeros momentos de tranquilidad que podían
vivir algunos.

Por otro lado, estaban los libros de historias no verdaderas, historias de


ficción, “historias mágicas”, como me gusta llamarles desde la primera vez
que escuche el termino “realismo mágico”. Aquí encontraba aún mas, no un
mundo,sino un universo entero de historias que seguir, donde no habían
lineamientos de espacio ni tiempo que respetar, por hablar de algunas:
estaban los héroes de las viñetas de las novelas gráficas de Marvel, volando
por el espacio sin necesidad de oxigeno, las naves de los mandalorianos y
jedis en Star Wars, los animales gigantes y diminutos en el centro de la
tierra y la isla misteriosa de Julio Verne, las bestias con habilidades
humanas en los cuentos de Horacio Quiroga, los espectros del más allá en la
edición de leyendas urbanas, Harry Potter y su magia que comenzaba dándole
la habilidad de hacer volar una pluma a su antojo, y terminaba dándole
poderes tan grandes como el de detener el tiempo en un punto especifico,por
no hablar de las pociones, las bestias de aire, tierra y mar que en su
mundo existían, y como estos relatos, muchos otros.

Sin embrago, había algo en estos dos géneros que me cautivaba,que me hacia
querer seguir leyendo,y era el saber que en las historias reales, habían
sentimientos, experiencias y hechos que si sucedieron, que alguien los vivió,
mientras que en las historias mágicas, había creatividad, muchas
posibilidades y caminos diferentes.

Estudiante: Kevin Torres


Materia: Procesos Lectores y Escriturales.

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